los discos de el mono / Sting / 57th and 9th
Metallica / Hardwired… to Self-Destruct Ocho años han pasado desde que James, Lars, Kirk y Robert lanzaron aquel último trabajo de larga duración en estudio oficial, que no terminó de convencer ni a los fans ni a la crítica especializada. Luego de un par de giras mundiales (visita al país incluida), una película intrascendente, un disco en colaboración que no funcionó del todo y alguno que otro tema suelto, realmente retornan y sorprenden con un disco que vuelve a sonar como aquel grupo que en los ochenta y parte de los noventa fue el monarca en lo suyo. Y era hora. Si bien con “Death Magnetic” intentaron sonar cohesivamente, es con este disco que el resultado funciona apropiadamente; demasiado bien en algunos de los doce temas, separados en un extenso álbum doble. Entre los destacados, podrían estar “Atlas, Rise!”, “Moth into Flame”, “Now That We’re Dead”, “Here Comes Revenge” y “Spit Out The Bone”. De todas formas, sería bastante probable que conforme uno vaya repitiendo la escucha al disco, los favoritos vayan modificándose, porque hay diversidad para todos los gustos y el grupo suena realmente como lo que es. Además, para hacerlo más interesante, han lanzado un video para cada canción. Así es que la música también podría llegar a través de los ojos; todos ya disponibles en YouTube. Si hay acaso algo que acotar, posiblemente sea la extensa duración de algunos temas, que podría resultar tediosa para ciertos oídos. De todas formas, finalmente podría decirse que el regreso a esos tiempos de gloria está en buen camino. Ahora bien, el tiempo ya no es amigo y las ganas de tomar al mundo por asalto se han disipado. Distantes de aquellos colosales primeros discos, Metallica ha confirmado que esa mágica capacidad de producir riffs desnucantes sigue intacta y han logrado su mejor trabajo en casi 25 años.
Equador / Bones of a Man Apenas hace un año, el ex miembro del grupo Zero 7, Henry Binns, unió fuerzas con una de las concursantes de The Voice en su versión para Inglaterra, Bo Bruce, para crear Equador, un dúo de música electrónica cuyas canciones son bellísimamente minimalistas pero
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LAFACTORY
Otro que se ha mantenido muy ocupado en los últimos años ha sido el ex líder de The Police. Con arreglos orquestales a sus propias creaciones, una reunión y exitosa gira del viejo grupo, la producción de un musical y con algunos discos más orientados al pop, el gran Gordon Sumner retoma una vena más bien rockera en este su decimosegundo disco solista, con ayuda de otros enormes músicos como John Freese en la batería y Lyle Workman en la guitarra.
altamente penetrantes, que evocarán directamente a grupos gigantes del género, como Massive Attack, pasando por momentos tirando un tanto a Enya o Dido. La combinación de instrumentación y voces funciona a la perfección en los dos singles lanzados hace un par de meses, “Bones of Man” y “Blood” (lanzado ya en diciembre del año pasado), y va mucho más allá de la famosa y mencionada fórmula que en los últimos tiempos hasta resulta demasiado reiterativa. Además, otras canciones, como “Avalon”,
El envión del primer tema, “I Can’t Stop Thinking About You” – un título por demás ThePolicesco – es prueba fehaciente de la orientación del álbum, cuyos momentos más sobresalientes se dan con canciones como las aceleradas “Pretol Head”, “50,000” y “One Fine Day”, y en otros títulos más bien introspectivos como “Down, Down, Down”, “Heading South on the Great North Road” y el cierre con “The Empty Chair” que no hacen otra cosa sino volver a confirmar que Sting no es sólo un gran cantante, sino un sobresaliente compositor de todo tipo de canciones. Es reconfortante saber que luego de 16 Grammys, las ganas de hacer buena música todavía no han mermado en el inglés de… ejem… 65 años. Y la fórmula se mantiene tan simple y efectiva como siempre ha sido. De hecho, el título del disco responde a la intersección donde se encontraba el estudio en New York. Así de sencillo: se trata de esa clase de álbumes.
un momento instrumental con “Into Far” y “Thin Air”, van llenando suficientemente este puñado de apenas nueve canciones que no supera los cuarenta minutos. El resultado final es por demás placentero. La voz de Bruce es hermosa y crea un balance más que perfecto para el dramatismo instrumental que llega por parte de Binns, creando uno de los discos más tranquilos y sutiles en lo que va del año. Altamente recomendados. NOVIEMBRE 2016