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ARTGENETIC Naturaleza muerta resucitada

Eduardo Egea

Twitter: @artgenetic lámparas de mesa encendidas cara a cara hacia el lado pulido de grandes rocas de obsidiana; en las Impact series, miles de manecillas de reloj configuran fuerzas, y energías o describen a la gravedad; en sus móviles motorizados, delicados equilibrios de pesadas piedras giran lenta pero amenazadoramente sobre el espectador. Dos obras individuales incluidas son Fruit Quantum y Siège du Mond Kwade articula filosofía y fenómenos naturales, creando objetos aparentemente blandos o con doblamientos imposibles; adaptando el ilusionismo óptico, la crisis de la representación o el trampantojo para fincar reflexiones filosóficas surrea-

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Rebeca Castro

les a manera de fábulas objetuales. En el sitio de la OMR se le cita, “Mis esfuerzos por entender y representar algo que apenas puedo comprender, y el no poder hacerlo, dan lugar a mi trabajo”; paradoja presente en obras no expuestas, como Trans-For-Men 11 (Fibonacci), 2019, donde una decena de rocas de distinto color puestas en línea pero separadas por espejos que hacen que parezcan fusionarse entre sí o en el proyecto para Public Art Fund, Against the Run, 2015, un reloj de parque da correctamente la hora sobre una columna, pero situado de cabeza. La mágica pintura de Remedios Varo (1908-63), Naturaleza Muerta Resuci- tada, 1963, evoca parte del espíritu de Kwade; sin embargo, esta artista comienza en aproximarse a la complacencia del público villamelón y la ñoñería del arte dominguero familiar del tipo de artistas blockbusters y masivos como Yayoi Kusama, Anish Kapoor, Damien Hirst, Ron Mueck, Antony Gormley, Rafael Lozano-Hemmer, etc. En este contexto, la obra de Alicja Kwade se debate entre dos disyuntivas: Su notorio éxito de público y mercado y la necesidad de dotar al arte de sentido en la era del vacío del siglo XXI; dicotomía que está determinando a la recta final del arte contemporáneo objetual.

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