Imágenes de México

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ENERO DE 2012

Déjese consentir y siéntase como en las nubes

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Gutiérrez Zamora No. 299, esq. Benito Juárez Col. Centro, C.P. 86601, Paraíso, Tabasco Tel. (933) 333-11-19, 333-20-11, Fax: 333-11-22 [26]

Hasta mediados del siglo XX, los comerciantes que venían en sus torton de Monterrey, Puebla y Ciudad de México, a comprar el zapote sembrado en estas tierras bajas, se rehusaron a usar el millar en sus negociaciones, eligiendo el zonte como el patrón más conveniente. En un saco de henequén cabía aproximadamente medio zonte de mazorcas, pero si el fruto se daba bien, las 200 unidades no alcanzaban a entrar todas, quedando fuera dos o tres manos, imprevisto que se resolvía alargando la costura del saco con una pita elaborada también de henequén. La palabra zontle se origina del náhuatl tzontli que, según Francisco J. Santamaría, en su Diccionario de Americanismos, significa: cuatrocientos. Además de contar el cacao y el maíz, el patrón se aplicaba a otros frutos como la naranja y el zapote, o cosas como la leña. “Zontear el maíz o la leña” es una expresión ya casi extinta en la entidad, pues raramente se la oye entre los viejos campesinos, a no ser que evoquen la tarea que hicieron de niños al contar las mazorcas o las rajas de leña, acomodándolas en grupos de 20, cada uno con 20 unidades, para alcanzar la cifra de 400. El zontle también era usado para medir el terreno, fijando una unidad por cada 4.4 hectáreas de tierra. En La servidumbre agraria en México en la época porfirista, el historiador Fiedrich Katz menciona la costumbre en las haciendas cacaoteras de otorgar medio zontle -unas 2.24 hectáreas- de tierras cultivables a los peones acasillados como parte de su paupérrimo salario. No obstante, el sueño de cualquier ranchero hasta el periodo posrevolucionario era poseer una caballería. La medida resulta menos antigua en América que el zontle, porque los nativos de estas tierras no conocieron el caballo sino hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI, quienes además de imponer este patrón implantaron también la arroba y el quintal para comerciar la carne, la manteca, el frijol, el azúcar, la panela, el café, el palo de tinte y el jabón.


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