manual diseno editorial jorge de buen

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M A N U A L DE DISENO EDITORIAL

Entre las palabras debe dejarse el menor espacio posible, apenas lo suficiente para que los vocablos se distingan como piezas individuales. El resultado debe ser una ((tipografíacompacta))donde los espacios entre los vocablos no se aprecien al primer golpe de vista, sino hasta que el.:lector concentra su atención en el texto, para luego asimilarlos de manera inconsciente. Las razones para la tipografía compacta están basadas en la experiencia óptica: el medio cuadratín, como se usaba en la antigüedad, tiende a separar excesivamentelas palabras, haciendo dificil la comprensión. Da como resiiltado una página inquieta, nerviosa, salpicada de nieve. Las palabras, en el renglón, están frecuentemente más próximas a los vecinos de arriba y abajo que a los de la izquierda y la derecha.'" En la composición ordinaria, el oficial tipógrafo colocaba las palabras en el componedor separándolas con espacios gruesos, es decir, la tercer parte del cuadratín. Si se quedaba corto, agregaba más espacios entre 1; palabras, y si se excedía, cambiaba los gruesos por medianos. Las letr; individuales se fundían en lingotes de anchuras determinadas, digamo'S, en octavos o dieciseisavos de cuadratín, para que las operaciones arroji1ran cantidades fáciles de manejar. De esa manera podía garantizarse uin largo de línea perfectamente calibrado. Veamos: Supongamos que un oficial está usando letras de 12 puntos en una línea de 24 picas. Si un renglón de diez palabras, ya separadas con sus espacios gruesos, mide 21 picas con 8 puntos (21;08), el oficial, para justificar la línea, inserta nueve blancos adicionales con una anchura total de 2;04, o, lo que es lo mismo, 28 pt. Esto equivale a ocho espacios medianos, de tres puntos cada uno, y uno grueso, de cuatro. Solo queda confiar en la capacidad del cajista, quien debe colocar el espacio ancho en el lugar más favorable; o mejor aún, completar el renglón con una o más sílabas de 13 siguiente palabra para conseguir separaciones más compactas. La dificultad de ajustar las líneas con espacios de diferentes dimensiones, como en el caso del ejemplo (ocho medianos y un nruesc 1x0

ESPACIAMIENTO

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a superarse a partir de la composición en caliente y quedó finalmente en el olvido gracias a las técnicas fotográficas. El cuadratín se dividió en fracciones cada vez más finas: dieciochoavos ( ~ / 1 8 )treintaiseisavos , (~/36), cincuentaicuatroavos ( ~ 1 5 4y) así, sucesivamente. Mientras escribo estas líneas, la tecnología Truetype, normal en muchos sistemas de computación, aunque permite el uso de una matriz variable, recomienda que las fracciones se fijen en ~ 1 2 0 4 8 . En virtud de estos avances tecnológicos, el diseñador editorial puede ahora determinar los espacios con cierta libertad, limitado tan solo por la capacidad del programa con el que edita los textos. Sobre cómo se debe ajustar el programa de autoedición para que se comporte adecuadamente, veamos, en primer lugar, la recomendación de Jan Tschichold: Gran parte del trabajo tipográfico, en la mayoría de los países, se hace demasiado abierto. Este defecto es una herencia del siglo diecinueve, cuando la tipografía ligera, delgada y puntiaguda de entonces obligaba a espaciar con medios cuadratines. Nuestras letras de hoy, algo más negras, pierden cohesión si se adopta un espaciamiento así de amplio. La regla debería ser ((trespor cuadratin))o, inclusive, algo más compacto; incondicionalmente,y no solo en los libros.=' Las variedades finas de las letras admiten, en realidad, separaciones entre palabras ligeramente más amplias que sus parientes oscuras. Cuando los renglones son suficientemente largos y se tiene un buen número de palabras en cada línea, los parámetros de espaciamiento pueden establecerse con bastante severidad. En tales casos es recomendable componer con mínimos de hasta ~ / (un 8 octavo de cuadratín). Algunos programas de diseño editorial para computadora admiten que el usuario establezca sus propios límites. Una buena recomendación está en la siguiente tabla:


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