ICON
Joan Espino
Cine en cuerpo y alma Joan Espino es un director de cine independiente, docente universitario y Director del Festival Internacional de Cine Independiente de Santiago (IFFIC). -.Cuando hablamos de cine, hablamos de ideas. Tanto la idea como la inquietud que grandes personajes tuvieron como Thomas Alva Edison o los hermanos Lumiere con el cinematógrafo empezó como algo pequeño que se fue extendiendo por el mundo. Del mismo modo, la idea es parte central en los realizadores. Similar al olfato que tienen los periodistas para las noticias, que siempre andan buscando por todas partes. Así mismo los realizadores están con los oídos abiertos y buscando en cada rinconcito alguna historia o cuento. Las ideas están en todo el aire, no nos pertenecen, pero nosotros nos apropiamos de esas ideas para convertirlas en algo. Hay quienes afirman que todo está contado y otros que pensar así es absurdo. Pero yo creo en que la forma en la que contamos esas ideas es lo que le hace particular y es a lo que llamamos la visión del director o realizador. El cine es también una pasión. Es una pasión tanto como lo es el fútbol o el béisbol sólo que en lugar de ser algo que va forjando en tu interior, tú eliges el cine. Y para mí empezó con mi primera película. Aún recuerdo ir al cine doble de Santiago junto a mi hermano y al ver la gran pantalla decirle “¡Wao Frank qué televisión más grande!”. Desde ese momento nació
16
mi pasión por la imagen en movimiento. Y ese movimiento que va generando describe otra de las características del cine, pues el cine es como una montaña rusa. Las emociones que te genera cuando te subes a ese carrito no pueden sino ser descritas de esta manera porque te lleva de un extremo a otro rápidamente o incluso puede dejarte varado en cierta emoción durante el tiempo que dura. Para los que realizamos cine el sentimiento es el mismo, nos subimos a ese carrito y no sabemos cómo será el viaje o cuánto tiempo nos tomará. Está lleno de sorpresas y adrenalina. Y no tiene nada que ver con los recursos, porque el cine también es igual a sacrificio. Creo que el cine me ha enseñado a tener paciencia. Porque no es como que hoy te gradúas y al otro día estás haciendo una película. No, no es así. Si hay otros que lo logran, otros les toma más tiempo y hay quienes están en ese proceso, por eso el cine es un arte que requiere sobre todo paciencia, de tomarte las cosas con calma, como un monje. En el Listín Diario leí una vez un artículo que publicó Laura Meliá Núñez y su esposo que me tocó por completo y me hizo reflexionar profundamente. “El cine es un estilo de vida”. Tiempo después un amigo de la Academia de Cine de Nueva York me dije que esto era un oficio, algo que se aprende, así como un obrero de levantarte todos los días a poner blocks pero que en lugar de ser concreto
son blocks de conocimiento, de aprender y fallas. Y sobre todo es un estilo de vida que no todo el mundo lo puede entender. Porque este oficio te reclama y demanda en cuerpo y alma. Y es que el séptimo arte es humano. No se hace solo, es el trabajo en conjunto de muchas personas. Decía Mike Finn, un famoso director de cine en su libro Cine Digital, “hacer cine es fácil” y yo me preguntaba cómo esta persona dice que hacer cine es fácil. Pero él decía que era fácil porque cuando estas frente a tu computador con tu cámara dirigir aquello parecería fácil pero lo que es realmente complejo es que el esfuerzo de todos los involucrados logre captar la imagen en el momento correcto. El proceso de la pre-producción, post producción es lo realmente complejo acerca del cine. De modo que el cine es humano, porque lo que vemos en pantalla no puede escapar a nuestra naturaleza y lo otro es que, para hacer cine, independientemente de que te creas Dios, no vas a poder mover una sola pieza sino tienes la ayuda de alguien. Cuando me preguntan, ¿Qué hablamos, cuando hablamos de cine? Mi respuesta es que el cine es una idea, una pasión que requiere paciencia y a la vez un estilo de vida que, como todo en la vida, tiene en su ADN lo humano.