La guerra de los mundos

Page 1

A . C o r r Êa

«Eran cabezas, nada más que cabezas. Carecían de entrañas. No comían, ni mucho menos digerían. En vez de esto, chupaban la sangre fresca de otras criaturas vivas y se la inyectaban en sus propias venas.»

Pintor, dibujante y grabador brasileño de estilo premodernista. En 1890 fue llevado por su padrastro a Europa. En 1894 comenzó sus estudios artísticos en París, donde asistió a las clases del pintor Jean Baptiste Édouard Detaille, especializado en pinturas de temática bélica. Al año siguiente expuso por primera vez en el Salón de París, y en 1900 se trasladó a Bruselas, donde instaló su taller. Realizó óleos sobre la guerra franco-prusiana, y acuarelas de impronta erótica, que firmó bajo el seudónimo de Henri Lemort («El muerto» en francés). Pese a su corta vida —falleció de tuberculosis a los treinta y cuatro años—, sus ilustraciones para La guerra de los mundos, iniciadas en 1902 y publicadas en 1906, pasarían a la historia como un excelente tributo al género de la ciencia ficción. Su mirada dialoga con la de H. G. Wells: comparten el imaginario de una sociedad que confiaba en el ilimitado avance de la mecánica, pero que desconocía la electrónica o la informática. Desde ese marco, tanto el texto como las ilustraciones nos sitúan, en perspectiva, frente a las dimensiones imaginativas de una época. En 1942, la guerra de este mundo casi acaba con su obra: el navío que transportaba a Brasil los originales de su trabajo fue atacado por las tropas alemanas. Pese a ello, prevaleció el arte.

Esta cuidada edición ofrece las ilustraciones de Henrique Alvim Corrêa, publicadas por primera y única vez en 1906, en una tirada limitada que dio vida a «esos monstruos que tenían algo de hongo en su aceitosa piel oscura». Recrean de manera magistral la atmósfera apocalíptica que el propio H. G. Wells resumió con su pluma: «Era el comienzo de la derrota de la civilización, de la matanza de la humanidad».

Herbert George Wells Bromley, 1866 – Londres, 1946

H. G. Wells

Río de Janeiro, 1876 – Bruselas, 1910

Este enlace permite escuchar la grabación original de Orson Welles y leer la traducción de dicho guion radiofónico.

Henrique Alvim Corrêa

Obra central de uno de los padres de la ciencia ficción, La guerra de los mundos suscitó profundas repercusiones al explorar las inquietudes y temores relativos al imaginario social de una época. Pero, como todo clásico, la cadencia de sus efectos perduró en el tiempo y, cuarenta años después de su publicación, el actor y director estadounidense Orson Welles adaptó la novela y, en una emisión radial, teatralizó la invasión marciana acaecida esta vez en Nueva York, produciendo caos, pánico y desconcierto general en la urbe populosa.

«Damas y caballeros, tengo el deber de comunic a r l e s u n a g r av e n o t i c i a . l o s e x t r a ñ o s s e r e s q u e h a n a t e r r i z a d o e s t a n o c h e s o n l a va n g u a r d i a d e u n e j é r c i t o i n va s o r p r o c e d e n t e d e m a r t e » . O r s o n W e l l E s . t r a n s m i s i ó n r a d i a l d e 1 93 8 .

A los ocho años, un accidente que lo obligó a permanecer en reposo propició el descubrimiento de la lectura y su temprano deseo de escribir. Apasionado por la ciencia, en 1884 obtuvo una beca para estudiar biología en la Normal School of Science de Londres y más tarde se convirtió en uno de los fundadores y el primer presidente de la Royal College of Science Association. Esta influencia del discurso científico se advierte en su legado como novelista y en su convicción de que la especie humana podría ser mejorada gracias a los avances técnicos; pero sus armas fueron otras: la imaginación y la escritura. Del encuentro de estos elementos nació uno de los padres de la ciencia ficción. Perlas del género son La máquina del tiempo (1895), El hombre invisible (1897) y La guerra de los mundos (1898). Al envejecer, Wells comenzó a tamizar su fe en la ciencia con una mirada ética que cuestionó las desmesuras del avance y uso de la tecnología: en su novela El mundo liberado (1914), por ejemplo, imaginó la creación y las consecuencias de la bomba atómica. Wells también criticó la hipocresía de la época victoriana, así como el imperialismo británico. En un pasaje sobre el triunfo marciano, escribe: «El imperio del hombre y el terror que inspira eran cosas pasadas para siempre».


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.