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JORGE DURAND
by La Jornada
Tráfi co de migrantes
JORGE DURAND
Hace seis meses murieron 50 migrantes en un tráiler que se accidentó en Chiapas, hace una semana fallecieron 26 más asfixiados en otro tráiler, éste cerca de San Antonio, Texas. No son actos separados, forman parte del mismo proceso migratorio y del mismo sistema internacional de tráfico de personas.
Entre los dos casos, el de diciembre de 2021 y el de junio de 2022, hay una serie de sucesos similares, con la diferencia de que no en todos los casos hubo pérdidas humanas, pero forman parte del mismo modus operandi, en el que se realiza el tráfico masivo de migrantes entre México y Estados Unidos.
Un resumen somero de este tipo de eventos, pone en evidencia de que no es un asunto aislado, sino algo cotidiano que sucede a diario, de manera subrepticia y de lo cual podemos contar con evidencias. El día 10 de diciembre de 2021 murieron en Chiapas 50 migrantes en el accidente de un traíler, que iba a alta velocidad. Al día siguiente se formó una comisión internacional, con la participación de una decena de países, presidida por Marcelo Ebrad, el llamado GAI, Grupo de Acción Inmediata, para el combate al tráfico de migrantes. Como resultado, en República Dominicana se localizó a la banda de traficantes que había sido contratada y fue desmantelada. En México no se ha reportado ningún resultado, salvo el traslado de cadáveres a Guatemala.
El 16 de enero en Veracruz, en un puesto de control, se detectó a 359 migrantes hacinados en la caja de otro traíler. El 4 de febrero, la Guardia Nacional detuvo uno más, con 312 migrantes, en Córdova, Veracruz. El 7 de marzo se encontró un tráiler abandonado a la orilla de la carretera con 250 migrantes, una mujer embarazada murió asfixiada en el trayecto. El 12 de abril, en Río Verde, San Luis Potosí, en un retén se detectó un tráiler con 160 migrantes, unos 30 lograron escapar y los restantes fueron detenidos. Y así el 4 de mayo en Veracruz, el 15 de ese mes en el estado de México, el 17 de junio en Chiapas.
En este último, el tráiler estaba abandonado al lado de la carretera y viajaban 249 hombres, 55 mujeres y 62 menores de edad, de los cuales 25 viajaban solos.
El vehículo transportaba migrantes de países tan lejanos como Bangladesh, India, Nepal, Yemen, Uzbekistán y Sudáfrica. También había personas de Cuba, República Dominicana, Ecuador, Bolivia, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Perú, El Salvador y Venezuela. En total 16 nacionalidades.
Organizar un viaje para más de 300 personas requiere de mucha organización, de instalaciones para acomodar o trasladar a tantos seres humanos y para cobrar por el servicio. Se estima que en promedio se cobran entre 10 y 15 mil dólares por persona, lo que da un total aproximado de 3 millones de dólares por un tráiler de 300 personas.
Cobrar esas cantidades es un operativo complejo; unos pagan en efectivo, otros por transferencia, unos son enganchados y pagan con “trabajo esclavo” al llegar a su destino. En muchos casos son los familiares los que envían el dinero desde Estados Unidos.
Se trata de mafias, pero también de una organización empresarial para manejar tal volumen de personas y de dinero. Como se ha visto, utilizan diversas rutas por México y, luego del cruce subrepticio, continúa el traslado con el mismo modus operandi en Estados Unidos.
Este recuento somero, pone en evidencia que se trata de un asunto cotidiano, todos los días transitan por territorio mexicano y también por Estados Unidos, tráileres con cargamento humano, hacinados, hambrientos, sedientos y sofocados. En algunos casos han funcionado los retenes y operativos, en otros es la pura casualidad que se les encuentre, abandonados a la orilla de las carreteras o en rutas secundarias.
En el tráfico de migrantes, a diferencia de la trata, hay un descuido total con la mercancía, si pasa algo no pierden el dinero ya cobrado y si mueren, como en el caso de San Antonio, ni quien reclame. Sucede lo mismo con las pateras y lanchas llenas y hacinadas de migrantes en el Mediterráneo. Por eso no les interesa ofrecer condiciones mínimas de seguridad para las personas. A mayor número de personas en un tráiler o en una patera, mejor, más negocio. No es el caso de los tratantes, que por lo general cuidan y protegen a su mercancía porque luego les va a proporcionar beneficios y dividendos.
A diferencia del narcotráfico, en el tráfico de personas las posibilidades de infiltrar, conseguir información y hacer operativos exitosos son mucho más sencillas. Simplemente no se pueden tomar medidas sofisticadas de control y seguridad al trasladar a 300 personas de diferentes nacionalidades.
Hace décadas que se insiste en llevar controles y hacer operativos en los sistemas de transferencia que utilizan los traficantes y extorsionadores para cobrar. Tanto los migrantes, como los familiares pueden proporcionar información: nombres, fechas cantidades, compañías y números de las transferencias.
Es evidente que la lucha contra el tráfico de migrantes va a incrementar los precios y afectar a muchos migrantes y sus familias. Pero ya no se trata de coyotes o polleros, como en el siglo pasado, son mafias criminales que se aprovechan de las esperanzas e ilusiones de las personas migrantes y que todos los días ponen en riesgo sus vidas.
Urgen operativos sobre los sistemas de transferencia que utilizan los trafi cantes para cobrar. Quienes viajan en los tráileres y sus familiares pueden dar nombres, fechas, cantidades, compañías y números de las transferencias
Un Estado desarrollista para una misión transformadora
ROLANDO CORDERA CAMPOS
En tiempos de confusiones, omisiones, dislocaciones y desazones, resulta buena conseja regresar a lo básico. Los mercados nerviosos, los ánimos desbordados y los actores políticos peleando con sus propios reflejos y persiguiendo sombras, no anuncian puerto visible, menos seguro.
Desde la crisis global de 2008, ciertamente agravada por los fenómenos recientes como la emergencia sanitaria de la pandemia, la desigualdad y disparidad de políticas aplicadas, el rompimiento de cadenas productivas, la galopante inflación y la guerra declarada, el mundo, nosotros con él, viene presentando una combinación peculiar, por así decir, de confusiones y difusiones.
De vez en vez los dirigentes políticos y las élites económicas y financieras han sido capaces de parar su andar para revisar el rumbo. Ha sido el caso de grandes crisis, como ocurrió en los añ os de la Gran Depresió n de la década de los 30 del siglo pasado.
En esos momentos, los dirigentes fueron capaces de construir grandes acuerdos, fue algo así como una toma de conciencia, no sólo de la gravedad del momento, sino de la interdependencia común. De ahí las nuevas reglas para gobernar y operar los mercados y, en los hechos, las economías en su conjunto.
Irremediablemente, lo que en el fondo les quitaba el sueño a las élites y coaliciones conservadoras fue puesto sobre la mesa y sometido a radicales revisiones. El papel de los Estados en la operación de la economía fue modificado sustancialmente y una nueva época, presionada además por la Segunda Guerra, emergió de las tinieblas depresivas y las querencias autoritarias y dictatoriales.
México buscaba, en gran medida a tientas, un reacomodo y un perfil nuevos, en concordancia con los mandatos de su nueva Constitución y los legados de una revolución y una guerra civil sangrienta y destructiva. Había que reconstruir, país y Estado, sin prisa, pero sin pausa.
En este sentido, ahora podríamos diseñar cinco fases para arrancar nuestro camino, enderezar la nave nacional y retomar un nuevo curso de desarrollo.
Una primera fase tiene que ver con un acuerdo común, un piso básico de entendimiento de cómo estamos y por dónde queremos ir: asumamos que la mejor política social es una buena política económica. Que es indispensable una economía política comprometida explícitamente con el crecimiento alto y sostenido de la economía y el empleo y la creación de los mecanismos institucionales mínimos necesarios para redistribuir.
Segunda fase: la pobreza se abate y supera con el crecimiento y el empleo, mientras que la redistribución se logra con poderes compensatorios efectivos y comprometidos con el cambio en la pauta distributiva en favor del trabajo. Para bien redistribuir, la protección social debe ser para todos.
Tercera: no hay capacidad de crecimiento y redistribución en una economía globalizada sin acuerdos sustanciales entre capital y trabajo y una creíble interlocución del Estado como árbitro, promotor y monitor, de estos convenios.
Cuarta: no existe crecimiento alto y sostenido sin inversión sostenida; no habrá la inversión necesaria para crecer sin inversión pública que haga las veces de complemento y “empuje” de la privada; que pueda contribuir a abrir nuevos espacios de acumulación, producción y ganancia.
Y quinta: en el capitalismo “realmente existente”, el fisco sigue siendo la mejor institución redistributiva. De aquí el papel inevadible de un Estado comprometido con la redistribución del ingreso y la riqueza. Expresamente comprometido con la justicia social y con los valores de un régimen de gobierno y de Estado democráticos.
Un Estado desarrollista que culmine estos caminares sería la coronación de una misión transformadora como la esbozada. La continuidad o la alternancia lograda por la coalición tendrían que abocarse a asumir esta problemática; como eso, como problema a sortear. Y dejar de jugar a los volados. Ya reformaron por la vía de los hechos la ley electoral y estamos en plena campaña por la sucesión presidencial. Normalicemos nuestros excesos y allanemos el rumbo para unas elecciones pacíficas y ordenadas.
Rescate vs despilfarro del petróleo
ANTONIO GERSHENSON
Las acciones de uno de los 10 países más consumidores de energía en el mundo, se da a la tarea de presionar a sus aliados para bloquear a Rusia, poniendo al gobierno ucranio al frente de la agresión. La cantidad de energéticos para sostener la guerra en ese país fue un cálculo erróneo por parte de los ideólogos del Pentágono. No contempló el gran daño a la población civil, tampoco les importó el perjuicio inmediato y subsecuente de la biodiversidad. El golpe a Rusia y el bloqueo comercial que el presidente Biden pretende en contra del gobierno de Vladimir Putin es un asunto que los ideólogos neoliberales creen tener controlado.
La realidad está complicando las negociaciones para llegar a un acuerdo civilizado entre ambos países, sin la intervención de la OTAN. Entre las necesidades de paz, de alimentos y del retorno a casa, la población civil ucrania no apuesta por enemistarse con Rusia, ya que es el gobierno que provee del indispensable gas y de otros insumos. No olvidar que miles de familias son descendientes de países que forman la Federación Rusa.
Punto aparte, son los países integrantes de la Unión Europea y de la OTAN, quienes sí ven en Rusia un enemigo comercial en acecho, no obstante ser el principal proveedor de hidrocarburos para el continente.
La invasión a Ucrania sólo es un pésimo guion, inspirado en el que inventó el trío de enfermos mentales, belicistas y ambiciosos de poder (Hitler, Mussolini e Hiroito). El conflicto actual no dista mucho de lo acontecido hace 83 años. Inventan una guerra por conflictos económicos posibles de resolver sin necesidad de recurrir a las armas. Ya no recuerdan los daños ocasionados por la Segunda Guerra Mundial.
Los autores del desarrollo de este desafortunado acto bélico, pospandemia del SARS-CoV-2, no han considerado los daños profundos en la población y en la biodiversidad. Estados Unidos no ha asimilado que recursos como el petróleo no deben destinarse para inventar guerras. Se necesitan los hidrocarburos para reproducir el estilo de vida que llevamos, hasta hoy. Pero, también se necesitan para avanzar hacia una transición energética. Sin embargo, los gobiernos necesitados de los combustibles rusos, aceptaron el riesgo y los resultados negativos de esta nueva agresión hacia la Federación Rusa están aumentando.
Es importante señalar que el desperdicio de petróleo en esta guerra pone en riesgo la seguridad energética de todas las naciones reclutadas por Estados Unidos bajo el escudo de la OTAN. Necesitan de más combustible para continuar con la inaceptable guerra. Hacemos hincapié en que el perjuicio mayor lo están padeciendo los habitantes de Ucrania, país que, por cierto, no está en la OTAN. Las imágenes se repiten, población desplazada, alejándose de sus hogares, familiares extraviados o fallecidos, ciudades destruidas a donde nadie puede regresar. La pobreza está llegando, ya que lo han perdido todo en los bombardeos indiscriminados, tanto de su propio ejército, como por los ataques que repele la milicia rusa.
Se olvida, voluntariamente o no, al país que sufrió la pérdida de millones de patriotas en el frente de guerra, que no se doblegó ante el cerco nazi y que padeció de las peores hambrunas, además del deceso de millones entre su ejército, partisanos y civiles, pero que no se dio por vencido y por esa razón, la mayoría de las naciones de Europa no sucumbieron ante el nacionalsocialismo nazi.
No existe para Ucrania ganancia alguna en esta guerra, excepto la derrota del grupo neonazi protegido por Volodymir Zelensky, presidente de ese país. Por lo que el beneficio de esta absurda guerra, no se va a ver nunca. El razonamiento civilizado y la convivencia entre los pueblos fueron derrotados.
El aumento del precio del petróleo y la escasez de combustible, de no parar ese conflicto bélico lo más pronto posible, generará otros conflictos paralelos: falta de agua, de alimentos, de abastecimiento de energéticos y mayores crisis financieras.
Y, mientras despilfarran energéticos en el continente europeo, aquí en América, en el municipio de Dos Bocas, Tabasco, se avanza en el rescate de la industria energética de México.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, cumple con la entrega al pueblo mexicano, de la Refinería Olmeca, instalada en tiempo mínimo, con una inversión libre de deuda y bajo las mejores condiciones para su construcción. Esta obra importante y fundamental para el programa de refinación, junto con la rehabilitación de las otras refinerías ya existentes, se ha proyectado para recuperar la solvencia en energía y la soberanía energética.
La productividad de energéticos y el autoabasto tienen el respaldo, no sólo de las refinerías existentes, incluyendo a la Olmeca, sino también, de la que se encuentra en Houston, Texas, conocida como “Pemex-Deer Park”. Se espera que, con estos pasos, el abasto interno sea suficiente. Ahora podemos decir que la refinación diaria de 340 barriles de crudo y sus derivados, son productos de Pemex “hechos en México”.
Se cierra, para unos cuantos, el negocio ilícito de la entrega de petróleo barato a empresas privadas extranjeras. Se suspende la venta de crudo al exterior. El beneficio será para la economía nacional y la continuación de los programas sociales.
En puerta, falta de energéticos, agua y alimentos por el alza en los hidrocarburos Hombre insobornable, abrazó la causa antiimperialista y la enfrentó con su máquina de escribir y el periodismo como arma de combate
El eterno Gregorio Selser
JULIO FERRER*
Se cumplen 100 años del nacimiento de Gregorio Selser (2 de julio de 1922-2022) periodista argentino, historiador, editor y docente “juntador de papeles” de nuestra América. Hoy más que nunca es necesario rescatar su figura legendaria.
Los trabajos de investigación de Selser que fueron transformándose en artículos periodísticos, ensayos o libros procuraron revelar las distintas herramientas de penetración y dominación política de Estados Unidos en América Latina y el Caribe, como los golpes de Estado, los planes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Pentágono, las alianzas entre las distintas administraciones estadunidenses con las oligarquías y burguesías locales entreguistas que profundizaban las condiciones de dependencia. También fue un precursor del análisis de los medios masivos gráficos, radiales, televisivos, electrónicos y de las noticias falsas. Lo atestiguan los distintos periódicos, revistas y agencias de noticias del planeta que tuvieron su pluma con su nombre verdadero o seudónimo como La Prensa, El Cronista Comercial, Página12, Crisis, Marcha, de Uruguay, El Día, El Financiero o La Jornada, de México, Prensa Latina, de Cuba, Inter Press Service (IPS) o sus casi 50 libros como Sandino general de hombres libres (una de las ediciones con prólogo del guatemalteco Miguel Ángel Asturias, futuro Nobel de Literatura), El guatemalazo, El rapto de Panamá, Diplomacia, garrote y dólares en América Latina, Argentina a precio de costo: El gobierno de Frondizi, La revolución cubana, La CIA en Bolivia, Bolivia, el cuartelazo de los cocadólares, De cómo Nixinger desestabilizó a Chile, Los días del presidente Allende, La batalla de Nicaragua (en colaboración con Gabriel García Márquez, Ernesto Cardenal y Daniel Waksman Schinka) y Reagan de El Salvador a las Malvinas, entre otros.
Su vida periodística y literaria lo convirtieron en una presa a cazar por los servicios de inteligencia que operaban durante las dictaduras del Cono Sur en la década de los 70 (Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Bolivia, Paraguay y Perú) en el contexto criminal de “Operación Cóndor”, obligándolo a exiliarse en 1976 –junto a su familia– y establecerse definitivamente en México, tierra solidaria para miles de exiliados latinoamericanos. Lugar donde Selser, un 27 de agosto de 1991, con sólo 69 años, pasó a la inmortalidad.
Logré realizar la primera y única biografía hasta hoy del maestro: Gregorio Selser. Una leyenda del periodismo latinoamericano, con prólogo de Stella Calloni, editado en conjunto por la EDULP (Ediciones de la Universidad de La Plata) y EPC (Ediciones de Periodismo y Comunicación de la Facultad de Periodismo de La Plata).
El trabajo me llevó alrededor de cinco años y conté con la ayuda de prestigiosos colegas argentinos, como Stella Calloni, Rogelio García Lupo, Osvaldo Bayer, Oscar El Gallego González, Atilio Borón, Alcira Argumedo y Carlos Aznárez, entre otros que me abrieron sus archivos, sus bibliotecas y sus memorias. También pude lograr más de 50 testimonios de distintas personalidades del periodismo, las ciencias sociales y la política del mundo, como el estadunidense Noam Chomsky, los mexicanos Blanche Petrich, Stephan Hasam y Humberto Musacchio, los cubanos Juan Marrero y Marta Rojas, Blanca Segovia Sandino (hija única del general Augusto C. Sandino) y Aldo Díaz Lacayo, de Nicaragua, Carlos Fazio y Daniel Viglietti, de Uruguay, el brasileño Eric Nepomuceno, los panameños Nils Castro y Julio Yao Villalaz, los peruanos Ricardo Napurí, Rafael Roncagliolo y Juan Luis Gargurevich, entre otros. Y conté con el apoyo inestimable del Centro Académico de la Memoria de Nuestra América, adscrito al Colegio de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México que, bajo la dirección de Beatriz Torres, está a cargo de la documentalista Bettina Gómez Oliver.
La narrativa y la prosa de Selser eran sencillas y directas, es decir, comprensibles y sin medias tintas. Esto se puede apreciar en la vasta obra selseriana por la simple razón de que su escritura tenía que llegar –de la forma más clara y urgente– a los distintos sectores sociales en países como Argentina, Chile, México, Guatemala, Panamá, El Salvador, Cuba, Nicaragua, Honduras y Bolivia, entre otros.
Selser no escribía para recibir premios ni menciones, escribía para que los pueblos de América comprendieran que su dependencia histórica del imperialismo estadunidense no tenía que ser eterna. Que la justa liberación de los condenados de la tierra era posible y necesaria, pero a partir de los hechos históricos y sin olvidar la siempre postergada unidad latinoamericana.
Hombre honesto y de una ética insobornable, abrazó la causa antiimperialista y anticolonialista y la enfrentó con toda su fuerza y pasión con una máquina de escribir y el periodismo como arma de combate, para descubrir lo que él denominaba “La historia americana de la infamia” y despertar y liberar conciencias aturdidas por tantos años de sometimientos.
A 100 años de su nacimiento, su vida y obra lo siguen definiendo como un imprescindible de nuestra América.
* Periodista y escritor argentino. Algunos de sus libros: Osvaldo Bayer íntimo. Conversaciones con el eterno libertario; Stella Calloni íntima. Una cronista de la historia, con prólogo de Fidel Castro. D10S. Miradas sobre el mito Maradona, con prólogo de Fernando Signorini