La Gualdra 610

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Raúl Anguiano nació un día como hoy, 26 de febrero, pero de 1915 en Guadalajara, Jalisco. Comenzó su formación en 1928 en la Escuela Libre de Pintura de Guadalajara; en la CDMX se desempeñó como profesor la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda. En 1951 participó en la fundación del Salón de la Plástica Mexicana; fue integrante de la Societé Europeéne de Culture de Venecia. Artista plástico prolífico y talentoso; ingresó a la Academia de Artes el 14 de abril de 1983. Murió el 13 de enero de 2006 en la CDMX. Con su obra Mujer en reposo, lo recordamos en La Gualdra en este aniversario 109 de su natalicio.

SUPLEMENTO CULTURAL NO. 610 26 DE FEBRERO DE 2024 / AÑO 13 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
Raúl Anguiano, Mujer en reposo, 1987, litografía, 59 x 78.5 cm. Acervo Academia de Artes.

La Gualdra No.

Contenido Editorial

Existe una reiterada costumbre, en la mayoría de las instituciones públicas, de desaparecer lo que se hizo en periodos anteriores; no sólo en Zacatecas, me parece que eso ocurre en todo el país. Pocos son en realidad los proyectos exitosos a los que se da continuidad cuando un nuevo periodo administrativo comienza, y así, hemos visto cómo los nuevos gobiernos desechan lo que se hizo en el pasado sin ningún tipo de miramiento. Aunque, también hay que decirlo, existen voluntades desde lo institucional para preservar sobre todo aquello que tiene un significativo impacto social y éste es el caso del proyecto Glosa Histórica de Zacatecas. El pasado 21 de febrero se llevó a cabo, en el Auditorio del Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, la presentación de una página web en la que se incluye un exhaustivo trabajo de historiografía sobre nuestro Estado. Jesús Flores Olague (+) -director del Proyecto Historia de Zacatecas- consigna en el apartado de presentación del portal, que se trata “en suma, de un amplio trabajo colectivo de especialistas y estudiosos, nacionales y extranjeros, identificados con el tema de Zacatecas, y que se reúne en una edición electrónica con propósitos múltiples”.

Hace dos décadas este proyecto se editó en CD y seguramente habrá quienes tengan ese material en un formato que cada vez es más complicado utilizar, porque son pocas las computadoras que actualmente tienen este tipo de dispositivos; por eso la idea de subir a internet este magnífico contenido que le servirá a usted si está interesado en conocer más sobre la historia de nuestra tierra, pero que de seguro será de mucha utilidad para los profesores de historia porque tiene un material didáctico muy interesante.

En el contenido podemos ver que la glosa incluye cinco tomos, a saber: Tomo I: La tradición de Tuitlán, una expresión singular de la cultura mesoamericana (Jesús Flores Olague); Tomo II: Plata, poblamiento, misiones y mestizaje: las diversas aristas del virreinato (Carlos Sempat Assadourian es el coordinador; coautores: Luis Fernando Flores Olague, Valentina Garza Martínez y Juan Manuel Pérez Zeballos); Tomo III: De Nueva España a México: el duro aprendizaje de la libertad, 1808-1867 (Mercedes de Vega es la coordinadora; coautores: Juan Ortiz Escamilla y Sonia Pérez Toledo); Tomo IV: Triunfo re-

publicano, dictadura, guerra civil y nuevas instituciones, 1867-1940 (Sandra Kuntz Ficker y Luis Jáuregui); y Tomo V: Apuntes contemporáneos: economía, política y cultura, 1940-1991 (Laura del Alizal es la coordinadora; coautores: Víctor Manuel Muñoz Patraca y Ariel Rodríguez Kuri).

En el portal de la glosa también encontrará un apartado de recursos educativos como infografías, cuadros sinópticos y mapas conceptuales y mentales, de los siguientes temas: Virreinato, Mesoamérica, y un recorrido por la historia de 1808 a 1991. Otro de los puntos más interesantes de este proyecto es que no se da por concluido, pues hay una sección, llamada Ágora, en la que invitan a los usuarios a aportar más datos “para enriquecer el contenido de la glosa histórica, compartiendo tus conocimientos, comentarios, documentos y todos aquellos materiales que contribuyan a acercarnos a la evolución histórica de Zacatecas”, para esto, sólo hace falta dar clic en el ícono correspondiente y llenar los campos requeridos; una vez que se ha hecho esto pasará a revisión y los administradores de la plataforma darán respuesta a la solicitud de inclusión. Otro de los apartados es el de la cronología y ahí encontrará una serie de acontecimientos destacados del periodo comprendido entre 1530 hasta 2019.

El proyecto de crear este portal inició en la administración gubernamental anterior y gracias a los esfuerzos de la Dra. Mercedes de Vega se hicieron las gestiones para darle continuidad a este trabajo que suma varias décadas de investigación. A partir de este mes está ya disponible para su consulta la página web de la Glosa Histórica en la siguiente dirección: https://glosa-historica.culturazac.gob.mx Enhorabuena a todo el equipo que hizo posible que esta información esté disponible, de manera gratuita y accesible. Me sumo también a la petición -realizada el 21 de febrero durante la presentaciónpara que en algún momento pueda adquirir el formato de libro; ojalá que pueda ser posible.

Que disfrute su lectura.

Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com

Nacieron flores en mi boca cuando olvidé tu nombre, de Maira Colín

Por Gustavo Iñiguez

Daniel Centeno: “Todo tiene que ver con la muerte” [Reseña de Rara vez elegimos morir]

Por Beatriz Pérez Pereda

Fulgor del regreso, danza que nunca termina, de Rubén Rivera

Por Jorge Esquinca

Proseguir el diálogo entre psicoanálisis y filosofía

Por Sigifredo Esquivel Marin

The zone of interest, de Jonathan Glazer

Por Adolfo Nuñez J.

Zona Maco: La gran feria posmoderna Por Gustavo Villagrana

LA GUALDRA NO. 610 /// 26 DE FEBRERO DE 2024 /// AÑO 13 La Gualdra es una coproducción de Jánea Estrada Lazarín y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores. Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Sandra Andrade Diseño Editorial Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
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Nacieron flores en mi boca cuando olvidé tu nombre, de Maira Colín*

6 Por Gustavo Iñiguez

Maira Colín nació en la Ciudad de México. Es autora del libro de cuentos para jóvenes Atrapados en la red (Selector, 2010), la novela Salida de emergencia (La cifra, 2016), y los libros de poesía Mentí cuando te dije que seríamos felices para siempre (Bonobos, 2018) e Indóciles (Matrushka, 2020). Actualmente forma parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte.

Fanny Enrigue ha escrito: recrear una geografía propia no se limita a mostrar la ordenación de un territorio, el trazo de algunas calles, el trino de algunos pájaros que no se percatan de un cristal y se estrellan. En Nacieron

flores en mi boca cuando olvidé tu nombre, de Maira Colín, el acto de dar nombre funge como una suerte de mecanismo de conformación cósmica y de tierna apropiación y , diciendo como Cioran, que “un libro debe hurgar en las heridas […] debe ser un peligro”, así es, en el mejor de los sentidos, leer este poemario, porque la ficción es catártica y esa llaga, lejos de lastimar, se convierte en pregunta, canto y empatía; aunque también, como lectores, nos nacen flores con los versos de esta obra: poderosos, sin tapujos. Porque la palabra que es autopoiesis y también sororidad.

Escribo

Escribo con las fauces abiertas y el deseo en alto.

Escribo ante la imposibilidad de arrodillarme y para quienes creen que lo han perdido todo.

Escribo para acallar un silencio que al fin puedo nombrar: violencia.

Escribo quién soy para no perderme entre los mandatos de lo que debí haber sido.

Balada a la codependencia

Un mar de sábanas blancas llega hasta la orilla de la cama.

Por un lado, el vacío y por el otro, las barras que enmarcan y aprisionan.

Sábanas limpias. Las almohadas se acurrucan una con otra y resplandece la blancura.

Todo ha sido amorosamente calibrado.

La cama domina la habitación.

Esto es el escenario para una balada en honor a la codependencia.

Segunda lengua

Creamos un lenguaje lleno de lugares comunes.

Los días fueron habitados por la voz del otro.

Así nos mantuvimos hasta que me nombraste asfixia vientre colgado sobra bolsa de basura sobra de las sobras.

Las palabras rompieron contra mi cuerpo.

Nunca pensé que ese idioma iba a costarme tanto.

Miedo al dolor

Temo a la colección de adjetivos que acompañan el dolor y al fraude verbal de las supuestas mejorías.

A pesar de los registros soy incapaz de hablar de esto.

Cada vez más aislada. Mi situación me avergüenza.

Temo a las imágenes repetidas: el cuerpo contrahecho arrastrado a la misma mesa a la misma noche al mismo vacío.

Es patético reconocerse en la tristeza de otras.

Hay una culpa ciega por no ser suficiente.

Alguien toca la puerta. Domino la tensión del día. El dolor de examinar el dolor y continúo con mi desplome.

luminación artificial Las madrugadas siempre radiantes.

Las calles el pulso muerto en un monitor. Llama mi atención una ventana con la luz apagada.

La oscuridad surge en medio del concierto de luces artificiales.

Desde ese hogar alguien manda un mensaje al mundo.

Aquel desconocido aparece en calma o angustiado en el exilio. Quizás solo soy yo en un intento por sobrevivir a esta noche.

En ningún sitio encuentro amparo.

Las aves de mis manos

Los pájaros me miran desde sus nidos detrás del cristal de la ventana.

Aquí dentro hay aves en las sombras de mis manos.

Nos hacen compañía sus aleteos y sus trinos llenan el espacio.

Los reflejos confunden a los pájaros de afuera como si en mi casa hubiera aves domésticas que no sienten miedo de estar encerradas.

Pasan por las paredes se detienen en cables invisibles.

Un pájaro del mundo se estrella contra el cristal y cae al piso tiembla con sus alas rotas.

En desbandada los otros pájaros se alejan.

No hay angustia mayor que la de un ave que agoniza.

Tomo la muerte entre mis manos.

Mis dedos de ave rozan el diminuto cadáver

al tiempo que surcan voraces los cielos de las paredes que nos confinan.

El fresno

El cuarto de los niños es una historia bien escrita: hay un árbol que ocupa la vista completa de su ventana.

Las ramas acarician los cristales como si quisieran convencerlos de que abran el cerrojo.

Quiero que mis hijos contemplen el paso de las estaciones junto al fresno.

Al final Comprendí que no hay manera de dejar una casa: la intimidad el polvo el crujir de las cerraduras los secretos en la alacena.

Una casa anida en el pecho se despliega en cualquier lugar. Se alumbra a voluntad.

Sucedió cuando no pude verlo: tus palabras dejaron de ser una herida y nacieron flores en mi boca cuando olvidé tu nombre

Libros

*Espina Dorsal. 2023

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Maira Colín

Libros

Daniel Centeno:

“Todo tiene que ver con la muerte”
[Reseña de Rara vez elegimos morir ]

6 Por Beatriz Pérez Pereda

En Suspense, Patricia Highsmith dice que: "una acción sensacional y una prosa inteligente no consiguen oculta la falta de inventiva por parte del autor. También escribir lo obvio, que en realidad no entretiene, proviene de una especie de pereza”; para Daniel Centeno (Los Mochis, Sinaloa, 1990) esto no supone un problema ni él es una víctima de la pereza, el universo de sus cuentos se compone de premisas originales, casi únicas, que lo hace contrastante entre los libros de cuentos que habitualmente ocupan las mesas de novedades editoriales.

Además, el autor escribe un género (o un subgénero, si lo incluimos dentro del cuento fantástico

y de ciencia ficción), que denomina Death fiction , “un tipo de ficción donde la muerte es protagonista”, dicho por él mismo, y quizá la verdadera protagonista de sus historias ya que “resulta ser la esencia del material literario que hay.”

Por esto no me extraña que en el nuevo libro de cuentos de Daniel Centeno, Rara vez elegimos morir (2024), publicado por la editorial chilena Trazos de aves, el tema de la muerte sea recurrente y relevante, pero también la amistad y cierta imposibilidad de los personajes para mostrarse al otro, a los otros, totalmente y al mismo tiempo seguir siendo leales a sí mismos, y así ser aceptados, amados. En los siete cuentos que componen el li-

bro, Centeno ensaya una y otra vez sobre la muerte y la amistad (que tal vez debería decir amor), esa rareza que a veces ocurre entre dos personas y que acaso sea el único hechizo sobre la certeza y la sombra continúa de la muerte. Aunque sabemos que no es un tema nuevo ni indiferente entre escritores y lectores, Daniel busca darle una vuelta, ir un poco más allá, porque a pesar que los humanos siempre estemos pensando en la muerte por estar rodeados de ella, lo cierto es que Rara vez decidimos morir, y eso es evidente en estas páginas donde la muerte se pasea como una protagonista luminosa y omnipresente junto a jóvenes telépatas; una niña que prefiere una muerte por helicópteros;

personajes que ven los fantasmas de nuestras muertes y escuchan la música que nos hace irrepetibles pero que también anuncia el final; ecocidio y acoso escolar o un rostro tan común, que en un giro del destino, nos hace llegar justo a donde pertenecemos, y esto es sólo un intento por sintetizar premisas e historias mucho más complejas y emotivas.

Una literatura obsesiva pero leal con esa decisión y una imaginación en las antípodas de la pereza, de la que estoy segura aún nos dará más e incluso mejores frutos, es la apuesta de Daniel Centeno, dejémonos sorprender por un universo distinto y otra forma de mirar a la muerte.

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Daniel Centeno. Imagen de su muro de FB

Fulgor del regreso, danza que nunca termina, de Rubén Rivera 1

6 Por Jorge Esquinca

Entre los numerosos viajeros que, llegados del otro lado del Atlántico, pasaron por México durante la primera mitad del siglo XX destaca, sin lugar a dudas, el poeta francés Antonin Artaud. Obedeciendo a un poderoso impulso visionario, el viaje de Artaud tenía como principal objetivo el ascenso a la sierra Tarahumara donde pretendía involucrarse de manera directa en un rito cósmico que, según su propio ideario, habría sobrevivido en una Raza-Principio habitante de las montañas desde tiempos inmemoriales. Sobre las circunstancias de su viaje, el propio autor de El teatro de la crueldad dejó diversos testimonios —poemas, ensayos, cartas— que dan fe de un espíritu sacudido por un mundo mágico, pleno de una intensa carga simbólica. Muchos años después el poeta mexicano Rubén Rivera emprende, siguiendo las huellas de aquél, su propia búsqueda, su muy personal ascenso.

El resultado es este hermoso libro, Fulgor del regreso. ¿Qué buscaba Rubén? Lo dice desde el poema inicial del volumen: Vine con los Tarahumaras/ para encontrarme. Y este trayecto hacia el centro de su ser signado por una apertura al mundo que implica una permanente comunión con las criaturas que lo pueblan, un espacio de excepción donde el agua, el aire, la tierra, el fuego y los frutos que de ellos emanan se conjugan al unísono en un flujo sostenido por el verbo cantar. Cada uno de los pasajes que componen este libro es una puerta abierta a esa experiencia privilegiada que Rubén Rivera sabe cantar y contar mediante versos breves, cargados de energía, henchidos de alegría y de su hermana gemela, la tristeza. Un aliento, un ritmo, un ciclo que se cumple y queda resonando en nuestros oídos como los pasos precisos de esa danza que nunca termina.

Selección de poemas de “Fulgor del regreso” (ISC, 2012)

RUTA DE ARTAUD

Lo vi llegar

Por el camino de las sombras

Su rostro era bruma

Paso a paso iba con él

Artaud no es la medicina

Es la enfermedad

Estoy ardiendo

Igual que Artaud

Su enfermedad

Son los dioses La poesía

Artaud no me toca

Trato de tocarlo

Sufre Y se cura con el sufrimiento

* Por eso vine esta noche

A Norogachi

Donde se enreda el aire

El Lago de las Garzas

La Cueva de la Hierbabuena

La Sinforosa

Y las cascadas Nos alegran

Un hombre me ofrece sus mujeres

Mientras me habla de la Biblia

Mira en mi rostro

El rostro de Cristo

Pero soy un Cristo diferente

Porque no me interesa salvar a nadie

Me interesa perderme

Si he llegado de tan lejos

Es porque amo mi alma

Vine con los tarahumaras

Para encontrarme

* Artaud

Vino a curarse de su yo podrido

Despedazado

Gangrenado por el nosotros

Yo vine a perder mi yo

Y encontré muchas flores desérticas

Y no sabía cuál era el páramo

De mi espíritu

La piedra de la fertilidad Nos mira en silencio

Me alimento

De naranjas y manzanas

Y por un cigarro

Regalo mi chaleco a un pintado

Tú no sabes

Donde encuentras

Tu condición de hombre

Y te asustas

Y el miedo te salva

¡Te vas a curar! ¡Te vas a curar Artaud!

Le gritaban

Pero el médico

Estaba más enfermo que el moribundo

¡Te vas a curar Artaud!

¡Te vas a curar!

Gritan los enfermos

Y tú eres la medicina

Que te deja la boca seca

Porque está hecha de veneno

Eres la patria de los enfermos

Y para ti la patria

Es una mujer bañada en un charco de sangre

Artaud Lobo buscando su manada entre borregos

Así era yo en tu ruta

Un lobo buscando a otro lobo

* La sierra habla en hombre

Y desde los ojos del águila

Todo parece desierto

Entonces En el más escondido camino

Está la presa indefensa

Como un dios

Cuyo templo ha sido arrasado

Como el dios que fuiste

Convertido en su propia ofrenda

Danzamos juntos

Y nos transformamos

Nunca sabré si piso el mismo polvo

Que pisaste

Pero hay un presentimiento en mi danza

De tu danza

Porque también bailaste

Con los pintados

Pero los pintados no te conocieron

Porque eras viento

Y ellos sin mirarte te veían

Fuiste el hijo

De todas las transformaciones

El hijo de ti mismo

VOZ DESGARRADA por el frío Abandono de alada infancia

Témporas para danzar Maíz de risa Semilla de embriaguez

Aquí estamos

Padre de la transparencia

Esperando el fulgor del regreso

El adminículo del agua nos protege

Tu palabra de fuego espera

Aparece la Luna

En la piedra-sombra Devorando el polvo que canta

LÉGAMO de la desaparición sudada por el comienzo lunar

Hierática sonaja fetén en labios de sombra

Voces que se hunden en el aire amarillo Bellamente alegres

Llega una estrella un camino de plenitud una luz azul

Vertical y serena

Ciega noche

Ciega montaña

Ciega Luna

Tu cobija de estrellas Tu cobija de sombras

Espejo amanecido en la niebla

Ciegas tus manos Cuando llega el fuego boreal Ciegos tus pasos

Cuando nacen flores en tus ojos

Eres hoja herida cayendo del canto

OSO CENIZO de la gracia

Extiende la creación

Cascada humeante

En el camino del sueño despierta el grito

Maíz luminoso

En el camino del sueño

Tesgüino que afila la eternidad

Violentando la sombra

Fuego viejo en los tambores

Desquician el sueño

En la casa del polvo

El viento abre su flor

HERIDA LUNAR

Comunión de flores

Comunión en los vientos de pájaros

Comunión de las radiantes cumbres

Animal-deidad en el círculo de la estrella

Dentro de la niebla

Arde la plegaria

Y el viento baja de la montaña con plumas amarillas

Tu alegría sagrada reposa en la herida de la Luna

1Rubén Rivera, Fulgor del regreso, Instituto Sinaloense de Cultura, México, 2012, P. 94.

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Libros

Filosofía

Proseguir el diálogo entre psicoanálisis y filosofía

6 Por Sigifredo Esquivel Marin

Quizá uno de los mayores diálogos intelectuales en el campo de las humanidades del siglo XX, y lo que va del XXI, sea el abierto entre ciencias humanas, filosofía y psicoanálisis, pues ha implicado un replanteamiento radical del sujeto y su dimensión psíquica, así como sus vínculos intersubjetivos, de tal suerte que sin lugar a dudas una de las críticas más poderosas al sujeto moderno provenga de algunos motivos e impulsos en y desde el psicoanálisis. Al descentrar al sujeto racional desde el sujeto del inconsciente, Sigmund Freud emprende una de las aventuras intelectuales más osadas de la modernidad.

En su interesante obra ¿Por qué el psicoanálisis? (México, Paradiso Editores, 2013), la pensadora eslovena Alenka Zupancic profundiza en la relación entre filosofía y psicoanálisis mostrando que el diálogo entre ambas disciplinas resulta bastante fructífero y permite espejear límites y posibilidades de ambos campos. Filosofía y psi-

coanálisis, pese a las diferencias radicales teóricas y metodológicas, tienen en común hacer de la interrogación y problematización sin fin un ejercicio fundamental de su ser y quehacer. Ambos son antídotos críticos contra todas las formas cerradas, sesgadas, unilaterales, limitadas.

Hacer del trabajo de interrogación su signo y designio es un elemento compartido por filósofos y psicoanalistas, en ambos casos la pregunta adquiere toda su fuerza y extrañeza como para hacer resonar los tímpanos más obstruidos. La posibilidad de escuchar es clave para pensar dicho intercambio, diálogo no exento de contradicciones, perplejidades e incomunicaciones. Parecería que tanto los psicoanalistas como los filósofos están prestos a cerrar filas frente a cualquier intromisión en su feudo. Jacques Lacan vio, y quizá también fue víctima de ese encuentro fallido entre filosofía y psicoanálisis. La pensadora eslovena, interlocutora de Zizek, lo expone de forma magistral:

La situación es realmente interesante. Parecería que el psicoanálisis y la filosofía tienen sus encuentros más productivos, poderosos y cautivantes cuando esta disputa central permanece sin resolverse. También podríamos decir: la filosofía parece obtener más del psicoanálisis que se rehúsa a ceder en la cuestión de la sexualidad, aunque deje esa cuestión de un lado. O lo siguiente: es como si el punto teórico que hace que el psicoanálisis sea verdaderamente interesante para la filosofía, es justamente el punto que la filosofía es incapaz de aceptar. La sexualidad, entonces, parece constituir el punto singular de un “encuentro fallido” que es el único encuentro posible verdadero entre filosofía y psicoanálisis (en su heterogeneidad) (19). Tal parece que el encuentro entre filosofía y psicoanálisis se efectúa en los límites de los campos disciplinares, justo ahí donde el discurso titubea, la palabra y el pensamiento se fracturan y la razón se abisma en desfiladeros sin fin.

Por mi parte creo que la filosofía tiene mucho que aprender del psicoanálisis, o más estrictamente hablando, desaprender y dejar de lado fuera muchos dogmas racionalistas y deterministas que se asumen como lanzadera intelectual, asimismo, el psicoanálisis se vitifica de los replanteamientos corrosivos de enfoques críticos que dinamitan cualquier prejuicio cientificista e ideológico, pienso en la genealogía nietzscheana y la deconstrucción derridiana, por citar dos ejemplos paradigmáticos. En la orfandad del saber y del ser se efectúa ese encuentro fallido entre filosofía y psicoanálisis. El fructífero diálogo favorece nuevas derivas de pensamiento e investigación. De forma particular a mí me interesa explorar las vías de renovación de una subjetividad descentrada, finita, fracturada, atravesada por la falta y el deseo, pero también por los sueños, utopías y ensueños creadores.

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Alenka Zupancic. Foto de Central European University

The zone of interest, de Jonathan Glazer

En el momento en el que se estrenó Oppenheimer (2023), se cuestionó, tanto por el público como por la crítica, la decisión de Christopher Nolan de no representar la devastación y el horror causados por el lanzamiento de la bomba nuclear en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. El cineasta está más interesado en mostrar las maquinaciones éticas detrás de dicho artefacto y la frialdad con la que obran sus responsables al momento de crear un arma tan mortífera. Una que, ya fuera por arrogancia o por ingenuidad, se hizo con el fin de que cualquier conflicto bélico resultara impensable.

En el caso de The zone of interest (2023) la más reciente película de Jonathan Glazer (Under the Skin, 2014) también hay un acercamiento hacia un suceso cruento y doloroso de la historia humana, sin mostrar en ningún momento la violencia ejercida por sus perpetradores. Mientras que la cinta de Nolan está estructurada como una biopic en el formato clásico de Hollywood (muchos la llamaron propaganda), la de Glazer propone

diseñadores y arquitectos para hablar sobre algunos proyectos que se deben construir en el campo. Los hijos juegan y se divierten en la piscina, y de vez en cuando se escucha algún grito desesperado a la distancia, o el sonido de un disparo, pero nadie habla de eso. Evitando los lugares comunes de otras películas relacionadas con el Holocausto, Glazer elabora un detallado cuadro de lo cotidiano, lo banal y lo rutinario frente a los horrores más indecibles, propuesta que se percibe muy en línea con los tiempos actuales. Se trata de un experimento visceral e inmersivo en donde el diseño sonoro, a cargo de Johnnie Burn, sumado al impecable score de Mica Levi, jue-

gan un papel clave.

El director construye un retrato íntimo, casi voyerista, sobre una familia que, como cualquier otra, cuenta con sueños, deseos y aspiraciones. Asimismo, reflexiona sobre el concepto del mal, inherente en la naturaleza humana, pero rara vez identificado de manera autoconsciente. Si Rudolf es incapaz de reconocer los actos que atestigua como atroces, es porque la realidad en la que vive le ha enseñado a mirar siempre hacia el otro lado. Tal vez el aspecto más aterrador de la cinta sea qué tan universal se puede percibir dicha idea. The zone of interest es una inquietante historia de horror donde los verdaderos monstruos son la ignorancia y el olvido.

una experiencia mucho más sensorial, contemplativa y distante.

Adaptada de la novela homónima de Martin Amis, la película se centra en la vida del militar Rudolf Höss (Christian Friedel), en compañía de su esposa Hedwig (Sandra Hüller) y sus cinco hijos.

Todos viven en una amplia y cómoda casa de campo, con extensos jardines llenos de todo tipo de flores, vegetales y con una piscina en el centro. Junto a este lugar idílico y paradisíaco, separado por unos cuantos metros y por un enorme muro, se encuentra el campo de concentración de Auschwitz, cuya administración está a cargo de Rudolf.

Gran parte del filme se enfoca en el día a día de la familia: Hedwig cuida los jardines, charla con sus amigas y da órdenes a sus empleados, habitantes de ese pueblo. También se prueba ropa y cosméticos que fueron robados a las personas que están encerradas a pocos metros de ella. Rudolf, por su parte, sale todos los días a su trabajo como cualquier padre de familia y a menudo es visitado por

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Cine

Zona Maco: La gran feria posmoderna

6 Por Gustavo Villagrana

El pasado 8-11 de febrero fue Zona Maco, nos brindó la posibilidad de ver el panorama actual de lo que sucede en México en torno al arte. Después de 20 años esta feria de arte se ha consolidado como una de las más importantes y como la ventana por la cual todo mundo puede asomarse a lo que significa el arte en México o la actualidad de sus galerías. Son unos días que se han marcado como la semana del arte (ART WEEK), una especie de reacción en cadena de los estudios, galerías, galeristas, curadores, divulgadores, periodistas, gestores, diseñadores, dealers y artistas congregados para pasear, asistir a las ferias y lugares dedicados a la creación estética.

Zona Maco es grande a lo que se ha transformado, a sus interacciones que se dan alrededor del fenómeno que ha puesto en la mira a CDMX en

un mercado internacional y un punto de inflexión en el comercio del arte latinoamericano. Para quienes su huella digital vira hacia la creatividad o el arte, mucho de lo que vemos en las redes es toda la parafernalia, moda y estética que se vuelve el escaparate para marcas, influencer, artistas, etc.; sin embargo, detrás, en el gremio, todos en realidad se encuentran con miras para el networking, poder derribar sus housekeeping y/o empatizar con los tastemakers para conectar con las tendencias o meterse al circuito de ferias, y cuya plataforma cultural económica consiste en 81 mil asistentes y más de doscientos expositores.

Zona Maco lleva la ventaja en cuanto a otras ferias similares como Material, Bada, Acme y Qipo, que, si bien no se encuentra todo o en el gusto “no es de lo mejor”, representa el imaginario coleccionista, es de-

cir aquello que se vende en México, relacionado a determinados grupos sociales. Al pasar sus expositores, podemos ver cómo el público local se decanta por lo conocido, el público extranjero por lo decorativo y postmoderno, y algunas galerías apuestan por el concepto y la innovación; sin embargo, la ruta general es clara: colocar a los artistas en colecciones, y establecerse dentro de panorama mundial.

Creo que entender la enorme capacidad de Zélika García, su visión integradora del arte, el diseño y la economía creativa, es fundamental en el tono de eso que todos buscan, las tendencias y/o el éxito, pero también si usted únicamente disfruta del arte, pues en las nuevas generaciones y futuras colecciones veremos cómo aquello relacionado pierde su límite, o le agrega valor a una obra y por qué no, se vuelve performance

en sí mismo: como Orozco y su Oxxo, como quien pinta un billete, un periódico, o tira pastel a una obra maestra o rompe por accidente in cristal. Es innegable que Zona Maco se ha convertido en un hito, dejemos de mirar con desconfianza esta nueva tienda, que expone al mundo y a México, las nuevas expresiones artísticas, técnicas, conceptuales contemporáneas. De lo mejor desde mi punto de vista: la apuesta por el arte y política de Eugenio Merino; las construcciones en cadenas de Caio Marcollini de Gallery Nosco, o las fotografías IA presentadas por la Galería Patricia Conde; lo interesante en Galería la Cometa, Pedro Ávila, PanAmerican Art Project; lo innovador de la galería Ana Tejeda y Ethra; como artistas obras exquisitas de Larry Muñoz, Lise Johansson, René Peña, Luis González Palma, Gabriel de la Mora y Eduardo Sarabia, quizá una de las más concurridas.

LA GUALDRA NO. 610 // 26 DE FEBRERO DE 2024 8
Arte
Directora fundadora de ZONA MACO
Zélika García. Fotografías : Cortesía de Zona Maco 2024

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