Merak 1º Ediciòn

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01 Ediciรณn 2019


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Este proyecto ha demostrado ser la definición de la palabra “perseverancia” (o terquedad, quizá), el tiempo ha ido muy lento, a pasos de tortuga podría decirse; sin embargo, el producto de todo el esfuerzo llevado a cabo por todo nuestro equipo está comenzando a dar a luz. El equipo de la revista “Merak” trabaja día con día, con todo su esfuerzo para lograr aprovechar las oportunidades de crecimiento y desarrollo que se presentan inevitablemente al emprender. La verdad es que no podría estar más feliz de todos los inconvenientes que se han presentado, puesto que todo nuestro equipo ha desarrollado una gran resiliencia que nos permitirá llevar a cabo la misión de “Merak” la cual es apoyarlos a ustedes a desarrollarse como creativos y como personas. Merak nació con un deseo en común de aquellos que tenemos la necesidad de salir a luchar por lo que queremos a través de aquello que nos hace trascender: el arte. Es la manifestación de la fuerza unida de todos los artistas, es el espacio donde un sinfín de historias iniciarán, tanto reales como ficticias, donde muchas personas desconocidas se conectarán mostrando un poco de su alma en sus obras. La revista Merak es el inicio del cambio impulsado ya no por la codicia, sino por la humanidad de las personas.


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ín dice

Pg. 10 − 15 Meraki Pg. 6 − 9

Sigue ahi Pg. 16 − 20 Pg. 22 − 26

Historia del cine mexicano: El porfiriatO Pg. 28− 35 Museo por Cynthia C. Pg. 37 − 47


La palabra menta expresaba la idea del hallazgo, no era sabor, no era aroma, era el color, al igual que recordar que el momento disparaba millones de ellos. Era azul, luego verde, con los nervios se tornaba amarillo, y con un poco de pena los cachetes eran rojos. La forma en la que de pronto relacionó los colores con los sentimientos es de suma importancia, ya que los más hermosos los hace mi cuerpo, al estar enamorado o al necesitar abrigo, o simplemente, por cuestión genética, mis manos se vuelven verdes, y ello me recuerda a la persona más importante en mi vida, mi abuela. El tiempo se hace espeso, al tratar de encontrar algo, a alguien, sin saber por qué lo hago, cuando de pronto, me detengo pero no a pensar en ese por qué, sino en buscar algo que en realidad tenga un verdadero propósito. Aunque cierto, hace mucho que no busco más que ser feliz, o sentirme pleno, sin necesidad de esperar, sólo disfrutar lo que tengo frente a mí, sin pensar en lo que ya dejé atrás o bien, lo que me espera adelante. Pude apreciar las sombras del amanecer, y con ellas, la transformación del cielo, con sus tonalidades. Quise exponer al sol mis ojos aún recién abiertos y poder sentir ese calor que no se siente por alguna otra cosa. Mientras caminaba el viento me abrazaba y al mismo tiempo, con sus dedos peinaba mi cabello, y con una ligera brisa, tocaba mis mejillas.

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Con un ocaso, pensaba en lo poco que dura el día, y así el calor, mi vida. Pero ésta ocasión, no me causaba más que ternura. El apagar el sufrimiento y despertar el gozo por el presente sin duda se volvía algo que procuraba practicar a cada momento. La noche me recogía en su frío, en su misterio, mientras consideraba las cosas buenas que me dejaba, amor, paz y al final, conmigo mismo. Las personas que veo, de las que me rodeo, no todas conocidas, me hacen preguntar si se quedarán conmigo al final. Nada es eterno… Duraba días rezando, meditando cada error, cada palabra que lastimó a alguien así como cada una de ellas que callé por miedo a lo que ahora siento, un vacío dentro de mi cuerpo que no es por ausencia sino por desesperanza. La siempre espera de que alguien te vea, te cuide, te sienta, te viva, cada vez es más grande y en vano; el egoísmo era cada vez más evidente y la desconfianza con ello estorbaba entre los dos. Recuerdo firmemente el día que sólo no quise esperar, que decidí darme la oportunidad de pensar en mí antes que en alguien más. Al principio parecía algo valioso por la voluntad de ver por mí mismo, pero observar cómo me descuidaban, como me desvanecía, cómo aprendía nuevas cosas por ser más visible, más tierno, más valioso me hacía sentir especial, pero no por él, sino por otros; eso me destrozaba, me hizo creer que debía hacer más, o que no era demasiado, que nada de lo que hiciera podría ser más que los errores que había cometido.

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Sometido a noches de tristeza y de angustia y a días de espera por una prueba, una señal de que había algo porqué quedarme me fui apartando de lo que sentía, o más bien, desconocía cada vez más a quien amaba. No recuerdo la última vez que me sorprendió, que me demostró su gusto de verme, de estar conmigo, de que estuviera con él. Sin embargo, esperaba, siempre lo esperé, quise que fuera él una y otra vez, sólo él.

Entre hilos y pintura, destacaba los colores que pudieran expresar mi amor, lo importante que era para mí. Entre bocetos, quemaduras y ensayos, me perdía y después me encontraba frente a él, con mis heridas y mis sueños fragmentados pero dispuesto a que me abrazara y me hiciera creer que nada estaba mal cuando cada vez estaba peor. Fueron días y noches repasando mis discursos, con lo más breve y superficial para no aburrir ni terminar hablando solo. Me dolía el pecho cada vez que era interrumpido por algo tan insignificante, pero aún más, cuando él ya sabía lo que diría, y darme cuenta de que cada vez él desconocía más de mí.

Terminar la etapa que tanto dolía no fue lo más triste, lo que ha sido muy difícil de sobrellevar es la indiferencia con la que después de todo lo vivido fui tratado. Ser amado e ignorado por la misma persona es algo que a nadie le deseo.

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Ocasionalmente, me cuestiono sobre mi decisión y aunque en la mayoría de las veces estoy por sentirme arrepentido, descubro lo que soy, lo que hago y lo que valgo; entonces termino por darme cuenta que quizás no fue una buena opción haber terminado, pero sí haber comenzado de nuevo. Mientras aprendía a ser mejor para alguien, descubrí que nadie podría verme ni valorarme mejor de lo que yo lo haría; pero sin duda, concluí en que es mejor conquistarse a sí mismo que ganar mil batallas. Así la victoria es de uno mismo. No puede ser tomada de nosotros por nadie, ni por ángeles o demonios, ni por el cielo o el infierno.

En el interior de todo lo sucedido, estoy agradecido por el tiempo compartido, y enseñarme que mis errores no son lo que me define sino cómo los corrijo. Poco a poco aprendí a levantarme de cada caída, reconforté la confianza en mí; después de tanto tiempo y tantas cosas vividas encontré que ahora soy alguien más fuerte.

No es malo aceptar que hay cosas que deben terminar como comenzar, y hoy comienzo a respirar en mi propio espacio y libertad, caminar con gracia y enseñarme que a veces lo peor trae lo mejor de ti.

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Existió alguna vez, en un campo apenas fértil, una arboleda de olivos trabajada por hombres, entre ellos se encontraba un joven laborando en su pequeña sección de tierra, bajo el intenso sol se secaba el sudor de la frente, mirando al cielo sabía que el día siguiente y el siguiente y el siguiente serían igual.

Un día, camino a su sembradío, absorto en sus pensamiento no notó que había tomado el camino equivocado, continuó caminando recto, pero la brisa le trajo un olor fresco y agradable, aunque también penetrante; extrañado volteó a su derecha y contempló un campo lleno de naranjos, por un momento se sintió confundido y asustado, pues fue hasta ese momento que se percató de su equivocación en la ruta; no obstante, ni por un segundo quitó la vista de esos árboles, sus ojos brillaban maravillados y comenzó a caminar para acercarse a ellos, cuando llegó a la cerca, pensó por un momento en regresar para comenzar su día de trabajo en los olivos, pero el paisaje apartaron su mente de esa idea y emprendió una caminata tomando la valla con su mano derecha.

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Caminó y caminó, también tropezó porque su atención estaba apresada por aquellos cultivos. En un momento se presentó una bifurcación, esto supondría estar un poco más cerca de los naranjos, así que la tomó. Después de un buen momento andando, llegó al fin de la plantación, el joven sembrador se encontraba decepcionado por esto, pero también agradecido. Decidió continuar hacia adelante, no quería apartar ni por un momento de su memoria el paisaje que había acabado de amar. De un momento a otro, a lo lejos, divisó un terreno con buganvilias, corrió hasta el cercado y repitió el mismo acto como con los naranjos, mientras su corazón no paraba de golpear su pecho. Entre bifurcación y bifurcación, el joven recorrió un laberinto en el que se fue topando con diferentes cultivos; encontrándose árboles con diferentes frutos y flores como cerezas, acacias, zarzamoras, jazmines, melocotones, jacarandas, limas, algodón y demás.

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Su alegría era tal, que pensó en nunca volver a su que hacer, el camino le jugó una mala broma y esto lo supo cuando sus descalzos pies reconocieron la tierra que de repente pisó y ante él aparecieron los olivos, sin duda era una vista maravillosa, sí, pero no dejaba de ser el mismo verde de cada día. Se resignó a entrar a su fracción de terreno, mientras cultivaba recibía reprimendas de los demás jornaleros; casi no las escuchaba, pues no dejaba de pensar en la maravillosa y sorpresiva mañana que había vivido; en todos los colores, aromas, sonidos y sensaciones que había experimentado. Para el atardecer de ese día, comenzó a preguntarse:

¿Cómo se verían sus olivos rodeados de todos esos otros árboles? Porque su campo era bello, pero se vería aun más hermoso pintado de todos aquellos colores que presenció. Entonces tomó una decisión, y cada día a partir de ese momento, a partir de esa pregunta, a partir de ese deseo; se dedicó a buscar la manera de conseguir el sembradío que soñaba. Todos los días, visitaba un campo diferente para buscar la manera de conseguir semillas del árbol que plantaban en ese lugar. Conversaba y rogaba, estaba dispuesto a pagar con dinero o con su vivienda, incluso con labores, las pocas pepitas que pedía; por supuesto, muchos lo rechazaron, no podían concebir que sus árboles fueran cultivados en otro lugar que no fuera esa tierra; 12


Unos pocos accedieron a ayudarlo, pero sus patrones prohibieron el apoyo. Cada noche, el joven regresaba a su hogar cansado, afligido, apenado y, en ratos, enfadado. Lagrimeaba cada minuto de fracaso y cubría con vergüenza sus ojos con el antebrazo; en su cama yacía y las lágrimas se secaban con la brisa de la noche

En un periodo feriado, donde se

- Por favor, ya no sé qué hacer.

campesino. Curándolo de la

veneraba, agradecía y oraba a los

Deseo que en mi campo crezcan

callosidad y dureza que en él había

dioses durante siete días por los

diferentes árboles, y que de ellos

forjado el trabajo arduo, dotó a sus

olivos. El joven decidió no asistir

broten todo tipo de flores y frutas.

dedos de un don para el cultivo que

a las celebraciones reportándose

– Comenzando a llorar continuó

él deseaba.

enfermo. En su lugar tomó camino

- Con tu poder, transforma estas

Por la mañana, el joven despertó,

hacia un templo al que se solía

semillas de un fruto, en germen de

primero por la tranquilidad que

acudir para ofrecer súplicas por la

otros alimentos y brotes -.

daba el sonido del viento rozando

siembra. Le tomó tres días llegar al

Durmió en el altar del templo, y

el tejado del santuario; luego, con

lugar, y dentro del templo se acercó

su cabeza fue acariciada por una

exaltación, miró la ofrenda que

al altar, se arrodilló ante la figura

mano que no logró despertarlo.

había ofrecido a la deidad. Su

de su diosa; de su morral sacó un

Una entidad espiritual, una mujer

cuerpo lo afrontaba, pero su alma

costal y vació frente a él un montón

de rostro pintado por líneas color

se desmoronaba ante la imagen de

de semillas de olivo. Comenzó a

carmesí ignoró las semillas y en

las mismas semillas de olivo.

suplicar con voz temblorosa:

cambio tocó las manos del joven 13


Comenzó a pensar que no merecía la felicidad. Que los dioses le odiaban, igual que sus prójimos, por desear cometer una blasfemia a la naturaleza. Paralizado y gastando las últimas lágrimas por este sueño negado, se quedó por un largo tiempo ignorando su hambre. No encontró otra solución y se sometió a la opresión de la realidad, volviendo a su casa. Al siguiente día, fue resignado al campo y resignado laboró la tierra que ahora odiaba, maldecía el cielo que miraba, aborrecía a los demás obreros y blasfemaba las raíces de sus olivos. Al término de la jornada, y como siempre, regresó a su casa para caer rendido en cama, con la intención de olvidar en sueños la vida que ahora detestaba. Nuevamente llegó el amanecer y nuevamente emprendió el camino hacia el cultivo; el mismo cielo, la misma tierra, sus mismos pies, que se detuvieron para mirar el sembrado. Pero el jornalero, quedó atónito al ver un campo como pintado de varios colores; encontrando naranja, blanco, amarillo y violeta, mientras la brisa le llevaba una mescolanza de fragancias. El joven cultivador habría pensado que, de nuevo, se equivocó en la ruta, si no hubiera sido porque reconoció entre las diferentes hojas, frutos y brotes, el verde de sus olivos. El joven agricultor salpicó el camino que corría con sus lágrimas y cuando llegó a su verdadera tierra, aquella que ya no era un sueño, echó gritos de regocijo y sus llantos fueron sustituidos por risas de júbilo, y entre toda esa algarabía, de vez en cuando se hincaba para agradecer a sus dioses. No probó ni un fruto, sólo los tentaba para comprobar su existencia, y respiraba hondo para llenar su alma de las fragancias florales. Los otros cultivadores, atónitos por el paisaje y el acto de celebración, quedaron parados detrás de la barda. Y pasó un largo tiempo antes de que el joven se percatara de las miradas de reproche por parte de sus compañeros. Entendía lo que sus ojos decían (enojo, indignación, reprimenda), pero el golpe en su pecho no paraba por el entusiasmo.

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El mayor de ellos, un hombre robusto y alto, se acercó a él para hacerlo arrepentirse de su goce, le dijo que no comprendía por qué los dioses le hicieron una mala jugada, entendía que no era su culpa, pero que no debía estar feliz por tal castigo divino: - Talvez tu mente de novicio estuvo impactada por el shock, pero debes entender que esto no es normal. Si los dioses te mandaron esta sanción, tal vez cometiste un pecado… - El joven respondió: - No, yo quería esto. Yo se lo pedí a mi dios y me obsequió con todo esto… - ¡Ese fue tu pecado! ¡Pedir por algo tan inhumano, tan innatural! ¡Tú no mereces estas tierras y estas tierras no te merecen a ti! ¡Tu alma impura y este cultivo híbrido, no tendrán vida en este lugar! Los jornaleros a su alrededor, lo tiraron al suelo y le dieron una muerte que, hasta el día de hoy, ningún hombre es capaz de mencionarla. Y lo único digno que hicieron con su cuerpo fue enterrarlo en el campo cubierto por hollín. Ningún hombre volvió a trabajar esa finca. Las manos del joven tocaban la tierra y de sus dedos brotaron raíces que convirtieron todo su cuerpo en madera. En la superficie florecieron los brotes de un árbol, que tomó su tiempo para crecer, pero nunca pudo ser destruido a pesar de todos los intentos de los jornaleros en ese terreno; al final, cada uno decidió irse de esas tierras, pues ninguno se atrevió a quedarse en el que consideraban como el cultivo maldito. De este árbol nacieron las frutas y flores que presenció y amo el joven cultivador. Además, de sus ramas se crearon nuevos brotes que en la tierra nunca habían existido. Muchos milagros ocurrieron en ese lugar; las criaturas buscaban refugio, los enfermos y los moribundos encontraron en el néctar de sus frutas el vigor que necesitaban. El árbol sobrevivió tempestades, estaciones y amenazas humanas. Y hoy en día, aquel que escucha esta historia, aún no puede creer que de un joven se creara un árbol siempre dispuesto a dar vida.

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Subí las escaleras para llegar a mi habitación alrededor de las diez de la noche, y a pesar de sólo necesitar mis llaves, no pude evitar cerrar la puerta del cuarto después de entrar, es una especie de hábito que me ha acompañado desde la niñez. Nunca imaginé lo que eso podría causar. Estaba por salir, cuando entré el pequeño espacio del suelo y la puerta observé muy claramente el movimiento de una sombra, remplazando la luz que entraba por esta abertura.

Mis pies se plantaron al suelo, mi vista se fijó en estudiar lo que sucedía a poco más de un metro de mí. Así pasaron varios minutos ...

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A pesar de vivir solo, grité algunos nombres de familiares y amigos esperando que se tratara de alguna broma, al no recibir respuesta acerqué lentamente mi mano a la perilla, y al ver que el charco oscuro comenzaba a moverse de lado a lado la retiré rápidamente.

Definitivamente hay alguien ahí, o algo. Un asaltante, ¡seguro que es un asaltante! Apuesto que entró por las escaleras para llegar a la azotea, ¡sabía que debía de poner protección a la casa!, una ola de robos había azotado al vecindario las últimas semanas, ¡a los de enfrente les vaciaron la casa entera!, ¡no puedo permitir eso!, pero, ¿y si está armado?, sería demasiado arriesgado encarar al ladrón que me espera. Un segundo, si es un ladrón, ¿por qué espera a que salga?, ¿no debería simplemente estarse llevando mis cosas?, eso, ¡eso es porque no es un ladrón!, pero… ¿pero entonces qué es?, ¿qué quiere de mí?

Han pasado varias horas, y en todo ese lapso de tiempo él o eso se ha mantenido fijo, se mueve por unos momentos y luego regresa. No hace nada más, no da pista alguna que delate su naturaleza. Su asunto es directamente conmigo, ansía el momento en el que giré el picaporte, tal vez, tal vez quiera llevarme consigo, ¡claro!, ¿por qué otra razón estaría aquí?, planea secuestrarme, pedir rescate por mi vida. Dios mío, he escuchado tantos casos de gente a la que le cortaron dedos u otras partes del cuerpo para enviarlas a quienes deben de pagar por mi vida, y de otros, de otros que los han matado por demorarse mucho. No obstante… no conozco a nadie que posea dinero o bienes en grandes cantidades. No se llevan personas al azar, ese tipo de criminales buscan objetivos de los cuales puedan tener grandes ganancias, y yo, yo no soy el caso Algo más, es algo más, ¿qué o quién irrumpiría en mi hogar para venir directamente por mí?, no tengo problemas con nadie, nadie que quiera hacerme daño, ¿o me equivoco?, será que… 18


será que… ¿será que el ascenso que me dieron ayer molestó en verdad a alguien? Es decir, es un puesto para el cual había muchos aspirantes, y antier que se anunció que el cargo sería mío, varios fueron los que mostraron envidia y descontento, pero, ¿eso sería motivo para venir a ajustar cuentas conmigo?, ¿habría alguien tan molesto con la decisión que quiere lastimarme?, o ¿amenazarme? No, si quisiera asustarme para abandonar bastaría con destrozar un poco mi casa, gritarme algunas cosas, mostrar algún tipo de violencia, y esto no ha hecho más que quedarse allí, esperando. Debe de ser algo mucho peor que todo esto, sin embargo, ¿qué podría ser peor? Un demente, ¡eso sería peor! Alguien sin control alguno de sus acciones, que no distingue entre la realidad y lo que su retorcida mente ha creado, a quien las palabras lógico o coherente significan un montón de garabatos. ¡Seguramente eso está tras la puerta!, ¿qué más podría quedarse allí por horas y horas aguardándome? Quiere hacerme daño, quizás hasta quiere matarme. Pero… ¿pero y si no es un loco?, ¿y sí es algo más?, algo que…

¿algo que no pueda entender?, algo... sobrenatural.

No estoy seguro si creo o no en fantasmas, sin embargo, y como a cualquier otra persona, me aterran, y en momentos de terror como este me es razonable tomarlo como una alternativa, cualquier cosa lo es ahora, tal vez sea un ladrón, o un secuestrador, o un rencoroso, o un lunático, o un ser imposible de visualizar siquiera en mi imaginación.

Ya he perdido la cuenta del tiempo que llevo aquí, deben de ser un par de días, pues he visto al sol salir y ocultarse. Muero de sed y de hambre, y esa cosa, esa maldita cosa sigue ahí, vigilándome, rondándome, esperándome. Esto, esto no puede seguir así, debo de hacer algo, tengo que hacer algo, moriré si no hago un intento por salvarme, ¡tengo que enfrentarme a lo que sea que esté ahí!.

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Acerco mi mano lentamente a la puerta. Empiezo a girar la perilla. Las bisagras rechinan. La sombra se mueve de un lado a otro. Termino de girar la perilla. Trago saliva. Abro rápidamente la puerta. Corro hacia afuera. Miro a mi alrededor, arriba, abajo, a los lados, no veo nada, ni las más mínima señal de una presencia. Es entonces que noto algo, la ventana que está en la pared del lado izquierdo del pasillo, su cortina está agitándose por el fuerte viento de estos días, y sobre el piso, sobre el piso está proyectando una sombra que cubre la luz que entra a la puerta. ¡Vaya estupidez, mi paranoia me llevó a esconderme de una cortina! El hecho de haber dejado la luz de afuera encendida permitió que viera la sombra día y noche. En mi corazón puedo sentir la tranquilidad, me siento seguro. Ahora puedo bajar por un gran vaso de agua y comer algo, quizás incluso debería llamar al médico para que revise mis niveles de…un momento, ¿una cortina estuvo moviéndose con el viento dos días seguidos y enteros?

Algo está respirando detrás de mí.

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Corría el siglo XVIII, conocido como el de la ilustración. El escritor utilizaba la razón como principal herramienta para crear ensayos, novelas o relatos los cuales cumplían la función de ser un reflejo de la realidad. Sin embargo, llegado el último tercio de siglo, surgió en Alemania el movimiento artístico conocido como Romanticismo, caracterizado por oponerse al racionalismo ilustrado. Dicha corriente terminaría por propagarse en toda Europa, y a consecuencia de esto surgiría en Inglaterra el género literario conocido como gótico. El término deriva de la palabra godo, pueblo germánico de suma importancia en la emergencia de la Europa Medieval, haciendo referencia precisamente a las estructuras arquitectónicas medievales (castillos, monasterios, etc.) donde toman vida y forma los relatos góticos. La narración gótica posee una serie de aspectos y componentes que la distinguen de cualquier otro tipo de historia,y la ambientación es sin duda alguna la más remarcable y notoria.

Se desarrolla en una locación tétrica, ya sea un castillo abandonado, un monasterio, un cementerio, una vieja mansión o un bosque nebuloso, introduciendo así al lector en una atmósfera fría de misterio y obscuridad. Tendremos un personaje principal con alto rango en la sociedad y bastos conocimientos culturales, por lo tanto se narrará con un lenguaje elegante y florido. Además, los personajes estarán dominados por pasiones y sentimientos, ya sea amor, odio, soledad, culpa, ira, lo que comúnmente funcionará como motivación para que el personaje se adentre a aquellos lugares siniestros. El hombre atormentado a raíz de un conflicto amoroso es una trama clásica en estas obras. La presencia del factor sobrenatural es imprescindible, ya sea a través de fantasmas (que es lo más utilizado), criaturas mágicas, monstruos o cualquier hecho inexplicable sacado de la imaginación del autor. 22


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Así pues, al pensar en la frase Relato Gótico, se crea en nuestras mentes la historia de un hombre adinerado que, después de la trágica muerte de su esposa a manos de la enfermedad, encuentra una carta dirigida a él con la última voluntad de su mujer, en la cual pide a su marido vaya a una vieja mansión abandonada que perteneció a su familia hace muchas generaciones con el fin de realizar alguna tarea. Ya dentro, el protagonista describirá como ruinas lo que alguna vez fue un lugar lleno de vida, y aquí será donde el factor sobrenatural entrará en juego, nos narrará cómo las pinturas parecen seguirlo con la mirada, el rechinar de las puertas, la sombra que recorre los pasillos, el sonar de los fantasmas encadenados. La melancolía y la soledad del personaje seguirán rondando el relato, hasta que por fin terminará la tarea encomendada y tras ello se dará una horrible revelación. El lector seguramente ha recordado algún cuento o novela con esta composición, ¿cierto? Fueron muchos los escritores que abordaron este género, pues esta era la moda del siglo XIX y lo que más lectores atrapaba. Se le considera a Horace Walpole el autor que inauguró la narrativa gótica con su novela The Castle of Otranto, historia que gira en torno a un castillo maldito. Otros autores de suma importancia son Washington Irving (La Leyenda de Sleepy Hollow), Mary Shelley (Frankenstein o el Moderno Prometeo), Oscar Wilde (El Retrato de Dorian Gray) y Gaston Leroux (El Fantasma de la Ópera) Ahora bien, los elementos de un cuento Gótico parecen ser los mismos que uno de terror, esto se debe a que la línea que los separa es muy nítida y resulta complicado distinguir uno del otro, mas esto no quiere decir que sean lo mismo. El cuento de terror nace en la primera mitad del siglo XIX, el irlandés Joseph Sheridan Le Fanu (En un Vidrio Misterioso) y el norteamericano Edgar Allan Poe (Narraciones Extraordinarias) son considerados los autores que abrieron camino al género. ¿Pero cuál era la diferencia entre sus obras y las de Washington Irving? El desenvolvimiento de sus temáticas y el uso de la técnica conocida como Suspenso.

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“La Leyenda de Sleepy Hollow”


El relato titulado “The Tell Tate Heart” (El Corazón Delator en español) de Edgar Allan Poe, es quizá la obra que más aportaciones a hecho a la literatura de terror, esto gracias a que en ella apareció por primera vez lo que ahora le llamamos suspenso. ¿Qué es el suspenso? Lo que antecede a una acción trascendente, la espera que nos separa de un clímax inevitable. Algunas ocasiones sabremos cómo culminará, otras no, sin embargo, leeremos con manos temblorosas hasta llegar al esperado final. En el relato gótico este factor está poco presente, es decir, los hechos son contados sin generar mucha tensión en el lector, todo se va narrando conforme sucede y no se toman muchas palabras para el monólogo interno, a diferencia del relato de terror. Por otro lado, las temáticas del cuento gótico siguen siendo meramente románticas, mientras que el relato de terror maneja tópicos como la locura y la venganza, dejando de lado el amor o la desgracia como puntos principales de la historia. Las locaciones de la narrativa de terror se vuelven mucho más comunes que en el gótico, y si bien aún hasta la fecha se siguen utilizando esos entornos clásicos, ya podíamos leer relatos atemorizantes situados en una casa pequeña o una calle pobre. Es entonces que podemos decir que la narrativa gótica fungió como precedente a la de terror, siendo esta última el producto de una metamorfosis. Con el pasar de los años el terror moderno ha tomado aspectos de la narrativa gótica y ha decidido olvidar otros, no obstante, las técnicas y los autores que aparecieron a partir del siglo XX deberán de ser abordados en la siguiente ocasión.

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1. “Porfirio Díaz” 28


Considero que actualmente el peso

Particularmente es una de mis aspiraciones

del séptimo arte, ha ido creciendo a pasos más grandes, pero para ello debemos agigantados, con múltiples aciertos que

remontarnos a tiempo ajeno al nuestro,

han marcado un antes y un después en

pero a pesar de ello, que repercutió para que

cada uno de nosotros. Realmente me

conozcamos más de este en la actualidad.

gustaría dar a conciencia un poco del

El 9 de agosto de 1896, comenzó en México,

inicio de esta bella arte, centrándome

un arte que impregnaría una inmortalidad

particularmente en el comienzo del cine

a los tiempos casi indiscutible. Sus primeros

en México, pues he llegado aa pensar en

espectadores fueron “Don” Porfirio Díaz,

el nulo interés que un buen puñado de

su familia y parte de su gabinete presidencial.

personas tiene por el cine mexicano y

Los cuales después de una presentación

concientizar la historia para formular un

de parte de los afamados hermanos Lumier,

gusto posterior por este.

consideraron a este nuevo arte “La censura de parte de la aristocracia ideológica Porfirista” o en términos simples “Un espectáculo vulgar”.

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En un principio las películas tenían un particular nombre “Vistas”, las cuales lograron ser explotadas de múltiples maneras, lo cual a corto plazo genero un público tal, al grado de que no cupieran en las respectivas salas donde se proyectaban estas “Vistas”, lo que llevo a que se edificaran rápidamente más para satisfacer la gran demanda generada por la popularidad de dicho producto. Contextualizándonos más en lo que ofrecían en aquel entonces las películas, tenemos dentro de un vasto repertorio: Bailarinas de números teatrales, personajes de leyenda y entre muchos otros.

2. “Los hermanos Lumière” 30


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3. “Auguste y Louis Lumière”


Todo este contenido, se consideraba inapto para las masas, pues no era respetuoso con los principios Eclesiásticos, así que el gobierno intervino de tal modo que decidieron colocar un reglamento. Las reglas en verdad eran muy básicas, databan del respeto moral y las buenas costumbres, limitando así la nueva práctica. De hecho, gracias a la alta demanda de las “vistas”, los cines anduvieron sin cuidado alguno al generar películas de calidad, lo que hizo que la entrada bajara en un buen porcentaje.Tiempo después el gobierno género en 1900 nuevas normas, en las cuales no buscaban mejorar los aspectos de la higiene y la seguridad, lo cual provoco que un gran puñado del público en general dejara de asistir significativamente, dado que las nuevas reglas se limitaban a un simple: “Silencio, decoro y circunspección, abstenerse de la interpretación de los actores a mitad de la obra y no insultarles, no arrojar objetos al escenario, no fumar o pararse en los pasillos.” Lo interesante eran las reprimendas dadas la época las cuales dictaban así: “A los infractores se les amonestara y multara ó consignara a juicio o a las autoridades.” Fueron tiempos oscuros, pues algunas de las salas fueron clausuradas o cerradas por sus respectivos dueños. No obstante no todo se podría considerar como malo en cuanto al aspecto cinematográfico, pues las autoridades aseguraron que bajaron los índices de violencia en las calles. Además se reconoce la comparación con la prensa, pues las vistas en aquellos tiempos tuvieron mayor auge dado que era información visual y no escrita lo cual ayudo a que los analfabetas estar al corriente de lo que pasaba en la actualidad. Antes de que la muerte del cine fuese una realidad el gobierno exhibió, de manera gratuita, durante los días festivos las afamadas vistas. Lo cual desemboco en un considerable competencia en la industria por las vistas, tanto en la producción como en la reproducción de estas. Sin embargo, la prensa objetó en contra del gobierno de Porfirio, pues no les había sido suficiente, la intervención de los gobernantes en sus periódicas supervisiones a las salas. Exigieron un filtro de censura, previo a las funciones de cine, ya que los elementos encargados de la supervisión, de los acontecimientos en las aulas, donde se proyectaban las películas, no eran señalados o expuestos ante las respectivas autoridades.

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4.

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Algunos de los supervisores eran sofocados por pagas extraoficiales, dadas por parte del lugar en donde se inspeccionaba. Acción que repercutió en múltiples sucesos dentro de los recintos como: robos, incendios (ya que el material con el que están hechas las películas es muy flaméale, debía ser tratado con mucho cuidado) e incluso las mujeres de la vida galante, sacaron provecho de la situación. La etapa Porfirista del cine era casi un hecho surrealista, pues se distinguió por la exposición de vistas sobre las actividades de Don Porfirio. Siendo honesto, espero que mi pequeña narrativa haya despertado el interés de algún lector causal o alguien que no se considere un “Cinéfilo”, pues de ser así, me alegraría saber que dudas te surgen de este artículo, me gustaría poder satisfacer tu curiosidad y saber de qué temas hablar en posteriores números, por ende, si deseas hablar conmigo escríbeme al correo de la revista y con gusto hablaremos. Supongo que proseguiré con mi narrativa llegado el momento, pero mientras tanto me despido y me alegra que seas parte de este proyecto, pues algún día, tú también podrías ser leído desde aquí. Con un fuerte aprecio a mis lectores

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EQUIPO MERAK Presidente Editor Relaciones Públicas Contaduría y Finanzas Capital y Talento Humano Diseño Editorial Artistas Escritor Escritora Ilustradora Agradecimientos Especiales Ariana Jacobo Karen Fernanda Labastida Cruz

Antonio Guerrero Isaac Adaggio Baruc Gonzalez Antonio Torres Antonio Cornejo Ernesto Raul Carolina Delgado J. Daniel Pineda Valeria Carrillo Cynthia Capponi Consultora Empresarial Equipo de Mercadotecnia

Alejandra Susana Guevara Bustamante Itzel Jocelyne Rodríguez Rodríguez Daniela Fuentes Rocha Claudia Paulina Muñoz Salazar Cesáreo Rangel Cabrera Asociado Diana Pantoja Asociada Referencias de las Fotografías en la Sección : Historia del cine Mexicano: El porfiriato 1. (Castañeda, 2017) 2. (Colectiva, 2016) 3. (Guerrero, 2015) 4.(Barrera, 2016)

Contacto: Número: 477-392-6840 Correo: merak.revista@gmail.com Instagram: merak.r

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