Revista DERIVA DEL MAULE N° 4

Número 4 - 2018

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EDITORIAL

Burricie:

1. f. Cualidad de burro, terquedad, torpeza, rudeza, dureza de entendimiento.

Provinciano, na:

1. adj. Natural o habitante de una provincia, en contraposición al de la capital.

2. adj. Perteneciente o relativo a una provincia o a sus habitantes.

3. adj. Excesivamente apegado a la mentalidad o a las costumbres de su provincia.

4. adj. coloq. Inculto, poco elegante o no refinado.

(DRAE) En 1925 se estrenaba en Chile la película “Pueblo Chico, Infierno Grande” de Nicanor de la Sotta. La expresión es ampliamente conocida desde varias generaciones pero no es exclusividad de Chile. Cada país de Latinoamérica tiene su versión y aún más: tanto Argentina como México tienen producciones cinematográficas bajo ese nombre. Para más abundar, la expresión hunde su origen en la tradición oral de Extremadura en España, en las raíces mismas de nuestra fatalidad cultural endémica. La marca registrada “Pueblo chico, infierno grande” se remonta entonces a esos caseríos con muros de cal y tejas donde crece el esparto, esos “pueblos blancos” de los que habla la poesía de Machado y que Serrat canta en vocativo: “Escapad gente tierna / que esta tierra está enferma…”.

Así las cosas, más o menos, arribamos a este cuarto número de Deriva del Maule con una creciente sensación de soledumbre que hemos querido sincronizar con uno de los más emblemáticos hombres-isla de nuestra literatura: Eduardo Anguita, otro que nunca quiso volver a la amarga provincia. Conjurados por su bigote adusto trajimos al ruedo algunas páginas que olfatean en el “peso de la noche” y en algunas de nuestras “épocas más oscuras”, no las únicas y de seguro no las últimas en este país con forma de espárrago.

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“¿A quién se le ocurre hacer una revista monográfica en estos tiempos de wikipedia?”. Así nos emplazaba un saboteador a través de un perfil falso, sin biografía ni rostro, en una de las tantas redes sociales donde se encubre lo moribundo. Pero ese perfil humano tiene identidad, por cierto: es la legión de la medianía enconada, proterva y larvaria, reptante y sibilante de la eterna zarpa vampira que en las encuestas no sabe o no responde. A propósito de escopeta hemos dedicado unas páginas de esta entrega a la maledicencia literaria, esa que tanto nos gusta porque avisa que no dejamos indiferentes.

Algunos reportes de actualidad al cierre de esta edición: la Secretaría Ministerial de las Culturas del Maule sigue siendo la única del país sin titular en el cargo; la arroba en el lenguaje inclusivo sigue siendo ilegible; el mes de junio sigue confundiéndose con julio. Para que las noticias vayan mejorando queremos dejar un desafío a la inteligencia: invitamos a todos los que tengan alguna prueba sensata de que el grupo Mandrágora haya nacido en el Liceo Abate Molina de Talca a que envíen sus informes al correo de nuestra redacción. Favor definir lo que entienden por “nacimiento”.

En ruta de creación hemos reunido poesía que se aviene mutuamente como si fuera eco de un mismo rito. Al menos 3 de ellos se publican por primera vez en un medio chileno. Y en ruta de expansión apostamos a dirimir entre supersticiones y realidad, desde la criptozoología hasta el Vidente de Peñablanca, del que ofrecemos un incontrovertible puzle resuelto.

Durante los meses de junio y julio han visitado Curicó 4 de nuestros colaboradores en el marco del proyecto siamés de esta revista: los Poetas Visitantes Fuera del Canon, a saber, Egor Mardones, Maha Vial, Tulio Mendoza Belio y Alfredo Lavergne. Siguen pasando más cosas de las que pueden caber en estas páginas pero mucho menos de las que pueden conmover a una multitud en la estación de mayor consumo de penicilina y miel adulterada con sucio caramelo. Un buen síntoma, pese a todo: el natalicio de Neruda pasó sin pena ni gloria.

No tenemos ninguna responsabilidad en que la primavera traiga nuevos signos de esperanza. Lo que sí traeremos, indeclinablemente, es más poesía a estas costas que aún no tienen mares.

LOS EDITORES

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LA VERDAD SOBRE EL VIDENTE DE PEÑABLANCA por Leonidas Rubio

Uno de los personajes más excéntricos de los últimos 20 años del siglo XX en Chile fue Miguel Ángel Poblete. A continuación repasaremos su historia concentrando sus aspectos más controvertidos por primera vez en un medio escrito como una sola fuente.

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1996

Al cumplir 9 años de edad, manifestando falta de recursos, la guardadora entregó al menor al Asilo San Ramón Nonato de Curicó. De esa institución fue transferido a otras similares de la Región Metropolitana sin que se pueda precisar con claridad cuánto tiempo permaneció en cada una.

1983

1982 1980

27 de mayo: nace en El Fundo La Higuera, provincia de Curicó. Actualmente la localidad de La Higuera pertenece a la comuna de Romeral. Su madre se llamó María Rebeca Poblete Guerra y habría tenido 15 años al momento de nacer el niño.

Fue registrado como Miguel Ángel Poblete Poblete, de padre desconocido. A las pocas semanas de nacer, la madre lo entregó en adopción a una guardadora del Servicio Nacional de Salud.

1975

BIOGRAFÍA Y CONTEXTO HISTÓRICO CRONOLÓGICO DE MIGUEL ÁNGEL POBLETE

Un informe social consigna esta referencia sobre su personalidad: “el menor presenta claras tendencias a la homosexualidad, llegando en varias oportunidades a vestirse y pintarse como mujer, lo que trae consigo la burla de algunos niños y la admiración de otros, como los más chiquititos...”

Ingresa al Centro de Rehabilitación Carlos Van Buren en Villa Alemana, un lugar bajo tutela judicial de la Fundación Niño y Patria.

A principios de año es testigo de una crisis epiléptica de otro menor al interior del Hogar.

12 de junio: Sube al Cerro Membrillar de Peñablanca junto a otros niños de entre 12 y 14 años. Según algunas versiones aspiran neoprén. Según otras, fuman marihuana.

En ese lugar Miguel Ángel experimenta en ese lugar una alucinación por primera vez y desde entonces proclama que se le aparece la Virgen María. Ese mismo mes se fuga del Centro de menores. Pasa a vivir en una dependencia de la Parroquia de Peñablanca bajo la tutela del sacerdote Luis Fernández Carnero.

El cerro Membrillar de Peñablanca es rebautizado como Monte Carmelo.

El vidente anuncia atentados extremistas y crímenes políticos contra representantes del régimen militar.

4 de agosto de ese año: un comando del MIR asesina al Intendente Metropolitano Carol Urzúa. Se le organiza a Miguel Ángel una audiencia privada con Pinochet, a quien le advierte de que “la Virgen ha anunciado un atentado contra su vida”.

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1983

Se constituye casi de inmediato una comisión investigadora del Obispado de Valparaíso para el caso “apariciones de Peñablanca”. La Comisión estuvo a cargo del sacerdote Jaime Fernández durante muy pocos meses, acaso dos. Pese a ello éste religioso ha trascendido como el gran investigador comisionado para el caso. Una adaptación definitiva de esta comisión quedó a cargo de la Pontificia UCV, presidida por el profesor de filosofía Gonzalo Ulloa.

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1984-1987

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Apogeo de las apariciones marianas en Peñablanca. El vidente cuenta con el respaldo del párroco Contardo en todo momento. Durante una aparición habla en perfecto latín y concluye con la expresión “Ego Sum Michelángelo” (Yo soy…). Durante ese período vive esporádicamente en hogares adoptivos de familias católicas adineradas. Se registran al menos 400 casos de sanaciones repentinas en personas enfermas terminales.

6 de mayo: Miguel Ángel declara durante una peregrinación masiva que la Virgen ha pedido ser venerada como “Dama Blanca de la Paz”.

1984

R u t a

Mes de septiembre: Encuentro con Miguel Kast, joven ex ministro de Pinochet, quien estaba desahuciado por la prevalencia de un cáncer muy agresivo. M-Á salió llorando de esa audiencia. El día 29 de ese mes se reúnen 100.000 personas en el lugar de peregrinación y se registran imágenes de formación nubosa en el cielo.

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4 de septiembre: El Obispo de Valparaíso Francisco de Borja Valenzuela da por fraudulentas las apariciones y declara: “No hay ningún motivo de credibilidad para aceptar las presuntas apariciones y, al contrario, aparecen más bien como una utilización de la fe popular y de la devoción mariana de nuestro pueblo fiel, que lo aparta de las orientaciones vigentes de nuestra Iglesia, así como de sus legítimos pastores”.

1987

Visita de Karol Wojtila, Papa Juan Pablo II. La Parroquia de Peñablanca y un comité de devotos solicitan un encuentro del Papa con Miguel Ángel pero el Obispado interviene y el encuentro no se produce. En octubre de ese mismo año en el día de Asunción, Miguel Ángel hace su aparición semidesnudo, ataviado con una peluca rubia y envuelto en una sábana, emergiendo de una torta de cartón gigante en lo que fue presentado como “el cumpleaños de la Virgen”.

1988

Se constituye la segunda Comisión investigadora del Obispado de Valparaíso para el caso de Peñablanca, la cual ya trabaja con la hipótesis de que las apariciones son un fraude y un montaje de la CNI. Esto último no logran probarlo nunca.

Una Comisión del Arzobispado de Valparaíso declara que las apariciones de la Virgen son una farsa. Prevalece la versión de que se trataba de un montaje de la CNI. Los sacerdotes le restan apoyo bajo apercibimiento canónico. Las concentraciones

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1995

1988 1989 1993

Reaparece públicamente en Bolivia declarando que la Virgen de Cotoca (devoción popular local) lo había llamado para proclamar sus lágrimas de sangre. Es expulsado de Bolivia por medio de agentes de inmigración.

Hace pública su identidad como Karol Romanov y anuncia nuevamente su condición de vidente. Se forma en torno a él (ella) un circulo restringido de fieles. Se instala a vivir en la comuna de Maipú. Su sobrepeso es evidente. Reaparece con cabellera rubia.

El nuevo Obispo de Valparaíso Jorge Medina autoriza que se restablezca el culto a la Virgen en el Cerro ex Membrillar de Peñablanca el primer sábado de cada mes.

La decisión es tomada por recomendación del Cardenal Ratzinger quien entonces era Prefecto para la Doctrina de la Fe, que es el órgano moderno equivalente a la Inquisición.

2003

2002 2000-2004 2001

Después de un largo silencio reaparece con apariencia femenina: cabello largo con peinado estilizado, cejas y pestañas trabajadas, vestuario de mujer. Es notorio también un aumento de peso y un aclaramiento de piel. Forma de cuerpo de contorno feminizado, especialmente busto. Declara que siempre ha sido mujer.

1996

masivas declinan y concluyen el 12 de junio, completando 5 años exactos desde la primera.

Se constituye legalmente la entidad religiosa Apóstoles de los Últimos Tiempos.

Internamente, en esta organización, Miguel Ángel (o Karol Romanov) utiliza la identidad de Ángeles Calvat, de quien declara que es otra persona, también vidente.

Reaparece de manera intermitente en locales de diversión nocturna de la comuna de Maipú, particularmente en los meses de mayo cuando celebra su cumpleaños en forma ostentosa.

Canal 13 TV produce y emite un reportaje sobre la vida actual de Miguel Ángel bajo su nueva identidad de Karol Romanov.

Peregrinación al cerro Monte Carmelo (ex Membrillar) para conmemorar los 20 años de la primera aparición de la Virgen de Peñablanca. En la ceremonia se congregan unas 300 personas. Se realiza una misa oficial con presencia del párroco de Quilpué y una alocución del arquitecto Álvaro Barros, director de la Fundación Monte Carmelo. Éste junto a Patricio Rodríguez, presidente de la Fundación, ofrecen la comunión a los asistentes en calidad de representantes especiales autorizados por la Iglesia. Reaparece el sacerdote Miguel Contardo, quien inaugura un altar.

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2004 2008

23 de septiembre entra en coma hepático. Miguel Ángel Poblete es trasladado al Hospital de Valparaíso. El 26 de septiembre es dada de alta. Muere esa misma noche o al alba del día 27 en su casa de Villa Alemana, certificándose la muerte a las 8.00 horas de ese día. El 30 de septiembre es sepultado en el Cementerio Recoleta ante unas 40 partidarias de su última agrupación “Apóstoles de los Últimos días” vestidas con uniforme. Ese mismo año se realiza una gran misa en el santuario de Peñablanca remodelado, para celebrar los 25 años desde las supuestas apariciones de la Virgen.

El acto estuvo dirigido por el sacerdote Miguel Contardo.

R u t a d e

Se estrena la película de Esteban Larraín “La Pasión de Miguel Ángel” con Patricio Contreras y Sebastián Ayala en los roles protagónicos.

FIN DE LA CONTROVERSIA SOBRE LA EDAD DEL PERSONAJE

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2012

Apariciones intermitentes de Miguel Ángel en programas de televisión y reportajes con relatos pauteados que no le permiten demasiada expresión. Su estado de alcoholismo es avanzado y la cirroris le produce descompensaciones.

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En la película “La Pasión de Miguel Ángel” el director se inclina por un personaje que tiene 14 años al momento de comenzar sus prédicas en 1983, es decir, que habría nacido en 1969. Con posterioridad al estreno del film se produjo una especie de nuevo boom de Miguel Ángel Poblete. Se sucedieron reportajes con material refundido y algunas reediciones de reportajes antiguos. Durante ese período de auge mediático algunos medios suscribieron la versión de que Poblete tenía 14 años en 1983 y tanto en redes sociales como en conversaciones de público en general comenzó a prevalecer esa versión. La confusión se vio alimentada por algunas preguntas de sentido común. Si Miguel Ángel tenía 17 años en 1983 como dice la versión oficial de las fuentes devocionales, entonces tenía 23 en 1988 cuando terminó el ciclo de apariciones públicas. ¿Por qué los devotos le siguen llamando “el niño” hasta el final del ciclo? Las últimas fotografías de 1988 en que se le ve proclamando las apariciones ¿representan acaso a una persona de 23 años?

Al atribuir 14 años al protagonista de su película, el director Esteban Larraín ha aceptado ficcionalizar al personaje real. Esa decisión complementa el final abierto y las aristas polisémicas que el director y guionista quiso darle a su historia.

Más allá de toda duda razonable y teniendo a la vista la documentación pertinente proveída por el Registro Civil e Identificación, es posible afirmar con certeza que Miguel Ángel Poblete nació en mayo de 1966 y por tanto tenía 17 años al comenzar las “visiones”.

LA CONTROVERSIA POLÍTICAY LA TEOLÓGICA SON LA MISMA Llama la atención que los observadores más politizados, básicamente desde posturas de izquierda, utilicen la propia versión oficial de la Iglesia como argumento contra la veracidad de las apariciones de la Virgen. ¿Acaso puede haber apariciones de la Virgen que no sean falsas? ¿Acaso puede haber mensajes proféticos que sean verdaderos? Y a su vez fue la Iglesia Católica la que instaló la versión de que Miguel Ángel fue entrenado por los servicios de inteligencia del régimen militar, si bien en la actualidad ha pasado de desacreditar el fenómeno íntegramente, a desacreditar sólo al vidente pero salvando el fenómeno.

Se habla de Miguel Ángel como un enfermo psicótico en una situación que obedece enteramente a la psicosis colectiva. Mención aparte merece el tratamiento ridiculizador que los distintos intervinientes le han dado a la condición transexual de Miguel Ángel. Así por ejemplo el periódico propagandístico de izquierda llamado CAMBIO 21 escribe en un artículo del 4 de mayo de 2013 el siguiente párrafo: “El apoyo brindado por la dictadura al supuesto vidente empezó a bajar conjuntamente

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con la aparición de extravagancias homosexuales en el joven. Se disfrazaba de mujer, usaba distintas pelucas, besaba apasionadamente a sus amigos del cerro.

Bailaba desnudo…”.

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La Iglesia Católica por su parte ha hecho un esfuerzo denodado por reducir a Miguel Ángel y anular su intervención personal, refiriendo las supuestas apariciones marianas y no la mediación de un vidente. Si bien su declaración oficial en el año 1983 fue desacreditar las apariciones, con posterioridad y especialmente a partir de 1990 ha capitalizado el fervor popular hacia la supuesta Virgen de Peñablanca, donde actualmente se celebra una misa mensual en una capilla levantada en el mismo lugar donde Miguel Ángel aseguró tener sus primeras visiones.

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Para mí hay una cosa clara en todo esto: Dios no pudo enviar a la Virgen a hablar en Peñablanca porque Dios no existe y los seres inexistentes no envían mensajeros.

La Virgen no pudo hablarle a Miguel Ángel porque la Virgen no existe y los seres inexistentes no hablan. Sobre todos los demás vacíos de la historia se puede opinar lo que se quiera. Sin embargo este es un caso respecto del cual parece imposible arribar a una convicción sin que se caiga en consignas proselitistas de cualquier tipo, ya políticas, ya religiosas.

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LA CUESTIÓN DEL NOMBRE TRANSGÉNERO DEL VIDENTE

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a) ¿Por qué Karol?

Miguel Ángel Poblete, luego de un largo período de ausencia mediática, reaparece el año 1995 con aspecto de mujer, larga cabellera rubia y pechos prominentes además de un notorio sobrepeso. Bajo ese aspecto declara que su nueva identidad es Karol Romanov, también referida en medios de comunicación como Karole Romanoff (imitando la fonética eslava de la consonante final) o Carol.

El nombre “Karole” en realidad no existe y “Karol” es un nombre usado indistintamente para identificación masculina o femenina. Es de origen eslavo y sería el equivalente en nuestro idioma para Carlos o Carla. En Hispanoamérica se usa en ambos sexos, pero prevalece el uso masculino.

Es posible que Miguel Ángel escogiera ese nombre para dar una señal de identidad hermafrodita o simplemente una evocación teatral del mundo eslavo, donde los rasgos étnicos son la blancura facial y la cabellera rubia como aquellas con las que se caracterizaba hacia sus últimos años. Lo más seguro es que con su nuevo nombre Miguel Ángel quisiera homenajear al Papa vigente durante casi toda su vida, el

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polaco Karol Wojtyla, cuyo reinado comenzó en 1976 y duró 25 años. También podría ser, ya que todo es hipótesis, que recordara poderosamente ese nombre producto de haber tenido una intervención como vidente antes del asesinato del intendente metropolitano del régimen militar, Carol Urzúa, ejecutado por un comando del MIR en un atentado terrorista junto a sus dos escoltas en agosto de 1983.

Algunos medios de prensa anotan su nombre transgénero como “Karola” lo cual es aún más impreciso, correspondiendo a la fonética literal de Carola como jerga familiar de Carolina. Este nombre en realidad nunca fue registrado ni documentado materialmente, ya que hasta su muerte el vidente tuvo el nombre legal de Miguel Ángel Poblete Poblete. b) ¿Por qué Romanov?

La segunda parte de su patronímico transgénero de fantasía responde al apellido de la última familia real rusa, como ya es sabido. El vidente declaró haber sido un descendiente del último zar.

Recordemos este episodio histórico:

El 17 de julio de 1918 un comando bolchevique ejecuta al Zar Nicolás II junto a su familia completa y a 4 de sus sirvientes personales. Estos permanecían cautivos desde el triunfo de la primera revolución que llevó al poder al socialista Kerensky, un año antes de la toma del poder total por el partido de Lenin.

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Los Romanov ejecutados en esa ocasión, fueron: -Nikolái Aleksándrovich Románov, Zar Nicolás II, de 50 años -Aleksandra Fiódorovna Románova, Zarina, de 46 años Sus 4 hijas, las duquesas:

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-Olga Nikolaievna Romanova, de 22 años -Tatiana Nikolaievna Romanova de 21 años -María Nikolaievna Romanova de 19 años -Anastasia Nikolaievna Romanova de 17 años

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Su único hijo, el príncipe (zarevich): -Alexéi Nikolaievich Romanov de 13 años

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Junto a ellos fue ejecutado Yevgueni Botkin de 53 años, médico personal de la familia y 3 sirvientes cuyos nombres no son conocidos. En total 11 personas.

El pelotón de ejecución actuó bajo órdenes de Yákov Yurovski, quien recibió instrucciones del dirigente del Soviet Central Yákov Sverdlov. Una vez ejecutados 12 los cuerpos fueron diezmados a bayonetazos para hacerlos irreconocibles. Hay 13 testimonios que señalan que así fueron rematados al menos una de las muchachas, una criada y el joven Alexei, los que no perecieron de inmediato por el desorden generado en la balacera. Posteriormente los cuerpos fueron trasladados hacia unos bosques de Ekaterimburgo donde fueron sepultados, incinerados y cubiertos de cal en dos fosas separadas. Los restos de Anastasia y Alexei, los dos hermanos menores del clan, fueron puestos en una fosa que no fue descubierta hasta 2007, momento en el cual se comienzan peritajes para comprobar la identidad de los cuerpos, los que concluyen el 2009. Allí se termina la larga leyenda de que al menos la duquesa Anastasia habría sobrevivido. Esta leyenda había cobrado más fuerza después de 1991, cuando fue descubierta la fosa principal sin los dos cuerpos de los miembros más jóvenes de la familia real.

Miguel Ángel muere el 2008, antes de la identificación completa de los restos de la fosa menor. Se atribuye simbólicamente la identidad de una princesa Romanov, aunque el nombre de pila usado no es concluyente para esa hipótesis ya que, como hemos visto, ninguna de las hijas del Zar llevaba el nombre Karol. Pero es inequívoco que no elige el apellido al azar. Es decir que no declara ser “la” princesa perdida sino “una” princesa. Cabe observar también que en ruso los apellidos reciben desinencia de género y por tanto las hijas del Zar eran “Romanova” y no “Romanov”. Por tanto el apellido que usa Miguel Ángel en su cambio de identidad sigue designando un nombre masculino.

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Miguel Ángel nunca aceptó haberse transformado en mujer por medio de procedimientos químicos o quirúrgicos sino que declaraba hasta el final que “siempre había sido mujer” pero que esto no pudo quedar de manifiesto hasta que se produjo “un milagro”. En otras palabras, necesitó de un milagro para poder aparecer siendo lo que realmente era, según su propia percepción. ¿Quién o qué era antes de ese milagro? Nunca lo aclaró.

INTERPRETACIÓN En su etapa final, identificado(a) como Karol Romanov encarna de manera trágica la metáfora perfecta de la princesa perdida a la vez que virgen-ángel caído, el desdoblamiento de personalidad y la pérdida de discernimiento, a la vez que hace un guiño político hacia una de las historias menos recordadas del siglo XX. El caso de las 4 jóvenes y el príncipe-niño Alexéi tiene, bajo este prisma, una condición de silencio y doble asesinato. ¿Cómo advirtió Miguel Ángel Poblete, persona sin educación, que existía este personaje y tenía esta riqueza de sentidos? ¿Por qué Miguel Ángel Poblete eligió este alias? Mi hipótesis personal es que a Miguel Ángel se le instruyó durante su adoctrinamiento tardío en La Moneda de Pinochet sobre el caso de los niños Romanov para producir en él un shock anticomunista.

De cualquier modo su elección de este nombre habla de dos cosas: se ve a sí mismo/a como parte de una realeza, una aristocracia en extinción y se ve como parte de una condición perseguida y negada. Su cambio de género es el retorno a la inocencia salvaje de la infancia, su triunfo sobre las estructuras normativas y los roles biológico-sexuales, y es el fracaso tanto del racionalismo lineal como del adoctrinamiento religioso. A eso cabe agregar su última aparición en público en 1987 vestido de “Virgen María” al medio de una torta de cumpleaños y siempre rodeado de niños y adolescentes menores que él. Se trata de una especie de liderazgo del abandono y la transmutación simbólica de Chile en una especie de fiesta de huérfanos. En rigor, Miguel Ángel Poblete nunca fue otra cosa que un performance en estado primitivo, un actor de su propia comedia, una especie de chamán adoctrinado y mal canalizado.

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MIGUEL ÁNGEL POBLETE EN EL ARTE CHILENO ACTUAL Sobre el vidente de Peñablanca ya existen numerosos referentes dentro de la producción cultural de autor en Chile. No me refiero a los hitos de cultura popular o de carácter religioso-supersticioso sino a las obras de carácter simbólico artístico que se inspiran en este personaje. En esta línea destacan, hasta donde conozco, las siguientes obras de autor: R u t a

- “Apariciones de la Virgen”: libro de poemas de Enrique Lihn; 1987; reedición Ed. UDP, 2012. La primera edición contiene ilustraciones del autor.

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- “La transfiguración de Miguel Ángel (o “la fe mueve montañas”)”: crónica de Pedro Lemebel; 1996.

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- “M. A. Héroe de Peñablanca”: obra de la dramaturga Alejandra Moffat, montada por la compañía de teatro La Santa bajo la dirección de Rosa Landabur; 2010.

- “Ruido”: novela de Álvaro Bisama; 2012.

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- “La Pasión de Michelángelo”: film de Esteban Larraín con la actuación descollante de Sebastián Ayala; 2013.

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También existió una especie de evento-performance producido por el grupo Disidencia Sexual y registrado en video (2011), pero no se trata de una propuesta de relevancia artística sino más bien de un experimento social.

BIBLIOGRAFÍA COMENTADA

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Los reportajes sobre el vidente de Peñablanca y aún más los libros devocionales son de ritmo atropellado, sin orden ni concierto, donde a cada línea surgen nuevas conjeturas o contradicciones, los narradores se confunden, se entorpecen, están mal hilados, saturados de erratas hasta lo grotesco, citan fuentes sin autoridad ni precisión tales como “Luz de María 13 de agosto de 2010” y a continuación un párrafo entrecomillado sin ninguna coherencia. Después agregan: “El que sepa ver, que vea”. Pasan sin concordancia de primera persona singular a segunda o a tercera o a primera plural, etc. Es común a todas las fuentes de consulta la ambigüedad entre ficción, opinión y fantasía.

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Las fuentes más llamativas sobre el caso son: 1.- “Reseña de las Apariciones de la Santísima Virgen de Peñablanca”: Sitio web mal redactado y lleno de supersticiones que alimentan más conjeturas. Por ejemplo suele citar un “diario de vida” de M-Á del cual no existe ninguna otra referencia.

2.- “¿Por qué creo en Peñablanca?”: Recopilación de testimonios, introducción y edición del arquitecto Álvaro Barros. Es un libro devocional aceptablemente organizado, de 327 páginas, lanzado por la Fundación Monte Carmelo para el aniversario 20 de las supuestas apariciones. Álvaro Barros es un personaje muy particular en este puzzle. Miembro del directorio de la Fundación, estuvo a cargo de dar la comunión como diácono autorizado en la ceremonia del 12 de junio de 2003 en el ex Cerro Membrillar de Peñablanca. Su libro está repleto de hechos sobrenaturales, milagros, dogmas y supercherías asombrosas. Es un relato magnífico. Cabe mencionar que Barros fue condenado el año 2010 por abuso sexual en la persona de su hija menor de edad.

3.- “Apariciones de María Santísima en Peñablanca, 1983-1985”: video reportaje producido por la Fundación Monte Carmelo, con imágenes de muy mala calidad pero con el mérito de estar íntegramente basadas en secuencias de tiempo real, con primeros planos de M-Á y entrevistas al cura Contardo y a un médico dermatólogo que avala los sangramientos por estigmas. Contiene enfoques en los que se puede ver el entorno de M-Á, con detalle de los niños que conformaban su círculo de seguridad personal. Hay una secuencia inverosímil sobre la “danza del sol”. Es bastante burdo, por momentos casi grotesco. Muy valioso como archivo.

4.- “Como una verdadera diva celebró su cumpleaños el vidente Miguel Ángel”: Crónica-reportaje de Héctor Cossio para el Diario La Cuarta donde se consigna la aparición de M-Á en un local nocturno de la comuna de Maipú para celebrar su cumpleaños en el año 2004. El tono es sensacionalista y ridiculizador -propio de ese medio- pero el contenido es útil y de hecho usado como fuente para muchas otras redacciones sobre ese episodio del personaje.

5.- El programa Contacto de Canal 13 TV, julio de 2002. Hay resúmenes de este reportaje en diferentes sitios web, siendo el más completo el titulado “La Historia de Miguel Ángel Poblete, el Supuesto Vidente”. Abunda en información sin citas o fuera de contexto, tales como las declaraciones de un tal psicólogo Julio Irarrázaval que lo conoció hacia 1980 sin esclarecer dónde. Dice de M-Á que “Era muy servicial, estaba en la categoría de los con mejor conducta del establecimiento”. El reportaje contrasta esa declaración con otra a la que llama “informe social de 1980” donde se dice que “ha presentado graves problemas

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conductuales, siendo lo más grave la tendencia al suicidio, que manifiesta cada tres o cuatro días o cuando, ya sea en el Hogar o en la escuela, se le contradice”.

Aporta abundantes datos en un amago de orden cronológico pero genera vacíos y lagunas de tiempo entre ellos. La redacción no es correlativa por usar muy mal el recurso del flashback.

En este reportaje M-Á declara que estuvo detenido y torturado durante 4 días.

Asegura que se le aplicó una sustancia tóxica alteradora de la percepción a la que llama “el suero de la verdad”.

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“Yo quería ser un ser humano, pero Chile me mató, vulgarmente me mató. La prensa, la Fundación, todos se aprovecharon de mí, y nunca preguntaron qué sentía yo en mi corazón, qué sentía en esos momentos.

Me llevaron a un mundo de nada”.

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Pese a la caricaturización del personaje, es el reportaje más independiente y objetivo que se puede encontrar pero como todo el material de este caso, es disperso y de conexión arbitraria. El mismo concluye con la información de que en 1988 M-Á había grabado un cassete donde dice:

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ANIMALES FANTÁSTICOS EN DISTINTOS MOMENTOS HISTÓRICOS DE CHILE Rodolfo De los Reyes El imaginario sobre animales y seres míticos viene de épocas inmemoriales y se presenta en todas las latitudes geográficas del planeta. Sin embargo más allá de la ficción, existe una gran cuota de realidad en la existencia de estos animales, ya que a lo largo de la historia se ha generado una multifacética biodiversidad, conservándose de manera inesperada muchas especies de apariencias y tamaños extraordinarios que han antecedido al hombre o han vivido de manera paralela en los diversos ambientes ecológicos del mundo. En América, la inmensidad de su territorio y su exuberante vegetación fascinaron a los conquistadores europeos. Así, muchas exóticas especies se han descubierto a lo largo de los siglos, estimándose que aún quedan

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muchas más por descubrir en zonas poco exploradas como los cerca de 8 millones de kilómetros cuadrados de la selva amazónica, o en la Patagonia, las zonas antárticas y el gigantesco cordón cordillerano de los Andes, donde aún pueden existir criaturas no registradas.

Respecto de Chile, hemos elegido a tres criaturas que han causado conmoción en diferentes momentos históricos: (1) el mítico caso del “monstruo” de la laguna Tagua-Tagua; (2) los fenómenos de avistamiento de un “yeti” (hacia 1957) en la zona cordillerana de la localidad de Rengo y (3) la irrupción reciente a partir del año 2000 del fenómeno del “Chupacabras”. Estos dos últimos seres forman parte de la llamada criptozoología. Le damos

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credibilidad por una serie de testimonios, vestigios, pruebas y documentación que respaldan la creencia en su existencia, además de registros gráficos y audiovisuales que poseen un estándar científico elemental, sin dejar de estar sometidas a muchas teorías y especulaciones. Con respecto al caso del Chupacabras, el suscrito ha seguido de cerca este fenómeno a través de los medios de comunicación y también en terreno entrevistando testigos de las muertes misteriosas de animales y otros fenómenos asociados.

1.- EL MONSTRUO DE LA LAGUNA TAGUA-TAGUA R u t a d e E x p a n s i ó n

Es uno de los más antiguos mitos chilenos sobre criaturas monstruosas registrado por la pluma de los conquistadores y que por siglos ha prevalecido con múltiples relatos y desenlaces, lo que ha dado pie a toda clase de especulaciones, conservándose como una leyenda y no como un suceso objetivo. Lo cierto es que este “invento” tiene un origen y explicación real y no fantástica, sobre el cual el suscrito tiene una explicación que dejará patentada en este escrito.

Existen registros del siglo XVIII sobre una extraña y monstruosa criatura que habitaba en la entonces existente laguna Tagua-Tagua. Sin embargo el registro 18 testimonial más importante es el que muestra un dibujo anónimo sobre la criatura 19 cifrado en 1784, y que reposó olvidado por varios siglos en documentos de la Biblioteca Nacional de Madrid, España. Este grabado está acompañado de una crónica que describe al ser. Se agrega que, presuntamente, habría sido capturado y conducido a un lugar donde llegó a exhibirse: “Tiene tres varas y media de largo y la cola es mucho mayor que el cuerpo; las piernas tienen cerca de un cuarto, pero las uñas son mucho mayores; la melena de la cabeza llega hasta el suelo, de modo que se le enreda a los pies. La cola superior la juega con mucha liga y adonde quiere, sirviéndole de mano para asir la presa; los dientes son de 30 centímetros de largo y la boca es del ancho de la cara; las astas son de una vara y media muy bien torneadas y finalmente las orejas de tres cuartos de largo (...) Se puede ir a mirar a la extraordinaria criatura a calle de Carretas Nº 8.”

El hallazgo de este dibujo y crónica dio pie a una valiosa exposición de imágenes y criaturas fantásticas denominada “Monstruos y otros seres imaginarios”, que contó con más de 200 imágenes cuya autoría incluía a Durero, Goya y Brueghel entre otros, realizada en España en 2002 con formidable éxito de público. La publicidad y símbolo de la inusual exposición fue precisamente el retrato del monstruo chileno convertido en efigie de culto.

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1.1. Los sucesos objetivos Según las investigaciones fehacientes, alrededor del siglo XVIII la zona de la laguna Tagua-Tagua estaba habitada por caseríos indígenas y los terrenos de la estancia de don Próspero Elso, quién estaba en conflicto permanente por extender sus dominios. Lo cierto es que la laguna Tagua-Tagua era una inmensa extensión de agua con pequeños islotes flotantes formados por la densa vegetación y densa red de raíces y barro, que a veces eran llevadas por la corriente del río que daba origen a la laguna. Hasta esos islotes llamados “chivines” llegaba a pastar el ganado, el que a veces desaparecía ya sea ahogado o arrastrado por la corriente, lo que dio origen al mito de que una bestia acechaba en el lugar. Esto fue aprovechado por don Próspero Elso para asustar a los lugareños con la idea de que existía un “sanguinario monstruo” para que estos desalojaran y él aumentar sus tierras. Este temor se masificó y tomó más fuerza aún, cuando en la laguna se encontraron fósiles y esqueletos de desconocidos y enormes animales pertenecientes a la mega fauna del pleistoceno (mastodontes, gonfoterios, tigres dientes de sable, aves del terror y otros), animales totalmente desconocidos para los lugareños tanto nativos como criollos.

Lo cierto es que el hacendado logró su cometido: siglos después la leyenda y la superstición lo convirtieron a él mismo en una suerte de brujo que se transformaba en el temible monstruo que asolaba la zona. Desde luego que el paso del tiempo y el registro oral del monstruo de la laguna Tagua-Tagua fue tomando distintos alcances, convirtiéndolo en un clásico histórico del registro de criaturas fantásticas y monstruosas en Chile y América.

1. 2. Laguna Tagua-Tagua hoy en día La cuenca hídrica de Tagua-Tagua dejó de existir a mediados del siglo XX siendo drenada por orden del hacendado Javier Errázuriz Sotomayor y dejando un afluente que surca el valle. En esos campos agrícolas se han recogido más de 15 esqueletos y fósiles de la llamada “mega fauna” que habitó el lugar hace 10.000 años atrás.

Allí en una escuela pública se erigió el Museo Escolar de Laguna Tagua Tagua, que conserva parte de ese pasado prehistórico de gran riqueza. Además de una gran variedad de fauna encontramos amplios vestigios aborígenes como tambos y otros que nos hablan de la presencia de cultura Inca en Chile. Cabe mencionar que en la actualidad se celebran año a año las festividades del “monstruo” de la TaguaTagua con carnavales y comparsas sumamente apreciadas por la cultura popular de la zona, especialmente entre la juventud.

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2.- EL INCREÍBLE CASO DEL YETI CHILENO AVISTADO EN LA CORDILLERA DE RENGO En 1957 un gigantesco ser de casi tres metros de altura fue avistado por arrieros, andinistas y campesinos de la zona cordillerana de Rengo, VI región, causando conmoción e impacto, lo que se tradujo en amplia cobertura periodística y numerosas expediciones de carabineros, reporteros y curiosos para dar con el mitológico “Hombre-Mono”.

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La existencia del Yeti (o “Abominable Hombres de las Nieves” en los Himalayas, Bigfoot en Estados Unidos, “Sasquatch” en Canadá, Ye Rem en China, Menk en Rusia, Yowi en Australia, Mapinguari en el Amazonas, Kunk en la cordillera de Los Andes y Ucumar en la Argentina), ha sido siempre tema de debate entre la comunidad científica, siendo un “animal” propio del estudio de la llamada criptozoología. Existen referencias sobre este ser desde el tiempo de los romanos y mucha literatura al respecto, sobre todo en el último siglo donde los numerosos avistamientos han quedados registrados no sólo en los testimonios sino que en abundante material fotográfico y audiovisual. Existe registro incluso en soporte cinematográfico, como la película de Roger Patterson y Bob Gimnlin, registrada a orillas del río Klamath, en el condado de Humbuldt, estado de California, Estados 20 21 Unidos, en 1967. d e E x p a n s i ó n

2.1. Cruce de diferentes especies homínidas con el Gigantopithecus Según los biólogos y científicos que le dan credibilidad a esta especie el yeti u “hombre mono” -para abreviar todas sus denominaciones- sería el resultado genético del cruce de diversos homínidos con el Gigantopithecus: un animal antropomórfico de grandes dimensiones que existió desde hace un millón de años atrás hasta hace 10 mil años antes de nuestra era. Para muchos es parte del eslabón perdido de la evolución humana o una de sus variantes que ha subsistido en regiones y zonas extremas de difícil acceso.

2.2. El increíble caso chileno El avistamiento chileno ocurrió entre 1956 y1958 en la cordillera de la localidad de Rengo, en la sexta región de Chile y fue ampliamente registrado por el periódico santiaguino “La Gaceta”, así como por radios y medios de prensa locales. El primero en entregar su testimonio fue el arriero chileno Carlos Manuel Soto, vecino de la localidad de Popeta, quién venía descendiendo del cerro Palomo de casi 5000 metros de altura. Según este testigo, estando en los bordes limítrofes con Argentina, divisó en los desfiladeros a un enorme ser que se movía a grandes saltos, por lo que

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decidió seguirlo cerca de una hora hasta que su mula se mostró inquieta en un lugar que denominan “La Piedra Lisa”. Fue allí donde su visualización se hizo nítida.

Este testigo declara haber observado una suerte de hombre-animal (primate) de enorme estatura (3 metros o más), totalmente peludo aunque ocupaba cueros para tapar partes de su cuerpo. La criatura tenía rostro antropomórfico, largos brazos, barba y cabellos largos, abultada barriga, parecía de visión limitada y olfateaba el aire. El testigo describe que la criatura se alejó dando enormes zancadas, imposibles para un ser humano. Este testimonio, inicialmente no tuvo crédito y se atribuyó al fenómeno del apunamiento por alturas que puede producir extrañas visiones. Sin embargo el escepticismo fue desmentido al ocurrir más y numerosos avistamientos y en lugares menos altos, atestiguados por arrieros, campesinos y hasta eventuales excursionistas. Reportados estos casos a las autoridades -que no daban mayor crédito- surgieron explicaciones de que se trataba de personas “ermitañas” que llevaban por décadas viviendo en la montaña de manera silvestre totalmente alejadas de la civilización. No obstante esa respuesta no respondía a la descripción señalada por los testigos, especialmente su altura y anatomía.

2.3. Expediciones Fue entonces que el periódico santiaguino “La Gaceta” envió corresponsales a cubrir estos hechos, a lo que se sumaron radios locales y se organizaron expediciones, incluso de funcionarios del retén de Popeta. Fue tal la conmoción que estos avistamientos causaron en la sociedad local, que el propio gobernador provincial del período, Ricardo Bayer, señalaba que era un imperativo determinar o no la existencia de este “hombre-mono” como lo bautizaron los medios escritos y radiales de la época. La autoridad gubernamental se reunió con numerosos testigos pese a que Carabineros del lugar daba muy poco crédito a estos testimonios y se manifestaban renuentes a realizar expediciones a tan remotos lugares, más aún en épocas invernales. De esta forma se obtuvieron fotografías de las huellas del supuesto “Hombre de las Nieves”, obtenidas en Diciembre de 1957 por el expedicionario Carlos Céspedes y publicadas el 16 de mayo de 1958 por el periódico “La Gaceta”. El impacto fue tal que se creó la sociedad “Amigos del Hombre de las Nieves” que por años funcionó con diversas actividades hasta diluirse en el tiempo.

2.4. Otros avistamientos recientes Sin embargo los avistamientos de criaturas similares a un yeti han seguido ocurriendo en distintas zonas cordilleranas del centro de Chile, quedando registradas en testimonios a periódicos locales desde 1979. La más reciente se registra en el año 2006 según lo consigna el libro “Fantasmas y Casas Embrujadas de Chile” (2008) del periodista César Parra. Este caso corresponde a un juez aficionado a

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realizar excursiones en el cordón montañoso que rodea Santiago de Chile. Según cuenta al diario “La Segunda”, el testigo iba acompañado de amigos y familiares cuando al descansar en el cerro Punta de Damas observan a lo lejos unas luces y al fijar la vista ven un objeto discoidal plateado. A su lado casi apoyado en el objeto, un ser bípedo, que parecía un enorme simio, como un gorila peludo apoyado en el aparato. Algo totalmente extraordinario y que concuerdan con las apreciaciones del conocido ufólogo suizo-griego, Giorgio Tsoukulos, panelista del programa televisivo “Alienígenas Ancestrales”, quién señala que el fenómeno de “Bigfoot” o “Pie Grande”, está relacionado con el fenómeno OVNI, dado que numerosos testigos afirman haber visto a este hombre-simio ascendiendo o descendiendo de objetos voladores discoidales de origen desconocido.

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3.- LAS ANDANZAS DEL CHUPACABRAS EN EL MAULE

En marzo del año 2000, en el norte de Chile se inició un extraño fenómeno de grandes cantidades de animales de corral muertos en sospechosas circunstancias durante la noche. Los campesinos reportaban haber despertado con la horrenda visión de sus gallinas, corderos, cabras, e incluso gatos y perros, muertos en 22 estado de meticuloso desangramiento, con dos pequeños agujeros cerca del cuello, 23 como si se les hubiera succionado la sangre. Había llegado a Chile el mítico “Chupacabras”, un ser que conocíamos por canciones tropicales y documentales extranjeros. En el Norte los campesinos exigieron a las autoridades solucionar el problema, dado que la cantidad de animales muertos era desastrosa para la economía de muchas familias. Se hicieron rondas nocturnas con bomberos, funcionarios de PDI y Carabineros, militares, funcionarios del SAG, CONAF, periodistas, muchos voluntarios y no se obtuvo nada. Los escépticos culparon a zorros, gatos silvestres, perros, pumas y otros depredadores. Sin embargo muchas cosas no calzaban: (1) se señalaba fauna que no existía en el lugar; (2) entre las víctimas había perros grandes como pastores alemanes, capaces de someter resistencia a un depredador; (3) no había señales de lucha, esto es, parecía que los animales eran “hipnotizados”; (4) siempre sucedían fenómenos eléctricos en los alrededores tales como bajas de voltaje o apagones; y (5) los animales muertos se encontraban tibios y muchas veces en lugares que ningún animal podría entrar, en jaulas o establos bien protegidos con puertas y candados. No tardaron en aparecer los supuestos testigos de la criatura, quienes la describían como un ser bípedo “que saltaba como un canguro y que medía de metro a metro y medio”. Incluso un guardia nocturno de una empresa minera cerca de Calama, aseguró haber sido atacado por el ser, quedando internado en una clínica con lesiones de mediana gravedad. Los medios de prensa dieron mucha publicidad a estos casos y el fenómeno siguió repitiéndose por años, sin ninguna explicación lógica.

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3.1. Supuestos ataques y avistamientos en el Maule Apenas iniciado el segundo milenio la VII región también se vio perturbada por este fenómeno. Localidades como Rauco, Palquibudis, Hualañé, Llico, Vichuquén, Curepto, Sarmiento, Romeral, Molina, Sagrada Familia, Pelarco, San Clemente, alrededores de Linares, Parral y Cauquenes, entre otros, se vieron afectados con la muerte de gallinas, patos, gansos, corderos y en algunos casos perros y gatos.

Todos los animales presentaban el mismo patrón: totalmente secos, sus cuerpos estaban semicalcinados como si algo láser los hubiera quemado, con dos orificios cerca del cuello. Además las extrañas muertes ocurrían de noche y muy pocos pobladores escuchaban o veían algo fuera de lo anormal antes del hallazgo. Las autoridades y los escépticos culpaban a gatos silvestres (“huiñas”), zorros, perros asilvestrados y hasta pumas. Lo más espectacular son los sucesos que consigna el Diario “El Centro” en su edición del domingo 11 de julio de 2004 en el que se menciona el brutal ataque que sufrió Juan Roberto Acuña Pereira, de Parral, cuando éste transitaba por un camino rural en la noche. Sorpresivamente fue atacado por dos o tres entidades que describió como “perros alados”, los cuales lo mordieron y rasguñaron, obligándolo a lanzarse a un caudaloso canal para evitar más ataques. Carabineros del lugar tomaron la denuncia y Juan Acuña Pereira fue examinado por el Servicio Médico Legal de Cauquenes, comprobándose las rasgaduras de sus ropas por acción de grandes garras de un animal no precisado.

En la misma semana, en dependencias de la frutícola COPEFRUT de Curicó, un chófer de camión que dormía en la cabina de su vehículo esperando la hora en que pudiera cargar su máquina, despertó de súbito al sentir el golpe en el parabrisas.

Pudo observar a un extraño animal de más de metro y medio de tamaño que agitaba sus alas de manera amenazante y al cuál le brillaban los ojos de un encendido color rojo. El chofer nunca quiso hablar con medios de prensa. El supuesto caso provocó pánico colectivo en los trabajadores de la empresa.

3.2. El Chupacabras podría ser el mítico Piuchén ¿Qué es el Chupacabras? Los investigadores del fenómeno hablan de muchas teorías: (1) un ser alienígena; (2) un animal artificial escapado de laboratorios y (3) un ser interdimensional.

Sin embargo el escritor ítalo-argentino Enrique Volpe (1938-2002), autor de numerosos libros de cuentos, y antologador de historias de bandidos y aventureros, realizó un riguroso estudio tanto en antiguas fuentes bibliográficas como en terreno al Norte y Sur de Santiago y concluye que el Chupacabras no es otro que el mitológico Piuchén. Éste sería una serpiente alada, hematófaga y con similares poderes al que le atribuyen actualmente al Chupacabras: capacidad de hipnotizar

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y petrificar a sus víctimas, difícil ubicación y otros poderes casi supranaturales.

Esta criatura es registrada en la mitología mapuche y de otros pueblos originarios, abarcando un territorio desde el Norte chico a Chiloé, y que posee otros “parientes” vampiros en la mitología nacional, como el basilisco (gallo mitad reptil) y el ColoColo (rata-reptil), todos ellos también relacionados con criaturas de la mitología griega. Sin embargo Volpe aseguraba que el Piuchén era real y ampliamente acreditado por notables naturalistas como el Abate Juan Ignacio Molina, Claudio Gay, Charles Darwin, quienes incluso dan descripciones gráficas (retratos en croquis) en algunos de sus libros. Darwin estudió intensamente al Piuchén dando veracidad científica de su existencia e incluso con la suerte de haber atrapado uno en Coquimbo. El ejemplar fue llevado a Europa donde fue descrito por John Williams Waterhouse en “Zoología del Beagle”.

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En el siglo XX, Ricardo Latcham investiga y escribe del tema, por ejemplo en “La Historia Natural de los Mitos Araucanos”. Lo mismo el historiador curicano y experto en historia mapuche, Tomás Guevara Silva, quien estudió en profundidad los animales mitológicos de este pueblo originario. Actualmente hay fuentes de consulta a cargo del investigador de criptozoología Raúl Núñez Gálvez, quién publicó el breve libro “El Chupacabras y otros seres Fantásticos”, que ofrece una sinopsis de avistamientos de éste y otros seres cuya existencia, si bien es materia 24 de controversia, está lejos de desarraigarse de la memoria colectiva de nuestra 25 cultura.

BIBLIOGRAFÍA

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-Archivo Diario “El Centro”, Talca, 2004.

-Archivo Diario “La Prensa”, Curicó, 2004.

-Archivo Diario “La Tercera”, Santiago de Chile, 2004.

-Bord, Janet y Colin: “Los Yetis: Testimonios de los hombres Bestias”; Assap, Barcelona, España, 1991.

-Latcham, Ricardo: “Charles Darwin y el Piuchén”; Revista Historia Natural, Santiago de Chile, 1995.

-Nuñez Gálvez, Raúl: “El Chupacabras y otros seres fantásticos”; 1990.

-Parra, César: “Casas embrujadas y Fantasmas de Chile”; RIL Editores, Santiago de Chile, 2013.

-Plath, Oreste: “Geografía del Mito y la Leyenda chilenos”, Editorial Nascimento, Santiago de Chile, 1978.

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LA TRADICIÓN DE LA MALEDICENCIA EN LA LITERATURA CHILENA por Leonidas Rubio Son frecuentes los episodios de agresión verbal inspirados por desavenencias literarias que se producen en el uso de las redes sociales de internet, particularmente el popular facebook. Es posible que estos fenómenos de cultura de masas ya hayan cambiado por completo nuestros hábitos en muchos aspectos, permitiendo canalizar con rapidez y eficacia el desprecio que los escritores, especialmente los poetas, nos profesamos mutuamente. Pero la proliferación de pandillas y fanfarronerías

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rokhianos contra nerudianos contra huidobrianos y todos contra todos en densa maraña.

Es raro que exista un poeta que no tenga para contar una experiencia de agresión o provocación denigrante entre escritores, ya como receptor, espectador dudosamente neutral o como directo (y casi siempre orgulloso) causante. Es más que conocida la llamada guerrilla literaria entre De Rokha, Neruda y Huidobro, donde los argumentos y conceptos estéticos pasaron a segundo plano frente a la maledicencia en grados de neurosis colectiva, puesto que los nombres de cada poeta en juego era seguido por un enjambre apreciable de prosélitos dispuestos a emprender sin demora la guerra santa en favor de su santo patrono respectivo. Algo menos divulgada pero no menos gravosa fue la rencilla entre los poetas del grupo Mandrágora y Neruda con pugilatos y ardientes manifiestos incluidos. Esa generación vanguardista que irrumpe a publicar en las dos primeras décadas del siglo XX, hace su traspaso de antorcha de esta ominosa tradición hacia la generación literaria siguiente, la del 38, que conformaba en su mayoría los grupos nutrientes de los liderazgos mayores. Los diversos grupos del 38 alternan sus odios con los anteriores y estos con aquéllos, los otros entre sí, mandragorianos contra serranianos (los del “verdadero cuento”); poetas de la claridad (antología de Tomás Lago) contra supuestos oscuros o herméticos (antología de Anguita y Teitelboim) que en realidad suscribían las formas nuevas que irradiaban las vanguardias;

Parece ser una necesaria catarsis facilitada recíprocamente por el marasmo del medio “cultural” y la presión sanguínea agitada por el espíritu de activista que alberga todo escritor.

Este panorama sabroso pero que bien mirado es sólo una manifestación vergonzosa de la mezquindad humana y sus debilidades anexas (envidias, celos, inseguridades, mediocridades) tampoco es extraño a la historia de la literatura universal. De hecho se entrecruzan con la historia nacional.

Por ejemplo el propio Neruda desliza arteros epítetos contra los poetas afines a la primera etapa de su creación, lo 26 anterior a la tercera “Residencia...”, 27 en su desastroso texto “Los poetas celestes”: d e E x p a n s i ó n

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no es nueva en la actividad literaria ni dejará de ser una tradición accesoria a la creación y publicación de poesía.

“Qué hicisteis vosotros gidistas, intelectuales, rilkistas, misterizantes, falsos brujos existenciales, amapolas surrealistas encendidas en una tumba, europeizados cadáveres de moda, pálidas lombrices del queso capitalista...”

Por cierto en este caso el mote despreciativo hacia el legado de Rilke va en la línea de la poesía metafísica del gran poeta de Praga, y no tanto hacia la poesía de aquél como resultado de la vida contemplativa, línea que sale al ruedo en otro episodio de la poesía chilena, el de la corriente lárica

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propuesta por Jorge Teillier, que también tuvo en Lhin su enérgico detractor, como probaré más adelante. Adicionalmente Neruda deja consignado su desprecio por André Gide. Es muy probable que Neruda tome a Gide como paradigma de lo aborrecible por la sonada deserción del francés al comunismo militante después de su viaje a la U.R.S. S, donde fue testigo de la sordidez macabra del estalinismo y su modelo de sociedad de hormigas obedientes y ovejas asustadas en medio de la carnicería. Gide vuelve anticomunista desde el paraíso soviético y Neruda asegura su fama y fortuna cerrando filas con la obsecuente y maquiavélica institución liderada por Moscú, filial chilena. (“Ingrese al Partido Comunista y conviértase en el primer poeta de Latinoamérica”, le dijo el propio don Volodia).

Su tarea personal y laboral pasa a ser, por tanto, difundir propaganda proselitista y denostar a los desertores. Pero hay otra razón, a mi entender, para emprenderlas contra Gide: lo que ahora se llama simple y llanamente homofobia, a falta de mejor concepto. Lo afirmo por el siguiente pasaje, donde vuelve a sacar a colación a sus antitéticos escritores de batalla vinculados por la misión del desprecio: “... viva el anarcocapitalismo, viva Rilke, viva André Gide con su corydoncito, viva cualquier Misticismo...

Todo está bien...

Todos son heroicos...

Todos los periódicos deben salir...

Todos pueden publicarse, menos los comunistas...”

Desde luego se trata de una arenga paródica que busca exaltar su militancia a través de la auto-victimización. La clave es la alusión a “Corydón” de André Gide, publicado en 1924, el que seguramente es pionero en el planteamiento abierto de la homosexualidad dentro de la literatura contemporánea, defendiendo la idea de normalidad diferente o acontecimiento dentro de la diversidad natural de la especie humana. Este libro del premio Nobel de 1947 causó hondo impacto entre la intelectualidad de la época y fue objeto de reservas y censuras dentro de la comunidad literaria acomodada. Cuando Neruda usa la expresión “corydoncito” es como si estuviese diciendo “mariconcito”, desde luego, si bien comete un despropósito literario mayor porque el nombre del libro de Gide está tomado de un personaje de las Bucólicas de Virgilio (La Égloga II, donde se exalta el amor del pastor Corydon por un Alexis que no lo corresponde) y el libro en cuanto a su estructura simula un diálogo a la manera socrática, por lo que la expresión de Neruda, además de odiosa y burda, linda con la ignorancia.

Que los poetas desconfiamos de nuestros pares, a los que rara vez les damos el valor de tales, es cosa segura y documentada, antes, hoy y mañana. Y somos rencorosos y tenemos memoria de elefante. De ese rasgo inherente al oficio se desprenden a veces situaciones de interpelación tácita o explícita según convenga,

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más o menos elegante según merezca. Continuando con la saga, cabe mencionar que cuando Parra publica su “Manifiesto” para graficar los puntos característicos de la antipoesía, -aunque es el poema en que peor lo hace-, alude con mordacidad a la generación de la vanguardia en más de un momento:

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“Para nuestros mayores La poesía fue un objeto de lujo (...); Nosotros repudiamos La poesía de gafas obscuras La poesía de capa y espada La poesía de sombrero alón (...)

Ellos, nuestros abuelos inmediatos, ¡Nuestros buenos abuelos inmediatos! (...)”.

d e

“Duelo con espada no mortífera, de acero quevediano, en loor de algún poeta de esta edad de hojalata.”

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El asunto también es conocido. Gonzalo Rojas por su parte publica un poema exclusivamente con el fin de ridiculizar a Braulio Arenas: “La cicatriz”, aparecido en varias ediciones de sus libros donde habitualmente publicaba los mismos poemas en otro orden. El texto viene flanqueado por una advertencia: 28

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En efecto es Quevedo y sus invectivas compulsivas contra Góngora (contestadas por éste con igual filo) el inaugurador más reconocible y reciente de esta manía consuetudinaria. A veces, muy pocas veces, es el fermento saludable para debates e intercambios de argumentos rivales en el ejercicio legítimo de las propuestas creativas. Sus registros son paladeados con fruición especialmente por los buscones de prensa literaria amarilla. Es una tendencia que derriba mitos y devuelve a los personajes en su condición menos idealizada. Los escritores son -somos- grandes copuchentos, cahuineros selectos y consumimos gustosos esta arista del oficio. En esta línea se insertan las declaraciones de Gonzalo Rojas sobre Neruda (una vez más) cuando, en una entrevista conocida el año 2011, pero concedida el año 2006 para el periodista Marcelo Mendoza, dispara esta opinión no por verosímil menos asombrosa: “La lata de Neruda -en parte grande- está en que no era disidente: era obsecuente el huevón¨ (sic). Obsecuente quiere decir un hombre que no es de una fe limpia y sana. Lo opuesto a una disidencia es una fe, una voluntad. Neruda fue un obsecuente. Él era un arribista: lo fue desde niño y lo fue de hombre.”

Viene a cuento recordar la antigua militancia surrealista de don Gonzalo en el

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colectivo La Mandrágora, cuyo lema -rubricado por Enrique Gómez Correaera “Manteneos puros, libre de todo compromiso, libre de toda contaminación.

Buscad lo desconocido. Penetrad en el misterio. Huid de los concursos, de los premios literarios, de la lepra y de Neruda”. Amén.

Ahora bien, da la impresión de que este hábito se morigera a partir de la generación del 50, salvedad hecha por Parra. Especialmente en la generación del 60 es poco y nada lo que se consigna. Pareciera al menos, aparentemente, que prolifera una intención de fraternidad y de altura de miras que traspasa a la esfera más bien privada los enconos y canaliza las genuinas oposiciones de manera más moderada. Así al menos hasta el golpe de Estado de 1973, con el cual la actividad literaria pasa a estar regida por otros códigos. Llanos Melusa es uno de los que suscribe y multiplica esta tesis de la buena convivencia. Sin embargo la expresión “aparentemente” no es poco decir. Hay un episodio casi nunca comentado que involucra a dos de los poetas de la generación del 50 que resultaron más influyentes en las posteriores promociones: Jorge Teillier y Enrique Lhin. Y pese a tratarse de nombres poco asociados a estas prácticas, no está exento de saña.

En efecto, Enrique Lihn declara en “Anales de la Universidad de Chile” N°137, de 1966 el siguiente lapidario aserto: “(...) Hay quienes, frente a los progresos de la cibernética o de la astronáutica -fuentes, por lo demás, para ellos, de una inspiración melancólica-, neorrománticos de chaleco, intimistas y fantasistas, prefieren el refugio de la aldea; en la medida, no obstante, en que creen estar garantizados, por obra de una encubierta erudición literaria lo suficientemente exquisita y gracias a una publicidad adecuada, contra el peligro de integrar la cohorte de sus protegidos: los poetas olvidados, vale decir, genuinamente provincianos.

Este falso provincianismo de intención supralocal, desprovisto de una ingenuidad que lo justifique históricamente, quiere reivindicar una poesía que naturalmente no tiene ya nada que decir, en nombre de otra, artificiosa, cuyo supuesto y cuya falacia estriban en que, ante un mundo moderno de una complejidad creciente, desmesurado en todos sentidos y en tan grande medida peligroso, la actitud poética razonable estaría en restituirse a la Arcadia perdida, pasando, en un amable silencio, escéptico, minimizador, los motivos inquietantes de toda índole que acosan al escritor actual abierto al mundo y oponiéndole a éste un pequeño mundo encantatorio, falso de falsedad absoluta, con sus gallinas, sus gansos y sus hortalizas.”

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El aludido no puede ser otro que Jorge Teillier. La poesía “que naturalmente no tiene nada que decir”, visto así, sería la suya, justificada “históricamente” por la “artificiosa” de Rilke, la que Lihn juzga falaz precisamente en el cometido que Tellier toma como pivote para blindar su estética en el conocido manifiesto “Los poetas de los lares” de 1965, cita que vuelve a instalar en “Sobre el mundo en que verdaderamente habito” de 1969, en revista Trilce:

E x p a n s i ó n

En este artículo a guisa de poética, el citado de 1969, es decir tres años después del perpetrado por Enrique Lihn, Teillier replica en forma no menos resuelta:

d e

(Correspondencia de R. M. Rilke).

R u t a

“Para nuestros abuelos una torre familiar, una morada, una fuente, hasta su propia vestimenta, su manto, eran aún infinitamente más familiares; cada cosa era un arca en la cual hallaban lo humano y agregaban su ahorro de humano. He aquí que hacia nosotros se precipitan llegadas de EE.UU cosas vacías, indiferentes, apariencias de cosas, trampas de vida...”

“A través de la poesía de los lares yo sostenía una postulación por un “tiempo de arraigo”, en contraposición a la moda imperante e impuesta 30 por ese tiempo, por un grupo ya superado, el de la llamada Generación 31 del 50, compuesto por algunos escritores más o menos talentosos, por lo menos en el sentido de la ubicación burocrática, el conseguir privilegios políticos, el iniciar empresas comerciales, representantes de una pequeña burguesía o burguesía venida a menos. Ellos postulaban el éxodo y el cosmopolitismo llevados por su desarraigo, su falta de sentido histórico, su egoísmo pequeño burgués. De allí ha nacido una literatura que tuvo su momento de auge por la propaganda y autopropaganda, pero que por frívola y falta de contacto con la tierra, por pertenecer al oscuro mundo de la desesperanza, ha caducado en pocos años.”

Naturalmente el aludido no es otro que Lihn. Es interesante repasar estos pasajes en el caso de un poeta como Teillier que habitualmente es presentado como una especie de monje beodo o blanca paloma disfuncional por hipersensible, unánimemente aclamado y provisto de un fuero de inocencia. Es saludable que no lo fuera, o al menos no tanto como para poner la otra mejilla.

Al calor de estos hechos apenas resumidos, no debieran sorprender los pugilatos que cada cierto tiempo tienen por escenario la provecta casona de Simpson 7 en Santiago de Chile. Mucho menos deben extrañar las enconadas polémicas que a partir del 90 y con mayor crudeza a partir del 2000 se han sucedido como secuela

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de las antologías que proliferan de la mano de nombres canonizados por diversos tropeles de favorecidos, o por efectos de los cada vez más onerosos concursos.

Hay también una tendencia ligeramente marginal a escribir poemas provocativos, suertes de artes poética o manifiestos solapados que cumplen la función de los guantes arrojados para un duelo sin padrinos, o en su efecto más inofensivo, el ritual infantil de tocar el timbre y salir arrancando. Se acusa, se denigra, se fastidia, se estigmatiza otros modos de hacer poesía en nombre de principios tan borrosos como sus finales, las más de las veces alentados por estertores del realismo socialista, que por gracia entre sus desgracias no sólo es un cadáver que respira sino que a veces hasta insufla respiración asistida a franco-tiradores de toda marca. A veces, con suerte, aparece alguna línea de auténtica poesía en esta clase de apóstrofes.

A la hora de mostrar su resentimiento los poetas no son mejores que un matarife de feria o un carterista. Yo mismo he tenido mis periplos de virulencia en varias calidades dentro de este teatro de roles, y debo decir que hasta mi expectativa más pesimista se ha visto sobrepasada por la capacidad de odio que se me ha remitido a partir de mis interpelaciones a la actual escena de preferencias literarias y dudosas fórmulas para el éxito de audiencia. No es el momento de dar los nombres ni reproducir las circunstancias o expresiones que he recibido por acoso en muros virtuales o de ladrillo botado. No sé si valdría la pena siquiera difundir esos hechos alguna vez, sabiendo de antemano que no son más que pasajes menores dentro de la historia universal de la infamia. La podredumbre de algunos es mi testigo. Cabe preguntarse si no sería mejor desterrar la condición de poeta al índice de las malas palabras.

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C r e e a d ciรณn a t u R

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LEOPOLDO MARÍA PANERO (España, 1948-2014)

SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO Los hombres del Viet son tan hermosos cuando mueren.

El agua del río, lamiendo sus piernas, hacía más sexual su ruina.

Luego vinieron las Grandes Lluvias, buscando la vagina hambrienta de la selva, y todo lo borraron.

Quedó sólo en los labios la sed de la batalla, para nada, como baba

que cae de la boca sin cerebro.

Hoy que en el lecho sin árboles ni hojas con tu lengua deshojas el árbol de mi sexo y cae toda la noche el semen como lluvia y cae toda la noche el semen como lluvia, dime besando suavemente el túnel de mi ano cueva de la anaconda que aún me marca los ritmos de la vida, dime qué era, qué es, qué es un cadáver.

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LA NOCHE DEL SOLDADO EN LA CASA ABANDONADA

d e C r e a c i ó n

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R u t a

El enemigo no está aquí: las sombras.

No sé si ha huido al mar o a la montaña perdido entre los lobos o pegando, por sentir algo, el desnudo cuerpo a un roble.

Su idea cae de mi cabeza con el hacha que poda una tras otra las ramas del árbol en que la locura cantara, el búho: es el otoño en mi cabeza.

Las palabras libertad, patria suenan ahora como el grillo o como la puerta que el viento no conmueve: mañana con mis cabellos encenderé la hoguera: dos pájaros pelean en lo alto con sus picos.

Temo morir.

Temo morir más que en la batalla, temo perder el ser, vencida la batalla por medio de este ruido sigiloso.

Temo que caiga el nombre como del muro el revoco, el papel, el dibujo. ¿Qué es la noche? ¿Qué es el búho? ¡Si un perro ladrara!

Si un perro ladrara devolviéndome algo del candor del estruendo, de la vid de la batalla.

El ejército ruso no pudo con mi espada: el silencio, sí.

34

35

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SOLDADO HERIDO EN EL LEJANO VIETNAM La muerte vació mi ser, dejó mis ojos tan blandos y sexuales como selva.

Cada vez que me acuerdo de mí y de aquellos bosques la nieve del esperma baña mi frente.

El avión me esperaba como una amenaza: a medida que el terror se alejaba vi la nave del sentido hundirse entre mis ojos.

En esta habitación de Windham Street soy sólo un disparo entre los juncos.

Dicen que allá en los ríos, cuando baja el viento oscuro de la noche, un pez acaso me recuerde.

(De “El último hombre”; 1983)

A FRANCISCO

Suave como el peligro atravesaste un día con tu mano imposible la frágil medianoche y tu mano valía mi vida, y muchas vidas y tus labios casi mudos decían lo que era el pensamiento.

Pasé una noche a ti pegado como a un árbol de vida porque eras suave como el peligro, como el peligro de vivir de nuevo.

(De “Last night together”; 1980)

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LA MUERTE DE ANACREONTE Razono en la taberna esa cercana al puerto más oído por las olas que los marineros que no sé ya si ríen o si apenas me escuchan que el amor es un sueño tan sólo para esclavos y cuando veo un ciervo, no apunto a sus ojos y en mis dardos se pudren las venas que en él hubo.

Mas si el amor es sueño qué fuiste tú Cleóbulo ¿qué signo es mi vida?

R u t a d e C r e a c i ó n

*** Cuando aparecen en el umbral tus pies desnudos en las doradas sandalias calzados y en la fresca savia de tus crueles ojos veo, Flavio, lo que ha de sucederme, miles de flores se encienden entre el miedo de mi pecho.

*** Cuando por fin, Alcmanes, amor nos declaramos no en un árbol quisimos grabar el desposorio 36 yo de mujer vestido, tú en el pelo guirnaldas 37 no en un árbol quisimos grabar aquella unión y que fuera la dríada del único portento testigo vano y mudo pues detesto a los dioses: en medio de aquel bosque tropezamos a un niño y en su espalda rosada, con fuego, lentamente escribimos los nombres. *** Recuerdas que en el día feroz en que muriera la suave Cipria de quien tan dulcemente en las noches de estío con la boca abusábamos ambos unimos nuestra orina en el único vaso y bebimos los dos con la risa de un niño? *** Filóstrato, si muero ¿beberás de mis venas?

No desprecies el vino que el dolor enriquece y al que la noble muerte da el sello más preciado.

Hunde el vaso hasta el fondo en la bañera que está ya casi entera de ese color de Marte y bebe luego un grande trago, y al festín invita a doncellas y amigos.

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EMPERADOR EN EL FANGO Cuando cansado desde el lecho, me levanto a mirarte, Juvencio, y otra vez el cansancio reencuentro de nuevo pienso en Cieno que los ojos de semen sin cansarse cegaba; y cuando una vez solo miro vacía la cama como siempre lo estuvo recuerdo el látigo aun, con la última fuerza.

(De “Dioscuro”; 1982)

AMANECER SOBRE LA TUMBA En la playa de la noche mostraba mis ojos a las sirenas que jugaban impunemente con mi pene con el falo que en el lecho maloliente deshacen los sueños y cae la piedra del pensamiento al suelo.

LA MALDAD NACE DE LA SUPRESIÓN HIPÓCRITA DEL GOZO Una cucaracha recorre el jardín húmedo de mi chambre y circula por entre las botellas vacías: la miro a los ojos y veo tus dos ojos azules, madre mía.

Y cantas, cantas por las noches parecida a la locura, velas con tu maldición para que no me caiga dormido, para que no me olvide y esté despierto para siempre frente a tus dos ojos azules, madre mía.

(De “Poesía”; 1970 - 1985)

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DIARIO DE UN SEDUCTOR No es tu sexo lo que en tu sexo busco si no ensuciar tu alma: desflorar con todo el barro de la vida lo que aún no ha vivido.

MUTIS R u t a d e

Era más romántico quizá cuando arañaba la piedra y decía por ejemplo, cantando desde la sombra a las sombras, asombrado de mi propio silencio, por ejemplo: “hay que arar el invierno y hay surcos, y hombres en la nieve”.

Hoy las arañas me hacen cálidas señas desde 38 las esquinas de mi cuarto, y la luz titubea, 39 y empiezo a dudar que sea cierta la inmensa tragedia de la literatura.

C r e a c i ó n

(De “El que no ve”; 1980)

UNAS PALABRAS PARA PETER PAN Pero conoceremos otras primaveras, cruzarán el cielo otros nombres -Jane, Margaret-. El desvío en la ruta, la visita a la Isla-Que-No-Existe, está previsto en el itinerario. Cruzarán el cielo otros nombres hasta ser llamados, uno tras otro, por la voz de la señora Darling (el barco pirata naufraga, Campanilla cae al suelo sin un grito, los Niños Extraviados vuelven el rostro a sus esposas o toman sus carteras de piel bajo el brazo, Billy el Tatuado saluda cortésmente, el señor Darling invita a todos ellos a tomar el té a las cinco). Las pieles de animales, el polvo mágico que necesitaba de la complicidad de un pensamiento, es puesto tras de la pizarra,

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en una habitación para ellos destinada en el n° 14 de una calle de Londres, en una habitación cuya luz ahora nadie enciende. Usted lleva razón, señor Darling, Peter Pan no existe, pero sí Wendy, Jane, Margaret y los Niños Extraviados. No hay nada detrás del espejo, tranquilícese, señor Darling, todo estaba previsto, todos ellos acudirán puntualmente a las cinco, nadie faltará a la mesa. Campanilla necesita a Wendy, las Sirenas a Jane, los Piratas a Margaret. Peter Pan no existe. «Peter Pan, ¿no lo sabías? Mi nombre es Wendy Darling». El río dejó hace tiempo la verde llanura, pero sigue su curso. Conocer el Sur, las Islas, nos ayudará, nos servirá de algo al fin y al cabo, durante el resto de la semana. Wendy, Wendy Darling. Deje ya de retorcerse el bigote, señor Darling, Peter Pan no es más que un nombre, un nombre más para pronunciar a solas, con voz queda, en la habitación a oscuras.

Deje ya de retorcerse el bigote, todo quedará en unas lágrimas, en un sollozo apagado por la noche: todo está en orden, tranquilícese, señor Darling.

(De “Así se fundó Carnaby Street”; 1970)

[Sin título] Un ciervo herido es el que más salta lo oí decir a un antiguo cazador no es sino por el éxtasis de la muerte que actúa el freno.

La piedra golpeada brota en manantial el acero pisoteado se comba una mejilla está siempre más roja justo donde más pica.

La alegría es el caballero de las angustias en ella resguarda su brazo para que nadie pueda ver la sangre y gritar: ‘Estás herido’.

(Póstumo, Periódico “Canaria 7”; 12 de marzo de 2014)

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R u t a d e

(Uruguay, 1936-1989)

C r e a c i ó n

ALFREDO ZITARROSA

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41

DEL PENSAR I Si de algún modo así diciendo -piensoque pensando, decir que digo es parte de tal obstinación, que culpa y riesgo me abandonen.

Si tal es, vivo entonces -tal mi iluso viviro muero poco a poco -tal mi vano morir-.

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II Pues una noche enteramente nuestra alrededor de sí, él cavilaba.

Y recuerdo tu primera pregunta: ¿Dónde está él?

Así dijiste y te quedé mirando y recuerdo que aún creía en ti y te pedía el amor fervorosamente aunque también con un gran odio -y ese era mi secreto-.

IV Y adentro de mí, pensar no es sólo acaso pensar, sino que acabo de entrar en tal habitación, de caminar por tales calles húmedas y sigo en mí.

VI Pues ante todo estar y si de ello infiero mi sustancia puedo pensar, de cualquier modo, digo.

Y pensando en que puedo digo “pienso”, y advierto en mí el motivo que me impele por sobre mí y me pone ante el no-vivo.

Y ante todo pensar por cuanto digo también que “pienso luego existo”.

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Y he de verme verterme desprendido ya sin duda de mí puesto que callo hoy por primera vez cuando me dicen “Que triste estás” “Que hermoso estás” “Qué brillo en tu mirada que nos intriga” y deduzco que el método no es malo.

VIII Y sentado a mi izquierda este asno, este hombre en sí y en su sustancia, también medita.

Abstraído en su carne que resuella y que tiembla y se estremece y viéndose crecer, dormir, soñar, viendo ese cuerpo con mirada que incendia cuanto toca que en cuanto mira, turbia, se desliza tiernamente, este virtuoso, este amado de todos, el profeta, medita.

Sacude la cabeza, con la oreja grasienta espanta una mosca, mira una piedra que a sus pies lentamente cava una tumba.

Piensa que su peso obstinado bastará para hundirla.

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DEL NACER I Del nacer al morir hay sólo un paso en el que es cruel, amor, dudarte.

He salido de mi tumba y de otra tumba un muerto se me incorporó y somos uno.

He sido sangre, agua, cuerpo.

Y no bien nacido he increpado a mi madre.

C r e a c i ó n

II

Vive todavía / ese pez / y huye.

VI Llevo en mí el pez.

Preciso es que lo piense.

Pienso en mí, pienso en ese pez en ese perecer constante.

d e

Soy tosco aún, todavía el recuerdo me paraliza.

R u t a

Vaso vacilante que puede derramarse, ataúdes no abiertos en los que hay muertos que jadean.

deja en la playa sus tendales de sombras tiritando en la orilla secándose / muriendo tercamente.

De vez en cuando / salta otro pez / agónico coletazo en la arena / agua en la boca y se vierte en el mar / como epiléptico.

Deja una flecha oscura / esfumándose lentamente cayendo / entre las ondas.

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Pienso en el pez, peso su peso en mí, su fuga alígera.

Pienso en la ingenua fijeza de sus ojos.

DEL PEZ I Por cada pez / que escapa velozmente de la red se apretujan cien otros / en la malla / temblando deslizándose / unos sobre otros.

La redada sin término

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DE LA FUENTE II Ni alguien, alguien con una mano sobre el pecho reclinado en espera o sumisión velando algún muerto

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o dándose a morir también.

Enemigos hostiles, cordiales camaradas amándose, abrazándose en los bares, yendo del brazo por la rambla, intercambiando besos y noticias, y el mundo a mis pies, precisamente ahora, ya a punto de caer mi levantada mano.

Todo silencio todo música o ansiedad cayendo a fondo, polvo acumulado y las arañas que a cada golpe filtran por las junturas de los techos.

He quemado cartas a la orilla del mar.

He rechazado las voces el recuerdo que me oía y llegaban a prisa los 25 años.

Y hay quienes bajan hasta la piedra basal y suben, con dificultad, trayéndola -tal es su pesohasta la superficie.

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R u t a

(Colombia, 1945-1997)

C r e a c i ó n

RAÚL GÓMEZ JATTIN

d e

(De “Sonríe Muerte”; [1962] 2011)

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45

CASI OBSCENO Si quisieras oír lo que me digo en la almohada el rubor de tu rostro sería la recompensa.

Son palabras tan íntimas como mi propia carne que padece el dolor de tu implacable recuerdo.

Te cuento. ¿Sí? ¿No te vengarás un día? Me digo: besaría esa boca lentamente hasta volverla roja.

Y en tu sexo el milagro de una mano que baja en el momento más inesperado y como por azar, lo toca con ese fervor que inspira lo sagrado.

No soy malvado. Trato de enamorarte.

Intento ser sincero con lo enfermo que estoy y entrar en el maleficio de tu cuerpo como un río que teme al mar pero siempre muere en él.

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PEQUEÑA ELEGÍA Ya para qué seguir siendo árbol si el verano de dos años me arrancó las hojas y las flores.

Ya para qué seguir siendo árbol si el viento no canta en mi follaje, si mis pájaros migraron a otros lugares.

Ya para qué seguir siendo árbol sin habitantes a no ser esos ahorcados que penden de mis ramas como frutas podridas en otoño.

RECORDÁNDONOS SIEMPRE

EL AGRESOR OCULTO

Edwin y yo nos masturbábamos de ocho a nueve en clase de aritmética, y de cuatro a cinco en la de Historia Patria. El de él era idéntico a su cara: pícaro y sonriente, con el glande torcido, como su peinado. Él semiacostado en la última banca del salón y yo en la contigua. Con vaselina o crema dental.

Cuando ocurría lo mejor guardábamos el semen en un libro. Con fecha.

“Para cuando pasen los años y nos queramos acordar, Gómez Jattin” como él decía.

Me envenenó la vida.

Me sustrajo de mi movimiento natural y me entregó a las sombras de los amores no correspondidos.

Me trastocó los sueños metiéndose como un conspirador entre sus grietas.

Desempolvó recuerdos que hablaban de partidas y de adioses.

Mientras tanto mi alma acostumbrada a la desgracia lo veía hacer como un condenado que presencia el levantamiento del patíbulo.

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UN PROBABLE CONSTANTINO CAVAFIS A LOS 19

R u t a

Esta noche asistirá a tres ceremonias peligrosas: el amor entre hombres, fumar marihuana y escribir poemas.

Mañana se levantará pasado el mediodía.

Tendrá rotos los labios, rojos los ojos y otro papel enemigo.

Le dolerán los labios de haber besado tanto y le arderán los ojos como colillas encendidas y ese poema tampoco expresará su llanto.

d e C r e a c i ó n

NI SIQUIERA UNA DULCE NOCHE

Aquel amor de fiebre y de tormento Aquel estar pendiente de la luna entre los cocoteros Por si ella 46 me traía presagios de tu cuerpo Pero en vano 47 Pero estaba demasiado enfermo para soportar la intimidad de tus caricias No hubieras conocido en mí sino el temblor de un poeta y de su muerte Aquel temor de miramos a los ojos no era vano Estabas revestido de otro mundo Estabas lejos Sobre todo cuando yo te amaba Cuando era de ti como la nube en el reflejo del agua Dentro pero lejos Dentro en el vientre de una realidad inventada y fugaz Eras íntegramente bello porque no toqué tu cuerpo aunque tú lo querías y yo también Pero antes de mi deseo estaba mi futuro Estabas tú antes que mi deseo de ti antes que el deseo estaba el amor Antes que el amor estaba la vida y su maldad Aquel amor que no tuvo una noche Ni siquiera una dulce noche amor mío

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ABUELA ORIENTAL A esa abuela ensoñada venida de Constantinopla A esa mujer malvada que me esquilmaba el pan A ese monstruo mitológico con un vientre crecido como una calabaza gigante Yo la odié en mi niñez Y sin embargo vuelve en esta noche aciaga con algo de hermosura Por algo se dice que con el tiempo uno perdona casi todo Vuelve con sus cicatrices en el alma de fugada de un harén con sus “mierda” en árabe y en español Con su soledad en esos dos idiomas Y ese vago destello en su espalda de alta espiga de Siria.

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VENENO DE SERPIENTE CASCABEL Anoche le oí a mi padre llegó tu hora Mañana afílame la tijera para motilar al talisayo Me ofrecieron una pelea para él en Valledupar Levántate temprano y atrápalo a la hora del alimento Dijo mi padre

R u t a

Talisayo campeón en tres encuentros difíciles He rogado y llorado que te dejen para siempre como padre gallo Pero a mi padre ya le dieron el dinero y me compró un juego de dominó para engañarme

d e C r e a c i ó n

Pero ya estás cantándole a la oscuridad para que se vaya Te contestaron tus vecinos Y mi padre está sonando sus chancletas en el baño Es imposible evitar que te manden otra vez a la guerra Porque si mañana te espanto padre de todas maneras hará prenderte por José Manuel el indio Así que prepárate a jugarle sucio a su contendor Pues le robé al indio un veneno de serpiente cascabel para untarlo en las espuelas de carey

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En medio del tumulto y la música de acordeones me haré el pendejo ante los jueces que siempre me han creído un niño inocente y te untaré el maranguango letal Es infalible como el mismo diablo Voy a apostar toda mi alcancía a nuestra victoria Con lo ganado construiré un disfraz de carnaval y lo adornaré con tus mejores plumas (De “Amanecer en el Valle del Sinú. Antología Poética”; 2004)

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DELFÍN PRATS (Cuba, 1945)

CANCIÓN GEORGIANA el vodka rubio me recuerda los cabellos de Kolia sus manos largas como espigas de trigo su corteza de roble o abedul el vino blanco de Georgia el nombre tuyo mi danza en las montañas el cuerpo de Tamara girando entre las sombras del Kurá y las aguas sexuales de Borjomi el vino oscuro de Georgia toda la magia de tu piel tus ojos abiertos como pozos tus manos como negras sábanas de espanto y el monte de tu sexo

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(este abismo te sabe te conoce por él te has deslizado y te resiste de pie como un demonio) (esta taberna te recuerda aquel bar te palpó en el fermento de las botellas agrias) que sea tan breve la embriaguez que sintamos la sed al despertar y despertando oigamos la sentencia brutal del tabernero: “no hay un licor que ahogue los deseos”

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SALDO

R u t a d e C r e a c i ó n

Entren amigos tomen asiento entre mis pertenencias las que no me pertenecen más que a ustedes sus melenas copiosas no tengo nada que brindarles como en otro tiempo leche pan viejo o alguna que otra tibia palabra que roer como ven las cosas han cambiado mucho ustedes están muertos hace unos cuantos calendarios yo tuve un poco más digamos de destreza con las enfermedades de los primeros años pero créanme no es ninguna ventaja estar aún del lado de los vivos gozando de sus escasos privilegios (estar de nuevo con ustedes en el portal imaginario de la casa donde convivíamos donde aún aguardamos el café de cada tarde no sin cierta amargura reciente y viva como un muerto) viejos amigos cómo lamento esta falta de todo que ofrecerles mi ignorancia y un poco de impotencia por las cosas que ocurren por ahí (se ha hablado mucho de la guerra del genocidio y de cierta probabilidad de exterminio parcial o total de la especie humana) pero hablen cómo les va sin nadie cómo les va en la nada sin tener que pulirla para ligar un hueso cuando ya no hace falta romper la noche con un tremendo aullido

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ANIMAL EXTRAÑO/LITOGRAFÍA un animal extraño me visita sin anunciar su inesperado arribo abre la puerta callado se desliza por entre los objetos oscuros de mi cuarto hasta alcanzar su sitio en el armario entonces vuelve hasta mí su rostro y se establece nuestro impasible juego este animal conoce mis secretos ha visto

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bajo mi piel segregaciones semejantes a su orina ha sentido mi aliento abominable y en mis masturbaciones se ha estremecido un tanto también poseso del deseo él está hecho para andar por mí aún donde yo mismo me ignoro evidenciando mis temores y mis aspiraciones este animal era temible antes era un niño malcriado una criatura hostil que despertaba mi sueño en altas horas y en el cuarto contiguo como para un concierto indeseable el amor afinaba sus sordos instrumentos ahora es distinto ese animal es todo para mí es el amor el trago la costumbre que nos amamanta el sitio predilecto un viejo amigo que sabe su deber: un animal extraño que siempre me visita y me sorprende

LENGUAJE DE MUDOS siempre nosotros apresurados vistiéndonos a tientas acariciando nuestra piel adentrándonos en nuestra temible verdad afeitándonos comiendo calculando las fechas la proximidad del año nuevo un posible viaje a Varadero con los amigos atemorizados frente al espejo vacío ante la posibilidad de que alguien nos sorprenda (deseando dolorosamente que alguien nos sorprenda) en esta batalla sin tregua contra la adolescencia que nos abandona (cómplices también de los adolescentes apañadores a toda prueba de sus intenciones más subversivas en la clandestinidad evidente de sus melenas -dejando crecer también nuestros cabellosamigos hasta la saciedad de sus señas de sus discursos entre dedos mirándonos en el azul sin condición de sus camisas en la presencia de sus collares de santajuana y de sus amuletos de madera pulimentada y cáscara de coco identificándonos con ellos) dejamos escapar nuestros discursos nuestras interminables sentencias que no repetirán parapetados tras el único lenguaje posible por ahora:

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R u t a d e C r e a c i ó n

la elocuencia aprendida de los gestos la frustración a simple vista de sus maneras y sus posturas importadas lenguaje de mudos que no les pertenece siempre nosotros tomando el ómnibus atravesando la ciudad y el miedo atravesando la ciudad y el miedo nuestros pulmones llenos de nicotina frotando con cera nuestro rostro como si no fuera posible demorarse un poco más en el baño continuar la lectura del libro que interrumpimos anoche escribir a la madre intentar la restauración de las relaciones con los viejos amigos siempre nosotros apeándonos en la misma parada de siempre volviendo el rostro para cerciorarnos de que nadie nos sigue -siempre volviendo el rostro- presas del temor de echar a andar marchamos libres bajo la noche de flancos impenetrables de manos arañadas sintiendo esa mitad de todas las cosas apretarse contra nuestra piel esa dura porción de ti mismo que adviertes en los otros la desesperación la soledad como una espada resplandeciente en medio de los ojos para ser el saludo que nos reconforta la canción que asciende inadvertidamente hasta los labios: el semejante

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PREPARATIVOS INNECESARIOS un día te da por acaparar las cosas más disímiles comienzas a reunir botellas hebillas con herraduras y águilas bicéfalas corbatas diseñadas con motivos egipcios plumas de avestruz cencerros candelabros brújulas relojes haces tu primera incursión a las casas filatélicas adquieres colecciones completas de estampillas sobres de primer día representando las piezas teatrales de los autores más cotizados de la actualidad mariposas locomotoras humeantes la toma de La Habana por los ingleses consultas el horóscopo prevés la posibilidad de una peregrinación a la Meca un viaje a las pirámides compras o consigues que te faciliten manuales de latín de griego de sánscrito aprendes de memoria trozos de Homero

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de Ovidio varias gacelas de Hafiz el monólogo de Hamlet devoras los recuerdos de la infancia pasas horas íntegras en el cuarto de baño contemplando tus gestos adecuándolos al viraje de la realidad a una comunicación que te has empeñado en sostener con los mudos al parecer todo está listo no has olvidado por supuesto mostrarte la lengua ante el espejo y lo que es mucho más importante: las señas las señas que debes repetir hasta que aprendas ese lenguaje tan confuso de los dedos en el que debes recibir y devolver el saludo de tus cómplices trazar aún muchas palabras sin sonido muchos deseos feroces de gritar de oír tu propio grito por dentro las risas de los amigos que te llaman intercambiar todavía muchos cigarrillos una cantidad incalculable de sonrisas guiños de ojos pitillos de sorber cola para que llegue al fin tu noche y sepas de repente que lo que has estado aguardando durante tanto tiempo que eso para lo cual has malogrado lo mejor de tu vida [eso que durante años te obsedió hasta hacerte suponer que encontrarlo sería como recuperarte] aparecerá a la salida del trabajo entre el vocerío de los que disciernen sobre los temas más cotidianos para cruzar tan sólo unas cuantas palabras harto conocidas y echar a andar protegidos por algo al parecer perfecto que no retendrán tus abundantes confesiones de este instante ese olor inaudito que surge de alguna parte desde algún ángulo increíble de la noche que anulará todas tus perspectivas tus preparativos como fiesta de pobre ante la inminencia brutal de lo imprevisto

(De “Lenguaje de mudos”; 1968)

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SIEMPRE ESTUVO EL AGUA O SU RECUERDO siempre hubo alguien entre tú y yo siempre hubo algo poderoso intercediendo siempre estuvo el agua o su recuerdo o una presión suavísima de telas colaborando sumisa clandestinamente a nuestro placer

R u t a

LOADA LA SOMBRA

d e C r e a c i ó n

apenas si la sombra accede a conceder relieve a esos objetos en pugna con su realidad fantástica los manubrios de un velocípedo la línea del balcón las persianas simétricas que te ocultan 54 loada la sombra 55 que ha de cubrir tus ojos como la muerte cubría las pupilas del guerrero homérico

PERO EN EL VIENTO SU RUMOR LLEGABA ámalo pero ámalo como si todo hubiese concluido y pasado como si desde el futuro más remoto recordaras el vino de tus mejores años el verano de mil novecientos ochenta el catorce de abril / cuando fue tuyo en un hotel cercano del mar cuyas ventanas no daban al mar pero en el viento su rumor llegaba y él venía a ti como una ola muriendo a las orillas de tu cuerpo

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NO VUELVAS A LOS LUGARES DONDE FUISTE FELIZ no vuelvas a los lugares donde fuiste feliz [a la isla que con él recorriste como Adriano los dominios de su imperio con el muchacho de Bitinia] (ese mar de las arenas negras donde sus ojos se abrieron al asombro fue sólo una invención de tu nostalgia) extraviado en medio de la noche no puedes recordar has perdido los senderos del sueño y despiertas buscándolo en el ocio y el juego de los soldados y su lengua extraña a tus oídos había sido para él un descubrimiento en ese día hecho para crecer en la memoria de ambos como las montañas que entonces los rodearon di adiós a los paisajes donde fuiste feliz vive la plenitud de la soledad en el primer instante en que asumes la separación como si ya su estatua en ti elevada por el amor para la eternidad fuera esculpida contra el cielo de aquella isla contra sus ojos más grandes y más pavorosos que el silencio

(De “Para festejar el ascenso de Ícaro”; 1987)

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R u t a d e C r e a c i ó n

TULIO MENDOZA BELIO

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(Rancagua; 1957)

ENTRE LA MÚSICA Y EL SILENCIO Intencionalmente abandonas el poema en un acto de entrega, lo dejas sobre la página como un cadáver reluciente o un niño que sueña dentro de otro sueño el día que amanece.

Escribes y completas en silencio lo que escribes (ya lo sabes: esa inoída voz se levanta entre murmullos para escuchar el aire).

Y soplas el fragmento de un misterio, la flauta dulce que se hace bosque, la rama que cimbra en la oscuridad tu secreta noche, tus huesos, un rayo que te alumbra el desconsuelo e inaugura la dicha en calma.

Intencionalmente te haces a la mar, reclamas la presencia de una nave o unas alas o la vela que se infla y te lleva hacia otras orillas lejanas.

Eres y no eres tú, sombra que anhela luz, oscuridad de rodillas ante islas que no sabes nombrar, pero que dan a ver algo nuevo.

Intencionalmente has dejado todo como está, para que venga alguien a descifrar la entrega, la devoción que has puesto entre la música y el silencio.

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OFICIO DE SASTRE Al director de cine, Wong Kar-wai.

Sabe de memoria su silueta, el abismo, la figura de su sueño; ha hilvanado en noches de secreto el suave cuerpo de la muchacha, con paciencia, con mariposa devoción por el encanto, contigo; ha palpado esa piel en la seda, en la tela de su envolver presentes, en el pespunte que indaga su mano, la máquina de coser ardores; ha olfateado el aroma de ese traje a la medida, en él ha entrado convulsionando el instante, transpiración de los sentidos, alfileres; con trágica dignidad ha escuchado los gemidos, la queja del deseo, sabe de memoria ese molde que nunca ha recortado, que tose en los pasillos insalubres del hotel mientras se desatan las nubes; ha vuelto, después de tanto tiempo, a recordar la mano entre sus piernas, en sus nalgas, en su escroto de luz, que nunca olvidará su oficio de sastre, su dedal de oro, su aguja de carne, la silueta, el abismo, la figura de su sueño, el suave cuerpo de la muchacha…

(Inéditos, exclusivos para esta edición) PARA ELLO ELIGES LA MEJOR EDAD Te pasas horas pensando en la resurrección de la carne, en el destino de los labios, en la forma secreta del beso, en su pública insolencia, en la pasión que desata su lengua y en cómo permanecerán, mucho después, el sabor y el contacto que tu cuerpo fue exigiendo al tiempo y a la oscuridad.

Rescatas, aunque sea por breves instantes, el álbum de los besos (antes que el viento reparta nuevamente sus hojas), y juegas a volver al momento de cada boca, al sudor y a la saliva, a la sal y al encanto que guardas, celosamente, bajo siete llaves. Imaginas no ya el beso mismo (ni su esencia ni la materia que lo contiene),

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R u t a

sino lo que había antes del beso: un temblor sostenido que presagiaba la caliente perfección del tacto, una humedad clandestina (de seguro interesante a esas horas), un aire que sólo respiran los que saben hasta perder la cordura. Terminas cediendo, (poquísimos resisten la fiebre azul de su impulso), obsequias, gustoso, tu cuerpo duro y exacto al júbilo de verte como un nuevo Lázaro cruzando desnudo de la cama a la bañera.

Para ello eliges la mejor edad: Un oscuro porqué transita fantasmal este universo.*

d e

EN TU HERMOSA MATERIA* En ese entonces buscaba contemplar algo más bello e intenso que el Cristo de San Juan de la Cruz, algo cuya perspectiva puesta en un fondo azul, como en el cuadro de Dalí, me entregara intactos una forma y un sentido; algo más bello y deslumbrante aún que el San Sebastián de Guido Reni, que provocó, como sabemos, la primera eyaculación de Mishima; algo ante cuyo rostro, hombres y mujeres sintieran el milagro de ver por vez primera el mar y tocar un cuerpo con los labios.

C r e a c i ó n

*Del poema “Dolor de cosas que ignoro” de Luis Antonio de Villena.

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En ese entonces ya te buscaba, ahora sé que te encontré. *Del poema “XVI. Un hombre con su amor” de Luis Cernuda.

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STRIPPER A menudo quisieras desnudar tu alma, (el cuerpo ya es puro encomio, elogio evidente) y piensas en el escenario justo, algo que valga la pena, no ya el sacrificio, mas la dicha de encantar espíritus gemelos, presencias incorpóreas que lo dicen todo con un aura que es savia emanando su luz y uno sabe que están ahí, aunque no veamos nada, sentimos su perfume, la sal de su perfección, el fósforo de su silencio, la música de su sosiego; una fuente de calor, tal vez a nuestro lado, diciendo que ya es hora, que es verdad, que ese que ven allí, es el stripper de todas las noches del mundo.

PIERCING Un aro en cada oreja, en cada dedo un sueño, alfileres y clavos, tetillas perforadas, ombligos bajo llave, puntas, un Príncipe Alberto, prepucios imantados por un metal que no es de este mundo; orificios, expansiones, el catéter y la sonda, todo un río de gótico perforar; cejas cortadas, púas que brillan cuando el ojo de vidrio recibe fósforo; un clip de oro anunciando un pubis azul, un prendedor, un gancho, una cadena, el corazón traspasado de delicia, dicen, de sado, de maso, de esquizo; un candado sobre el cuero negro, frío, brillando su ocio puro, su olor a piel; en la lengua un botón metálico, el roce de otra lengua en un juego de saliva y sonido, el crótalo del deseo, el imán de la dicha; una cadena reluciente sobre la tibieza y tus ojos, tus finos ojos maquillados...

(De “Alacrán de la belleza”; 2008)

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DICE TIC-TAC, TIC-TAC Dice tic-tac, tic-tac cuando lo que realmente quiere siempre decir es tac-tic, tac-tic.

R u t a d e C r e a c i ó n

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ERIZO DE MAR El erizo de mar avanzaba por la superficie de la roca.

Sus púas eran la perfección de un movimiento genéticamente combinado.

Relucía en su elegante lentitud, en su pereza de siglos.

Era un erizo negro, no comestible.

En la parte inferior de esta belleza hay una boca llamada “linterna de Aristóteles” (el filósofo la describió). Tiene cinco voraces dientes de carbonato de calcio que raspan y despedazan y crecen en forma continua para compensar el desgaste que sufren.

El amor es un erizo de mar.

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DEBAJO DE LAS PIEDRAS Debajo de las piedras, hay un mundo cerrado, una húmeda atmósfera de seres que buscan el calor de la noche, un roce secreto entre cuerpos y rizomas, una efervescencia que bulle en una lengua de silencio y un cielo de mármol.

Debajo de las piedras, el espejismo del escorpión azul, su veta luminosa, la araña que teje pensamiento y enciende las semillas, la mirada detenida que toca élitros y descifra el zumbido en clave debajo de las piedras.

Debajo de las piedras, el barro es un lecho extendido en mitad de noviembre, la lluvia se cuela por calles y rincones, susurra gotas de nostalgia sobre el tórax de los insectos, los despierta, lubrica sus patas que sienten la respiración de los hombres.

Debajo de las piedras, no vuelan los pájaros la bóveda del aire, no dice la luz la callada mano en los cristales, ni los bueyes la tristeza de sus ojos mansos, ni rompe el anillo el espacio de su otoño, su reloj de arena que espuma el tiempo y tensa el arco.

Debajo de las piedras, sucede la catedral y sus vitrales, la muda comunión de alas y quinina, el deambular de antenas y coleópteros, de orugas y larvas, metamorfosis y pupas transparentes en augurio y presagio y resina, debajo de las piedras.

Si levantas una piedra, rompes ese mundo, cambias el universo y sus viejas constelaciones, iluminas lo que luz no necesita, quiebras la música, invades la privacidad de las raíces y sus venas de agua y la claridad salina cuando levantas las piedras del camino.

(De “El laurel y la ceniza”; 2017)

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R u t a d e C r e a c i ó n

MARCELA ALBORNOZ DACHELET 62

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(Talca, 1962) EL MISMO CIELO Para qué decir una cosa por otra y esconder la piedra en la lluvia cuando mirado desde aquí en este balcón de tierra, en este escenario de fin de mundo en esta sur azul América en este territorio en esta patria está tu mismo cielo en una sola luna en las mismas estrellas la misma que cuelgas en el ojal de la lengua.

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LA INUTILIDAD DE LA POESÍA Pero el tiempo invisible alumbra lo que no leímos en la letra diminuta Inútil nos tatuamos en la lluvia haciendo líneas en la arena de las manos con una parsimonia irreverente la inutilidad de la poesía desenfrenó el fin de las incertidumbres.

Quisimos ser insobornables pero la poética acusó recibo y destino aunque no nos engañemos la palabra también se cae de las manos y de la boca, lo que es peor lo que es inútil.

INSOBORNABILIDAD Pero el tiempo no registra la secreta puerta de los sueños no soñados los conjuros tampoco fueron ciertos nunca hubo magos, ni brujas ni hadas.

Lo comido y lo bailado brinca en la punta de la lengua lo impublicable lo indecible del mundo, sólo somos insobornables y hay que darse con una piedra en el pecho.

(De “La insobornable inutilidad”; 2003)

VÉRTIGO Y LENGUAJE Una palabra cuelga /se descuelga / desbarrancada de la línea sin límite / turbadora hasta las últimas consecuencias/ se levanta de la cama del insomnio y se deslengua

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allí desvirgada / poseída / endemoniada clama por los ángeles que la han abandonado.

No hay nadie.

Ningún eco a su lengua de vértigo ningún vago espíritu que la salve a las tres de la mañana.

Escribe líneas como carta de un suicida.

R u t a

renunciaron a una herencia de libros antiguos / una palabra bastaba 64

C r e a c i ó n

Algunos perdieron la capacidad del asombro y se ocultaron

d e

ASOMBRO

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Ah, la historia inmediata / y el suave tenue asombro de la palabra que nos nombra era tan simple desacostumbrarse.

Ahora transita la memoria / irrenunciable de una calle que nunca nos dejó.

EL CLANDESTINO Le llamábamos el clandestino a riesgo de ser sorprendidos in fraganti atravesando la penumbra de una palabra / contraseña / inventando jerigonzas -códigos- señales / bastaba un gesto / para ese mar de besos.

Las paredes no hablaban / se erguían sólo para sostenernos.

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EL MISTERIO En puntillas con los zapatos en la mano, atravesábamos el patio adivinando lo que nuestra memoria nos dictaba / a tientas / en la inmensidad de la noche llegaban uno a uno los misterios después de preguntarnos ¿Y ahora, qué haremos para volver?

(De “Todos los destinos”; 1999)

LULÚ NO SE CASÓ CON TOBI Lulú no se casó con Tobi -se casó con otroElla se mira en el espejo de un Narciso que le corta sus bucles y le entierra su muñeca en el jardín.

DEDOS Los dedos dentro eran pequeñas voces en la punta de la lengua tu mano era una palabra no dicha así como lo imaginado lo que se piensa sin la voz terrena de las cosas tu rostro descansaba en una pausa a pequeña distancia de mis piernas y tus dedos vaciándome hurgándome llenándome de palabras el silencio.

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ADIVÍNAME

R u t a

Mírame de noche, adivinando si muevo los dedos, si sonrío, o si cierro los ojos cuando amo.

Hay una tibieza que me asoma una dulzura de agua entre mis piernas el corazón en los ojos y en mi lengua toda mi boca, todos mis dedos se me asoman.

Ven a habitarme con tus ojos tu boca tu lengua.

SOLTANDO TRENZAS Entra en mi río navégame de agua, de luz sobre el océano Ahora que la vacilación atraviesa mi orilla te come tu destino húndete en el fondo de mi río, y el hilo que la pende se ha cortado, en el fondo soy buena. ve a buscar las trenzas que has tirado al río que un día era océano, como una isla de tu propia soledad 66 destrenza nuevamente los hilos de la memoria 67 y abre la tríada cintas de tus trenzas sueltas. d e C r e a c i ó n

Ya sabes que a oscuras el cielo se toca con los dedos mojados y las piernas húmedas son orillas de playa cuando la piel es un naufragio que resiste las olas.

Caballitos de mar abandonando una calesita que nadie subirá.

Apenas la voz es una lengua que baja y se encadena donde nace otra lengua otro dedo otra mano otro rostro mientras afuera llueve a cántaros y aquí adentro mojados hasta el alma como huesos empapados a la intemperie del tiempo terminan por anudarse a una trenza imaginada que se hunde en el río.

(De “Cosas al oído de Lulú”; 2005)

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ogrรกfico n o M

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M o n o g r á f i c o

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VISIÓN CRÍTICA DE LA GENERACIÓN DEL 38: CONTEXTO SOCIO-POLÍTICO Y SU INFLUENCIA EN EDUARDO ANGUITA por Leonidas Rubio

SE ABREN LAS TRINCHERAS La de 1938 es la generación intelectual que choca de modo frontal con el momento social y político del Chile previo y simultáneo a la II Guerra Mundial.

Lo primero que cabe observar es que muchos de los actores intelectuales y literarios de la llamada generación del 38 fueron bastante precoces y ya tenían bibliografía

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antes de ese año paradigmático. La del 38 es una identidad cultural que toma conciencia de sí misma en función de un período protagonizado por el alessandrismo y el ibañismo. La política de ese momento se expresa no tanto en las instituciones como en los disturbios callejeros y la militarización de la sociedad expresada en una abigarrada variedad de vertientes paramilitares: milicias socialistas, milicia republicana, grupos de choque nacistas, brigadas rojas internacionales, por nombrar las más relevantes. En este panorama ocurre el hecho de violencia política que mejor marca a la generación: la matanza de 60 jóvenes nacistas en el edifico del Seguro Obrero, en pleno centro de la capital. Con ese hito se cierra una etapa y se abre otra sindicada por el contubernio de partidos de centro-izquierda asociados en el Frente Popular, que inyectan en Chile formas de burocracia elevada por primera vez a la categoría de estamento. A partir de ese cambio en la dirección del control político se gesta el nacimiento de una nueva clase intermedia entre la burguesía (formada por una aristocracia terrateniente en decadencia y por una pequeña cúpula empresarial) y los sectores obreros. Éste nuevo segmento, la clase media, esperará consolidarse en base a la educación, el ejercicio de las profesiones liberales y las fuentes de trabajo ligadas al sector servicios. Querrá ser receptora del Estado subsidiario y a poco andar verá que se ha vuelto dependiente e instrumental, resintiendo todos los golpes de la inestabilidad política, para terminar asfixiada y abandonada por los mismo partidos que la generaron, los que pronto dirigen su atención y su propaganda ideológica hacia los sectores más pauperizados e incultos,

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fáciles de adoctrinar y condicionar con la estrategia del clientelismo y la dependencia. Utilizada por derechas e izquierdas pero luego olvidada por ambas, la clase media se convierte en el campo de experimentación de los intelectuales, que provienen de ella misma, en un afán permanente de autoafirmación y buscando siempre una salida para su atolladero. La clase media nutre la actividad literaria, amén de la administración del Estado. Los escritores del 38 en busca de asidero se refugiarán también en la burocracia o en el servicio diplomático, siendo aún inestimable o simplemente no aquilatado el aporte que realizan en esta área. Presentes en todas las embajadas y en todos los consulados, los escritores, en su mayoría profesores, abogados o simplemente desertores de las carreras humanistas de corte liberal, muchas veces autodidactas e idealistas, hicieron de la administración pública su trinchera de sobrevivencia y concluyen sus vidas las más de las veces convencidos de haber servido una idea de país que los escucha pero no los atiende, que no tiene rumbo, que no es capaz de asestar el golpe decisivo al retraso cultural y económico chileno.

Los jóvenes del 38 ven a sus mayores como la imagen abominable de aquello que les espera: ser funcionarios, ser piezas del sistema que detestan. Al oportunismo o al populismo le oponen el idealismo activo, la denuncia y la protesta. Al egoísmo y al tráfico de influencias le oponen la lealtad y algo que resultará decisivo: la capacidad organizativa como modo de resistencia y de protección de la identidad.

Proliferarán los grupos literarios a manera de sociedades secretas o logias; los órganos de difusión se

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Las vanguardias intelectuales se articularán en torno al género editorial de revistas y antologías porque ellas tienen la flexibilidad que el dinamismo de la situación exige, facilitan la reacción rápida, permiten hacer causa común a un contingente nutrido de autores, generando una esfera de protección y complicidad, un compromiso compartido. La revista es capaz de dar una sensación de organicidad más allá de la cohesión interna o de una pretendida solidez ideológica que la sustente; infunde seguridad e intimida al adversario.

Las revistas y antologías serán la herramienta de la batalla literaria.

Son los años en que Braulio Arenas irrumpe en el Salón de Honor de la Universidad de Chile para interrumpir

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el acto de homenaje que la Alianza de Intelectuales -órgano de difusión de la Internacional Comunista- le brinda a Neruda. Y Braulio Arenas dice ‘yo protesto porque Neruda se atreve a usar de la palabra sin antes haber dado cuenta del resultado de las colectas que organizaba a favor de los niños españoles...’. Acto seguido es prácticamente linchado por un grupo de incondicionales nerudianos apostados en el evento a la manera de comisarios personales. Esta nueva ética disidente entrará en colisión con los partidos tradicionales, aún aquellos de reciente formación: el Comunista (fundado en 1922) y el Socialista (fundado en 1933), cuya lógica se inspira más bien en la incondicionalidad con directrices dogmáticas y la práctica del cálculo y la oportunidad. Los escritores independientes serán vapuleados desde 70 uno a otro extremo del espectro político. 71 Algunos mantendrán militancias partidarias de bajo perfil en partidos de izquierda, que no les serán suficientes para blanquear su malditismo y mucho menos para blindar su marginalidad, cuyo corolario será las más de las veces un abigarrado cronograma de suicidios y muertes prematuras en extrañas circunstancias: así lo atestiguan Héctor Barreto (1917-1938), Jaime Rayo (1916-1942), Omar Cáceres (19041943). Antes ya había ocurrido con Alberto Rojas Jiménez (1900-1934).

M o n o g r á f i c o

harán sustitutos de los libros. Sus fuentes preferenciales pasan a ser las revistas y las antologías. Ejemplo de lo primero son “Acción Chilena” (editada por Vicente Huidobro); “El Estanquero” (co-editada por Eduardo Anguita), “Mandrágora” (editada por el colectivo surrealista del mismo nombre), “Multitud” (editada por Pablo de Rokha), “PRO” (También vinculada a Huidobro), “Claridad” (editada por la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile), “Trabajo” (vinculada a la intelectualidad de derecha nacionalista); “Caballo Verde” (dirigida por Neruda), etc. Ejemplo de lo segundo son la “Antología de Poesía Chilena Nueva” de Anguita y Teitelboim (1935); la Antología “8 poetas jóvenes” de Tomás Lago (1939); la “Antología del Verdadero Cuento en Chile” de Miguel Serrano (1938) y la “Antología 41 poetas jóvenes” de Pablo de Rokha (1942).

PREPARANDO LA MATANZA DEL SEGURO OBRERO Poca cosa puede hacerse por entender este período si no se toma en cuenta el episodio del 5 de septiembre de 1938, al punto que nos atrevemos a dividir la

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historia en un antes y después del Seguro Obrero, reconociendo la matanza de 60 jóvenes rendidos en este edificio como la piedra angular o bautismo de sangre del régimen democrático liberal que se instala a partir de entonces y hasta el golpe militar de 1973.

Dentro de las formaciones políticas de ese período probablemente no existe un caso más original que el del Movimiento Nacista chileno y el del Partido Socialista de Chile, ambos segmentos fuertemente resistentes a la hegemonía comunista dentro de las corrientes de inspiración popular. En efecto, las identidades políticas del movimiento socialista por un lado y del nacional socialismo o “nacismo” chileno por otro, no distan demasiado en aquellos años. Ambos usan camisas pardas, boinas y brazaletes con sus respectivos emblemas; ambos se declaran americanistas e independientes del dominio de cualquier estructura partidista internacional, es decir, ambos son básicamente nacionalistas; ambos proponen un modelo de desarrollo basado en el control de nuestras riquezas nacionales como una expresión de autodeterminación económica a la vez que de soberanía; ambos se han hecho

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fraternos en la lucha callejera contra las milicias republicanas alesandristas y contra los grupos de choque comunistas, que los ven como rivales por igual. Los electores nacistas, que adhieren al primer ibañismo, luego de la masacre garantizan el triunfo político del Frente Popular. Esta relación entre sectores socialistas y nacistas es tan estrecha que, extendida también hacia el radicalismo, es González Von Mareeés junto a González Videla quienes lideran la disidencia antialesandrista en el parlamento. Cuando González Von Marées es detenido por pronunciar un discurso contra el candidato alesandrista y ministro de hacienda Gustavo Ross (el “ministro del hambre”) es Gabriel González Videla quien presenta su enérgico reclamo en la Cámara por la violación del fuero parlamentario del líder nacista y luego de la masacre del 5 de septiembre es González Videla y el diputado Raúl Marín (también radical) quienes lideran un proceso acusatorio en el parlamento para aclarar las responsabilidades de la masacre, mismo que no prospera por la oposición de diputados alesandristas y comunistas en colusión. Esto no debe sorprender, si se piensa que la lealtad entre ambos grupos ha quedado sellada ya el 21

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de Mayo de 1938, cuando con motivo de la inauguración del período legislativo los parlamentarios nacistas, socialistas y radicales-ibañistas han abandonado el parlamento justo cuando va a tomar la palabra el Presidente Alessandri, momento en el cual se produce una refriega al interior del Congreso en la que González Von Marées dispara un tiro al aire. El Presidente del Senado ordena la detención del líder nacista para iniciar el trámite de desafuero en la Corte de Apelaciones.

Durante la tarde Carabineros e Investigaciones irrumpen en el Congreso con el fin de detener a González Von Marées, el cual es defendido en las puertas de su oficina por Gabriel González Videla. El diputado radical es arrastrado hasta un cuartel policial y el diputado nacista herido a culatazos es trasladado hasta la Asistencia Pública. Gabriel González dirá luego: “aquí estalla la violencia entre el Gobierno y la Oposición” (“Memorias” de G. González Videla; 1975). González Von Marées dirá por su parte el 23 de mayo siguientes, según consta en el boletín de sesiones respectivo de la Cámara de Diputados: M o n o g r á f i c o

“Digo que son un símbolo esa pistola y ese balazo, porque ellos han sido la advertencia dada por la izquierda política de Chile, férreamente unida y a la que nosotros los nacional socialistas nos honramos de pertenecer, de que ella está dispuesta a imponer sus ideales, que son los del pueblo, por la razón o la fuerza, con ley o contra la ley.”

Adviértase con qué sentido distinto del actual era comprendido el concepto de 72 izquierda política en la época. Por otra parte Marmaduke Grove, líder natural 73 y fundador del socialismo chileno se hace presente al otro día de la masacre del Seguro Obrero y acompaña las exequias junto a una brigada de jóvenes socialistas en la misma sede del Movimiento Nacista. Y desde el punto de vista doctrinario debe señalarse que no es extraña tal convergencia, ya que el socialismo chileno es originalmente un bloque de grupos de inspiración anarco-nacionalista y filantrópica, siendo el componente marxista sólo una de las facciones internas y no precisamente la mayoritaria. De hecho el socialismo inicia su vida política con el golpe de Estado del comodoro Marmaduke Grove, quien instaura una República Socialista que suspende el Estado de derecho y gobierna en base al recurso del decreto durante 12 días.

HÉCTOR BARETO, EL PASAJERO DEL SUEÑO. El 23 de agosto de 1936 es asesinado en la vía pública el joven escritor Héctor Barreto de 19 años, militante socialista. La tragedia pasa a revestir las características de una fatalidad voluntaria, aún más si se observa que las circunstancias que rodean el crimen tienen tanto de asesinato como de suicidio. Relata Miguel Serrano en “El último avatara” (1983) que la noche de su muerte Barreto salió del Café Volga junto a un grupo de amigos después de un intercambio de insultos con jóvenes nacistas que irrumpieron en el lugar. El asunto pareció diluirse pero las trampas del odio ya estaban tendidas y con esa ceguera que da el coraje mal conducido, los nacistas esperaron a sus rivales en la calle. Al llegar a avenida Matta los grupos se enfrentan, hay tiros, un socialista es herido en un pie. Barreto desafía al pistolero

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a pocos pasos, se quita su anillo y lo levanta gritando al tirador: “pasa la bala por aquí”. Luego da la vuelta ofreciendo la espalda y se separa del grupo, caminando indiferente con las manos en los bolsillos del abrigo. Al doblar una esquina recibe una bala en el estómago para luego caer al pavimento dónde otro agresor indeterminado patea su cabeza rompiéndole la zona frontal.

No es un modelo de economía lo que está en juego, sino un modelo de ser humano, la lucha de dos titanes que marcan su territorio, que se igualan en potencia y no caben en un mismo espacio. Es la época en que Chile fue movido por el espíritu colectivo así como los tiempos de hoy son los del individuo. Por eso el cuerpo de Barreto fue consagrado al panteón del socialismo chileno poniéndolo a celoso resguardo de cualquier otro que pudiera reclamarlo. Poco tiempo faltaría para que, del otro lado, otra bandera se tiña de sangre.

5 DE SEPTIEMBRE DE 1938 Aunque el incidente no es parte de ningún evento político programado, la muerte de Héctor Barreto prepara en cierto modo la masacre del Seguro Obrero que sacudirá el país 3 años más tarde. Ambos hechos tienen en común la crueldad inusitada. Sin embargo los hechos del 5 de septiembre de 1938 en gran medida no tienen precedente en nuestra historia. La imagen de 30 jóvenes rendidos caminando con los brazos en alto desde la Universidad de Chile hasta la Torre del Seguro Obrero donde serían ejecutados junto a otro grupo de igual número, son el signo y emblema de un país castigado, para el que no existe respeto ni piedad,

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mucho menos honor en la lucha. Se les ejecuta por orden presidencial directa, hecha cumplir sin dudas por el General Humberto Arriagada, Director de Carabineros. El testimonio del periodista Raúl Morales que transmite desde el interior del edificio durante las ejecuciones, da una idea de los hechos: “16 hrs. 15 minutos: Desde la ventana se ve el desfile de los rendidos en la Universidad. Pasan lentamente con los brazos en alto por la calle Morandé. Se pierden. Pero luego regresan. Están ahora frente a nuestras ventanas, heridos algunos, con los brazos en alto todos, en medio de la tropa hosca y enemiga.

Las puertas del Seguro se abren.

Vemos primero un muchacho alto, rubio, con un abrigo negro. Se llama Humberto Yuric. Tiene veintidós años. Estudia Leyes. Le siguen César Parada, Félix Maragaño, Francisco Maldonado y los otros. La larga caravana de los rendidos forman en filas de a cuatro en el hall. (...)

16 hrs. 35 minutos: ¿Qué pasa?

Llega el eco de los disparos aislados.

En detonaciones corridas de a cuatro o cinco. Luego silencio, y otra vez disparos. Parece que balearan en pisos o piezas separadas. A ratos algunos gritos, algunos gemidos extraños, como las palabras de un espantoso idioma. Quedamos alelados en nuestro escondite. ¡Los matan! ¡Los están matando! Hay una pausa en los disparos. Un silencio pesado que oprime.” (“La profecía política de Vicente Huidobro”, Enrique Zorrilla; 1996.)

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Y Carlos Ibáñez se entrega en el regimiento Buin declarando “Yo no necesito golpes para ser elegido Presidente”. Desautoriza, pues, el pronunciamiento, aún cuando él mismo lo ha instigado directamente y les ha entregado el único armamento con el que contarán los alzados, un fusil ametrallador que los jóvenes del Movimiento llamaban graciosamente “el saxofón del general”. Cuando lo recibieron Ibáñez les dio no sólo un incentivo sino su respaldo personal, dirigiendo a Óscar Jiménez palabras inequívocas: “prepárense para actuar” Y es lo que hicieron.

El testimonio de uno de los 4 sobrevivientes, Alberto Montes, rescatado personalmente de entre los heridos por el diputado Raúl Marín Balmaceda, no deja dudas sobre el ensañamiento de los ejecutores:

Así mueren 59 jóvenes entre 18 y 33 años, en su mayoría estudiantes, más 2 funcionarios del Seguro Obrero que permanecieron en el lugar. La opinión pública se desconcierta. Los periódicos se saturan de testimonios y declaraciones de indignación. González Von Marées se entrega a la policía y queda preso junto a otros cabecillas. En una carta dejada en manos del militante Enrique Zorrilla, El Jefe, se hace responsable político de los hechos. El poeta Vicente Huidobro se presenta en casa de Carlos Ibáñez con el fin de exigirle explicaciones, pero sólo consigue exponerse a linchamientos y pesquisas policiales. Es detenido durante 6 días. A su salida el 13 de septiembre publica en el diario La Opinión un artículo llamado “Queremos Justicia” en el que aprovecha de responder a Neruda, que lo ha tildado de fascista y ha guardado riguroso silencio en relación a la matanza.

Huidobro dice que esa actitud “sólo prueba la canallada de un bacalao (sic) enfermo de odios recónditos”. Por su parte Carlos Droguett escribirá inspirado en este tópico uno de los mejores libros reportajes de la narrativa chilena: “60 muertos en la escalera” (1953).

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“Después nos hicieron salir a nosotros, obligándonos a pasar encima de los cadáveres de nuestros compañeros y nos empezaron a balear con las carabinas, los revólveres y pistolas que empuñaban los oficiales. Después nos repartieron por las escaleras y allí nos repasaron con bayonetazos y culatazos. Yo quedé con 4 balas de revólver en el brazo y la pierna izquierda.

Quedé finalmente botado entre el 5° y 6° piso con la cabeza abajo. El lugar de la ejecución tenía 6 metros de ancho. Un cabo iba disparando sobre los caídos. Comprendí que me daban por muerto. Algunos centinelas se sacudieron un momento sobre el estómago de los difuntos para comprobar 74 su muerte.”

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A un año del brutal acontecimiento, en 1939, Miguel Serrano se incorpora definitivamente al Nacional Socialismo en su versión chilena, manteniendo una especial cercanía con el segundo hombre de la organización, Óscar Jiménez. Éste encabeza las columnas de manifestantes cuando una tarde el futuro embajador se incorpora a la lucha social sin ambages. En “El último Avatara” lo recuerda de este modo:

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“Es un mediodía, estoy de pie en la calle Ahumada de esos tiempos, que aún conservaba la atmósfera de una calle europea antigua. De pronto, se escuchan tambores y clarines. Por los confines con la Alameda comienzan a avanzar banderas, estandartes. Muy pronto se transforman en un bosque rojo ondulante, como olas y marejadas. Se elevan canciones, voces viriles, marciales. Es el nazismo, son las tropas aguerridas que marchan... Allí no había doblez ni hipocresía.”

Está lejos de ser el único en pensar que la crisis social puede tener su vía de escape a través de la disciplina y el compromiso organizado en una estructura de vanguardia integrada por jóvenes (en su mayoría universitarios) e intelectuales de clase media (en su mayoría abogados). Sin embargo muchos otros comparten este concepto sólo en lo referido a la disciplina, a la integración de lo civil con lo militar, poniendo el énfasis de la composición social de la vanguardia en otros estamentos, a saber, la clase obrera según unos y la oligarquía según otros. La táctica militar se extiende pues, a todas las capas sociales. El desarrollo de esa generación es simultáneo a la Guerra Civil Española y a la II Guerra Mundial. Paradójicamente en Chile se entra en un período de virtual Pax Romana, en tanto la intelectualidad dividida pasará a representar simbólicamente las partes que se disputan el poder en las grandes deflagraciones externas. El ibañismo pasa a encriptar sus vínculos más paramilitares y fija una alianza estratégica con el peronismo argentino que representa en rigor el primer gobierno de cuño fascista en el continente, como fue perfectamente analizado por Alejandro Magnet en su libro “Nuestros vecinos justicialistas”, de 1953.

MOVIMIENTOS LITERARIOS DE LA GENERACIÓN DEL 38

Un sector relevante de la generación del año epónimo pasará a nuclearse en torno a corrientes fuertemente permeadas por las grandes ideologías de postguerra. Así el sector aglutinado por la “Antología del Verdadero Cuento en Chile” legará a la posteridad al menos 5 nombres de primer nivel en la actividad literaria de la segunda mitad del siglo XX: Miguel Serrano, Eduardo Anguita, Carlos Droguett, Juan Emar y Braulio Arenas. Este último como es sabido pasará a ser eje articulante del movimiento surrealista Mandrágora. No es exagerado decir que estos grupos alcanzaron matices próximos a la vida de sectas.

Entre ambas cofradías se iniciará un gran solitario: Gonzalo Rojas. Un poco mayores en edad, tendrán su período de oro creativo dos de los poetas más determinantes y trascendentales de la poesía chilena contemporánea: Humberto Díaz Casanueva y Rosamel del Valle, que convergen como una suerte de bisagra o movimiento a dos voces, en sí mismo.

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Otro segmento que fue reactivo a la Antología del años ‘35 de Anguita y Teitelboim se aglutinará en torno a la tendencia neo-modernista de “poetas de la claridad” que tendrá como principal legatario a Nicanor Parra. Otro grupo no menor pero mucho menos interesante se alineará con el realismo socialista a la sombra del estalinismo, como fue el caso de Nicomedes Guzmán, Baldomero Lillo y el propio Teitelboim. Algunos de sus aprontes fueron dados por el propio Neruda y el efímero movimiento “angurrientista”. El resultado de la actividad política de las autodenominadas “Alianzas de intelectuales por la Defensa de la Cultura” y otras corrientes afines no pasaron de ser una introducción de la obsecuencia militante y la instalación de la guerra fría en Chile, cuya máxima tensión se alcanzó hacia fines de los años 50, contribuyendo desde la literatura a un clima generalizado de infiltración estalinista que terminó por inspirar la aplicación de la “Ley de Defensa de la Democracia” durante el próspero gobierno Radical de Gabriel González Videla (p. 1946-1952). El punto literario más alto y menos doctrinal de esa tendencia, sin duda el más psicológico y polisémico de nuestros realistas, será Manuel Rojas.

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Anguita por su parte decantará en la conversión social cristiana y una acérrima profesión de fe católica. Antes de esa conversión predecible y poco alentadora tendrá un pasaje de reedición de su propia vanguardia con el insólito movimiento “David”, articulado desde la revista del mismo nombre. En este imposible, ficticio “movimiento” casi unipersonal (con el apoyo moral del arquitecto José Edwars), Anguita se propone como meta “pasar de la videncia a la potencia y de la potencia al acto”. Este propósito de borrar los límites entre vida y obra son afines a los paradigmas de literatura comprometida de las primeras vanguardias francesas, que, en rigor, Vicente Huidobro se encargó de diseminar por Chile en los años 20.

Anguita fue asiduo asistente a los salones de Huidobro y fue durante toda su vida un explícito tributario de la influencia huidobriana.

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Los propósitos vanguardistas en la etapa formativa de Anguita se pueden resumir en este párrafo: “El anhelo y la característica que exhibe la llamada “Generación del 38” los he resumido, repetidas veces, en ciertas palabras de Kirilov, uno de los personajes de Demonios, de Dostoievski: “Toda mi vida he querido que existiera algo más que palabras. Sólo he vivido para eso. Para que las palabras tuvieran un sentido. Para que fueran actos”. Mutatis mutandi, ya que Kirilov era nihilista, sus palabras pueden servir, generalmente, de enseña, aunque nunca ninguno de nosotros la pronunció ni tuvo en cuenta en aquellos tiempos de nuestra juventud literaria. Por otra parte no hemos

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sido los únicos poetas chilenos animados de la voluntad de “convertir las palabras en actos”; cabrían también bajo esa fórmula el Grupo de “Los Diez”, la Colonia Tolstoiana y tal vez, otras tentativas de índole romántica.” (“Miguel Serrano en la generación del 38”; artículo; “La Belleza de pensar; 1987. Cf. “Anguitología”; 1999) En otros registros de opinión Anguita será aún más explícito en advertir las dos líneas ideológicas, las dos vertientes desde las cuales habrá de desprenderse la subcultura literaria que se dio en llamar “Generación del 38”. Estas dos matrices son (1) el marxismo militante y (2) la línea ocultista o esotérica. En una página de su madurez lo señala de este modo: “(...) Nuestra generación se embarcó en una empresa moral (...) en un cambio de sistema y costumbres, cambio de la conciencia. He ahí el nexo de todos los que formamos en ella, ya sean los que se comprometieron ortodoxamente con el marxismo, o los que, disparando por otra vía, buscaron la sabiduría esotérica y la magia como también, el peligroso método de David para disolver el dualismo antagónico entre Bien y Mal (...) En todos nosotros primó (...) una búsqueda de la realidad chilena, que era, naturalmente, nuestra propia realidad, tal vez ocultada por muchos prejuicios, por la misma estructura de una sociedad determinante de una literatura convencional (a la que todos opusimos una negativa cerrada) literatura que salvo poquísimas excepciones, era pobre en nuestro país, rudimentaria; carente de propósitos de vigencia extraliteraria, frente a la cual vimos, por contraste, los destellos fulgurantes de una literatura extranjera de vanguardia (...).” (“Páginas de la memoria”; rec.; RIL Ed.; 2002) Parece evidente que esta literatura “rudimentaria y carente de propósitos de vigencia extraliteraria” es la poesía filo-modernista de principios del siglo XX y en narrativa lo es el criollismo de Mariano Latorre. Ambas tendencias, la narrativa y la lírica, parecen fundirse en lo que Francisco Contreras llamó “mundonovismo” con más afán polémico que con rasgos distintivos de un lenguaje.

EL PREMIO NACIONAL DE LITERATURA PARA ANGUITA En agosto de 1988 se anunció la entrega del Premio Nacional de Literatura a Eduardo Anguita. El autor de “Venus en el Pudridero” se convirtió así en el

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último escritor en recibir tal distinción de manos del régimen militar. El ministro de Educación que otorgó el Premio fue Juan Antonio Guzmán. El jurado estuvo integrado entre otros por Roque Esteban Scarpa y Juan de Dios Vial Larraín.

Se puede decir sin exageración que fue un premio rubricado por el catolicismo.

Cabe mencionar también que entre los postulantes de ese año figuraban Fernando González Urízar, Antonio de Undurraga y Benjamín Morgado. Al recibir la noticia, Anguita se permitió esta hipérbole: “[me encuentro] profundamente emocionado y agradecido con la distinción ya que existe consenso mundial en que la poesía chilena moderna es hoy la más alta y la de mayor calidad intelectual y estética de la lengua castellana”. El acta de premiación señaló a su vez que “(…) Especial consideración se ha tenido de la profundidad, belleza y exactitud mágica del lenguaje de su poesía” (Cf. Diario La Nación; 6 de agosto de 1988).

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A diferencia de Braulio Arenas, en el caso de Anguita ese Premio nunca fue buscado y no procede de un acercamiento político hacia la autoridad del período, al menos hasta donde nosotros sabemos. Como dato curioso, cabe mencionar que Anguita fue el Premio Nacional número 38 y recibió la distinción 50 años después del año que le dio nombre a su generación. Sin embargo al recibir el Premio el poeta señaló que era la “coronación de su trabajo de los últimos 40 años”, es decir, partiendo la contabilidad de su trayectoria desde “Inseguridad del Hombre” de 78 1948 y no desde su cuento “Las hormigas devoran a un hombre llamado David” 79 aparecido en la “Antología del Verdadero Cuento” de Miguel Serrano aparecida 10 años antes de su primer libro de poesía individual. Mucho menos parece haber considerado su punto de partida en la “Antología de Poesía Chilena Nueva” de 1935 que es, en rigor, su primera publicación a los 21 años de edad.

EL PAÍS MÍSTICO Y EL ÉXTASIS DE ANGUITA A partir de la crítica al mundonovismo y al criollismo se respiran ya los humores mórbidos de un asidero fatal; es el tópico de la “lucha contra el paisaje” que tanto sedujo a la intelectualidad posnaturalista, que Alone no dudó en considerar una prolongación tumorosa del naturalismo. La relación inarmónica con Chile como territorio y como nación empieza a ser juzgada en términos de tragedia, de ingredientes indeseables y destino imponderable. La lucha contra los elementos alcanza los ribetes de una especie de guerra santa. La naturaleza debe ser sometida ya no sólo con el afán de irrupción inaugural, el espíritu de ofensiva o conquista propios del mundonovismo. El proceso de fundación nacional ya se ha consumado y es el momento de la defensiva, porque los elementos sometidos conspiran con fines de venganza. Eduardo Anguita no estuvo ajeno a esta tentativa. No sólo integra el contingente inorgánico de los poetas ocultistas de la primera vanguardia; posee además la visión profética de un inspirado. Posee el espíritu mesiánico de un

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fundador de movimientos pero sin el carisma para conseguir prosélitos.

El planteamiento de una suerte de metafísica nacional (de fuerte componente spengleriano, por añadidura) es ampliamente desarrollado por Miguel Serrano en “Ni por Mar ni por Tierra”, cuya primera edición del año 1950 dice: “El clima psicológico que envuelve Chile es denso y trágico. Una fuerza irresistible tira hacia el abismo e impide que ningún valor superior se destaque, ayudado por el ambiente (...) Chile es como un hoyo entre montañas. Quien aquí cae no podrá salir ya (...) ¿Es la región, es la tierra, en su demoníaco encanto y su embrujo, la culpable del mal del alma? ¿O es el alma, seducida y enferma, la que despierta a los volcanes y llama al terremoto?”.

Anguita suscribe esta idea de “país secreto” con una proximidad tal, que colinda con la paráfrasis, como se observa en su crónica titulada “El peso de la noche”, aparecida en La Nación el año 1954: “Hay un tiempo lento, de siesta espesa, que ata al chileno con humedad de muerte (...) esta tierra, que tanta savia produce para crear, es también como un sol violento que marchita a sus hijos (...) Sin embargo en su propia naturaleza o frente al medio, el chileno espiritual deberá luchar contra la poderosa gravitación telúrica y lo que ella determina en nuestro ambiente.

Tarde o temprano el que hace algo caerá bajo el peso de la noche.”

Mucho antes ya ha estado influido por el hermetismo en una línea entre cabalística y pitagórica. Se ha persuadido de que al ser humano lo asiste una convivencia con lo sagrado en un ejercicio que conduce a estados de hiperlucidez semejantes a la catarsis. Así ha dicho en “Definición y Pérdida de la Persona” (1940): “Por cualquier circunstancia, ya interior, ya exterior, el hombre sufre el éxtasis. Nuestro cuerpo mismo se transfigura; visto desde arriba tal vez aparezca como una piedra iluminada cayendo desde el pasado, o mejor dicho, desde el tiempo, ferozmente transparente y como bajo el dominio de la cámara lenta. (...) Luego uno, iluminado por esa luz esencial que debe de ser muy semejante a la de Dios en vísperas de la creación, empieza a definir, a coincidir con los objetos: lo grandioso de este sentimiento es la coincidencia que uno lleva a cabo, parado, por así decirlo, desde el otro mundo”.

Este éxtasis es condición para el vuelo visionario a través de conjunciones numéricas y musicales que reafirman esta matriz pitagórica que ya he mencionado. Anguita ya conocía de sobra hacia fines de los años 50 la narrativa de Herman Hesse. Así lo hace notar él mismo en su ensayo “David o una moral poética” (1957), por tanto hacia principios de la década del 50 le eran familiares “Juego de Abalorios” (1943) y especialmente “Demian” (1919). Por tanto, no es de generación totalmente

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“Tal como los números respecto a lo sabroso de aquellas cosas que enumeran / no creas tú que es la relación de nota a nota lo que vale. / ¡Es el timbre capitoso del fagot o el oboe / y es la negra brillantez de la tuba / (...) / Eso es lo que te espera. No es la línea del agua ¡Es el agua! / Pero lo que todavía bebes / es la línea y el número del agua”;

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espontánea ni menos casual que llegue a decir estos segmentos de concordancia hermética, primero en “El poliedro y el mar” (1962) y luego en “Venus en el 80 pudridero” ([1967] 1984):

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“Seducidos, exasperados, no logramos / hacer nuestra la relación armónica. / Tú crees que es el cuerpo el que apeteces / Gusano, son los números! / Amemos con furor, odiemos con vehemencia: / 5 es a 8, 5 es a 8... rápido, rápido, / hagamos música y locura”.

Poesía hermética que no podrá propiciar estados de trance por sí misma pero será capaz de dar cuenta de ellos como un registro ritual, según lo que se propuso en su momento el movimiento David. Poesía visionaria, palabra de atisbo hacia un “otro lado”, más allá de la percepción ordinaria, allí donde el pensamiento razonado no es arma suficiente. Estos propósitos son animados por varios motivos colindantes con un desarrollo estético y psicológico de mayor complejidad que el de sus pares, pero en no menor medida también como una vía de escape o reacción al marasmo socio-político en que se sumergió el Chile de post-guerra. Ese estado de ánimo telúrico que fue refrendado por la propia tierra en el terremoto de Chillán de 1939, es el “peso de la noche” insoslayable en el que se gestó una de las voces más particulares de la poesía chilena del siglo XX. Hemos intentando seguir ese ciclo germinativo, pero estamos seguros de no haberlo agotado.

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EDUARDO ANGUITA: ARQUITECTURA Y TRANSFIGURACIÓN DE LA PALABRA por Tulio Mendoza Belio La obra poética de Eduardo Anguita Cuéllar (1914-1992), Premio Nacional de Literatura de Chile 1988, evidencia, dentro de otros aspectos, el logrado intento de luchar contra el carácter lineal del significante, esa camisa de fuerza, esa continuidad que avanza en la escritura mediante la adición de una letra tras otra, si consideramos la grafía, o mediante sílabas que se suceden. Nunca habrá una letra sobre otra, como sí puede suceder con la notación musical, con la música, con el canto. Del mismo modo en la oralidad: en un espectrograma, por ejemplo, se muestra claramente la sucesión de los sonidos. Y en este teclado en el que escribo por más que trate de marcar dos caracteres simultáneamente, siempre caerá uno primero y luego el otro. Incluso en los ideogramas chinos o en la lengua japonesa existe un orden en los trazos y no importa si esa línea material que es la lengua

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avance de derecha a izquierda, como sucede en árabe o en hebreo. Otro prodigio: para decir lo que digo esa línea no deja nunca de avanzar, así esté yo hablando de lo que acabo de decir y, por lo tanto, ya es pasado o de lo que voy a hacer mañana o de lo que podría haber hecho, pero nunca realizaré. El significante sin perder su esencia puede anular su esencia. Eduardo Anguita escribe: “No lamentes la ausencia de la semilla,/ ama grandemente el fruto dado./ La semilla debe morir.” 1

Unamuno en su clásico “Credo poético”, su arte poética, nos dice: “piensa el sentimiento, siente el pensamiento”, como si con este imperativo manifestara su voluntad de no encontrar razón para separar lo subjetivo de lo objetivo, lo racional de lo emocional, la inteligencia, lo reflexivo, de lo líricamente espontáneo, lo científico, de las humanidades. No hacemos un juicio de valor, sólo constatamos un hecho. Y traemos a colación esta idea ya que Eduardo Anguita, del mismo modo que poetas como Borges o Roberto Juarroz, podría considerarse como un poeta de pensamiento, que apela más a lo intelectual para que una vez resuelta la idea expresada, traducida a otras palabras siempre más extensas (otra vez el carácter lineal que ocupa espacio), el metalenguaje, pueda surgir lo emotivo en toda su honda dimensión o, por lo menos, provocar una apertura al misterio. De esto mismo surge el hecho de que ese “discurso de segundo grado” del cual habla Barthes pueda ser tanto o más interesante que el discurso de primer grado, la obra misma. Valéry, por ejemplo, quedó deslumbrado ante la explicación que daba en sus clases el profesor universitario Gustave Cohen comentando “El cementerio marino”. 2

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Octavio Paz nos dice que la poesía tuerce o desvía el mero hecho informativo de nuestra comunicación cotidiana y la transforma en un acto erótico: una erótica verbal. Así la palabra al romper de algún modo su carácter lineal, puede transformarse en espiral, en cubo, en geometría y levantarse de la página escrita.

Gonzalo Rojas hablaba en este caso de plasmación. Los caligramas de Apollinaire, el creacionismo de Huidobro y Réverdy, los artefactos de Parra, la llamada poesía concreta, llevaron la lengua a experimentar su potencial visual, siempre tratando de huir de la linealidad para darle otro significado en esa otra distribución en la página. Los logros son disímiles y van desde un modo simple de cortar los versos, de producir inesperados encabalgamientos, de trabajar la sílaba, hasta un abandono total de la palabra para transformarla en un objeto visual en el cual está visualmente ausente, aunque no mentalmente, ya que siempre tendremos que 82 “leerla” de algún modo, es decir, traducirla en palabras.

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. Anguita, Eduardo. Venus en el pudridero, ED. Universitaria, Santiago, Chile, 1979. Fotografías de Elsa de Veer. . Valéry, Paul. El cementerio marino [edición bilingüe]. El libro de bolsillo, nº 86, Alianza Editorial, Madrid, España, 1970. Prefacio del autor. Traducción de Jorge Guillén.

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El poeta Eduardo Anguita, una suerte de alquimista del verbo, trabajó la palabra desde la palabra, construyendo una especie de arquitectura verbal que es capaz de transfigurar y potenciar ese carácter lineal para desplegar profundos y emotivos aspectos de la existencia humana. En Anguita se puede apreciar un aspecto práctico que produce una experiencia desde la lengua. ¿Cómo nombro o describo una imagen, un cuadro, una fotografía, la escena de una película, una situación real que en nuestra percepción es algo simultáneo y no únicamente lineal como sucede en la lengua?

Por motivos de espacio daremos tan sólo un ejemplo evidente para describir lo que hemos denominado arquitectura y transfiguración de la palabra en la poesía de Eduardo Anguita. Nos referiremos a la deixis, que es la parte de la semántica y de la pragmática relacionada con las palabras que sirven para indicar otros elementos.

Palabras como “tú”, “hoy”, “aquí”, “esto”, son elementos deícticos que sirven para señalar personas, situaciones, lugares, etcétera. Este recurso, como se comprenderá, señala y configura una espacialidad y una temporalidad, lo cual se relaciona con la arquitectura. En su magnífico libro-poema Venus en el pudridero, la confrontación de los amantes, el “Tú eres aquello” y el “Y yo soy tú”, indica casi un diseño, una partitura, una ecuación: si tú eres aquello (¿qué será ese aquello?). Como “ser” es un verbo atributivo, “tú” = “aquello”. Y si yo soy tú, entonces “aquello” también es “yo”. Es un modo de realizar la unión físico-espiritual a través de la palabra que, paradojalmente, sólo puede expresar esa unión en la separación característica del significante lineal. Y luego para hacer una pausa explicativa (pausa aparente en esa línea que avanza y no se detiene, pero que entendemos en nuestro pensamiento reflexivo-emotivo como un discurso casi suprasegmental, virtual, que sucede en otra parte y que es ampliado y que, además, no ocupa lugar ni en el espacio de la página ni en nuestro cerebro), el poeta señala o más bien el poema: “Pero no al mismo tiempo” y que “Por eso entro y salgo”. Es decir que la unión carnal que, en el instante más intenso de la relación, forma una unidad única, y que Octavio Paz dice que es como si se abrazara a un fantasma3 y que es evidente ante la mirada, para ser dicha en la lengua debe crear esos recursos explicativos que aparentemente frenan la cadena significante: “Pero no al mismo tiempo”, es decir que la intimidad sentida y nunca expresada (una constatación) se tiene que hacer patente a través de alguna marca externa y por eso, además, se agrega una acción, el movimiento instintivo y rítmico, pero consciente de la cópula que, en el poema, es “Por eso entro y salgo”. Y luego Eduardo Anguita resuelve el problema arquitectónico de los versos que siguen mediante la descomposición visual de los nombres de los amantes, “Eduardo” y “Elisa”, en una nueva morfología en la cual el lector-oyente reconoce las marcas de esa lograda intención y cuya partitura debe necesariamente reproducir el lenguaje oral: . Paz, Octavio. La llama doble. Amor y erotismo. Seix Barral, Biblioteca Breve, Barcelona, España, 1993.

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E-duardoelisa E-lisaeduardo Elisaeduardo Eduardoelisa

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Eduardoe-lisa Elisae-duardo Elisaeduar-do Eduardoeli-sa

Y el poema nos habla de que “Se colapsa el vaivén”, de que termina ese impulso rítmico e instintivo del acto sexual y se disuelve y se resuelve y entonces no surge la ya clásica pregunta de los amantes: ¿Quién eres tú?, sino aquella que inquiere por el resultado de ese abrazo carnal y aparece la marca morfológica de la composición de un adjetivo mediante los pronombres personales y la conjunción copulativa “y”, cuya ortografía Anguita cambia por la vocal “i”, tal vez para no confundir visualmente con la “y” del pronombre “yo”: “tu-i-yo” que determina al sustantivo “fracción”: “¿a qué fracción tu-i-yo soy reducido? Es decir a qué fracción determinada en la que, evidentemente, estamos juntos he sido reducido yo. Y también nos preguntamos por esa indeterminación: ¿quién redujo a quién?

El poema insiste:

Y la escena se cierra por medio de una aseveración condicional e imperativa cuya 84 respuesta es proporcionada por el mismo hablante-amante, la cual hace referencia 85 a un aspecto denotativo y a otro connotativo y por lo mismo más sugerente, abierto y poético: Si alguien pregunta por mí, respondan: Salió y no puede entrar.

Entró y no sabe salir.

Hay una suerte de desdoblamiento: “Si alguien pregunta por mí” implica a un tercero y el poema habla de una relación de pareja; son dos, es lo que podríamos llamar el “eros amoroso”, es decir aquel que, como señala Octavio Paz, incluye la elección de una única persona.4 Esta aparición de un espectador-testigo al cual se lo ha invitado para testimoniar y, a su vez, para que pueda incluir a otros, le da un carácter social al acto sexual y lo sitúa en una dimensión ritual, sagrada.

Del mismo modo en los dos últimos versos se observa la prominencia de Eros sobre los amantes mismos al hacer referencia a la “ignorancia” o a la falta de práctica, ya que no puede ni sabe. Hay imposibilidad (poder) y falta de conocimiento (saber).

En este sentido recordamos a Fromm en su libro El arte de amar 5, en el cual 4

. Ídem nota 3.

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. Fromm, Erich. El arte de amar, Paidós-Contextos, Argentina, 2006.

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nos habla, precisamente, del amor, del amar, como un arte, como un aprendizaje porque es una facultad más que un objeto.

Salió y no puede entrar.

Entró y no sabe salir.

Esta clase de operación poética que hemos descrito mediante un solo ejemplo ilustrativo, es uno de los principales recursos utilizados por Eduardo Anguita en su poesía: una arquitectura de la palabra y de sus espacios (denotativo y connotativo) para plasmar una significativa transfiguración que, en el fondo, constituye lo exigible a todo verdadero poeta: lenguaje y visión de mundo.

Yves Tanguy©

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DAVID: O UNA MORAL POÉTICA

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Eduardo Anguita (Publicado en la Revista “Pomaire” N° 6, Santiago de Chile, 1957 y en “Anguitología”, 1999. Fragmentos. Se respeta puntuación del original.)

1. [El primer movimiento] David [1940] se propone, mediante un trabajo convulsivo de vaciar la realidad, primero, y, luego, mediante la progresiva proyección voluntariosa de la visión sobre el vacío, crear el estilo de objetos y de actos que funcionen orgánicamente, a semejanza del hombre, y en cuyo espacio y eternidad esté el hombre mismo incorporado y proyectado permanentemente tanto en su consumación como en su acrecentamiento.

2. Trabajo convulsivo.

Todo poeta, todo artista en el instante primero de la inspiración, pasa por

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un “estado en blanco”, en el que las convenciones lógicas y de toda especie caen estrepitosamente derrumbadas. El mundo se nos aparece falso, ajeno y fantasmal, carente de sentido. Sin esta destrucción previa, ¿cómo podríamos erigir el nuestro?

El caso más patético de esta exigencia lo constituyó Rimbaud. Cuando en 1938 ideé David, mi conocimiento del poeta francés era muy somero. Intuí sin embargo lo fundamental: llegó a un extremo tal de su visión que ya no le era posible avanzar más en su mera formulación sin sentir la exigencia metafísica de desprender de su videncia una conducta. Su “desarreglo total de los sentidos”, la necesidad de “hacer el alma monstruosa”, etc., atestiguan ciertamente que su rebelión fue de índole moral. Todo auténtico poeta lo sabe. Todos han sentido esta necesidad de vivir de otro modo: consecuencia del ver de otro modo.

David se trazó un camino propio; y para señalar esa primera etapa destructiva, colocó en el pórtico la sensación de Nietszche: “Nada es verdadero; todo está permitido”. Herman Hesse, con Demian, también se hizo presente: “Para nacer, hay que destruir al mundo”. Con nuestras propias palabras: Convulsión, convulsión y convulsión. Disolver la conciencia dual del bien y el mal; vaciar todas las categorías intelectuales y éticas. Nos disipamos. Limpiamos nuestros ojos y nuestra alma de todo temor y toda convención; de todo dogmatismo, hasta de los más respetables. Vivimos de otra manera. Nos levantábamos a otras horas. Rompimos con la piedad y los buenos sentimientos, así como nos defendimos de una moral al revés. o sea, de practicar exclusivamente “la maldad”. Quisimos ser libres, para, después, tal vez, elegir una moral a nuestra entera voluntad.

Una nota de aquel tiempo: “Vaciar categorías mentales Por ejemplo: utensilios de uso diario: vasos, tazas, sillas, etc. Primero: “ciscarse en la diferencia”.

Trastornarlo todo. Usar la copa de champagne para lavarse los dientes, etc. Levantarse a las 2 de la mañana; acostarse al mediodía. El rojo como luto. Vestuario, costumbres, cortesía. Después: proyección de nuestra vida en los objetos, hasta darles el uso que realmente creemos y queremos. La verdad poética como inspiradora”.

3. Realismo Cruel Romper la cáscara de convencionalismo que recubre toda soi-disant moralidad. “Buscar la verdad es, tal vez, buscar la tranquilidad “ (Chestov).

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Mi amigo José Edwards sintetizó en otra frase feliz esa conducta: “Poder -decía- sin ningún remordimiento, robarle la fruta a un ciego”. (…) Bruno Mussolini [sic] nos sobresaltó con un relato de las campañas de Etiopía: “Los niños, bajo las bombas italianas, reventaban como rosas hacia las alas de mi avión”. ¿Cómo aplaudir eso? me protestaron muchos. Les respondí mostrándoles poco después cómo los “humanistas” de otras naciones hacían cosas semejantes o peores… y nunca tendrían el valor de confesar sus crímenes, aún más: los envolverían en buenos propósitos y hasta ensalzarían con disfraces espirituales! Cuando Dostoievski, en un pasaje de “Crimen y Castigo” escribe: “ Sintió esa secreta felicidad que todo ser humano experimenta ante la desgracia ajena al saberse que no es él el desgraciado”, está revelando el monstruo que anida en el más piadoso burgués. Entiéndase bien que lo que nosotros buscábamos era una moral pura, absolutamente exenta de mentira y de temor, para lo cual se impone un profundo análisis, un tocar fondo en nuestros actos y “buenos sentimientos”. Sin revelar esa verdad de la naturaleza humana, ¿es posible sentir lo ético, lo religioso con autenticidad? Respondo, todavía respondo: ¡No!

Pero eso no bastaba. Nosotros queríamos una moral. Queríamos mucho 88 más que servirnos de la poesía actuante como instrumento catártico. Debía 89 venir después la síntesis, la verdadera síntesis entre nuestras instancias vitales, opuestas generalmente a los imperativos morales; una síntesis entre mi voluntad, arbitraria, y esa Necesariedad -arbitraria también aunque de otro modo opuesto- a que me somete el mundo de la lógica, que tampoco puedo desconocer.

Tengo derecho a pedir a la poesía ser un perfecto instrumento para conducir al hombre a la vida y a la verdad, a la verdad y a la vida, a esa rinconada palpitante llena de esmeraldas de animales, de ojos picachos soberbios al pie de aquél árbol de que hablaba Edwards, ese árbol donde el color verde unido a mi maldad funcione en el fuego voluptuoso de la Realidad, con todo mi yo adentro como un pontífice aureolado vestido por fin de sus parámetros sensibles al centro de las llamas jubilosas cuya ánima oscura él es.

4. Proyección voluntariosa.

No fue sólo el punto de partida lo que habría de proporcionarnos la Poesía, sino, principalmente, el ejemplo precioso de un tipo de “conocimiento voluntarioso”, como lo he denominado. En efecto, no hay actividad humana alguna que, como la Poesía (tomo este vocablo en su amplia

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acepción de Creación) dé al hombre la facultad sin límites de fantasear. ¡Sólo en ella puede el hombre todo lo que quiere! La diversidad infinita de la obra estética de millares de autores de todos los tiempos y culturas nos confirma el poder del deseo. Lo que nuestra voluntad apetece no sufre menoscabo alguno. La mera contemplación, la pura constatación objetiva hacen aquí un lugar a la voluntad. Y podríamos aseverar que conocemos íntimamente la Realidad únicamente cuando la tomamos y manchamos con nuestras manos para hacerla nuestra. La vehemencia nos regala la primera luz gnoseológica. Escribí entonces: “Al hombre le es imposible conocer desde fuera. Sólo puede conocer aquello que ha tocado, que ha trastornado violentamente, aquello que ha teñido con su deseo. A la ciencia y a cualquier clase de disciplina ataráxica opongo la voluntad y aquellas de sus manifestaciones más fuertes: la Poesía, la Religión. Miro pasar por su corazón las imágenes queridas de los sabios caldeos; de los sacerdotes aztecas: aquella ciencia teñida de sangre, irrigada de deseo, de la Edad Media; la Astrología, la Yatroquímica; la Yatrofísica, la Yatromedicina… en las que un elemento tan legítimo como el terror -cara oscura del deseoy tan profundamente concerniente, informaba las creaciones de mitos, dogmas y rituales. Veo clara la condenación de Galileo. ¿Cómo es posible ser tan vicioso como para concebir una Tierra satélite, un hombre no centro del mundo? Y, en cierto modo, Galileo continúa estando errado: porque es en esta Tierra, en este minúsculo grano de polvo, donde están los ojos y los telescopios, esta conciencia central que observa y formula la realidad del Universo! Allí están los mitos y la primitiva ciencia de los albores de la historia, las religiones como una prolongación de la tensión, la angustia y el anhelo humanos.

Porque entonces lo que el hombre pensaba o realizaba era su deseo.

El síntoma era símbolo, el sueño era acto, el creador se confundía con sus obras y jamás se desdobló en viciosa ubicación de objeto y no de sujeto. (…)”

5. Un estilo de objetos y de actos.

Es preciso el mito nuevamente, pero el mito creado por nosotros. Los actos, y los objetos, y las viviendas, y los espacios cerrados y abiertos, coincidiendo plenamente, como una proyección nuestra, con el destino.

Entonces, cuando le hayamos conferido ese sentido a todo lo que era exterior, nuevamente el hombre tendrá un gran poder. Creación en el estilo, en la búsqueda: descubrimiento en el impulso, en lo profundo.

Nueva magia, nueva liturgia. Símbolos sexuales y de todo orden. La imagen

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poética sirviendo de nexo relacionador entre los fenómenos del mundo que hoy vemos desvinculados. Un intenso e infatigable trabajo por la Unidad de la creación. (…)

Siguiendo la ruta [del movimiento] David, el hombre ascenderá: de la Poesía a la Poesía Práctica, de ésta a la Liturgia, y de la Liturgia a la Tragedia..

Poesía es el ejercicio de una videncia interna a fin de hacerla externa (mediante el lenguaje verbal, plástico, musical, etc.).

Poesía Práctica es el ejercicio de la poesía (ver definición anterior) para transformarla en vivencia.

M o n o g r á f i c o

Liturgia es el ejercicio de la Poesía Práctica para transformarla en actos.

Tragedia es un estado resultante de la compenetración real del yo y el NoYo mediante esta progresiva proyección voluntariosa. En otras palabras: fundidas las categorías superficiales tales como poder y fatalidad, coincide cierto destino físico -por decirlo así- con nuestra tensión teológica, forma 90 con libertad, necesidad matemática con voluntad espiritual: se logra un 91 estilo de actos que no son sino un tiempo o movimiento aparente de una eternidad inmutable pero conmovedoramente oscura y viva.

Según esta escala el hombre será, sucesivamente, Poeta, Hechicero, Sacerdote y Héroe. El Héroe: llevado por los hechos que él mismo ha concitado; todo, es una esférica relación armónica donde personalidad y Destino se conjugan sin prioridad causal. (…)

Arquitectura Trágica. En este procedimiento concebí la Arquitectura Trágica. Habitar y vestir con la dignidad de un sacerdote. Paramentos y moradas serán suscitados y creados conforme a mis deseos, a mis temores, a mi estilo anímico, a mis urgencias metafísicas. La arquitectura funcional es a la Arquitectura Trágica lo que la novela rosa es a la novela de Dostoievski.

Rechazo del orden exterior de lo Objetivo; proyección de lo Subjetivo en las formas. La Arquitectura debe salir de su primaria fase utilitaria en que yace y dar el paso a una Arquitectura humana. Símbolos, temores, anhelos, intuiciones, trasladadas a lo espacial-ambiental. Significaciones. Sentido.

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HONORES A EDUARDO ANGUITA por Leonidas Rubio

(Discurso de recepción del Premio Nacional de Poesía Eduardo Anguita 2012.)

“En la gran casa vacía hay luz, una luz vacía, dura, de una irritante serenidad.

En la casa no hay ruidos. Usted puede mirar por los pasillos, por las escaleras, Por las ventanas que se ven tan lejos del cielo blanco de la tarde.

Pero el viento pasa y no pasa.

Entonces, uno se da cuenta que, más que luz, más que aire, más que muebles, lo que hay es La palabra HAY. Hasta uno entra en la palabra hay, con una claridad que daría miedo si uno existiera.”

Así comienza su poema Definición y Pérdida de la Persona el poeta nacido en 1914 en Yerbas Buenas, provincia de Linares, con líneas de arquitectura metafísica y sospecha sobre la dudosa ubicación del ser, donde el sujeto existe menos que el lugar en que se inscribe y, no obstante, percibe una identidad en ese conjunto de impulsos que llamamos “persona”. Donde termina esa intuición de identidad empiezan los “otros”. La palabra instala a la persona, la determina y la diferencia, pero en la búsqueda de un punto de origen termina perdiéndola. Y si bien para Anguita la definición conducía a la disolución, la persona puede salvarse en esa permanencia de la palabra.

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No es raro que alguna vez, en un ya remoto comienzo del siglo XX, un movimiento de creadores se haya propuesto renunciar a la palabra que sea incapaz de volverse acción, en un afán de dar a la poesía una dimensión corporal y gestual, más allá del hecho verbal, que involucre el cuerpo y comprometa integralmente al sujeto que la emite. Este propósito persiste hasta nuestros días. La palabra se reproduce a sí misma y se sobredimensiona en los hábitos sociales, creando más y más

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trampas de conductas a la manera de objetos que colapsan el espacio en esa “casa del ser” que visualizaba Anguita -con la asistencia de Heidegger- en su proverbial poema. La poesía tiene ese poder creativo-destructivo allí donde el terreno del lenguaje es un campo minado de accidentes que degradan el Ser. La poesía es así también palabra para el silencio: al igual que en la música, el ritmo de los símbolos se van enunciando en asistencia mutua y detonan el sentido en el acto solitario de la lectura, que es siempre monólogo ritual. Las concordancias olvidadas se restablecen, las orillas de la herida vuelven a hacer contacto, la cicatriz posiblemente, sana.

M o n o g r á f i c o

Para el filósofo alemán Martin Heidegger, que sin duda fue pertinente a Anguita, la palabra es “la casa del ser”, donde no somos posibles sin la mediación de ese instrumento que pone sonido al signo y música a la idea. Allí radica el riesgo de la palabra: en su don creador de mundo, en su capacidad germinativa de sentidos.

La palabra deviene en trampa desde el momento en que configuramos nuestras relaciones a partir de ella y, con frecuencia, a consecuencia de ella. Aquí aparece la poesía como herramienta transformadora de la realidad, por su poder restablecedor de sentidos primigenios. En esa trama de objetos y seres que aparecen como “otros”, es decir, que nos hacen posible una percepción de identidad en función de no reconocernos en ellos, comienza el arduo proceso de encubrimiento de la persona. La asignación de roles que nos hace infelices desde la infancia va construyendo capas en torno a la conciencia y se hace cada vez menos visible el atributo genuino que veníamos a proponer, ese precioso ensayo de la naturaleza que es cada individuo. Todo este desastre se hace con la intervención de la palabra que antecede y modela las conductas.

En lo personal, como poeta, asumo la bancarrota absoluta de las palabras civiles que alguna vez fueron 92 paradigma. La palabra justicia 93 pertenece a una lengua muerta desde que en su nombre se levantaron muros, cortinas de hierro, campos de concentración, islas prisiones. Habrá que inventar nuevas palabras para recuperar los significados huérfanos.

La poesía misma es una lengua muerta, un dialecto perdido. Mi poesía se propone esa desprogramación crítica.

La poesía está llamada a producir un contra-aprendizaje, una contra-cultura, allí donde los lenguajes de la costumbre están obsoletos. Por eso llamé “Malas costumbres” al manojo de poemas que un jurado de pares distinguió con este premio cuyo nombre me honra.

Por vecindad con la mala fama y la mala muerte, rumoreada por las malas lenguas y las malas conciencias ya que la excede la crueldad de las “buenas”; deteniéndose en signos arquetípicos, energías primordiales, sexualidades desordenadas, deseos no canonizados,

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las historias más incómodas, menos correctas, menos visibles.

Anguita hablaba de “vaciar la realidad” para habitarla como a una nueva casa.

Si no lo hace la poesía, nada lo hará.

Así irrumpe su palabra indagada intensamente, con vocación de trascendencia, afincada en el vértice mismo entra la razón y la emoción, con compromiso existencial experimentado como plan de vida. Y es allí cuando sabemos que hay una palabra severa, rigurosamente decantada en la ambición de definir lo mítico, lo numinoso, lo inconsciente, lo religioso, lo simbólico, las paradojas del conocimiento, cual es la obra de Anguita. Este poeta se propuso la escritura como una misión aristotélica de posesión de Verdad, siempre desde la perplejidad de quien agota el sistema poético para exprimirle razonamientos, pero en algún momento debe conformarse con las intuiciones, las vislumbres, los atisbos parciales de totalidad, y no con las respuestas definitivas, que de cualquier modo serían inmovilizantes.

Así pues, la obra de Anguita es una sonda insatisfecha en los trechos más oscuros del ser, diferenciado de otras obras con propósito parecido por la misión auto-conferida de iluminar. No es el caso de un Díaz Casanueva cuya retórica circular busca los pavores para habituarse a ellos por dentro, desde la enunciación rapsódica o el timbre profético. No es el caso de Gonzalo Rojas que recorre el objeto periféricamente para agotarlo desde la declamación, la resolución puramente estética. En Eduardo Anguita lo tópico es búsqueda de salida de emergencia. Por eso aunque le cuelgue el traje forzado de “poeta hermético” y su lectura no sea predilección de

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los jóvenes buscadores de audacias o estridencias, su poesía siempre será un sitio recurrido para los ansiosos de trabajo ontológico sin concesiones y sin desmedro de la belleza, el ritmo, la analogía creativa, la libertad de asociaciones semánticas fértiles en hallazgos.

No es menos cierto que el yacimiento de la poesía de Anguita tiene un punto de origen en la influencia de Huidobro.

Esto se confirma por un acercamiento personal entre ellos que alguna vez revistió el cariz de relación maestrodiscípulo, pero en Anguita hay una toma de conciencia de especificidad, de dones particulares, que lo hicieron divergir del guía inicial no tanto por intención como por ejecución. Se ha dicho antes que Huidobro tuvo la extraña suerte de ser un inspirador sin continuidades ni rebaños dóciles en su entorno, y no por nada esa dificultad en dejar seguidores ha sido la gracia de su cantera germinativa, a diferencia de un Neruda y un De Rokha que estuvieron siempre rodeados de aduladores y repetidores. Pero del delta huidobriano arribaron proyectos tan disímiles como el grupo Mandrágora, detentores del automatismo y el tremendismo que se venía auspiciando en las vanguardias europeas, y muy por otro lado la propuesta de Anguita, antitético por excelencia de ese estilo al que antepuso la depuración, el método, el trabajo compositivo.

Su poesía abusa de la inteligencia, pero la necesitamos. Dijo cosas que ya no hace falta volver a decir y fue, qué duda cabe, el más solitario habitante de nuestra reciente historia literaria. Cómo no conmoverse ante la elocuencia soberbia de su ficticio grupo

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de poesía David, del cual hizo proclamas no atendidas por nadie, planes de trabajo y hasta asambleas unipersonales, donde le tocaba ser el adalid, propagandista, inspirador doctrinal y a la vez el único militante. Y allí quedan como caudales inconmensurables de poesía los manifiestos del movimiento David, para que busque quien sepa buscar, para que vea quien sepa ver.

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Quisiera volver al gesto humano, con sus alcances épicos y lúdicos, poéticos y filosóficos, de ponerse como se puso Anguita al frente de una causa imposible, absurda por maravillosa. El itinerario que supuso para la gestación creativa fue sistemático, pero cruzado por asignaciones de sentido que excedían su poder práctico. El “despojar la realidad”, el “estado heroico”, “estado en blanco”, el “trabajo convulsivo”, son amagos de técnica precisamente allí donde son sensaciones, percepciones abiertas, expansiones de conciencia y no elaboraciones intelectuales. Los plasmó con intención de teorizar pero allí donde los realizó con plenitud no pudo ser otra cosa que poesía: “Definición y pérdida de la persona”, “El poliedro y el mar” quedan allí como perlas inequívocas de la poesía universal, como testimonio de un esfuerzo humano por redimir el mero acontecer biológico de la vida y obtener la diferenciación, la individuación jungiana, la justificación personal preciosa. Para estas convicciones creyó convencerse de que el cristianismo en su vertiente católica tradicional podía ser su aliado. En mi caso descreo de esa idea, pero no puedo menos que admirar la coherencia con que atrapó los simbolismos y les devolvió sustancia esencial allí donde la repetición de ritos 94 mecánicos ha desnutrido de todo poder trascendente a las costumbres religiosas. 95 Destaco su capacidad poética de liturgia. Y el hombre que en todo momento buscó evadir lo superficial es también el sujeto que define la capacidad de percepción poética con el concepto felino de morronguear, es decir, internarse en las capas intermedias entre el sueño y la vigilia con la actitud del gato, con los reflejos en extrema alerta y el cuerpo laxo, con observación participante. No se puede mejor modo de capturar la conducta de ociosidad incansable y contemplación activa, que es la identidad del poeta.

Puedo discrepar de él cuando asegura que Rimbaud se convirtió al cristianismo en la última etapa de su Temporada en el Infierno; puedo sentir que mi credibilidad disminuye cuando pone en boca de un sacerdote algún pasaje de sus poemas de hablante múltiple, pero ni aún allí puedo dejar de admirar el engranaje de su construcción poética y el impacto de su incapacidad de renunciar a sí mismo, a su ética, acaso su dogmatismo, detrás del cual asoma siempre la originalidad de un realizador entrenado en los peligros de ir a las esencias, las materias en estado puro: muerte, miedo, fe, amor, misterio, silencio.

Si hay cosas que debo agradecer, entonces, hay una de la que estoy seguro: la de sumar mi nombre, con este Premio, al recuerdo del poeta veraz que fue Eduardo Anguita.

Linares; 30 de mayo de 2013

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EL POLIEDRO Y EL MAR (Fragmento, [1963] 1984) EDUARDO ANGUITA I Me ha sido dado un poliedro frente al mar: un cuerpo muy sólido pero invisible, una compacta reunión de lejanías, con todo su silencio endurecido, toda su ausencia próxima, y cuanto más palpable, despojado.

Era dulce dejarse ir por sus aristas más veloz que la mirada vuelve al sol, ciego volar sobre la línea pura hacia un encuentro: cuando quise pensar en dónde estaba, tuve un vértigo: ¡la arista, la línea, no era nada!

Deslicé por la nada que forman dos caras del poliedro besándose: del beso lineal quise subir al labio, tenderme en las superficies, reposar por fin en la extensión dorada.

Así, mientras lo hacía, desdeñé el azul profundo del océano desde mi valle de cuarzo fantasmal.

Mas, ¿qué es eso? La extensión también era sólo límite puro: ¡donde un volumen iba a nacer, otro cesaba!

En ese silencio cortante, en ese filo más exiguo que entre beso y boca, ¿había yo creído tocar la substancia?

Sólo era volumen contra volumen despojándose: ¡y eso que era la nada, inasible y fugaz, con cuánto amor ausente me atraía!

Frente al océano exclamé: ¡Todo no es más que lejanía!

–¿Qué sabes tú? Cien niños juntos, cada uno de diez años, ¿suman mil años?

No sé. Arrojé al mar el poliedro porque tuve conciencia que me había mentido.

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II Cuando el besar del vino hace saber al labio, ¿sabes tú lo que sabes?

Allí en el vino se reúnen, de tantas partes han venido, sabor, color, olor y cuántas cosas más: la suave pesantez, la penumbra hecha llama se juntan allí como en un simple ejemplo.

Pero eso no es el vino.

Contempláis un grabado en blanco y negro. Como niño, lo dais vuelta por ver si la calle continúa al dorso o el rostro muestra al otro lado la desconocida nuca de la infanta.

Habéis llorado, tal vez, buscando. No comprendisteis que es sólo una ilusión para esperar.

M o n o g r á f i c o

O bien: Tras la flexible caricia del agua, presente sólo para retirarse cuando quieres cogerla, está, no lo húmedo, lo fresco, lo que inunda y aniega.

Hay otra cosa. ¡El agua también es un ejemplo!

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Vemos el mundo, las avenidas, la boca viva en profundidad,

[tibieza, blandura y consistencia; vemos el mar, concentrado y extenso, moviente y fijo. ¡Quien nos lo hubiera dicho en un grabado!

El rostro del sol -que aún ahora no podemos mirar- no es el sol.

Sólo es el sitio donde estará el sol.

El olor del verano es sombra de olor.

El sabor del durazno, ¡sombra de sabor!

Tal como los números respecto a lo sabroso de aquellas cosas que enumeran, no creas tú que es la relación de nota a nota lo que vale. ¡Es el timbre capitoso del fagot o el oboe, y es la negra brillantez de la tuba! ¡Viola, tus vinos sustanciales acogen al sol en tu ramaje humano, ángel caliente en el oído de la miel, venas frutales, la sangre del estío y la abeja de oro que corona la cuerda de la vida dichosa que he de oír!

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EDITORES LEONIDAS RUBIO

(Curicó, 1970) Es poeta y ensayista. Estudió Música, Pedagogía en Castellano y Periodismo entre 1990 y 1997. Es Técnico Jurídico de profesión (2005). Miembro del Taller de Poesía de la Universidad de Concepción (1990). Becario de la Fundación P. Neruda y miembro del Taller de Poesía de esa institución (1991). Premio Nacional de Poesía Eduardo Anguita (2012). Ha realizado proyectos de creación y fomento lector con respaldo del Fondo del Libro y la Lectura del CNCA entre los años 2000 y 2018. Ha publicado 7 libros de poesía.

RODOLFO DE LOS REYES

(Curicó, 1970) Es Periodista y Licenciado en Comunicaciones de la Universidad ARCIS (1998). Diplomado en Humanidades de la Universidad de Talca. Colaborador de diversos medios de prensa. Dirigió los proyectos “Los Escritores Alunizan en la Biblioteca” (2013) y “Revista Literaria de Colección La Victoria de las Letras” (2015), ambos con respaldo del Fondo del Libro y la Lectura del CNCA.

COLABORADORES DELFÍN PRATS

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(Cuba, 1945) Es poeta y traductor ruso-español. En su país ha sido Premio David de Poesía (1968); Premio de la Crítica (1988) y Premio Maestro de Juventudes (2009). Ha publicado “Lenguaje de Mudos” (1968); “Para festejar el ascenso de Ícaro” (1987); “El esplendor y el caos” (1991); “Abrirse las constelaciones” (1994) y “Streptease y eclipse del alma” (2006). El año 2013 fue publicada en España su “Obra Poética 1968-2013” por Editorial Hypermedia, edición crítica a cargo de Yoandi Cabrera.

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(Rancagua, 1957) Poeta, narrador y ensayista. Es Magister en Artes con Mención en Lingüística y traductor francés-español por la Universidad de Concepción. Miembro Correspondiente de la Academia Chilena de la Lengua. Premio Municipal de Arte de la Ciudad de Concepción (Chile, 2009). Premio Stella Corvalán de Poesía, (Talca, 2015). 3 veces Premio Literario Nacional Óscar Castro (Rancagua, 1998, 2001 y 2005). Entre sus libros más recientes destacan “En tu hermosa materia” (2005); “Alacrán de la belleza” (2008); “Otras palabras” (2010); “El laurel y la ceniza” (2017) y “El hombre del cuchillo y otros cuentos” (2016). Es Editor de Ediciones Etcétera de Concepción.

MARCELA ALBORNOZ D.

(Talca, 1962) Es poeta, Diseñadora Gráfica y Magister en Ediciones por la Universidad de Chile. Entre sus libros destacan: “De puño y letra” (2000); “La insobornable inutilidad” (2003); “Cosas al oído de Lulú” (2005) y “Todos los destinos” (2007). Fue co-autora de “Poetas del Maule.

Antología para el Bicentenario” (M. Rafide; N. Nómez y M. 98 Albornoz; 2007). Actualmente es Directora de Ediciones de la Universidad de Talca y del Centro de Extensión Cultural de 99 esa casa de estudios.

E d i t o r e s / C o l a b o r a c o r e s A u t o r e s d e A r c h i v o

TULIO MENDOZA BELIO

AUTORES DE ARCHIVO EDUARDO ANGUITA

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(Chile, 1914-1992) Fue poeta y ensayista; diplomático y asesor de publicaciones de Editorial Universitaria. Premio Nacional de Literatura en 1988. De su bibliografía destaca “El poliedro y el mar” (1962); “Venus en el pudridero” (1967); “Poesía entera” (1970) y “Definición y pérdida de la persona” (1984).

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LEOPOLDO MARÍA PANERO

(España 1948-2014) Fue escritor, poeta y ensayista.

Estudió Filosofía y Letras en la Universidad Complutense y Filología Francesa en la Universidad de Barcelona. Vivió desde 1989 en hospitales psiquiátricos hasta su muerte.

Premio Estaño de Literatura (2003) y Premio Quijote de Poesía (2005). Su extensa obra poética está contenida en 2 volúmenes de Ediciones Visor: “Poesía completa. 19702000”. (2001) y “Poesía completa. 2000-2010” (2013). En tanto sus “Cuentos Completos” fueron publicados en 2007.

A ello se suman 6 libros póstumos entre los que destacan “Acerca de un posible testamento” (ensayos, 2016) y “Lirios a la nada” (poesía, 2017).

ALFREDO ZITARROSA

(Uruguay, 1936-1989) Fue cantante, compositor, periodista y escritor uruguayo. Premio Municipal de Poesía de Montevideo (1956); Premio Artigas de Folkloristas del Uruguay (1965); Medalla de Oro por difusión discográfica durante 4 años consecutivos (1965-1968) y Disco de Oro en Festival Internacional de Montevideo (1969). De su extensa discografía destaca: “Del amor herido” (1967); “Adagio a mi país” (1973); “Guitarra Negra. Contracanciones” (1977); “Melodía Larga” (1984) y “Melodía Larga II” (1987). De su bibliografía póstuma destacan: “Crónicas y entrevistas para Marcha” (2001); “Fábulas materialistas” (2001); “Por si el recuerdo. Doce cuentos” (2002) y “Sonríe Muerte” (2011).

RAÚL GÓMEZ JATTIN

(Colombia, 1945-1997) Poeta con estudios de Derecho de la Universidad Externado de Colombia. Se dedicó en forma paralela a la producción y realización teatral. Con numerosas internaciones en hospitales psiquiátricos y centros penitenciarios, murió en extrañas circunstancias en Cartagena de Indias. Entre sus libros destacan: “Retratos” (1992), “Esplendor de la mariposa” (1993) y “Libro de la locura” (2000). En 2004 se publicó “Amanecer en el Valle del Sinú. Antología poética 1980-2000” por Ediciones Fondo de Cultura Económica de México, edición a cargo de Carlos Monsiváis.

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