Ella es sonrisa
Érase una vez no muy lejos de aquí, justamente en Granada,más concretamente en la Escuela de Magisterio de la Inmaculada, en un despacho de la segunda planta, y cerquita de su amiga Marichu, para nosotros Maria Fernanda, vivía una madre, profesora, amiga y todo lo que se puede decir bonito de una persona feliz disfrutando de la vida, día a día, nos llenaba de optimismo e ilusión todos los días a pesar de que una pandemia la tuviese alejada de sus alumnos. Ella siempre veía lo positivo de la vida, eso fue lo que nos llamó la atención de ella. Patri, Berta y Sandra descubrimos algo en ella que nos cautivó, fue su precioso interior. Poco a poco íbamos acercándonos más a ella, un día iba una a su despacho, luego otra, depues la otra o incluso las tres y sabíamos que estaba ella en el interior porque a lo largo del pasillo, veiamos de lejos ese pompon negro dandonos la pista de que estaba ahi. primero hablábamos de la asignatura que nos impartía, después la otra en este año, pero poco a poco empezamos a conocernos más íntimamente, sentimientos, costumbres, gustos etc. Ya no solo hablábamos de la facultad, ya eran risas, gustos de formas de amueblar la casa, comidas o incluso de lo que habíamos engordado en el confinamiento jiji.