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El mundo según Starlink
La subsidiaria de SpaceX acelera su crecimiento más allá de lo esperado y cada vez está más cerca de llevar Internet de alta velocidad a las comunidades más remotas del mundo.
Por Staff Latitudex
Desde un lugar escondido en la sierra de Durango, hasta la selva en Chiapas, no importa dónde estés, pronto podrás tener Internet de alta velocidad a la mano. Los usos que se le pueden dar a una verdadera red global omnipresente en logística son invaluables y en un país como México podría resultar en una de las mejores herramientas para el comercio.
Esta es la promesa con la que fue creada Starlink a mediados de 2019 como una subsidiaria de SpaceX, la empresa de lanzamiento de cohetes creada por Elon Musk. Aunque el plan original era esperar otros cinco años antes de hacer la compañía pública, los planes se han adelantado gracias al crecimiento exponencial que ha tenido.
El éxito de Starlink promete revolucionar la conectividad en todas las industrias, pero para entender sus alcances, primero debemos comprender la tecnología.
¿Cómo funciona?
En 1957 la Unión Soviética lanzó al espacio el Sputnik, el primer satélite artificial de la historia. Desde entonces y a la fecha, el ser humano ha puesto en órbita alrededor de 15 mil satélites, de los cuales poco más de 10 mil siguen en operación. Estas cifras no se comparan con la meta de Starlink de tener más de 42 mil satélites, de los cuales ya lleva 5 mil 500.
Para conseguir esto, la empresa de Elon Musk prefirió apostar por la cantidad. Tradicionalmente, un satélite llega a medir el tamaño de un autobús y suele volar a miles de kilómetros de la Tierra. En comparación, los satélites de Starlink tienen una longitud de 10 metros y están en baja órbita, es decir, como a 500 kilómetros de altura.
Gracias a este modelo de conexión es que se puede conseguir Internet de entre 50 y 150 Mbps con una latencia de entre 20 y 40 milisegundos prácticamente sin invertir en infraestructura, lo que puede tardar muchos años como lo hemos visto con la famosa red 5G. Esta es una de

El problema de la basura espacial
A pesar de las altas expectativas que ha generado Starlink, algunos críticos advierten que el modelo de negocio no es sostenible y podría disparar la cantidad de basura espacial que tiene la Tierra, aquella que vuela alrededor del planeta.
De hecho, algunos astrónomos han criticado a la empresa de Elon Musk ya que sus satélites de baja órbita, los cuales pueden ser vistos incluso por el ojo humano, les estorban al momento de estudiar el espacio.
Y el problema no es sólo Starlink. Gracias a su éxito, Amazon, de la mano de Jeff Bezos y su empresa espacial Blue Origin, ha comenzado a replicar el modelo de negocio al pie de la letra. El llamado Project Kuiper cuenta ya con un financiamiento de 10 mil millones de dólares y promete tener mil 600 satélites operativos para 2026.
El impacto en el comercio
El futuro que promete Starlink tiene el potencial de transformar el comercio como lo conocemos. No importa en qué lugar se encuentre una compañía, podrá estar conectada en tiempo real con el resto del mundo.
Para las empresas también significa contar con una comunicación segura y fiable con los transportistas y lugares de entrega, así como en el almacén y oficinas corporativas. Pondría al alcance de todos la tecnología que usan los grandes negocios para saber exactamente en dónde está su inventario en todo momento.
La baja latencia ofrecida por Starlink también podría beneficiar a las transacciones financieras y el comercio en línea, ya que hace más seguras las operaciones monetarias.