Coleccion de fabulas de esopo

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FABULAS DE ESOPO

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COLECCIÓN DE FABULAS DE ESOPO

LIC. LAURA ANDREA DUMES GAMA

MATERIAL PARA LA ENSEÑANZA DE LA LECTURA A PARTIR DE FABULAS

DIRIGIDA A ESTUDIANTES DE GRADO SEGUNDO DE BASICA PRIMARIA

2014


FABULAS DE ESOPO

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EL ÁGUILA Y LA ZORRA Un águila y una zorra que eran muy amigas decidieron vivir juntas con la idea de que eso reforzaría su amistad. Entonces el águila escogió un árbol muy elevado para poner allí sus huevos, mientras que la zorra soltó a sus hijos bajo unas zarzas sobre la tierra al pie del mismo árbol. Un día que la zorra salió a buscar su comida, el águila, que estaba hambrienta cayó sobre las zarzas, se llevó a los zorrillos, y entonces ella y sus crías se regocijaron con un banquete. Regresó la zorra y más le dolió el no poder vengarse, que saber de la muerte de sus pequeños; ¿Cómo podría ella, siendo un animal terrestre, sin poder volar, perseguir a uno que vuela? Tuvo que conformarse con el usual consuelo de los débiles e impotentes: maldecir desde lejos a su ahora enemiga. Más no pasó mucho tiempo para que el águila recibiera el pago de su traición contra la amistad. Se encontraban en el campo unos pastores sacrificando una cabra; cayó el águila sobre ella y se llevó una víscera que aún conservaba fuego, colocándola en su nido. Vino un fuerte viento y transmitió el fuego a las pajas, ardiendo también sus pequeños aguiluchos, que por pequeños aún no sabían volar, los cuales se vinieron al suelo. Corrió entonces la zorra, y tranquilamente devoró a todos los aguiluchos ante los ojos de su enemiga MORALEJA:Nunca traiciones la amistad sincera, pues si lo hicieras, tarde o temprano del cielo llegará el castigo.


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LA LECHERITA La hija de un granjero llevaba un recipiente lleno de leche a vender al pueblo, y empezó a hacer planes futuros: -Cuando venda esta leche, compraré trescientos huevos. Los huevos, descartando los que no nazcan, me darán al menos doscientos pollos. Los pollos estarán listos para mercadearlos cuando los precios de ellos estén en lo más alto, de modo que para fin de año tendré suficiente dinero para comprarme el mejor vestido para asistir a las fiestas donde todos los muchachos me pretenderán, y yo los valoraré uno a uno.Pero en ese momento tropezó con una piedra, cayendo junto con la vasija de leche al suelo, regando su contenido. Y así todos sus planes acabaron en un instante. MORALEJA No te ilusiones con lo que aún no tienes.


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EL LEÓN MORIBUNDO Un león, desgastado con los años e impotente ante su enfermedad, yace en la tierra a punto de muerte. Un jabalí se precipitó sobre él, y vengó con un golpe de sus colmillos una herida mucho tiempo atrás recibida. Poco después el toro con sus cuernos lo corneó como a un enemigo. Cuando el asno vio que la bestia enorme podría ser atacada impunemente, él lo pateó en su frente con sus talones. El León, que expiraba dijo, -He tolerado de mala gana los insultos de los valientes, pero ser obligado a soportar tal tratamiento de ti, que eres una desgracia de la Naturaleza, es en efecto sufrir una doble muerte.MORALEJA Nada molesta más a los poderosos que ser humillados por los débiles.


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EL RATÓN Y EL TORO Un toro fue mordido por un ratón, y enfadado por la herida, intentó capturarlo. Pero el ratón alcanzó su seguridad en su agujero. Aunque el toro cavó en las paredes con sus cuernos, se cansó antes de que pudiera alcanzar al ratón, y poniéndose de cuclillas, se quedó durmiendo fuera del agujero. El ratón se asomó, se arrastró furtivamente hacia su flanco, y mordiéndolo otra vez, se retiró de nuevo a su agujero. El toro se levantó, y no sabiendo que hacer, quedó tristemente perplejo. Entonces el ratón dijo, -Los grandes no siempre prevalecen. Hay momentos cuando los pequeños y humildes son los más fuertes para hacer sus actuaciones.MORALEJA Nunca desprecies el valor de los pequeños.


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EL CAZADOR Y EL PESCADOR Regresaba un cazador con sus perros y su producto, cuando topó con un pescador que también regresaba de su pesca, ambos con sus cestas llenas. Deseó el cazador tener los peces, y el dueño de los peces, las carnes. Pronto convinieron en intercambiarse las cestas. Los dos quedaron tan complacidos de su trato que durante mucho tiempo lo siguieron haciendo día a día. Finalmente un vecino les aconsejó: -Si siguen así, llegará el momento en por tan frecuente intercambio, arruinarán el placer de ello, y cada uno deseará quedarse solamente con lo que obtuvo. MORALEJA Varía y alterna tus actividades para disfrutar mejor.


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EL LOBO CON PIEL DE OVEJA Pensó un día un lobo cambiar su apariencia para así facilitar la obtención de su comida. Se metió entonces en una piel de oveja y se fue a pastar con el rebaño, despistando totalmente al pastor. Al atardecer, para su protección, fue llevado junto con todo el rebaño a un encierro, quedando la puerta asegurada. Pero en la noche, buscando el pastor su provisión de carne para el día siguiente, tomó al lobo creyendo que era un cordero y lo sacrificó al instante. MORALEJA Según hagamos el engaño, así recibiremos el daño


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EL LEÓN, LA ZORRA Y EL ASNO El león, la zorra y el asno se asociaron para ir de caza. Cuando ya tuvieron bastante, dijo el león al asno que repartiera entre los tres el botín. Hizo el asno tres partes iguales y le pidió al león que escogiera la suya. Indignado por haber hecho las tres partes iguales, saltó sobre él y lo devoró. Entonces pidió a la zorra que fuera ella quien repartiera. La zorra hizo un montón de casi todo, dejando en el otro grupo sólo unas piltrafas. Llamó al león para que escogiera de nuevo. Al ver aquello, le preguntó el león que quien le había enseñado a repartir tan bien. -- ¡Pues el asno, señor! MORALEJA Siempre es bueno no despreciar el error ajeno y más bien aprender de él.


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LOS RATONES PONIENDO EL CASCABEL AL GATO Un hábil gato hacía tal matanza de ratones, que apenas veía uno, era cena servida. Los pocos que quedaban, sin valor para salir de su agujero, se conformaban con su hambre. Para ellos, ese no era un gato, era un diablo carnicero. Una noche en que el gato partió a los tejados en busca de su amor, los ratones hicieron una junta sobre su problema más urgente. Desde el principio, el ratón más anciano, sabio y prudente, sostuvo que de alguna manera, tarde o temprano, había que idear un medio de modo que siempre avisara la presencia del gato y pudieran ellos esconderse a tiempo. Efectivamente, ese era el remedio y no había otro. Todos fueron de la misma opinión, y nada les pareció más indicado. Uno de los asistentes propuso ponerle un cascabel al cuello del gato, lo que les entusiasmó muchísimo y decían sería una excelente solución. Sólo se presentó una dificultad: quién le ponía el cascabel al gato. -- ¡Yo no, no soy tonto, no voy! -- ¡Ah, yo no sé cómo hacerlo! En fin, terminó la reunión sin adoptar ningún acuerdo. MORALEJA Nunca busques soluciones imposibles de realizar.


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LA LIEBRE Y LA TORTUGA

En el mundo de los animales vivía una liebre muy orgullosa, porque ante todos decía que era la más veloz. Por eso, constantemente se reía de la lenta tortuga. -¡Miren la tortuga! ¡Eh, tortuga, no corras tanto que te vas a cansar de ir tan de prisa! -decía la liebre riéndose de la tortuga. Un día, conversando entre ellas, a la tortuga se le ocurrió de pronto hacerle una rara apuesta a la liebre. -Estoy segura de poder ganarte una carrera -le dijo. -¿A mí? -preguntó, asombrada, la liebre. -Pues sí, a ti. Pongamos nuestra apuesta en aquella piedra y veamos quién gana la carrera. La liebre, muy divertida, aceptó. Todos los animales se reunieron para presenciar la carrera. Se señaló cuál iba a ser el camino y la llegada. Una vez estuvo listo, comenzó la carrera entre grandes aplausos. Confiada en su ligereza, la liebre dejó partir a la tortuga y se quedó remoloneando. ¡Vaya si le sobraba el tiempo para ganarle a tan lerda criatura! Luego, empezó a correr, corría veloz como el viento mientras la tortuga iba despacio, pero, eso sí, sin parar. Enseguida, la liebre se adelantó muchísimo. Se detuvo al lado del camino y se sentó a descansar. Cuando la tortuga pasó por su lado, la liebre aprovechó para burlarse de ella una vez más. Le dejó ventaja y nuevamente emprendió su veloz marcha. Varias veces repitió lo mismo, pero, a pesar de sus risas, la tortuga siguió caminando sin detenerse. Confiada en su velocidad, la liebre se tumbó bajo un árbol y ahí se quedó dormida. Mientras tanto, pasito a pasito, y tan ligero como pudo, la tortuga siguió su camino hasta llegar a la meta. Cuando la liebre se despertó, corrió con todas sus fuerzas pero ya era demasiado tarde, la tortuga había ganado la carrera. MORALEJA:No hay que burlarse jamás de los demás. También de esto debemos aprender que la pereza y el exceso de confianza pueden hacernos no alcanzar nuestros objetivos.


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EL LEÓN Y LOS TRES TOROS Una vez tres toros hicieron un pacto de amigos y juraron no romperlo, pasara lo que pasara. El pacto consistía en repartirse, por partes iguales, un pastizal que habían descubierto en los alrededores del bosque, de tal manera que todos pudieran pasear y pastar a su antojo y ninguno invadiera la parte de terreno que les correspondía a los otros dos. Todo iba muy bien hasta que un día un león hambriento descubrió el pastizal con los tres gordos y cebados animales. La boca se le hizo agua de sólo verlos y se propuso darse tres suculentos banquetes. El problema era que nada podría hacer mientras los toros, que eran animales fuertes y poderosos, se mantuvieron unidos. De modo que ideó un astuto plan para enemistarlos entre sí. Adoptando un aire hipócrita y zalamero, atrajo la atención de cada uno de ellos por separado y lo convenció de que los otros dos se habían aliado para quitarle su parte del terreno y apoderarse de sus pastos antes de que llegara el invierno. Los toros ingenuamente le creyeron y se llenaron de desconfianza y recelo entre sí, hasta el punto de no moverse cada uno de su pastizal por temor a que los otros dos se lo quitaran. En cuanto los vio separados, el león los atacó uno por uno y se dio los tres suculentos banquetes con que había soñado. MORALEJA La discordia que divide a los amigos es la mejor arma para los enemigos


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