Los que presentan enfermedad del tronco de la coronaria izquierda, aun cuando no sean diabéticos todos son candidatos a cirugía de revascularización, debido al alto riesgo que existe al colocar un stent en el tronco, de que éste pueda taparse súbitamente y producir la muerte en dichos pacientes”.
El papel de Metalyse® “El papel que jugó Metalyse® previamente a todo este procedimiento fue el de salvar la vida a estos pacientes, porque recordemos que su fin principal es recanalizar y disolver el trombo que tapa la arteria y produce la muerte del músculo cardiaco. Entonces, al disolver dicho trombo Metalyse® reperfunde, es decir, restituye la circulación en la arteria ocluida que está produciendo el infarto. “Desafortunadamente, por diversas complicaciones (burocracia, negligencia, transporte demorado o diagnóstico tardío, entre muchas otras), el paciente no llega a tiempo al hospital, por lo que este medicamento es administrado tardíamente, es decir después de 6 horas de inicio del infarto, y no tiene el efecto deseado; en este caso al enfermo habrá que practicarle un cateterismo, especialmente si es diabético, porque es precisamente este tipo de paciente el que tiene el mayor porcentaje de enfermedad coronaria, por presentar un alta incidencia (más del 50 por ciento) de presión arterial elevada y colesterol de baja densidad alto, por lo cual presenta mayor cantidad de arterías coronarias
¿Por qué la trombolisis? El infarto miocárdico es un síndrome coronario agudo que habitualmente resulta de una reducción repentina del flujo sanguíneo coronario causada por trombosis agregada a la aterosclerosis. En un infarto miocárdico en evolución la muerte celular puede ser detenida si el flujo sanguíneo es restablecido antes de que ocurra el daño irreversible al músculo cardiaco. La reperfusión de un vaso ocluido puede realizarse también mecánicamente por intervención coronaria percutánea o por la administración de un agente fibrinolítico. Debido a consideraciones logísticas, rara vez la intervención mecánica en los hospitales está disponible las 24 horas de los 7 días de la semana. Por lo tanto en la mayoría de los pacientes la reperfusión coronaria será posible hacerla farmacológicamente usando agentes fibrinolíticos, como el alteplasa (Actilyse®), que era el primero antes del surgimiento del tenecteplasa (Metalyse®). Los medicamentos fibrinolíticos inducen la trombolisis mediante el activador del plasminógeno tisular (TPA), que convierte a éste en plasmina, enzima catalítica que degrada la fibrina y disuelve el trombo del vaso coronario ocluido, limitando el daño al tejido isquémico. El objetivo principal del tratamiento es prevenir y limitar la extensión del daño miocárdico para reducir la morbilidad y mortalidad. Las mejoras en el cuidado en la fase aguda y la atención temprana conllevan a un aumento tanto en la supervivencia como en la esperanza de vida, pero en forma global, la prevalencia de la enfermedad cardiaca coronaria en países desarrollados sigue creciendo, igual que en aquellos en vías de desarrollo que imitan hábitos y estilos de vida de los primeros, en donde destacan factores de riesgo como la obesidad, hipertensión arterial, hipercolesterolemia, diabetes, tabaquismo, sedentarismo y otros más, haciendo que crezca cada vez más el número de personas que presentan uno o más de estos factores. Diferentes estudios han demostrado que las acciones preventivas de beneficio comprobado no son implementadas adecuadamente en pacientes e individuos asintomáticos de alto riesgo con enfermedad cardiaca coronaria establecida. Además, muchos de quienes sufren un evento agudo no reciben tratamiento apropiado ni oportuno. Los datos del Registro Global de Eventos Coronarios Agudos muestran que más de un tercio de los pacientes elegibles que presentan infarto miocárdico con elevación del segmento S-T, dentro de las primeras 12 horas de la instalación de los síntomas, no reciben terapia de reperfusión. De este modo, el infarto miocárdico permanece como un importante problema de salud y causa de mortalidad, siendo necesario continuar mejorando los tratamientos en fase aguda, la manera de aplicarlos y, principalmente, realizar programas de prevención. Los expertos coinciden en que la mejor manera de reducir la mortalidad es la aplicación temprana del tratamiento, de ser posible en las ambulancias o en labores paramédicas antes de llegar al hospital.
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