Bret
Nadie lo sabe, pero tengo veintisiete años y una cuenta con millón y medio en un banco de Suiza. Heredé ese dinero junto con dos locales, tres casas y siete pisos de lujo cuando murió mi padre. Además de un buen fondo de inversión. Soy hijo único y a mi vieja ni la llegué a conocer. Mi padre murió rico porque supo aprovechar el boom inmobiliario. Y, la verdad, menos mal que palmó pronto. Incluso puede decirse que yo ayudé a agilizarlo. A su funeral fui todavía borracho; un espectáculo... Lo tengo todo alquilado menos el piso en el que vivo; con las rentas me sobra para todo, hasta para derrochar. No hago nada. Bueno, me emborracho y consumo cocaína, y de vez en cuando me follo a alguna guarra. No hago nada laboral, quiero decir, nada relacionado con el trabajo. Porque decía Oscar Wilde que el trabajo es el refugio de quien no tiene nada que hacer. Hoy voy a una fiesta a la que nos ha invitado Santi en su casa. Nuestros padres eran amigos y me acaba de llamar, salgo ahora de la ducha y me doy unas lociones para la piel, especialmente para la cara. Me afeito y utilizo un aftershave, sin alcohol, como dijo Pat Bateman, o con poco alcohol: porque el alcohol te irrita la piel, y te hace parecer mayor. No sé si ponerme los Armani blancos o los Jacob Cohen... cojo los segundos porque son cosidos a mano y 9
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huelen genial, ya nadie fabrica así. Las grandes marcas fabrican en China, Tailandia y por ahí. Pero estos no; estos vaqueros son italianos cosidos a mano. Como a mí me gustan. No hace frío así que me pondré un polo de La Martina con la inscripción de Dubai... o cojo ese en el que pone Hawaii... mejor el segundo con una chaquetilla de PJS por encima. Los zapatos de Mephisto y listo. No, mejor los de Salvatore Ferragamo, porque las zapatillas de Philip Plein no son tan cómodas, y aunque valgan más de lo que mucha gente gana aquí en un mes, en esta ciudad nadie sabe apreciar esas marcas. Esto no es Düsseldorf ni París. Ah no, espera, falta la colonia. Joder: Gucci Envy, Chanel Blue,Versace Eros, Hugo Boss o Jean Paul Gaultier... la vida no es tan fácil, qué difícil es ser libre y tener que decidirse. Y de cinturón, ¿Óscar de la Renta o Antonio Morato? Llevo trescientos euros en la cartera, espero que me llegue para esta noche. Supongo que hoy sí porque vamos a un piso, ¿qué vamos a gastar allí? Bueno, si me los gasto ya buscaré un cajero. Farlopa y me llevan ellos. Espero que no vuelvan a traer el perico de mierda ese de la otra vez. Salgo de casa y cruzo la calle, está empezando a anochecer y Salamanca luce un color especial. Enciendo un pitillo. Monto en el Lamborghini y lo arranco. Este coche ya está viejo, hay que cambiarlo.
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Natascha
¡Joder!, ¡qué mal estoy!, ¡vaya pelo! por más que me aliso... y pensar que David también estará en la fiesta, ¡qué nervios! Mierda, no puedo ir así. Por favor, ¿qué hago, qué hago? Estoy fea, y estoy gorda, aquí una espinilla... y él es tan... tan... tan sexy, jamás se fijará en mí. SMS. SANTI. ¿Y este que quiere? Vaya mensaje, vaya parrafada, ¡qué pesao! Se pensará que voy a su fiesta porque me gusta, o algo así. Si sabe que estoy con Alex. A pesado y cursi no lo supera nadie, eh. Envío un SMS a mi novio: «Alex, vuelve pronto, te echo de menos TKM» ;-) Bueno, por lo menos, tetas tengo. Ya quisieran las demás tenerlas tan grandes y bien puestas. Me llama mamá. Ahora no puedo, me estoy preparando. Lo cojo y le digo que ahora no tengo tiempo, que la llamaré luego. Cuelgo. Ciao. Me maquillo. Y ahora las pestañas. Me quedan las uñas... no he ido a hacerme la manicura. Tengo que volverme a teñir, llevo casi dos semanas sin ir a la pelu. Voy a la fiesta por David; los amigos babosos del Santi me dan asco. ¡Panda de drogadictos! Son unos niñatos, como él. Ahora suena el teléfono. El Iphone 5 no para con el puto WhatsApp, y ahora el maldito teléfono. A este paso no voy a terminar nunca. Joder. En la tele echan Gran Hermano y en la mesa tengo varias revistas de cotilleo. ¡Qué estrés! 11
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—¿Sí? —Hola, Nata, soy Ana. Estamos de pinchos por Van Dick ¿te vienes? —Hola, Ana; no, ahora no. No puedo, tía, tengo un botellón en el piso de unos amigos, ya había quedado con otra gente. Llevo prisa, me estoy arreglando. Pero gracias por avisar... —Vale. Luego saldremos de fiesta; empezaremos por la zona de Pino, Faro, Belle Epoque... ¿te llamo luego a ver como vais? Al final acabaremos todos en Kandavia como siempre. —Ok. Perfecto, luego hablamos. —Hecho. ¡Ciao! —¡Ciao, guapa! Cuelgo. Esta tía se piensa que no tengo vida o qué. Me pone de los nervios. Esas cosas se avisan. Si tengo planes para toda la semana. A última hora siempre, de qué va...
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Santi
Está casi todo listo para que la gente empiece a venir y todavía queda una hora. Organizo una fiesta en casa porque, como la mayor parte del año, mis padres no están. Creo que se fueron de crucero por las islas del Caribe, ¿o ese fue el último que hicieron en verano? Bueno, y qué importa, al menos siempre me dejan la tarjeta y suficiente dinero. Acabo de comer una pizza que pedí con unos vasitos bien fríos de Lambrusco que había metido previamente en el congelador. Creo voy a echarme un cubata de Barceló con Coca-Cola y terminar de escribirle el mensaje a Natascha. Es guapísima, así que me esfuerzo en escribirle algo original, algo elaborado, aunque tenga que pensarlo y tarde un rato seguro que termina gustándole. Enciendo el portátil. Natasha era hermana de Pablo, el amigo que desapareció en Punta Cana. Al que encontraron muerto días después en un acantilado; las rocas teñidas de sangre. Accidente o suicidio, no se sabe. Esas cosas nunca se superan, pero creo que con el tiempo ha aprendido a sobrellevarlo. El relato que hoy le envío a Nata se titula La ciudad oscura, espero que le guste.... Hablé antes con Bret y por lo visto iba a entrar todavía en la ducha. La puntualidad en España brilla por su ausencia. No sé si vendrán todos a la fiesta. Bret es la hostia, se hizo rico por escribir 13
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un Bestseller con dieciocho años; una novela corta que hizo mientras estaba en la uni que al final resultó ser un superventas. Esas cosas ya no pasan, Internet se ha cargado al libro. Por eso yo ni siquiera he pensado en escribir algo, excepto poemas o algún que otro soneto para dedicarle a alguna; para impresionar a las chicas. Vaya pérdida de tiempo sería escribir un libro. Él es un pijo engreído, pero tiene su estilo y de él se puede aprender a ser un vividor, un golfo. Creo que nuestros padres se conocían...
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