Periódico Habitante 7 - Edición 53

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Villa Flora

Edición

Especial

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El Jordan

Historia de un cuarentón

Febrero 2015

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Pág. 14

Mucha tela

que cortar Escuela Mayor del Tango

@Habitantesiete

Distribución Gratuita

Periódico Habitante Siete

10.000 Ejemplares

www.habitante7.com


Editorial

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Dirección Luis Fernando Muñoz Gómez Comité Editorial Colectivo de Comunicaciones Comuna 7 Comunicadora Thilma Navarro

Historias de barrio E l barrio es más que un lugar para vivir, es reflejo de esfuerzos compartidos, sueños construidos a punta de pico y pala, un entramado de afectos y valores para atesorar de por vida en nuestros recuerdos. Una herencia invaluable comprendida por historias, personas, casas, parques y carreteras. El lugar que habitamos, frecuentamos y convivimos le brinda características particulares a nuestra identidad, forja nuestra actitud como ciudadanos y nos brinda la oportunidad de reconocernos como habitantes de una ciudad a la que apreciamos, fiscalizamos y recorremos.

Redacción Fernando Muñoz Gómez Thilma Navarro Luis Felipe Álvarez Maria Paola Zuluaga Leandro Vásquez Sánchez Lizardo Rodriguez Botero Joana Lucrecia Rivera

En nuestra edición N° 50 realizamos un recorrido por el pasado y presente de los barrios Bello Horizonte, Cádiz, Ciudad Central, Córdoba, Curacao, El Diamante, El Volador, La Cascada, López de Mesa, Los Pomos, San Germán y Villas de la Campiña con el interés de recopilar cada una de las anécdotas que le dieron vida al territorio que hoy compartimos y reconocemos como Comuna 7 – Robledo.

Diseño y Diagramación Christian Camilo Quintero Organización Ejecutiva Mundo Urbano Comunicaciones Impresión Carvajal S.A Los artículos firmados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y pueden ser reproducidos citando la fuente. Cll 75 # 69-194 PBX: 441 66 46 periodico@habitante7.com

Sin embargo, nos quedamos cortos el papel y las letras de una sola edición, no fueron suficientes para enmarcar el sinnúmero de historias que construyen la memoria de los más de 40 sectores de Robledo. Hoy les compartimos una selección de seis barrios y tres sitios significativos para nuestra comuna, con el objetico de darle continuidad a las tertulias con los primeros habitantes o con sus descendientes, a la búsqueda en nuestros archivos de las reseñas históricas de los barrios y al inventario de fotografías que datan de sus inicios como vecindarios. Nuestro agradecimiento abraza a todos los artesanos de recuerdos, participantes y constructores de cada artículo: los niños, los líderes comunitarios, los vecinos, las instituciones, redactores y al equipo de investigación de la Corporación Construyendo: Eulalia Hernández Ciro, Nataly Moreno Restrepo, José Daniel Segura Muñoz y David Gonzalo Henao Alcaraz. También a quienes aprecien su legado y gestionen propuestas de conservación y memoria histórica de nuestra Comuna, de esta acuarela urbana entrañable donde la memoria de sus residentes promete enriquecer la vida ciudadana del futuro. “...si de pensar la ciudad que queremos mañana se trata, hemos de pensarla también en función de sus barrios de hoy, no solo como las sobrevivencias de antaño que son, sino como partes integrales de su existencia histórica que deben volver a ser”. (Fernández, 2010)

ISSN 2322-8628

Contenido La iguana

Pilarica

Santa Margarita

Las cometas

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La historia de mi barrio

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Por Luis Felipe Álvarez/ lj202.felipe@hotmail.com

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l 28 de agosto de 1986, el Gobierno de Belisario Betancur, fundó el barrio Villa Flora, ubicado en la comuna 7 de Medellín, a través de su proyecto bandera, denominado “Plan Alcancía”.

La Villa de Flora

El objetivo de esta administración fue urbanizar el sector que contaba con un terreno amplio donde se podía construir un gran número de casas, las cuáles serían otorgadas sin cuota inicial a familias que no contaban con vivienda propia. Ángela María Estrada, residente del barrio, narra cómo las primeras personas empezaron a habitar estas casas que se construyeron en bloques unifamiliares. “Acá llegaba gente de todas partes de la ciudad buscando la manera de comprar una propiedad y les decíamos, apresúrense que esto es sólo habitable para 1.500 familias”, afirma. Al barrio se le otorgó el nombre de Villa Flora en honor a Flora Echeverri de Toro, filántropa, persona adinerada para la época, quien era la propietaria de la única finca del sector, a la que llamaba “La villa más hermosa de todas”, menciona Fernando Castañeda, residente de la zona hace 25 años. “En la finca de Flora Echeverri, producían la mejor ganadería de leche y agricultura del sector. Al interior de ella, una bellísima fuente de agua, construida con cerámica italiana, azul y blanca, adornaba la admirable propiedad”, manifiesta Castañeda.

Según los habitantes del sector, hace 23 años, todos los domingos las familias se reunían a planificar obras para mejorar su entorno, y mientras esto sucedía las mujeres preparaban una sancochada o frijolada, y los hombres trabajaban con palas y varas, en la ampliación de las calles porque sólo habían senderos peatonales.

apenas se estaban conformando.

En 1995, Castañeda, fundó el Comité Barrial de Emergencias, su objetivo era de precaución y capacitación de desastres a los habitantes del sector, cuando se presentará una incidencia negativa de la naturaleza.

“Nosotros gestionamos ante la Secretaría de Educación, diciéndoles, crear un centro de formación estudiantil en el barrio es indispensable para conformar un sector de primer nivel. A raíz de esto, ellos realizaron los estudios, tanto de perfectibilidad como factibilidad del lugar”, Además, para ellos, el barrio contaba en esa comenta Humberto Miranda. época con varias zonas verdes que les permitían a los niños jugar libremente y satisfacer placen- Por ello, en 1992 se fundó el Colegio FIMES, perteramente sus necesidades de esparcimiento. teneció a una fundación americana, que brindaHumberto Miranda, residente, agrega, “recuer- ba una escolaridad hasta segundo de bachilledo mucho el nacimiento de agua, donde actual- rato. Al saber sus habitantes que la escuela no mente está ubicada la única cancha de fútbol del tenía la cobertura para terminar la secundaria, sector, en la cual nos bañábamos luego de que decidieron visitar de nuevo la Secretaria para cogíamos pomas de los árboles”. que les resolvieran esta problemática.

Entre los habitantes destacados del barrio se encuentra, el excongresista Carlos Alberto Zuluaga, reconocido dirigente del partido Conservador, quien lideró en compañía con los residentes, empleados y obreros de empresas, proyectos culturales y educativos en beneficio del desarrollo sostenible del barrio.

En 1986 cuando la administración de Belisario Betancur entregó las casas que originaron el barrio Villa Flora, sus residentes le exigían al Gobierno Nacional y entes gubernamentales un centro educativo en el sector, porque sus hijos para formarse tenían que realizar largos desplazamientos debido a que los barrios aledaños

Y ante este constante reclamo de sus residentes, el Colegio FIMES, en el año 1997, se transformó en la Institución Educativa Villa Flora, que actualmente, está suscrita a la Secretaría de Educación de Medellín, y de acuerdo a sus habitantes se ubica como uno de los mejores colegios de la comuna 7.


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La historia de mi barrio

La biblioteca imaginada Por Luis Felipe Álvarez/ lj202.felipe@hotmail.com

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ace 25 años, mientras las políticas del gobierno de César Gaviria Trujillo, presidente de la República en ese entonces, eran encaminadas a diseñar estrategias para mitigar los índices de violencia ocasionadas por el narcotráfico; en el barrio Robledo Villa Flora de Medellín la Alcaldía inauguraba una biblioteca pública con el propósito de formar personas.

estuvo adscrita a la Secretaría de Educación. Ahora hace parte de la Secretaría de Cultura Ciudadana y al Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín, quienes orientan y asignan recursos a los programas que desarrollan al interior. A comienzos del año 1991, la biblioteca inició su servicio a la ciudadanía con el programa de Préstamos de Libros, proyecto que le dio origen a los semilleros de Tulas Viajeras, Abuelos El 17 de diciembre de 1990, la Biblioteca Pública Cuentacuentos y Herramienta de TIC para los Barrial Fernando Gómez Martínez se fundaba recursos informáticos, que se adelantan desde como un lugar cultural y artístico dedicado al 1995. esparcimiento de las familias aledañas y como contribución al mejoramiento de la calidad de Según Nelly Olguín Piedrahita, habitante del bavida de las mismas, tal y como lo soñaron el po- rrio Villa Flora, “la biblioteca era un lugar donde lítico y periodista colombiano Fernando Gómez los residentes de la comunidad de Robledo y sus Martínez y su familia, quienes donaron el terre- alrededores íbamos únicamente a prestar libros no para la construcción de la biblioteca. o leerlos. Ya es una institución que además de brindar esos servicios, capacita a niños, jóvenes “El empresario del periodismo”, como también y adultos”. era conocido Fernando Gómez Martínez, fue abogado, Ministro de Relaciones Exteriores, Go- Sin embargo, para Luis Alonso Arias, coordinabernador de Antioquia en los períodos del 4 de dor de la biblioteca, “nos falta unificar fuerzas diciembre de 1948 al 22 de julio de 1949 y del 11 para crear más programas del interés de los jóde septiembre de 1962 al 28 de junio de 1963, y venes especialmente, porque son ellos los que fundó y dirigió durante varias décadas el perió- menos visitan la institución desde la creación de dico El Colombiano. estas iniciativas de formación académica”. En promedio, a la biblioteca la visitaban entre La biblioteca, según Luis Alonso Arias Mon- 30 a 50 personas diarias. Hoy acuden a ella cerca salve, coordinador de esta institución, decidió de 100 a 150 personas por día. “Debido a que se adoptar el nombre de Fernando Gómez Martí- ha transformado en un espacio de capacitación nez, “porque él siempre se empecinó por el de- continua para todas las edades”, manifiesta Nesarrollo y mejoramiento continuo de la ciudad lly Piedrahita, residente del sector. en los cargos públicos en los que se desempeñó”. Desde su creación, la institución ha tenido cambios en la dirección de su política de funciona- Iniciativas premiadas miento. A partir de 1990 y hasta el año 2000,

En el año de 2011 la Fundación EPM, a través de su programa “Red de Ideas”, reconoció a la biblioteca Fernando Gómez Martínez por gestionar iniciativas de desarrollo social e innovación hacia la comunidad. Asimismo, fue galardonada en el 2012 con el premio Reina Sofía de España, y en el 2013 con el premio EIFL Public Library Innovation Programme, otorgado por Innovative Public Libraries-improving Lives and Livelihoods, por los servicios prestados a la población discapacitada.

Aniversario memorable La hija de Fernando Gómez Martínez, Ana Mercedes Gómez, asistió en el año 2000 al décimo aniversario de la biblioteca, para celebrar en compañía de los residentes de la Comuna 7 (Robledo), los logros alcanzados a partir de la iniciativa de su padre de concebir un establecimiento donde se formen seres con valores en beneficio de la comunidad y para apoyar su crecimiento. Es por ello que para Nataly Rivillas Rojas, Gestora de Fomento por la Lectura de la institución, “en esa época la biblioteca tuvo una reinauguración que le permitió expandir y acondicionar las zonas de cobertura para seguir aportándole a la ideología de mejoramiento que siempre tuvo en mente Fernando Gómez”. En la biblioteca esperan encaminar sus programas artísticos, culturales, y especialmente de cobertura educativa, para seguir construyendo ciudad a través de la institución, ahora que se preparan para su aniversario número 25.


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La historia de mi barrio

La Iguaná, fue testigo

Por: Leandro Vásquez Sánchez / ivasquezsanchez@yahoo.es

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a Nueva Villa de la Iguaná es un barrio de una sola calle. Pero las construcciones que hay a lado y lado están llenas de callejones y recovecos. Además, en una sola casa puede haber diez apartamentos pequeños en los que viven hasta diez familias. En las escasas siete cuadras que conforman el barrio viven aproximadamente 7.200 personas. Parece que no cupiesen en sus hogares. Por eso, uno los puede ver sentados en las aceras, sin afanes ni temores, conversando, vendiendo frutas, ropa o chucherías, o jugando billar, cartas o dominó. La Iguaná es un pueblo dentro de la ciudad, en el que el tiempo corre al ritmo de la quebrada que le da su nombre.

Los primeros pobladores La Nueva Villa de la Iguaná, como muchos otros barrios de la ciudad, no fue planeada. Sus habitantes llegaron de pueblos de Antioquia y Chocó huyendo de la violencia partidista. Asentaron sus casas donde mejor pudieron, y allí se quedaron mientras la lluvia, los dueños de la tierra y las administraciones municipales los dejaran. Algunos dicen que la primera pobladora fue Julia Aristizabal, quien llegó al sector de Playitas en 1945. Ella levantó su morada con materiales de desecho y le dio el uso de vivienda y de depósito de herramientas que utilizaba para la extracción de arena de la quebrada, pues ésta era su medio de subsistencia. Otros afirman que los primeros pobladores sí llegaron en 1945, pero fueron las familias Gómez Rendón, Rodríguez, Monsalve y Zapata, quienes arribaron al sector central. Estas familias invadieron estos terrenos con un permiso concedido por la señora Josefa Jaramillo al Sindicato de Areneros de Medellín, del Cuál formaba parte Julia Rendón. Este terreno era propiedad de María Gaviria. “Ella era dueña de la finca donde queda ahora el Club Social La Isabela. Cuando ella vio que era muy pobre, les brindaba mercados y ropa.

La señora murió en 1969 y su hijo, Raúl Gaviria, “Hace 26 años fui líder estudiantil en el Colegio le vendió los terrenos al municipio de Medellín”, Marco Fidel Suárez. Cuando estaban cercando la Universidad Nacional, nosotros organizamos comentó Alex Pérez, habitante del barrio. una protesta porque esa cancha era de los habitantes de la Iguaná, allá nos íbamos a jugar y Las luchas de la Iguaná algunos tenían ventas ambulantes. Paramos la El barrio La Iguaná fue cercenado para darle protesta porque las autoridades y la universidad paso a los grandes proyectos de infraestructura nos prometieron que podríamos ingresar cuanpara la ciudad. La Conexión Vial Aburrá – Río do quisiéramos, pero eso nunca se cumplió”, Cauca, estaba planeada para atravesar el barrio, comentó John William Múnera, ex presidente por lo cual éste debería desaparecer, pero gra- de la Junta de Acción Comunal y presidente de cias a una movilización en la que 1.000 habitan- Asocomunal. tes marcharon por las calles de la ciudad hasta el Centro Administrativo la Alpujarra, se logró Los líderes de la Iguaná descubrieron que el trabajo organizado era la mejor manera de aproconservar la parte central del barrio. piarse de su territorio. Por eso la comunidad Sin embargo, desaparecieron los sectores de La construyó la carretera, levantó la iglesia y el 65 Abajo, Playitas, Otra banda y la Agronomía, alcantarilladlo, y se abasteció de servicios púpara construir la conexión de la carrera 65 desde blicos. Además, lograron que los nombraran la calle Colombia y la canalización de la que- como barrio cuando ni siquiera aparecían en los brada la Iguaná. Los habitantes de estos lugares mapas. A pesar de las derrotas que ha sufrido, han sido trasladados a otros barrios como Playi- la Nueva Villa de la Iguaná se fortalece con las luchas. tas, Toscana y Limonar.


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La historia de mi barrio Publicado en la edición 11 (Noviembre de 2010) )

Historia de un cuarentón Por Corporación Mundo Urbano

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l Hospital Pablo Tobón Uribe inició tareas en 1970, pero su historia data del 12 de febrero de 1946, cuando la Fundación de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI) firmó el acta de constitución de un hospital que llevaría su nombre y prestaría servicio a los trabajadores de las empresas afiliadas a dicha entidad

cial Camino Real. El hospital debía servir a la comunidad. En esa época, las personas que necesitaban atención en salud, tenían que asumirla de forma particular porque no había EPS. Sólo tenían derecho el trabajador, su familia y el niño El empresario Jesús Mora, miembro de la junta durante su primer año de vida”, dijo José Alejandirectiva de la ANDI, “ofreció la primera contri- dro Marín, trabajador social del Hospital Pablo bución a la obra, representada en cemento por Tobón Uribe. valor de $25.000, doña Carolina Vásquez, próspera viuda del general Pedro Nel Ospina, ente- Don Pablo Tobón no tenía carro y prefería alquirada del paso dado, se hacía presente ofrecien- lar uno de servicio público. Se pasaba los días ledo, como primera donante privada, una cuota de yendo, no le gustaba viajar y pensaba que la me$50.000, exigiendo en retribución que la sala de jor manera de conocer un lugar era por medio pediatría del hospital por construir u otra a falta de la lectura. Sólo salió del país en 1952 cuando de ésta, llevase el nombre de su difunto esposo y estuvo en Rochester, Estados Unidos, para someterse a un tratamiento médico. presidente de la República de 1922 a 1926”. La ANDI adquirió “un lote de 120.000 varas cuadradas agregado de la finca El Volador, de la que era dueño Ramón Arango, la operación costó $72.000 o sea a 60 centavos la vara cuadrada”.

Don Pablo Tobón, el filántropo La Construcción del hospital Pablo Tobón Uribe murió el 15 de marzo de 1974 a los 72 años. En su testamento decía que el hospital debía construirse en terrenos donados por el Municipio de Medellín. Y efectivamente, fueron entregados en el sector llamado Belencito, pero no se construyó allí porque la ANDI donó a Pablo Tobón Uribe fue uno de los hombres más la Fundación Pablo Tobón Uribe el hospital que ricos del Medellín de su época: el mayor accio- tenía iniciado en Robledo. nista de la Colombiana de Tabaco y de Cervecería Unión y dueño de varios bienes raíces en La primera piedra del Hospital de la ANDI se toda la ciudad. Fue cofundador y colaborador de colocó en 1949, pero al crearse los Seguros Sopublicaciones como la revista Colombia, La Pai- ciales en 1950, desistió de su propósito y donó a la Fundación Hospital Pablo Tobón Uribe los ra y El Sol. terrenos, el edificio en construcción, los planos, “Él escribió en su testamento que sus pertenen- materiales, dinero y todos los bienes que consticias las donaba para que construyeran un teatro, tuían su patrimonio. un cine y un hospital. El cine no existe, pero iban a construirlo donde ahora está el Centro Comer- “Los bienes entregados a título de donación graLa primera donación que hizo Pablo Tobón Uribe fue de 200 mil pesos a la Catedral de Medellín. El dinero alcanzó para comprar confesionarios, campanas, mesas de mármol, lámparas y una custodia.

tuita e incondicional por la Fundación Hospital ANDI a la del hospital Pablo Tobón Uribe representaban un valor total de $3.256.684,54” . La obra estuvo sometida a numerosos altibajos económicos. En 1969, el Gobierno Nacional, por intermedio del Fondo Nacional Hospitalario, autorizó un préstamo de $6.5 millones, gracias al cual se pudo prestar el servicio. La ceremonia de inauguración se llevó a cabo el 16 de julio de 1970 y el 26 de octubre del mismo año fue hospitalizado el primer paciente, fecha en la que el hospital conmemora su aniversario.


La historia de mi barrio

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Mucha tela

que cortar

Memorias e historias desde los barrios

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sta investigación, cuyo objetivo es la recuperación de la memoria patrimonial de la Comuna 7 Robledo, es una apuesta por visibilizar las voces desde los territorios, desde lo micro, desde lo local, para aportar a la cultura, al tejido social, a la memoria y a los retos futuros de construcción de barrio y de ciudad. Fue realizada con recursos públicos que los habitantes de Robledo, a través de mesas de trabajo y articulación, como la Comisión de Cultura, priorizan dentro del Programa de Planeación Local y Presupuesto Participativo -PPPL y que, además, se inscribe en el programa de Memoria y Patrimonio, de la Secretaría de Cultura Ciudadana, de la Alcaldía de Medellín. La Corporación Construyendo, ubicada en la Comuna 6 – Doce de Octubre, con más de 15 años de experiencia en procesos de cultura, educación y formación, fue la encargada de llevar a cabo esta investigación participativa, que tuvo dos procesos paralelos e interconectados: por una lado, se trataba de avivar la memoria a través del contacto, del compartir y de los encuentros, conversatorios y recorridos, y, por el otro, de recolectar información que permitiera coser e hilar los pedazos de memoria, regados en barrios, archivos, instituciones y personas. Por

ello, conversar, recorrer, preguntar, buscar, com- Aprovechamos para agradecer a todos los habipartir, fueron nuestras principales actividades. tantes, organizaciones e instituciones que nos acompañaron en cada momento, sin ellos, no Los cinco Conversatorios se realizaron en la Bi- tendría sentido ni hubiera sido posible esta inblioteca Público Barrial Fernando Gómez Mar- vestigación. tínez; la Sede Social de El Diamante; el Liceo Rodrigo Arenas Betancur, del barrio Aures; la Equipo de investigación de la Corporación Sede Social de Ciudad Central, de Córdoba; y la Construyendo: Eulalia Hernández Ciro, Nataly Escuela Mayor del Tango, ubicada en Pilarica. Y, Moreno Restrepo, Jose Daniel Segura Muñoz y durante los cinco Recorridos, con públicos diver- David Gonzalo Henao Alcaraz. sos, buscamos descubrir conjuntamente lugares y huellas de memoria a lo largo del territorio de Interventora, Equipo de Memoria, Patrimonio y la Comuna 7. Además, realizamos entrevistas y Fortalecimiento del Sector Cultural, Secretaría recolección de información secundaria, que nos de Cultura Ciudadana, Alcaldía de Medellín: Raayudó a complementar este trabajo. quel Sierra Varela . A continuación presentamos la memoria visual de las diversas actividades y algunas de las historias rescatadas. Así mismo, las memorias de este proceso quedarán recogidas en una Exposición Fotográfica recorrerá distintos lugares de Robledo y en una Cartilla, titulada Mucha tela que cortar. Memorias e historias desde los barrios de Robledo, que tendrá distribución gratuita entre los habitantes de la Comuna y que podrá consultarse en la Sala Mi Barrio del Parque Biblioteca La Quintana y la Biblioteca Fernando Gómez Martínez.


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La historia de mi barrio

“Cuando llegue aquí, no existía alcantarillado ni menos teléfono. Nos tocaba robar el agua de la tu que pasaba por el barrio hacia Robledo – El Diam Así pasaron varios años, hasta que aprovechándono poco de mi uniforme de policía y como presidente Acción Comunal, logramos que se nos colocaran servicios y que pasara una ruta de buses”.

A falta de equipamientos colectivos, niños, jóvenes y adultos se apropiaron de “las calles” como espacios colectivos.

En asociación con un grupo religioso, que tenía un terreno en la parte alta de Robledo, creó una urbanización con 116 casas. La mitad las entregó el Municipio a trabajadores suyos que tenían problemas de vivienda y la otra mitad fueron dadas por la comunidad religiosa a unos cuantos escogidos.

Pajarito, una vereda del corregimiento de San Cristóbal con más de 100 años de historia, y colindante con la Comuna 7 Robledo, es ahora la nueva zona de expansión urbana, donde se debate la historia, el futuro y la sostenibilidad de la ciudad.

Monteclaro

Aures 1

Pajarito Cucaracho

“Los numerosos propietarios de El Cucaracho, al cercar sus lotes, al cultivarlos, al construir sus habitaciones, acaban de complicar este pedazo de falda: vallados de pedrisco rojizo ó negruzco, enyerbados y lamosos, alternan con setos sembrados de magüey, de piñuela y de higo chumbo, ó cubiertos de entretejidos rastrojos, y con las hileras de árboles y estacones que unen los cuatro alambres erizados de pinchos

“Cuando la quebrada Iguaná se creció en el año 1880 e inundó todo el valle de Aná, las personas se desplazaron hacía territorios más seguros y comenzaron a fundar el barrio Robledo pero pese a las discriminaciones que sufrían las personas de color en esa época, se comenzó a crear el barrio Robledo Palenque, se escogió el nombre de Palenque haciendo honor a la región costeña habitada por raza negra y así identificarse de los blancos de los negros”

Santa Margarita

Iniciando la carretera al mar y cruzando el antiguo puente colgante sobre la Iguaná, en 1974 se empezaron a levantar unas casas, que conformarían el barrio que hoy conocemos como Fuente Clara y cuyo nombre eligieron sus habitantes por representar los nacimientos de aguas que corren por este sector.

Palenque

Fuente Clara Robledo

Centro histórico de la Comuna 7, en sus calles, edificaciones y estructuras yace la memoria del origen de un sector que, en la actualidad, es uno de los más grandes de la ciudad. ”

Los inicios de San Germán dat 1920. Su proceso de poblamien otros barrios de Robledo, co Palenque, estuvo ligado a la e nos hacia Santa Fe de Antioqui a su vez eran circuitos de com ción.


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La historia de mi barrio

i luz, ubería mante. os un de la n los

“Es decir, Cuando yo llegué al barrio en el año 56, los habitantes que habían acá eran por ahí unas… no habían 20 familias acá, en el año 60 cuando regresé, encontré un poco de familias, de 40 a 50 familias y ya de por sí las cosas fueron mejorando más, porque ya entonces iba llegando más gente.”.

"Agua que no haz de beber, déjala correr". Los primeros procesos de hábitat de la ciudad se tejen alrededor del río; estos primeros habitantes quisieron aprovechar los beneficios del agua, y así poder lavar sus ropas, cocinar y hasta bañarse con la quebrada que bajaba. Ahora, en muchos casos, vivir al lado de una quebrada es un prejuicio. De lado ha quedado la quebrada que fue el primer lugar común de recreación y al olvido se han marchado sus pequeños peces, los cangrejos, los caracoles y las frecuentes sonrisas de los niños que jugaban sin parar… Hoy las quebradas han cambiado dejando todos sus recuerdos en el olvido de un agua sucia. “

En 1970, cuando abría sus puertas el Hospital Pablo Tobón Uribe, empezó la historia de este barrio. Los primeros habitantes, principalmente profesores universitarios, llegaban a grandes extensiones de mangas y lomas despobladas. La segunda oleada de pobladores, se dio en 1973, cuando el Instituto de Crédito Territorial vendió casas a empleados de Everfit.

Aures 2

El Diamante

López de Mesa

Bello Horizonte

Villa Flora

tan de la década de nto, al igual que en omo El Volador y existencia de camiia y San Pedro, que mercio y comunica-

Altamira

En la calle 80, a un costado del Cementerio Universal, nace el barrio Córdoba, llamado anteriormente La Trocha. Su conformación inicia en el año 1954 gracias a una cooperativa de vivienda económica para trabajadores de las empresas Confecciones Colombia, Primavera y Fieltroza Pilarica era: 36 caserones levantados en la década del 50, de bella arquitectura, con áreas entre 1.000 y 1.200 metros cuadrados, los cuales contaban con amplias zonas verdes y algunos con piscinas

Córdoba

La Pilarica Bosques de San Pablo

Hasta 1938 Robledo fue corregimiento de Medellín, estaba ocupado por fincas de familias pudientes de la ciudad, exceptuando el casco urbano que estaba poblado por artesanos. En la década de los 50 con el proceso de expansión de la ciudad se inició el proceso de urbanización de los terrenos que hoy conforman esta comuna. Los primeros asentamientos se dieron en el actual barrio El Diamante, loteado por la firma Cock Arango Ltda.

Cerro El Volador Nueva Villa de la iguaná Universidad Nacional

el lín) d e M ( u rrá Río Ab Villa Flora, es uno de los barrios que en su nombre conserva, no sólo una memoria de su conformación, sino la de un sector rural constituido por fincas. Barrio construido en los predios de la finca “Villa Flora” Aún hoy, en los alrededores del Parque de Robledo, se encuentran vestigios del puente colgante sobre La Iguaná (en su segunda ubicación, porque el más antiguo se derrumbó causando una gran tragedia), que comunicó por muchos años a Robledo con EL Pesebre, La América y La Floresta. Obra de ingeniería usada cotidianamente por los propios y visitada por muchos turistas.


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La historia de mi barrio


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La Pilarica:

Una finca española Fotos Camilo Quintero Por Joana Lucrecia Rivera Gil / joana.lucreciagil@gmail.com

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ace aproximadamente un siglo nace en la Comuna 7 (Robledo) el barrio La Pilarica o el Milagro, como muchos de los antepasados lo recuerdan. El nombre “La Pilarica” se debe a que unos españoles llamaban así a su finca, de manera que los habitantes fueron adoptando este calificativo.

En sus inicios, se caracterizó por ser un barrio tranquilo y limpio, muy parecido al campo, y con una vista a la ciudad que dejaba perplejo a más de uno. Apenas unas ocho familias habitaban el sector. Los fundadores fueron la familia Jaramillo, quienes también tenían varios terrenos, convirtiendo a Álava en una de las casa fincas más importantes y antiguas. También se encontraban las familias Medina, Sáenz, López, Londoño, los Restrepo y Don Leo Franklin.

El futuro de La Pilarica Para Doña Lucia Jaramillo: “Eso va hacer una cosa muy miedosa, en cuestión de movimiento vehicular, no van a caber los carros, aquí van a hacer un edificio, aquí al frente van a hacer otro, me imagino que aquí también, pero mientras pongan todo esto en función, eso va hacer un despelote”.

Las calles de este barrio eran en un principio de rieles, ubicadas en lomas, y no estaban pavimentadas: “recuerdo que nosotros nos tirábamos en la calle principal que eran dos rieles, cuando estábamos niños, y se demoraba 20 y 30 minutos para pasar un carro, ahora te tiras y en 2 segundos te atropella, se da uno cuenta de todo lo que ha cambiado el barrio”: Recuerda Jorge García, Habitante desde hace 52 años. La transformación empezó hace aproximadamente 10 años, cuando dejó de ser un sector campestre para convertirse en uno urbanizado; edificios residenciales, hospitales e instituciones universitarias hacen parte de lo que es hoy La Pilarica. Muchos ven con buenos ojos la transformación, otros todavía se niegan a aceptar en lo que se ha convertido. De hecho, varios de los fundadores se han desplazado hacia otros sitios buscando un lugar más tranquilo o parecido a lo que era antes.

Este medio es apoyado parcialmente con dineros públicos priorizados por habitantes de la Comuna 7 (Robledo) en el Programa de Planeación Local y Presupuesto Participativo de la Alcaldía de Medellín.

Por otro lado, Jorge García agrega: “ni me lo imagino, como vamos, en el futuro carros sobre los carros, la contaminación más tremenda”. En general todos creen que la Pilarica se convirtió en un bloque de cemento.


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La historia de mi barrio

Por Lizardo Rodríguez Botero / uraaltamira1@hotmail.com

Primeros poblamientos en Robledo Hasta 1938 Robledo fue corregimiento de Medellín. Estaba ocupado por fincas de familias pudientes de la ciudad, exceptuando el casco urbano que estaba poblado por artesanos. En la década de los 50, con el proceso de expansión de la ciudad se inició el proceso de urbanización de los terrenos que hoy conforman esta comuna. Los primeros asentamientos se dieron en el actual barrio El Diamante, loteado por la firma Cock Arango Ltda. En los años sesenta, el poblamiento se dio a través de urbanizaciones piratas. Más adelante, en la década del 70, el proceso se realiza de manera formal por medio de desarrollos de vivienda del Instituto de Crédito Territorial, que construyó las urbanizaciones Altamira, Los Arahuacos y López de Mesa, y de constructores particulares en el caso de La Pilarica. El área total de Altamira fue una finca llamada La Cuneta, propiedad del fondo acumulativo de la Universidad de Antioquia, dentro de la cual se incluía un lote de la Arquidiócesis de Medellín. cía un estudio de aprobación y posteriormente Luego, fue vendido al fondo acumulativo por es- se asignaba la propiedad. critura pública de número 1945 de agosto 6 de 1974, licencia de construcción 31253158 de 1987. Inicialmente eran 34 edificios; cada edificio contaba con 5 pisos, y cada piso con 4 apartamenEl Conjunto Multifamiliar Unidad Residencial tos, para un total de 500 apartamentos. Después, se continuó con la segunda y la tercera etapa. Altamira El Conjunto Multifamiliar Unidad Residencial En total se construyeron 50 bloques con todos Altamira, como se definió en un principio, fue los servicios públicos domiciliarios. construido en el año 1978 por el Instituto de Crédito Territorial, a régimen de propiedad ho- Con el tiempo se vio la necesidad de crear un rizontal, con un área de 62.391 ms, donde todas comercio dentro del conjunto, que abarcó tienlas zonas verdes son propiedad del municipio de das, supermercados y otros lugares, los cuales ofrecían productos alimentarios a la comunidad. Medellín. Fue un proyecto realizado para interés social de empleados del gobierno y del Fondo Nacional del Ahorro, además de personas naturales, es decir, clase media-alta. Los apartamentos se adquirían por medio de una solicitud, luego se ha-

Todos los apartamentos fueron entregados en obra negra, después la comunidad se organizó en convites para realizar los acabados de sus casas de acuerdo con sus gustos o su capacidad económica.

Altamira Altamira unidad cercada, más no cerrada La Unidad Residencial Altamira no es una unidad cerrada, sino cercada. Se logró cercar por medio de un comodato. Este cercamiento fue realizado aproximadamente en el año 1984. Se inició con 9 porterías, de las cuales hay el día de hoy algunas legalizadas. Actualmente están cerradas las porterías 3, 7 y 8, y legalizadas las porterías 5, 6 y 9. Las mayas no están legalizadas, y para lograr su aprobación se necesita dividir la unidad en dos partes para que quede una vía por la cual los ciudadanos puedan transitar tranquilamente. La unidad tuvo vías públicas pero el municipio de Medellín las vendió. La comunidad fue estratificada en el nivel cuatro cuando se fundó, pero debido a gestiones del señor Jaime Estrada (líder comunitario), la unidad ha quedado en el estrato 3, hecho que causó controversia, pues algunos habitantes pensaron que se les había quitado categoría.

Fotos Cortesia U.R Altamira


La historia de mi barrio

Santa Margarita y su

pasado

Investigación María Teresa Betancur & Cía.

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l barrio Santa Margarita fue fundado oficialmente en el año 1959, aunque se tiene registro de 5 viviendas en el año 1952. 105 familias fueron las primeras en habitar el sector. 45 viviendas construidas por la Asociación Religiosa Pio Xll, cada una con un área de 200 mts2, y adjudicadas por sorteo entre personas previamente seleccionadas por las directivas de tal asociación; y 60 construidas por el Municipio de Medellín, con un área de 400 mts2, cada una para ser adjudicadas a trabajadores suyos, mediante solicitud previa. Estas casas fueron edificadas en lotes extensos para que cada familia tuviera su huerta

Los líderes Entre los líderes están, sin ser los únicos pero sí los más visibles, los directivos y dignatarios de la Junta de Acción Comunal, Acciones Sociales de padres de familia del sector educativo, hogares comunitarios ICBF, la Coordinación del Comité de Emergencias-SIMPAD, Centro de Integración Barrial Santa Margarita.

Las familias Las primeras familias en habitar Santa Margarita fueron los Araques, los Correa, los Corrales, los Uribe, los Salinas, los Londoño, los Cobos, los Barrera, los Castaños, los Gaviria, los Vargas, los Hernández, los Valencia, los Mazo, los Gallego y los Vallejo. El 90% de los habitantes son descendientes de los primeros pobladores, lo que hace que estas familias estén conformadas por abuelos, padres, hijos y nietos, En 1996, gracias a la gestión realizada por Ismael Castaño, se adquiere la propiedad del señor Arnoldo, ubicada en la parte inferior del barrio, y se crea el Centro de Integración Barrial Santa Margarita “C.I.B Santa Margarita”. Con el apoyo de la Presidencia de la Republica y el acompañamiento de la Secretaría de Desarrollo Comunitario, que actualmente se conoce como Secretaría de Desarrollo Social, allí convergen todas las organizaciones sociales y comunitarias del sector, y es el epicentro de las actividades lúdico-recreativas, culturales, sociales y de emprendimiento empresarial. Allí se atiende a todas las poblaciones de los sectores de Vallejuelos, la Cascada, El Porvenir, El Cucaracho, Fuente Clara, Olaya Herrera 1 - 2 y Las Flores. .

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El Jordan

El naufragio de El Jordán

Fotos Camilo Quintero

Por Maria Paola Zuluaga B. Mariapao07@hotmail.com

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uchos han subido alguna vez por la loma de Robledo que lleva a la carretera al mar, pero pocos saben que pasan por el primer bar que conoció Medellín, El Jordán, esa casa antigua de fachada blanca, siempre a punto de caerse. Es difícil imaginar cuántos recuerdos se alojan detrás de esas paredes de bahareque, cuántas tertulias, cuántas historias transitan por esos corredores descuartizados, donde el eco de los tangos y los boleros permanece imperceptible a los desatentos y desmemoriados. Para los testigos de su historia, el olor a aguardiente, la música, las risas y el chapoteo de los bañistas siguen ahí. ¿Cuántos secretos guardarán esos muros fatigados, a la espera de alguien que los rescate de su naufragio en el olvido? Cuando en 1891 los hermanos Burgos levantaron a punta de bahareque, cañabrava y boñiga los primeros muros de la gran casona, no se imaginaban que construían el primer bar de Medellín. El Jordán lucía una llamativa fachada blanca, mil metros cuadrados de extensión, cuatro piscinas, 18 fogones, una pianola con rollos importados desde Estados Unidos y una pesebrera para mulas, caballos y carruajes, con servicio de lavado. Estaba ubicada en un punto estratégico, una especie de límite entre lo rural y lo urbano. Llegados allí, los viajeros sabían que faltaba poco para pisar la Villa de Aburrá, lo que ahora es el centro, ahí estaba la ciudad. Todo lo demás eran extensos campos, cuyos propietarios eran unos pocos terratenientes. Esta casa se convirtió en una fonda donde hacían parada los arrieros con sus mulas cargadas de granos, leche y panela con destino a la Plaza de Mercado. Desde arriba de la loma los arrieros divisaban las luces de la casona y bajaban con sus mulas, ansiosos de tomarse unos aguardientes al ritmo de un buen bambuco. El secreto de la casa no fue reservado a los arrieros, los buenos comentarios sobre el lugar llegaron hasta oídos pudientes y al poco tiempo

se convirtió en el club de los medellinenses. Hasta esta alejada zona llegaban en coches lujosos, arrastrados por caballos, familias enteras para disfrutar de las piscinas de agua natural, la exquisita comida, los licores nacionales y extranjeros, y la buena música, que siempre fue preocupación de sus dueños. Los Burgos fueron una familia tradicional de Robledo, ocuparon estas tierras hace más de 150 años y fueron dueños de gran parte del sector. Después del desbordamiento de la quebrada La Iguaná, los damnificados buscaron un lugar donde estuvieran a salvo y ocuparon las tierras de la familia para luego conformarse como barrio. En los años veinte, Robledo se conectó a la ciudad con la construcción del tranvía que tenía estación en la Plazoleta de la Virgen, al frente de El Jordán. Entonces llegaron obreros y lavanderas de toda la Villa, y se mezclaron diferentes clases sociales en las piscinas, eso sí, las mujeres en una pileta y los hombres en otra. En 1938 Robledo dejó de ser corregimiento y comenzó a hacer parte de la próspera ciudad de Medellín, que repentinamente dejaba sus atuendos provincianos para ponerse el traje de gran ciudad industrial.

Después de que Octavio Burgos fuera por muchos años el administrador, experto en mantener buenas relaciones con altas esferas del poder, lo sucedió en la administración su hijo Aníbal, que implementó nuevas ideas como “cuenta gratis para mujeres solas”, con el argumento de que trás de ellas vendrían ocho hombres que consumirían el doble.

Casa liberal El lugar de paso, fonda, club, bailadero y luego tertuliadero, se caracterizó siempre por su inclinación liberal. Poco a poco se convirtió en un lugar de referencia en la ciudad. El Caudillo Jorge Eliécer Gaitán, que en sus visitas a Medellín se hospedaba en una finca de Robledo alto, bajaba en los carruajes con su anfitrión a hablar de política y a disfrutar de la pianola. Así mismo llegó Eduardo Santos, abuelo del actual presidente y otros personajes de la política nacional como Darío Echandía, Carlos Lleras y Luis Carlos Galán. El mundo artístico también se dio cita allí. Escritores como León de Greiff, Fernando Gonzales, Gonzalo Arango, Darío Ruiz Gómez y Manuel Mejía Vallejo y Tartarín Moreyra, gran poeta y compositor de tangos.


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Los amantes del baile, entre ellos se cuenta de un señor flaco conocido como Calavera, quien usaba tachuelas en los zapatos para marcar el ritmo, bailaban con coquetas mujeres al ritmo de Vals, Pasodoble, Foxtrot y danzón cubano. Más tarde llegaron los porros y las cumbias de la mano de Carlos Julio Ramírez, Luis Ángel Vera, Matilde Díaz y Lucho Bermúdez, estos dos últimos amigos íntimos del escultor Marín Vieco, dueño de Salsipuedes, otra joya patrimonial del sector. Y con estos personajes juntos se armaban conciertos improvisados en los salones del bar. Se bailó y se bebió sin misericordia hasta que en los cincuenta llegó al barrio el Padre Posada, quien con un inspector conservador hizo que se prohibieran los bailes en El Jordán. Entonces el piano comenzó a soltar más tangos y boleros que aplacaban las ansias de baile, pero motivaban la flexibilidad de las lenguas. Así comenzó a ser reconocido como un sitio de tertulia que frecuentaban bohemios, artistas y poetas.

Esta fonda fue testigo de todos los parajes que atravesó Medellín hasta estos días. Estuvo en medio de la movida estudiantil que se inició con la construcción de varios colegios y universidades en Robledo. Muchos estudiantes de la Nacional, el Liceo Antioqueño y el Pascual Bravo iban a la loma a esperar el bus que tardaba horas, y mientras tanto, entraban a El Jordán tomar cerveza y a jugar billar.

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Pero cuando retumbó el boom de un reggaeton, hasta los muros presintieron su inminente final. En 2007 El Jordán cerró al público después de 116 años de servicio. Sus dueños ya tenían otros negocios y se vieron en dificultades para mantenerlo en pie. Desde entonces su incierto destino pasa de boca en boca con diversas versiones, ofertas de constructoras, entidades y otros compradores. Lo último que se sabe es que, después de muchos pleitos, la Alcaldía adquirió la casa y piensa ubicar una sede de música allí, pero no ha iniciado las reformas porque se está gestionando la comprar de viviendas aledañas para llevar a cabo el gran proyecto.

En los ochentas la familia Burgos puso su muerto en medio de la ola de violencia que golpeó a Medellín. Aníbal, el lúcido hombre que administró por muchos años el bar y atrajo con su exclusivo gusto musical decenas de ilustres personajes, recibió un disparo cuando defendía de un atraco a un cliente. El bar cerró por un tiempo y nunca volvió a tener el brillo de antaño. El Ahora un guarda la protege de ladrones de reJordán entró en decadencia y la ciudad también. cuerdos, y una cinta amarilla mal puesta la bordea sugiriendo la pronta caída de sus muros. Raúl Burgos fue su último administrador, ade- Ella sigue ahí impávida y nosotros, transeúntes más de ser el barman y el mesero. Con tal de desprevenidos y desmemoriados, seguimos paque alguien entrara a tomarse un aguardiente se sando por su frente sin percatarnos de su ahogo. vio obligado a poner guasca, salsa y vallenato.


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Reverso

¡El vuelo de las Cometas! Por Luis Felipe Álvarez/ lj202.felipe@hotmail.com

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onstituida como la primera urbanización abierta de la comuna 7, Las Cometas se fundó en el año de 1989 con la construcción de 265 casas, “respaldando el derecho fundamental a la vivienda digna, proclamado en 1987 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU)”, comenta María Cecilia Saldarriaga, residente de la zona.

de la Junta de Acción Comunal (JAC).

Los primeros residentes que habitaron el sector, eran personas jóvenes o parejas que apenas estaban conformando una familia, “venían en la mayoría, con niños muy pequeños, con la intención de levantar sanamente a sus hijos en la tranquilidad que se respiraba y especialmente, en una hermosa unidad campestre, donde reinaEl terreno donde está ubicado el barrio fue ha- ba el aire puro”, afirma Cecilia Saldarriaga. bitado hace 27 años por los esposos Carlos Restrepo y Doña Mariana, propietarios de la única De acuerdo con, Stefany Quiroz, el barrio pasó finca del sector, llamado Los Aures. Este lugar, de unidad abierta a urbanización cerrada, porsegún Cecilia Saldarriaga, “era inmenso, lleno que, “personas que no habitaban en el sector, de árboles frutales y ganado de todas la espe- viendo que no existían límites para ingresar acá, cies”. venían a robar, utilizaban las zonas verdes para consumir vicio, incluso matar. Entonces, los veLuego de que los dueños de la finca vivieran por cinos decidimos reunirnos para proponer solumucho tiempo en el sector, adjudicaron la pro- ciones frente a esta problemática y llegamos al piedad al Instituto de Crédito Territorial (ICT), por un año fueron los dueños del predio, quienes vendieron el terreno a la empresa, Óptima S.A., por 98 millones de pesos para la construcción del barrio por etapas. En un principio, la urbanización Las Cometas se llamó Robledo Real con la intención de generar interés en los posibles compradores de casas, pero no fue posible dejarle este nombre debido a que en el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y en la Cámara de Comercio ya estaban registrados varios lugares con el calificativo de Real, y no permitieron uno más. Presentado este inconveniente, delegados de Planeación visitaron la urbanización con el objetivo de asignarle otro nombre al sector. “Ellos estuvieron en la unidad por más de dos horas, mientras caminaban, sintieron que en esta parte de la ciudad venteaba mucho y era propicio para elevar cometas, así que decidieron llamarlo Las Cometas”, comenta Stefany Quiroz, presidenta

acuerdo de encerrar toda la unidad para prevenir más delitos en nuestra comunidad”. Una vez fundado el barrio, en 1999, la casa finca, Los Aures, se transformó en el primer centro educativo del sector, llamado, Guardería Las Cometas, “lugar donde la recreación y el aprendizaje, acompañado de buenas prácticas sociales, significó la partida de la urbanización que más se ha desarrollado de la comuna 7”, afirma Stefany Quiroz. En la entrada de la urbanización, una estatua de la Virgen del Carmen, acompaña el ingreso y la salida de sus habitantes. Esta figura religiosa, la donó Estela Ochoa, residente, con el objetivo de honrar las creencias católicas que hace 25 años eran notorias entre la gente y así dejar una muestra de afecto por el lugar en el que vive.


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