SOBREVIVIENTES relatos de vida y represión política

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SOBREVIVIENTES

yo estaba impresionada porque para cada ramo había un profesor. Y aprendí bien, gracias a Dios, también conocí a otros compañeros y amigas. Recuerdo que habían grupos de chiquillos como clandestinos, con el Partido Comunista, entonces ellos se hacían ver, que los tomen en cuenta para tener opinión sobre la Educación. Se hacían tomas del Liceo. Yo también pertenecía a ellos, era muy divertido. Había un profesor de apellido Tripailaf a quien quisimos mucho, y estábamos unidos para cualquier evento, pero algunos profesores se oponían a esas cosas. Cuando se tomó el Liceo, nos tuvieron que sacar con los bomberos, y nos mojaron y llenaron las salas con agua. Entonces salimos arrancando. Como era fin de semana nos fuimos para la casa. Llegué a conversarle a mi abuela y ella me retó, me dijo que no me metiera en problemas. Ella tenía que ir a dejarme al Liceo el día lunes para que me reciba nuevamente el Director. Así pasaron los meses y terminé mi educación básica. En esos años no tuve los medios para seguir estudiando. Así es que me quedé con mi abuela ayudándole en los quehaceres de la casa y del campo. En esos años no teníamos lavadora ni nada eléctrico porque aún no había electricidad, entonces para lavar topa teníamos que hacerlo a mano con una artesa, llenarla con agua y poner la ropa a remojar, para después comenzar a escobillar. Me acuerdo, o recuerdo, que las sábanas eran muy blancas, porque se lavaban aparte y se escobillaban muy bien, después las pasaba por agua caliente y una vez que las enjuagaba, las azulaba con una tinta azul y quedaban super lindas y blancas. Como no teníamos agua dentro de la casa debíamos ir a un estero a enjuagar la ropa, luego traerla a la casa de nuevo y colgarla. En el invierno demoraba varios días en secarse.


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