Concurso Solís Hegel 2021 UMG

La Universidad Mariano Gálvez de Guatemala a través del Instituto de Ingeniería, matemática y ciencias físicas CONVOCAN AL V CERTAMEN LITERARIO “ING. ROBERTO SOLÍS HEGEL” En homenaje al centenario de Augusto Monterroso EN LA RAMA DE MICRORELATO

Obras estudiantes *Los autores son los responsables de la originalidad de sus obras. **Se comparten los textos con la ortografía original de cada uno.

Un malestar de la época Era el tiempo en que el esplendor artístico en la historia de la humanidad llegaba a la cúspide de su juventud, era tanto el ajetreo que pronto todos estaban aburridos de tanta creatividad y obras literarias. El malestar había sido abrumador, todos sentían los sesos a punto de reventar y los pulmones también, pues ya no quedaban más árboles para más libros. Todo había sido escrito y, sin embargo, no era nada.

Karla Cal

El encuentro Sr. Monterroso, ¿Qué hace usted acá?

Tenía que ver como estabas mi gigantesco amigo.

Lourdess Vela

La Duda La duda preguntó a la pregunta, y esta respondió por qué me preguntas, si yo dudo no te pregunto, y la duda respondió, la duda que tengo por la pregunta es para responder mi duda. Si dudo, pregunto y ¿Si pregunto dudo?

Si dudo estoy indeciso, si tengo incertidumbre dudo, si tengo un dilema estoy en una disyuntiva, ¿Por la duda que me causa el dudar? ¿Preguntar es dudar? Dudo, por la duda que repica en mi cabeza, ¿Por qué dudo? Si hay respuestas ¿No hay más dudas? O las respuestas ¿Me generan más dudas?

Dudo, dudo, dudo ¿Por qué dudo tanto si eso me hace dudar aún más?

Decido dudar o es un cuestionamiento ¿Que me causa duda? Cuán confusa es la explicación, que por explicar, ¿Puedo dudar aún más? Por ello no quiero hacer que dudes más y con este final. ¡Te voy la duda a quitar!

Eugenia Melgar

Amor en tiempos de guerra Guatemala, 09 de febrero de 2020.

El corazón por piedad no se detiene.

Ni siquiera la luz de la Luna, puede iluminar la oscuridad que guarda al sentirse traicionado. ¿Quién pues manda en el corazón? ¿Será acaso la razón, quien con gritos intensifica su dolor al callarlo? ¿Cómo pues olvidará las caricias que una vez lo hicieron latir de emoción? ¡Pierde cordura al sentir el calor de las brasas en brazos ajenos! Aunque, bien sabe cómo debe actuar, siempre hay quien también

conoce su debilidad. Una caricia al alma a través de la mirada, una sonrisa ingenua, un acto inocente de ternura...

Aunque guarda recuerdos y emociones, la razón siempre le hace saber lo que debe hacer. El sentimiento no crece si no es alimentado y desaparece con el tiempo si nunca fue sincero. ¿Logrará controlar su impulso de ser atraído por arder en las brasas? ¿Podrá alguien calmar ese insaciable deseo de amar? ¡Cuánto más calla sus razones, más aumentan sus inquietudes! Existe aquel que sabe darle sosiego y calmar el llanto. Existe aquel, quien al recordar su respiración se estremece de compasión. ¿Quién pues habrá de ganar entre el corazón y la razón? ¡Estamos con el amor en tiempos de guerra!

Altuna Marchena

Historias de Caminos Érase un pueblo de aquel tercer mundo, llenó de detalles verdes, de atardeceres multicolores, dirigido por malvados, ignorantes, mediocres.

Sus aldeanos, trabajadores y soñadores, ansiosos de verdades que enriquecieran su amplía hambre de saber, se levantaron, se educaron, armaron un fuerte batallón, fueron, se dirigieron hasta el desolado castillo de cristal, le lanzaron una verdad y todo él castillo de cristal se desvaneció... dentro todo desapareció.

Jasmin Jeannette Díaz Peláez

PINOCHO Versión políticamente correcta Pinocho era un muñeco que fue elaborado por un experto independiente en artesanías de madera llamado Gepeto. Un afortunado día, adquirió voz y vida propia mediante un toque con varita mágica propinado por Hada Azul.

Para su educación le asignaron al profesor Pepe Grillo. Y le prohibieron mentir. Le crecería la nariz la transgresión de la norma.

Presencial y virtual, Pinocho avanzó aceleradamente en sus estudios: lenguaje, matemáticas, biología, geografía, historia universal, finanzas, filosofía... Al cabo de un año cursaba ya un posgrado en línea sobre Pensamiento Crítico en la Universidad de Salamanca.

Fecha en que los adultos decidieron evaluarlo de forma integral, reprochándole fuerte al observarle una crecida nariz.

—¡Semejante sanción es desproporcionada, desalmada, cavernaria, violenta principios elementales de la academia contemporánea y me faculta para iniciarles demandas a ustedes tres! —protestó un alterado Pinocho. Y abandonando el lugar abruptamente, dejándolos estupefactos, se propuso corregir lo que consideraba un atropello.

Su causa consiguió millones de seguidores en redes sociales; sus tuits diarios fueron tendencia mundial.

Y derivado de la lucha pinochesca, surgieron organismos internacionales para velar por los derechos de los maderos parlantes, regular el uso de las varitas mágicas y prohibir los castigos faciales.

Marlon Iboy

Quauhtlemallan —No recuerdo cuando llegué, solo sé que ya no me fui... Y, ¿tú eres?

—[Un silencio incómodo sin inmutarse.]

—Entiendo... Yo igual no voy a darte mi nombre. Si te lo diera, no creo que pudieras pronunciarlo bien.

—[Una mirada absorta y desinteresada al vacío.]

—Vengo de muy al Norte, sabes. A ti pronto te dirán “el de las hojitas de parra”, acostúmbrate.

—[Ve al gigante y muestra curiosidad por el contenido en el vaso ajeno.]

—No, no tengo prisa en beber, pero me encanta esto que hace Acan, nuestra barman. Le dicen “Quauhtlemallan”. Todos lo piden, pero nadie sabe de qué clase de licor se trata en realidad. Y sinceramente está mejor que el hidromiel o la cerveza.

—[Apura lo que quedaba en su vaso y voltea a verlo con complicidad.]

—Deberías probarlo y dejar de ver el mío... Le balbuceaste algo como “Baco”, a Gestín, justo al entrar. ¿Así te llamas?

—[Asiente mientras sonríe.]

—¿Ves qué fácil es hacer amigos sin hablar? —Se pone de pie y grita sobre la barra—¡Acan, dos más por favor!

—[Da un sorbo al líquido y grita con euforia.]

—Kippis! Y espera conocer a Osiris. ¡No querrás irte nunca de acá!

Rodrigo Villalobos

Obras docentes El Quetzal antes que el Cóndor Quiero compartir esta historia que alguna vez quise nombrarla: El Quetzal fue antes que el Cóndor, en referencia a la operación Cóndor de Sudamérica, esto debido a Zepeda que participó en ambas. La historia trata de una bella mujer que deslumbró al país entero con su gracia y belleza, que creció en una época de conflicto y confusión; habiendo nacido en una época mejor. Ella por cuidar y regresar a su hogar a una niña recién huérfana de padre, tuvo aquel accidente fatal. Pobre niña, sin saber que este viaje iba a costarle la vida, además de iniciar el triste fin de su ángel guardián, quien regresó a curarse las heridas a la casa segura teniendo ya los ojos del cazador sobre ella. Poco tardó para encontrar un nuevo amor qué más adelante enloqueció con violencia al conocer el triste destino que ella tuvo, en su tortuoso final. Que descanses en paz R. ¿Sabes de quién estoy hablando?

Raúl Freire

LA BLASFEMIA MÁS GRANDE La blasfemia más grande de la historia estaba a punto de ocurrir. Al “Telúrico” no le permitieron ingresar a la iglesia de San Pedro en el Vaticano porque llevaba pantalones cortos.

Pico Quiñonez

EL ELEMENTO Al inicio su esencia se movía sobre mí. Para entonces, antes, hoy por hoy, mi usanza ascender sutilmente, embebiendo huellas por doquier con múltiples versátiles figuras de símil algodón. Luego retornando en tropel de cortinas aterciopeladas o en sumas de lentejuelas, prismáticas, colmando de caricias y desgarres el germen de mi existencia.

A posteriori aflorando sucintamente en actitud de remisión, configurándome en fluidos derroteros, marismas y pontos de portentosa arquitectura.

Pregonando con lenguaje propio, multilingüe de código secreto, acallándose en remansos fuente de mi catoptromancia, que emula a “Lida Sal”, develándome mi imagen persé, de dual naturaleza, intrínseca y extrínseca, explícitamente. Yo factor común en el álgebra arquetípica de la biodiversidad. ¡Oh, espectro abrumado, que languidece mi existencia y otrora lozanía En preámbulo, consecuencia inmediata del caos merodeándome, exhalo suspiros de socorro en resonancia transitiva a los pronombres yuxtapuestos, coexistentes aún.

Carlos Alvarado

Todo o nada: - ¿Entonces, qué es lo que pretendés con mi hija?

- Señor, quiero casarme con ella.

- ¿Y qué es lo que tenés para ofrecerle?

- Le ofrezco mi vida. Poco a poco iremos construyendo lo demás. Juntos, como debe ser.

El padre sonrió con ironía. Vaya si ya tenía experiencia de vida.

- Pues no puedo dejar que mi hija se vaya con un pelado como vos, lo siento. Ahora haceme favor y te vas.

Los ojos anhelantes de ella buscaron una respuesta de los labios de su amado.

- ¿Y qué hacemos entonces? Le preguntó ella, con una mezcla extraña – así lo sintió – de expectativa, temor y una ligera sensación de esperanza.

Después de pensarlo unos momentos, él habló: - Pues empacá tus cosas. Te venís conmigo y nos vamos lejos de aquí.

Ella dudó.

Dejaría atrás todo lo que conocía, pero - razonó – el amor debía ser algo así: de todo o nada.

A la mañana siguiente, el cuarto de ella estaba arreglado, con una cama fría y una ventana abierta.

Han pasado ya varios años... y quienes los han visto, aseguran que los vieron tomados de la mano, juntos.Y profundamente enamorados.

Juan Carlos Yllescas ESTÍO POR ALBORADA De camino al altiplano recordó el valor de la lluvia. No todos advierten la agonía de la siembra, en estos días. Mientras hilvanaba algunas ideas, escuchó lo último de la plática entre dos personas. Prefirió no abrir los ojos. —Qué hermosa está la milpa.

—No, señora. Si ya está floreando significa que habrá más hambre. ¿Nota el cansancio de las hojas?

Al llegar a su destino (podría ser cualquier parte, no hay destino cuando en el horizonte el hambre viene entre el polvo levantado por el viento) y saludar a su padre, sintió la cercanía del mal tiempo.

—Cuando aparecieron los azacuanes la siembra ya se había echado a perder.

—¿A dónde iremos?

—En otros tiempos bastaba con tomar de la mano a los hijos y adentrarse a lo desconocido. Aunque había que esperar varias generaciones, aparecía tierra fértil. El mundo no tenía límites. Ahora no se puede salir en busca de un lugar para la siembra sin correr el riesgo de adentrarse más a la sequía.

—¿Qué nos queda?

—Morir otra vez.

Giovany Enmanuel Coxolcá Tohom

Universidad Mariano Gálvez de Guatemala Resultados IV Concurso Literario Ing. Rodolfo Solís Hegel Estudiantes: 1. Karla Janette Cal Dieguez Obra: Un malestar de la época 2. Tania Loudess Vela García Obra: El encuentro 3. María Eugenia Melgar Zomosa Obra: La duda MENCIÓN DE HONOR: Kátia Rocio Marchena Alvizures Obra: Amor en tiempos de guerra Jasmin Jeannette Díaz Peláez Obra: Historias de caminos Marlon Gabriel Iboy García Obra: Pinocho Rodrigo Estuardo Villalobos Fajardo Obra: Quauhtlemallan Docentes: 1. Víctor Raúl Freire Martínez Obra: El Quetzal antes que le Cóndor 2. Luis Roberto Quiñonez Obra: La blasfemia más grande 3. Carlos Humberto Alvarado Batres Obra: El elemento MENCIÓN DE HONOR: José Juan Carlos Yllescas barrios Obra: Todo o nada Giovany Enmanuel Coxolcá Tohom Obra: Estío