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Sociedad e Inteligencia Artificial
oy en día, la inteligencia artificial ofrece una amplia gama de aplicaciones que pueden transformar positivamente la calidad de vida de la sociedad, y su potencial es especialmente significativo para una región como Zacatecas, debido a los beneficios que puede aportar a la tecnología, la industria y el gobierno.
Por ejemplo, en el ámbito de la salud, la inteligencia artificial puede mejorar el diagnóstico médico y la atención al paciente, al permitir un análisis más preciso y rápido de datos médicos y síntomas. Esto reduciría el tiempo de espera para recibir atención médica y aumentaría la tasa de detección temprana de enfermedades, mejorando así la calidad de vida y la esperanza de vida en la región.
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Por otro lado, la inteligencia artificial también tiene un impacto considerable en la industria y la economía. En sectores como la agricultura, e trata de la historia en general del país. Quiero que primero nos fijemos en ello antes de hablar del libro que les quiero presentar hoy. Digamos que es la antesala. Cuando hablamos de la historia del país, inmediatamente sabemos que hay dos tipos de historia: la oficial y la que se da tras bambalinas. La que se redacta en las monografías y la que se susurra a voces en los pasillos. Creo que para nadie es un secreto la existencia de estos dos tipos de historias.
Cuando acontece algún hecho histórico que marca al país todo sabemos que hay otra historia que se entreteje tras de bambalinas. Tal vez buena parte de lo que acontece en nuestro país está tras de lo que no se dice, en esos acuerdos que se dan en lo “oscurito”, en las turbias oficinas a puertas cerradas. Ahora sí entremos al libro que les quiero presentar.
De su autor, Diego Petersen Farah no había leído nada. Actualmente son muchos los libros que se publican y leer todo sería una tarea titánica cuando no imposible. Hay que definir la prosa de Petersen en unas cuantas líneas porque es meramente esencial, lo cual no quiere decir que sea básica: no entra en complicaciones narrativas, nos cuenta la historia que él quiere contar, con los personajes a los que quiere recurrir (bien delineados, por cierto) y punto.

Señalar esto es importante porque parece que en la actualidad buena parte de la literatura mexicana se volvió disparatada con tal de alcanzar fines comerciales: buscan puede optimizar el riego, el uso de pesticidas y la cosecha, lo que aumentaría la producción agrícola y reduciría costos. Asimismo, en la manufactura, la automatización inteligente es un medio que puede mejorar la eficiencia y la calidad de los productos.
En este sentido, la integración de la inteligencia artificial en Zacatecas también puede fomentar la investigación y la innovación. Las universidades pueden desarrollar programas de formación y colaborar con el gobierno o la industria para promover la adopción de tecnologías inteligentes, lo que fomentaría el talento y atraería nuevos capitales, impulsando el crecimiento económico y la creación de empleo en la región.
Sin embargo, es crucial abordar desafíos éticos y de responsabilidad, asociados con su uso, como la privacidad de los datos y la toma de decisiones sesgadas. Por ello, se requiere una regulación adecuada y una cola- boración responsable entre todos los agentes involucrados para garantizar que los beneficios sean accesibles y equitativos para toda la sociedad, consolidando así el efecto planteado inicialmente.
Finalmente, tengamos presente una frase de Tim Cook, actual direc-
El Chacal
tramas difíciles y complicadísimas, socialmente redentoras y con causas políticas, personajes con psicologías cuyas mentalidades nunca acabamos de entender (así hayamos acudido al terapeuta millones de veces) y con desarrollos repetitivos que ya estuvieron de moda en la década de los sesenta y que tan solo pretenden tomarnos el pelo.
Y nos hemos olvidado de algo: de contar una historia, de eso, de contar lo que le pasa a alguien y de saber cómo hacerlo. Así sea una historia aburrida (la novela de Diego no lo es). Así sea una historia entretenida. Hay muchos autores jóvenes que se entretienen mucho en la forma, en su prosa, en los recursos, pero no saben contar, sus historias carecen de estructuras narrativas. De eso nos estamos olvidando.
Y, sin duda, “El Chacal” (Planeta, 2022) continúa esa tradición de contar historias que resultan atractivas de leer, que tienen ese agarre que te hace no soltar la novela desde que comienzas, hasta que llegas a la última página. Y es que buena parte de lo que se nos cuenta se hace a manera de chisme, nosotros somos testigos de secretos y de cosas que ocurren tras de bambalinas: aquí es donde entran las posibilidades de la otra historia donde entretejen los negocios y las corruptelas.
Tenemos a un muy bien cimen- tado personaje, el Chacal, quien llega a la Ciudad de México como llegan muchos: en busca de una oportunidad en el mundo del periodismo (para quien no conoce este mundo es buena oportunidad para acercarse a él). A partir de aquí, Diego Petersen, quien es periodista y a quien, por lo tanto, podemos darle un voto de credibilidad en la historia que nos cuenta, lo cual vuelve más emocionante la novela, el Chacal se ve involucrado en varios sucesos históricos donde descubre de qué está hecha la historia del país: de la corrupción, de las mafias, de lo que un partido en el poder por más de cincuenta años decide qué es lo que se debe y no se debe hacer, de los pactos en lo oscurito, y claro que el Chacal es astuto, aprende a moverse entre la porquería (lo mismo que la política) porque tiene un característica que tienen todos los hombres que están en el poder: es ambicioso y sueña con el poder (sí, hay tintes de Shakespeare).
La voz narrativa está tan bien construida que en ningún momento se viene abajo el suspenso, seguimos los pasos de la ambición del Chacal, las jugadas que hace, los más abyectos pactos para subir de puesto en puesto sin importar a quien tenga que pisar para hacerlo, y aquí hay un punto muy importante donde se tor ejecutivo de Apple, empresa referente en el ámbito de la inteligencia artificial: “lo que todos tenemos que hacer es asegurarnos de que estamos utilizando la inteligencia artificial de una manera que sea en beneficio de la humanidad, no en detrimento de la humanidad”. pone en juego la auténtica moral del hombre frente a una voraz maquinaria como lo es el poder político, un poder que, lo hemos visto desde los griegos, corrompe a los hombres, los vuelve miserables y crueles, y es así que desde otra óptica el Chacal representa a todos esos hombres que se envuelven con el poder y que atendiendo a sus ambiciones se vuelven pronto ciegos y ciegos caen al abismo, como le ocurre a él.
Pronto, luego de ser reportero, consigue un puesto en el noticiero estelar de la televisora más importante y es aquí donde erige su trinchera para atacar a los políticos y gente de los medios vendiéndose al mejor postor.
Hemos atestiguado la estructura clásica de la parodia de un héroe, la llegada, el ascenso, la caída, y ahora el Chacal es un hombre vanidoso enamorado de su propia imagen y de su propio poder y ahora está preparado para caer y es aquí donde llega el desenlace, el cual, obvio, no les voy a contar para que ustedes puedan seguir la pista de un hombre que representa buena parte de la clase política mexicana y a muchos de los periodistas de televisión que conocemos.
Hay muchas moralejas políticas y sociales tras la lectura de “El Chacal”, también algunas lecciones de lo que una literatura sencilla puede conseguir. De entrada, el título llama mucho la atención en las librerías. La novela es breve, con un poco de entusiasmo ustedes la leen en dos días. Les aseguro que se van a emocionar, que verán casi de pie frente a ustedes a el Chacal.
B enjamín m octezuma L ongoria ndependientemente de los tiempos que marca la legislación electoral, es evidente que el proceso de la sucesión presidencial en México está en marcha y se realiza de una manera diferente a lo acostumbrado. Pero esa manera, o forma, es eso: forma. Debe interesarnos la parte profunda de los cambios.
Pretenden acostumbrarnos a creer, casi sin pensar, que la disputa por la nación es un simple proceso electoral, en el que diversos partidos políticos compiten para hacerse del poder y gobernar conforme a la doctrina que profesan. No es así. Lo electoral es sólo el modo como se legaliza al conjunto de fuerzas gobernantes y el proyecto que implementan.
Desde la llegada del neoliberalismo (en México se evidencia a partir de 1982, más tarde que en otras naciones de América, en parte explicado por la bonanza petrolera que evitó la profundidad de crisis del modelo de crecimiento anterior y la retrasó), no sólo se fueron registrando cambios económicos, sino también se aceleraron cambios en mecanismos políticos, institucionales y legales que dieran paso al Patrón de Crecimiento Económico Neoliberal.
Las relaciones entre los grupos económicos más poderosos de México con los grupos económicos imperiales (los que establecen condiciones en distintas regiones del mundo) sus gobiernos, los monopolios de la comunicación, la clase política interna y sus representaciones en partidos políticos, como en los tres poderes de gobierno, a lo ancho y largo del país, se entrelazaron y dieron forma “… a algo muy parecido a una mafia…” (AMLO).
La nueva estructuración económica, jurídico-política e ideológica que, desde entonces, se registró llevó a mostrar una mayor claridad de que lo político es expresión (ciertamente dinámica y recíproca) de lo económico. Los primeros pasos se “transparentaron” con la firma del “Pacto por México” en el que empezaron a trabajar sincronizadamente la llamada derecha, “el centro” y la entonces llamada “izquierda” a favor de los grandes capitales transnacionales, haciendo todo porque los extranjeros se llevaran, prácticamente a razón de regalo, nuestras riquezas, mientras creció la desigualdad y se profundizó la dependencia del extranjero (económica y política -al grado de imponer directrices de gobierno y hasta a funcionarios “ideales”-).
La defensa del Patrón de Crecimiento Neoliberal que tan ferozmente han defendido PRI, PAN y PRD, responde a la conexión directa que, esos partidos, han establecido con las clases oligárquicas burguesas (los “fifís”) de nuestro país y del extranjero; al grado de subordinar la organización, la ideología y toda iniciativa política a la voz del empresariado promotor del nuevo neocolonialismo. r icardo a rteaga a naya a derecha mexicana, representada por los partidos políticos del PRI, PAN y PRD, al menos las élites partidistas, fueron, durante casi un sexenio, incapaces de exponer, explicar y poner en la mesa de la opinión pública, su proyecto de nación; una vez que López Obrador obtuvo el triunfo, han dedicado su esfuerzo, capacidad y poderío económico y político en una campaña mediática para atacar (sin crítica constructiva) toda acción impulsada por el proyecto de la cuarta transformación, renunciando intencionalmente a la construcción política en torno a una idea, un proyecto político o un proyecto de nación.
Y, aún más, a simplemente a agacharse, rendir pleitesía y recibir instrucciones.
Esa parte de la clase política terminó por ser agachona, retrógrada, reaccionaria, irreflexiva e incapaz de trazar un nuevo rumbo para México. Simplemente ha sustituido la dirección política (que además de colegiada resultaba del debate interno de los partidos) por lo que nuestro presidente llama la “gerencia política”. Definición que, en mi opinión, recoge correctamente la naturaleza actual de esas “fuerzas” (tan desforzadas).
Ahora son letra muerta los Estatutos, la Declaración de Principios y el Programa de los Partidos; tampoco hay “ideólogos” de partido, reflexión, debate y determinaciones democráticas. La relación de los partidos con sectores de la sociedad, a la que han pretendido representar, se ha divorciado por completo y se ha soldado con la oligarquía económica nacional e imperialista que son los que, de manera directa, les ha señalado un “mesías”, un salvador de rumbo, a quien obedecen ciegamente, no se atreven a criticarlo, no les da ocasión de reflexión y menos de debate, simplemente obedecen y se dejan conducir. Es la llamada “gerencia política” que se extrapola de la empresa capitalista a la política.
En el neoliberalismo, esa lógica gerencial viene aplicándose en los procesos políticos. Los mensajes de contenido programático, encaminados a crear conciencia social, han sido sustituidos por mensajes enajenantes, de falsa conciencia mercadotécnica, en la que sobreabundan la calumnia, la difamación, las noticias falsas. Ahora, los partidos, candidatos y sus propuestas de nación son productos mercadológicos. El marketing ocupa el lugar de la comunicación social. La propaganda “comercial” (dicen que política) se sobrepone a la relación directa de los partidos y candidatos con el pueblo.
De todo eso devienen nuevas necesidades de análisis intelectual, pero prácticas (praxis teórica) para comprender que las mismas instituciones encargadas de regular el quehacer, la convivencia y confrontación política de los partidos (como el INE, el Tribunal Electoral y hasta la propia SCJN) han quedado estrechas porque la disputa por la nación no es una disputa entre partidos, sino entre la oligarquía económica neocolonialista y los sectores nacionalistas de México. Los partidos políticos son, ahora más que antes, meros instrumentos, pero instrumentos que se manejan como cosas y no como organismos de humanos reflexivos, participativos y transformadores.
Señalo que renunciaron intencionalmente porque quizás electoralmente era más rentable fomentar la polarización entre los mexicanos que respaldan a López Obrador y los que no, pues al momento de hacer público su proyecto de nación, muchos de los que no respaldan al presidente, dejarían de considerarlos una opción electoral.
El proyecto de nación de la derecha en México fue expresado por Vicente Fox en una entrevista, su visión de país fue claramente evidenciada y por fin se abrió a la opinión pública para su análisis y su debate, el ex presidente panista ha sido uno de los principales promotores de la Senadora Xóchitl Gálvez, quien fue miembro de su gobierno y pertenece, quizás, al mismo grupo político y económico, es decir, representa a los mismos empresarios que impulsaron y financiaron la candidatura de Fox, los famosos amigos de Fox.
Al manifestar su desprecio y odio por los más pobres, por los que durante años habían sido abandonados, por los jóvenes a los que durante décadas les han arrebatado las posibilidades de un mejor presente y futuro, Vicente Fox expone el verdadero proyecto de la derecha en México: frenar todo programa social, obra pública y cambio institucional que pueda traer un cambio político, democrático, económico y social en beneficio de los mexicanos.
Las manifestaciones de panistas en rechazo a las expresiones del ex presidente traen a luz el hecho de que ellos opinan y consideran huevones a los mexicanos que reciben un programa social, sin embargo, entienden que expresarlo es un suicidio, puesto que más de 30 millones de hogares reciben un programa social y más del 50% de la población vive en condiciones de pobreza, saben perfectamente que hacer público su proyecto es enfrentarse a esa mayoría, sin embargo, no sólo han demostrado que su proyecto es mantener los privilegios rechazando programas en pro de los más pobres, lo han votado en contra en toda ocasión que han tenido oportunidad en el Congreso, han buscado frenar la compra y construcción de refinerías, el tren maya, han votado contra el incremento de la cantidad en los programas sociales, etc.
En ese mismo sentido, la mejor candidata de la derecha y de los poderes facticos, al menos así la venden, Xóchitl Gálvez también expone su forma de pensar y el proyecto de nación que tiene en mente: la privatización de lo público para beneficiar a los privados (que financian sus campañas), el hecho de creer que beneficia más a los trabajadores, el hecho de que el gobierno pueda “gestionarles” un descuento en el pago de seguros médicos privados es la expresión más clara de ello, que los trabajadores paguen sus seguros como actualmente aportan una parte al ahorro con el que se retirarán al terminar su vida laboral es clara muestra de ello, no les importa poner y usar a las instituciones públicas en beneficio de todos los mexicanos, lo público es solamente para beneficio de unos cuantos, en ese sentido han llevado sus gobiernos y así lo expresan ante los medios de comunicación.
En México nos encontramos ante dos proyectos de nación, uno de ellos el que ya analizamos líneas atrás, el que quiebra las instituciones públicas para privatizarlas, el que las emplea para comprar medicamentos a las empresas de las que son dueños, el que infla las obras públicas para beneficiar a sus constructoras, en otras palabras: el proyecto de nación que pone el recurso público al servicio de unos cuantos; por el otro lado, un gobierno que en menos de 6 años ha impulsado obras reconocidas internacionalmente que han generado y generarán cientos de miles de empleos y beneficios colectivos, el que invierte en buscar rescatar los servicios de salud, en mejorar las prestaciones laborales, fortalecer una economía, es decir, el proyecto de nación que pone el recurso y las instituciones públicas al servicio de todos los mexicanos, incluso de aquellos que no comparten dicho proyecto.
Este segundo proyecto de nación, el de la 4T, no sólo debe continuar, sino que debe profundizarse, consolidarse y concluirse para que el proyecto de la derecha no vuelva a ser realidad y en ese sentido, continúo manifestando que el mejor perfil para ello es el de la Doctora Claudia Sheinbaum.