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Queer Palm 2023 para Hirokazu Kore-eda por Monster

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Carlos Belmonte

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Un filme de soledad, amistad y amor de niños declaró John Cameron Mitchell, presidente del jurado. Se celebró la 13 edición de la Queer Palm en el Festival de Cannes y la Palma Queer fue para el filme japonés Monster, de Hirokazu Kore-eda (también en competencia por la Palma de Oro); y el mejor cortometraje fue para Bolero, de Nans Laborde-Jourdaa (selección Semana de la Crítica).

La Queer Palm fue creada en 2010 por el crítico cinematográfico Franck Finance-Madureira para reconocer cada año a las películas que abordan las temáticas LGBT dentro de todas las secciones oficiales y paralelas del Festival de Cannes, pero de forma independiente.

El jurado presidido por John Cameron Mitchell argumentó la elección de la película japonesa porque se trata de una historia de amor y amistad entre dos niños que sufren de soledad y en donde el director de la película no es el protagonista, sino que todo está filmado como un observador natural.

En entrevista desde la terraza de Unifance, Cameron Mitchell -que co- noce bien la Ciudad de México porque tiene un exnovio ahí- insistió en la importancia de estos reconocimientos porque aún existe el mundo de las periferias sexuales y es importante llevarlo todo a lo normal.

Cuestionado sobre las diferencias en el cine queer desde hace 50 años su respuesta rescató lo explícito y sutil de las historias queer, y en que además ahora esas historias queer no están forzosamente en el centro de

Empalagosa caja de muñecos: Asteroid City de Wes Anderson

Sin duda Asteroid City, la última película de Wes Anderson, fue una de las más esperadas de la competición oficial por gran parte del público. El director estadounidense ha sabido dotarse de un estilo inmediatamente reconocible y apreciado por un amplio sector de los espectadores. El estilo y el éxito del Anderson han atraído a buena parte de actores de Hollywood. En Asteroid City, a los habituales Jason Schwartzman o Edward Norton se unen Scarlett Johansonn, Tilda Swinton, Margot Robbie, Tom Hanks o Matt Dillon, como otrora las celebridades se dejaban retratar serialmente por Andy Warhol. La trama de la película se ubica exclusivamente en un pueblo de una zona desértica de Estados Unidos (el rodaje se hizo en realidad en Chinchón, cerca de Madrid en España), famoso por un cráter, provocado años atrás, por la caída de un meteorito. Allí se encuentran un fotógrafo de guerra (Schwartzman) y una célebre actriz (Johansonn) acompañados por sus respectivos y superdotados hijos, para una entrega de premios científicos. Durante una de las actividades de ese congreso, una nave extraterrestre aterriza para llevarse el meteorito. El gobierno decide imponer una cuarentena en la zona, dejando a los personajes encerrados en el mismo lugar.

Un reconocible “estilo Anderson”

¿Importa en realidad el argumento?

Para el realizador, Asteroid City es sólo un decorado en el que puede desplegar su estilo cada vez más virtuoso, pero también más mecánico y hasta estéril. Los estilemas que lo componen siguen siendo los mismos: espacios artificiales, marcados aquí por el uso de una suave paleta de colores pastel, una interpretación actoral que se inspira en los autómatas…

Entre estos rasgos formales, los movimientos de cámara como el trávelin o la panorámica permiten entender las coordenadas del “estilo Anderson”. El realizador compone un espacio en 360°, en el que coloca a sus grupos la historia: “hay historias con un code queer y otras con un queer más directo… Era una época en que no eran necesariamente tan abiertos, pero había ya cine queer mucho antes del filme de culto The Rocky horror picture show”. de personajes. La secuencia empieza centrándose en uno de los grupos, fijándose en él apenas los segundos necesarios para que diga mecánicamente su texto, antes de operar un rápido movimiento de cámara para enfocar al siguiente. Este aparente ejercicio virtuoso de integración del fuera de campo, ejecutado hasta la náusea, impide cualquier interacción entre los personajes que vaya más allá del chiste cronometrado. Excluye, por supuesto, cualquier elaboración narrativa o sicológica.

Si él pudiera elegir una película antigua para darle una Palm Queer elegiría Happy together (Wong Kar-Wai, 1997), pero tiene varios otros filmes favoritos hechos por directores heterosexuales -puedes ser heterosexual pero muy queer en tu cabeza-. La principal diferencia entre esas películas y las de ahora es la forma de entender nuestra sociedad y cómo las situaciones culturales van sucediendo. Ahora ya tenemos una mirada “más gender del mundo, un género más poderoso, más flexible y eso nos dice otras cosas del mundo, aunque claro que no es igual en todos lados”.

Sobre la anécdota de su exnovio de la Ciudad de México, nos comentó que él abrió un comedor comunitario en la colonia Guerrero que se llama “Manos amigues” y que se está convirtiendo en un centro cultural.

Sin explotar ni un ápice el complejo imaginario de los años 50 y la guerra fría (desierto, extraterrestres y bombas atómicas) para reducirlo a un caramelo edulcorado, reduciendo el romance a un ejercicio formalista que filma las conversaciones frontales desde las ventanas de los personajes, Asteroid City se convierte en una inofensiva casa de muñecos destinada al consumo familiar.

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