LIJ Ibero. Revista de Literatura Infantil y Juvenil Contemporánea 1

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Entonces, habría que pensar en la posibilidad de que, a pesar de la oposición entre referentes, un autor comercial sí sea capaz de lograr efectos éticos y estéticos similares a los que provoca un autor clásico. Siendo así, las palabras de Eco en torno a la valoración de la cultura de masa siguen vigentes: una cultura de masas en cuyo ámbito un proletariado consume modelos culturales burgueses creyéndolos una expresión autónoma propia. Por su lado, una cultura burguesa —en el sentido en que la cultura “superior” es aún la cultura de la sociedad burguesa de los últimos tres siglos— identifica en la cultura de masas una “subcultura” con la que nada la une, sin advertir que las matrices de la cultura de masas siguen siendo las de la cultura “superior.” (Eco 42)

Ahora bien, la literatura posmoderna para jóvenes suele incluir elementos paraliterarios: elementos llamativos, visuales, fórmulas trilladas y léxico o sintaxis limitados (Guerrero, Posmodernidad 82). La obra de Sigsawa es paraliteratura, si consideramos lo anterior, que también incluye elementos literarios posmodernos: presencia de sociedades posindustriales, nociones de otredad, discursos antiautoritarios, ironías, contradicciones, metaficción, desvanecimiento entre las fronteras de la realidad y la ficción, polifonía textual (Guerrero, “La narrativa infantil” 2627), muchos puntos de indeterminación y juegos improbables con los horizontes de expectativas, los cuales le dan un tono característico a la obra. A propósito de la polifonía textual, ésta tiene una fuerte presencia en las novelas. En el capítulo cuatro del segundo volumen, por ejemplo, vamos al País de la Libre Prensa (véase la figura 3 a), el cual está escrito como diferentes entradas (notas, opiniones) de periódicos de inclinación conservadora y liberal sobre un incidente que involucra a un viajero armado y su motocicleta; en el capítulo tres del octavo volumen leemos las transmisiones del País de la Radio (véase la figura 3 b), en donde se discute la legitimidad viajera de Kino (una vez que ésta ya se fue); en el capítulo cinco del noveno volumen conocemos el País de los Diarios (véase la figura 3 c) y casi todo está escrito en forma de entradas de diario de niños que relatan su visión de la llegada de Kino; y en el epílogo (en juego con el prólogo) del decimosexto volumen, nos llevan al País de las Cartas de Amor (véase la figura 3 d), donde vemos que se incluyen varias cartas y notas escritas cada vez con mayor desesperación y en formatos más breves o caprichosos. Por otro lado, tenemos las notas del autor, presentes en casi todos los volúmenes de la serie. Sigsawa es un hombre juguetón y disfruta compartirlo con sus

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