OPINIÓN | Noviembre 2013
Los ciudadanos sin destino Hay un cansancio ciudadano que se remonta a las promesas hechas por los políticos de siempre, esos que desde los años noventa nos dijeron que había que sacrificarnos por el mañana.
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■ José Luque * Analista político
espués de tanta discusión política, marchas y movilizaciones, hay ciertas dudas que quedan en el tintero ¿el presupuesto anual de la federación aprobado por el Congreso de la República tiene que ver en algo con las necesidades y los derechos de la ciudadanía?, ¿las movilizaciones, plantones y actividades similares llevadas a cabo por los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) han influido en algo para empoderar a los ciudadanos no sindicalizados y no corporativizados de México?, ¿Las medidas desarrolladas en materia de seguridad pública implementadas por el gobierno tienen algún impacto real más allá de las estadísticas p re s e n t a d a s , han significado acaso una mejora en la seguridad pública cotidiana de nuestras vidas? Las preguntas señaladas seguramente son compartidas por muchos de ustedes, nuestros lectores, y es muy probable que las respuestas que salten a la vista, en este ejercicio intelectual y cívico no serán las mejores, una cosa son las encuestas y otra cosa es la vida real, y en ella, nosotros, los ciudadanos de a pie, los desencantados del sistema político tenemos otras opiniones, tenemos múltiples elementos que nos llevan a desconfiar de las estadísticas oficiales de siempre. ¿Acaso nadie del establishment percibe la angustia de los padres de clase media en extinción que siguen a sus hijos a todos lados por miedo a que estos desaparezcan y terminen vendiendo sus órganos o prostituyéndolos en un mercado cualquiera de las mafias orientales? ¿Acaso los medidores oficiales, los encuestólogos del poder no son capaces de medir la percepción de la desesperación de una multitud de ciudadanos que mal ■30■
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comen día a día? La vida es dura ya lo sabemos, pero ese no es un pretexto para que nos doren la píldora con datos estadísticos, números extraídos de ejercicios referidos a una realidad imaginada que no se condice con la realidad que vivimos. Hay un cansancio ciudadano que se remonta a las promesas hechas por los políticos de siempre, esos que desde los años noventa nos dijeron que había que sacrificarnos por el mañana, que si en ese momento teníamos la valentía de reducir el estado y vender a precio de caramelo las empresas estatales, a los pocos años, a las pocas décadas, las empresas y bancos privados fruto de la reducción del estado, generarían todos los empleos de calidad que los ciudadanos del futuro necesitarían para desarrollar sus vidas con dignidad. Pues les tengo malas noticias, esas empresas no han generado lo prometido y los bancos privados fracasaron a los pocos años y después de ser salvados por toda la sociedad vía el FOBAPROA, fueron entregados a la banca española, la cual ahora maneja nuestras economías cotidianas vía intereses leoninos e imponiendo prácticas monopólicas que dejan indefensos a los usuarios. La verdad es triste, las conclusiones penosas, sobre todo para esos ciudadanos que en los noventa eran niños y que ahora son los jóvenes desempleados, los NINIS, que ni estudian ni trabajan, son los pseudo ciudadanos con derechos de papel, la fuerza laboral de la informalidad y del crimen organizado y las víctimas de proceso político de exclusión que se inició en los ochentas. Ellos y ellas están fuera de todo presupuesto y por supuesto están fuera de toda movilización de la CNTE. Al menos este mes tenemos un premio de consuelo, el Profesor Pashitán está libre.■