eñas
Wilson
s malditos
rzengel reflejado en ella a muchas chicas que conocí durante mi adolescencia e, incluso, un poco de mí misma. Hay reacciones, formas de pensar y actuar, que son propias de la juventud, cuando aún no se ha recorrido gran camino y todo se vive y palpa con más pasión y desesperación. Hubo un personaje que, incluso, se ganó mi odio. Deseé en gran parte del libro entrar a la historia para poder golpearlo. ¿Qué tan perverso y ruin puede ser alguien? ¿Qué tan ciego y obsesivo? Lo peor es saber que existe gente como él y que, aunque la novela narra una historia de ficción, refleja personalidades que uno puede encontrar en el día a día incluso sin pretenderlo. Puede que a muchos les resulte chocante la forma en que están presentadas ciertas escenas porque, de manera realista y muy fuerte, Nora expresa situaciones que son cotidianas (lamentablemente). Incluso habrá quien acuse a la obra y a su autora de fomentar/ defender la violencia y el maltrato. Creo que, lejos de eso, lo que la autora espera es que cada uno lea la historia y tome un posicionamiento. Ella no defiende a ningún personaje, no romantiza la violencia, solo presenta los hechos y da lugar a que uno interprete lo sucedido y reaccione al respecto. Yo odié a algunos, me preocupé y entendí a otros. Nora se las arregla para mezclar lo paranormal con una historia donde el romance juvenil es realista, dando como resultado una novela que parte de lo típico y llega a un resultado original y con un final tan acorde a su desarrollo como sincero para con los personajes. Si hubiera terminado de
otra manera, no tendría sentido nada de lo que sucedió y lo que vivieron los protagonistas. Este fin de año di con un libro que merece su oportunidad y con una autora que promete nuevas obras que leeré sin duda alguna. SOBRE LA AUTORA
Nora Z. Wilson nació en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, en 1984. Escribió su primer cuento a los seis años y fue publicado en el diario del colegio. Nunca paró de escribir. Combinó su carrera de Ciencias de la Comunicación en la UBA con talleres de guión y narrativa. Comenzó a dedicarse de manera independiente al guion ficcional y documental y al terminar sus estudios empezó a trabajar en guion televisivo. Coautora de un ciclo documental sobre Lunfardo y autora de varias producciones ficcionales independientes, con varios programas documentales y educativos en su haber. Estudió dramaturgia con Mauricio Kartún e Ignacio Apolo y dirección teatral con Rubén Szuchmacher. Estrenó dos obras teatrales como autora, una de ellas también como directora: Grasita (dentro del compendio «9 de obras») y Muñequita robada. Tiene una tercera en proceso.