Ritos de muerte Alicia Giménez Bartlett
(….) En el coche, a Garzón se le veía preocupado. Cuatro víctimas del mismo violador era ya una marca para hacer reflexionar a cualquiera. Y no contábamos con la más mínima pista, ni un indicio. A ninguno de los dos se nos escapaba que estábamos sentados en un polvorín. (pág. 83)
Hernani, Udal Liburutegia,2018 azaroa Biblioteca Municipal, noviembre 2018