Suplemento aniversario cipolletti 2013 10 03

LMC | Jueves 3 de octubre de 2013 | 110° aniversario ciudad de cipolletti

Feliz cumpleaños CIPOLLETTI

Historias y vivencias de quienes generan día a día el progreso y desarrollo de una pujante ciudad que hoy celebra su 110º aniversario.

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LMC | Jueves 3 de octubre de 2013 | 110° aniversario ciudad de cipolletti

HISTORIA DE UN PUEBLO TRABAJADOR En un nuevo cumpleaños de Cipolletti, este suplemento apunta a contar vivencias de quienes a través de sus actividades, oficios y profesiones marcan el pulso de una ciudad en constante progreso y crecimiento.

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ace 110 años nacía en la región de la Confluencia un caserío que más tarde sería conocido como Cipolletti.

Pero la historia del poblado comenzaría varios años antes. En 1879, el tristemente célebre general Julio Argentino Roca había dispuesto la construcción de un fuerte para que se vigilase el paso

por el sector, a metros de donde hoy se erigen dos puentes carreteros que unen esta ciudad con la provincia de Neuquén.

Alrededor de esa construcción, que aún permanece en pie, surge una pequeña población que intenta, en esos primeros años, comenzar la explotación agrícola de la tierra.

Para ello se realiza un acueducto que posteriormente sería bautizado Canal de los Milicos.

En 1886 el coronel Manuel Fernández Oro le compró al Estado Nacional 40.000 hectáreas de tierras situadas en la margen izquierda del río Neuquén. Tres años después, dos hechos significativos marcarían a fuego a esa incipiente urbanización.

Por un lado, la llegada del Ferrocarril del Sud a la Confluencia; por el otro, la gran crecida de los ríos Neuquén, Limay y Negro, que termina de inutilizar el Canal de los Milicos,

staff textos: redacción la mañana de cipolletti.

Fotos: Nicolás rogríguez rey.

lo que impulsa a las autoridades nacionales (presentes en la zona para inaugurar el tramo del ferrocarril) a encargar al ingeniero César Cipolletti un estudio de las cuencas de los ríos con vista al control de sus caudales y a la utilización de sus aguas para riego extensivo.

Las obras se realizaron bajo la dirección de Félix Salamano y en 1903 ya estaban casi listas. El 3 de

En 1886 el coronel Manuel Fernández Oro le compró al Estado Nacional 40.000 hectáreas de tierras situadas en la margen izquierda del río Neuquén.

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octubre de ese año se organiza un gran asado comunal con motivo de la presentación del trazado urbano que Fernández Oro había encargado a Salamano, ocasión en la que también se publicita el loteo de las tierras afectadas.

A partir de entonces, esa fecha comenzaría a ser considerada como la de la fundación de Cipolletti, día en el que se venden los primeros terrenos. En 1904 se habilita el Canal Lucinda para riego extensivo, y las tierras comienzan a producir, principalmente alfalfa y hortalizas.

Este fue, a grandes rasgos, el comienzo de Cipolletti. Desde un principio, estas tierras supieron acoger a trabajadores de distintos rubros llegados de los más disímiles puntos del planeta.

La historia de la ciudad es, en consecuencia, la de un pueblo trabajador que forjó y modeló con sus propias manos una de las urbes más importantes de la región patagónica.

Es por eso que en esta oportunidad, a 110 años del nacimiento de la ciudad, el objetivo de este suplemento aniversario es homenajear a esos hombres y mujeres que se desempeñan todos

los días, a veces más visiblemente que otras, con el objetivo común de brindar su colaboración al crecimiento y el progreso de la ciudad, luchando también, cotidianamente, por la igualdad y el resguardo de los intereses de sus ciudadanos.

Tal el caso de esos miles de vecinos que en 1969 protagonizaron una

de las puebladas más grandes que se recuerda por esta región, cuando en plena dictadura de Juan Carlos Onganía salieron a las calles a defender a su intendente Julio Dante Salto, quien había sido destituido por la intervención militar de la provincia.

Fueron obreros, en su mayoría, quienes pusieron el pecho en esa

oportunidad. Son obreros también quienes lo ponen a diario en cada uno de sus puestos de trabajo.

Es por eso que la ciudad hoy les agradece a sus verdaderos hacedores por tantos años de esfuerzo y sacrificio, ya que gracias a ellos ser cipoleño es un verdadero orgullo y un sello de distinción.

en 1969 miles de vecinos protagonizaron una de las puebladas más grandes de esta región cuando salieron a las calles a defender a su intendente Julio Dante Salto.

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La Mañana de Cipolletti | 10º aniversario

Diez años, tantos hechos, tantas noticias

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an pasado diez años desde que La Mañana de Cipolletti pasó a formar parte de la realidad cotidiana de los habitantes de la ciudad. Un tiempo prolongado, lleno de acontecimientos de todo tenor, en los que la noticia ha sido un puente de comunicación constante con los lectores y con toda la comunidad.

El país y la provincia han protagonizado grandes cambios. A nivel nacional, Néstor Kirchner y Cristina Fernández han dejado una huella profunda en la década. En Río Negro, Pablo Verani, quien murió recientemente, le cedió el turno a los dos mandatos de su correligionario Miguel Saiz, el último gobernador radical antes de que Carlos Soria y Alberto Weretilneck, enrolados en el Frente para la Victoria, llegaran al poder, en una de las transformaciones políticas más profundas de la historia reciente.

En la ciudad, terminó Julio Arriaga en la intendencia y lo sucedió Weretilneck, actual mandatario provincial, quien cumplió dos períodos como intendente. Antes de irse, propició el ascenso de otro hombre de su espacio político, el actual jefe

comunal Abel Baratti. En el Concejo Deliberante se han sucedido los ediles, siendo la actual composición íntegramente de militantes del oficialismo, hecho inédito en los anales locales.

Mucho ha pasado en la ciudad, que ha crecido y progresado como nunca antes, con edificios elevados que se multiplican buscando las alturas, con cada vez más espacios verdes, con una creciente construcción de viviendas de planes habitacionales o de esfuerzos privados, con más y más comercios de todos los rubros, y con una verdadera explosión en el número de automóviles y motos que circulan por las calles a diario.

Según diferentes cálculos, Cipolletti ronda hoy los 100.000 habitantes, es decir, varias decenas más que hace diez años. Convertida la urbe en un polo en materia de servicios de salud y de educación terciaria y universitaria, su gente luce un perfil joven en un entorno donde todas las edades encuentran un espacio para desarrollarse y buscar su destino.

Lamentablemente, la década transcurrida también ha visto la tristeza de numerosos crímenes que han dejado su huella de dolor en tantas familias y en toda la comunidad. Y

En Río Negro, Pablo Verani, quien murió recientemente, le cedió el turno a los dos mandatos de su correligionario Miguel Saiz, el último radical antes de que Carlos Soria y Alberto Weretilneck, del FpV, llegaran al poder.

la creciente inquietud que provoca la falta de una mayor seguridad, una de las asignaturas pendientes de este tiempo. Las rectificaciones se imponen y seguramente con la participación de todos será más fácil.

No es el único problema de la sociedad, pero es el que últimamente está más a flor de piel. Cada inquietud, cada reclamo, cada acontecimiento significativo, para pocos o para muchos, ha sido reflejado en el diario.

En el momento en que Cipolletti cumplía 100 años, vio la luz La Mañana. Son diez años desde entonces. Un tiempo para recordar y sobre el cual reflexionar. Un tiempo que también pasó por estas páginas.

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ABEL BARATTI | INTENDENTE

Con la mirada puesta al sur Sostuvo que hay que pensar en la ciudad que se viene y destacó los alcances del proyecto Barrial Colorado, que prevé un notable desarrollo productivo, habitacional, industrial y turístico en la Margen Sur.

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a ciudad celebra hoy sus 110 años y lo hará con muchas actividades, anuncios, color y festejos.

Pero, como lo sostiene el intendente Abel Baratti, esta fecha no significa solamente cumplir un año más, sino que es una buena oportunidad para realizar balances y, sin detener el avance, mirar a futuro y pensar en el Cipolletti que se viene. Y es sobre este último aspecto en el que el jefe comunal pone la vista.

Es que, como afirma, “el crecimiento urbano no se puede detener, ni en Cipolletti ni en ningún lugar del mundo”.

En cierta forma, la ciudad tiene su ejido limitado para extenderse tanto al Norte como al Este y al Oeste. Puede pensarse para crecer en altura, pero –también como sostiene Baratti– esa no es una solución en la Patagonia. Ante esta situación, el mayor desarrollo urbano, industrial, comercial, de servicios y hasta residencial está apuntado hacia el otro lado del río Negro.

Allí, explica Baratti, sobre la Margen

Sur hay más de 540 mil hectáreas para aprovechar.

“Es hacia donde hay que mirar.

Entiendo que se va a dar, si Dios quiere a través de Nación y del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) con el proyecto Barrial Colorado, que prevé –a través de un canal de riego entre El Chocón y la Isla Jordán– promover un desarrollo productivo a través de la irrigación de más de 30 mil hectáreas, y nuevas posibilidades

Conexión El intendente Abel Baratti dice no tener información sobre el tercer puente.

Aclara que del lado rionegrino ya está todo listo, y sin duda que la puesta en marcha de esta nueva forma de conexión terrestre entre Cipolletti y Neuquén sigue siendo de gran interés.

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de inversión y crecimiento urbano”, expuso.

“Muchas veces se cuestiona desde sectores productivos sobre la necesidad de frenar la urbanización y de defender la producción tradicional y siempre digo que la urbanización en el mundo no se puede frenar. El crecimiento poblacional es cada vez mayor no sólo en Cipolletti, es en el mundo.

El crecimiento demográfico se está dando en toda la región; dentro de este esquema, si estamos acotados en algunas direcciones hacia dónde crecer, la urbanización hacia algún lado tiene que dispararse y es por ello que tenemos que mirar hacia el Sur”, expresó el intendente.

Agregó que cuando se habla del desarrollo de la Margen Sur, en especial en lo que se refiere a lo productivo, con estas nuevas hectáreas irrigadas a través del proyecto Barrial-Colorado, se está promoviendo la mayor producción no sólo en los tradicionales cultivos de pepita (peras y manzanas) sino de todo tipo, sean tradicionales o alternativas, como así también en la ganadería.

La ciudad “En este 110 aniversario a la ciudad la veo muy bien. Como viene sucediendo desde hace varios años, Cipolletti sigue creciendo gracias al empuje de su gente, de empresas, de la dirigencia deportiva, social, empresaria, y esto es así en gran medida porque esta comunidad, gracias a anteriores gestiones municipales y a su gente, no se quedó nunca esperando la ayuda de los gobiernos provincial y nacional. El crecimiento demográfico y urbanístico fue vertiginoso. Para ello se ha venido trabajando en un mayor planeamiento de la ciudad”, indicó Baratti.

Cuando el intendente se refiere al desarrollo y al crecimiento sostenido que ha tenido Cipolletti en los últimos años, no deja de señalar lo que él llama dos pilares fundamentales en las perspectivas para transformarse: el perfil productivo y el de servicios.

“En lo productivo, es que por su historia de años y como todas las ciudades del Alto Valle, esta ciudad creció junto a la fruticultura. Y de servicios porque hay dos columnas fundamentales; una que tiene que ver con la educación y otra con la salud”, explicó.

Educación Según destaca el mandatario local, Cipolletti es una ciudad con alto potencial desde la educación, tanto pública como privada en los niveles terciario y universitario.

Indicó que la ciudad tiene durante casi 11 meses al año la residencia de más de 10 mil alumnos de nivel terciario y universitario que estudian en alguna de las sedes académicas en Educación y en Medicina. Incluso, aporta el intendente, hay más de 100 alumnos que son de otros países.

La fuerte incidencia universitaria no sólo está posibilitando el crecimiento de las unidades académicas y contribuyendo a la formación de

29.000

Son los metros cuadrados de obra nueva tramitados ante el municipio de Cipolletti a agosto pasado.

Centro cultural, servicios y estética Cuando se le consulta al intendente Abel Baratti sobre las obras o proyectos que le gustaría que quedaran en la historia local con el sello de su gestión municipal, son varias las iniciativas que entran dentro de esa posible aspiración.

“Todas las obras que esta gestión municipal tiene proyectadas son de gran interés. Me gustaría ver a una ciudad con todos los servicios funcionando al 100 por 100; con un alto porcentaje de calles asfaltadas, ingresos y accesos mejorados y con una estética de la ciudad a nivel general adecuada a estos tiempos”, expresó.

Otro de los emprendimientos que quisiera tener listo es el Centro de Espectáculos de calle Fernández Oro y ver concretado el centro deportivo en la zona norte de la ciudad, donde se prevé –este año– comenzar la construcción de la pista de atletismo y sumar, en un futuro cercano, un natatorio.

Por supuesto que, por lo explicado, cualquier avance que se pueda dar en el direccionamiento urbano de Cipolletti hacia la Margen Sur es para el intendente uno de los primeros pasos que hay que dar para el futuro de la ciudad.

Marca registrada Cipolletti figura hoy en el mapa nacional como sede de una gran prueba atlética que está a punto de cumplir 30 años. La Corrida está en el calendario nacional de este tipo de competencias y como si fuera poco, el año pasado se desarrolló la primera edición de la Fiesta Nacional de la Actividad Física.

De esta manera, como viene ocurriendo cada año, la ciudad es sede en marzo de una atractiva competencia deportiva y familiar, que cuenta con la participación de atletas nacionales e internacionales, pero además también es el ámbito ideal para actividades académicas, sociales y recreativas.

La primera edición de la Corrida Ciudad de Cipolletti se llevó a cabo en 1985. De esta primera experiencia, que aún hoy está vigente, participaron el propio Baratti, que era por entonces director de Deportes del municipio, Pedro Dobreé, presidente del Consejo Municipal de Cipolletti en aquel año, y un recién llegado profesor de educación física a la ciudad como fue Diego Zarba.

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El comercio De acuerdo con los indicadores que maneja la comuna, la ciudad tiene actualmente más de 3.500 comercios habilitados, cifra que sigue creciendo en forma sostenida.

En lo que va del año, hay 110 nuevas habilitaciones frente a igual período del año anterior.

En 2010, los comercios habilitados eran 3.256, mientras que en 2011, esa cifra trepó a 3.396 habilitaciones. En 2012 llegó a 3.483 y actualmente son 3.587.

profesionales, sino que el sector estudiantil y el crecimiento en las matrículas educativas vienen impactando en la construcción.

Baratti explicó que al mes de agosto pasado, se han autorizado desde la esfera municipal más de 29 mil metros cuadrados de obra nueva –alguna ejecutada y otra en ejecución–, y un gran porcentaje de esta infraestructura residencial está apuntada a albergar a estudiantes

3.587

Son las habilitaciones comerciales de Cipolletti hasta agosto de 2013.

Otra ciudad tan grande como Cipolletti universitarios.

Los indicadores en cuanto a la construcción son aceptables ya que, tomando como referencia algunos ejercicios de mayor actividad económica, las tramitaciones de obra nueva han oscilado a lo largo de todo un año en los 40 mil metros

cuadrados.

Baratti mencionó que en Salud, en el sistema público y el privado, Cipolletti sigue siendo un lugar de referencia desde lo educativo como desde la prestación de servicios. En ese sentido, el intendente sostuvo que la amplia

infraestructura y centros de alta complejidad, sumado a que existen iniciativas de inversiones para la ampliación de los centros de salud, hacen que éste sea uno de los principales servicios que se prestan para toda una gran región.

aproximadas a los 450 metros cuadrados, además de parquización y zonas de servicios.

Para la primera etapa, la inversión inicial ha sido estimada

en siete millones de pesos y, como reiteró, se espera este próximo verano contar con el primero de los piletones en un gran nivel de avance.

Infraestructura y obras En un repaso de la gestión, el intendente no pasó por alto las inversiones que viene realizando el Ejecutivo para la prestación de los servicios públicos. Una de esas inversiones estuvo apuntada a modernizar el parque automotor y el equipamiento de la comuna, para lo cual se han adquirido en total 6 camiones para la recolección de residuos y otros servicios, 5 vehículos menores y máquinas.

En breve se pondrá en marcha la obra de más de 80 cuadras de asfalto que, en una primera etapa, alcanzará a los barrios Belgrano, en el ingreso a la ciudad por Lisandro de la Torre, también en la zona de las calles Almirante Brown y Brentana. Para una etapa posterior se prevé avanzar con el pavimento en más de 40 cuadras en barrios como El Manzanar.

“Se puede decir que a excepción del asfalto, que debido al crecimien-

to urbano vertiginoso siempre se va detrás, en el resto de los servicios la ciudad está con porcentaje de cobertura. En lo que se refiere a cloacas, está actualmente con un 90 por ciento”, precisó.

En carpeta también se prevé para este año poder avanzar en la construcción de veredas económicas, en sector como los barrios Anai Mapu y las 432 viviendas entre otras áreas urbanas.

Piletones “Esperamos este año poder mojarnos los pies”; con esa frase, Baratti se refirió al proyecto para la construcción en el corto plazo de uno de los tres piletones en la zona de la Isla Jordán, que buscar ampliar las posibilidades de recreación para los vecinos en los meses de verano.

El proyecto contempla tres piletas, que tendrían dimensiones

Cuando desde el Ejecutivo municipal se habla del futuro crecimiento local hacia el Sur, se piensa en tres grandes áreas de desarrollo o, como lo define el intendente Abel Baratti, en tres distritos vecinales.

“Desde lo productivo, mirar hacia el Sur implica pensar en una diversificación importante de la producción, además de defender la producción tradicional, también se tienen que aprovechar las potencialidades para diversificar la producción, más aún teniendo esa superficie de la que hablamos”, sostuvo Baratti.

En relación con los tres distritos vecinales, uno estaría situado frente a la Isla Jordán, con un gran parque industrial; el segundo frente a la ciudad de Neuquén, para lo cual se piensa en seguir trabajando junto al municipio capitalino para un desarrollo conjunto, y una tercer área entre Plottier y Senillosa, con posibilidades de desarrollos turísticos.

“Es una idea a muy largo plazo.

Tenemos que pensar en cómo mantener la producción, generar diversidad productiva, seguir siendo una ciudad de servicios y en crecimiento constante; no hay que pensar en la manzana y pera solamente, sino en todo lo que se pueda ampliar en la margen sur.

Como dije, es una idea a muy largo plazo, pero en algún momento hay que empezar a trabajar en esa dirección”, concluyó.

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DANIEL MANCINI | COMERCIANTE

La pizzería de todos El Tano es un ícono de la ciudad. Mantiene su estructura rústica y antigua. Su tradición es sólo comparable con la de algunos comercios de los arrabales porteños.

E

n la tradicional esquina de 9 de Julio y Belgrano se emplaza uno de los íconos gastronómicos de Cipolletti.

Se trata de la pizzería El Tano, un lugar emblemático que lleva más de cuatro décadas latiendo al ritmo de la ciudad.

Los orígenes de este emprendimiento se remontan al año 1970, cuando dos hermanos llegados de San Juan alquilaron el local e inauguraron allí la pizzería Cuyo. Mario y Miguel Sojo, que estaban casados a su vez con dos hermanas, estuvieron ocho años al frente del comercio, hasta que emigraron buscando nuevos horizontes.

El céntrico salón ya pertenecía a Giuseppe Man-

cini y a su esposa María, ambos italianos, que habían llegado a estas tierras, al igual que muchos europeos, buscando un futuro promisorio para ellos y su familia.

Pero fue recién en 1978 cuando se hicieron cargo del negocio y asumieron la responsabilidad de darle un nuevo impulso, el que se terminaría consolidando con los años.

A todo esto, en 1953, en una zona de chacras, había nacido Daniel Fernando, hijo de la pareja, quien a pesar de ser ciento por ciento cipoleño, no pudo evitar que lo apodasen “El Tano”. Él es quien hoy maneja el comercio familiar.

“En el ‘68 me fui para Italia a hacer la colimba

y volví recién en el ‘74. Por esos años trabajé en muchos boliches de Cipolletti, pero recién en el '80 empecé acá (en la pizzería), como mozo”, recordó Daniel.

Pero no todo fue fácil para los Mancini, ya que cuando tomaron el timón del emprendimiento tuvieron que iniciar un sinuoso y duro camino que muchas veces se hizo cuesta arriba.

Sin embargo, el responsable actual valoró esos momentos como importantes para el devenir.

“Nosotros, a pesar de los años, seguimos en acción, y eso es porque, de a poco, fuimos haciendo bien las cosas”, remarcó.

Con el pasar de los años se fue diversificando el menú, fue aumentando el plantel y también

se expandió el local, agregando un salón contiguo, con lo que se triplicó la capacidad, que hoy ronda los 65 comensales.

Una tradición bien cipoleña Con el tiempo, la ochava se convirtió en un lugar de encuentro. Jornadas maratónicas de fútbol, cuando los partidos sólo se televisaban por sistema codificado, convocaban a una multitud que muchas veces rebalsaba el salón y terminaba mirando la pantalla desde la vereda.

“La gente viene por inercia. Se preguntan ¿a dónde vamos? Y, vamos a El Tano, dicen. Ya es una marca registrada”, reflexionó Daniel.

Uno de los motivos del éxito, según el propio

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dueño, es que en la pizzería no se discrimina a nadie. “Acá se atiende a todos por igual, al pudiente y al no pudiente. No importa quién sos, cómo te llamás, si tenés plata. Por eso acá vienen vecinos de todas las clases sociales, principalmente familias”, señaló.

Aún hoy funcionan en el lugar dos heladeras Siam y el horno que fueron instalados en 1970, cuando comenzó la actividad en el local.

Esas son características que, sumadas a una “Acá se atiende a todos decoración tradipor igual, al pudiente cional, hacen de El Tano una pizzería y al no pudiente. No sólo comparable importa quién sos, cómo con algunas de te llamás, si tenés plata. los arrabales porPor eso acá vienen veciteños. nos de todas las clases El lugar luce rústico sociales, principalmente y antiguo. Permafamilias”. necen en él ecos de décadas pasadas, imágenes de una ciudad con historia, donde la reunión entre vecinos fue siempre un síntoma distintivo.

Aunque también se han ido aggiornando, con nuevas ofertas entre las que actualmente se destaca el “Fernet Comunitario”, que consiste

en la tradicional combinación del amargo aperitivo con gaseosa, servido en un vaso de desproporcionadas dimensiones, muy solicitado fundamentalmente durante las noches de fin de semana.

Daniel recuerda al Cipolletti que lo vio nacer, con calles terregosas y chacras por doquier, muy distinto del actual, aunque aclara que no en todos los aspectos, sin apreciar en esto ninguna contradicción.

“Cambió mucho la ciudad, pero no te vayas a creer que tanto. Acá vino gente de todos lados, pero hay algo que perdura, más allá de los edificios, y es la gente, los vecinos, que siguen siendo muy amigables y amables, se saludan y se juntan, como lo hicieron siempre”, comentó.

La historia de los Mancini es la de una familia de inmigrantes que se hicieron de abajo, trabajaron a destajo para llevar el buque a buen puerto, comandados por el inolvidable Giuseppe.

No sólo fueron y son los propietarios del comercio, sino que siempre se desempeñaron en todos los aspectos, siendo a la vez recepcionistas, telefonistas, mozos y cocineros.

“Desde el principio hicimos de todo, más allá de que contamos con gente imprescindible que trabaja mucho. Pero es un negocio familiar, y eso se nota en la presencia constante”, indicó Daniel.

Dog friendly Una imagen distintiva de El Tano es la relación estrecha que tiene con los perros. Tal es el caso de “El gordo Ronaldo”, un can negro, de rostro blanco, que se traslada dificultosamente debido a la privilegiada provisión de alimentos con la que ha venido siendo beneficiado desde hace muchísimos años.

Se encuentra habitualmente en la puerta del comercio, inalterable al tránsito y al constante fluir de gente por el sector.

Siempre dispuesto a aceptar lo que le ofrecen de comida, Ronaldo se hizo famoso en la ciudad.

Pero no es el único perro que se acerca a la pizzería. Son varios los que buscan aprovechar la bondad de los trabajadores del lugar y también de los clientes, quienes convidan solidariamente de sus platos.

“Hay un perro que vive en calle Córdoba al 200 y se viene todos los días hasta acá, camina unas once cuadras, come y se vuelve”, aseguró Mancini.

También las palomas se acercan a la esquina de 9 de Julio y Belgrano a picotear algo del pan que sobra al mediodía, el cual es dispuesto en la vereda para su deleite.

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RICARDO APCARIAN | JUEZ DEL STJ

La Ciudad Judicial, el gran anhelo Destacó que tener un representante local en el tribunal “da inmediatez en la transmisión de los problemas y en la búsqueda de soluciones”.

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sus 50 años, Ricardo Apcarian se convirtió en el primer representante de la Cuarta Circunscripción, con asiento en esta ciudad, que integra el Superior Tribunal de Justicia.

Asegura que su gestión debe estar a la altura de las fuertes expectativas que se generaron con su designación y dijo que una de sus grandes ambiciones es que en los próximos cinco años la Justicia rionegrina sea reconocida a nivel nacional.

Asumió hace poco más de un mes y desde entonces comenzó a trabajar fuertemente en el proyecto de la Ciudad Judicial.

Sin embargo, también reconoció que es necesario que el actual edificio de Tribunales sea remodelado.

Según su visión, es innegable que el camino a seguir es la reforma procesal penal, y en este punto piensa que será un sistema que se impondrá en todos los fueros.

“Imagino un gran box abierto donde todos estemos trabajando para todos”, dijo con relación al futuro.

¿Cuál es específicamente su trabajo?

El STJ es el órgano máximo de la Justicia de Río Negro y tiene funciones jurisdiccionales y administrativas. Es el tribunal de última instancia en todas las causas que se tramitan en la provincia. Se divide en cuatro Circunscripciones y en mi caso represento a la última, con asiento en esta ciudad. Cumplo tareas de superintendencia, vinculadas al personal, a concursos, también me ocupo de los temas referidos a lo edilicio. También tratamos cuestiones vinculadas a la

gestión y no estrictamente a lo jurisdiccional. La gente no alcanza a vislumbrar que ser miembro del STJ no es sentarse a dictar sentencia, sino que hay que tener en cuenta que es el gobierno del Poder Judicial. No hay que perder de vista que uno es juez de toda la provincia, no sólo de una circunscripción.

¿Qué beneficio traerá a esta circunscripción el contar con un miembro dentro del Tribunal?

El reclamo ha sido una constante de este distrito. Siempre se sintió muy postergado. Hasta hace un mes estuve en el ejercicio de la profesión -trabajó 18 años como asesor del Municipio- y los operadores siempre pensamos que esa postergación tenía que ver con la ausencia de

“La gente no alcanza a vislumbrar que ser miembro del STJ no es sentarse a dictar sentencia, sino que hay que tener en cuenta que es el gobierno del Poder Judicial”.

un representante en el STJ de esta ciudad. En ese sentido, creo que hay muchas expectativas pero hay que ser medidos porque en realidad cuando uno establece un presupuesto y fija las prioridades es para toda la provincia no sólo para una circunscripción. Tenemos que buscar un equilibrio entre todas las circunscripciones. Tener un

representante da inmediatez en la transmisión de los problemas y en la búsqueda de soluciones. Desde que asumí -29 de agosto- hemos encontrado algunas soluciones.

Estoy en contacto permanente con el resto de los jueces y para el año que viene planifico mudarme definitivamente a Viedma.

¿Cuáles con las prioridades para la Cuarta Circunscripción?

Tenemos prioridades a corto y largo plazo. Tengo el foco en la Ciudad Judicial, que es una prioridad a largo plazo pero creo que lo urgente no nos tiene que tapar lo importante.

Estamos trabajando mucho en la confección del proyecto. Recuerdo que cuando nació esta propuesta era abogado de la Municipalidad, y ahora ser juez me permite tener ambas visiones. Tenemos un convenio marco firmado con el Colegio de Arquitectos para llamar a concurso. Para octubre planificamos firmar el convenio específico, entre el Colegio y el STJ, para sentar las bases del concurso. Estamos proponiendo que un juez de primera instancia, un juez penal, se reúnan con quienes confeccionen el proyecto para que expliquen cuáles son sus necesidades. También pensamos en proponer a dos empleados judiciales para que ayuden dando su punto de vista.

Para que el edificio se adapte a sus necesidades y así optimizar los espacios. También vamos a sumar al Colegio de Abogados en el equipo de asesores para la redacción de las bases.

Imaginamos adjudicar la obra para abril o mayo de 2014. Hay que usar el sentido común y creo que no hay que apuntar a un

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edificio faraónico que no resulte funcional.

¿Planifican construir el edificio en función de una futura reforma procesal penal?

Tenemos en cuenta que en un futuro podría reformase el código procesal y a la hora de construir la Ciudad Judicial no perdemos de vista esta situación. Creo que vamos hacia el sistema acusatorio oral.

Después se verá si en esta provincia aprobaremos si se hará con o sin jurados.

En ese sistema cada juez no tiene su propia oficina. He hablado con el resto de los jueces que integran el STJ y creemos que ese sistema, a la larga, se va imponer en todos los fueros. Me imagino, en unos años, una oficina donde sacamos lo mejor de cada empleado. Me imagino que será todo horizontal y no que cada juez tenga sus empleados.

De esta manera, se optimizarán los recursos, todo integrado, todos haciendo lo que sabemos para todos. El sistema que tenemos durará un buen tiempo porque los cambios nos traumatizan a todos, será un proceso muy largo de concientización y de capacitación.

Imagino un gran box abierto

donde todos estemos trabajando para todos, me parece, y cada uno haciendo lo que mejor sabe.

¿Se planea reformar y ampliar el actual edificio de Tribunales?

Creemos que antes de fin de año vamos a tener resueltas algunas cuestiones relacionadas al edificio actual de Tribunales, de calles Urquiza y España. Es el caso de la Cámara Segunda que será trasladada para generar el espacio para el Juzgado de Ejecución Penal.

Los materiales ya están adquiridos y ya hablamos con personal de mantenimiento.

Para el año que viene, ¿qué proyectos están aprobados?

Vamos a hacer un cambio profundo.

El año que viene se va hacer una prueba piloto. Para esto estamos desarrollando un programa nuevo.

Nos va a permitir medir la eficiencia del servicio de Justicia. Sobre cantidad de juicios realizados, sentencias, entre otros temas.

Lo vamos a hacer en todos los fueros. En lo personal, creo que la estadística es una herramienta de gestión. Para tomar una decisión de gobierno y de gestión es esencial. Necesitamos datos para

poder evaluar la realidad y poder mejorar en algunos aspectos. Vamos a poder analizar el trabajo de cada juzgado.

En la actualidad se crean los juzgados por impulso del reclamo de la gente, que se queja de la demora y los jueces responden que no dan abasto con el trabajo.

Cuando vemos el proyecto de ley de creación de ese organismo no hay ningún dato objetivo que respalde la decisión y creemos que es importante modificar esta situación.

¿Cuál su visión de la respuesta que brinda, en la actualidad, el Poder Judicial de la provincia?

Hay una expectativa desmedida en función de los cambios y de que sean resueltos en lo inmediato, pero hay que pensar que tomará tiempo. La Justicia rionegrina no tiene una crisis de credibilidad pero la gente no está satisfecha. Y tampoco veo que sea un Poder Judicial sospechado, pero si noto que la ciudadanía demanda más. Para esto hay que generar las herramientas para hacerlo. Buscamos en un futuro cercano tener reconocimiento a nivel nacional y creo que podemos lograrlo.

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AMALIA PICA | ARTISTA PLÁSTICA

Triunfó con su arte en Europa La joven cipoleña vive en Londres, donde expone sus obras en muestras y puede vivir de su profesión. Recordó

L

a palabra curiosidad aparece en forma constante en la vida de la artista plástica Amalia Pica, de 34 años, quien en la actualidad reside en Londres. El deseo constante de saber, averiguar y conocer sigue marcando sus pasos.

Esta necesidad de investigar el mundo fue la que hizo que se inscribiera en un sistema de becas en Australia; también la que impulsó sus ansias de formar parte del anonimato de las ciudades grandes como Buenos Aires, donde estudió

su infancia y adolescencia en esta ciudad.

Arte; el mismo anhelo que la llevó hasta Tucumán a participar de un proyecto que le permitió llegar a Holanda, donde pudo desarrollar gran parte de su carrera, y luego Londres, que le permitió crecer de manera significativa.

“Soy una persona llena de curiosidades y tengo la suerte de tener una familia muy amorosa que me apoya en todas las locuras que se me ocurran”, contó orgullosa.

Por cuestiones técnicas, así lo definió, nació en Neuquén, pero “soy de Cipo, siempre viví allí, hasta que me fui, y me considero cipoleña.

Voy mucho y sigo acordándome de todo y juntando memorias nuevas.

Recuerdo toda una vida ahí”.

Y en su memoria sigue latente una infancia “muy divertida”, en el barrio 12 de Septiembre, “escapando de perros malhumorados y chicos con Bombuchas (bombitas de agua); una adolescencia con muchas idas a Blasón”. Los amigos y la familia; la primaria en la Escuela 262, la secundaria en El Manzanar, entre otros recuerdos cipoleños.

“Cuando era chica fui a clases de pintura y de teatro, de adolescente, y siempre me gustó el arte. Me tomó

un tiempo decidirme, creo que es una cosa muy dura para los que terminan el secundario y tienen que decidir. Yo no lo tenía claro. Soy una persona llena de curiosidades así que me imaginaba haciendo muchas cosas”, respondió respecto de su elección de vida.

El despegue Cuando estaba en el secundario, por su amiga más antigua (se conocen desde los tres años), se enteró de un programa de intercambio estudiantil organizado por American Field Service (AFS), que nació del Servicio

de Enfermería luego de la Segunda Guerra Mundial para promover la paz. Rindió los exámenes e ingresó.

Tenía 16 años cuando viajó a Australia y residió por un año.

Con un sistema educativo diferente, Amalia eligió plástica, “porque me iba a permitir descansar un poco del idioma”. A partir de allí la conexión fue mayor para generar su propio trabajo y comenzó a tratar de “encontrar mi propia voz”. Un proceso, que según comentó, resultó muy enriquecedor y que se imagina poder “seguir haciendo toda una vida”.

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Sus primeros trabajos fueron una serie de grabados, el tema era la religión como forma de control social en distintos períodos históricos: Grecia, Egipto, la iglesia católica y su rol en la dictadura argentina. “El último de la serie fue una especie de búsqueda, si se quiere de carácter más existencial o personal. Ahora los veo y me muero de risa”, relató.

De su paso por Australia no se arrepiente en absoluto, pero reconoció que irse fue tan difícil como volver. Regresó para terminar el secundario. “Soy egresada de ese gran experimento que fue el CBU. En el Manzanar tuve muy buenos profesores que me dieron mucho material para pensar”, recordó.

Curiosidad por el mundo Egresó y después de algunas vueltas más por Blasón, decidió estudiar en Buenos Aires. En la región había alternativas pero “a mí me picaba la curiosidad por el mundo, quería conocer otros lugares, gente, historias, me daba curiosidad la ciudad mas grande, también me atraía la cosa mas anónima que te dan estos lugares. En Cipo estornudás y todos se enteran. Me incliné por el arte, es una elección de una forma de ver la vida y relacionarte con el mundo de una manera muy particular, y la curiosidad es un elemento fundamental”, aseguró.

Como cada nueva partida, Buenos Aires fue difícil pero también “maravillosa, es una ciudad que aún me encanta, se reinventa a cada instante”. Estuvo seis años, estudió arte, se recibió. Estaba dando clases de plástica en escuelas cuando se enteró de un taller que organizaba TRAMA en Tucumán.

Amalia siempre había anhelado hacer una obra en la Casa Histórica y aprovechó la convocatoria abierta.

Presentó un proyecto para realizar una intervención en la fachada y fue seleccionada.

En Tucumán conoció a un docente, un artista islandés que daba clases en Holanda, vio sus obras y le sugirió las becas de Ámsterdam. “Me dijo

El 6 de diciembre, Amalia expondrá en el Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén. Aseguró que la inauguración será “muy divertida”.

que me recomendaría y me pareció demasiado buena la oportunidad para desaprovecharla. Me presenté y me llamaron para una entrevista en Europa. Fue mi primer viaje, iba con unos nervios terribles”, expresó.

En ese momento, realizaba obras similares a las de hoy, que según

explicó no tienen un estilo particular o material predeterminado, “sino que responde a las ideas detrás de la obra”.

“A partir de esas ideas elijo la materialidad que más se condiga.

Es lo que muy ampliamente se llama arte contemporáneo y más

específicamente arte conceptual”, detalló.

Tenía 24 años cuando llegó a Ámsterdam. “Fue un paraíso, es una institución en la que te pagan para hacer tu propia obra, no hay clases sino entrevistas individuales, tenés la oportunidad y todo el tiempo del

La venta de su primera obra La primera obra de arte que vendió Amalia fue cuando aún estudiaba en Pueyrredón, un amigo de su hermano Lucas la adquirió. “Fue una sorpresa”, aseguró y sólo comentó que esa persona en ese momento estudiaba abogacía y que hoy vive en Viedma y es reconocido por su profesión. “Creo que aún la tiene, es un estudio de un torso, algo muy distinto de lo que realizo en la actualidad”, detalló.

El segundo trabajo que vendió tiene una historia muy particular e interesante que Amalia siempre rescata, porque además de tener un lado romántico, para ella es un ejemplo de cómo funciona el significado del arte en un mundo a veces cruel, en el que nada parece

tener significado. Sin embargo, una de sus obras le dio significado y un real sentido.

“Todavía no tenía galería y había hecho una muestra en un lugar independiente en Amsterdam y habían producido una postal con una foto de una obra. Me escribió un hombre joven y me dijo que la quería comprar para su primer aniversario de casado. Me contó que cuando él y su novia se conocieron se dieron cuenta de que los dos tenían en sus casas esa postal. Ella y él, por separado, sin conocerse la habían agarrado en algún lugar (era gratis) y la habían guardado. Por eso él le regaló en su primer aniversario mi trabajo. Me emocionó, me pareció súper romántico”, explicó.

mundo de hacer lo que quieras", contó. Muchos podrían pensar que es el “sueño del pibe”, sin embargo Amalia expresó que no es tan fácil como suena y quienes integran el circuito artístico europeo tienen sus ojos puestos en esta “mini fábrica de artistas”.

“La presión es bastante alta. A nosotros nos tocó armar estructuras propias. Lo disfruté mucho. Estaba feliz. Justo el año en que me mudé estaba Máxima y nació su hija, la gente al menos sabía dónde quedaba Argentina y algunos habían escuchado de la Patagonia, pero tienen una idea muy estereotipada”, agregó.

Concluida la beca, resolvió instalarse en tierras británicas. “Fue el amor lo que me trajo a Londres, que es siempre un gran motivo para hacer cosas, pero también porque me interesaba la ciudad”, reveló. Ese amor no funcionó pero fue una excusa para seguir creciendo.

Allí vive de su trabajo como artista, realiza muestras, sus obras se exhiben en pequeña escala a nivel internacional, tiene un taller.

También surgieron muestras en espacios públicos por lo que le pagan, “práctica impensable en nuestro país”. Brinda charlas y viaja como parte de su labor.

Jamás olvida sus orígenes y vuelve varias veces por año a Cipolletti, porque aquí están sus afectos, ahora más, por la llegada de un sobrino.

“Las vueltas a Cipo implican mateadas, reencuentros, asados, mucho río, caminatas compartidas, charlas sobre todo y mucho amor. Me encanta, me miman cuando voy”, dijo.

La próxima visita será en diciembre, pero en esta oportunidad será muy distinta a las anteriores, porque se prepara para realizar la primera muestra individual en el Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén, que abrirá el 6 de diciembre, un hecho que “me tiene muy emocionada, me encanta que sea en la región donde nací. Para mí es todo un acontecimiento y la inauguración va a ser muy divertida”.

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JUAN FLORES | PEDICURO

Entre la pelota y los pies Chochó llegó a la ciudad para jugar en Cipo y estuvo en el equipo que logró la histórica clasificación al Nacional del ’73. Su local de calle San Martín es un ícono en el centro.

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esulta un tanto extraña la combinación que le permitió a Juan “Chochó” Flores lograr el reconocimiento y el afecto de cipoleños y valletanos. Llegó hace unos 40 años de la mano del fútbol, pero ya ostentaba el título de pedicuro. Ambas actividades le dieron notoriedad a su nombre, además de ser su sustento económico.

Reconocido por sus dos pasiones, este hombre de 63 años aún hoy se emociona al recordar su llegada al Club Cipolletti como marcador

de punta y sus primeros clientes a ciudad y durante el tiempo que me domicilio que atendía en quedaba libre después de las prácticas, trabajaba como sus horas fuera de la pedicuro y visitaba a la cancha.

“Hace poco gente en su casa”, recordó. atendí a la “Tantas horas en tren, dueña del ReNació en Sanver pampa y pamsidencial 9 de ta Fe y estaba pa antes de llegar a en Buenos Aires Julio, donde Cipolletti... me quería me hospedé buscando equipo volver, me preguntaba cuando llecuando le ofrea dónde voy”. gué, estaba cieron sumarse en la esquina al plantel del Alde 9 de Julio e binegro. “Jugaba Italia. Hacia pocos en Colón de Santa Fe, días que estaba en la tenía 23 años, era mar-

cador de punta. Estaba buscando club en Buenos Aires y me salió esta propuesta, por un día no me fui a Colombia a jugar. Por supuesto, no estoy arrepentido de haber caído en este hermoso valle. Casualmente el 19 de agosto cumplimos 40 años del primer Nacional al que clasificamos”, agregó, con el orgullo de formar parte de ese momento histórico, pero también con nostalgia.

No conocía Cipolletti, “no tenía ni idea de lo que era el Sur”. Viajó en tren con un compañero de Colón, Enrique Bustos. La travesía por La Pampa lo hizo dudar de su decisión.

“Tantas horas en tren, ver pampa y pampa antes de llegar a Cipolletti... me quería volver, me preguntaba a dónde voy”, contó.

El fútbol, todo El fútbol sigue teniendo en el corazón de Chochó un lugar especial.

“Fue todo para mí, mi vida, mi novia, todo”, y la pedicuría llegó de la mano de su gran pasión y la describió como “la otra parte de mi vida”.

Cuando jugaba para Colón, fue un día un podólogo para atender al plantel y el oficio le llamó mucho la

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atención. En ese momento no sabía si le gustaba, pero algo lo atrapó.

“No tenía ni idea de qué era un podólogo, me llamó mucho la atención, su trabajo, el manejo que tenía con los instrumentos, los movimientos que hacia con ellos.

Siempre que nos atendía me preguntaba si me gustaba, pero la verdad no sabía. Me dijo que hiciera el curso, que no me iba a arrepentir. A la semana me anoté en un instituto y casi a los dos años me recibí, en el ´71. Estando en Cipolletti se hizo un curso en la Universidad del Comahue, de seis meses, y allí nos dieron el diploma de podólogo”, explicó.

Martino fue el hombre que lo estimuló a capacitarse en aquel momento y a quien se encontró 25 años después en un Congreso de Podología en Neuquén. “Era el presidente de la Asociación Argentina, fue una alegría para mí verlo, una grata sorpresa para los dos reencontrarnos”, recordó emocionado.

A los cinco años de estar en esta ciudad, decidió abrir un local, el mismo en el que hoy sigue trabajando y no hay un día en que la sala de la calle San Martín 344 no esté llena de clientes, que por or-

“Una nostalgia muy grande”

“Durante el tiempo que me quedaba libre después de las prácticas, trabajaba como pedicuro y visitaba a la gente en su casa”.

den de llegada y luego de sacar un número esperan ser atendidos por el Chochó Flores. Incluso muchos van

una hora o dos antes del horario de apertura.

“Tengo muchos clientes, de la ciudad y de la zona. No me falta trabajo, algunos clientes me dicen: ‘Chochó no te mueras nunca’. La paso muy bien con la gente, son más los adultos los que vienen a verme para que les arregle los pies y en verano más mujeres, algunas muy futboleras.

Siempre hay un chiste, cuando ven los cuadros del equipo del Cipo del ´73 surge una charla, recuerdos.

Mientras me dé la cintura, el pulso y la vista voy a seguir trabajando”, aseguró.

Y lo que una vez le llamó la atención y hoy maneja con total soltura, como es el bisturí, no puede verlo ni en películas, ni en manos de otros porque se impresiona.

“Por mi trabajo veo sangre, uñas encarnadas, pero no me mostrés una inyección porque me impresiona, o si veo a alguien o en TV con un bisturí me da impresión”, agregó respecto de su profesión.

Actualmente vive en el barrio La Paz, con su esposa Nora, con quien tuvo 3 hijos: Juan Pablo, Daniela y María José.

También disfruta en sus ratos libres a sus nietos: Lara, Cata y Micho.

Aunque el fútbol fue todo para Chochó Flores, desde que dejó el Club Cipolletti, casi no va a la cancha, pero sigue las campañas del Albinegro y está al tanto de todo lo que ocurre.

Jugó hasta el ´79. “El físico y la edad ya no me daban. Me costó mucho, sufrí muchísimo. Cuando vino Mareque (Armando) practiqué unos días, porque se iban de pretemporada y yo ya no estaba en la lista para viajar. Así que me vine al local, cerré y lloré y lloré.

Era el final que uno no espera, pero llegó. Me fui reponiendo de a poco, no quería ir a la cancha, incluso voy poco, porque es una nostalgia muy grande”, expresó.

Siempre vuelve a su memoria aquel partido del 19 de agosto de 1973 cuando clasificaron al Nacional. Le ganaron a All Boys de La Pampa. “Fue uno de los partidos más vividos y ser partícipe del primer nacional que se conseguía acá en el sur fue una alegría tremenda.

Para mí, era estar arriba, era un mundo de gente, de todos lados vinieron a vernos”, agregó este marcador de punta que consiguió ser parte de un momento glorioso

para Cipo, colores que lleva en su corazón como también los de Boca.

Y el recuerdo de esa victoria resurge cada vez que alguno de sus clientes ve el cuadro del equipo, ubicado sobre un mueble en el box donde atiende. “Cuando lo ven me dicen: ‘Cuándo volverán esas épocas...’. Es más lo que la gente me conoce que los que yo conozco, porque dentro de la cancha sos vos contra 5.000, 6.000 personas. En la calle, como muchos compañeros, andamos con el brazo en alto, saludando”, comentó.

Chocho no pierde las esperanzas de que el 2013 sea un gran año para el Albinegro. “El Mingo Perilli llegó a tres semifinales y no se le dieron los resultados, teniendo muy buenos equipos.

Creo que esta campaña se nos va a dar, la gente, el valle necesita un nacional B. Ojalá que se dé pronto, tiene buen equipo, están trabajando con seriedad. Yo no voy mucho a la cancha, pero la gente se está arrimando cada vez más, se ve que está dándole un apoyo total”.

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DANIEL ANDRÉS | PROFESOR DE EDUCACIÓN FÍSICA

El valor del reconocimiento de sus alumnos Es uno de los primeros “profes” nacidos en esta ciudad. Recordó, con nostalgia, los viejos intercolegiales e intercursos que llenaban los gimnasios de las escuelas y los clubes Cipolletti y San Martín.

D

aniel Andrés fue uno de los primeros profesores de Educación Física nacido y criado en Cipolletti, pero no permite que nadie le otorgue ese

título a él solo. Es de la época en la que los intercolegiales y los intercursos de las secundarias cipoleñas llenaban las tribunas de los clubes San Martín y Cipolletti. Eran años en los que existía esa “pica” entre los alumnos del Bachiller y los del

Comercial cuando entraban a una cancha. Tiempos en los que profesores enseñaban a los varones y las profesoras a las mujeres.

Nació en pleno centro de la ciudad.

Siempre estuvo ligado al deporte y, como la mayoría, el fútbol era su

mayor pasión. “Siempre me gustó, me iban a buscar de todos los barrios para jugar al fútbol, tenía 16 años y el Club Cipolletti me quería poner en primera. Por supuesto, mi padre me sacó y me llevó a una tercera división en Neuquén, donde conocí a un

señor muy bueno, que era Agapito Torres, director de la escuela”, relató el profe Andrés.

Era hábil en este deporte que mueve pasiones en Argentina y fue poco el período que jugó en tercera. Lo hizo en varios equipos neuquinos que

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resultaron ganadores en diferentes campeonatos regionales, hechos que abrieron una puerta para él en Buenos Aires, cuando estaba terminando sus estudios en el colegio Manuel Belgrano.

“Me fui a probar a Vélez Sarsfield entre 700. Yo fui uno de los que quedé. Estuve viviendo casi un año en el club, andaba muy bien, pero estaba solo. No tenía a nadie. De Viedma me llamaba el profesor Antivero, que había sido docente mío y se había ido a dar básquet. Él había conversado con la gente de Villa Congreso, donde mi papá jugó algunos años.

Me decía que me fuera para allá a jugar y estudiar Educación Física y de golpe me vi haciendo la ficha de ingreso para el instituto”, recordó.

Allí se encontró con un amigo de la infancia: Juan Carlos Nery. Juntos terminaron la carrera en el tiempo establecido y en el ´72 recibieron sus títulos. “Con mi amigo Juan Carlos fuimos los primeros profesores de Educación Física de Cipolletti nacidos en esta ciudad. Quiero que quede constancia de que somos los dos los primeros. Hicimos muchas cosas juntos, como ir al galpón Tres Ases a buscar cajones de embalar para hacer un esquema de gimnasia para llevar a Buenos Aires a la gimnastrada”, aclaró.

Sus primeros trabajos Con el título en la mano, el profe Andrés regresó a Cipolletti y la primera institución educativa en la que trabajó fue el colegio Fátima, en el que permaneció por 25 años. Allí sí fue el primer docente en su orientación. También fue docente en el Belgrano, del que había egresado.

“Fue lindo volver, pero la juventud va cambiando y no era lo mismo cuando éramos alumnos nosotros. También enseñé en el Industrial. Antes trabajamos en todos lados porque éramos

“En las escuelas primarias siempre jugábamos al handball, porque es una disciplina grupal, fácil de enseñar y todos pueden participar, los gorditos, los flacos, los poco habilidosos.

Como profe, siempre cuidé no herir a ningún alumno y menos a los niños”. pocos. Estaban Salvador Antivero y Mario Jacquet. Yo me orienté más por el handball y el fútbol. En las escuelas primarias siempre jugábamos al handball, porque es una disciplina grupal, fácil de enseñar y todos pueden participar, los gorditos, los flacos, los poco habilidosos. Como profe siempre cuidé no herir a ningún alumno y menos a

los niños. Creo que en mi vida de docente una sola vez amonesté. Fue a un estudiante que llegó tarde y no quiso hacer la actividad, me habló muy mal, me parece que le puse 10 amonestaciones. De grande, cada vez que me ve, me abraza porque reconoció que había sido justo”, expresó.

Por aquellos años, los estableci-

mientos educativos no tenían espacios destinados para la actividad física, las clases se desarrollaban en los patios de los colegios, en las plazas, en las canchitas o en el Club Cipolletti.

Defender los colores de la escuela “El profe Antivero coordinaba las actividades de los secundarios con

el Club Cipolletti. Con Juan Carlos nos dedicábamos al vóley y al fútbol. Se hacían los intercolegiales y el Belgrano avasallaba. Teníamos muy buenos equipos. También los intercursos, el Bachiller que se daba en la mañana contra el Comercial que era el turno tarde.

Lográbamos total participación de los alumnos en las actividades deportivas. Llenábamos la cancha del Club San Martín y del Club Cipolletti. Iban con pancartas, nos permitían retirar a los alumnos antes.

Era totalmente distinto a lo que se vive ahora. Es como comparar los picnic de antes con los de ahora”, detalló.

La “pica” estaba entre las instituciones de nivel medio de aquellos años, Manuel Belgrano, Industrial y el Normal, y si bien en los primeros intercolegiales los alumnos del Belgrano siempre lograban la victoria, la escuela técnica fue creciendo y fortaleciendo sus equipos.

“Le poníamos más pasión y nos preocupábamos para estar en los equipos, defender los colores de la escuela, antes el sentimiento era distinto por el colegio. Cipolletti siempre estuvo bien representado”, agregó.

Lo que resulta más grato, y para él no tiene precio, es el afecto de los cientos de alumnos que pasaron por sus clases.

“Gracias a Dios, y lo puedo decir por mi experiencia, el reconocimiento de los alumnos, después de tantos años, es lo más valioso.

Cruzarlos en la calle y te reconozcan, te abracen, te miren. La sociedad está en manos de ex alumnos y me llevé sorpresas muy grandes, médicos, abogados. Hace un tiempo me atendió por un cateterismo el cardiólogo Urdiales y me dijo ‘no me reconoce’. Eso no tiene precio”, recordó con emoción.

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LUIS BOSCHI | EMPRESARIO FRUTÍCOLA

Productor de pura cepa sU ABUELO Aquiles llegó a Cipolletti en la década del ’20. Eligió trasladarse al Sur antes que desembarcar en Chaco, que era la otra opción. LUIS recordó cómo se fue construyendo la empresa familiar.

L

a familia Boschi es una de las más tradicionales y antiguas de la ciudad de Cipolletti.

Aferrados al trabajo de la tierra, horticultores y fruticultores por excelencia,

han ido cimentando su historia desde la misma llegada al país, a principios de la década del '20.

Aquiles Boschi y su esposa, María Dalmonte, habían decidido emigrar a la Argentina en búsqueda de tranquilidad y nuevos horizontes.

En Europa eran tiempos de postguerra, pero la sensación de un nuevo conflicto bélico estaba latente. Finalmente el peor presentimiento se concretó con la Segunda Guerra Mundial. La familia Boschi vivía en Faenza, en la región italiana de Emi-

lia Romania.

“Mi abuelo llegó en el año 1922 a Buenos Aires, junto a dos de sus hijos: Pablo (13 años) y Bautista (12 años). Venía con una mano atrás y otra adelante. Traía algunos valores, joyas y un álbum de estampillas. Al

llegar le dieron dos opciones para irse a vivir al interior, ya que no quería quedarse en la ciudad. Una era la provincia de Chaco y la otra Río Negro. Preguntó cómo era el clima en cada una de ellas, y no quiso saber nada de ir a tierras chaqueñas,

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porque había estado en el norte de África y se enfermó de malaria, por lo que eligió venir al Sur, es decir, la opción fue por el clima, no quería saber nada del calor. El ferrocarril llegaba hasta acá, había tierras para colonizar y se largaron para Cipolletti. Al llegar alquilaron en el hotel Argentino, que estaba frente al monumento a Colón”. Con esas palabras, Luis, hijo de Bautista, contó cómo comenzó la rica historia de los Boschi en la ciudad.

Se acomoda en la silla y su mente parece regresar en el tiempo, para continuar con el relato.

“En Buenos Aires, mi abuelo, había vendido parte de las joyas y de las estampillas que en esa época tenían mucho valor.

Con esa plata en el año 1924 en un remate compra cuatro hectáreas en Luis es hincha de donde está insCipolletti y fue talada la empredirigente del club sa hoy. Luego, al año y medio, albinegro. detalló Luis. viene mi abuela Y añadió: “Eran María, con mi tía horticultores y Elisa de dos años, fruticultores, pero con tanta mala suerte más se dedicaban a la que mi abuela se enferma verdura, la quinta que no de tifus y muere. Y al no poder faltaba nunca. Después plantaron atender a Elisa, la da en adopción viñas, hicieron vino, armaron una a unos amigos, paisanos de Italia, pequeña bodeguita y con eso fueron un matrimonio que no tenía hijos subsistiendo”. y criaron a mi tía. Hoy uno se lo Luego se refirió a su padre. Coarreglaría de otra manera, pero en mentó que “le gustaba el ciclismo, esa época era muy difícil, se trabacorría en bicicleta, era bueno. Y, jaba para vivir. Plantaron verducomo andaba bien, se contactó ras, mi abuelo era buen cazador, con el equipo Bianchi, que lo lleva había traído sus armas de Italia. a Buenos Aires a correr varias caCazaba martinetas y perdices en rreras. Se hace amigo de los que El 30 y de ahí obtenían la carne”, integraban el equipo y le ofrecen que abra una bicicletería acá en Cipolletti. Lo hizo mi papá y fue la primera en la ciudad. Estaba ubicada en la calle San Martín, sería hoy frente a la farmacia Maturi.

Empezó a vender bicicletas como pan caliente, como vender autos hoy. La primera chacra que compraron fue en la zona de La Falda, me acuerdo que mi papá decía que Luis Boschi habló de la ciudad y para hacer un pozo había que uticómo la observa desde su punto lizar una barreta, de lo dura que de vista. era la tierra.

“La veo bien, que ha crecido, Después compraron otra en Cinco una ciudad linda. Pero veo muchas Esquinas, la cosa fue mejorancosas que a mí personalmente no do y con mi tío se asociaron a una me gustan. Que un argentino viva cooperativa de productores que en una casa de madera, de nylon. estaba ubicada en donde hoy está Habría que ocuparse más de esta la distribuidora García y fueron gente humilde para que tenga su creciendo. Desde un inicio fue una casa propia. Salís a dar una vuelta empresa familiar. Mi papá cerró el por los alrededores y se pueden ciclismo en la década del '60, porver estas cosas. Antes no pasaba, que era una cosa o la otra, y eligió cuando era chico. En un país tan la chacra, la producción”. rico como es Argentina no pueden

pasar estar cosas. Muchas veces los Productores llevo a mis hijos para que observen Los hermanos Boschi, Pablo y Bauestas cuestiones. Para que aprentista, decidieron alejarse de la coodan a valorar lo que tienen y vean perativa y armaron su propia estrucla realidad”, sostuvo. tura empresarial.

En este sentido, explicó que “mi Pasión por el Albinegro papá vio que el cooperativismo no Luis es hincha de Cipolletti y fue caminaba, había mucho egoísmo. dirigente del club albinegro. Dijo Y armaron un pequeño galpón, y que fue un momento duro y difícil, de ahí en más fue todo trabajo y aquella serie que se perdió ante trabajo”.

Patronato, ya que veía que podían Luis es el cuarto de seis hermanos, llegar a la B Nacional. Luego de esa Raúl, Carlos, Ana, Miguel y Juan etapa se alejó, pero sigue concucompletan el sexteto. rriendo a la cancha.

“Mi hermano mayor, Raúl, terminó

Preocupación por la realidad social

21 la colimba a los 20 años y lo subieron al tren y “En Buenos Aires, mi abuelo lo mandaron a Buehabía vendido parte de las nos Aires, al Mercado joyas y de las estampillas de Abasto. Mi papá que en esa época tenían muhabía comprado un cho valor. Con esa plata, en puesto a medias con la familia Franco, 1924, en un remate compra para manejar la vencuatro hectáreas en donde ta. Ahí se quedó mi está instalada la empresa hermano, que aún vive hoy”. por allá. Mi otro hermano, Carlos, también trabaja en las chacras”, dijo.

A partir de allí, la empresa Boschi Hnos, comenzó con la expansión.

“Se comenzó a crecer, a comprar más producción, y hoy es una empresa mediana, familiar, que tiene todas las etapas, producimos, empacamos, conservamos, y vendemos a mercado interno y exportamos. En la empresa tenemos un piso de 400 empleados y en temporada se dobla prácticamente”, expresó.

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JORGE GRASSANO | PILOTO DE RALLY

Sin el Coco, no se corre El cipoleño disputa el rally regional desde hace 23 años. Debutó con 40 años cumplidos por obra de su recordado amigo Héctor Lanfré. Jefe de equipo y mecánico, el corredor fue múltiple campeón en la década del 90.

J

orge Grassano, el Coco, es sinónimo de rally regional y un referente ineludible del deporte local. El domingo cumplirá 63 años, pero aún no puede asegurar que vaya a decidir su retiro en diciembre.

Simple, trabajador y padre de 4 hijas, descubrió su nueva pasión deportiva a los 40. Sus décadas anteriores en Cipolletti, donde arribó al año de vida procedente de Mainqué, las repartió entre su trabajo particular, la pesca y el acompañamiento como hincha de las viejas campañas futboleras del Albinegro por distintos lugares del país.

Sin embargo, encontrarse con su entrañable amigo Héctor Lanfré le marcó la vida para siempre, sin imaginar que esa rutina diaria de mates en la tapicería de Hugo Mazzuchelli en calle Mengelle lo perseguiría hasta estos días.

“Nunca tuve la fantasía de los autos de carrera. Me gustaba la

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mecánica, la aprendí por mi suegro, pero no mucho más”, rememora.

Así fue cómo un día cualquiera de los años 80, cuando Lanfré se quedó sin lugar para guardar su Gordini que formaba parte de la categoría 850, le propuso guardárselo en su casa.

“Lo cruzamos de la tapicería, lo bajamos del trailer en mi entrada y el combo incluyó meterle mano al motor. Desde ese momento, fuimos inseparables. Me invitó una tarde en General Roca como acompañante, así que me hicieron un butaca y me subí por primera vez a un auto de carrera con él”, recuerda.

El debut deportivo como piloto llegó recién en 1991 sobre un Fiat 128 de color blanco que le perteneció a Elio Gómez, después de haber sido seducido por la insistencia de su vecino Carlos Alcaraz.

La compra de un auto de calle chocado, al que le hizo una buena diferencia económica después de arreglarlo, le permitió tener billetes frescos en los bolsillos, un extra en la economía mensual.

“Yo siempre trabajé como empleado -expuso-, no tenía la posibilidad de invertir en un auto para correr. Cuando concreté eso, un día le dije a mi señora ‘¿y si me compro un auto de carrera’?”. El silencio en su relato parece simular la reacción de su compañera: “Hacé lo que quie-

“Nunca tuve la fantasía de los autos de carrera. Me gustaba la mecánica, la aprendí por mi suegro, pero no mucho más”.

ras”, le respondió.

A los pocos días estaba el vehículo en el patio de la casa y desde entonces no faltó a ninguna competencia zonal, donde tiene asistencia perfecta hace 23 años.

Títulos Pese a la inexperiencia, en 1993 fue campeón en la división menor y terminó segundo en el ’94 por segundos, después de una apretada definición en una carrera en Cutral Co que lo privó de retener el título.

A fines de ese año, un pariente le propuso rifar el 128 para ir por un auto mayor. La idea prendió, fue un éxito, y en 1995 se subió al Gol que era propiedad de Osvaldo Lovagnini, con el que alzó la copa de la A6 hasta 1998.

“A partir de ese momento, juego en la B, solamente los sábados”, bromea en torno a su presente deportivo ya que le cuesta llegar a ver la bandera a cuadros los domingos, en la segunda etapa.

La suerte ha comenzado a modificarse en el presente certamen, con el estreno de la A5, carburación no electrónica, donde terminó sobre el podio en tres de las cinco citas puntuables. “Ahora quiero volver a ganar, todavía me da la nafta”, anticipa como un modo de dejar la puerta entre abierta.

De por vida La muerte de Héctor Lanfré, mentor de Coco Grassano en el automovilismo, le dejó recuerdos imborrables al piloto local. Anticipando que la anécdota lo emociona hasta las lágrimas cada vez que la recuerda, el protagonista comienza a expresar de qué forma lo afectó la pérdida física del doctor.

Ante su mujer y amigos, Lanfré había pedido en circunstancias muy especiales

ser cremado y esparcido en la Isla Jordán cuando se fuera de este mundo. Aquellas palabras debieron cumplirse hace aproximadamente una década, cuando un paro cardíaco se llevó al recordado vecino con sólo 42 años.

“Fue un Viernes Santo. Obviamente estuve en su velorio, pero su mujer no. Fue su elección. No supe de ella hasta el miércoles siguiente, cuando me

llamó por teléfono para recordarme el deseo de Héctor”, dice mirando por la ventana.

“Por supuesto que lo tenía muy presente yo también, pero uno piensa que son momentos muy familiares, complejos. Por teléfono me pidieron que cumpliéramos su último deseo y fui en el auto de carreras, en medio de una ceremonia en el malogrado autódromo

cipoleño. No me arrepiento para nada, pero hasta hoy siento que me hace mal”, se sincera.

“Cada vez que tengo que correr en la Isla se me cierra la garganta, trato de no pensar porque sería imposible completar.

Es increíble todo lo que termina sucediéndote alrededor de algo que para uno es una pasión necesaria, una descarga”, cierra emocionado.

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ESCUELA 33 | la bIBLIOTECA

El espacio mágico de la lectura Los docentes, acompañados por los padres y los chicos, restauraron sillas y mesas que hoy son utilizadas en uno de los lugares más significativos del colegio.

L

a Escuela 33, ubicada hoy en el barrio San Pablo, es la institución educativa más antigua de la ciudad. En sus 106 años de historia ha albergado a generaciones de cipoleños que crecieron en sus aulas.

Gracias a la iniciativa de los docentes y la colaboración de los padres, los chicos restauraron sillas y mesas que hoy son utilizadas en uno de los espacios más importantes de la primaria: la biblioteca.

A cargo de las maestras Natalia Salva, Sandra Brassara, Dana Pastor y Marilyn Martín, este sitio de lectura se ha resignificado este último año. La biblioteca “volvió a vivir”. Gracias a la dedicación de las docentes, alrededor de 500 chicos se han apropiado -en el mejor de los sentidos- de los libros y juegos que demandan a diario.

“Antes prácticamente no nos daban ganas de abrir la biblioteca, era como un agujero negro en la escuela.

Si bien se prestaban libros y los chicos podían consultarlos, no teníamos personal que pudiera manejar este espacio y se tornaba casi imposible sostener el

trabajo en el tiempo. Creo que muchos leer. Acá ellos vienen con entusiasmo directivos coincidirán en que el cargo de durante los recreos a buscar juegos o bibliotecario es un rol fundamental en material para llevar a sus casas. Toman la primaria, pero lamentablemente no la responsabilidad de cuidar lo que existe en la escuela pública. Este año, llevan, devolverlo en tiempo y forma, leer en silencio y respetar este algunas maestras tomaron esta entorno. Estos hábitos responsabilidad y la difefomentan el uso de rencia es notoria en los otras bibliotecas alumnos”, comentó que tendrán a la directora María Acá ellos vienen con su alcance en Teresa Reyes. entusiasmo durante los el futuro y La consque deben tancia y el recreos a buscar juegos aprovetrato directo o material para llevar char. Porcon toda la a sus casas. Toman la que hay comuniresponsabilidad de cuidar alumnos dad edulo que llevan, devolverlo que llegan cativa han en tiempo y forma, leer al secundaconvertido en silencio y respetar este rio sin haber el lugar en pisado nunca un ámbito de entorno. una biblioteca, recreación en se acercan con el que los libros y cierto resquemor los juegos se vuelven o no saben qué hacer indispensables en el día a cuando estudian en la universidía de los niños.

“Nunca se utiliza este recinto como dad y su uso se vuelve imprescindible”, castigo, como lo hacen en otros lugares resaltó Reyes.

En la era de lo digital, lo tangible del donde mandan a los chicos al rincón a

papel, las llamativas tapas de los cuentos y la promesa de un grato momento de imaginación, sigue siendo –al menos aquí– un espacio que las computadoras y las redes sociales no han podido ganar.

“La satisfacción como docente, al ver a los chiquitos de primero que recién comienzan a leer, el entusiasmo con el que se acercan a buscar cuentos, es impagable. Nada reemplaza a esos primeros libros. Internet está más presente en las casas o en los alumnos más grandes, pero como método de consulta. Por ejemplo, si conocen a algún autor en particular, buscan en Internet qué títulos tiene y después lo piden acá, pero eso no sustituye al libro”, explica Natalia, una de las bibliotecarias.

Además de la lectura y los juegos del salón, este lugar constituye un entorno en el que se gestan otras actividades escolares. Allí se proyectan videos, se inician trabajos áulicos y se realizan campañas como las de recolección de tapitas y botellas plásticas.

“Hace un tiempo, una alumna de la escuela comenzó a viajar periódicamente al Hospital Garraham para atenderse. Así iniciamos el contac-

to con la institución y empezamos a recolectar tapitas. Esa actividad continúa hasta el día de hoy en la biblioteca”, contó la directora.

A través de los años, la escuela ha sido testigo de la historia de la ciudad, y en su trabajo diario refleja la identidad de la sociedad cipoleña. “La restauración de los bancos se realizó con la ayuda de un vecino que ya no está, y eso fue una gran satisfacción que logró ver realizada. También hace un tiempo una vecina trajo unos libros enormes, hermosos, hizo un esfuerzo enorme para venir. Después me di cuenta de que esa era su forma de despedirse. También están los papás que ayudaron con los nuevos armarios. Muchos padres que estudian, utilizan nuestros libros, o se sientan a leer mientras esperan a sus hijos. Para nosotros es importante que sientan que este lugar está abierto a la comunidad”, explicó la docente.

Lejos de aquellos tiempos de desazón y estantes abandonados, hoy la biblioteca de la Escuela 33 proyecta nuevos desafíos y solicita a quienes puedan hacerlo la donación de libros de cuentos para continuar creciendo.

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GUSTAVO RUBIANES GAGO | MÉDICO

Una vida ligada a la salud de la gente La labor en el periférico del barrio Del Trabajo de este reumatólogo peruano es recordada por todos los

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n la Universidad de La Plata, Gustavo Rubianes Gago obtuvo el diploma de médico generalista reumatólogo, pero el centro de salud del barrio Del Trabajo le otorgó el título de médico comunitario, una

vecinos. Se instaló en la ciudad en 1983. especialidad que lo llena de orgullo y que logró porque simplemente supo comprender las necesidades reales de sus pacientes, que muchas veces poco tenían que ver con dolencias físicas.

Aunque hace bastante tiempo que ya no trabaja en este “periférico”,

sus recorridas por la ciudad terminan siempre allí, como hizo algunas semanas atrás cuando fue a llevar una bandera, que por tercera vez se robaron, pero que a él no le importa “mientras que se la hayan llevado con fines buenos”.

De nacionalidad peruana, llegó a

Argentina en el año 63 para estudiar medicina, ya que en su país le era imposible por los costos que significaban para su familia. A los cuatro años claudicó, iba a ser padre, entonces decidió volver a Perú.

Sin embargo, en el ‘74 regresó para obtener su título cinco años después.

Estaba trabajando en un hospital de La Plata cuando recibieron la visita de un familiar de su esposa, el doctor Omar Tapia, quien lo invitó a Cipolletti a pasear y también para trabajar.

“Vine para una Pascua y me llevaron a conocer el Chocón y se me ocurrió

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tomar agua. Una señora que nos acompañaba me dijo que los que bebían agua de allí no se iban más, no le dí importancia, finalmente fue así. Regresé a La Plata, planifiqué y aterricé nuevamente en Cipolletti en el ´83. Estuve viviendo con los Tapia, hasta que alquilé y traje a mi familia”, detalló.

El doctor Tapia le brindó la posibilidad de empezar su labor en la ciudad en el sanatorio Río Negro, pero en poco tiempo recibió una propuesta para trabajar en salud pública, y resolvió estar en los dos lugares. “Yo venía de trabajar de un hospital de La Plata y no quería estar en el privado, aunque fue muy buena experiencia y me sirvió. Gracias a Dios y a gente que me invitó a participar, el primer periférico al que me enviaron fue el de La Costa. Me pareció buenísimo, pensaba me voy a comer un choripán, me decían del carrito de la costanera. Cuando llegué no era tan así. Después pasé por otros y a fines del ´84 me instalé en el barrio Del Trabajo. Ahí empezó el peregrinar de todos los días. Nací y me críe con ellos, me hice médico comunitario”, expuso.

Algo más que medicina Sus lazos con este centro de salud en particular fueron muy fuertes y la reumatología quedó un tanto en segundo plano. Por ese entonces, y según relató, el barrio estaba dividido socialmente por una calle. “Por decirlo de alguna manera, de un lado estaban los chicos bien y del otro los del plan de viviendas. Mi objetivo fue juntarlos y lo que hice la primera vez fue acercar a los de un lado y los del otro. Hablando, charlando, diciéndoles que si sumábamos esfuerzos lo que íbamos a conseguir serían pequeños logros, pero si seguían distanciados, sólo mirándose y viendo lo que no les gustaba del otro no se iba a poder. Así los junte, los de acá trajeron la harina, los de allá la manteca y se vendieron las primeras empanadas para reunir dinero para la salita. Se hicieron adentro del pe-

El vínculo creado La vocación de servicio, más allá de ser un profesional de la salud, siempre estuvo presente en Gustavo Rubianes Gago y, como en cada hecho que relató, lo que sin lugar a dudas le permitió concretar proyectos y cosechar logros para la comunidad fue el vínculo que creó con sus pacientes y con los vecinos de los ámbitos en los que se desempeñó, tanto en el sector público como en el privado.

Para él, es indudable que su trabajo en los centros de salud estuvo mucho más relacionado con la cuestión social que con la medicina. “A veces al ser humano no se le permite escuchar. Los pacientes me dicen qué tiene que ver lo qué les pregunto con la reumatología.

Yo no veo un foco, veo un todo y me aboco a eso. Estoy formado de esa manera, que me permite interiorizarme del paciente y a veces es una cosa tan banal que lo dejo explayarse, con algunas explicaciones y un placebo, que lo utilicé y nunca conté esto, se logra una mejoría, porque no se trata de una dolencia física”, confesó.

En varias oportunidades, lo que el paciente simplemente buscaba era que alguien lo escuchara y eso hacía él, les daba una explicación y una aspirina porque sabía con certeza que no se trataba de una dolencia física.

“A los 4, 5 días venían y se sentían muy bien. Así logré un psicodiagnóstico. La gente lo que quiere es que la escuchen. Traté con muchas clases de personas,

riférico, la fritura, todo, hubo harina y empandas durante una semana”, recordó con orgullo.

Aunque trabajó en diferentes espacios barriales dependientes del hospital, cubriendo licencias de sus compañeros, su base siempre fue el barrio “Vine para una Pascua Del Trabajo. La y me llevaron a conoventa de las cer El Chocón y se me empanadas ocurrió tomar agua. fue la primera Una señora que nos actividad que acompañaba me dijo sirvió no sólo que los que bebían de para reunir dinero, sino que allí no se iban más, fue el puntano le di importancia, pié inicial para la finalmente fue así”. unión de los vecinos para trabajar en beneficio de todos.

Ferias americanas de ropa, trueques y rifas también formaron parte de las actividades que emprendió el doctor Rubianes Gago con los vecinos del sector. “A las amigas de mis hijas las llevaba a todos lados a pasear y después la forma de devolverme ese favor era prostitutas, homosexuales, pungas, drogadictos, todos donando ropa. Seguía trabajando se confesaban y a todos trataba por igual. Les parecía en el privado y esto también me raro y me lo decían”, agregó. permitía contar con mucha colaLogró confianza, honestidad y que la gente le boración para estos fines. Una vez, respondiera cuando organizaba eventos en beneficio de un vecino del periférico nos dio un las salitas. “Me contaban lo que les pasaba, en algunos televisor para la salita y el que tecasos les decía si lo que ellos buscaban era faltar al níamos, que era chiquito, lo sortrabajo, le daba dos días, pero les pedía que no me teamos. El dinero fue para cubrir mintieran y se confesaban. A veces estaba muy mal distintas necesidades que había mirado por mis colegas, pero pienso que cada uno elige en el centro. También hicimos truel enfoque y sus objetivos”, afirmó. que con un inodoro, un vecino nos Las historias clínicas que armaba el doctor Ruentregó uno y nosotros le dimos el bianes Gago son muy diferentes a lo que estamos que había en la sala”, dijo y agreacostumbrados porque los conocía por hechos, gó que en este último caso muchos por situaciones vividas, por los lazos afectivos, creyeron que él se había quedado entonces cuando lo visitaba algún paciente las con el artefacto, “pero los vecinos charlas comenzaban con consultas sobre “¿cómo y los que me conocen saben bien está tu abuela?. “A veces hacia trampa y anotaba cómo fue”. los nombres de los familiares, pero me acordaba En 1990, por invitación comenzó de todo. Mi objetivo en los periféricos siempre fue a formar parte del Club de Leones darles calidad de vida, de ambiente, estructura, y esto también resultó en beneficio dejarlos conformes, escucharlos. También les hacía para el centro de salud Del Trabajo, ver que la salita era un punto de reunión tanto ya que en el 2005 gracias al aporte para el bueno como para el malo, he tratado gente de leoninos, por iniciativa de este de toda índole social, con sus cosas buenas, malas, médico comunitario, se logró realizar para eso está uno”, remató. la primera refacción.

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DENIS MARTÍNEZ | ASTRÓNOMO

Difundir y fomentar la ciencia, el gran objetivo A los 40 años, dejó su trabajo en el sector de cargas de Aerolíneas Argentinas para dedicarse de lleno a su proyecto educativo. Ya puso en marcha el primer Planetario Digital Móvil de la zona.

L

o que comenzó para Denis Martínez siendo niño, en los últimos meses se convirtió en un proyecto de vida. Astrónomo aficionado, este cipoleño de 40 años decidió realizar “una jugada arriesgada” y apostar todo para llevar su gran pasión a la mayor cantidad de valletanos posibles.

“Ahora sólo me dedico a esto, mi función es llevar la astronomía a

todos los rincones de la región, fomentar interés por la ciencia. Es un emprendimiento privado. Le tengo toda la fe, la pasión, las ganas y cuento con las herramientas”, explicó el actual presidente y fundador de Agrupación de Astrónomos Aficionados del Hemisferio Sur, formada hace dos años.

“Yo soy aficionado de toda la vida.

Desde muy chico me acuerdo que me impactó lo que era el cielo, observarlo, estar toda la noche miran-

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Con este material, el objetivo de Denis es recorrer las escuelas de do las estrellas. En la región y la primera experiencia aquella época directa con alumnos fue en la Es“El cielo patagónico en la información cuela 33. realidad nos permite ver que recibía era “Cuando uno habla de astronomía muchas cosas porque no muy poca, la siempre habla de la esfera celeste, tenemos contaminación mayoría de cuando vos lo plasmás en un aula lumínica. La gente que mi generación lo hacés en un pizarrón en una suviene de Buenos Aires se fuimos todos perficie plana; lo que te permite el hechos por planetario es ver y simular cualquier asombra con sólo levanCarl Sagan, de movimiento o fenómeno astronómitar la vista” la serie Cosmos. co de manera más real. Los equipos Ése fue el padrino llegaron hace dos meses. Vienen de mi generación y de cargados con más de 300 videos algunas más. En la infancia en sistema full domo, podemos nació la pasión por la astronomía y proyectar lanzamientos, después de a poco fui estudiando, sondas espaciales, informándome y comprando equila luna, el sol, vipamiento. La explosión la hice con el deo con música”, surgimiento de Internet, empezás a añadió, sin dejar “Ahora sólo me dedico recibir información, vincularte, conde mostrar su a esto, mi función es tactarte con agrupaciones de todo interés en todo llevar la astronomía a el mundo, eso ha generado que en momento. todos los rincones de los últimos años uno pueda darle un Este proyecto la región”. mayor auge a esta actividad”, contó personal tamorgulloso. bién apunta a Primero fue la conformación de la generar eventos, agrupación, que surgió con el fin participar de digenerar una imagen de 180 gracielo. Tiene un software que se usa trellas, las constelade fomentar, difundir lo que es la ferentes actividades, dos, se transforma en una pantapara representar de manera virtual ciones, podés avanzar ciencia, en particular la astronocomo la Feria del Libro de lla gigante esférica y se crea una el cielo en cualquier horario, parte y retroceder en el tiemmía. “Más allá de generar un lugar Cipolletti, para la que ya presenproyección donde podés simular el del mundo, ver cómo están las espo”, detalló con entusiasmo. de encuentro, de reunión entre taron un proyecto. los aficionados y todos aquellos “Tener atracciones que tengan que que quieran aprender. Sos siemver con la astronomía para que venpre un bicho raro, a los aficionagan otros aficionados a la región. dos siempre nos pasaba lo mismo, Siempre está el sueño y el proyecto encontrarnos a veces muy solos, es de hacer un observatorio en Cipodifícil tener amigos que les guste lletti, donde se conjugue todo lo la astronomía. Lo que intentamos que es Turismo, Educación y Ciencia. anhela que se implemente una política para preservar Denis Martínez nació en Bahía Blanca, pero vive en con la agrupación es juntar a las Un objetivo importante que hemos el recurso cielo.

Cipolletti desde que tenía 4 meses. Cursó sus estudios personas que andamos desperdilogrado es que esté en Cipolletti el “Se le está dando mucha importancia como recurso primarios en la Escuela 258 y el Nivel Medio en el CEM gadas por la región y poder charplanetario con ojo de pez único en natural en muchos lugares del mundo. Evitar el de5, ambos establecimientos del barrio Rosauer. lar, hacer observaciones, enseñar a el país”, dijo. rroche de energía, hay faroles apuntando para arriba “En realidad la primaria la empecé en el edificio del otros que tienen un telescopio y si

sin sentido o carteles luminosos que tienen reflectores secundario: mi mamá, Lidia Vázquez, era docente de la después se quieren sumar bienveUna misión hacia arriba que lo único que hacen es contaminar el 258, que por un tiempo compartió edificio con el 5. Mi nidos sean”, comentó.

Para lograr la concreción de todas estas cielo y nos están privando de un espectáculo maravipadre, Denis Martínez, estaba en la cooperadora que

propuestas, la primera es el planetario lloso. Siempre que tengo la posibilidad se lo digo a los construyó el edificio de la primaria. En el nuevo edificio A las escuelas móvil que ya está en marcha, Denis políticos”, enfatizó. arranqué cuando entré a cuarto grado. Jugué muchos Este fue el puntapié inicial para dejó su antiguo trabajo.

Comentó además que el cielo de Cipolletti y de la años al voley en la Escuela Municipal. Eso también es que Denis decidiera llevar a cabo “Estaba como responsable de carregión tiene una ventaja importante, como es tener lo que me lleva a concretar este proyecto en mi ciudad, un proyecto personal, por el que gas de Aerolíneas Argentinas, Jet muy poca contaminación lumínica. “Lo que tiene de porque no hay. Muchas veces nos hemos tenido que hace poco más de tres meses dejó Paq, trabajé 9 años. Mientras esbueno es que con alejarse unos pocos kilómetros se trasladar a otras provincias, mi objetivo es desarrosu antiguo trabajo. Para ello fue tuve allí hacía lo que podía con la puede disfrutar de un buen cielo. El cielo patagónico llar la actividad en Cipolletti, poder generar eventos adquiriendo equipamiento y en pasión porque el laburo me sacaba en realidad nos permite ver muchas cosas porque no y atracciones que tengan que ver con la astronomía la actualidad cuenta con el primer mucho tiempo. Hace tres meses tenemos contaminación lumínica. La gente que viene para que vengan a la región. Siempre está el sueño y el Planetario Digital Móvil con Sistedejé ese puesto y quiero abocarme de Buenos Aires se asombra con sólo levantar la vista”, proyecto de hacer un observatorio en Cipolletti, es un ma de full domo Ojo de pez. “Es el a mi pasión por completo. Tengo explicó tras muchos años de observación. poco ambicioso pero en eso estamos”, relató. único en la Argentina y está en Ciuna misión que es la astronomía, y Por las dudas y porque en realidad es lo primero Y entre sus sueños, que poco a poco se va concrepolletti. Se infla una media esfera, el planetario me va a permitir haque siempre le preguntan, porque es casi inevitable, tando y en los que en todo momento pone atención y que lleva una turbina y un ventilacerlo. Hacer observaciones, salidas, asegura que nunca vio ovnis "en nuestro cielo”. entusiasmo, cuenta con el apoyo de su esposa e hijos y dor, y en el interior un equipo con llevar la ciencia a todos los rincoproyector (ojo de pez) que permite nes”, explicó.

Seguir apostando a Cipolletti

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MONA GALLOSI | BARtender

DE elite La joven cipoleña es una de las principales referentes del país en el rubro. Reconocidas firmas nacionales e internacionales la convocan para que sea anfitriona en importantes eventos.

M

ona Gallosi se convirtió en una de las bartenders más populares, glamorosas y distinguidas de los últimos años en el país. Su conexión y labor junto a reconocidas firmas nacionales e internacionales le permitieron lograr mayor notoriedad. Transmite energía, pasión, contagia entusiasmo y da la sensación que nunca se detiene. Esta cipoleña, de 35 años, terminó de estudiar en la nocturna República de Italia, secundaria que

funciona en el edificio del colegio Manuel Belgrano de Cipolletti, para luego trasladarse a Buenos Aires y obtener el título en Diseño de Indumentaria. Sin embargo, cuando comenzó a trabajar en el sector de gastronomía descubrió su verdadera vocación, que con esfuerzo, fijándose objetivos claros y sin dejar de soñar, convirtió en una profesión que hoy tiene sello propio.

María Cecilia -la apodaron Mona desde muy pequeña- vivió parte de su niñez y adolescencia entre los barrios Manzanas del Sol y El Manzanar de Cipolletti, ciudad que visita dos

veces por año porque aquí quedó parte de su familia.

Como muchos adolescentes, tuvo su momento de rebeldía y luego de su paso por una escuela primaria de Neuquén, no completó la secundaria en un diurno como es habitual a esa edad. Estaba trabajando como secretaría para un médico, que era familiar, y fue en ese momento cuando se dio cuenta que tenía que estudiar para poder avanzar y se recibió en el nocturno.

"Vine a Buenos Aires a estudiar diseño de indumentaria, viajé con el sueño de ser diseñadora pero em-

pecé a trabajar en el sector gastronomía y me encantó. Me hice bartender, lo mío fue de autodidacta, leyendo y de kamikaze. Trabajé en un restaurante tailandés 11 años, fui manager y allí me fui formando.

No soy de boliches, sí trabajo en restaurantes y todo lo que es coctelería.

Me fui haciendo sola hasta que me descubrieron", relató durante una entrevista telefónica.

Y si bien el contacto fue a través de un celular, Mona contagia energía, dinamismo, entusiasmo y pasión por todo lo que hace y su tono denota orgullo porque logró llegar "sin ha-

cer nada incorrecto, con mucho esfuerzo, dedicación y paciencia".

Y con esas herramientas buscó la forma de especializarse y generar "algo fuerte", empresarial, serio y hoy tiene sello propio: Mona Gallosi.

En forma constante, es convocada por diferentes firmas nacionales e internacionales para la realización de eventos.

Es una de las referentes de este rubro que buscó posicionar la actividad de los bartenders y darle un toque muy particular, logros que también comparte con Inés de los Santos. "Le dimos otro carácter a la coctelería y

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a las barras. Me muevo bien, con simpatía, pero con carácter, porque estamos hablando de un ambiente un poco machista", expresó.

Trayectoria Siente pasión por lo que hace y esto le abrió caminos convirtiéndola en anfitriona del Jack Daniel´s Bar en Punta del Este; llevándola a Chile a conducir una fiesta del whiskey de Tennessee; armó cartas de bares y restó como Leopoldo, Negroni. Estuvo en televisión y compartió pantalla con Fabricio Portelli y Miguel Brascó, Los Hermanos Petersen. Fue uno de los atractivos principales de eventos con Gancia, Nespresso y HSBC. Realizó un recorrido por el país dando charlas y capacitando para Telecom.

También trabaja para Quilmes y Campari, y está a cargo de las barras y los cócteles de Osaka. Ha organizado barras premiun, clases lúdicas y tragos exclusivos para firmas como Porsche y Ford.

“Hace unos días Ford me convocó para la presentación de un nuevo modelo, se realizó una fiesta y como soy parte de la imagen de la firma, preparé un trago que respondía a las características del nuevo modelo.

Me gusta mucho la coctelería clásica, pero también me dedicó a la de

"Vine a Buenos Aires a estudiar diseño de indumentaria, viajé con el sueño de ser diseñadora pero empecé a trabajar en el sector gastronomía y me encantó. Me hice bartender, lo mío fue de autodidacta, leyendo y de kamikaze".

autor y tengo mi sello, me encanta recrear la coctelería plástica”, comentó.

También trabaja en Radio Metro, prepara tragos para “Su atención por favor” -junto a Nico Artusi y Shumi Gauto- y “Días como estos”,

con Diego Iglesias. “Si uno se pone objetivos y sueña, toda llega. De adolescente escuchaba y me encantaba la Rock and Pop, Mario Pergolini, Matías Martín y me he codeado con esa gente”, ilustró y agregó: “No hay que parar de so-

ñar, todo se puede lograr”.

Primer trago Mona también se dedica a la coctelería de autor y recuerda que su primer trago fue "Dulce asesinato", una mezcla de mermelada de frutos rojos, jen-

gibre, vodka y lima. Y así como supo mezclar estos sabores a la perfección y logró encantar el paladar de miles, también supo combinar sus estudios de diseño con la gastronomía, en el que se fusionan la estética, imagen, sensualidad, profesionalismo y las raíces cipoleñas.

“Descubrí este trabajo y encontré mi pasión. Jugué, creé, investigué y descubrí, pero especialmente estuve cada noche recibiendo gente y escuchando qué era lo que querían beber. O intentando descubrirlo.

Ese momento en que uno escucha y el otro habla, en que se va encontrando lo mejor para mezclar, servir y beber es único. Amo ser parte de miles de esos momentos compartidos”, mencionó.

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NORA ENTRAIGAS | TRABAJADORA JUDICIAL

Mucha nostalgia, a poco de jubilarse Llegada de Roca en 1993, comenzó a trabajar en el único Juzgado de Paz cuando todavía la Cuarta Circunscripción no existía.

N

ora Entraigas es una de las empleadas más antiguas dentro del Poder Judicial de la ciudad. Tiene 41 años de servicio y está a dos meses de jubilarse. La mujer terminará su carrera en el Centro de Mediación (Cejume), donde se desempeña como Jefa de Despacho. Asegura que su retiro será algo triste ya que dejará de ver a muchos amigos y compañeros con quienes ha compartido momentos inolvidables.

A sus 60 años, comienza una nueva etapa que, imagina, estará llena de sorpresas, aunque cree que añorará la labor diaria. “Es difícil porque esto ha sido mi vida”, relata entre lágrimas.

Su andar por la Justicia dejó huellas. Muestra de ello es la emoción que la desborda y sus ojos vidriosos cuando recuerda sus primeros pasos por los juzgados rionegrinos. Haciendo un poco de memoria, recordó cómo llegó a ingresar a la Justicia.

Sentimientos encontrados la inundan. Comenta que siente algo de nostalgia pero también alegría al saber que ha dado más de 40 años a un oficio que cree ha hecho con pasión y compromiso. “Entré con 19 años en un Juzgado de Roca. Mis padres me habían dicho que debía estudiar o trabajar y fue así que decidí concursar”, relató Entraigas.

Por ese entonces no eran muchas las personas que elegían este oficio. “Éramos apenas 50 cuando fui a rendir y al tiempo me enteré que había ingresado”, recuerda Nora.

Dedicó su vida completa a trabajar dentro del Poder Judicial de la provincia. Pese a que dice tener deseos de disfrutar de su familia y de otras actividades no deja de pensar que a la hora de irse será un paso difícil de cumplir. Cuenta que un principio no eligió este oficio pero que a través de los años aprendió a quererlo y valorar el servicio que brinda a la comunidad.

Inicio inesperado Su primer matrimonio fue la causa para mudarse a esta ciudad. Siete años después se divorció, pero al poco tiempo conoció a su actual pareja. Tuvieron dos hijas y de sus anteriores matrimonios tienen otros tres. Además de sus tres nietos.

Nora comenzó trabajando en el único Juzgado de Paz que existía en 1993 cuando todavía la Cuarta Circunscripción no había sido creada.

“Teníamos mucho trabajo porque en ese momento quedamos afectados a todas las tareas que se hacen en todos los juzgados que están en funcionamiento hoy. Antes por un trámite de familia teníamos que viajar hasta Roca y es por eso que habían muchos casos que se acordaban”, afirma Entraiga.

Luego fue trasladada a la Cámara del Trabajo y desde hace más de 8 años que se encuentra en el Cejume.

“Es un trabajo que he disfrutado mucho. Siempre me gustó mucho el contacto con la gente y me da placer saber que podemos ayudar al otro.

Además, no sé hacer otra cosa”, relató la empleada judicial. Siempre estuvo vinculada a la tarea administrativa y asegura que haber estado algunos años en mesa de entrada de diferentes juzgados fue una labor que disfrutó mucho.

Hacia una nueva etapa En la actualidad, trabaja en busca de acuerdos y según comentó en algunas situaciones hasta a veces les resulta una misión imposible. “Este es un lugar donde la gente viene con mucho conflictos y hay que tratar de ser armonioso para poder llevar adelante el trabajo. A veces veo personas llorando en la sala de espera y des“A veces veo personas pués que los atendemos llorando en la sala de se van con una sonrisa.

Eso me hace sentir muy espera y después que bien”, aseveró Entraiga. los atendemos se van Y concluyó: “Con tus con una sonrisa. Eso compañeros de trabajo me hace sentir muy compartís muchas horas, bien”. compartís tu vida y tengo la suerte de poder decir que me voy muy feliz y que no me quedó nada por hacer. Me voy con el deber cumplido”.

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MAURICIO MAC KENZIE | DIRIGENTE DEL CLUB CIPOLLETTI

“Nadie se corta solo, siempre prevalece la decisión de la mayoría” Mac Kenzie lidera al grupo de jóvenes del Club Cipolletti que maneja la estructura del fútbol profesional y amateur de una de las instituciones más importantes de la Patagonia.

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auricio Mac Kenzie es el nombre de la real renovación en el fútbol del Club Cipolletti. Próximo a cumplir 32 años –el lunes–, este joven Licenciado en Administración asumió como presidente de la subcomisión de fútbol en una temporada que arrancó con renovadas expectativas, más allá del irregular inicio del equipo en el Torneo Argentino A. Cipoleño de nacimiento, el dirigente fue alumno de la Escuela N° 53 y del Colegio Estación Limay antes de emigrar a Buenos Aires para completar sus estudios en la UBA. La vuelta al pago incluyó su acercamiento a la institución donde había transitado su infancia y adolescencia entre el tenis y el fútbol, lular y empecé a marcar”, reconoce. motivado por la presencia de su her mano menor, Tomás, que en 2008 ¿Cuál fue el primer número? aún formaba parte del equipo de El de Nelson (Garnero, actual primera en la Confluencia. vicepresidente del Club y reconocido Henry Homann, técnico del planobstetra de la ciudad), sabía que tel doméstico, delegó en él cuestenía ganas y lo invité. A los mellitiones administrativas y de logística zos (Santiago y Sebastián Caldiero, para la antesala del Argentino A y la tesorero de la subcomisión y asesor tercera división. legal del club) hacía tiempo que les “En el club hay muchas cosas venía insistiendo. Rafael Chemi conpara hacer siempre, así pensaba y tinuó, y sumamos a muchos más. pienso hoy, por eso golpeé la puerta Hoy somos 18. y enseguida encontré qué hacer. Sin

ninguna apetencia personal, sólo ¿Cómo los ven desde afuera sus colaborar”, dice al rememorar sus colegas de la categoría? primeros momentos de dirigente.

Preguntan cuál es la fórmula y La escalada dentro del grupo de siempre decimos lo mismo: la decitrabajo fue vertiginosa, entre los sión institucional de abrir camino a malos resultados del equipo y las los jóvenes, honestidad y transpaausencias que se fueron multiplirencia en cada uno de los actos. Este cando alrededor de Juan José Chelía, es nuestro segundo año, renovamos dejaron al por entonces presidente a todos los sponsors del primero y de la institución, Ricardo Apcarian, aparecieron nuevos, para nosotros con la obligación de reamar una eses un crédito enorme. tructura de trabajo y confió

en Mac Kenzie. ¿No se necesita “Ricardo fue dinero para ser clave en abrir las “En el club hay muchas dirigente? puertas y descosas para hacer siemEso es mentira, pués empecé a pre, así pensaba y pienso un mito. Lo que llamar gente, hoy, por eso golpeé te quita el club es la verdad. la puerta y enseguida es tiempo en tu Acá muchas encontré qué hacer. Sin espacio profeveces se invisional, momentaba de manera ninguna apetencia pertos familiares, protocolar, pero sonal, sólo colaborar”. visitas a los amigos, todo quedaba en pero es una elección. eso. Yo agarré mi ce-

Yo puedo decir que a partir de mi rol tengo amigos nuevos.

¿Qué es lo más difícil de dirigir?

Y… el tema del dinero, discutir sobre eso con personas generacionales es ingrato. Pero no hay misterios, se ofrece lo que se puede, con la verdad siempre. Este es un torneo que demanda mucho, pero no deja de ser una competencia pobre.

Están lejos de una estructura verticalista, ¿eso es bueno o malo?

Es nuestra forma, nadie se corta solo en ninguna decisión. A veces tiene sus aspectos positivos y otras veces no. Se discute, se analiza, pero siempre prevalece la decisión de la mayoría. Son formas. El club ya tuvo otras y cada uno hará su balance. A mí me gusta dialogar, consensuar, somos todos así.

¿El ego puede ser que rompa con la armonía?

Sinceramente, no creo que eso vaya a suceder. Yo no soy salvador de nadie, porque el fútbol del club es tan grande que ninguno de nosotros va a poder sacar del bolsillo mil pesos para arreglar nada, porque no funciona así. Hay que saber delegar y confiar en el que viene a sumar, si no, sería todo una gran mentira. De verdad somos un grupo de trabajo.

¿Qué produciría el salto de cali-

dad tan necesario?

La estructura de inferiores, la disponibilidad de recursos, no sólo de dinero hablo, me refiero sobre todo a lo humano, aunque ter-

mina derivando en lo económico.

Ascender no sólo sería lindo para contentar al hincha, sino porque nos pararía como estructura en otro lugar.

“El club le pertenece a los socios” Las instituciones deportivas suelen ser una gran primera experiencia para futuros dirigentes políticos, pero no forma parte de las intenciones de Mauricio Mac Kenzie.

Su permanencia en el Club Cipolletti tiene que ver con una cuestión de identidad, un sentido de pertenencia que junto al grupo del fútbol están tratando de regenerar en la sociedad.

“Los clubes responden a los vecinos. Podemos ser apasionados, fanáticos, pero si invertimos dinero en algo que no convoca, no sirve.

Creemos y queremos recuperar ese sentido de pertenencia, para eso trabajamos”, suelta con un dejo de nostalgia.

En ese sentido, los primeros pasos del actual certamen han dado buenas respuestas en las tribunas, los números demuestran que el promedio de tickets cortados se ha incrementado y la campaña de

captación de socios tuvo una gran repercusión nacional.

“El club le pertenece a los socios. Algunos creen que en el espacio céntrico de la institución sería más redituable levantar edificios, pero no es todo plata. Acá hubo gente que levantó la cancha de paleta, La Visera, las piletas. Es parte de nuestra identidad como cipoleños”, recuerda.

Sin embargo, para ese incremento masivo hay un obstáculo del pasado ineludible como la deuda con la AFIP. “Necesitamos modernizar al club en los sistemas de cobro, que el socio puede abonar por débito automático, pero lograr eso todavía cuesta mucho dinero para Cipolletti”, expresa.

Aún así, los números actuales de la masa societaria económicamente activa en la institución de calle Mengelle están por encima de las 2.000 personas.

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UNA CIUDAD QUE

En los últimos años, fue notable la construcción de edificios en dife

parte de estas flamantes estructuras. la h

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CRECE EN ALTURA

erentes sectores. Departamentos, oficinas y locales comerciales son

hotelería tampoco es ajena a este fenómeno.

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UNA CIUDAD EN MOVIMIENTO

La renovada ciclovía -con un gimnasio al aire libre- y la fiesta nacional de la actividad física -que incluye la corrida- son ejemplos de la apuesta local por la salud y la recreación. El torneo Don Pedro reúne a cuatro mil jugadores.

Agustin Martinez

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UNA CIUDAD QUE SE CONSTRUYE A través de cooperativas o esfuerzo propio, miles de cipoleños lograron -o lo harán en breve- alcanzar el sueño de la casa propia. En la actualidad se concretan más de 450 viviendas.

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LORENZO BELLI | PELUQUERO

La barbería de las siete décadas En la calle San Martín funciona un local equipado con sillones y materiales antiguos. En el año 88, Lorenzo se instaló en Cipolletti y comenzó a trabajar en reemplazo de Molteni Vittorio, quien había enfermado.

L

a calle San Martín de Cipolletti desde hace ya algunos años que concentra diversos y grandes comercios.

Cartelería llamativa, anuncios publicitarios, frentes de todo tipo y color. Todos adaptados a los tiempos que corren.

Sin embargo, y sin dejarse llevar por la urgencia de quienes deambulan todos los días en la zona céntrica, hay un pequeño rincón sobre esta antigua arteria que basta con mirar a través de su vidriera para sentir que hemos regresado más de 70 años en la historia de la ciudad.

Una fachada pintada en blanco y un simple cartel que dice 'peluquería', en San Martín 346, no significan demasiado para los apurados transeúntes, pero sí tan sólo se detuviesen unos minutos en la vereda y miraran hacia adentro, realmente volverían en el tiempo.

Los años no parecen haber pasado por este lugar. Allí se observan y siguen usando dos sillones de barbería, comprados en Rosario, marca Di Bitetti con detalles en madera labrada, cuero, un pie de hierro y los apoya cabeza gastados por el paso del tiempo. Seguramente esas

butacas en alguna oportunidad fueron usadas por abuelos cipoleños para mejorar su imagen, pero no por todos, porque por aquellos años era un servicio caro. El cuadro se completa con un lavamanos de hierro esmaltado, muy grande, un modelo y material que ya no se

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ven con frecuencia, pero que sigue funcionando. Hay un perchero de madera, también en extinción, por el que habrán pasado un sinnúmero de abrigos de todo tipo y de toda época.

La mayoría de los elementos de este pintoresco lugar trasladan en la historia de la ciudad. Una estufa refractaria a gas pero con velas, algún espejo gastado de años de rostros reflejados, sillas de madera de las que “ya no se consiguen”, ni las baldosas con dibujos quedan fuera de la escena y forman parte del pequeño local que hace unos 70 años integra el sector comercial de Cipolletti y en el que desde hace 25 años trabaja Lorenzo Belli, de profesión inicial barbero, ahora peluquero.

“Hace unos días sacábamos las cuentas con el hijo del antiguo dueño, Molteni Vittorio, y la peluquería lleva abierta unos 70 años, aunque antes estaba en otro lugar”, así comenzó su relato este hombre que el pasado 10 de agosto cumplió 78 años y que no piensa dejar de trabajar porque asegura: “Ésta es mi vida”.

Nació en Córdoba, en San Marcos Sud, y fue allí donde conoció el oficio. “Me llevaron a aprender, porque antes era así. Fue un primo, uno primero miraba y después empezaba de a poco, a jabonar, afeitar y cortar el pelo. Tenía menos de 15 años y a los 20 me largué solo como barbero.

Alquilé en dos o tres lugares, también estuve trabajando en un centro de jubilados, les hacía descuento.

Después me vine para acá a trabajar”, contó.

Belli ya había estado en Cipolletti porque aquí vivía una hermana con su familia. Los visitó para asistir al casamiento de un sobrino, “que se casó con una hija de Zoppi”. Ése fue su primer contacto con la ciudad.

Un reemplazo para toda la vida En el año 88 se instaló en Cipolletti y el 1 de agosto comenzó a trabajar en la peluquería, en reemplazo de Molteni Vittorio, quien había enfermado. “Mi sobrino era amigo del hijo, y me contactaron para ver

si yo podía venirme a Cipolletti para atenderla. Era de Molteni, ése era el nombre del local. Lo pude conocer al propietario, que ya estaba enfermo”, contó Belli.

Y si bien nació en otro lugar, Loren-

nías de la peluquería, que le da más movimiento al sector y por supuesto le agrega más clientela, porque aunque se jubiló hace poco más de seis años, no deja de trabajar y atiende a diario entre ocho y diez clientes.

“Me preguntaron por qué seguía trabajando y yo le dije que es igual que con Maradona, me cortan las piernas”, contó sonriente.

En sus primeros años en Cipolletti afeitaba con navaja, “pero ya no, hace tiempo que no, cuando apareció el sida…”, dijo con tono de preocupación, pero sin dejar de observar todo lo que pasa en el exterior.

“En esos años recién estaban construyendo el edificio Atlas. Estaba la tienda de ramos generales de Colantuono y ya estaba el Chocho Flores”, recordó en cuanto al aspecto que por aquellos años tenía la calle San Martín.

Aunque su local estéticamente mantiene intacto el concepto de las barberías de los años 50 y 60, Belli fue adaptándose a los estilos y modas actuales, aunque a veces no esté tan de acuerdo con lo que sus clientes le piden.

A diferencia de lo que muchos podrían pensar por esa imagen añeja que tiene el lugar, quienes se cortan el pelo allí son de edades muy variadas. “Tengo clientes desde que empecé a trabajar acá, ellos traían a sus hijos y hoy siguen viniendo. Algunos ya eran clientes desde mucho antes, Buscaglia empezó a cortarse cuando llegó a Cipollettti, hace unos 50 años, y sigue haciéndolo. Baraboglia trajo a su hijo, es cliente y siempre se acuerda "Me preguntaron por de un monito que había colgado qué seguía trabajando en una ventana. y yo le dije que es igual Hay mucha gente que con Maradona, me joven que viene, cortan las piernas”. hace unos días vino un muchacho que tiene 25 años, zo asegura que él empezó a venir con es cipoleño. “Me su papá”, contó haciendo gusta la ciudad, ahoreferencia a que se trata de la ra está grande”, enfatizó misma cantidad de tiempo que él y destacó la presencia de algunas lleva trabajando en la peluquería. firmas grandes instaladas en cerca-

Estilos, de ahora y de siempre Y si de estilos se trata, Lorenzo Belli no siempre coincide con el gusto del cliente, pero lo hace y las modas se repiten. “La vez pasada vino un chico y me pidió que le pase la máquina a los costados y le dejara una cresta. La gente grande siempre pide cortito, parejo, antes se le decía a la romana, también estaba el corte americano, bien pelado en los costados y un flequillo. La media americana, se rapa todo y se deja un poco más largo arriba.

Hace unos días un muchacho me pidió que lo pelara y le dejara un flequillo”, comentó.

A excepción de los lunes por la mañana, Belli desde hace 25 años trabaja en este lugar, que sólo se identifica desde afuera por un cartel que dice peluquería pero que indiscutiblemente representa una porción de la historia de este respetable oficio y de la ciudad. “Esta es mi vida, estoy todo el día acá y he conocido tanta gente... Algunos se han ido y no van a volver, otros llegan. La peluquería representa todo, charlar con la gente, contar un chiste, todo”.

Ya no corta con navaja, “las tijeras de ahora tienen el mismo filo, depende de cómo las uses”, pero tuvo el privilegio, así lo cuenta orgulloso, de hacer un curso con George Benatal, quien trajo el corte con navaja al país y enseñó a muchos esta técnica. “Hice varios cursos, era socio del centro Departamental de Villa María, tenía el carnet, que me permitía cada 15 días hacer prácticas. Fui a torneos de peluqueros en Córdoba, Buenos Aires, San Francisco, Tigre, obtuve premios”, agregó destacando sus años de capacitación.

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GUSTAVO VARELA | SACERDOTE

Un cura que rompe con los esquemas tradicionales El padre vive en el Anai Mapu. Se instaló en 1986 y asegura que en aquella época el problema del barrio era el hambre. “Hay que hacer que la gente sienta que es posible vivir el evangelio en medio de la pobreza”, dijo.

E

l padre Gustavo Varela rompe con todos los esquemas que la gran mayoría tiene armado respecto de la figura y de lo que representa un sacerdote. Seguramente

muchos podrían criticarlo, pero esto no lo afecta. Decidió dedicarse al sacerdocio por un chiste de un compañero del secundario, hace 25 años. ”Estaba terminando el colegio y un compañero empezó a decir que yo iba a ser cura, era una broma. En-

tonces otro me pidió una estampilla y me preguntó si era así, y yo dije ¿por qué no?”, comentó.

Oriundo de La Plata, se instaló en Cipolletti en el ´86 y cuatro años después decidió ir a vivir al barrio Anai Mapu, donde aún reside.

“Lo que me gustó fue el tema de la pobreza, la gente muy pobre, muy sufrida. Y después porque podes aprender mucho de los vecinos del lugar”, explicó respecto del por qué decidió quedarse a vivir allí. Y aseguró que “fue como enamorarme de

una mujer, una cosa por el estilo.

Acá se puede aprender mucho, ahora está más quebrado, pero la solidaridad y la receptividad de la gente están presentes. Siempre los medios de comunicación insisten en hecho puntuales, sangrientos, pero des-

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en ese momento, fue a Nación y se pués la vida de todos los barrios es destrabó el plan de viviendas. Desasí, tenés que cuidarte un poco más, pués hicieron otras tomas pero ahí un poco menos”. ya no acompañé, la gente estaba Cuando llegó, el Mapu era una esorganizada”. pecie de isla, todavía no se habían Su participación en la primera toma construido las 130 viviendas, tamdel barrio Ana Mapu no le trajo inpoco las 1.200, era el “Mapu viejo”, convenientes entre sus pares ni al rodeado de chacras y entre ellas reinterior de la iglesia, aseguró que cordó la de Montelpare. “Me llamó la siempre trabajó con total libertad. Su atención el aislamiento de la gente. labor en este sentido apuntaba priVine para rezar la novena y también mero a desactivar la violencia, “apalos chicos captaron mi atención. Traciguar los ánimos, lo que querían los bajaba mucho con ellos”, expresó de afuera es que se pelearan entre el padre Gustavo.

“Estaba terminando el ellos y así no les daban la tierra. El Con aquellos niños sigue mancolegio y un compañero plan de viviendas por un lado fue teniendo contacto, ahora ya empezó a decir que yo un gran éxito y por otro fue un gran son hombres, casados algufracaso, porque no se logró cambiar nos, con hijos. “Esos chicos iba a ser cura, era una la mentalidad de la gente. Ahora estaban marcados por el broma. Entonces otro me tienen casa, algunos han logrado tehambre, los chicos de ahopidió una estampilla y me ner trabajo, pero otros siguen quizás ra están marcados por el alpreguntó si era así, y yo en la misma”. cohol, son cosas distintas. En dije ¿por qué no?”

El cura participó en diferentes activiesos años era el hambre y la dades del sector, su labor comunitadesocupación y después el poco ria fue llevándolo por distintos camiacceso a los bienes culturales (escuenos, pero siempre en beneficio de los la, recreación). Hoy eso en el barrio vecinos. Por iniciativa de la Pastoral pués la gente estuvo luchando como “Una tragedia. Tres chicos estaban está, pero no se ha podido sacar el Social, integró el grupo que duransiete años para concretarlo”, explicó alcoholizados y se quedaron durtema del alcohol. Después está este te cinco años trabajó con el Banco y aclaró de inmediato que en realimiendo en un rancho, fue el 17 de inconciente colectivo que el barrio Popular de la Buena Fe. “Hasta que dad fue una desgracia lo que generó julio. Se incendió el lugar y murieron es violento, que no se puede entrar. dijimos basta, llega un momento en el avance de gestiones para llegar a los tres pibes. Eso hizo que se apuYo lo vivo repitiendo, y esto lo había que las cosas cansan y uno también las viviendas. raran, que (Julio) Arriaga se moviera dicho (Julio) Salto, el más violento de la Patagonia es el Don Bosco, es donde ocurren más robos, más asesinatos”, argumentó.

La primera toma La labor que fue desarrollando el padre Gustavo en el sector fue más allá de los sacramentos. “Hay que Al ser consultado por todo lo que ocurre en torno al imaginado eso pero se dio, pero ahora somos todos más hacer que la gente sienta que es poPapa Francisco, el padre Gustavo aclaró que “no está católicos porque el papa es argentino… en otros lugares sible vivir el evangelio en medio de muy de acuerdo con la Franciscomanía”. la gente se fue a confesar más porque tenemos un papa la pobreza. Yo no vine hacer nada en “Ahora todo el mundo lo conoce. Igual digo a favor argentino, acá no se dio”. especial, ni dije vamos a mejorar la de él que siendo Bergoglio cardenal me trajo plata de

vida del barrio. Vine a vivir, después Italia, como un favor. Una hermana religiosa que me Celibato si se dieron las circunstancias entonNunca se arrepintió de la decisión que tomó cuando conocía estaba allá y había juntado dinero para los ces se ayudó”, agregó y fue así como chicos de La Casita. Si lo mandaba por el banco o por decidió hacerse sacerdote, hecho que no le permite tener estuvo presente y acompañando a correo me llegaban migajas. El obispo de acá le dijo que una esposa, hijos, pero aclaró que tuvo sus crisis. “Eso lo las familias que iniciaron la primera pasamos todos. Ahora los cargo a los nuevos, quieren abrir Bergoglio estaba en Roma y que le pidiera la gauchada. toma del lugar, la 17 de Julio. Fue Y la trajo, se la entrego a Pozzi, nuestro obispo en ese el celibato y yo les digo no, que se jodan, yo me banqué una de las actividades que destacó a 25 años. ¿Por qué no lo hicieron cuando yo era joven?”, momento, y me la dieron. Pero nada más”, comentó. lo largo de estos años. bromeó y aseguró que es posible vivirlo tranquilo, “No es Aunque no está de acuerdo con la fransiscomanía, “Hicimos una marcha y lo agarramos si destacó que “es un hecho histórico que sea latinoque hay que ir corriendo hasta el canal en pleno invierno y al gobernador, entonces le pedimos tirarte en el agua fría. No. A mí me parece que hay mucha americano, que sea argentino y tengamos la gracia una audiencia y conseguimos el gente que vive el celibato sin problema”, concluyó. de vivirlo. Yo nunca en mi vida de cura me hubiese tema de la expropiación, pero des-

“Puedo darme el lujo de decir que no lo conocía”

43 se agota”, comentó.

El Banco Popular de la Buena Fe en el que participó dejó de funcionar y algunos de los beneficiarios fueron captados por otros banquitos.

“Hicimos algunas críticas fuertes al funcionamiento, me parece que el neoliberalismo en nuestra gente se ha hecho cultura, entonces todo esto de la garantía solidaria que pedía el banquito, la mayoría de las veces no se daba. Al principio tuvimos un alto porcentaje de recupero de los prestamos, de un 87%, después fue bajando. Logramos tener durante cinco años el mismo grupo de promotores, mientras que los otros centros iban cambiando de gente. Los promotores también se cansaron y el sistema de becas era muy poco para ellos”, detalló.

La casita y cartonero En la actualidad sigue colaborando con La casita, un centro de atención para chicos en situación de riesgo que funciona en el Mapu y que formaron junto con la docente Gladis Ávila, quien puso su casa para tal fin, y una psicóloga de Cinco Saltos, Zulma Danil.

“Asisten 50 chicos, lo máximo que tuvimos fue 70”, dijo.

Del salón inicial con el que contaban los vecinos, que de acuerdo a la ocasión cumplía diferentes funciones como iglesia, comedor y sala velatoria, hoy muestran con orgullo la construcción de la capilla San Sebastián, a través de un aporte de una organización alemana, pero también gracias a los cartones que Gustavo fue juntando junto a los pobladores.

“Ahora ya soy como un cartonero first class, porque ya no salgo a buscar, la gente los trae. Con el dinero también pudimos comprar una camioneta”, contó con orgullo.

Agregó que cuando le preguntan si hizo muchas cosas en el barrio responde: “No, no hice muchas cosas, pero viví con ellos, sufrí y lloré con ellos, pero muchas veces te dan ganas de irte a la mierda”.

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JUAN SILVA | TAXISTA

El transporte como un servicio social Llegó hace más de 30 años a la ciudad para manejar una combi escolar. Es uno de los integrantes de la cooperativa 7 de Mayo que le permitió a muchos choferes convertirse en propietarios.

P

ara Juan Silva, el esfuerzo, la dedicación, la constancia y la paciencia hicieron que aquello que una vez comenzó por necesidad hoy sea motivo de orgullo. Es que su trabajo como taxista le permitió no sólo lograr la estabilidad económica para brindarles a sus hijas la posibilidad de avanzar en la vida sino que además se ganó la confianza y el cariño de sus clientes.

“El taxi me dio todo, hoy me encanta mi trabajo, creo que no podría hacer otra cosa”, expresó.

Integra la cooperativa de trabajo 7 de Mayo, una propuesta que comenzó a gestarse con el objetivo de

Cipolletti. Llegó a la ciudad buscanque muchos choferes pudiesen condo una mejor calidad de vida para vertirse en titulares de los vehículos. su familia. Lo tentó una oferta de La iniciativa surgió de la mano de trabajo que le comentó un familiar.

Roberto Castillo.

“Allá trabajaba como operador en Juan trabajaba en la empresa Solo una FM y como camaróDos y, junto a un compañero, grafo para un canal empezaron a asistir a las de cable. Sabía reuniones como debastante de esto legados, pero ade“Muchos clientes que porque estuve más participaron en las Fuerde manera activa tengo en el taxi son zas Armadas. para alcanzar esos niños que yo Había estado sueño de tener llevaba en esa época y en la zona, su propia licencia ahora me llaman para porque parte y ser propietario. que lleve a sus hijos”. de mi carrera Nació en San Ramilitar la hice fael (Mendoza) en la Compañía pero hace más de de Comunicaciones 30 años que está en

6 de Neuquén, en la calle Richieri.

Cinco años estuve destinado allí. Era suboficial del Ejército y la abandoné porque decidí priorizar a mi familia”, relató.

Con su esposa e hijas llegaron a Cipolletti en 1981. Juan venía para trabajar en el transporte escolar “Rosita”. Durante años fue el responsable de que cientos de niños llegaran sanos y salvos desde sus casas hasta la escuela y viceversa. “De esos años lo que más me acuerdo de mi trabajo era cuando tenía que cruzar el puente carretero CipollettiNeuquén. Había una sola vía, era una amansadora pasar por allí, más en los horarios pico. Lo que ocurre ahora es lo que pasó siempre, pero

en ese momento había que multiplicarlo por dos, porque había un solo puente”, recordó.

Circular por Cipolletti no era tan complejo como ahora, lo más alejado era el barrio Anai Mapu y las 1.200 Viviendas. Recordó que por entonces la calle Esquiú todavía era de tierra.

“Siempre prioricé la seguridad de los chicos, los padres te entregaban sus hijos con la confianza de que vos los llevabas y traías de la escuela. Una de las cosas que me enseñaron desde el principio fue esperar que alguno de los padres, empleado o adulto reciba al nene. No seguía con el recorrido hasta que esto ocurría. Esa confianza de los padres perdura aún hoy, muchos clientes que tengo en

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el taxi son esos niños “Lo que más nos afecta que yo llevaba en es el desgaste mental. esa época y ahora me llaman para Tenemos que estar conque lleve a sus centrados en el trabajo, hijos. Eso es imen el manejo, prestándole portante porque atención al pasajero quiere decir que porque se lo merece. Estas dentro de todo con las antenas paradas uno hizo las cosas en todo momento”. bien y mantiene esa confianza”.

Vivencias detrás del volante Luego de nueve años trabajando en el transporte “Rosita”, comenzaron años difíciles para él y su familia. No lograba una fuente de ingreso estable y por esos años producto de una enfermedad perdió a su esposa.

De a poco las cosas fueron mejorando y, luego de algunos empleos temporarios, entró como chofer en la empresa Sólo Dos hace más de diez años. Recordó que en esa época la empresa ofrecía una tarifa diferenciada, pero ya habían dejado de cobrar los dos pesos con los que comenzó a funcionar esta flota.

“Las situaciones que te toca vivir manejando el taxi son variadas y disímiles. Tenés pasajeros que están personas se bajan y te das cuenta predispuestos a charlar, otros que que les cambió hasta el semblante, no y te tenés que callar y manejar. salen de otra manera. Los taxistas Muchas veces la gente viene cargada somos receptores de esas situaciocon cosas negativas y vos les tenés nes”, explicó. que prestar el oído; suben al taxi Para Juan, aquel que dice que este con sus preocupaciones y las vuelcan trabajo es rutinario "miente". Relató al taxista pese a que saben que no que en un momento pueden llevar podemos solucionar nada. No soy de a un pasajero que viene eufórico de dar consejos, pero sí de escucharlos jugar al fútbol y al viaje siguiente y tratar de aliviarle la carga, no se debe trasladar a una persona con puede hacer más que eso. Muchas

El sueño de ser dueño La integración de la cooperativa 7 de Mayo -Juan Silva fue presidente durante cuatro años- le permitió a muchos choferes conseguir la independencia laboral, lo que se traduce para ellos en ser poseedores de una licencia de taxi y de ser propietarios de las unidades móviles.

Sin embargo, la conformación no fue fácil porque aseguró que “el gremio del taxista es complicado". Y acotó que "son muy individualistas y no fue fácil consensuar”.

“En este momento, creo que somos la única con todos los papeles en regla.

Al principio éramos muchos más, pero se fue decantando y los que quedamos entendimos que la base es sin fines de lucro, todos cuidamos el kiosquito y tratamos de sacarlo adelante. Nos sentimos parte y dueños”, expresó.

La experiencia de la cooperativa, que ahora cuenta con nuevas autoridades, es motivo de consultas de taxistas de otras localidades, como Allen y Neuquén, que buscan alternativas para poder lograr la autonomía.

La apertura de la base 7 de Mayo como cooperativa de trabajo fue posterior a lo que inició hace algunos años un colega de Juan, Roberto Palacios, y no fue fácil para ninguno. “Hubo casos en que se quedaron sin laburo, Roberto fue uno de ellos. Nos hicieron difíciles las cosas, en este caso la perseverancia del gordo y los que lo acompañaban, también la predisposición de algunas autoridades, nos permitieron llegar a que las licencias fueran entregadas por puntaje, aquel que pudo obtenerla tuvo la posibilidad de tener su vehículo propio”, detalló.

serios problemas de salud, que necesita que alguien lo escuche. “Lo que más nos afecta es el desgaste mental. Tenemos que estar concentrados en el trabajo, en el manejo, prestándole atención al pasajero

porque se lo merece. Estas con las antenas paradas en todo momento.

Cuando llegas a tu casa el cansancio no es físico, no te recuperas durmiendo algunas horas, necesitas un tiempo prolongado para desenchufarte, bajar decibeles, por eso es importante la contención de la familia, las charlas”, aseguró.

A Juan le tocó vivir situaciones de todo tipo detrás del volante, algu-

nas muy buenas, como la relación que entabló con un pasajero que se moviliza en silla de ruedas y que, gracias a la buena predisposición de Juan, el pasajero lo considera su amigo.

“Para mi cumpleaños me dio un regalo, ni me lo imaginaba y hasta me pidió disculpas porque era algo pequeño. No se trata de lo material, sino del gesto. Eso es lo gratificante”, agregó.

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FABIÁN VEGA | REFERENTE BARRIAL

La solidaridad a flor de piel Si bien no le sobran recursos, este empleado municipal, junto a su mujer y sus hijos, les acerca una merienda varias veces a la semana a los chicos que están en el basural buscando residuos.

U

n día cualquiera, hace más de dos meses, Fabián Vega, un conocido vecino del barrio Antártida Argentina, salió a dar una vuelta por la zona de El 30 con su familia. Le erraron de camino y de casualidad desembo-

caron en medio del basural. Allí se encontró con la realidad de niños y personas que sobreviven de lo que otros desechan. Esto no impactó al referente barrial, porque sabe de las necesidades de muchas personas, pero ese primer contacto sirvió para que se organizaran y varios días a la semana lleven un refrigerio para los

chicos del lugar.

Tiene 42 años, vive con su esposa Ana y sus 6 hijos (de entre 7 y 15 años) en el Antártida Argentina, en una vivienda que aún no está edificada por completo. No tiene todas las comodidades. Es empleado municipal, por lo que sus ingresos no son altos. Durante mucho tiempo

vivió en una casilla, cuando el barrio en el que hoy reside comenzó siendo una toma. Si bien en su infancia no padeció necesidades, supo entender lo que era. “Por ahí, uno de chico vivió la calle, entonces conoce esas realidades y cuando tuve la oportunidad me prendí y empecé a hacer cosas para los demás”, explicó.

Desde muy joven formó parte de muchas actividades solidarias, en las que se inició a partir de la invitación que le hizo la mamá de un amigo.

Desde entonces no ha dejado de darle una mano a aquellos que más lo necesitan, pero su labor siempre apunta a la población más pequeña y no hay Día del Niño o de Reyes que no haya sido festejado por Fabián, familiares, amigos, vecinos y todos aquellos que se van sumando de una u otra manera.

“En El 30 caímos de casualidad, fuimos a dar una vuelta, nos equivocamos de camino y terminamos en el medio del basural. Así empezamos a llevarles un refrigerio. Mi señora, Ana, es la que prepara la leche y las galletitas, y con mis hijos las servirmos. Nosotros hace rato que venimos trabajando, haciendo el Día del Niño, Reyes, ayudando a otras personas, haciendo eventos para chicos que necesitan algún tratamiento médico. Lo de El 30 no es que nos impactó, ya veníamos trabajando por todos lados. Empecé de soltero,

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después se acopló mi señora, los chicos, amigos, la familia”, expresó.

Con permiso y sin preguntas El refrigerio, que ofrecen la mayor cantidad de días posibles en la zona del basural, está destinado especialmente para los niños, aunque si se acerca algún adulto también le sirven una taza de leche, pero para concretar la entrega primero solicitan el permiso de los padres.

“Siempre se les pregunta a los papás si están de acuerdo en que sus hijos reciban un vaso de leche, nunca vamos directo a los niños, pedimos permiso.

Es algo que aprendí, es complicado trabajar con los nenes, si bien uno hace las cosas de corazón, hay mucha desconfianza. Una vez, trabajando en el centro, un señor le tocó la cabeza a un nenito que iba pasando y la mamá hizo un lío grande, pero está bien, es su mamá. Siempre preguntamos a los padres o al mayor que esté acompañándolo. Al principio algunos papás estaban reacios, pero se fueron sumando. No importa la cantidad de chicos que haya, aunque sólo sea uno, nosotros vamos igual”, comentó.

Pero además de la leche y las galletitas también les acercan ropa. En el caso de las prendas de vestir, Fabián aclaró que es para todos. “Lo que decidimos es llevarla pero no dejársela, si no la necesitan, no la sacan.

Abrimos el baúl del auto, extendemos la ropa y van eligiendo. Primero querían agarrar todo y nosotros les dijimos que no, si les anda, que lo lleven y si no, que lo dejen para otro chico. Gracias a Dios la gente lo entendió”, explicó.

Y en cada una de las visitas que realiza Fabián, a veces acompañado por sus hijos, otras por su hermano Sergio, o algún otro colaborador, jamás hay preguntas de por medio, ni cuestionamientos sobre la presencia de estas personas en el basural. Ellos llegan, sirven la leche, entregan ropa, luego visitan unas seis viviendas en las que repiten estas actividades y se retiran.

Para los más pequeños La primera actividad solidaria que organizó Fabián Vega fue el Día del Niño, quizá porque ya contaba con cierta experiencia, porque siendo joven la madre de un amigo de la infancia los convocó para colaborar en un evento similar.

“Siempre celebramos el Día del Niño, cuando empezamos hicimos una torta enorme y desde entonces por cada año que vamos festejando esa fecha le agregamos tres kilos más, el año que viene vamos a llegar a los 18. Como recibimos la ayuda de comercios, para agradecerles mis hijos se disfrazan y los visitamos para repartir caramelos a la gente que pasa por el lugar donde está el negocio”, expresó con orgullo por el acompañamiento que recibe de los integrantes de su familia.

Pero más allá del aporte solidario de diferentes personas, muchas veces Fabián y quienes lo acompañan ponen dinero de sus bolsillos para poder cumplir con su objetivo.

Seguir colaborando y ayudando a quienes más lo necesitan es uno de los propósitos más importantes para este referente barrial, como así también de sus parientes y amigos. Es por esto que hace un tiempo vienen realizando gestiones para formar una asociación, Ain Lihuen (Amar la vida), para la que ya enviaron documentación a Viedma.

“Queríamos hacerlo como fundación pero no se pudo porque es mucha plata, como asociación eran 300, 400 pesos en estampillado y fue más accesible. La idea es poder realizar talleres de música, dibujo, tallado en madera para los chicos y brindarles contención”, finalizó.

“En El 30 caímos de casualidad, fuimos a dar una vuelta, nos equivocamos de camino y terminamos en el medio del basural. Así empezamos a llevarles un refrigerio. Mi señora, Ana, es la que prepara la leche y las galletitas, y con mis hijos las servimos”.

“No pregunto nada, ni por qué están ahí, tampoco si reciben asistencia, son cuestiones aparte. Nosotros llevamos el refrigerio, si tienen alguna necesidad tratamos de cubrírsela y nada más, hasta ahí llegó lo nuestro.

No indagamos ni conversamos sobre por qué trabajan ahí”, dijo y agregó que respecto a necesidades que van surgiendo son los mismos pobladores los que les comentan y piden una ayuda. “Conseguimos zapatillas a través del Face, también nos donaron una cocina que necesitaban, bolsas de alimentos”, ejemplificó.

Para todas las actividades solidarias que emprende, Fabián y su familia cuentan con la ayuda de particulares, comercios, vecinos, familiares y amigos. Algunos aportan con materiales y otros con mano de obra.

“ N o queremos donaciones en dinero, si viene alguien y me dice que tiene 1.000 pesos para darme para la leche, yo le digo que me lo traiga en leche, no en billetes. Para que no haya problemas, aunque igual se presta para comentarios mal intencionados”, lamentó. Una de las veces que tuvo que vivir está situación, pero que no hizo que desistiera, fue cuando empezó a edificar su casa.

“Había comentarios sobre eso. Teníamos la parte de atrás de la casa y con Ana hubo un momento en que casi dormíamos sobre las bolsas de cal, que fuimos comprando de a poco, hierro. Pero lo compramos nosotros y lo construimos por esfuerzo nuestro”, sostuvo.

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VÍCTOR GONZÁLEZ | GOMERO

“En Cipolletti, la sociedad me abrió las puertas” Tras su paso por las Islas Malvinas, en Bahía no consiguió trabajo y decidió partir hacia esta ciudad. Fue campista del ferrocarril y pidió el retiro para instalar su negocio, desde el que organiza campañas solidarias.

V

íctor Daniel González, de 49 años, gomero y veterano de Malvinas, no nació en esta ciudad, pero como le ha ocurrido a la gran mayoría de los que eligieron vivir aquí, él se considera un auténtico cipoleño.

“La ciudad me brindó todo. Lo que tengo y lo que soy se lo debo a Cipolletti, la sociedad me abrió las puertas”, aseguró. Fue por eso que hace 20 años cuando pidió el retiro voluntario como empleado del ferrocarril decidió apostar por esta localidad e instalar su gomería. Y

el sentimiento de pertenencia es mucho más fuerte, porque cuando habla de los inicios de sus campañas solidarias hace referencia a “mi provincia”, refiriéndose a Río Negro y no a Buenos Aires, ya que nació en Bahía Blanca.

Su vida no fue fácil. Una mamá

con problemas de salud, viuda, y siendo el mayor de cuatro hermanos, tuvo que salir a buscar el sustento para su familia cuando estaba entre los 12 y los 13 años.

Hizo de todo: juntó cartones, fue lustrabotas, vendió diarios, trabajó en talleres y en gomerías. Y

cuando tenía 18, pudo instalar en Bahía Blanca una gomería, pero enseguida le tocó el servicio militar y su paso por las Islas Malvinas.

“A mí Cipolletti me dio todo, por eso me quedé. Cuando volví de Malvinas salía a buscar trabajo en Bahía y me trataban muy mal, no me lo daban

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porque era veterano de guerra”, recordó. “¿Cómo? Después que perdieron la guerra, ¿ustedes vienen a buscar trabajo?”, fue una de las frases que escuchó en su ciudad natal cuando intentaba retomar su vida después de la guerra.

“Uno se siente muy dolido, andaba con mi certificado de veterano y siempre me jugó en contra. En Cipolletti, la sociedad me abrió las puertas. Me pasó en algunas oportunidades que viene gente a la gomería y me preguntan si soy veterano, cuando les digo que sí me agradecen por lo que hicimos en las islas”, contó con orgullo, porque para él ese es el verdadero reconocimiento de la gente.

De campista a gomero Llegó a Cipolletti en 1991, trabajaba para el ferrocarril como campista, personal que se encarga de enganchar los vagones. En cercanías de la estación estaban las colonias de solteros, viviendas que destinaba el ferrocarril. Allí fue su primer lugar de residencia, porque en Bahía había quedado su familia.

A los tres años de estar aquí como campista, decidió pedir el retiro voluntario, por ese entonces la privatización del servicio ya estaba en marcha.

“En los diez años que llevaba no había logrado nada, seguía teniendo la misma bicicleta. Pedí el retiro con la idea de poner una gomería y con los 3.000 pesos que me pagaron compré todas las herramientas, usadas, pero no me alcanzó para la desarmadora”, relató.

Su paso por el ferrocarril dejó muy buenos recuerdos, en la actualidad sigue en contacto con quienes “La puse de prepo prácticamenfueran sus compate, porque fui hablar con gente ñeros. “Hubiese y me dijeron que ese lugar no querido que siera para gomería. Mi señora guiera el servicio y unos amigos me dijeron que de tren de pasaabríamos el lunes y así fue. jeros y de carga, El sábado me entregaron las pero no lo dejaban herramientas, pusimos la elecmejorar, tanto los tricidad el domingo y hace 21 que estaban arriba años que estamos en esto”. como nosotros. Siempre dije que en el ferrocarril se robó mucho y me incluyo como uno de los ladro“Cuando yo estaba tamnes, porque no supe abrir la boca”, poco lo querían dejar funcionar, lamentó. Sobre el regreso del serviporque muchas veces quedaban cio consideró que “sería buenísimo, pasajeros abajo porque no querían habría más fuentes de trabajo y la habilitar más vagones, o los destinos gente lo necesita”. estaban mal organizados”, agregó.

Malvinas esa fue “la única salida que había en ese momento”.

Hace 20 años, un día lunes, “largamos la primera función”, pero no fue en el mismo lugar donde está en la actualidad, frente a la fuente del derivador del Centenario.

Tras varias gestiones en Buenos Aires, porque el predio era del ferrocarril, abrió la gomería ARAS General Belgrano, o la gomería de Malvinas como la llaman los vecinos, en la calle Lisandro de la Torre al 30.

“La puse de prepo prácticamente, porque fui hablar con gente y me dijeron que ese lugar no era para gomería. Mi señora y unos amigos me dijeron que abríamos el lunes y así fue. El sábado me entregaron las herramientas, pusimos la electricidad el domingo y hace 21 años que estamos en esto. Después nos cambiamos a este lugar porque querían un espacio verde, ahí tuvimos una pequeña diferencia con la Municipalidad. Lo que yo quería era mantener mi fuente de trabajo, nunca quise que me dieran un subsidio, ni me regalen nada, hasta me ofrecían trabajo en la Municipalidad. Nos pusimos de acuerdo con el municipio, después de varias idas y venidas. Este lugar me dio todo”, expresó Víctor.

Siempre tuvo en claro lo que muchos pensaban sobre los veteranos de guerra, “que estábamos mal de la cabeza”, y también tenía en claro que eso de alguna forma afectaba su labor. “Los inspectores siempre andaban dando vueltas, que si tenía la habilitación, que corriera algún vehículo, entonces como sabía que muchos creían que estaba loco hacia algunas cosas para que pensarán que era así, cuando no era verdad.

En una de las campañas solidarias encontré el muñeco del famoso perro de “Salta violeta”, siempre estuvieron los de la Municipalidad dando vuelta, así que pensé a estos los voy a joder. Até el perro, le puse agua, comida y le hablaba. Sabía que me estaban mirando y empezó correr el rumor entre los inspectores que yo estaba mal de la cabeza. Un día viene un placero y me pregunta por el perro y le dije que había cortado la cadena y se había escapado”, relató con humor.

“¿Cómo? Después que perdieron la guerra, ¿ustedes vienen a buscar trabajo?”, fue una de las frases que escuchó en Bahía cuando intentaba retomar su vida después de la guerra.

Quizás la idea de la gomería surgió porque ya tenía experiencia, pero explicó que además no tenía muchos estudios. La plata que recibió del ferrocarril sólo le alcanzaba para ese proyecto y para este veterano de

El verdadero reconocimiento La gomería no sólo fue el sustento para su familia, hoy además dos de sus hijos trabajan con él, también fue el punto de referencia y de encuentro para las campañas solidarias que viene desarrollando desde hace unos 8 años para ayudar principalmente a los habitantes de la Línea Sur, además de Santa Fe, Chaco y Tartagal y para mantener vivo el recuerdo de Malvinas.

“Muchas veces hablan del reconocimiento a los veteranos de guerra; para mí, es el que nos da la gente, el orgullo que uno siente cuando completa las campañas, porque no lo hago como Víctor Daniel González, lo hago como ciudadano de Cipolletti y como veterano. El hacer las campañas nos ayuda a que no olviden”, explicó.

Con las actividades solidarias comenzó a los dos años de instalar la gomería y su experiencia en Malvinas tuvo mucho que ver. “Decidimos hacerlas porque en el ´82 la gente hizo mucho por nosotros y las cosas no llegaban, porque las cosas no llegaron a Malvinas”, recalcó.

“Cuando vimos la necesidad en nuestra provincia empezamos a trabajar, pero también pensamos en que las donaciones tenían que llegar y la forma fue que los mismos que las juntábamos las teníamos que entregar”, contó.

Con mayor frecuencia realizan campañas para la Línea Sur, porque aseguró que la gente tiene muchas necesidades y “están muy abandonados”.

Y durante uno de los últimos viajes a Pilcaniyeu, Víctor no sólo se sintió halagado, sino que además es uno de los recuerdos que más orgullo le produce. “Era un 25 de mayo y les llevamos a los chicos de la escuela, ravioles y pollo, donaciones de cipoleños.

Estamos en 2013 y era la primera vez que comían este plato.

Para mí, fue un gran orgullo, como cipoleño y como veterano de guerra”.

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JUAN MANZUR | MECÁNICO

Pasión innata por los fierros De San Juan a Cipolletti, sin escalas, arribó este vecino que lleva a la ciudad “en la sangre”. También a la mecánica y la preparación de autos de competición, que lo transformaron en una fuente de consulta permanente.

L

a inquietud del reportero gráfico se corre hasta unos tubos de ensayo ubicados sobre el mostrador de madera. Y enseguida viene la pregunta: “¿Para qué sirven?”. El interrogante fue suficiente para que Juan “El Turco” Manzur, uno de los preparadores de autos de competición más reconocidos de la región valletana, brinde una clase improvisada sobre motores de multi-inyección.

Llegó a los 23 años a Cipolletti desde la ciudad de Caucete, en San Juan, y decidió transformar esta tierra en el hogar de sus hijos.

A los 12 años dio los primeros pasos en mecánica y después reafirmó sus conocimientos asistiendo a una escuela técnica nocturna. La competencia siempre fue un atractivo para él y a pesar de que su arribo al Alto Valle parecía alejarlo de los coches de carrera, no tardaron en seducirlo para meterse de lleno en la prepa-

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“Fui un poco el comodín de todos los preparadores en la parte de carburación, que me gusta, y en la actualidad me vienen a preguntar muchas cosas; soy como un libro de consultas de lo que está pasando, de fallas, de falta de potencia”.

ración de autos de pista y rally.

La leyenda fue cobrando forma, de manera muy modesta, y hoy es una realidad que Manzur se transformó en una fuente de consulta permanente por parte de pilotos y colegas mecánicos.

Agradecido con los maestros técnicos que tuvo, no se olvidó de mencionar a Roque Loschbaum y Samuel Quiroga. Señaló que su nombre como preparador tuvo su punto de inicio en una carrera en General Roca, que lo tenía a Horacio “El Gringo” Santángelo como protagonista.

“En el autódromo de Roca corría Santángelo y le fallaba la cupé, entonces se la carburé y tuvimos la mala suerte de ganar esa carrera, es decir, yo estaba mirando la carrera y me dijeron: ‘Mira, vos que sabes de carburación podes ayudarnos’. Y ahí empecé. Después seguí con "Queso" Diez y Jorge Eidelstein. Fui un poco el comodín de todos los preparadores en la parte de carburación, que me gusta. En la actualidad, me vienen a preguntar muchas cosas, soy como un libro de consultas de lo que está pasando, de fallas, de falta de potencia”, explicó el experto en mecánica.

Mostrando su predisposición a aprender en forma permanente, mencionó también el trabajo en conjunto con el profesor Juan Di Nezio: “Un gran maestro de termodinámica como pocos hay en el país”.

Sobre los logros, se limitó a enumerar los más recientes debido a que aseguró que del '90 para atrás no los recuerda claramente. De esta forma, mencionó los campeonatos obtenidos con los pilotos “Coco” Grassano, Richi Tibaldi, Alejandro Pozzebon y José Luis Martínez.

“No estar lejos de la punta” Manzur siempre tuvo claro que lo suyo era la preparación y su posición fue confirmada en una prueba realizada en el autódromo de San Juan.

“Siempre me quisieron hacer manejar. Hice muchas pruebas, inclusive cuando se inauguró el autódromo de San Juan. Subí a una cupé Fiat y lo único que logré es hacer un montón de trompos, pero nunca fue mi fuerte manejar”, reconoció.

Lo particular de su derrotero es que

no tuvo familiares directos ligados a la mecánica y que su entusiasmo por los motores se produjo con el empuje dado por un cuñado. Está claro que Manzur tenía atributos naturales para desarrollar su labor específica e incorporó el gen de la competencia: ganar y estar entre los primeros.

“Todas las carreras las viví igual, o sea, me interesaba no estar lejos de la punta y gracias a Dios siempre estuve muy cerca, en los tiempos de los mejores y tengo muchas carreras ganadas”, contó.

Tampoco se la creyó ni se durmió en los laureles y a diario tuvo presente las palabras de un preparador mendocino, Ángel Pena, quien “cuando era muy joven -tenía 19 años-, me enseñó todos los secretos de la preparación y me dijo: ‘Sé que estudias mucho y que sos una persona que trabajas bien, pero “En el autódromo de Roca el secreto de la corría Santángelo y le preparación fallaba la coupé, entonces está en trase la carburé y tuvimos la bajar, trabamala suerte de ganar esa jar, trabajar y carrera, es decir, yo estatrabajar’. Lo ba mirando la carrera y nombró como siete, ocho veme dijeron: ‘Mirá, vos que ces”. sabés de carburación podés Para Manzur, a ayudarnos’”. la hora de competir, es fundamental la conformación de un equipo. Aclaró que por ahí el protagonismo es de pilotos y preparadores, pero afirmó que “los grandes logros son que los equipos trabajen todos en conjunto. Uno puede estar dirigiendo el equipo pero si no tenés la gente que te apoya, no lográs nada. Es tan importante el que realizó un emparejamiento completo. “Yo dejé el limpia el auto como yo que estoy en taller por estar allá, trabajamos muchísimo para los detalles técnicos. Todos tienen su eso, inclusive la primera carrera de picada que se importancia, porque si el chico que hizo la organicé yo, después, siguieron los otros barre el taller o que limpia las pieintegrantes que estaban en la comisión”, sostuvo. zas ve un detalle y no me lo dice, no Ese compromiso con una obra añorada por tengo apoyo logístico para hacer las muchos quizás también lo lleva a afirmar que cosas bien. No te olvides que con el “para mí Cipolletti es lo más, lo llevo en la sangre, coche en la pista, tenés 30, 40 seme dio todo”. gundos, para sacar el problemita.

Entonces necesitás apoyo”.

“Cipolletti se merece tener un autódromo” ¿Y el autódromo de Cipolletti? La consulta deviene en relación a que la ciudad hoy por hoy no tiene un espacio habilitado para disfrutar de las carreras de pista. Para Juan Manzur, esta tierra “es cuna del automovilismo”.

“Acá en la región, la ciudad que más se merece tener un autódromo es Cipolletti, no tengas ninguna duda”, expresó. Enseguida trajo a la memoria la tarea en los ’90 en la Isla Jordán cuando se

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PATRICIA Y GABRIELA FLEITAS | BOMBERAS

Vocación y amor al prójimo Las hermanas se desempeñan en el cuartel de Alem y Libertad desde hace 18 años, por iniciativa de su padre.

Recuerdan cómo fue introducirse a una actividad que era exclusiva de hombres.

L

a del bombero es una vocación particular y solidaria como pocas. Se trata de ayudar por el simple goce de sentirse útil y dar una mano, casi siempre a desconocidos, en situacio-

nes de emergencia. Quizás por ello no es el camino que siga la mayor parte de la población y suele ser una forma de vida que se transmite de generación en generación en determinadas familias. Un caso reflejo son las hermanas Patricia y Gabriela

Fleitas, cuya presencia en el cuartel es permanente desde hace 18 años.

Llegaron a la institución por mandato paterno, pero tienen la firme intención de no alejarse nunca de ese edificio aún cuando no puedan sentir la adrenalina de subir a un

camión autobomba que parte raudo al ritmo del ulular de su sirena.

“Nuestro papá estaba en la asociación y nos comentó del curso. Éramos diez, pero ahora sólo quedamos nosotras dos”, explicó Patricia, quien está próxima a retirarse por cues-

tiones de salud. Aunque advirtió: “Igual voy a seguir viniendo, no voy a poder ir a los incendios”.

Gabriela, en tanto, aspira a cumplir con los 25 años de servicio tras ingresar con la primera camada de mujeres bombero, en 1994. “En

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el trabajo, cuando vamos a un incendio, lo hacemos a la par (que los hombres) y hasta nos cuidan un poco más. Si hay que entrar a una casa, lo hacemos, no hay preferencia salvo en cuestiones donde haya que hacer fuerza”, detalló sobre el día a día en la institución.

Sin embargo, no siempre fue así. La apertura de un curso para mujeres resultó por demás novedosa y requirió de un trabajo de adaptación con sus compañeros. No hubo oposición a la iniciativa, pero sí pequeños conflictos de género en los primeros años de trabajo mixto. “Yo nunca me imaginé que iba a entrar acá, porque no había mujeres. Mi papá nos anotó sin preguntarnos, dijo que teníamos que venir al otro día porque se abría un curso. Y así empezamos”, mencionó Gabriela.

“Hubo una etapa de aceptación por parte de ellos, que se adapten a que cada uno tiene su genio y forma de ser. Las mujeres somos más organizadas, en todo sentido, y ellos todo lo contrario. Hubo algunos choques, roces, pero se van limando”, recordó Patricia, que formó su familia junto a un compañero de cuartel con quien luego se dividían para ver quién iba a cada siniestro. “Cuando nacieron mis hijos, generalmente me quedaba yo, porque era más importante que estén conmigo”, contó.

Una dura tarea diaria La vocación de servicio es la condición que debe llevar, sin excepción, cada persona que ingresa a un curso de Bomberos. Porque es la única forma de continuar prestando servicio ad honorem luego de las numerosas situaciones traumáticas que deben atravesar. “Ver cadáveres, rescatar personas o asistir a conocidos son situaciones de shock; de todas ellas hemos ido aprendiendo”, coincidieron y, como botón de muestra de la valentía necesaria, dieron precisos detalles de la primera vez que les tocó ver una persona muerta. “Me acuerdo que el oficial de policía que nos acompañó nos contó cómo íbamos a encontrar a la persona, para que el shock no fuese tan grande”, explicó Patricia, y dejó en claro que cada escena deja una huella que se debe saber asimilar para poder continuar.

“Otra vez nos tocó rescatar el cuerpo del hermano de una amiga, que se ahogó en la Isla Jordán. Fuimos sin saber que era él. Son casos a los que hay que acostumbrarse. Se vive muy distinto, cuando lo ves y lo sentís, a cómo le afecta a las demás personas. Tenés más pre-

“Las mujeres somos más organizadas, en todo sentido, y ellos todo lo contrario.

Hubo algunos choques, roces, pero se van limando”.

“Ver cadáveres, rescatar personas o asistir a conocidos son situaciones de shock, de todas ellas hemos ido aprendiendo”.

Una vida en el cuartel El acercamiento a la Asociación fue, desde pequeñas, acompañando a su padre en turnos de guardia o cuando concurría a una emergencia. Así, se fue naturalizando la institución y así sigue pasando en otros casos.

“Hay muchos bomberos que vienen con sus hijos y quienes se quedan para atender el teléfono los cuidan.

Por eso se pasa tanto tiempo acá adentro, porque pasás un momento y surgen necesidades y te quedás”, expresaron.

Por ello, Patricia no ocultó su tristeza por tener que dejar la actividad. “Me retiro por una enfermedad, lo

que viví lo disfruté y me hubiese gustado quedarme más, pero ya está. Igual voy a seguir viniendo, sólo que no voy a poder ir a los incendios”, explicó. Y como muestra de que no es una actitud excepcional, contó que su padre, a los 72 años, sigue visitando asiduamente la sede de Alem y Libertad. “El otro día me trajo y se enteró que un camión estaba roto, entonces bajó sus herramientas y comenzó a arreglarlo. Y se retiró en 1997”, dijo Gabriela.

Así son, así viven los Bomberos Voluntarios cipoleños.

vención con tus hijos, lo trasladás a tu casa”, dijo Gabriela.

Como muchos otros voluntarios, aseguraron que muchas veces sintieron que la comunidad no valora su labor. “Muchos creen que nos pagan y nos dicen que no hacemos nuestro trabajo porque no queremos. Y cuando les contamos cómo es la realidad, empiezan a entender”, manifestó Patricia.

En tanto, su hermana acotó: “Dejamos muchas cosas para venir y a veces no recibimos ni las gracias, pero yo me siento bien con lo que hago porque es algo que me gusta. Ser bombero es una manera de vivir. Es cuestión de sentirse útil”.

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PAUL GUERRERO | MÚSICO

El sentido de pertenencia Este año subió al escenario mayor de Cosquín. Lleno de orgullo, expresó sus sensaciones. Destacó la raíz folklórica regional y la influencia que tuvo en su formación el reconocido Rubén Patagonia.

E

l cantor patagónico se propuso a dar testimonio de un territorio austral, haciendo del viento, los ríos, la cordillera y de sus ancestros, parte de su prosa.

El cipoleño Raúl “Pol” Guerrero es uno de los portadores de ese mensaje; un embajador, según se define, de un género musical joven que pretende darle batalla a las distancias, en un país que les queda a trasmano.

“Que los chicos no teman salir al país con esta música, porque es muy bien recibida por todos lados”, expresó.

El cantautor local vivió a principios de año uno de los momentos más significativos de su carrera artística. El domingo 20 de enero, unos

diez minutos antes de las 22, se presentó en el escenario Atahualpa Yupanqui de la plaza Próspero Molina de Cosquín, junto a los músicos Daniel Guerrero y Charly Soto.

En la próxima edición pretende redoblar la apuesta para presentar

su segundo disco como solista en el festival nacional más importante de música tradicional.

Pol, que significa negro en tehuelche, sostiene que el folklore patagónico es muy joven porque la historia musical del territorio lo es.

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Actualmente no son tantos los referentes en el género, es por eso que los que recorren el país tienen una misión muy importante. Carlos Giménez Agüero, padrino artístico del cipoleño, fue uno de los cantores que superó barreras y abrió nuevos caminos para los que le siguieron.

Actualmente el referente más importante que tiene el estilo es Rubén Patagonia, con quien Guerrero compartió diez años de carrera.

“Somos muy jóvenes todavía, a diferencia de los estilos del Norte, que tienen más de 400 años de historia.

Esta es una música totalmente nueva, si la comparamos con la chacarera, la zamba y otros géneros”, explicó Guerrero.

“Los chicos tienen que ver y saber que acá tenemos una cultura de nuestra Patagonia, sacados de nuestros originarios de la tierra. Se está dando la promoción, se está enseñando a tocar estos ritmos, pero no alcanza por las distancias”, manifestó.

Guerrero consideró que falta más promoción de la cultura del Sur por parte de las provincias que lo integran. Uno de los ejemplos que destaca es que Río Negro no tiene stand en Cosquín. “Nosotros somos embajadores cada vez que subimos al escenario, pero están faltando otras cosas. Igual yo tengo mucha confianza en que va a venir algún paisano, y lo va a concretar”, dijo.

El cipoleño que recorrió el país, primero siendo músico de Rubén Patagonia, ahora como solista, afirma que el folklore patagónico es muy bien recibido en otras regiones. “El público pone tanta atención en el ritmo, porque es muy diferente a los estilos que escuchan ha“Somos muy jóvenes bitualmente. En todavía, a diferencia otros lugares hay de los estilos del norte ritmos tan alegres y de reque tienen más de pente aparece 400 años de historia. un patagónico Esta es una música con la pautotalmente nueva, si sa, con los dos la comparamos con la tiempos. Pero chacarera, la zamba y nos escuchan y otros géneros. donde hemos ido a tocar, lo aprovecuando el reconochamos y dejamos los cido artista estaba mensajes de nuestra tierra”, comenzando a forjar un expresó. nombre. “Donde aparecía Rubén Guerrero acompañó al cantante de quedaban asombrados, por la múComodoro Rivadavia del ‘84 al ’94, sica que hacía, que nunca la habían

escuchado y a mí ahora me pasa lo mismo”, contó.

La tembladera “Cosquín, para un artista significa mostrarse, tener trabajo después y

fácil de llevar. Guerrero hace tiempo que busca sus oportunidades y “Cosquín, para un no espera sentado artista, significa mosa que le lleguen. trarse, tener trabajo “Fui cinco vedespués y que te lo reces a Córdoba a tocar y este conozcan, no cualquiera año cuando llega. Tengo entendido me vieron haque fui el primer cipolecerlo en una ño en subirme a cantar peña me dijeron al escenario”. que era un número para tocar en el Próspero Molina”, relató con emoción.

Sensaciones “En el primer momento muchos amigos me preguntaron qué sentiste, y la verdad que en ese momento yo no sentí nada, porque vas con alegría y en la vida te preparaste para eso. Pero cuando te vas a dormir pensás en muchas cosas, en tu mamá que tu hubiese gustado que te viera, en los artistas que cantaron ahí, como la Negra Sosa, Marcelo Berbel, Agüero Larralde y tantos más, entonces ahí te agarra la tembladera y empieza a brincar tu corazón”, recordó.

Guerrero se prepara para un hacer una gira por el Sur en octubre. Tiene fecha en Río Gallegos, Sierra Grande, Trelew y Santa Fe. Mientras tanto, pasa muchas horas de vida cumpliendo otro rol en su profesión, el de la docencia. El cipoleño da clases de música en Sitramune de Neuquén y en la Fundación Alas del Alma de esta ciudad.

También se refirió a la labor que se está llevando a cabo a nivel local respecto de la cultura y piensa que hay buenas intensiones de parte de un grupo de jóvenes trabajadores del área de Cultura de la Municipalidad, que están generando espacios para los artistas locales y valletanos. Sin embargo, remarcó que en la Fiesta Nacional de la Actividad Física faltó la presencia de artistas de la ciudad.

“Tienen que presentar músicos de acá, porque donde vas cada ciudad le da espacio a su gente, le tienen que dar la oportunidad y eso ya lo que te lo reconozcan, no cualquietienen que empezar a charlar desra llega. Tengo entendido que fui el de ahora. Nuestros gobernantes primer cipoleño en subirme a cantar tienen que saber que acá hay una al escenario, lo cual es un orgullo”, cultura, eso lo tienen que entenreconoció el cantante local. der”, finalizó.

Una carrera como solista tampoco es

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GUSTAVO FERNÁNDEZ | DIRECTOR DEL CEM 102

Enseñar desde las necesidades sociales Trabajar con la motivación y la autoestima de los estudiantes es una de las principales claves con las que este particular docente conduce uno de los vespertinos de la ciudad.

L

a parodia del video de Gangnam Style de Psy realizada por directivos, profesores, padres y alumnos de un colegio vespertino de Cipolletti recorrió las redes sociales a fines del año pasado y uno de los protagonistas fue el responsable de la institución educativa, Gustavo Fernández.

Este profesor de Geografía hace 21 años que trabaja en establecimientos cipoleños. Su aparición en la representación, que prepararon para regalarle a los alumnos que egresaron en 2012, generó comentarios de todo tipo y tenor, algunos positivos, otros muy críticos.

Pero además de agasajar de una manera diferente sus estudiantes generó un efecto particular: la inscripción se vio incrementada en cierto punto a partir de este hecho.

“Todos los años hacemos dos videos, uno institucional mostrando lo que se ha hecho en la escuela

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y que tiene como protagonistas a nuestros alumnos. Para los que egresan de cuarto hacemos uno parecido pero con algo de humor, que tiene que ver con reírnos de nosotros mismos, eso humaniza más, achica las distancias, mostramos un concepto de autoridad diferente y desde ese lugar también se fortalece. Somos capaces de poder reírnos, disfruta junto a los alumnos. En algunos casos, la inscripción se vio incrementada, quizás, por ese video, algunos lo manifestaron así”, aseguró.

Gustavo contó que siempre tuvo la vocación docente, aptitud que se vio fortalecida por un profesor de Geografía que tuvo en sus años de estudiante de Nivel Medio, en Buenos Aires, de donde proviene.

“Quería ser como él, tenía una visión muy idealizada de la docencia, esas cuestiones que te marcan, te dejan huellas. Veía a esta persona que le gustaba tanto lo que hacía, todos sus alumnos estábamos como embelesados. Su nombre era Miguel”, comentó.

Indicó que durante sus primeros años frente a un aula buscó ser como aquel referente de su adolescencia, pero con los años encontró su propio estilo y el hecho de trabajar en un vespertino –donde las realidades de los alumnos son diferentes– fue por elección.

Sentirse útil “Me interesa porque tiene que ver con trabajar la exclusión, a la que muchas veces estos chicos y adultos están sujetos. A veces, injustamente rotulados y estigmatizados. Hay situaciones de vida que los llevó a abandonar sus estudios: embarazo, ayudar a sus padres, situaciones socioeconómicas complicadas, chicos con problemas de salud, toda esa heterogeneidad la reciben estas escuelas. Ser docente en estos establecimientos me permitió ver la otra parte. También es como sentirse útil, realmente puedo hacer algo, porque la forma de trabajo es más personalizada, con grupos más reducidos”, explicó.

Trabajó en la gran mayoría de los colegios secundarios de Cipolletti.

Cuando comenzó a dictar clases era la época del Ciclo Básico Unificado (CBU), lo que fue una experiencia más que importante. “Se daba una cuestión de enseñanza y aprendizaje, se interactuaba con los alumnos y con los docentes. Éramos tres profesores que estábamos dentro

del aula dando clases al mismo tiempo”, señaló.

En el año 2000 se realizó por primera vez el concurso de titularización para cargos directivos, con-

cursó y logró la dirección del CEM 76 (nocturno del CEM 17). Tiempo después, hubo una segunda instancia y así pudo llegar al CEM 102, vespertino que comparte edi-

“Son una especie de hijos y uno quiere lo mejor para ellos" Las actividades de participación ciudadana forman parte del proyecto educativo que se lleva adelante en el CEM 102. Para Gustavo Fernández, enseñar es algo más que impartir conocimiento, es por esto que se suman a diferentes acciones, algunas relacionadas con la solidaridad, otras con el cuidado del medio ambiente y por la memoria.

“Con los alumnos, participamos de la reconstrucción del monumento a Leticia Veraldi y también de un festival para Catamarca.

Es una faceta que no queremos descuidar, que sean buena gente.

Tienen que ser mejores que nosotros, la idea es que nos trasciendan, como con nuestros hijos. Son una especie de hijos y uno quiere lo mejor para ellos”, enfatizó.

Por estos mismos motivos es

que el año pasado se sumaron a una iniciativa del CEM 35 para el cuidado del medio ambiente y al mismo tiempo concretaron un proyecto que desarrollaron luego de una capacitación con personal de Tránsito de la Municipalidad y el contacto con referentes de la Asociación Estrellas Amarillas.

“Desde esa actividad quedó una unión entre las dos escuelas, con condiciones sociales y económicas totalmente distintas, y decidimos avanzar juntos en este nuevo proyecto a través de un taller que tienen los chicos del colegio de El Manzanar. Este año lanzamos Un Puente de Tapitas y nosotros acompañamos a los alumnos de las dos instituciones a brindar charlas en los colegios. El cierre será vestir con tapitas el puente carretero”, concluyó.

ficio con la Primaria 131 en el barrio Fillipuzzi.

Sacar rótulos para evitar fracasos Para Gustavo, la educación requiere de compromiso y una fuerte dosis de vocación. El hecho de trabajar en escuelas nocturnas y vespertinas no es tarea fácil y requiere de estrategias que van más allá de la cuestión pedagógica.

“Dar clases en estas instituciones agudiza los sentidos, humaniza, porque por momentos hemos tenido situaciones con alumnos de mucho conflicto y después cuando egresan las recordás con cariño. El secreto está en no tomarlo como algo personal. Nosotros trabajamos tanto en lo pedagógico, realizando un diagnóstico, pero también hay una tarea muy valiosa, tal vez en un principio más importante que la pedagógica, que tiene que ver con la motivación, trabajar la autoestima, con que los alumnos se sientan capaces, sacarles ese rótulo, esa mochila de estudiante fracasado.

Si uno logra eso, extirpa la idea de fracaso anticipado”, aseguró.

Como directivo le tocó ser parte de situaciones complicadas que presentaron sus alumnos, pero en su memoria guarda el recuerdo de una vivencia muy particular con un joven, en el que quizás logró de-

“Me interesa porque tiene que ver con trabajar la exclusión, a la que muchas veces estos chicos y adultos están sujetos. A veces injustamente rotulados y estigmatizados. Ser docente en estos establecimientos me permitió ver la otra parte”.

jar una huella como lo hizo aquel profesor que tuvo en su adolescencia.

“Teníamos un chico que pudimos ayudar a egresar de la escuela, había cuestiones delictivas de por medio que involucraban a toda su familia, era muy difícil de modificar su conducta. Él planteaba que para qué le servía el colegio si él salía a la calle y en una hora se hacía 300 pesos. Yo le explicaba que posiblemente la escuela no iba a servir para mucho desde ese lugar, pero que sí le iba a brindar herramientas para conseguir un trabajo, tener dignidad, ser una persona. Con emoción recuerdo esa anécdota, este alumno se recibió, se casó, tuvo hijos y tiene trabajo. Tenemos muchos jóvenes que ya egresaron pero que siguen en contacto con la escuela, vienen a los actos, llaman por teléfono.

Esto un poco lo que buscamos, generar el sentido de pertenencia”, comentó con orgullo.

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ROLANDO PUENTE | COMERCIANTE

Un bar que cautivó con su estilo El Gato es uno de los emblemas de la noche cipoleña. Según su dueño, las claves del negocio son la buena administración y el respeto por el gusto de la clientela.

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olando Puente es un comerciante local que hace una década y media se aventuró en la noche cipoleña y no le fue para nada mal. Todo comenzó con el anhelo de un pibe de 23 años de tener su propio pub. Pero “el Rodo”, como lo conocen, no le aflojó

más y continuó apostando a uno de los proyectos que actualmente identifican la vida nocturna de la ciudad.

Con el correr de los años, el Gato se convirtió en uno de los bares rocanroleros más reconocidos de la región.

“Siempre fui muy amante de la economía y la administración,

eso es muy importante a la hora de tener un bar. Soy una persona que no toma, no fuma y jamás me drogué, eso es raro para lo que es un bolichero, pero yo siempre me tomé con mucha responsabilidad mi trabajo”, expresó.

La disciplina de comerciante el cipoleño la mamó desde chico. Sus primeros pasos los dio trabajando en

la pizzería de su padre, ubicada en San Martín y Sáenz Peña, que años más tarde pasó a ser una confitería administrada por él.

“Yo era re pendejo, pero tenía otra cabeza. Comparándome con los pibes de hoy, veo que es difícil encontrar a alguien que sea dueño de un comercio a los 23 años. En ese momento yo tenía ganas de trabajar,

de hacer de todo, sabía cómo se manejaba porque había trabajado con mi viejo”, contó.

La mudanza del local a Yrigoyen 335 significó un cambio rotundo, porque fue allí donde se concretó una idea.

“El día que inaugurábamos el local justo se estaba jugando el mundial y me acuerdo que empezó a caer gente y nosotros no habíamos hecho

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“Si tratas mal al cliente

publicidad ni nada y esa persona no viene se llenó. En el lugar más; los precios hay que anterior también iba mantenerlos un escalón mucha gente, pero más abajo que el resto era diferente porque y no hacer la pavada de era muy chico, tanto que en el verano cobrar entrada. Identiteníamos problema ficar un lugar tiene que porque a veces los ver con la música”. clientes cortaban la calle.

Fue como una revolución para esa época”, recordó Rodo.

Identidad propia El nombre del lugar surgió en referencia al personaje animado el Gato Félix y en honor a su padre, a quien llamaban de esa forma.

El edificio donde funciona el pub era una casa, prácticamente abandonada. La reformaron por completo, fueron tirando paredes para abrir nuevos espacios y el patio sólo tenía piedras.

El interior del local es como un museo. Rodo dice que el lugar “es un tesoro”, porque hay piezas con un importante valor histórico. Las paredes están repletas de adornos y recuerdos, algunos donados, otros comprados por el dueño.

Ya casi no hay lugar para colocar algo más. Sin querer, además de comerciante también se convirtió en un coleccionista.

Sin embargo, lo que más identifica al boliche es la música. “Apuntamos al rock nacional e internacional, estamos identificados por eso. La persona que quiere escuchar esta Después de 15 años de trayectoria, “El Gato” vivió música va a venir acá”, afirmó el diferentes épocas, distintas situaciones económicas y cipoleño. políticas del país. Todas las crisis que hubo en cierta

medida se sintieron. “Hubo bajas muy grandes, tenía Las claves que ver con las bajas que tuvo todo el mundo. De toSegún su experiencia, para Rodo las das formas se afrontó. Parece que siempre hay plata claves para que el negocio funcione para la joda. No sé por qué, pero la gente siempre bien no son tan complejas: “Si salía y siempre un manguito juntaba”, manifestó tratás mal al cliente esa persona Puente. no viene más; los precios hay que Rodo ya no le teme a la competencia: “Casi todos los mantenerlos un escalón más abajo años abrían bares, y siempre estaba el miedo de que se que el resto y no hacer la pavada te va a caer el lugar, que te van a robar toda la gente. de cobrar entrada. Identificar un Después, con el tiempo, te vas dando cuenta que los lugar tiene que ver con la música, clientes se hacen habitués, les gusta lo que les das y no no podés poner un día rock y al otro pachanga, porque la gente que viene

acá, que es rocanrolera, escucha otro estilo, se levanta y se va”.

Otro de los aspectos en los que tuvo que trabajar el cipoleño fue en cuestiones de seguridad. “Al principio teníamos el problema de las peleas, entonces vimos como solución poner seguridad. En ese tiempo sólo los grandes boliches la tenían. Se comenzó a seleccionar a la gente que entraba con una persona contratada y un policía. Sólo quería y quiero que no haya quilombo, trabajar tranquilo y si laburás con un ambiente pesado, tenés drama todos los días, fue dura esa etapa”, expresó.

Un noctámbulo “Los primeros dos “En el lugar anterior años hacía todo yo, prácticamente me también iba mucha gente, pasaba unas 12 horas pero era diferente porque trabajando.

Fui era muy chico, tanto que tomando empleados en el verano teníamos en la medida que problema porque a veces pude para que me los clientes cortaban den respiro a mí. Mi la calle. Fue como una sueño siempre fue al revés de los demás, mis revolución para esa época”. noches fueron mañana”, contó Rolando.

El verano es la temporada alta del año para los bolicheros, se preparan para esa fecha. El pub se abre de lunes a lunes y todas las noches recibe a cientos de clientes. Son los momentos en que el cansancio llega, pero el bolichero entiende que “al pasar los años te vas dando cuenta cómo va todo, que dejan de venir”. te fue bien y que tuviste altos y bajos

como todos y que gracias a esto vivís Público propio bien”.

Según su experiencia, la “movida” neuquina de noche Según explica Rodo, uno de los nunca fue para preocuparse. Dice que cada ciudad tiene grandes obstáculos que tiene el a su gente. Si en algún momento los cipoleños no salían comerciante de la noche es el en la ciudad era porque no había alternativas, pero en Municipio. “Hay prejuicios muy los últimos años es diferente y hay muchas opciones grandes con la noche, es como que para pasar un buen rato. le tienen odio. Tienen que pensar “Con Neuquén creo que nunca hubo competencia. que hay muchas familias atrás”, Cada pueblo tiene su gente y su capacidad. Vos un vaso lo contó y agregó: “Con el comerciante llenás y más de eso no le va a entrar el agua, es igual que yo nunca vi que hicieran algo, los bares. Hay gente para todo. Vos acá salís a la noche y la vienen acá a hacer las inspecciones mayoría de los locales están llenos”, concluyó. como enojados, como si fuésemos enemigos”.

“Parece que siempre hay plata para la joda”

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ORNELLA INFANTE | MILITANTE SOCIAL

“Las personas transexuales nos construimos” Agobiada por las presiones de la familia y la sociedad, eligió a Cipolletti para radicarse, donde encontró la libertad para mostrarse como es y ponerse al frente de las luchas de su colectivo.

N

ació en Santiago del Estero, vivió momentáneamente en Tucumán y aterrizó en Neuquén.

Luego, cruzó el puente y se radicó en Cipolletti. Ornella Infante es hoy una mujer casi sin temores y que vive sin guardarse nada, riéndose de algunos prejuicios y pensando qué puede hacer por sus pares. A la hora de los encasillamientos, Ornella es un transexual que atravesó su transformación con momentos muy difíciles ante la incomprensión de su propia familia y las estructuras de la sociedad.

Simpática, elegante y reposada para hablar, recorre con orgullo las distintas etapas vividas. Primero fue el jardín de infantes y una tendencia que se iba marcando, por la cercanía con las niñas, el gusto por las muñecas y la extrañeza ante un grupo de varones que corría detrás de una pelota. Definitivamente, a pesar de su presunta pertenencia al género masculino, disfrutaba los juegos típicos de las niñas. Y esa inclinación la llevó al psicólogo.

Recordó que “me tomaban como un niño que tenía problemas, que tenía que ser observado por un profesional de la salud mental, como un psicólogo. A mí me parecían brutos los juegos de niño y quería ir

a jugar con las niñas, que tenían un juego más tranquilo, para mí más divertido”.

Celestina Su paso por la primaria no tuvo mayores sobresaltos y la secundaria, en un colegio católico de Santiago del Estero, también fue tranquila hasta que en una oportunidad se transformó en “Celestina”.

Sonriente, comentó que “en literatura había que personificar una obra de teatro, 'Celestina', y éramos

“Hoy tenemos un Estado presente pero también necesitamos volcar estos logros hacia la sociedad, donde se nos incluya porque sino terminamos siempre ‘PMP’ -putas, modistas y peluqueras”.

un grupo de seis chicos. Uno tenía que vestirse de mina y el indicado era yo, Celestina tenía que ser yo.

Y bueno, me puse el vestido de 15 de mi hermana, era el sueño de la mariquita. Me vestí en el baño de

los profesores y atravesé el patio del establecimiento con ese vestido, a lo cual el rector inmediatamente llama a mis viejos, se arma una revolución por ese vestido y entonces dije listo, porque fue un antes y un después con la comodidad que yo me había sentido hasta ese momento, por la recepción de la escuela, de mis compañeros”.

Los incidentes en la secundaria la marcaron a Ornella y fueron definiendo dónde quería estar. Y la universidad la empujó finalmente a ser lo que quería ser.

En concreto, la joven santiagueña de 18 años se había propuesto estudiar escribanía en la Universidad Católica de Santiago del Estero y por su condición de transexual fue expulsada.

“A los 18 comienza mi vida directamente como Ornella, más allá de que durante la adolescencia una iba empezando con la construcción de género, porque nosotras, las personas transexuales nos construimos, nacemos de una manera y terminamos mutando nuestro cuerpo de acuerdo a la identidad que nosotras nos sentimos reflejadas y reflejados”.

El proceso no fue fácil “porque venía de una familia completamente presente, padres maravillosos, la típica familia tipo Benvenuto, y por ser Ornella, empecé a sufrir condenas. La primera condena que sufro fue la familiar, porque era enfrentarte a tu familia y decirle que vos eras algo a lo cual ellos no estaban acostumbrados, no era lo que hasta ese momento reflejaba.

Ahí fue la primera condena porque no había el empoderamiento mío para plantear la transexualidad, la diversidad sexual ante mis viejos, encima mis viejos, una familia

católica”.

Frente a los obstáculos en su provincia, no dudó en aceptar la invitación de una amiga y se fue a vivir a Tucumán. Sin embargo, no le

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fue mejor y conoció lo que era estar tras las rejas sólo por mostrarse como Ornella. “Ella (su amiga Pelusa) me anticipa lo que iba a suceder conmigo en ese momento si yo decidía ser Ornella: no iba a poder ir al club de natación, a los boliches.

Igual, yo quería ser Ornella y ahí es cuando me voy a comprar por primera vez pan en Tucumán como Ornella y terminé en un calabozo, presa bajo edictos contravencionales que había en el país”.

Conoció la picana en sus reiteradas detenciones y, luego de volver por un breve lapso de tiempo a Santiago, hizo las valijas para el sur del país.

“Me enamoré del Valle” Y la Patagonia, según su opinión, le dio la libertad. Emocionada, Ornella contó que “me enamoré del Valle y empecé a ver de Chimpay para acá todo ese paisaje, que me alucinó, me di cuenta de que acá era el lugar donde quería morirme. Si bien no tenía a nadie, me vine sola, encontré la libertad dentro de lo que son las condenas que sufría, dado que acá por lo menos podía caminar un poco más tranquila y no era asociada a la prostitución más allá de que existían códigos contravencionales”.

Una vez que encontró su lugar en

el mundo, Ornella supo que tenía que encabezar una lucha y, junto a otra transexual santiagueña, dio los primeros pasos para empezar a trabajar con las minorías por sus derechos.

“Una compañera, Pía, que había conocido en Santiago del Estero, me habla y me dice que dejemos de ser las olvidadas de la democracia y me planteó las diferencias a cómo vivía mientras era un chico, ligada a mi familia, y cómo cambió mi vida totalmente en el momento de salir y enfrentarme a una sociedad que condenaba, a establecimientos educativos que condenaban, a la Policía que también condenaba y en resumidas cuentas, un Estado que nos criminalizaba”, contó.

Desde Cipolletti, Ornella empezó a colaborar de manera comprometida en la formación de la Asociación de Travestis Transexuales Argentinas.

Acompañados de otras organizaciones, “se crea la Federación Argentina de Gays,

“Venía de una familia completamente presente, padres maravillosos, la típica familia tipo Benvenuto, y por ser Ornella, empecé a sufrir condenas”.

Lesbianas y Trans, en donde empezamos a involucrarnos con los problemas de los distintos colectivos.

Logramos por primera vez tener una reunión con un presidente, que fue Néstor Kirchner, en donde se reúne Marcela Romero, Marcela Rachid, actual legisladora porteña, y después de esa reunión, donde se le plantea al Presidente todo lo que sucedía, nace el plan nacional contra la discriminación, en donde la parte de la diversidad sexual fue relatada por las organizaciones que participaron”.

Agradecida por las políticas que fueron prevaleciendo en el último tiempo, Ornella no olvidó finalmente mencionar los desafíos que quedan: “Falta la inserción laboral del colectivo trans en Cipolletti, Roca y distintos lugares de la provincia, que también es algo que venimos viviendo porque hoy tenemos un Estado amigo, hoy tenemos un Estado presente pero también necesitamos volcar estos logros hacia la sociedad, donde se nos incluya porque sino terminamos siempre ‘PMP’ -putas, modistas y peluqueras-, y podemos hacer cualquier otra cosa; la inserción laboral es una deuda pendiente”.

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CLAUDIA ORTIZ | COOPERATIVISTA DE VIVIENDAS

La unión para alcanzar un sueÑo La construcción de la casa propia fue el puntapié que llevó a muchas familias

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cipoleñas a organizarse.

laudia Ortiz es secretaria del Consejo de Administración de la Cooperativa 125 Viviendas.

Conforma el grupo de asociados que desde los inicios ha participado activamente con el propósito de dar solución a los vecinos que sueñan con la casa propia.

El esfuerzo de la organización hoy se ve reflejado en las primeras cien escrituras que fueron entregadas en el Distrito Vecinal Noreste. Claudia construye la historia de una ciudad con identidad propia.

“En el 2005, el Municipio de Cipolletti convocó a una reunión con todos los vecinos que necesitaban un terreno para construir su casa.

Fui con mi esposo y un cuadernito para tomar nota de todo lo que se decía. Así comencé con esta tarea de cooperativista que ya lleva ocho años. Formamos un grupo con los vecinos y comenzamos a trabajar.

Ninguno de nosotros sabía nada de esto, fuimos aprendiendo, capacitándonos y adaptándonos.

Pero al principio sólo nos unía la necesidad. Uno no se da cuenta de lo que es capaz de lograr sino hasta que surgen las necesidades”, reflexiona.

“Antes de esto estuve muchos años en Edersa. Renuncié cuando nacieron mis hijas. Trabajé durante diez años desde mi casa, haciendo viandas para vender, daba clases particulares, siempre hacía algo. Después me dedicaba a limpiar un templo hasta que

llegó esta nueva tarea. Durante un tiempo hice las dos cosas hasta que la cooperativa comenzó a demandar tiempo completo y dejé el templo. Tuve que capacitarme, hacer cursos, asistir a congresos, intercambiar experiencias con otros cooperativistas”, recuerda.

Parte de las actividades que conforman el quehacer diario de Claudia es la de relacionarse con los vecinos y transmitir confianza a quienes se asocian a la cooperativa.

“La gran dificultad es manejar la ansiedad en los vecinos que esperan respuestas inmediatas, hay que aprender a contener a los asociados.

Yo trato de que cada socio que se acerca a plantear una necesidad pueda entenderme. Porque a veces nos ven como dirigentes o piensan que esto es un negocio y no es así. El Consejo de Administración no es rentado. A veces nos ven como “La gran dificultad es manejar representantes la ansiedad en los vecinos que que deben dar esperan respuestas inmediatas, soluciones ¡Y yo hay que aprender a contener estoy en la misma a los asociados. Yo trato de situación que ellos!

Aún no tengo mi que cada socio que se acerca a casa, cuesta mucho plantear una necesidad pueda construir, ahorrar entenderme”. para los materiales, etcétera”, explica.

El proceso que comenzó hace ocho años constituyó un aprendizaje y el rescate de valores que se hicieron indispensables para sostener en el tiempo “este trabajo de hormiga”, como ella lo define.

“Aprendí lo que significa el

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trabajo en conjunto. No es sólo mi necesidad, es la mía y la de noventa y nueve más. Creo que aún no está incorporado el cooperativismo dentro de la sociedad, lo que significa ayudarse entre todos y trabajar los valores.

A pesar de que nos inculcan cosas desde chicos, cuesta desarrollarlas en la práctica. Ejercitar la cultura del ahorro, por ejemplo”, sostuvo.

Y agregó que aprendió que iba a llegar a tener su casa “a través del esfuerzo, mío y de mi familia y que no tenía que sentarme a esperar que me dieran un terreno, porque así no lo iba a tener nunca”.

“Yo entiendo a la gente de las tomas, siempre ese fue como mi fantasma, esto de pelear con la necesidad. Pero creo que éste es el camino, el de las cooperativas.

Porque todo lo que tenemos, si bien lleva su tiempo, nos garantiza que no tenemos que pelear con nadie, por los terrenos o los servicios. Todo lo fuimos planificando y gestando en conjunto y creo que esto también nos hace parte de Cipolletti, y escribimos una historia diferente para la sociedad”, consideró.

La impronta

“El Consejo de Administración no es rentado. A veces nos ven como representantes que deben dar soluciones ¡Y yo estoy en la misma situación que ellos! Aún no tengo mi casa, cuesta mucho construir y ahorrar para los materiales”.

Claudia Ortiz mencionó que a través del cooperativismo le fueron dando su impronta a los barrios. “Les pusimos nombres a las calles. Armamos un recorrido para que la gente vaya a conocer el Distrito. Mucha gente todavía tiene la idea de que El Treinta es un basural, un lugar feo, y depende de nosotros cambiarlo y tener la calidad de vida que nos merecemos. Ya se ven muchos cambios. Hay gente viviendo, se han hecho obras de infraestructura”, especificó.

De igual forma, aclaró: “Queda mucho por hacer, estamos planteando el recorrido del transporte urbano, pensamos en las escuelas, los espacios verdes, el destacamento policial. Dentro de nueve meses la gente que salió sorteada por el Plan Federal va a tener su vivienda y eso va a demandar respuestas”.

En este sentido, afirmó: “¡Cuando les contemos a nuestros hijos lo que fue escribir esta historia va a ser maravilloso! Tengo cuatro hijos y dos nietos. Esto es para ellos, van a tener donde vivir como yo. Lo sueño así, de acá a algunos años, mi casa hecha con el esfuerzo propio. Va a ser hermoso”.

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LORENA FERRADA | INSPECTORA DE TRÁNSITO

cONCIENTIZAR AL CONDUCTOR eNSEÑAR Y HACER QUE SE RESPETEN LAS NORMAS DE CIRCULACIÓN EN LAS CALLES ES EL OBJETIVO CENTRAL DE LA LABOR DE ESTA EMPLEADA MUNICIPAL. dESTACÓ LA IMPORTANCIA DE LOS CURSOS QUE SE DICTAN A LOS ADOLESCENTES.

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ujer de carácter, orgullosa y gustosa de la función que cumple, Lorena Ferrada, de 37 años, cumple en noviembre cinco años en funciones como inspectora de Tránsito y Transporte de la Municipalidad de Cipolletti.

Se enteró que necesitaban personal a través de los clasificados y como

reunía los requisitos decidió presentar su currículum, después de pasar los exámenes, pruebas, formar parte de la primera promoción de la Escuela de Inspectores de la ciudad, descubrió que esta era su vocación.

“Estoy conforme con mi trabajo, esto me gusta, me encanta. El hecho de poder cumplir el objetivo, pararte frente a 50 personas y que al terminar el curso te demuestren que les gustó, que nos feliciten, es muy agradable.

Este año se hizo un taller con adoles-

centes y entrar a la sala y verlos haciendo los trabajos, eso es lo que me satisface. Estos chicos son los futuros conductores. Trabajar en la calle también, no se me cae un pelo por pedir a un conductor la licencia, tarjeta verde, la documentación pertinente y decirle que está cometiendo una infracción”, aseguró Lorena, quien en la actualidad ocupa el cargo de coordinadora operativa de Tránsito y Transporte.

Nativa de Cipolletti, hizo parte de la primaria en la Escuela 262 del Arévalo.

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Hasta los 8 años vivió en el barrio Labraña y por esfuerzo de su mamá con el tiempo se mudaron al Anai Mapu.

Egresó de la Primaria 248 para luego ingresar y cursar hasta tercero en el colegio 15 y finalmente concluir el secundario en el CENs 15.

Después de completar sus estudios, aseguró que “la peleé y peleé, trabajé de empleada doméstica por varios años, fui empleada de comercio, repositora externa, hasta en un lavadero de ropa laburé”.

“Estaba trabajando y hacía un año que había hecho un curso de técnica operadora en Salud Mental, que de hecho me recibí por la provincia de Río Negro. Llené la solicitud y estaba esperando el nombramiento para obtener el cargo en el hospital local. Pasaron unos meses y no sucedía nada, viendo los clasificados estaba el aviso en el que pedían personal para concursar”, añadió.

También había iniciado en un instituto privado la carrera de instrumentadora quirúrgica, pero por cuestiones económicas tuvo que abandonar. “Eran mis estudios o la alimentación de mis hijos. Tengo dos varones, uno de 21 y otro de 13, cuando el más chico tenía un año me separé y me hice cargo yo sola de mis hijos”, agregó.

Una apedreada para la historia

Primeros pasos Lorena formó parte de la primera promoción de la Escuela de Inspectores de Tránsito que se abrió en Cipolletti. Después de ser capacitados, comenzaron las prácticas en la calle, los enviaban en pareja y a los varones les pedían que no dejaran solas a sus compañeras. Cuando regresaban al edificio municipal, les consultaban como había sido el desempeño.

“Después él me contó que les había dicho la verdad, que yo iba sola donde estaba la infracción. No esperaba a mi compañero, veía que había muchas infracciones de un lado y del otro y por instinto sabía que tenía que ir porque estaban obstruyendo la circulación vehicular”, recordó con humor.

Lorena tiene en claro que en la

Situaciones de todo tipo y tenor atravesó en estos casi cinco años que lleva trabajando en la comuna, pero hay una muy reciente que no olvidará con facilidad. Ocurrió este verano en Balsa Las Perlas, donde se había resuelto intensificar los controles debido a la gran cantidad de infracciones y de la presencia de conductores y motociclistas en estado de ebriedad. Lorena estaba cubriendo a un jefe de calle y le pidieron que se trasladara hasta el paraje cipoleño.

“Vieron que se estaba trabajando con mayor frecuencia y la gente se empezó a enojar. Ese día fuimos, estábamos trabajando y de golpe apareció un grupo de personas muy enojadas y se levantaron en contra nuestro. Contábamos con el apoyo de la Regional Quinta. En un momento en que la grúa estaba cargada de motos, apareció el malón, empezaron a volar piedras y nos rodearon. Éramos ocho inspectoras, estábamos como la gallina con los pollitos, porque mis compañeras se pusieron detrás de mío. La gente estaba desaforada. En medio de los disturbios, a uno de los efectivos que estaba parado arriba de la grúa, un vecino que se sube al camión lo agarra del chaleco, de atrás, y lo tira. El policía trastabilló para atrás, se dio vuelta y accionó la Ithaka, el disparo fue al aire, y ahí la gente salió corriendo. Justo apareció un auto, el conductor conocía a uno de los policías, de caradura que soy le pedí que sacara a mis compañeras porque tenían mucho miedo. Nos quedamos dos en el lugar y a mí colega la metí en el patrullero”, explicó y agregó que esta situación no la hizo desistir y a los pocos días volvió a trabajar al lugar.

"no se me cae un pelo por pedir a un conductor la licencia, tarjeta verde, la documentación pertinente y decirle que está cometiendo una infracción".

calle las situaciones y personas con las que se pueden cruzar pueden ser muy variadas, incluso algunas pueden resultar violentas. Además, comprende que el hecho de ser mujer e inspectora resulta chocante para muchos conductores, más aún si le marcan los errores que cometen o lo que no deben hacer.

“Es duro, pasé por todas, desde la grosería hasta el piropo. A veces te gritan “yegua” y vos te reís, sin que se den cuenta, y pensás se equivocó de animal, porque a nosotros nos dicen de otra forma. Esas cosas las charlás con tus compañeros y hacés bromas.

También hay situaciones críticas, en las que me tengo que plantar porque estoy cumpliendo una función, tienen que respetar la decisión que tomé, estoy haciendo mi trabajo”, explicó.

La tolerancia es fundamental para cumplir con su trabajo de inspectora, porque en muchas oportunidades el enojo de los conductores se transforma en ira y ellos no pueden perder el control.

“Hay gente que te grita ‘yo te pago el sueldo’, te insultan. Los dejo hablar, desahogarse, entiendo que están indignadísimos de que esté escribiendo un acta. Cuando terminan les pregunto si me van a firmar el documento, les explico cómo sigue el proceso y como broche de oro, que me pasó muchas veces, me dicen que soy una maleducada, porque me están hablando mientras escribo. Los miro y les digo que tienen razón, yo que no dije nada soy una maleducada, la que escuchó todo es la maleducada. Este es mi trabajo y tengo que realizarlo. También les digo que tienen razón, los contribuyentes de mi ciudad nos pagan el sueldo, por eso nosotros tenemos que cumplir nuestra labor porque nos están pagando para eso. ¿De qué manera estoy demostrándole a usted que estoy haciendo mi trabajo? justamente diciendo que tengo que hacer el acta”, expresó.

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LMC | Jueves 3 de octubre de 2013 | 110° aniversario ciudad de cipolletti Antonio Spagnolo

RUTH CÁRDENAS | AGENTE SANITARIO

Por la promoción y prevención de la salud En su función de coordinadora del hospital, recordó los años en los que trabajó en el periférico del Mapu para atender las necesidades de los vecinos del barrio.

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uth Cárdenas conoce las realidades de cientos de cipoleños.Y en muchos casos llega a la vida de las personas en situaciones difíciles, con el único objetivo de ayudar, convirtiéndose en una especie de guía de las opciones a las que puede recurrir alguien que no está bien por diferentes circunstancias.

De aspecto sencillo, con un tono de voz suave, cierta timidez, con las emociones a flor de piel, quizá si no fuese por la chaquetilla que utiliza a diario podría pensarse que se trata de una simple mujer. Nadie imaginaría la importante labor que viene desarrollando desde hace 20 años en los barrios de la ciudad como agente sanitario.

Aunque no nació en Cipolletti, por su trabajo estuvo en rincones que muchos ni se imaginan.

Llegó a la ciudad cuando tenía 17 años. “Soy de Ushuaia, vine a Cipolletti en el '85. Fue triste, porque venía de una ciudad rodeada de mar, montaña, allá estaba toda mi familia. Donde fui a vivir, acá, lo único que veía era el cielo, en Don Bosco y Chile. Hacia dos años que estaba casada”, recordó.

Quien era su esposo en ese momento era cipoleño, por lo que ella se trasladó con los tres hijos que ya tenían. Con los años nacieron dos más y se completó la familia y hoy a los 74 años ya es abuela. “No tuve una escuela o alguien que me diga esto se hace así o de otra forma, pero lo hice re bien”, agregó con orgullo de madre y lágrimas en los ojos.

En el '92, en el viejo hospital, se dictó un curso de agentes sanitarios. Para Ruth, “era lo que había en el momento, tenía 26 años y no sabía lo que era un agente sanitario, yo sólo era ama de casa y buscaba una salida laboral”.

salud, estaba la primera toma que se hizo. Ahí Contó que además en el 2000 hizo el curso de nos metimos, asustadísimas, pero nada que ver Auxiliar de Enfermería y once años después rea lo que nos imaginamos. Después yo era parte cibió el título de Licenciada en Enfermería, pero del Mapu”, relató. siempre siguió trabajando como agente. “Una Para ella, que durante 15 años trabajó en este de las cosas que cambia es el sueldo, pero me sector, lo que ocurre en la actualidad “es culpa gusta mi trabajo, la labor comunitaria, el conde la sociedad, porque se utilizó este barrio con tacto con la gente, estás más en la calle. Los fines políticos”. otros estudios me sirven para poder brindar“Los padres de los chicos que están hoy hicieron le algo más a la personas”, explicó Ruth, que lo mismo, es lo que ellos mamaron. El adolesdesde hace dos años es la coordinadora del cente que sale a robar ahora, cuando era bebé grupo de agentes sanitarios del hospital Pedro era llevado en changuito al centro y lo usaban Moguillansky. cuando robaban”, consideró.

La primera gran experiencia Marcar pasos Dos años después de hacer el curso comenzó La tarea de los agentes se realiza en a trabajar como agente sanitario. la calle, visitando las viviendas, Su primera experiencia, que se haciendo relevamientos para prolongó durante mucho luego desarrollar un tratiempo, fue en el barrio bajo comunitario para Anai Mapu. El grupo “Fuimos con una compañera la promoción y predebía realizar pasana la casa de una mamá que vención de la salud, tías en los centros tenía su hijo con bajo peso, para el que llevan de salud y nadie mientras le explicábamos adelante campañas, quería ir a este cómo tenía que preparar charlas, entre otras sector. Por ser muy la leche la chica miraba actividades. Cuencallada, la enviala tele. Al otro día fuimos tan con el apoyo ron allí, junto a de profesionales, una compañera de otra vez y así, hasta que son una de las paCatriel. aprendió a hacer la leche tas fundamentales de “No conocía bien para su nene que estaba la atención primaria.

Cipolletti porque no desnutrido”.

También visitan y recorren salía de mi casa. Teníainstituciones como escuelas y mos miedo por las cosas jardines. que habíamos escuchado.

“La gente necesita que vos le vayas Llegamos al Mapu pensando que marcando los pasos, no es que los castigamos, era como las películas de pistoleros, que nos pero cuando detectamos alguna situación pariban a estar esperando, estábamos asustadas. ticular los vamos a visitar en reiteradas oportuCuando entramos al barrio, frente al centro de

nidades. Muchas veces me acuerdo que fuimos con una compañera a la casa de una mamá que tenía su hijo con bajo peso, mientras le explicábamos cómo tenía que preparar la leche la chica miraba la tele. Al otro día fuimos otra vez y así, hasta que aprendió a hacer la leche para su nene que estaba desnutrido”, detalló.

Ruth aseguró que con la gente logran siempre un buen trato, es raro que alguien tenga problemas por el trabajo que realizan. “Una vez que entraste a la casa y fuiste dos o tres veces la relación es otra, como que sos una amiga, ellos se descargan con vos. No somos el psicólogo, nosotros ayudamos hasta donde podemos, somos el nexo con otras personas, instituciones para que puedan resolver determinadas situaciones”, explicó.

Agregó que la realidad de lo que ocurre en un consultorio es muy diferente de lo que ocurre en las casas, cuando asisten a la nutricionista les dicen que tienen que comer esto, aquello, lo otro, pero en la casa sólo hay papas y harinas y es ahí donde intervienen.

Ser agente sanitario le sirvió para ayudar a muchas personas, y en varias oportunidades no le importó estar fuera del horario de sus tareas para brindarles una mano a los vecinos que estaban en situaciones muy difíciles.

“Todo lo que me quedó guardado en el corazón fueron mis años de trabajo en el Mapu, lo que se hizo en conjunto con otras instituciones.

Durante dos o tres años organizamos la fiesta del barrio, en la que se mostraban todas las cosas que se hacían en el lugar. Andábamos por todos lados con gente de otras organizaciones juntando cosas para el lugar, hicimos mucho por ese centro de salud y por el barrio”, expresó sin poder ocultar su emoción.

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LMC | Jueves 3 de octubre de 2013 | 110° aniversario ciudad de cipolletti Mauro Perez

SERGIO ALLENDE | COMERCIANTE

Al servicio de la necesidad del cliente Desde hace 45 años, la casa de repuestos del automotor Allende responde a las demandas de quienes tienen problemas con sus vehículos.

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esponsabilidad, seriedad y pasión por lo que hace, así de simple es la fórmula que el comerciante Sergio Allende aprendió de su padre Agustín y que

mantuvo desde los 22 años cuando comenzó a trabajar con él en la casa de repuestos que lleva el apellido de la familia.

Dueño de un negocio de repuestos para automotores de Cipolletti, no hay un día en que no esté aten-

diendo a sus clientes a la par de sus empleados. Escucha a aquellos que están del otro lado del mostrador, los asesora, prepara presupuestos y busca las piezas en el depósito.

“Llevo un montón de años y estoy todos los días viendo lo que se su-

cede. Sigo trabajando normalmenkilómetros, una de las exigencias era te, aunque estoy un poco más en la contar el servicio para los vehículos. parte administrativa. Algunas horas Entonces Agustín tuvo que empezar estoy en el mostrador porque es a traer repuestos e instalar un taller donde uno realmente palpa las nemecánico. cesidades de la gente y se da cuenta “Con el tiempo se desarrolló más la de lo que sirve y lo que no”, expresó parte de repuestos y nos quedamos Allende, de 52 años. sólo con Su padre comenzó con el negocio en 1968. Oriundos de General Roca, se trasladaron a Cipolletti “Tuve una gran ventaja cuando Sergio tenía 8 años, porque él tenía la por lo que para él éste es su pueblo porque aquí se crió. trayectoria y los Considera que es la localiproveedores, que antes era dad que le dio la posibilimuy difícil de conseguir. dad de crecer y de avanzar No era como ahora, que como persona y formar una es más sencillo acceder familia. a un producto, porque El inicio de lo que hoy es hay muchos medios de Allende Repuestos fue como una subagencia que se dedicomunicación”. caba a la comercialización de la marca Fiat. Como vendían autos cero

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eso”, contó.

El primer local estaba ubicado en la esquina de 25 de Mayo y Fernández Oro, frente a lo que hoy es la obra del Centro de Espectáculos. Luego se trasladaron a Yrigoyen 150, donde abrió sus puertas durante 25 años consecutivos, hasta que hace una década se mudaron hasta 25 de “Tenemos un sector Mayo 373, donde funciona en la acen el que atendemos a tualidad. mecánicos, ellos tienen los

talleres y vienen varias Libertad y veces en el día, hay otra confianza relación aparte de la Sergio siempre comercial.

Compartimos acompañó a su muchas cosas, me siento padre. Había comenzado a estudiar identificado con ellos”. pero abandonó, entonces las horas dentro del negocio fueron cada vez más.

“Mi papá era un hombre abierto y me dio la posibilidad para que empezara a hacer cosas sin imponer su posición, sus ideas. Me brindó libertad y eso hizo que de a poquito me metiera más y más. Mi viejo tenía confianza en mí y yo fui despacio”, explicó.

“Tuve una gran ventaja porque él tenía la trayectoria y los proveedores, que antes era muy difícil de conseguir. No era como ahora, que es más sencillo acceder a un producto, porque hay muchos medios de comunicación. Antes para llegar En el local de la calle 25 de Mayo se a un proveedor era todo un trabajo aprecia un lugar cómodo, prolijo y y que viniera gente de Buenos Aires moderno, preparado para dar solua venderte acá no era fácil. Yo corría ciones a los clientes. con esa ventaja, tenía ya armada esa red”, relató.

Sergio fue buscando alternativas y oportunidades, porque a diferencia de lo que ocurre en la actualidad, cuando él comenzó a trabajar tardaban muchos años en cambiar los autos, un modelo duraba entre 20 y 25 años. “Nosotros sólo vendíamos Fiat, cuando surgió Sevel, que fue la unión entre Fiat y Peugeot, vi la posibilidad de incorporar esta última marca. Fue paulatino, después agregamos Renault, porque en Cipolletti estaba la empresa Hidronor y tenían todos los vehículos de esta última compañía. Fuimos incorporando cosas, siempre apostando al trabajo, con seriedad”, remarcó.

Parte del equipo

Resulta llamativo al ingresar, sobre todo porque se trata de una casa de repuestos, ver banquetas altas dispuestas en diferentes sectores del

mostrador y butacas frente a un televisor para brindar un espacio donde el cliente esté a gusto mientras espera a ser atendido.

Cada persona que ingresa al local se toma su tiempo. Los empleados lo escuchan, buscan la pieza adecuada y de ser necesario, lo asesoran.

“Tenemos un sector en el que atendemos a mecánicos, ellos tienen los talleres y vienen varias veces en el día, hay otra relación aparte de la comercial. Compartimos muchas cosas, me siento identificado con ellos. Uno trata de brindarles soluciones y ellos me ayudan a mí, porque son quienes instalan las piezas y los que saben son ellos. Vamos avanzando juntos”, comentó.

Allende entendió que la gente que va a comprar busca respuestas y ellos trabajan para brindarles soluciones.

Además de la inversión en mejoras y la capacitación, y de tener constantes charlas internas con su equipo de trabajo en la búsqueda de mejores soluciones para sus clientes, sabe que adaptarse a los tiempos que corren forma parte del concepto de atención.

“Uno tiene que ir actualizándose según cómo avanza el mercado.

Hoy estoy rodeado de empleados jóvenes que manejan muy bien la parte de informática; lo que en la actualidad es una gran herramienta para poder brindarle una respuesta a la gente. La tecnología es fundamental”, agregó.

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CLAUDIO PUEL | POETA Y MÚSICO MAPUCHE

“Yo soy un elemento de la tierra” El artista cipoleño tiene como principal objetivo transmitir el legado cultural de su pueblo, el que vuelca en sus creaciones.

C

laudio Puel está decidido a mantener y transmitir, desde su sentir personal más profundo, el legado cultural de su pueblo, el pueblo mapuche.

Cipoleño de nacimiento pero fiel a su sangre, ha volcado a

la poesía y a la música el poderoso torrente de su compromiso y su pasión artística.

A los 43 años, su vida está ligada indisolublemente al propósito de conservar “las costumbres y creencias que nos vienen de generación en generación”.

Su labor de artista está asociada sobre todo con el grupo Kollon, que quiere decir máscara y que se formó en la década del 90. En la actualidad, la formación ha sacado su primer disco y sigue adelante con su labor de divulgar la música mapuche, utilizando los instrumentos típicos

de su comunidad ancestral.

Casado, con dos hijos, sus dos padres pertenecen al pueblo originario. Su madre Rosalía Ñancupe, artesana del telar, desciende de habitantes del norte neuquino, mientras que su padre Plácido Puel, soguero, talabartero, especialista en hacer lazos, riendas y fustas, tiene su origen familiar en la zona de Villa Pehuenia.

“De ellos yo aprendí a mamar la cultura mapuche, de chico me enseñaron las costumbres. Por ejemplo, cuando se carneaba un animal me decían para qué, qué se obtenía de tal animal. Nuestra gente hasta la sangre utiliza como alimento, una comida conocida como ñiache”, rememoró, al hablar de su historia de vida.

Conocimiento y rogativas Expresó que sus dos progenitores

saben hablar el idioma. “Fueron los que me inculcaron todo el conocimiento que tengo. Después me fui formando un poco más aceptando invitaciones para participar en rogativas en las comunidades, en los encuentros que realizaba nuestra gente”, comentó.

En su crecimiento interior fueron muy significativos los días de 1992, en los que se conmemoraron los 500 años del arribo de los españoles a América.

Para los nativos, fue “el último día de libertad”.

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En su crecimiento interior fueron muy significativos los días del año 1992 en los que se conmemoraron los 500 años del arribo de los españoles a América. Para los pueblos nativos del continente fue “el último día de libertad” y el comienzo de una lucha por la persistencia y la reafirmación de la identidad propia que se mantiene hasta hoy.

En aquella época ya escribía, participaba de otro grupo y hasta hacía un programa en radio Calf-Universidad que se llamaba, precisamente, "Pueblos Originarios". Además, realizó algunos microprogramas en RTN de la vecina provincia bajo el título de "Aukin Mawida" (Ecos de la Montaña).

Una de sus preocupaciones constantes ha sido la de su idioma, el mapudungun, que domina con eficiencia y que trata de conocer en su fonética y sus particularidades, ya que como toda lengua tiene sus diferencias, según cada lugar en que se habla y vive su cultura. También domina la grafía propia con que se escribe la palabra de los mapuches.

Predestinado a hacer las cosas La visión de su arte es muy particular a la vez que muy honda. “No es que yo pretenda hacer cosas. Yo entiendo

Una de las obras que más gratificaciones le ha dado a Claudio es el lanzamiento este año del disco de Kollon que se llama Ulkultun Mapuche (Música Mapuche).

que en la vida uno está predestinado a hacer las cosas, uno está marcado a obrar, a llevar, a realizar. Yo le

También en castellano Claudio Puel se considera poeta y también músico. Para que su cultura llegue a conocimiento de la mayor cantidad de personas posible, suele crear sus textos en castellano agregando “alguna oración o frase” en su lengua originaria, que también traduce “para que se entienda la poesía”.

Hace unos cuatro años editó un libro junto con el poeta, que tiene sangre mapuche también, Juan Morales, y que vive en Cipolletti. El trabajo se llama "La Voz del Kultrun" y es su primer texto editado.

Participante de la SADE de Río Negro, que dirige Néver Cavigliasso, algunas de sus letras aparecerán en una antología que se publicará pronto.

Una de las obras que más gratificaciones le han dado es el

lanzamiento este año del disco de Kollon que lleva por título "Ulkultun Mapuche" (Música Mapuche), el primero que dan a luz y a conocimiento del público.

El conjunto está integrado también por Ariel Ñancupe, Juan Baigorria e Isaías Painequil. Los instrumentos que tocan son los tradicionales de su comunidad, de los que tiene una gran variedad, muchos desconocidos para el resto de la población regional. El principal es el kulxun (kultrún, de percusión) pero también figuran el xompe (trompe), wily kapurra (pezuñas de cabra), pifilka (de viento), ñorkin (de viento, de típica forma circular), kulkull (de viento), xuxuka (trutruca, de viento), wiru (raspador) y kaskawilla (cascabeles), entre otros.

71 digo a la gente que soy como un emisor que recibe y luego transmite el mensaje. Soy un elemento de la tierra”, afirmó.

Y agregó: “En muchos casos me dan deseos de escribir y cuando quiero formar una lectura no me sale. Pero, de repente, está la lectura dentro mío y lo único que tengo que hacer es pasarla al papel. Me sale así, natural. Por eso entiendo que el mensaje llega”.

Con material creativo como para poder sacar dos libros más de su autoría, Puel está preocupado por la falta de mayor conocimiento de la cultura mapuche que hay en la ciudad. “Este lugar se conoce como Cipolletti pero antes de que llegaran los españoles se conocía esta zona por los nombres de los ríos Limay y Neuquén y también por el río Negro, que se llamaba Kurri Leuvu. Cipolletti no está fuera de la identidad de nuestra gente, pertenece al territorio mapuche también, pese al gran desconocimiento que hay”, enfatizó.

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