El planeamiento participativo en los procesos de la produccion social del habitat

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1.1 Repensando la producción del hábitat – nuestra aproximación epistemológica 1.1.1 Sobre la necesidad herramientas de conocimiento

de

nuevas

A

ntes de empezar a exponer las bases cognoscitivas que fundamentan el desarrollo de este libro creemos que es importante hacernos las siguientes preguntas: ¿Por qué es necesario plantear una manera diferente de aproximación al asunto de la producción del hábitat? ¿Cómo ha sido manejado este problema anteriormente y cuáles han sido las consecuencias? Como es bien sabido, las maneras tradicionales de ejercer la práctica profesional de la arquitectura, la planificación, el urbanismo y otras disciplinas involucradas con la producción del hábitat, han estado fundamentadas sobre un pensamiento de tipo racionalista, heredero de la tradición cartesiana. El diseño y la planificación urbano arquitectónica del siglo XX, de manera especial en el caso de la vivienda, han basado sus propuestas en una aproximación funcionalista, pragmática y cuantitativa, consecuencia de un modo simplificado y analítico de conocimiento de la realidad. Esto ha sido así, en gran medida, porque el desarrollo del conocimiento científico en su conjunto se basaba en los principios de simplificación, especialización y reducción a conceptos y tareas parciales de una realidad difícil de comprender a leyes parciales que permitieran entender y manejar, al menos, una parte de esa realidad. Este modo fragmentario de aproximación al conocimiento, si bien ha generado una cantidad enorme de información sobre el mundo que nos rodea, no ha sido capaz de explicar fenómenos humanos, sociales y naturales que involucran una multiplicidad de eventos, acciones, actitudes, reacciones y determinaciones, y que no parecen seguir un orden lógico, racional y controlable. De esta manera, la sobre-acumulación de conocimientos parciales ha generado lo que Edgar Morin llama la “inteligencia ciega”.1 Las consecuencias del diseño y la planificación del hábitat racional-funcionalista, especialmente en el ámbito de la vivienda, basados en su mayoría en este tipo de inteligencia, son ya conocidas por todos. Una gran parte de las solucio-

nes propuestas por los especialistas2 han sido inadecuadas, parciales y ajenas a la realidad de los procesos habitacionales de la mayoría de la población. La vivienda ha sido estudiada de manera aislada, desconociendo los intrincados vínculos que existen entre ella y el resto del hábitat humano. Asimismo, se le ha visto como un objeto acabado, susceptible de ser planeado, diseñado y construido en un proceso totalmente desvinculado de los deseos, necesidades y posibilidades cambiantes de sus habitantes. En sus expresiones más radicales, el funcionalismo ha reducido el complejo proceso de habitación a una expresión cuantitativa: la vivienda mínima. Como se verá a lo largo de los siguientes capítulos, si bien las propuestas habitacionales generadas desde esta aproximación, promovidas generalmente por la iniciativa privada o el Estado, han podido ser adaptadas en la solución del hábitat de ciertos grupos sociales - concretamente las clases medias y medias altas - una gran parte de la población urbana no ha encontrado en ellas una respuesta técnica a sus necesidades. Ya sea por la falta de acceso a recursos o por la imposibilidad de adaptación de los espacios urbano arquitectónicos a sus necesidades particulares, la realidad es que un gran sector de la población necesita otro tipo de respuestas. Hoy entendemos que el problema de la vivienda no puede ser estudiado de manera aislada, ya que ésta es sólo una de las manifestaciones de un problema estructural más amplio e inserto en un sistema complejo de relaciones, que incluye aspectos como la falta de acceso a la salud, a la educación, al empleo, entre otras. En este contexto, se hace necesario cuestionarnos cuáles han sido los resultados de la intervención de los técnicos en la solución a los problemas del hábitat, a dónde hemos llegado con nuestros avances tecnológicos, quiénes han tenido acceso a estos avances, qué consecuencias han tenido las nuevas tecnologías en el medio ambiente o en la cultura, en suma, preguntarnos si el desarrollo tecnológico ha supuesto una mejoría en la calidad de vida del ser humano.

Estos cuestionamientos han llevado a distintos grupos de técnicos y científicos a repensar la orientación y el ○

1 Morin, Edgar, Introducción al pensamiento complejo, Barcelona, Gedisa, segunda reimpresión, 1998. (1a edición en francés, 1990, Introduction a la pensée complexe.)

2 “Especialistas” es un término que se subraya aquí porque se cuestiona su veracidad, es decir, se pone en duda la supuesta supremacía del conocimiento del técnico sobre el del no-especialista. De este modo se hace necesario enjuciar la legitimidad de la autoridad que encierran sus dictámenes.


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