La Gualdra 630

Page 1


Hoy inicia el Festival Barroco de Guadalupe, Zacatecas. Actividades lúdicas, de narración oral y gastronomía, conciertos, conferencias, talleres y conversatorios, se llevarán a cabo en el Museo de Guadalupe, desde este lunes hasta el 21 de julio. La exposición temporal Pintura afectuosa de una hermosa peregrina se inaugura este 15 de julio, a las 18:30 horas. Asista con toda su familia.

[En esta Gualdra también: “Algunas precisiones sobre María Nevarez, la novia de López Velarde en San Luis Potosí, y otras minucias de las musas velardeanas”, por Alfredo Castro Escudero]

630 La Gualdra No.

Hoy inicia el Festival Barroco de Guadalupe, Zacatecas. Actividades lúdicas, de narración oral y gastronomía, conciertos, conferencias, talleres y conversatorios, se llevarán a cabo en el Museo de Guadalupe, desde este lunes hasta el domingo 21 de julio. La exposición temporal Pintura afectuosa de una hermosa peregrina se inaugura este lunes 15 de julio, a las 18:30 horas. Compartimos el programa completo de las actividades del festival:

PROGRAMA

Lunes 15 de julio

11:00 h, Sala lúdica Expresarte Taller: “Retablo barroco” Imparte: Rodolfo Hernández Trejo

12:00 h, Ex biblioteca

Conferencia: “Iconografía Mariana”

José de Jesús Aguilar

17:30 h, Jardín de acceso Banda Sinfónica de Guadalupe

18:00 h, Sala lúdica Expresarte Talleres educativos: Flor barroca

18:00 h, Jardín de acceso Inauguración 23.° Festival Barroco

18:30 h, Sala de exposiciones Inauguración exposición temporal

19:30 h, Ex biblioteca Concierto: “Del barroco al contemporáneo mexicano” Horacio Franco 60 personas

Martes 16 de julio 11:00 h, Sala lúdica Expresarte Taller: “Tambor barroco” Imparte Lilia Guzmán Urrutia

11:30 h, Sala de exposiciones II Taller “Arquitectura de papel” Julio Perea

12:00 h, Ex biblioteca Conversatorio “30 años de experiencias en museos en México”

Alejandra Mora

17:00 h, Auditorio Narración oral “Cuenta la leyenda”

Julia Eugenia Robles Martínez

18:00 h, Sala lúdica Expresarte

Taller “Pintura barroca”

Omar Galván de Ávila

18:00 h, Ex biblioteca Conferencia “Regina Colei: mater amabilis en repertorio iconográfico novohispano”

Imparte Alfonso Miranda Márquez

19:00 h, Sala de exposiciones temporales II Concierto “Por ti miro, por ti moro”

Sarah Ortiz

Miércoles 17 de julio

11:00 h, Sala lúdica Expresarte

Taller “Retablo barroco”

Rodolfo Hernández Trejo

11:30 h, Sala de exposiciones II

Taller “Arquitectura de papel”

Julio Perea

13:00 h, Ex biblioteca Conversatorio “Los museos, magia y encuentros”

Rosa María Sánchez Lara

17:00 h, Auditorio

Narración oral “De criaturas, bestias y monstruos” Colectivo flores del desierto

18:00 h, Sala lúdica Expresarte Taller “Medallón barroco”

Lilia Guzmán Urritia

18:00 h, Ex biblioteca Conferencia “María, signo de esperanza” Presbítero Manuel Zapata

19:00 h, Sala de exposiciones II

Concierto “Reminiscentes joyas de la música”

Carlos Martín Vázquez

30 personas

Jueves 18 de julio 11:00 h, Sala lúdica Expresarte Taller de Encuadernación

Joel Corona Loera

Directorio

11:30 h, Sala de exposiciones II Taller “Arquitectura de papel”

Julio Perea

13:00 h, Auditorio Conversatorio “Los museos magia y encuentros”

Rosa María Sánchez Lara

18:00 h, Sala lúdica Expresarte Taller “Retablo barroco” Rodolfo Hernández Trejo

18:00 h, Auditorio Teatro “La fiesta de los bufones” La corte de los milagros

18:00 h, Ex biblioteca Conferencia “Proceso de restauración del lienzo de la Virgen del Refugio” Miriam Pineda y Jesús Manuel Jáquez

19:00 h, salas del museo “Recorrido guiado por las salas del museo” Arturo Campos

Viernes 19 de julio 11:00 h, Sala lúdica Expresarte Taller “Pintura barroca”

Omar Galván de Ávila

11:30 h, Sala de exposiciones II Taller “Arquitectura de papel” Julio Perea

13:00 h , Auditorio

Conversatorio “Los museos, magia y encuentros”

Rosa María Sánchez Lara

17:00 h, Auditorio Teatro “Historia de un vuelo” Parvada teatro

18:00 h, Sala lúdica Expresarte Taller “Huerto franciscano” Evelia de la Rosa Alvarado

18:00 h, Ex biblioteca Conferencia “Julio Ruelas. Melancolía y genio en la obra simbolista de un zacatecano” Mónica López Velarde Estrada

19:00 h, Sala de exposiciones II

Concierto “Recital de flauta y clavecín” Academia de José Suárez

Sábado 20 de Julio del 2024

11:00 h, Sala lúdica Expresarte Taller “Huerto franciscano” Evelia de la Rosa Alvarado

12:00 h, Sala de exposiciones II

Taller “Guadalupe hecho a mano” Artesanías en textil

12:00 h, Auditorio Narración oral “Óyeme con los ojos” Gabriela Correa

13:00, Jardín de acceso Buffet barroco Universidad de la Vera-Cruz

16:00 h, Sala lúdica Expresarte Taller “Medallón barroco” Lilia Guzmán Urrutia

17:00 h, Ex biblioteca Concierto “Melodías del Romanticismo” Ensamble Genaro Codina

19:00, Ex biblioteca Concierto “Facetas del barroco europeo” Música de Cámara, AMAZ

18:00 h, Auditorio Pasarela de moda “Ecos del barroco” Osiris Hernández y Felipe Alvarado

Domingo 21 de julio 11:00 h, Sala lúdica Expresarte Taller “Taza chocolatera” 25 personas

12:00 h, Auditorio Teatro “La pequeña gran Emma” La Ciénega teatro

13:00 h, Jardín de acceso Buffet barroco Universidad de la Vera-Cruz

13:00 h, Ex biblioteca Concierto de clausura “Inspiración” Cuarteto Aldebarán

16:00 h, Sala lúdica Expresarte Taller “Flor barroca”

Nos vemos en el Festival Barroco. Que disfrute su lectura.

Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com

El arte de tomar café [Parte 5] Por Sigifredo Esquivel Marin

Algunas precisiones sobre María Nevarez, la novia de López Velarde en San Luis Potosí, y otras minucias de las musas velardeanas Por Alfredo Castro Escudero

Bellífica Por José Natarén Je suis né paysan, je mourrai paysan… Por Álvaro Luis López Limón 3 4 6 5 7 8

Carmen Lira Saade Dir.

Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com

Roberto Castruita Diseño Editorial

Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com

El arte de tomar café

[Parte 5]

Starbucks: una marca global de café personalizado En cualquier parte del mundo, a cualquier hora del día uno puede visitar un café Starbucks y saber que si su bebida no le satisface se la pueden cambiar; dicha promesa de fidelidad de los clientes sigue siendo un gancho publicitario que difícilmente deja escapar su presa. Como en otras partes del mundo, la gente en México prefiere tener un vaso de café de cierta marca en lugar de otra debido a la percepción social generada. Un café del Oxxo no da glamur, pero de Starbucks o de Tim Hortons sí. Una marca globalizada como Starbucks proyecta determinada imagen legitimada por el consumo. Otorga prestigio y estatus en las manos de su portador. Materializa una promesa libidinal de satisfacción. En una investigación de mercado al respecto se encontraron datos interesantes del consumo:

Un experimento social realizado en Oaxaca, México, en el 2016. El experimento consistió en que un grupo de personas salieron a la calle a conocer los hábitos de consumo de oaxaqueños regalando vasos de café. En la mesa, colocaron vasos de dos marcas distintas, la mitad de ellos tenía la marca “Café de la Sierra oaxaqueña” y la otra mitad, Starbucks. Sin embargo, el café

contenido en los vasos era café nacional de la sierra oaxaqueña. Las actitudes de las personas reflejaron preferencias por la marca. Hubo algunas que por más que en la mesa aún quedaban vasos del café nacional, y los vasos de Starbucks servidos ya se habían acabado, esperaron a que les sirvieran el café que simulaba ser Starbucks, en vez de elegir otro. Un señor se detuvo a tomar una foto a su vaso de Starbucks, para compartirlo en redes (Bazan Silva 4).

La gente prefiere el café de Starbucks a un buen café nacional porque le confiere estatus y la creencia de que es mejor. La imagen social de una marca reconocida tiene impacto tanto en el aspecto afectivo y en la reputación más que en su dimensión funcional. Se consume lo que los demás validan como aceptable. El disfrute de una marca está asociado con el prestigio y reconocimiento sociales. Las marcas como Starbucks reproducen en el consumidor un circuito de lealtad, confianza y compromiso de calidad, por lo que el cliente queda enganchado a la cadena de producción-consumo. La marca desafía la relación precio-calidad al hacernos creer que hay marcas portadoras de garantía y confianza del consumidor. Marcas que se han vuelto sinónimo directamente de éxito y buen gusto.

El poder de las grandes marcas se ha vuelto una certidumbre social objetivada de que tal

producto es portador de una experiencia de largo tiempo que garantiza calidad. Encarna un círculo virtuoso perfecto que en realidad encierra un círculo vicioso perverso, al hacernos creer que algo es bueno porque así se ha dicho desde siempre; asemeja a la proclama de Goebbels y las mentiras del nacionalsocialismo vueltas verdades objetivas a fuerza de reiterarse. El consumo de un producto con una marca reconocida da un significado y una experiencia de totalidad de mundo. Es corolario del famoso fetichismo de la mercancía propuesto por Marx en la obra clásica de El Capital. El capitalismo encarna un modelo psicosocial de producción de subjetividades y deseos estandarizados. La gente no compra un producto, adquiere una experiencia que le brinda cierta (auto)realización. En el actual capitalismo estético, las marcas simbolizan un estilo de vida. La marca es una marcación inconsciente, se dirige al deseo del consumidor.

Hoy mercadólogos y publicistas se han vuelto expertos en el proceso de construcción de marcas, lo llaman Branding: definición de la identidad de la marca, nombre y símbolo identificadores de cierta creación. La identidad de la marca es la significación social global del producto y su promesa de felicidad. El branding es ideología personalizada, introyectada en el consumidor. Materializa la imagen del objeto

erótico idealizada en el interior del sujeto. Hoy la calidad es percepción de la calidad, constituye la imagen socialmente proyectada, por ende, un precio alto significa mayor calidad. De ahí que cuando mucha gente piensa en un buen café piensa en Starbucks, aunque la evidencia empírica pueda ser contraria. El trabajo de marketing posiciona cierta marca en la preferencia del público; empero su calidad pueda no empatar con su éxito de consumo. Así que un café Starbucks es portador de un moderno amuleto para sentirse parte de una cofradía aspiracionista clasemediera. Hace varias décadas ya, en una playa de Baja California Sur encontré un Starbucks pirata, se llamaba algo así como Starcukis, tenía un logo y diseño de interiores similares a cualquier Starbucks, salvo por dos diferencias notables: el café era infinitamente de mejor calidad y los precios también ínfimos, infinitamente más económicos. Ignoro si el café sigue en esa playa otrora casi virgen. ¿Qué hay detrás del logotipo de Starbucks? La ideología del capitalismo en acto –dirá Slavoj Zizek en un video que se puede consultar en YouTube Alega que “nuestro capuchino es más caro que los demás, pero nos permite creer que al consumirlo estamos salvando a miles de personas. Es una coartada perfecta para seguir siendo consumista sin culpa”, concluye (Zizek). Mientras escucho: ¡Sigy, expreso listo en barra, gracias!

Río de Palabras

/// Foto cortesía de Alicia café.

Ramón López Velarde

Algunas precisiones sobre María Nevarez, la novia de López Velarde en San Luis Potosí, y otras minucias de las musas velardeanas

En las multi citadas dos entrevistas que dio por separado al clérigo y poeta Joaquín Antonio Peñalosa1 y a la periodista Guadalupe Appendini,2 ambas realizadas a inicios de los años setenta del siglo pasado, María Magdalena Nevarez Cásarez, la mujer que impresionó a López Velarde por sus “ojos inusitados de sulfato de cobre”, entonces una anciana mujer, declaró que los primeros contactos entre ella y el poeta jerezano se dieron en la Plaza de Armas de la capital potosina, en 1911, cuando ella tenía unos 14 años de edad. A partir de este dato, biógrafos y comentaristas de López Velarde dieron por sentado que María debió nacer en Guadalupe y Calvo, Chihuahua, de donde era originaria, entre 1895 y 1897. Para ellos, el hecho importante era que María era más joven que el poeta, nacido en 1888, y es importante porque hasta ese momento, López Velarde parecía atraído por la mujer mayor (Josefa de los Ríos, el amor idealizado de juventud de Ramón, le llevaba ocho años). De cualquier modo, retomaría esa tendencia en su siguiente relación amorosa, ahora con la maestra Margarita Quijano, diez años mayor que él.

Aunque la relación con María no fue aparentemente tan trascendental para el jerezano, sabemos que fue una presencia en su vida, incluso varios años después de esos primeros encuentros. Gabriel Zaid interpretaba, por ejemplo, que el viaje a San Luis que realizó López Velarde en abril de 1921, un par de meses antes de su muerte, a dar el pésame a María Navarez, por el fallecimiento de su padre, fue motivado por la culpa de haberla dejado a vestir santos: “Se sentía responsable de ella, que (según los criterios provincianos de entonces), ya iba para señorita quedada (tendría unos 24-27 años)”.3 Como veremos más adelante, María estaba “quedadísima”, según esos mismos criterios. Pero, hay otra variable que ofrece María en las entrevistas citadas, la cual por desinterés o poca atención de los estudiosos de esta “relación menor” en la vida del poeta, ha sido pasada por alto. El poeta y escritor jalisciense Ernesto Lumbreras lo detectó y abordó recientemente, en su libro dedicado a López Velarde.4 Lumbreras retoma y examina las dos fechas claves que Nevarez dio en las célebres entrevistas: el año en que conoció a Ramón (alrededor de 1911) y la edad

que ella dijo tener en ese momento (14 años). Pero pone atención a otro detalle: la edad que dice tener María al momento de las entrevistas (en la de Appendini, dice que ella “pasa de los ochenta”, y en la de Peñalosa habla de “estos casi ochenta años…”). Si María tenía unos 80 años en el momento de las entrevistas (1969/1970), en 1911 ella no podía tener 14 años, como afirmaba, por confusión o vanidad. Para cuadrar los números, Lumbreras estimó que para 1911, año en que María conoció al poeta, ella tendría en realidad unos 22 o 23 años, con lo que se explicaban sus ochenta estimados. Esto es, debió haber nacido por ahí de 1888-1890; y, por lo tanto, era de la edad de Ramón. Así, Lumbreras encaminó la ruta, pero, como veremos, se quedó corto.

Gracias a las modernas plataformas en Internet, dedicadas a la localización

de documentos personales digitalizados, como actas de nacimiento, defunción, matrimonio, censos, salidas del país, etc., hemos podido localizar, fuera de cualquier duda, el acta de nacimiento de María Nevarez.5 En ésta se confirma que nació en Guadalupe y Calvo, Chihuahua, a las tres de la mañana del 25 de mayo de 1884. Cuatro años y tres semanas antes que Ramón. Cuando se conocieron en 1911 en el centro de San Luis Potosí, María tenía 27 años, frente a 23 del poeta.6 Si María Nevarez hubiera conocido al poeta cuando ella tenía 14 años, como afirmó en sus entrevistas, lo hubiera tomado tiernamente de la mano, para llevarlo a tomar una fresca agua de chía o una rica compota, que el niño Ramón, con sus diez años, hubiera agradecido. El acta manuscrita nos dice también que la niña fue registrada el 4 de junio

de 1884, por el juez Manuel Loya, con el nombre de María Magdalena Nevarez Cásarez; el padre, comerciante, de nombre José María, tenía 31 años, mientras que la esposa, Florencia, 25; que la dirección de su casa se ubicaba en la “Calle principal de este lugar, en una casa que sin número, nombre o cuartel determinados, se halla contigua a la del finado ciudadano Ramón Charizal”; los testigos fueron José María Albíztegui, de 42 años y Tiburcio García, de 29. Este último vecino de la localidad. Además de situar con toda precisión la fecha de nacimiento (y confirmar que Ramón fue constante en su gusto por las mujeres mayores), el acta nos proporcionó la manera correcta de escribir los apellidos de María: Nevarez (finalizando con zeta y sin acento grave) Cásarez. El “Nevares” utilizado en prácticamente todos los estudios y biografías de López Velarde, no es, con base en este documento, correcto. También localizamos el acta de bautizo. El acto religioso se llevó a cabo en la Parroquia de Guadalupe y Calvo, el 28 de julio de 1884. El cura que ofició fue José Teódulo Gandarilla. La burocracia eclesiástica bautizó a María escribiendo los apellidos como quiso: “Nevares Cásares”. Los padrinos fueron Tiburcio García y Beatriz “Nevares”.

Otro documento interesante es el correspondiente al Censo Nacional de 1930. María hizo escribir su apellido paterno correctamente; se ahorró el materno, y declaró tener ¡40 años! La mujer se quitó “sin sombra de disturbio” seis años. También dijo el lugar de su nacimiento, vivía en la ciudad de San Luis, era soltera y católica. Declaró saber leer y escribir; no hablar otro idioma o dialecto que el español, y dedicarse a los “quehaceres domésticos”.

En el acta de defunción de María se dice que ella murió el 31 de enero de 1977 -56 años después que Ramón-, a los 92 años de edad (a tres meses de cumplir los 93), lo que coincide con la fecha de su nacimiento, y se escriben los apellidos de manera correcta (si bien el Cázares aparece sin la tilde que lo señala como esdrújulo). Murió de un infarto y fue enterrada en el cementerio del Saucito, en la capital potosina.

La casa de María en San Ángel En 1911, Ramón conocía y gustaba de María, pero no hablaba formalmente con ella en San Luis, pues nadie los había presentado. El poeta se conformaba con verla y seguirla a la distancia en los pa-

/// Josefa de los Ríos (Fuensanta), a los 20 años, sentada junto a su amiga Susana Jiménez. Imagen de Elisa García Barragán y Luis Mario Schneider, Ramón López Velarde. Álbum, México, UNAM, 1988, p. 27. En Biblioteca virtual Miguel de Cervantes.

seos dominicales en la plaza o entrando y saliendo de la iglesia. Caminaba, discreto, atrás de ella, sin perturbarla, pero haciendo manifiesta su presencia.7 Por eso, en 1912, cuando en el barrio de San Ángel, al sur de la Ciudad de México, Donaciana Nevarez le preguntó a la hija de su hermano, “¿quién es el señor que ronda, un día sí y otro también, enfrente de la casa? ¿Y luego nos espera y camina atrás de nosotras?”, María respondió sin titubeos que se trataba del respetable abogado zacatecano López Velarde. En algún momento, la tía pidió a un familiar que lo invitara a pasar a la casa. Así se presentaron, “oficialmente”, Ramón y María.8

El poeta viajaba en tren eléctrico desde el centro de la ciudad (él vivía con su hermano Jesús en una pensión en la calle de Dolores) hasta el pueblo de San Ángel, a visitar a la que sería con el tiempo su “novia triste”. Los biógrafos y estudiosos del poeta han documentado estos hechos. Sin embargo, nadie precisa -o por lo menos hasta donde llegan mis conocimientos- el lugar exacto de San Ángel en donde estaba la casa de la tía Donaciana.

La tía de María estaba casada desde 1892 con el político porfirista, senador por Chihuahua, Francisco Albíztegui.9 Don Francisco murió, según acta consultada, el 22 de enero de 1912, a los 71 años, en su casa ubicada en Av. de la Paz núm. 4, San Ángel. Se trata de la casa que vigilaba con celo Ramón y a la que eventualmente le permitieron la entrada.

En la actualidad, la Avenida de la Paz es una calle comercial muy concurrida de una sola cuadra, ligeramente empinada, empedrada y limitada por dos grandes avenidas. La animan restaurantes, bares y tiendas de moda. La casa de los Albíztegui ya no existe (en el amplio espacio que ocupó hay ahora una agencia de autos deportivos). Al lado, en el número 6, una casona de la época (hoy, restaurante Puerto Madero), nos permite imaginar el estilo de casa a la que llegaba María. Cuando Ramón bajaba del tranvía y recorría a pie la Av. de la Paz, era una calle distinta a la que vemos ahora: con grandes casas de campo, extensos sembradíos y huertas, y silencios casi perpetuos, apenas interrumpidos por el saludo de algún lugareño, los ruidos de los animales o el doblar de las campanas de la cercana iglesia del Carmen.

Donaciana murió en 1923, a los 74 años, en un inmueble todavía existente ubicado en Allende 41, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Con el fallecimiento de su tía, María tenía pocos motivos para visitar la Ciudad de México. Salvo, tal vez, llevar flores a la tumba de Ramón, en el panteón Francés de la Piedad.

Curiosidades de las otras musas Además de ser, ni más ni menos, Josefa de los Ríos,10 la mujer que inspiró la mayoría de los versos de La sangre devota, quien fue sublimada en Fuensanta por el poeta, no hay mucho que decir; es escaso lo que se sabe de ella. Sabemos, eso sí, las fechas precisas de su nacimiento (Jerez, 1880) y muerte (Ciudad de México, 1917), difundidas por el propio López Velarde, ¿qué más se puede decir de esta jerezana

tradicional, poco atractiva, católica, solterona y enfermiza? Murió a los 37 años en la casa de su hermana Soledad y su cuñado Salvador Berumen, hermano de la mamá de Ramón, doña Trinidad, en el corazón de la colonia Roma en la Ciudad de México.11

La única noticia consignada que hemos conseguido es que Josefa viajó más lejos de lo que nunca pudo nuestro querido poeta. En agosto de 1914, ella y su hermana Soledad viajaron a El Paso, Texas. Ambas tuvieron que registrarse en la oficina migratoria estadounidense. El funcionario que atendió a Josefa la describió en su ficha de la siguiente manera:

Estatura: 1 metro, 62 centímetros (5 feet, 4 inches)

Complexión: Delgada (light Mex.)

Cabello: Oscuro (Dark)

Ojos. Cafés oscuros (Dark Brown)

Señas particulares: Diversos lunares en la cara (various moles on face).

Lugar de Nacimiento: Jerez, Zacatecas, México.

Ocupación: Costurera (seamstress).

Persona que la acompaña: su hermana, Soledad de los Ríos de Berumen. Persona a la que visitan: Mariano A. Vela. 1307 E. Second St, El Paso Texas.

Sí, Pepa era bajita y con suficientes lunares en el rostro, para que el funcionario estadounidense lo registrara. Se asumía “costurera”, lo cual dicho por ella, que provenía de un pueblo en donde todas las mujeres cosían, habla del dominio que ella alcanzó en esa labor.12 La ficha migratoria no especifica, desafortunadamente, el motivo del viaje ¿quién era Mariano A. Vela? ¿A qué fueron hasta la frontera, viaje largo y pesado por tren, las hermanas De los Ríos? La mala salud de Josefa en 1914 debió de ser ya manifiesta. ¿Alguna consulta médica? ¿Un encargo familiar? Soledad de los Ríos falleció “de fiebre”, a los 56 años, en Jerez, un 2 de junio de 1925. Su esposo, Salvador, había muerto dos años antes, también en Jerez. En el acta de defunción de Soledad, se dice que murió en su casa, ubicada en la calle de Guanajuato número 11. Muy cerca del parque Rafael Páez y a unas cuatro cuadras de la casa de los López Velarde, al otro

lado del parque. Ese inmueble aún existe.13 ¿Será la casa en la que vivió también Josefa con su familia? ¿La casa en donde el adolescente Ramón llegaba de vacaciones y se enamoró de Fuensanta?

Margarita Quijano Sánchez

La “Dama de la capital”, Margarita Quijano Sánchez, nació un 11 de marzo de 1878, 10 años antes que López Velarde, en La Paz, hoy Baja California Sur. Murió 97 años después, en la Ciudad de México. Lo que se sabe de ella, así como de su relación con López Velarde, se lo debemos principalmente a Salvador Novo, Julio Torri, Guillermo Sheridan, José Emilio Pacheco, Ernesto Lumbreras y, recientemente, a Fernando Fernández.14

Nada importante que agregar, salvo una circunstancia curiosa, no desconocida, pero que nadie comenta. A principios de mayo de este año, acudí al Panteón Francés de la Piedad, en busca de la primera tumba de Ramón López Velarde, para ver su condición actual. Ahí estuvieron 42 años sus restos, hasta que fueron trasladados en 1963 a la Rotonda de los Hombres (hoy, Personajes) Ilustres. Las

Ramón López Velarde

/// Margarita Quijano. Imagen en el libro de Guillermo Sheridan, Un corazón adicto, la vida de Ramón López Velarde, México, FCE, 1989, p. 155. En Biblioteca virtual Miguel de Cervantes.

Ramón López Velarde

coordinadas de la tumba son públicas,15 por lo que se ubica con facilidad. En esa tumba se encuentran actualmente dos hermanos del poeta: el entrañable Jesús y María Guadalupe. Para mi sorpresa, enfrente, a unos escasos cinco metros, se encuentra una tumba grande, perteneciente a la familia Quijano, en la cual está enterrada, junto a sus padres y algunos de sus hermanos y sobrinos, la mismísima Margarita Quijano Sánchez, la musa de Zozobra. La cercanía entre las tumbas de los Quijano y los López Velarde es alucinante. ¿Cómo se dio este hecho?

La familia López Velarde atravesaba una situación económica precaria, al momento de la muerte de Ramón. Sabemos que el fastuoso velorio en el Paraninfo de la Universidad, así como arreglos florales y los traslados fueron cubiertos por el gobierno obregonista. Pero, ¿quién pagó la tumba? Una posibilidad es que la acomodada familia Quijano haya prestado o donado el terreno, a un lado del suyo. Acaso Margarita interpretó, en un arrebato místico, que era voluntad divina que ella y Ramón reposaran juntos hasta la eternidad.16 Pero su longevidad lo impidió: cuando enterraron a Margarita al lado de la tumba de Ramón, en 1975, éste ya tenía 12 años de haberse mudado.

Los padres de Margarita murieron pocos años después que López Velarde. El padre, de nombre Fiacro, en 1923, a los 75 años. La madre, Clotilde, en 1926, a los 71 años. Según algunas interpretaciones, el rechazo de éstos -y del resto de la familia- a la relación de Margarita y Ramón pesó mucho en el ánimo de ella, para dar por terminado el noviazgo.17 ¿Qué hubiera pasado si la penicilina hubiera sido descubierta en 1921 -y no siete años después- y Ramón hubiera sobrevivido a los papás de Margarita? ¿Se habrían reencontrado?

Los estudiosos de la vida de Ramón López Velarde han señalado como el último amor en la vida del poeta, a la capitalina Fe Hermosillo. Ramón y ella se conocieron en septiembre de 1918, en el hospital del doctor Luis Rivero Borrell, ubicado en Santa María la Ribera número 56, en donde se atendía de gravedad el pintor Saturnino Herrán, amigo íntimo del poeta. Rivero Borrell estaba casado con María, la hermana de Fe. Tras la muerte de Saturnino en ese hospital, el día 8 de octubre de ese año, Fe y Ramón siguieron su amistad, la cual, con el paso del tiempo, se convirtió en noviazgo, al decir de unos, o intento fallido de noviazgo, al decir de otros. María de los Dolores Fe Hermosillo Larrea nació en la Ciudad de México, el 5 de septiembre de 1894, en la casa de sus padres, ubicada en la calle de Zaragoza 44. Cuando se conocieron ella y Ramón, tenían 24 y 30 años, respectivamente. Finalmente, un amor más joven, lo que sea que ello significara en la psiquis de Ramón. Se sabe poco de la vida de la joven Hermosillo, salvo que era una pianista sobresaliente y que pasó temporadas en Europa. Según le comentó la hermana de Fe a la periodista Appendini, la relación amorosa iba viento en popa, con petición de mano incluida, cuando un ineludible viaje familiar a Europa, los obligó a separarse temporalmente. Ambos amantes se

/// Ramón López Velarde. 1920. Imagen del libro de Elisa García Barragán y Luis Mario Schneider, Ramón López Velarde. Álbum, México, UNAM, 1988, p. 209. En Biblioteca virtual Miguel de Cervantes.

comprometieron a mantener viva la relación, por medio de la correspondencia. Fe salió del país probablemente a principios o mediados de 1919.18 No volvería a ver a Ramón. Nada se sabe del supuesto intercambio epistolar, si es que lo hubo.

Un amigo íntimo de Fe, el músico Raúl Barragán Sierra, ofreció a la misma periodista una versión distinta, menos romántica y más cruda: ella estaba enamorada de otra persona y por eso rechazó a Ramón. A saber.

Fe Hermosillo falleció en la ciudad de México, el 24 de octubre de 1969, en su domicilio, en la calle de Vicente Suárez 38-4, en la antigua colonia Condesa. Tenía 75 años.

Comentario final

Josefa de los Ríos, María Nevarez, Margarita Quijano y Fe Hermosillo fallecieron solteras y sin hijos. Salvo la primera, todas tuvieron vidas longevas y sobrevivieron a Ramón por muchos años. Fueron cada una en su momento, mujeres que incidieron en el sentir y ánimo (corazón y el alma) de López Velarde, lo que se vio reflejado en poemas y prosas memorables. A eso deben ellas su insólita posteridad. Conocer y subrayar algunos detalles de sus vidas, por nimios que sean, podrían contribuir a comprender un poco más su trascendencia en la vida del vate jerezano.

1 “La novia potosina de López Velarde”, en El Sol de San Luis, 26 de enero de 1971. Reproducida por Gabriel Zaid, en Tres poetas católicos, Penguin Random House, México, 2021 (prime-

Guillermo Sheridan, en torno a la iniciativa de Donaciana de hacer pasar a Ramón a la casa. Véase Un corazón adicto, la vida de Ramón López Velarde y otros ensayos afines, en TusQuets Editores, México, 2013 (primera edición en Tiempo de Memoria, 2002), pág. 90.

9 El apellido Albíztegui también se ha escrito “Albistegui” y aun con otras variantes. Nos decantamos por la primera opción, pues en su acta de matrimonio, don Francisco, de puño y letra, así lo escribió. 10 El segundo apellido de Josefa era también De los Ríos, merced a que sus padres, Eufemio y Clara, de 51 y 40 años, respectivamente, eran primos hermanos.

11 El matrimonio Berumen-De los Ríos vivía en una casa en la esquina de las calles de Córdoba y Tabasco en la colonia Roma. A la vuelta de la casa de los López Velarde, en Av. Jalisco (hoy, Álvaro Obregón). Al frente de la casa a la que llegó Josefa, estaba la Botica Berumen, negocio familiar que probablemente ayudó a atender. Ramón y Josefa compartieron manzana uno o dos años, hasta la muerte de la jerezana en 1917. Y hay otro detalle increíble: a contra esquina de la vivienda y el negocio de los Berumen-De los Ríos estaba la casa de la familia Quijano Sánchez, en donde vivía Margarita. En el colmo de la coincidencia, las dos musas más importantes de la poesía lopezvelardeana, compartieron tiempo, espacio, sonidos y aromas cotidianos. Desafortunadamente, ninguno de los dos inmuebles existe en la actualidad.

ra edición, 1997).

2 Guadalupe Appendini, Ramón López Velarde: Sus rostros desconocidos, Fondo de Cultura Económica, México, 1971.

3 Gabriel Zaid, op.cit., pág. 159. Zaid creía que Ramón le llevaba a María de seis a ocho años de edad. De ahí -decía-, los remordimientos del poeta.

4 Un acueducto infinitesimal. Ramón López Velarde en la Ciudad de México, 1912-1921. Calygramma, Querétaro, 2019. Lumbreras recibió por este estupendo libro el Premio Iberoamericano Ramón López Velarde en 2021, año del centenario de la muerte del poeta zacatecano.

5 En nuestro caso, utilizamos la plataforma Ancestry.com. Todos los datos y fechas que exponemos en este artículo, provienen de esta fuente.

6 En consecuencia, Nevarez tenía unos 86 años al momento de las entrevistas con Appendini y Peñalosa.

7 La misma táctica persecutoria que utilizó unos años después con Margarita Quijano, en la Ciudad de México.

8 La versión difundida por Luis Noyola Vázquez (Fuentes de Fuensanta, tensión y oscilación de López Velarde, Fondo de Cultura Económica, México, 1988 -primera edición,1947), y otros (véase, por ejemplo, Marco Antonio Campos, en Diccionario lopezvelardeano, UNAM, México, 2020) que “el pasante de leyes”, Manuel Gómez Morín, introdujo a Ramón a la casa de los Albíztegui es, en mi opinión, poco probable. Gómez Morín era en ese momento (1912) un adolescente de 15 años que no podía ser pasante de nada, así como tampoco “presentador” de personas adultas. En todo caso, su papel pudo ser secundario y testimonial. Me inclino más por la versión que plantea

12 En el hermoso poema “Las Jerezanas”, del libro Zozobra, López Velarde hace alusión en una estrofa a esta característica de sus paisanas: “Jerezanas,/abísmase mi ser/en las aguas de la misericordia/al evocar la máquina de coser/que al impulso de vuestra zapatilla,/ sobre mi vocación y vuestros linos/ enhebraba una bastilla./Dios quiera que esté salvada/la máquina de acústicos galopes,/por la cual fue mi ayer melódica jornada/y un sobresalto mi vida/ante los pulcros dedos hacendosos/resbalando a la aguja empedernida”. Ramón López Velarde. Verso y prosa, edición de Alfonso García Morales, UNAM, México, 2016, pp. 317. 13 Es ahora un Centro de Atención Telmex.

14 De este último autor, véase, La majestad de lo mínimo ensayos sobre Ramón López Velarde Bonilla Artigas Editores, México, 2021. 15 Avenida 24, número 124.

16 Margarita era una católica ferviente. Decía Julio Torri que la maestra se sentía “Santa Teresa”. Véase el pasaje correspondiente en Fernando Fernández, op.cit., p. 104.

17 Escribió el investigador Baltasar Dromundo: “…la musa se llamaba Margarita. Investigaciones posteriores a nuestra conjetura nos dieron nombre y apellido de esa mujer a quien los familiares, aristócratas y ambiciosos en orden formalista, hicieron romper sus relaciones con el poeta. Ella y sus familiares viven. Por respeto a la memoria del jerezano omitimos detalles que abandonamos a otros investigadores. Respecto a aquellos personajes, la vida y la muerte pondrían a cada quien en su sitio”. Vida y pasión de Ramón López Velarde, Editorial Guarania, México, 1954, p. 88. También citado por Marco Antonio Campos, op.cit 18 No pudimos verificar la fecha exacta de la salida de Fe a Europa. Pero sí que el doctor Luis Rivero Borrell, esposo de su hermana, fue llamado a una encomienda en París en los primeros meses de ese año, por el entonces ministro en la embajada mexicana en Francia, y buen amigo suyo, Alberto J. Pani.

Bellífica

¿A quién sino a ti?

ILa virgen de la zarza nos revela su nombre de astro: girasol de los prodigios, estela de sal, roja raíz de día, amarga ceniza en el crepúsculo auspicia los misterios de la luz.

Su mano de muchacha enciende el río de la noche y la llama de sus ojos afila el corazón de los incendios mientras cínico silbido —pájaro de luz— cimbra el horizonte y el grito en el espejo se agudiza hasta la transparencia palabra de sal a la mitad del estallido el mundo se estremece en el sueño de la amada.

Señora de estaciones subterráneas se fuga al inframundo antes del alba territorio contra el terco sol.

II

Nada permanece más allá del signo estelar sobre los labios

Nada más que la herida en el pecho por la espada del ángel del exilio el ángel que asciende de la noche a los pies de la muchacha para beber del cáliz, para morder los frutos del árbol de la vida como el tigre se humilla gozoso ante la rosa como los cuervos se rinden y cesan de posarse en el ciclamen como el que escribe amapola en este verso hasta romper el borde la semilla como el que olvida en el sueño, la máscara y la vestidura para escucharla pronunciar su nombre antes de vencer la muerte al conocerla, el primer día del mundo.

III

Pequeña castaña de los años, te busco en todo sitio y todo tiempo en cada sustantivo como fuego, vida y muerte y marea y casa y ventana y cerradura.

Líbrame de la sed de ti como del desamparo me proteges como me arrebatas del desasosiego con la febril ternura de tus manos.

Líbrame de propagandas, de rituales, de discursos, de canciones al aire y a la piedra. Increpa a los injustos, ahoga a los escribas, destierra a los vasallos y a los príncipes,

aleja a los perversos, expúlsalos de todo espacio y todo instante.

Conjura la mentira de este mundo aunque la anónima razón seduzca y la estulticia horade las imágenes o nos hiera la pureza de lo humano, suspéndenos en el sonido puro en el gemido de las parcas vencidas por tu luz.

No cantes a la cólera, ni calces más la furia: revierte la tristeza de la rosa al centro del jardín de las delicias. No despiertes al desierto vuelto océano no te alcance el sol de la melancolía nunca te acaricie con su calma mortal.

En la albura de tu pecho el día nazca, la noche se descubra en el incendio por la luz de tus pupilas emerja la palabra, sea la imagen del relámpago en lo oscuro original.

Déjame suspenso en tu silencio déjame contener el señorío de tu hermosura como un espejo frente a otro crepitación del universo en un abrazo.

Déjame clamar tu nombre, inventa el mío

dame existencia con tus sílabas secretas crea mi cuerpo con tu voz, concédeme la forma que te cubra toca con la lengua esta boca que te canta.

No me formes de arcilla, sino de polvo estelar créame, oh, increada, úngeme con el agua lustral de tu costado o la ambrosía de tu vientre.

Luna nueva desposa el deseo dame de beber la savia de los nuevos dioses dame a la vida, del exilio de los días sálvame.

Voltea, ven a mí, ven a nosotros, llega al fondo de tus ojos y observa cada tarde la caída de lechuzas y pelícanos, tórtolas y colibríes, cuervos y palomas en la cúspide del sueño.

Acompáñame en la dicha y el coraje déjame a veces hallarme lejos, muy lejos de ti para encontrarte.

No me lleves al río del olvido echa puños sobre mis huesos aguarda frente al túmulo hasta el alba y déjame volver desde tu vientre,

venir desde lo inmenso dame a luz en el milagro de tu encuentro.

Escribe cada hora en esta hora de encierro, reordena las estrellas, reinventa el orden de los días haz del caos un nuevo amanecer.

Habla al fin del día del juicio del principio de la noche y de tu nacimiento. Dime que ardan los días pasados como las naves del regreso y desaparezca el hombre antiguo en el advenimiento de su propia verdad o sólo háblame del ajo y de la miel, del mar y de la arena, del miedo y la esperanza.

Habla ¿por qué en las noches no puedes dormir, y menos despertar?

Dime ¿cuál es la medida exacta del poema? ¿Se encuentra en el rumor de la rosa, en la quietud del girasol, en la canción que arrulla la gerbera o es el derrumbe de la alcoba en el ascenso hacia lo inmenso?

Haz algo que no se dice aquí y no se hable más: se olvide todo esto.

/// José Natarén

Arte

Je suis né paysan, je mourrai paysan…

6 Por Álvaro Luis López Limón

En la segunda mitad del siglo XIX prosperan cambios significativos en lo filosófico-ideológico, político-cultural y económicosocial, impactando irreversiblemente en el mundo del arte. Frente a ese nuevo escenario surge un grupo de artistas franceses [1830- 1870], que abandonan el formalismo y el academicismo para inspirarse en la naturaleza, se interesan en los efectos fugaces de la luz y aquellos atmosféricos sobre las cosas que los rodean obteniendo una “experiencia directa”, se proponen otra forma de pintar, más libre y abierta a la objetividad de la vida. Se apartan de las imposiciones oficiales del arte académico y sus normas. Para Corot, Courbet,

Théodore Rousseau, Millet, Daubigny , el único tema válido, la única belleza admitida será la realidad, específicamente la conciencia social de la realidad. Las espigadoras, 1857, obra de Jean Francoise Millet, es una pintura que muestra una visión realista de la vida rural. En la pintura se refleja la dureza de la vida, encarnada en personas que desempeñan un trabajo monótono. Así, el lienzo se convierte en una crónica de la situación de pobreza del campo y de las condiciones de trabajo. Observemos los detalles de la pintura, tres campesinas situadas en primer plano, en plena faena agrícola, inclinadas por debajo de la línea del horizonte, imagen que sugiere el sometimiento del campesino a la tierra, pero también a su amo. Se agachan a recoger las espigas que han quedado

en el suelo después de la siega. Por encima del horizonte montones de paja reproducen la posición de las mujeres. En un plano –más al fondo– se observan casas de una aldea, contornos geometrizados y tiempo interrumpido. Al posicionar a las campesinas en un primer plano, Millet formula su mensaje, mujeres de carne y hueso vestidas con ropajes, de colores primarios en los pañuelos, colores terrosos, ocres y amarillos que acentúan –más allá del volumen de su figura– su condición humana. Imágenes definidas con nitidez, frente a un horizonte elevado que da protagonismo a un campo de grandes dimensiones, en el que sol y calor muestran la faena de unas trabajadoras que, iluminadas por la tarde crepuscular, ofrecen a la vista del espectador el dramatismo de sus vidas.

Tienen pocas horas antes de que el sol se ponga, trabajo rudimentario y agotador para recoger las espigas de trigo –diminutos ramilletes– olvidados, con la fatiga y pesadez en sus cuerpos que transmiten las penurias de la vida y muestran que han metabolizado los mandamientos del imperio de la verdad, “no tendrás otra sociedad fuera de ésta”; gente dispuesta a recoger con sus manos cansadas todo lo que se encuentren a su paso, porque las piedras y la tierra tampoco les pertenecen. En homenaje a la obra Jean-François Millet, declaramos: “Campesino nací, campesino moriré, tengo que contar las cosas como las he visto, y me quedaré aquí, en mi terruño, sin retroceder ni un paso”.

*UAEH-UAZ.

/// Jean-François Millet. Las espigadoras
Musée d'Orsay.

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.