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Escenarios para la guerra o la paz en Ucrania

Todas las cartas permanecen abiertas tras el primer aniversario de la invasión ordenada por Putin, aunque dos están casi descartadas —la rendición de una de las partes— y otra es catastrófica —la nuclear—, por lo que la esperanza es la apuesta por las cartas de la negociación, pero ¿negociar qué?

Invasión rusa

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Fran Ruiz fransink76@gmail.com

1.- UCRANIA ES DERROTADA Y CAPITULA ANTE RUSIA

Escenario catastrófico: 24 de febrero de 2024. Vladimir Putin preside desde el mausoleo Lenin de Moscú el desfile de la victoria de las tropas rusas sobre las ucranianas y se deleita con la cabalgada del general que arrestó al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y le obligó a firmar los términos de la rendición de su ejército (aceptar la soberanía rusa de los territorios anexionados y un gobierno títere en Kiev), emulando la cabalgada del legendario general Zhúkov, cuando atravesó con su caballo blanco la plaza Roja entre las masas que le aclamaban por haber logrado la rendición de los nazis en 1945.

Putin habría coronado así su castigo contra el pueblo ucraniano que se levantó, 11 años atrás, contra el presidente prorruso Viktor Yanukovich, derrocado por negociar en secreto una unión “de facto” con Rusia, siguiendo los pasos de Bielorrusia.

Pero la pesadilla no acabaría aquí, porque la meta del presidente ruso es reconstruir el imperio soviético, por lo que, la rendición de Ucrania sería el mejor ejemplo para seguir adelante, empezando por los dos países más vulnerables, Moldavia y Georgia, las dos exrepúblicas soviéticas con parte de su territorio controlado por las minorías prorrusas armadas por el Kremlin, y ninguna de las dos bajo el paraguas de la OTAN, como sí están las tres repúblicas bálticas.

Escenario casi imposible: La conquista de Kiev en 48 horas que le prometieron sus generales se ha convertido, un año después, en una misión militar imposible, mientras decenas de sus soldados (muchos de ellos reclutas sin experiencias, expresidiarios o sicarios) caen como moscas para defender el territorio en el este de Ucrania que han conquistado.

Mientras Putin confía en cambiar su suerte en los próximos días con una segunda oleada invasora de soldados y tanques, y espera que se terminen de ensamblar miles de drones porta bombas que fabrican a la vez Rusia e Irán, la esperanza del Kremlin es que China se involucre finalmente y envíe armamento de forma masiva. Sin embargo, las cuentas no le salen a Putin, primero porque EU y sus aliados de la OTAN no van a parar de enviar armamento a Ucrania, ya que no pueden permitir que Rusia gane; y segundo, porque China, aunque sí desearía la victoria de sus aliados rusos (que podría animar finalmente a una asustada Taiwán a someterse a Pekín por las buenas), sabe que su economía depende (mucho más que la rusa) de las compras masivas de Occidente.

2.- RUSIA HUELE LA DERROTA

Y RETIRA SUS TROPAS

Escenario óptimo: De entre las mentiras que lanza desde hace un año la propaganda rusa para justificar la guerra —“gobierno neonazi en Kiev”, “genocidio contra los rusos (del este de Ucrania)”, “Ucrania no tiene derecho a existir como Estado”...— hay una verdad irrebatible: la OTAN está usando a Ucrania como “campo de maniobras militares” para ensayar sus armas convencionales (no nucleares) de nueva generación. Otra cosa, muy diferente, en defensa de los occidentales, es que ellos no empezaron la agresión y están en su derecho a ayudar al país agredido con armas, a condición de no usarlas para atacar territorio ruso.

“La esperanza del Kremlin es que China se involucre finalmente y envíe armamento de forma masiva”

Terrible noticia para Putin: se está comprobando que armas entregadas de aliados occidentales están resultado muy efectivas

Un escenario bueno: Rusia y Ucrania aceptan negociar la conclusión de que ninguno de los dos ganará

La terrible noticia para Putin es que está comprobando que muchas armas entregadas por sus aliados occidentales, especialmente los misiles estadounidenses Himars, están resultado muy efectivas y causando muchas bajas a las tropas rusas, que se han visto en muchas ocasiones obligadas a retiradas humillantes, como las de la región de Járkov y Jerson. Para colmo, los rusos juegan con la desventaja de que no conocen el terreno y las tropas ucraniana ofrecen una resistencia feroz.

En consecuencia, Putin, incapaz ya de ocultar los miles de ataúdes que regresan de Ucrania y con un creciente descontento popular por las sanciones y la riada de muertos, tira la toalla y ordena la retirada de las tropas rusas, por decisión propia o a punta de pistola, tras un golpe palaciego.

Escenario posible, pero poco probable: Los rusos (incluidos los militares) ya saben lo que es retirarse de una guerra que empezaron y lograron digerir la derrota sin ánimos de venganza. Ocu- rrió en 1988 cuando el presidente Mijaíl Gorbachov ordenó la retirada de Afganistán, tras la desastrosa campaña y la feroz resistencia de los musulmanes centroasiáticos.

Pero, desgraciadamente, Putin no se guía por la sensatez y el impulso humanista de Gorbachov, sino que lo impulsa el odio y el deseo de vengarse de la humillación que para él supuso la derrota de su país en la Guerra Fría y la desintegración del imperio soviético.

3.- RUSIA APRIETA EL BOTÓN NUCLEAR: Escenario apocalíptico: Putin repite que Rusia nunca usará su arsenal nuclear como arma ofensiva, sino como defensiva, es decir, si considera que la existencia del país está seriamente amenazada o una fuerza enemiga ha atacado su territorio. Pero en el detalle se esconde el diablo: ¿los territorios anexionados (ilegalmente para la comunidad internacional) son parte de Rusia o no? ¿Y si son territorio ruso y no puede frenar la ofensiva ucraniana, se verá tentado a apretar el botón nuclear?

La respuesta la sabremos si este segundo año de guerra que se inaugura la situación se encamina al segundo escenario, al de una contraofensiva ucraniana que ponga en retirada a las tropas rusas con enormes pérdidas.

Escenario posible, pero muy improbable: Putin siempre puede decir que no fue el primero: ahí están las bombas que lanzó Estados Unidos sobre Hiroshima y Nagasaki, suficientes para que Japón firmara su rendición incondicional días después. Algo similar pasaría en un ataque nuclear ruso sobre Ucrania: Kiev firmaría la rendición para evitar un daño masivo a la población y para que EU no se vea obligado a responder, con el peligro existencial para la humanidad.

Sin embargo, es muy difícil que llegara a esta solución extrema porque hay una diferencia que no puede obviar y que mancharía la imagen de Rusia ante el mundo para siempre: la ONU “perdonó” el terrible castigo nuclear estadounidense porque Japón era un imperio agresor que cometió genocidio en los países que iba conquistando, principalmente contra la población china; pero, en este caso, Rusia es el país agresor, que está asesinado en masa a la población ucraniana y que, como no la puede poner de rodillas, le lanza una bomba

Ceremonia por los caídos, con los simbólicos ‘Rayos de la memoria’ en Lviv. atómica. La diferencia es abismal.

4.- UCRANIA Y RUSIA ACEPTAN NEGOCIAR, ¿PERO NEGOCIAR QUÉ?

Escenario malo: Rusia logra revertir la contraofensiva ucraniana y, con la ayuda de los drones iraníes y armamento llegado de China y Corea del Norte, se pone de nuevo a las puertas de las grandes ciudades, como Járkov y Kiev. Llegados a este punto y si la sangría de dólares enviados por el presidente Biden se vuelve en su contra, con los republicanos exigiendo que frene la ayuda, el presidente Zelenski podría verse forzado a una negociación, que pasaría, probablemente, por renunciar definitivamente a Crimea y parte de los territorios ahora conquistados por los rusos, además de firmar un compromiso de no adhesión a la OTAN; todo esto a cambio de un compromiso de no agresión y, quizá, de una compensación económica por parte rusa “por los daños causados”.

Escenario bueno: Rusia y Ucrania aceptan negociar tras llegar ambos bandos a

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