La Aventura del Robot Sonriente
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Había una vez en un pequeño pueblo llamado
Ingeniolandia, donde todos los habitantes eran inventores y soñadores. En este lugar, cada año se celebraba un gran concurso de invenciones, donde los jóvenes ingeniosos presentaban sus creaciones más innovadoras.
En una hermosa mañana de primavera, un joven inventor llamado Tim se despertó con una idea emocionante. Había estado pensando en un robot que pudiera ayudar a alegrar a las personas con su sonrisa.
Decidió llamar a su creación "Sonrisitas".
Tim comenzó su emocionante viaje de diseño y desarrollo. Primero, se sentó con su lápiz y papel para dibujar cómo sería su robot sonriente. Quería que tuviera ojos brillantes y una sonrisa amable que pudiera iluminar el día de cualquiera que lo viera. Después de muchos bocetos y dibujos, finalmente llegó a un diseño que le encantó.
Luego, Tim reunió materiales y herramientas en su taller. Usó piezas de metal, plástico y algunos circuitos electrónicos para construir el cuerpo de Sonrisitas. Con mucho cuidado y paciencia, ensambló todas las partes, asegurándose de que cada tornillo estuviera en su lugar y que cada cable estuviera conectado correctamente.
Cuando finalmente terminó de construir a Sonrisitas, llegó el momento más emocionante: ¡la prueba de funcionamiento!
Tim encendió el interruptor y esperó con ansias. ¡Y oh, qué sorpresa! Sonrisitas cobró vida, parpadeó con sus ojos brillantes y extendió una gran sonrisa que iluminó toda la habitación.
Desde ese día en adelante, Tim y Sonrisitas se convirtieron en inseparables compañeros de aventuras, llevando alegría y sonrisas a todas partes donde iban.
Y así, queridos niños, recuerden que, con imaginación, dedicación y trabajo duro, ¡cualquier sueño puede hacerse realidad!