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JOYAS DE LA CIUDAD Ubicada en Chacabuco primera cuadra, la Casa Libanesa (ex Casa Griet) es la expresión viva de una mezcla cultural que dio el estilo mudéjar, hispano-árabe o hispano-musulmán. Vitrales, mayólicas, arcos y color otorgan su impronta. Integra el listado de bienes de Interés Municipal. Quedan muy pocas con ese estilo en el centro histórico de la capital. LA GACETA / FOTOS DE FRANCO VERA
LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL
CHACABUCO 54 RÉPLICA DE UN EJEMPLAR PORTEÑO El frente de la Casa Griet es una réplica exacta de uno de los pórticos internos del Museo Fernández Blanco, en Buenos Aires. Actualmente se alquila para fiestas.
En esta casa conviven España y Líbano Un viaje a España con escalas en las ciudades latinoamericanas marcadas por la vida colonial. Así se podría resumir la impronta de la Casa Griet (actualmente Casa Libanesa), una joya que miró lo más pintoresco de la arquitectura colonial de México, Potosí (Bolivia) y Lima (Perú) para componer un cuadro colorido en el que los detalles te llevan al corazón de la madre patria. La casa se construyó en 1935, en Chacabuco primera cuadra. Su propietario original fue Juan Carlos Griet, perteneciente a la familia propietaria del ingenio Amalia. En la década del 50, al fallecer Griet, sus herederos vendieron la propiedad a la Asociación Libanesa. Se trata de una típica vivienda “chorizo”. “Tanto la fachada como el interior se resuelven con elementos neocoloniales, el estilo que emplearon los grupos sociales tradicionales para tomar distancia de las expresiones estilísticas de los inmigrantes. La burguesía tradicional buscó vincularse con las costumbres coloniales a través del neocolonial, se refugió en este estilo arquitectónico que además tenía la prensa de ser símbolo de la identidad nacional argentina”, explica Ana Lía Chiarello, magíster arquitecta y miembro del Instituto de Historia de la FAU. Los elementos que más sedu-
LA FUENTE ESTILO MUDÉJAR Es producto de la mezcla de corrientes artísticas cristianas (románicas, góticas y renacentistas) y musulmanas que sirve de eslabón entre las culturas cristianas y el islam.
cen de la Casa Griet son, precisamente, aquellos más enmarcados dentro del estilo neocolonial. “Se destacan la portada barroca del acceso, una reproducción exacta de una portada interior del Museo Fernández Blanco (Buenos Aires, 1920); la cornisa mixtilínea con pináculos sobre el balcón de hierro al modo colonial; el conjunto de ventanas con rosetón de detalle; los aleros de tejas españolas; las columnas toscanas ‘panzonas’ del patio interior; los zócalos de azulejos y la fuente de agua estilo mudéjar a la manera andaluza”, describe Chiarello. Según la arquitecta, el valor patrimonial de la Casa Libanesa radica en su calidad arquitectónica, en su representatividad de la corriente neocolonial, y su valor de escasez, ya que quedan pocas viviendas de este estilo en nuestro Centro Histórico (entre otras que pueden mencionarse se destacan la Casa Frías Helguera -hoy FETo la Casa de Alcira Maluff de Saad, hoy bar Plaza de Almas). “La casa integra el listado de bienes de Interés Municipal. Es sin duda muy importante poder hacer efectiva esta protección y salvaguardar este ejemplo de arquitectura doméstica que en nuestro medio siempre corre riesgos de ser demolida, al igual que muchas otras viviendas representativas de otros momentos históricos”, advirtió Chiarello.
VITRALES CUIDADOS EXTREMOS Pequeños vidrios pintados, encastrados en dibujos realizados en plomo y estaño. Cuando se rompe uno, en la Casa Libanesa deben recurrir a una artesana. ESCRITORIO Una escalera de madera en el living lleva a un escritorio en el que la Casa Libanesa conserva libros escritos en árabe.
EL LIVING
MAYÓLICAS IMPORTADAS El piso de parquet se combina con cerámicos decorados con pequeñas y coloridas mayólicas, probablemente traídas de España durante la construcción.
El primer ejemplar del estilo La Casa Frías Helguera (San Martín 427) fue construida en 1870 y remodelada en 1924. Es el primer y más acabado ejemplar tucumano del estilo neocolonial. En su remodelación incorporó de manera más clara elementos hispano-musulmanes (también llamado mudéjar o hispano-árabe, propio de Andalucía), como los arcos y los azulejos decorados; y barrocos, como las columnas torzadas del zaguán. Desde 1953 es la sede institucional de la Federación Económica de Tucumán (FET) y sufrió varias remodelaciones, aunque conservando el estilo y el concepto originales. “La inauguración de la Casa Griet -la Casa Libanesa, en Chacabuco 54- no debió haber sido un gran suceso, ya que el estilo se hizo conocer con casas anteriores a esa, como la actual FET”, estima la arquitecta Ana Lía Chiarello, del Instituto de Historia de la FAU.
CAUTIVANTE La fachada de la Federación Econónima de Tucumán (FET) es una de las más impactantes ubicadas frente a la plaza Independencia.
EN BARCOS Las mayólicas que decoran los exteriores de la FET fueron traídas en barco de Talavera de la Reina (provincia de Toledo, España)