Ensayos
Pedro Menéndez de Avilés: la historia, la leyenda y la ficción Santiago García-Castañón No es tarea fácil para un estudioso de la literatura analizar una figura histórica y no me voy a arrogar yo competencias que son del ámbito del historiador. Pero Aristóteles escribió que la verdad poética es superior a la verdad histórica porque el historiador cuenta los hechos como ocurrieron, mientras que el poeta los cuenta como podían o debían haber ocurrido, y con la autoridad que me daba el filósofo, me lancé a la empresa de dar vida a un Pedro Menéndez, no al real, sino a otro que yo creé como personaje de novela. La historia Pedro Menéndez nació en la villa costera de Avilés (Asturias) el 15 de febrero de 1519. Huérfano de padre a una edad temprana, su madre lo puso bajo la tutela de su tío con el fin de que hallara en él el ejemplo y el modelo que todo niño debe tener en su padre. No es mucho lo que se conoce desde estos días hasta el momento en que se inicia en el mundo de la navegación. Sí sabemos que a una edad adolescente –catorce o quince años– entró como grumete en un navío mercante que hacía la travesía a Flandes. En 1554 ya se había hecho un nombre como
navegante y el príncipe Felipe lo eligió para mandar la flotilla que había de llevarlo a él y a su séquito hasta Inglaterra, donde iba a contraer matrimonio con María Tudor. Este fue el principio de una relación inusual entre el monarca más poderoso de la tierra y un joven marino que andado el tiempo iba a llegar a ser el almirante más capaz que tuvo España en el siglo XVI. Ese mismo año Felipe nombró a Pedro Menéndez capitán general de la flota de Indias. En 1563, tras una disputa con la Casa de Contratación, Pedro Menéndez fue
“En 1554 ya se había hecho un nombre como navegante”
2 · Julio 2013 · Puente Atlántico