El estudio de la alimentación humana está rodeado de una serie de circunstancias y dificultades, sobre todo en lo que concierne a la evaluación de la dieta y el consumo de macro y micronutrimentos. De acuerdo con Willet,1 dentro de un contexto epidemiológico pueden requerirse años para analizar los factores que pueden estar asociados a patologías como el cáncer, o semanas en el caso de nutrimentos relacionados con malformaciones fetales, o varios periodos en un año para el caso de cierto tipo de alimentos con aportes específicos de uno o varios nutrimentos cuya disponibilidad varía estacionalmente, y que al no estar presentes provocan deficiencias temporales. Sin embargo, para la mayor parte de las situaciones a las que se enfrenta el investigador, la variación del día a día en el consumo de nutrimentos y alimentos se vuelve fundamental para decidir sobre los métodos de estudio a seleccionar, el análisis y la interpretación de los datos.