Revista 360 / 141

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4EDITORIAL

Editorial

A

casi 14 años de haberse fundado, la Revista 360º Instrucciones para vivir en Puebla (y en plena pandemia de Covid-19) se renueva no solo con nuevos contenidos, sino con mejores temas y reportajes. Durante un año y medio que hemos estado encerrados o confinados, que tuvimos que bajar la cortina de la oficina para irnos a hacer home office, entendimos la importancia de buscar un contenido digital más competitivo y llamativo para nuestros seguidores y lectores. No hemos cerrado la revista impresa, ahí continuamos, pero sí entramos a una competencia en la web. Aliados a un grupo de expertos en marketing digital, en estudios del big data y del comportamiento de los usuarios, poco a poco iremos presentando este producto en nuestras redes sociales y en particular en la página: www.revista360grados.com.mx Este proyecto inició en 2007 y, principalmente, estuvo dirigido para Puebla. Ahora queremos llevar nuestra información a varias entidades federativas sin dejar de admirar e informar sobre lo que ocurre en la Angelópolis. Los medios digitales tienen una gran virtud, porque pueden ser vistos en cualquier parte del mundo. No es fácil dar el salto de un impreso a un medio digital, les soy honesto, porque el lenguaje es diferente, se compite con la inmediatez y, si los contenidos no son interesantes, el lector puede ir a otros sitios con tan solo deslizar un dedo sobre la pantalla de un teléfono inteligente o de una tableta. Y a todo esto, ¿qué es la Revista 360º en internet? Es una edición en la que la información y el entretenimiento se complementan. Queremos que el lector se informe y al mismo tiempo se divierta, que vea contenidos que al menos tengan un mejor trato y que no sean esos cartones o esos debates de portales de reciente creación que más bien juegan a ser pasquines.

Nuestros intereses van desde temas políticos, sociales, entretenimiento, series de televisión, películas, tecnología, gadgets, economía, gastronomía, guías para el mejor changarro de comida, música, libros, vida común y corriente. Es decir, es un cerebro que habla de todo lo que nos interesa como seres humanos. Nos distingue de las demás revistas locales, porque no buscamos crear monumentos a políticos o a empresarios, como algunos llegan a hacerlo para ganarse unos pesos. Nuestra misión es compartir cómo es que disfrutamos y lo llevemos a cada lugar que nos visiten. Insistimos, el reto no es nada sencillo, sobre todo porque en la web hay tanto que ver, que si no lo logras te cambian en el tiempo que dura un parpadeo. Hace 14 años, cuando se planeaba la creación del primer impreso que vio la luz el 5 de noviembre del 2007, dijimos que ya no queríamos ese diarismo que perdía el objetivo, queríamos que la gente disfrutara, que nos llevara en sus brazos a su hogar y, por qué no, que lo acompañáramos hasta el baño, porque ahí es donde mejor se lee, ya que no hay mucho que hacer sentados en un WC. Y en el impreso lo logramos. Ahora queremos lograr lo mismo, pero con el smartphone del momento, sea Huawey, iPhone o Android. Creemos que debemos apoyar a las empresas más golpeadas por la COVID-19: espectáculos, turismo y gastronomía. Así que no desaparece el impreso, más bien ahora estarán estas dos versiones, en papel y en digital, para acompañar a nuestros lectores, amigos, patrocinadores; porque nuestra forma de pensar es en 360º (desde todos los puntos de vista, con pluralidad) y nos encanta llevar las instrucciones para vivir y disfrutar. Así que, sin más preámbulos, agárrense fuerte del carrito de la montaña rusa, porque la carga de adrenalina está por comenzar.

Zeus Munive Rivera editor


Conspiranoicos EL CARTÓN

Por Camus Altamirano


6CONTENIDO

Directorio Zeus Munive Rivera Director General Uriel Zuloaga Asesor de Recursos Humanos La Aldea. Edición y Diseño Edición, corrección y diseño editorial Camus Altamirano Cartón Jorge Patiño Foto de portada

Año 13, junio de 2021, Número 141. Revista 360° Instrucciones para vivir en Puebla es una publicación mensual editada y distribuida por Zeus Munive Rivera. Calle 9 Poniente 2519-2, colonia La Paz Puebla, Pue., C.P. 72160. Teléfono (222) 2303239 y (222) 7853800. Editor responsable: Zeus Munive Rivera. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2012091814274100-102 otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Número de Licitud de Título y Contenido 16759 expedido por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Impresa por Pincel Digital, Priv. 37 Norte, col. Amor, CP 72140, Puebla, Puebla. Revista 360° Instrucciones para vivir en Puebla es una marca registrada. Este ejemplar se terminó de imprimir el 30 de mayo de 2021 con un tiraje de 10 mil ejemplares. Las opiniones expresadas en la revista por los autores o columnistas no reflejan la postura del editor. Los listados y demás datos comerciales son solo de carácter informativo y el editor no asume ninguna responsabilidad respecto de la calidad, confiabilidad, veracidad o cualquiera otra característica de los productos o servicios anunciados. Todos los derechos reservados © 2021. Queda estrictamente prohibida la reproducción de los contenidos sin previa autorización del editor. Para quejas, sugerencias, comentarios y felicitaciones: @revista360 Revista360º Instrucciones para vivir en Puebla @revista360grados info@revista360grados.com.mx

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En portada


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Lecciones para una campaña política NO FICCIÓN

El nuevo tablero del ajedrez poblano NO FICCIÓN

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Resignificando la infidelidad CRÓNICA

Hacia la democradura: ¡transformación o muerte! NO FICCIÓN

Claudia Rivera en su socavón (electoral) NO FICCIÓN

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¿Por qué creemos en las teorías de la conspiración? EN CORTO

Mis pesadillas de Tinder NO FICCIÓN

Eduardo Rivera y su circunstancia NO FICCIÓN

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Anna Carreiro: entre “godínez” y ser mamá EN CORTO El feminismo de Only Fans NO FICCIÓN

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No hay cartera que aguante TENDEDERO

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Lecciones para una campaña política Por Julieta Lomelí / @julietabalver


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Este año se celebran las elecciones más grandes de toda la historia de la democracia mexicana. “¡Bah! —expresarán muchos—, siempre dicen lo mismo desde que tengo memoria, cada proceso electoral lanzan sus quinielas los partidos, los candidatos, la prensa, y ahora hasta el internet nos bombardea con su entusiasmo democrático, con esta su nueva elección histórica”. Pero es verdad, este año la fiesta de la democracia se celebra en grande, y como anuncia el menú del Instituto Nacional Electoral, el 6 de junio se elegirán “300 diputaciones de mayoría relativa, 200 de representación proporcional, así como 15 gubernaturas, 30 congresos locales, además de ayuntamientos, regidurías, sindicaturas y juntas municipales”. Es verdad, serán las elecciones más grandes de la historia del país, la ciudadanía votará para renovar más de 21 mil cargos a lo largo del territorio nacional. En unos días seremos los invitados al banquete electoral más grande e importante de la democracia mexicana hasta el momento, aunque posiblemente también sea el proceso más polarizado de las últimas décadas, y es que serán las elecciones que darán, o no, de una vez por todas, la directriz del país a la izquierda morenista. Empero, el hecho de que el partido y sus candidatos, que también visten el inconfundible color del Ejecutivo, consigan una mayoría avasalladora en el Legislativo, en los estados y municipios, no podríamos pensarlo como el exitoso resultado de un ejercicio plural. Mucho menos se puede creer que la democracia ideal está cerca de la penosa repetición del cacicazgo unipartidista que distinguió la historia del siglo pasado en México. Por supuesto, quien sea defensor de la democracia y el liberalismo republicano estará en completo desacuerdo con el regreso de ese gran monstruo que monopoliza todos los colores e ideologías en una sola trinchera política. Pero como ha escrito un famoso filósofo de tiempos inmemoriales: “¿Quién lee diez siglos en la Historia y no la cierra al ver las mismas cosas siempre con distinta fecha? Los mismos hombres, las mismas guerras, los mismos tiranos, las mismas cadenas, los mismos farsantes, las mismas sectas ¡y los mismos, los mismos poetas!”.


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Este año ha sido muy excéntrico, no solo por la crisis sanitaria provocada a nivel mundial por el SARS-CoV-2, sino también porque en medio de la pandemia (sí, porque aún no termina, aunque usted no lo crea) se lleven a cabo las elecciones más grandes de todos los tiempos en México. Empero, así como las circunstancias del sistema sanitario en el país han sido bien develadas con el tema de la COVID-19, siempre es curioso que mientras en otros países el virus aún cosecha miles o centenas de muertes por día, en el nuestro, en algún tipo de milagroso episodio, y en cuanto arrancaron las campañas, la curva comenzó a descender drásticamente. Me encantaría especular más al respecto, pero no es el momento de hacerla de epidemióloga. Pero aconsejo precaución, o un ligero escepticismo frente a lo que sucede, con el mero objetivo de prevenir posibles contagios. Hay que preguntarse si será posible que de la misma manera en que oficialmente se mantuvo una cifra enigmática, voluble, misteriosa, o mejor dicho, inexacta de los fallecidos a causa de la COVID-19 (cifras más realistas hablan de más de medio millón de muertos, frente a la mitad de ellos, emitidas por la Secretaría de Salud, ¿acaso serían capaces de volver a hacer algo así en el futuro? La respuesta solo Dios la sabe). Lo que se anuncia con mucha pompa, cual si fuera una campaña electoral —pero no piensen mal, qué tipo de inhumana ponzoña lucraría con la salud pública para fines electorales—, es la campaña de vacunación, que aseguran va muy bien. Va tan menos mal que con la misma estrategia —pero a la inversa— que el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, utilizó para subestimar la cifra real de fallecidos, ahora sobrestima la cifra real de vacunados. No nos engañemos, la mayoría de las vacunas se aplican en dos dosis, a lo que nos queda un poco más de 90 % de la poblacion. Pero qué tal las selfis en redes sociales de las y los ciudadanos vacunados, agradeciendo al “Estado” la bienaventurada noticia, cantando himnos homéricos al salvador de Macuspana y su corte de burócratas por hacer “bien” su trabajo, que por supuesto están obligados a hacer siempre, y por qué no, deberían hacer con mayor rapidez: ¡Amig@, date cuenta!

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Pero como he dicho antes, las campañas van, y no solo la campaña de vacunación, sino también las campañas políticas, que, desde distintos frentes, partidos y candidatos se han ido construyendo bajo el propósito de volverse los próximos ganadores el 6 de junio. Sin embargo, quizá debido al fuerte estrés provocado por la pandemia, una parte importante de la estrategia política ha preferido dejarse guiar por el histrionismo más que por la seriedad de propuestas acordes a la necesidad de los ciudadanos. Pero esto no es una novedad, no es que los candidatos de un año a otro se hayan vuelto bufones, o que el legislativo haya decidido volverse más un circo que el ágora para discutir y aprobar políticas públicas. Esta tendencia de “despolitización” del ejercicio de poder, o mejor dicho “desprofesionalización” de nuestros candidatos, ha ocurrido ya desde hace algún tiempo. Al inicio parecía perseguir un fin más o menos comprensible, ante el hartazgo ciudadano frente a sus representantes, los partidos parecieron abrirle la puerta a hombres y mujeres nacidos de la voz de esa insatisfacción y esa crítica que demandaba nuevas formas de hacer política. Empresarios, comerciantes, profesores, artistas y hasta futbolistas, en resumen, ciudadanos que jamás habían estado en la trinchera del poder político ni habían tenido experiencia en la administración pública, deciden tomar entre sus manos el destino del país, esto como una combativa ante los “políticos profesionales” que, a pesar de sus años de trayectoria ejerciendo el presupuesto público, habían sido una completa decepción. Estos “antipolíticos” poco a poco se han ido volviendo, en algunos casos, como lo escribiría Habermas, en enemigos de la política, porque son hombres y mujeres que toman decisiones desde la completa ignorancia del reto que significa administrar hasta el distrito más pequeño. Uno de los casos más emblemáticos de un “antipolítico” es Donald Trump, quien siendo un ciudadano y un empresario millonario, supo leer muy bien el cansancio de la población de seguir siendo gobernada por el mismo gremio político que recicla a sus candidatos y a las esposas de su candidatos en cada proceso electoral. Así fue como Trump, ayudado también por los millones de dólares invertidos en su campaña, logró pagarse su candidatura y empoderarse, volviéndose presidente de los Estados Unidos.


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Sin embargo, este tipo de euforia y entusiasmo ante la antipolítica, conformada por estos nuevos “técnicos” del poder (que se han vuelto más bien autómatas o títeres de las figuras de poder del pasado, o de los grandes monopolios partidistas que no dejan de usar a esos “ciudadanos comprometidos” como mera pantalla para ganar curules y legitimar la democracia ciudadana), estos “técnicos” ciudadanos que llegan al poder, parecen ir creciendo en número, aunque ello no sé si significaría una evolución del ejercicio demócratico, menos aún si esos “ciudadanos de a pie” (sin experiencia política previa) tienen una exitosa carrera, por ejemplo, en los medios o en el deporte. Bajo esta ansia de poder hemos visto desfilar candidatos y precandidatos que van desde actores de televisión, jugadores o exjugadores de futbol, cantantes populares, hasta, sí, valga la sopresa, conocidos y no tan conocidos influencers o estrellas del soft porno, por no decir, emblemáticas figuras del bonito arte de las nudes. En este sentido, y poniendo el telón para que la política actual se vuelva más bien un espectáculo antes que un proyecto común y serio de nación, pues me gusta pensar esta dinámica subsumida dentro de una sociedad que también le apuesta a los mensajes fáciles, a las dinámicas populistas que rayan en el rídiculo, antes que a la reflexión, o a la polémica derivada realmente por propuestas que rompen con la inercia del pasado. El filósofo Byung-Chul Han sostiene que la política contemporánea esconde los problemas, las negatividades sociales, para alinearlas al engaño de que todo va bien. El ejercicio de la política usará lo que esté a la mano para terminar de una vez por todas con esas vocecillas rebeldes que exigen una forma distinta de gobierno, para cerrarle el paso a cualquier tipo de oposición, aunque incluso tenga que disfrazar a sus candidatos de oposición, de payasos o de estrellas porno con aspiraciones políticas. Este ejercicio “jocoso” del poder, esta vulgarización de la democracia, por supuesto que tiene un fin, y es el de despolitizar por entero cualquier espacio, escribe Han, “confirmar y optimar tan solo lo que ya existe”, y mantenerlo por décadas si es posible.

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Ante esta disyuntiva que nos pone a elegir entre un político con experiencia (pero acusado de actos de corrupción) y un ciudadano sin ninguna experiencia en la administración pública, pero popular por sus videos de TikTok o sus fotos en Only Fans, pues la decisión se torna muy difícil. Quizá solo queda apostarle un poco al criterio personal y, como desde hace algunos años, “votar por el menos peor”. O también podríamos poner algo de cuidado a uno que otro opinólogo o analista político, esto es, cultivar en lo posible la crítica y seguir velando por la libertad de expresión y la labor intelectual. Recordando que dicha labor no significa hacerle la fiesta al poder, sino volverse crítico y señalar las contrariedades del mismo. La labor del intelectual demanda actuar como una voz que está comprometida solo con el análisis riguroso y ético de las decisiones tomadas por quienes regulan la “unidad” del Estado. Aunque desde el púlpito escolar se aplauda toda mala estrategia, el “rey” jamás los volteará a ver; y el intelectual aplaudidor solo quedará como el siervo, no solicitado, del movimiento inhumano del Estado. El deber del intelectual, del escritor y del filósofo es tener más empatía con sus iguales, que por supuesto no son los representantes del Estado, sino los ciudadanos comunes, la gente de a pie que espera reflexiones lúcidas y críticas, una brújula o luz en el camino para saber por quién votar, no alabanzas a la inmundicia y a la basura política.

Las campañas van, y no solo la campaña de vacunación, sino también las campañas políticas.


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Hacia la democradura: ¡transformación o muerte! Por Julieta Lomelí / @julietabalver

El pueblo siembra, mientras el burgués come, ¿y el gobernante?

En Tecnologías del yo, Foucault narra la forma en que los primeros maestros griegos formaban a sus discípulos: los hombres que custodiaban la educación no eran meros repetidores de teorías, ni tampoco hacían de sus díscipulos alumnos pasivos que, sentados frente a un sabio, se concentraran en la mera recolección de información o en la emulación de ideas ajenas. Los maestros griegos se convertían en una autoridad que no soslayaba lo práctico en aras de la transmisión teórica de conocimientos. La docencia era así la enseñanza no solo de una forma de reflexión, sino también de una praxis para la vida, que iba desde aprendizajes técnicos hasta una formación psicológica o terapéutica para que el alumno tuviera la capacidad de lograr “una vida feliz y autónoma”, una a la que llegaría a través de las sugerencias de su mentor. La figura del mentor fue muy importante, porque implicaba también una complicidad de vida con el discípulo en el más amplio término, así que no había ninguna escisión entre volverse eruditos, en el sentido de acumular información y apropiarse de cierto grado de cultura, y volverse buenos en el trabajo u oficio que habrían de desempeñar en la vida. Empero, y eso es verdad, no todos tenían acceso a una educación tan meticulosa o a mandar traer de lejanas tierras al mejor mentor para sus hijos, pero lo que sí vale la pena enfatizar es que en algún sentido el adquirimiento de técnicas no estaba conflictuado con la idea de volverse sabios en un sentido intelectual. Es en la Edad Media cuando esta idea de paideia como apropiación de contenidos, de información, de historia de las ideas ajenas, pero también de contenidos prácticos,

técnicos, así como psicológicos y morales para la vida empezó a perderse. La educación moral quedó en manos de la institución eclesiástica, el cristianismo permeó la educación de las masas dosificando los contenidos y orillándolos hacia la asimilación de imperativos morales, antes que a cultivar la reflexión autónoma de los individuos. Mientras que una población muy mínima accedía a otros contenidos, sabía leer y escribir y se convertía en los sabios de los pueblos. Eran hombres alejados de las faenas prácticas, de la labor del campo, y que concentraban toda su atención en estudiar. Generalmente también estaban recluidos en conventos, por supuesto que vivían más cómodamente, pero no era bien visto que se volvieran hombres de familia. Es en ese momento, pienso, cuando comienza a escindirse la idea de la formación integral de los individuos, quienes o se dedicaban a la siembra, a la recolección y al trabajo físico duro, e ignoraban el porqué de los fenómenos a su alrededor; o eran hombres de letras, que ignoraban lo que sucedía en la realidad de los demás, de los pobladores más pobres que en ese momento eran una mayoría, pero también se despojaban de sus propios afectos desconociendo qué pasaría con ellos mismos si, por ejemplo, hubieran sido más doctos en la faena del amor. El discurso maniqueo entre el campesino pobre que siembra y recolecta las mieles de su cosecha en tierras ajenas, y el burgués que dedica su vida a estudiar, recibiendo los parabienes de rentar sus tierras para que el campesino tenga qué comer, pero sin jamás llegar a bajar sus gafas para hablar con él, es una realidad de siglos, que poco a poco se ha ido volviendo también una retórica que polariza el discurso político en democracias populistas de la última centuria.


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Sin ánimos de disuadir, hago el siguiente comentario. En la Alemania del nacionalsocialismo, el discurso de odio era hacia los privilegiados de la época, en su mayoría judíos, esos grandes banqueros que habían adquirido una buena educación y, por tanto, se volvieron dueños del capital; mientras que los hombres y mujeres originarias de Alemania, la mayoría campesinos, no tenían grandes posibilidades de volverse ricos, ni de llevar la vida cosmopolita de los primeros, a quienes Hitler pensó exitiguir. Quizá hubiera sido mejor una estrategia que empoderara a los ciudadanos alemanes por medio de la eduación, y no un discurso de odio que intentara hacer del conocimiento (sí, quizá sí derivado de privilegios privados) la causa del mal y la pobreza del país germano. Cuando un Estado rompe con la idea de paideia, cuando escinde la educación en algo que solo forma a sus ciudadanos o en contenidos prácticos y ténicos, o que solo se concentra en el empoderamiento intelectual, se provoca, desde la trinchera del poder, la división de la población en obreros y bienpensantes. Al tiempo también se fractura la consciencia del individuo, quien con una educación más integral, que no desprecie ninguno de los ámbitos que constituyen la complejidad de su día a día, quizá también se empodere y se dignifique al empleado futuro haga lo que haga. Porque si lo pensamos bien, los grandes líderes del mundo han tenido siempre una educación integral, una

Los grandes líderes del mundo han tenido siempre una educación [...] que no los vuelve similares en oportunidades ni en óptica a ese pueblo sumido en la ignorancia.

que no los vuelve en absoluto similares en oportunidades ni en óptica a ese pueblo sumido en la ignorancia. Aunque desde el autoengaño convenga a esos líderes persuadir a su pueblo que entre ellos y él no hay mucha diferencia, haciéndose para sí mismo más fácil el camino, entre menos educación más fácil es complacer y controlar a un pueblo. Porque el poder que da el conocimiento, el empoderamiento del individuo por medio de una educación integral lo vuelve más exigente y, por supuesto, menos sumiso ante quienes lo gobiernan.

Las contradicciones de la polarización

La polarización es un síntoma de una democracia, más que plural, desgastada por la multiplicidad de opciones, como un recurso que unifica las posibilidades en una lógica dualista entre buenos y malos. La polarización es una de las estrategias más primitivas que se ha venido usando a lo largo de los siglos para dividir y vencer, desde la economía moralizadora de las virtudes griegas hasta el control de los pueblos medievales lograda con la propedéutica reliogiosa entre herejes y fieles, entre pobres y avaros, entre partidarios y opositores. La polarización es una de las mejores armas de control social, siempre y cuando logre dar el tránsito desde esa efervescencia social hacia nuevas formas de poder o hacia la restructuración de viejos modelos políticos. De lo contrario, la polarización solo templa la atmósfera, haciendo hervir el malestar para finalmente disolverse en violencia o en estallamientos civiles. Ahora bien, la polarización es un síntoma muy visible en las democracias contemporáneas, y no es raro que se vuelva la estrategia mediática para debilitar y fragmentar —desplazando al lado “incorrecto” de la historia— a aquellos ciudadanos que se oponen abiertamente a sistemas populistas. En este sentido, populismo y polarización caminan juntos, al menos en una actualidad que parece necesitar de líderes cada vez más autoritarios —aunque carismáticos— ante la orfandad de una democracia representativa inteligente y sólida. Mesías simbolizados en un fuerte paternalismo que desde la silla del poder dictan qué es deseable y qué es absolutamnte condenable hacer y creer. Las democracias que se orillan insalvablemente hacia el populismo van fincando así, con la ayuda de una retórica polarizada, gruesos cimientos de autoritarismo que en un futuro se verán alejadas del bien común para parecerse más bien a dictaduras disfrazadas de democracia.

Ficciones, entre la vox populi y sus voceros mesiánicos

Varios autores sitúan en la elección de Donald Trump como presidente del gran imperio, la fecha simbólica en la que el populismo contemporáneo mostró las contradicciones que es capaz de unir en una sola figura populista. Trump fue la figura de oposición frente al establishment de la clase política, “representaba” los intereses del pueblo norteamericano, estos que no eran valores de izquierda, sino que estaban regidos por antivalores racistas y por esa idea de que “lo amaricano” debía ser defendido frente


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a lo otro que no lo era, por cierto, eso otro, una mayoría en un país de migrantes. Trump también es la figura del “ciudadano común” pero excepcional, porque el ciudadano común norteamericano está lejos de ser un millonario y exitoso empresario que ha sabido burlar las leyes fiscales. Trump también es la prueba de que la ignorancia y la falta de cultura no solo pueden ser característica de las clases más pobres, sino que, más allá de un tema de dinero, es un asunto, al menos en este siglo, de disciplina y voluntad. El expresidente de Estados Unidos era un hombre de la clase económica más privilegiada del país, pero no por ello era el icono de un hombre de ciencia, ni del gran sabio o intelectual que haría de la educación una prioridad pública. En este sentido, los populismos contemporáneos no tienen ninguna regla, ni parecen seguir reglas claras. Pueden tener pretensiones de “izquierda”, pero comportarse en la realidad como regímenes neoliberales pero evangelistas, retóricamente abiertos a las críticas pero señalando con desprecio a la primera oportunidad a sus detractores; humanistas en retórica pero transgresores de las libertades individuales en la práctica. Los populismos de izquierda en América Latina crecen sin mucha resistencia, por ello mismo son populismos, porque cooptan a sus seguidores en el momento más oportuno, cuando la democracia ha fallado y los representantes del pasado han resultado decepcionantes una y otra vez. Aunque el populismo es un régimen que, como la humedad, va empapando las democracias del mundo rápidamente, ello también resulta muy contradictorio, porque pareciera de inicio ser la opción de una democracia distinta representada al fin por un líder o un grupo de líderes que, en apariencia, será como la mayoría de los ciudadanos, de ese pueblo al que precisan gobernar, pero que a pesar de la insinuación de ejercer un poder más horizontal, el líder populista que toma las riendas de un Estado, como escribiría Jose María Lasalle, “resignifica sus presupuestos y modifica sus bases y fundamentos conceptuales mediante un giro autoritario que verticaliza la relación con el poder […] a una nueva mutación que se declina probablemente como una democracia personalista, directa, polarizada e inmediata”. El populismo triunfa porque identifica a sus líderes con un discurso que enaltece el desgaste de las democracias del pasado, pero lo hace como lo haría cualquier ciudadano herido desde un discurso pasional y reaccionario. Discurso que estalla ante la ineptitud de los representantes de ayer, y que pone en duda la eficacia de seguir votando y abogando por las democracias del pasado, pero que al mismo tiempo, y paradójicamente, esa “multitud acechante y decepcionada, reclama ser gobernada a golpes de autoridad y sin más limitaciones que el alcance de la seducción populista de sus líderes”. Los populismos ya se imponen como la metástasis de las próximas décadas, crecen impredecibles y son excepciones a cualquier regla, no podemos rastrear con exactitud en qué momento un Estado liberal se convertirá en un estado de excepción, en un gobierno sitiado, en una

La polarización es la chispa que incendia y fragmenta a los pueblos, para finalmente ganar adeptos y extinguir a la oposición: “o estás conmigo o estás contra mí”, “transformación o muerte”. “democracia” que ha dejado de ser democracia desde el ejercicio de la democracia: gracias al voto de una mayoría ciudadana que ha caído ante el carisma de un líder que, después de tomar el poder, ha enloquecido. Sin embargo, no todo está perdido, porque en los populismos siempre podemos ver una regla invariable, un hilo invisible que recorre a todos sin excepción, uno que sí sabemos mirar con antelación, entenderemos que es el que une todas las incongruencias que un Estado populista pretende hacer confluir como lógicas: el discurso polarizado. La polarización y los populismos siempre van de la mano. La polarización es esa estrategia de guerra tan peligrosa que ayuda a empoderar a los líderes populistas mediante la división y el odio entre unos y otros. La polarización es la chispa que incendia y fragmenta a los pueblos, para finalmente ganar adeptos y extinguir a la oposición: “o estás conmigo o estás contra mí”, “transformación o muerte”. Hay que aprender a darse cuenta a tiempo cuando un líder populista pierde los estribos ostentándose como un mesías, usando el disfraz de —como escribió Lasalle— “un líder redentor que ofrece una visión que da sentido frente a la inseguridad, la incertidumbre, la precariedad o la división”. Pero que terminará por confundir a sus discípulos, volviéndolos creyentes o herejes de esa religión que el nuevo mesías ha fundado: “una democradura, una forma política posmoderna que fusiona la democracia y la dictadura mediante un gobierno esencialmente iliberal que, sin embargo, mantiene el aspecto exterior de una democracia”.


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Mis pesadillas de Tinder Por Julieta Lomelí / @julietabalver


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asada la crisis más severa de la pandemia he mirado en los labios de las personas la necesidad de hablar, de decirle a los demás cómo han pasado este encierro, o con cuántos amigos se han peleado a causa de la neurosis que les provocaba no poder salir más. A veces me encuentro con amigos de todas las edades: algunos tienen ahora nueva pareja mientras otros se han embarazado durante la pandemia y han confirmado que si ya pudieron soportarse en el encierro quizá sí estén con el amor de su vida. Incluso tengo amigos que han cambiado por completo sus hábitos eróticos y por fin se han vuelto fieles a su pareja, y ahora no solo deben llegar temprano a casa (cosa que jamás hacían en el pasado), sino que también tienen prohibido salir a cualquier fiesta o reunión sin su “látigo” de la mano; a estos últimos les mando mi más profundo pésame. La pandemia cambió así el modo de relacionarnos con los demás. Mientras unos sufrieron el encierro, otros aprovecharon los pueblos y playas vacías para viajar y acampar en algún lugar recóndito. Mientras algunos se dividían los bienes y los hijos porque se separaron a mitad de la pandemia, otros se daban cuenta de que nadie más los iba a aguantar como los aguantaba su pareja y renovaron sus votos y promesas de amor. De todo hay en la jungla del amor, sin embargo, también un mundo paralelo, un poco escondido y discreto, se abría paso frente al pánico y las amenazas de contagiarse y morir a causa del nuevo virus. Más allá del imperativo de “Quédate en casa” y de la amenaza de morir asfixiado en un hospital público, la generación millennial tuvo que acudir a aplicaciones de citas y redes sociales para superar esa restricción social que se les imponía por la pandemia, porque era la única forma en que se podría volver a la “vida” social, a la búsqueda de una pareja o de aventuras eróticas, que toda persona joven tiene el derecho de vivir. La COVID también tuvo un impacto, aunque distinto al que experimentan un hombre o mujer de la tercera edad, en las generaciones de adultos jóvenes, consecuencias psicológicas y retrasos circadianos, por llamarlos de alguna manera, que a pesar de estar en semáforo verde tardarán en volver a la normalidad. Porque hay una edad, que es la juventud, en la cual el tiempo pasa volando y el

segundero se confunde con la manecilla que da las horas, dejándonos atónitos al mirar atrás y darnos cuenta de que se ha acabado eso que Leopardi llamaba el “tierno engaño de la primera edad”, esa hermosa época en la cual se trazan los cimientos para germinar una familia, o se toman decisiones arrebatadas que convocan a la complicidad apasionada con el otro. Sin embargo, y volviendo a ese mundo paralelo que ayudó a la generación joven a sublimar un poco la soledad que el encierro le imponía, se generalizó el uso de las apps de citas para salvar, en lo posible, la dinámica previa a la pandemia. Quizá yo fui una de esas que sintió que la pandemia duraría una década, y mi mundo interior, si es que eso existe, se vaciaría por la falta de socialización, por lo que emprendí la faena de encontrar cómo construir desde las cenizas una mejor convivencia con los demás, o al menos algún tipo de convivencia a pesar del confinamiento. Aunque no lo crean, para no sucumbir a la depresión y como una terapia efectiva, me encaminé al uso de las aplicaciones de citas, porque mi psicólogo me recomendó hacerlo. Y también para fundamentar de manera más rigurosa mi opinión sobre ellas. Así fue como emprendí mi investigación a partir del análisis práctico de las mismas, en concreto del Tinder y Bumble. A continuación, notas, anécdotas y conclusiones extraídas de la meticulosa investigación que llevé a cabo durante meses.

No eres tú, tampoco son tus alucines, es la realidad.

El problema del Tinder no es la aplicación en sí misma, ni los candados o protocolos de seguridad que intentan sugerir para el uso de la misma, el problema es el contexto de violencia en el cual vivimos en México, sobre todo la experiencia de la impunidad cotidiana por la cual un montón de crímenes relacionados con violencia de género, violencia doméstica, asaltos, secuestros, etc., pasan indiferentes a diario frente a nuestros ojos. Esto vuelve que no solo las relaciones establecidas por medio del Tinder, sino también las personas conocidas en un bar, en un café, o incluso en la Iglesia a la salida de misa, sean relaciones coloreadas por la


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desconfianza, el miedo, y que quizá por ello no estemos lejos de pensarlas a veces como expuestas a un cierto grado de peligro. En ese sentido, a pesar del entusiasmo que quisiéramos sentir por conocer a alguien nuevo, en realidad vamos con mucho cuidado ante la posibilidad de exponernos a alguien que, disfrazando su maldad con interés romántico o amistad, nos pueda hacer daño. De esto último sé de varios casos cercanos, que no tocan solo a las mujeres, sino también a los hombres. Hace unos meses un amigo que caía en las redes del eros fue “goteado”, lo intoxicaron poniéndole alguna sustancia en su bebida al ir al baño, y al amanecer, en el hotel en el cual habían quedado de tomar un romántico vino, se dio cuenta de que ni cartera, ni ropa interior le quedaban, pero lo peor fue que también su camioneta había sido desaparecida para siempre como en un acto de “amorosa” magia. Al menos no desapareció él.

Vidas paralelas, morales escindidas, pero llenas de erotismo

Sinceramente yo sí creo en el amor, o mejor dicho, en la importancia de encontrar un compañero de vida, o algunos compañeros de vida que no sean tan efímeros como bajarse los calzones al primer match. Pero sucede algo muy raro en las aplicaciones de citas, al menos en este contexto un poco orientado hacia prácticas machistas y de doble moral, y es que usar el Tinder o el Bumble, o cualquiera de esas aplicaciones, en México significa que más de 93.54 % de los implicados en dichas apps (según mi riguroso estudio de mercado) estará casado o tendrá pareja, y esa pareja no tendrá mínima idea de que su enamorado anda enamorando a otros y otras con su perfil de Tinder. No sé cómo sea en otros países (bueno, quizá tengo un poco de experiencia solamente), pero en algunos sitios más fríos y en los cuales la gente no es tan social y católica como en México, tienden a tomarse bastante en serio estas aplicaciones, porque resultan la forma más cercana y políticamente correcta de encontrar pareja. Por supuesto que también en Alemania en invierno habrá quien tenga una esposa, fotos en Facebook con ella y los hijos, y ande buscando un nuevo amorío sin que nadie se entere de su doble vida, pero no es 93.54 % que encontramos en esta realidad calurosa y galopante sangre latina. Por eso siempre le recomiendo a mis amigas que cuando se enamoren, no se les olvide pedirle la contraseña de su Tinder a sus novios o esposos, o abrir la relación y que todos los impli-

cados sepan qué jerarquía tienen en la cadena alimenticia, porque eso es honestidad, ¡lo otro es ser un culero! Disculpen, tuve una regresión, un exabrupto, mi moral poblana me traiciona a veces.

Experiencias de terror

Como les dije antes, soy de moral poblana, aunque viva en la capital del libertinaje absoluto (ay, qué espanto), y sí usé en meses anteriores estas aplicaciones que me prometían una experiencia casi religiosa del amor, incluso llegué a pensar que ahí se encontraba mi medio mango, uno muy delicioso que me complementaría un largo tiempo y a quien quizá, aparte de querer comérmelo a mordidas, podría llegar a amar. Pero nada más contrario a eso con lo que yo he llamado “mis pesadillas de Tinder”, porque se me atravesó cada creatura del bosque, pero de un bosque de la Tierra Caliente, allá por Michoacán, donde ni el Ejército mexicano se atreve pisar. Tuve de todo, desde un tipo que después de una conversación que prometía y de una buena comida, allá en un restaurante de Santa Fe, un mirrey creyó ser un disruptor al decidir bajarse el zip de sus jeans y mostrarme, ya saben ustedes qué, por debajo de la mesa y a decirme, sin más, que si no quería… “Pido mi Uber, gracias”.

Un timador en la web

Una vez más me ocurrió algo más tenebroso en pleno confinamiento: no había restaurantes ni bares ni cafés abiertos, llevaba yo hablando más de un mes con un supuesto artista, tenía una que otra obra en la web, incluso lo tenía en Facebook y compartía con él varios amigos en común; también tenía una idea más o menos bien informada de la vida, así que las pláticas no eran malas. Él llevaba más de 15 días diciéndome que sí podríamos vernos en su casa o en la mía, porque sí, no había absolutamente nada abierto (cómo no se me ocurrió un parque). Al final un día, habiendo pasado el tiempo que según yo creía era necesario para confiar en mi nuevo amigo, acepté que me visitara en mi casa. Dijo: “claro, yo llevo algo”; llegó con dos cervezas (sí, risas grabadas). Estando aquí me presumió su exitosa carrera, lo bien que ganaba, yo tenía muchísima hambre y, claro, pedí algo de cenar, evidentemente mi artista adinerado no puso ni un peso. Él seguía con su choro sobre el dinero y lo importante que era saber “venderse bien”. En algún momento la conversación me resultó incómoda porque parecía una reprimenda a que yo “no supiera ven-


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derme bien, porque si supiera podría rentar en la Roma”, sitio en el que él había ya comprado un departamento. La noche fue densa, mucha niebla se disparaba en mis pensamientos, estaba disociada entre la desconfianza y el típico autorregaño que me pedía no juzgar a las personas tan rápido: “no seas maniquea, no todo es bueno o malo, seguro es un buen tipo, seguro te está dando buenas sugerencias para ser más exitosa”. Cuando se fue me sentía extremadamente cansada y triste, sus palabras sí me calaron, sobre todo porque repitió por horas sus éxitosas “obras” que había logrado venderle a Le Monde, uno de los mejores periódicos francéses. Me sentí una mediocre que no sabía venderse bien, que aún no arrancaba del todo a pesar de tener más de 30 años. Fui a dormir. Al otro día, con mayor consciencia de la realidad, me puse a buscar en internet su gran “obra”, y qué creen, no encontraba más que tres fotografías muy mediocres de su autoría, pero lo que sí encontré, y no diré que no me asustó mucho, fue que lo denunciaban muchísimas veces en páginas de Scam, lo acusaban de ser un Don Juan que enamoraba a las mujeres para después vivir de su dinero; otra más, que escribía en francés, lo acusaba de haber robado sus tarjetas después de haber tenido una relación de meses con él, para después desaparecer. Una mujer más, ahora una gringa, lo acusaba de ser un mantenido que la había usado para poder viajar gratis por Centroamérica y Sudamérica, y así una decena más de denuncias venidas de aquí y de allá (hasta eso, parecía ser políglota el hombre). Por cierto, el tipo me dijo que era europeo, y por supuesto que fingía hablar un mal español, imitar un castellano extranjero, mientras que su apariencia, su fisiononía, y gestos sí eran muy típicos de nuestros lares. De hecho, una de las chicas que denunciaba en la página de scammers mencionaba cuál era su nombre real y de qué estado de la república mexicana procedía, y qué creen, que también lo encontré así en alguna página de trámites del estado. Curiosamente, la narrativa de las denuncias coincidía con las anécdotas y esa pose de “hombre de mundo” que me había presumido ser una noche anterior. Inmediatamente me puse a buscar mis cosas, a ver si no me había robado alguna tarjeta con deudas y así quizá las pagaría él, o mi taza favorita. Despues recordé que no soy ni siquiera buena prospecta para un hombre tan ambicioso y de principios tan rígidos. Espero que pronto encuentre a su verdadera Sugar Mommy, así el intercambio de bienes podría ser digamos “más honesto”, sin acudir al robo.

Mejor malo por conocido que crimen por conocer

Podría demorarme contando peores experiencias vividas por el arrojo de encontrar el amor de mi vida gracias a una app, pero sería motivo de un libro que quizá nadie compraría. Solo quise mostrar así algunas anécdotas para ahora priceder a mis rigurosas conclusiones, y es que, como he dicho antes, el país no está para amores nuevos, y cada vez parece más complicado incluso confiar en los más cercanos. Cuando hay crisis y hambre, hay hostilidad y crimen. El impacto que ha dejado la pandemia de la COVID-19 no solo ha sido en cifra de muertos, sino también en una creciente crisis eco-

nómica que incluso tomará las formas de Tinder o Bumble para solucionar transitoriamente las necesidades económicas de quienes han sido despojados de su empleo, o simplemente antes se han dedicado al oficio de robar. Por lo que no hay que dejar de poner atención en que estas apps de citas en un país con tantas carencias también pueden exponernos, y más ahora, a cualquier tipo de crimen, cuídense mucho, mejor, por ahora, volteen a ver a Pedrito, a Danielito o a Juanita que siempre los ha amado, seguro si le entran podrán enamorarse de ellos con la práctica y el hábito. Es innegable que en la generación millennial, la pandemia traerá la pérdida de algunos años de lo que significa ejercer la juventud, que en ojos más pragmáticos no significarían mucho, sino de una década de estabilidad no solo económica, sino, y sobre todo, emocional, personal. Porque la tierra conoce esos momentos en los que uno debe echar raíces y cosechar el amor de una familia, y otros en los que esa tierra sabia nos hará volver a las profundidades para volvernos semillas de otros cuerpos. Esperemos no recordar esta juventud de pandemia con ojos nostálgicos, ni voltear atrás en dos décadas con la mirada vidriosa, suspirando por lo que no fue, pero anhelábamos que pasara en esos “¡Días fugaces que como el relámpago se desvanecen! ¿y un mortal ajeno habrá de desventura, si pasada esta hermosa estación, si el tiempo bueno, su mocedad, ay mocedad, se extingue?”.


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El nuevo tablero del ajedrez poblano Por Zeus Munive / @eljovenzeus


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N

o sé si sea una idea personal, pero después del proceso electoral, el agua regresó a su cauce normal. Nos gusten o no los resultados, el fantasma del fraude nomás no se vio por ningún lado. Y lo que ocurra en Puebla, al menos de aquí al 2024, será un respiro o un poco de tranquilidad. Seguro Claudia Rivera y Gabriel Biestro se pelearán por la dirigencia estatal de Morena, pero ambos perdieron. Una la constitucional y el otro la designación. Al final, quede quien quede en ese partido es lo de menos por el momento, porque socialmente, al menos en la capital y zona conurbada, Morena no es bien recibido; ya se vio en este reciente proceso electoral. Así que si ambos personajes quieren seguir desgarrándose las vestiduras, ya nos divertiremos un rato, pero no aportarán nada. Eduardo Rivera Pérez no se ve que vaya a generarle problemas al gobernador Barbosa, al contrario, será su aliado. Además, llega con muchos compromisos que deberá cumplir con su partido: yunquistas y morenovallistas; con su aliado el PRI y con su otro aliado el PRD, estará muy amarrado de manos, al menos el primer año de gobierno. El Congreso estatal será mayoría Morena y los diputados locales que antes no estaban con Miguel Barbosa, se sumarán. Varios de Acción Nacional tienen algunas carpetas de lo que hicieron en el morenovallismo, así que no dirán ni pío; Jorge Estefan Chidiac, del PRI, fumó la pipa de la paz con el mandatario estatal y le demostró que él no fue quien desvió los recursos como lo acusaron en el interinato de Pacheco Pulido. Así que el Poder Legislativo local no será problema para lo que falta del mandato. Genoveva Huerta y su alfil Eduardo Alcántara, se verá si siguen operando para Fernando, Manzanilla o rendirán sus armas para no generar más conflicto y no proceda ninguna denuncia penal en su contra. Los diputados federales que llegaron por Acción Nacional que seguramente liderará Mario Riestra no buscarán pleito y menos ahora que Periódico Central revivió la investigación por uso de empresas fantasma que utilizó el morenovallista-galista en la compra de facturas para lavar dinero, así que no dará ningún conflicto para que no lo investiguen por enriquecimiento inexplicable. Lo que sigue es la lucha entre Ignacio Mier Velasco

quien se siente cercano a Mario Delgado y apuesta por quedarse en la coordinación de Morena en la Cámara baja del Congreso de la Unión en contra de su primo Alejandro Armenta Mier quien es muy cercano al senador Ricardo Monreal. Ya sabemos que Nacho y Alejandro ya se acercaron al gobernador para rendirse ante él. Armenta tiene estructura. Mier Velasco, aún no. Ambos ganaron lo que querían en esta reciente elección. Armenta, incluso, se alejó de Claudia Rivera desde mayo porque al parecer la alcaldesa incumplió con varios acuerdos. Eduardo Rivera Pérez es el único del PAN, por el momento, que suena por la gubernatura, aunque faltan tres años y si él sabe y tiene claro que no ganó por él sino por un voto de reprobación a Morena, si no se le sube como ya ocurre con sus más cercanos y su planilla de regidores que ya andan de insoportables, podría contender; pero aún no canten victoria, porque Puebla capital ya no se puede gobernar, solo se administra. Por el PRI hay que mencionar a Jorge Estefan Chidiac, quien sí tiene estructura y recursos para pelear Casa Aguayo y, al estar su partido en un tercer lugar, tendrá que negociar con el poder en turno más que con Acción Nacional. O en una de esas si siguen como PRIAN, que él encabece la fórmula para gobernador. Y Lalo busque el Senado o su reelección como alcalde. Nada se descarta. Desde que llegó Mario Marín Torres, Puebla ha estado en un infiernillo: el conflicto Marín-Cacho; la llegada de Rafael Moreno Valle y las amenazas y persecución a sus enemigos; acusaciones de fraude electoral a favor de Martha Érika Alonso; pelea por el interinato; elección 2019; Claudia Rivera que rompió con el gobernador poblano; elecciones 2021 y hasta ahora que por fin, todo indica, empieza la verdadera reconciliación. Cuando se dice que Miguel Barbosa ganó, es que el escenario para él no podría ser mejor. Sus adversarios quedaron diluidos. Fernando Manzanilla con muy poco margen de operación: solo cuenta con Genoveva Huerta, Eduardo Alcántara y Carolina Beauregard que, se dice en el propio PAN, sus lealtades nunca han sido muy sólidas. Barbosa mantiene buena relación con la Federación y eso lo dejó de manifiesto el propio presidente una semana antes de la elección, cuando lo aplaudió en una de las mañaneras. Entra una nueva conformación del ajedrez y de aquí en adelante se espera que la maquinaria funcione. Los que futurean para el 2024 deberán ser muy listos y cuidadosos, porque en política un minuto dura 60 segundos y hemos visto cómo se construyen carreras de la nada y se destruyen figuras cuando tienen todo. Pero al fin, los poblanos viviremos un rato en paz.


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Claudia Rivera en su socavón (electoral) Por Zeus Munive / @eljovenzeus

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a alcaldesa de Puebla no pudo relegirse. Vio pasar en su mente, en cosa de segundos, desde que ganó la elección en el 2018, rindió protesta en octubre de ese año, comenzó a gobernar y finalmente perdió todo por lo que había apostado: tres años más asomándose todas las mañanas para ver el zócalo de Puebla desde un balcón de Palacio Municipal. ¿Qué la llevó a esta derrota? Lo primero que hay que señalar es su inexperiencia. Su activismo en Morena, más los apoyos que recibió en ese 2018 —incluido el de uno de sus peores enemigos, Gabriel Biestro Medinilla—, con la ola de Andrés Manuel López Obrador. Cuando recibió su constancia de mayoría, Claudia Rivera Vivanco dejó de apoyar a Miguel Barbosa Huerta, quien peleaba contra Rafael Moreno Valle Rosas porque él estaba seguro de que esa elección del 2018 se la robaron para imponer a Martha Érika Alonso Hidalgo. Rivera Vivanco le dio la espalda a Barbosa e inmediatamente fue a reunirse con el alcalde saliente, Luis Banck Serrato. Además, cuando Alonso Hidalgo rindió protesta como gobernadora, en diciembre del 2018, nadie de Morena asistió al acto en el Auditorio de la Reforma, excepto Claudia. Eso fue tomado por algunos morenistas como un acto de traición. Una vez que Miguel Barbosa ganó la elección en 2019, se comenzaron a tensar las cosas. Desde que arribó al poder, la alcaldesa poblana inició con una ruptura con los medios de comunicación locales. En parte, con razón, porque algunas empresas informativas le exigían pagos mensuales millonarios y altísimos, y por otra, porque no tenía una buena estrategia de comunicación social y eso al final le costó muy caro. Claudia Rivera llegó con tres personajes con los que iba a gobernar la ciudad: Javier Palou, Liza Aceves y Andrés García Viveros, este último era un exempleado de Martha Érika Alonso en el DIF estatal y muy cercano a Jorge David Rosas Armijo, exdirector de Ciudad Modelo en el morenovallismo.


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Desde que comenzó a trabajar en la comuna poblana, García Viveros tomó el control económico y administrativo. Javier Palou intentaba, sin ningún resultado, llevar el rumbo de la ciudad y Liza Aceves era la encargada del Cabildo capitalino, pero ella chocaba mucho por las formas y estilos de García Viveros. Andrés García o Andrés Viveros, como todo mundo lo conocía, desde que estudió en la Facultad de Economía de la BUAP, era el mejor amigo de Rivera Vivanco. Ambos, incluso, trabajaron juntos en el Inegi y ambos se subieron al caballo de Andrés Manuel López Obrador en 2006, cuando la izquierda mexicana tomó la avenida Reforma de la Ciudad de México en protesta porque “Felipe Calderón y la mafia del poder les robaron la elección”. Viveros fue el cerebro de todo. Mandaba en todas las dependencias, porque además colocó a personajes clave para manejar y vigilar los recursos públicos del Ayuntamiento. Él era el amigo, consejero y cómplice de la alcaldesa poblana. Eso generó muchas divisiones internas desde el 2018 hasta hoy. Claudia Rivera, quizá por su inexperiencia, quizá por su buena fe de confiar en alguien que dicen que sabe manejar muy bien los recursos, se dejó llevar por su principal asesor que provocó la salida de Javier Palou de la jefatura de la Presidencia Municipal.

Rivera vs. Barbosa

Como decíamos líneas arriba, desde la campaña del 2018, ni Claudia Rivera ni Miguel Barbosa hicieron match. Nunca pudieron llegar a acuerdos. Rivera Vivanco se confrontó aún más con el gobernador por el tema de la seguridad pública. Hay que recordar que desde el interinato de Guillermo Pacheco Pulido, los índices de seguridad pública se incrementaron en todo el estado de Puebla y en la capital al menos cinco grupos de la delincuencia organizada se peleaban la plaza. Todo ello como consecuencia de la ingobernabilidad que generó que existiera un gobernador por dos años ocho meses (Antonio Gali Fayad), por la lucha por la gubernatura y porque no había a quién rendirle cuentas. Sin ánimos de acusar a nadie, porque se carece de pruebas, el robo de hidrocarburo en toda la zona norte, mixteca y el centro, se incrementó a niveles nunca antes vistos. Se creó el triángulo rojo, en el que la delincuencia organizada comenzó a operar para robar gasolina de los ductos de Pemex, con la complacencia de las autoridades municipales, situación que provocó, incluso, hasta un enfrentamiento con el Ejército en pleno 2017 por la zona de Tecamachalco y Felipe Ángeles. En una Puebla llena de violencia, Claudia Rivera tuvo que asumir el mando y nombró como la titular de la Seguridad Pública a Lourdes Rosales, quien en un inicio se las veía negras, pues el crimen golpeaba a toda la zona conurbada. No tenía distinción entre ricos y pobres, entre fifís y pueblo bueno; en camiones, microbuses y todo tipo de transporte público había asaltos, muertes, asesinatos a quemarropa.

El inicio de Rivera Vivanco fue muy convulso, primero porque sus antecesores le dejaron problemas de ambulantaje y, segundo, por inexperiencia política y administrativa. Todo ello provocó un distanciamiento más profundo con la administración estatal, que intentó nombrar a una delegada para arreglar todo el conflicto de seguridad en la Angelópolis, a lo que Rivera Vivanco se opuso porque consultó con el entonces secretario de Seguridad Pública del país, Alfonso Durazo. Claudia Rivera, por seguir el consejo de Durazo, ahora gobernador electo de Sonora, terminó de romper con la administración estatal. Además, la Auditoría Superior del Estado ya había comenzado a revisar con lupa las acciones de Rivera Vivanco, qué hacía, cómo lo hacía y si justificaba sus ingresos y egresos de manera correcta. Con los medios tradicionales de comunicación en contra, con el gobernador que ya no la veía como una aliada, con problemas de seguridad, divisiones dentro de la comuna por quién realmente gobernaba la ciudad, Claudia comenzó a cavar un hoyo o se comenzó a construir un socavón. Llegó la pandemia y todo se detuvo. La Presidencia de la república no incentivó al mercado, no se generaron condiciones económicas a favor de los empresarios micro y pequeños. Se comenzó a generar un amplio desempleo, porque los patrones ya no podían sostener a sus empresas. Se dejaron de rentar locales para venta, servicios, oficinas, y ese tema provocó un gran rechazo a Morena, fueron ellos quienes no actuaban para apoyar a los que se les exige mes con mes pagar impuestos. La polarización entre fifís, chairos, pueblo bueno y clase media se ahondó en varias capitales del país. En ese momento, Claudia Rivera no destacaba. Se confrontó varias veces con la industria restaurantera y en especial con la líder de la Canirac, Olga Méndez, porque no supieron llevar una política económica para restablecer el comercio de los alimentos. En cambio, mientras la mayor parte de los negocios del Centro Histórico permanecían cerrados, los ambulantes sí se instalaron en las principales calles, sin sana distancia, sin protección sanitaria y parecía, porque al menos eso se proyectaba, que era con la complicidad de la comuna. Claudia Rivera, además, presumía sus relaciones con el CEN de Morena, lugar que hicieron a un lado para la elección de candidatos a diputados locales y federales al gobernador Barbosa. Rivera se alió a Fernando Manzanilla, Édgar Garmendia, Pablo Salazar y Jesús Evangelista, todos ellos adversarios, al interior del partido en el poder, de Miguel Barbosa. Una vez que llegó noviembre del 2020, Claudia Rivera Vivanco salió de Palacio Municipal, pues ella generó la percepción de que la encerraron y se encerró. Comenzó a dialogar con los directores de los medios de comunicación, inició dos obras con el apoyo de la Sedatu y con la oposición de muchos grupos tanto de gobierno estatal como de Morena. Esas dos obras eran la reconstrucción del mercado de Amalucan y el embellecimiento del zócalo de Puebla.


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Arranca la campaña

Al inicio Rivera Vivanco contaba, porque así lo decía su gente cercana, con el apoyo de López Obrador, con el respaldo de Alejandro Armenta Mier y con la estructura de grupos como los Bejarano, Gabriel García Hernández, coordinador nacional de Programas de la Presidencia de la república y supuestamente una gran estructura de brigadistas. Tanto ella como sus operadores cercanos vendían la idea de que tanto Rivera como su principal oponente, Eduardo Rivera Pérez, estaban empatados en las preferencias electorales. Varios medios de comunicación locales iniciaron una guerra sucia en contra de la candidata a la alcaldía. Periódico Central, al término de la contienda electoral reciente, dio a conocer un listado de cuántas notas negativas se publicaron en contra de Rivera Vivanco y cuántas positivas a favor de Rivera Pérez del PRIAN. La diferencia es abismal. La mayor parte de los medios locales, si no es que 90 % apostó por atacar a la alcaldesa, mientras que ensalzaban la figura del panista aliado al PRI. Rivera Vivanco no quiso ver o sus asesores de campaña no la dejaron observar sin apasionamientos que todo operaba en su contra. Armenta Mier, uno de sus mejores apoyos, la abandonó a mediados de mayo, porque Rivera Vivanco habría incumplido un acuerdo en repartición de secretarías y posiciones en el Cabildo angelopolitano. Rivera entendió tarde el juego del poder. Su activismo la obnubiló y ahora tendrá que terminar su administración y analizar con mucha sobriedad qué fue lo que hizo mal y por qué generó un rechazo muy alto en la ciudadanía. Ella pagó los platos rotos de Morena, el rechazo a ella también es el rechazo al partido que la llevó al poder. No necesariamente porque Puebla sea panista, ya que ha votado dos veces por la izquierda, más bien es que sus propios grupos le dieron la espalda y se dio un voto de castigo tanto a su administración como a su partido por las omisiones cometidas en pandemia. Rivera Vivanco, también hay que decirlo, aún no está muerta políticamente hablando, aunque tendrá que pasar por un proceso de luto por la pérdida. En política nadie se muere hasta que están tres metros bajo tierra, aunque este golpe, si es inteligente la ayudará a crecer, pero si le gana la soberbia, la mantendrá un rato en el ostracismo.

Rivera entendió tarde el juego del poder. Su activismo la obnubiló y ahora tendrá que terminar su administración y analizar con mucha sobriedad qué fue lo que hizo mal y por qué generó un rechazo muy alto en la ciudadanía.


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Eduardo Rivera y su circunstancia Por Zeus Munive / @eljovenzeus Fotos: Jorge Patiño y esimagen.mx

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n términos cinematográficos y sociológicos, se le ha llamado a la creación de un mito único como “el viaje del héroe”. Este consiste en que un ser humano ordinario acepta un reto en el que no todo es miel sobre hojuelas, tiene que enfrentarse a batallas, pleitos, condiciones adversas para lograr su cometido. Muchas veces, el protagonista carece de herramientas y recibe ayuda para llegar a su meta. Como es un hombre común y corriente, en ocasiones se cae, no solo él físicamente, sino su ánimo. A veces siente que el universo y las circunstancias operan en su contra, pero poco a poco va construyendo su camino. Las películas, series de televisión y las novelas utilizan mucho esta narrativa para crear expectación e interés, porque cuando todo se complica siempre hay una salida que provoca el desenlace. Si analizamos la estructura de la narrativa de Eduardo Rivera Pérez para ganar la alcaldía de Puebla a Claudia Rivera Vivanco es muy similar. Veamos por qué. Eduardo Rivera llegó a Puebla a mediados de los noventa de Toluca, Estado de México, y se inscribió en la carrera de Ciencias Políticas en la Upaep. Para sostener sus gastos, comenzó a vender gelatinas (algunos de sus enemigos han usado esto para atacarlo, aunque no tenga nada de malo). Se afilia a Acción Nacional cuando Francisco Fraile era el líder de ese partido y lo suma a un grupo de jóvenes

que los llamó “sus cachorros”. Eduardo Rivera al ir bien en sus estudios, participar activamente en la política local, es llamado a formar parte de la organización nacional “El Yunque”. Un grupo católico clandestino que tiene como finalidad, según sus iniciados, jurar por Dios, la patria y su organización. Al llegar Ana Teresa Aranda a la dirección estatal de ese partido, Rivera Pérez se convierte en el secretario de Acción Electoral estatal y se suma al movimiento en Huejotzingo, en el que los panistas denunciaron un fraude electoral provocado por el gobernador Manuel Bartlett y el PRI. Posteriormente, se convierte en secretario general del PAN estatal, líder estatal, diputado federal, candidato a la alcaldía de Puebla en 2010 y presidente municipal del período 2011-2014. Su vida, por obvias razones, iba mejorando. Cuando el candidato es Rafael Moreno Valle a la gubernatura y él a la alcaldía, comenzaron una serie de roces y molestias. Una vez que Rafael Moreno Valle se hace gobernador, la lucha entre ambos subió de tono. Moreno Valle, apoyado por personajes como Eukid Castañón, Pablo Rodríguez Regordosa, Antonio Gali Fayad, y un grupo político que lo acompañó desde 1998, al que llamaron Grupo Finanzas, comenzaron a acosar a Rivera Pérez.


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Foto: Jorge Patiño


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Rivera le gana por 20 puntos a Claudia Rivera Vivanco, primero porque nadie lo cuestionó, contó con el respaldo priista y porque ya había vivido un infierno con el morenovallismo, es decir, se había vacunado contra todo tipo de acusaciones, incluso algunas en temas personales que Eukid Castañón se encargó de difundir hace algunos años.


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La lucha llegó a tal grado que, pese a que el alcalde de Puebla es el anfitrión en el tradicional Grito de Independencia, los morenovallistas evitaron que saliera en la foto. La imagen más icónica es cuando Rafael Moreno Valle y su esposa festejaban, atrás quedó Rivera y solo se alcanzó a ver su mano en una fotografía que ya es parte de nuestra historia. Moreno Valle lo persiguió hasta cansarse y una vez que dejó el ayuntamiento, la Auditoría Superior del Estado lo denunció por presuntamente no haber comprobado 200 millones de pesos en su gestión como alcalde. Fue tanta la persecución que llegaron a embargar su casa. Rivera Pérez entonces inició una cruzada que consistió en jugar el papel de víctima (no es para decirlo en término peyorativo, era el único recurso que le quedaba). Al llegar el 2018, a Moreno Valle no le quedó otra que perdonar a su enemigo y hacerlo candidato a alcalde de Puebla. Siempre hubo la idea de que a Rivera Pérez le operaron en contra los morenovallistas e impulsaron la llegada de Rivera Vivanco. Aunque nunca hubo pruebas de ese rumor, se creía porque finalmente la elección de Puebla nunca fue clara, hubo señalamientos de “fraude electoral” que llegaron hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Rivera Pérez pierde contra Rivera Vivanco y es víctima de la ola lopezobradorista. Se guarda un rato, se dedica a la academia, apoya a candidatos panistas en Quintana Roo. Sigue estudiando hasta que llega la pandemia y las encuestas lo señalan a él como el único que puede darle la vuelta a Morena en Puebla con cualquier candidato que mandara el partido de López Obrador. El panista, entonces, no era mal visto, porque su tiempo de alcalde ya se había olvidado. Si fue bueno, malo o mediocre, para el ciudadano común y corriente era lo de menos. Esta elección estaba destinada a que ganara Acción Nacional porque en la capital poblana y su zona conurbada había un desencanto de las clases medias que sentían que AMLO no les había cumplido y se había generado mucho desempleo y pobreza. No hubo apoyos a medianos y pequeños empresarios ni en materia fiscal ni de subsidios que fortaleciera su economía en una situación de crisis económica y sanitaria.

Eduardo Rivera va a una contienda electoral con el respaldo de la mayor parte de los medios tradicionales de comunicación. Hubo empresarios tanto de medios informativos como de las cámaras que le aportaron dinero, oficinas para operación política y apoyos. Rivera le gana por 20 puntos a Claudia Rivera Vivanco, primero porque nadie lo cuestionó, contó con el respaldo priista y porque ya había vivido un infierno con el morenovallismo, es decir, se había vacunado contra todo tipo de acusaciones, incluso algunas en temas personales que Eukid Castañón se encargó de difundir hace algunos años. La mayor parte de los periodistas que se burlaron de él y que lo atacaron ahora se sumaron a llevarlo al triunfo. Esa fue su narrativa y por eso es que la gente le dio su voto de confianza, de Rafael Moreno Valle se construyó una imagen de autoritario y vengativo. Ya había pasado por todos los retos más difíciles que tuvo que enfrentar en el pasado reciente. También llega con muchas facturas por pagar, pues el triunfo le generó muchos compromisos con el PRI, con el PRD, con medios de comunicación que dejaron su antagonismo y hasta con personajes muy importantes de Morena que le dieron la espalda a Claudia Rivera Vivanco. Rivera Pérez ahora busca la gubernatura de Puebla, aunque él no lo diga en público, pero su misión es llegar a Casa Aguayo. Si gobierna bien y si aprendió de los errores que pudo haber cometido en el 2011 al 2014, podría estar Foto: Jorge Patiño cerca de su sueño. No obstante, se enfrenta a un problema en la ciudad que se llama inseguridad y que Andrés Manuel López Obrador ha recortado muchos recursos a los estados, además de que la capital poblana ha reportado un amplio subejercicio en dos años y medio, lo que provoca que haya menos recursos, al menos en el primer año de su gobierno. Tiene la ventaja de que mantiene una relación de respeto con el mandatario estatal, quien no intervino en el proceso electoral, pero a los dos días de ganar la elección lo llamó a Casa Aguayo para firmar un pacto “por el bien de Puebla”. Faltan tres años y veremos qué tanto se le acomoda el tablero a su favor o verdaderamente llega a una Puebla que ha cambiado mucho de 2014 a la fecha. Algunos de los astros se le alinearon a Rivera Pérez, pero aún no llega a la final, cuando tendrá que enfrentarse a Morena.


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CRÓNICA31

EL ENGAÑO ES UNA BALA DE PLATA (O NO)

Resignificando la infidelidad Por Carlos Peregrina

Como todo, también el discurso alrededor de la infidelidad ha ido cambiando. De ser considerada la serpiente que ofrece su manzana y que condena al infierno a quien la muerde, ahora amor, propiedad y vulnerabilidad entran en relación para darnos una nueva concepción de ella. Una en donde la infidelidad es solo el síntoma de una falla mayor al interior de la pareja, pero donde solo tenemos dos opciones: irnos o seguir, y en ello, apostar al crecimiento. En esta entrevista a Juan Alberto Aguilar, psicoterapeuta Gestalt y nutriólogo, nos sumergimos por los motivos y las consecuencias de lo que significa una mancha en el vestido de Lewinsky.


32CRÓNICA

A los ídolos es mejor no tocarlos, pues algo de su dorada capa se queda inexorablemente entre los dedos. Gustave Flaubert, Madame Bovary

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i primera experiencia de la infidelidad ocurrió a los nueve o diez años. Adentrándome en la cajuela de un Cutlass Eurosport de color azul marino, encontré, junto a un extinguidor, bajo la llanta de refacción, en un rincón de la bolsa de herramientas, un par de condones Sico. Era la primera vez que veía aquel nombre de letras blancas sobre negro, subrayadas por una franja roja y otra dorada. Entre mis dedos, se sentían como ligas sumergidas en aceite y enclaustradas en un pequeño sobrecito metálico hecho para no llamar la atención. A mis nueve o diez años, no sabía qué hacer. Cerré la cajuela y se los entregué a mi madre. “A veces la infidelidad es una consecuencia”, sostiene Juan Alberto Aguilar, psicoterapeuta Gestalt y nutriólogo. “Históricamente, es coherente con el matrimonio. El matrimonio —entendido como el justo trato— tiene que ver con la propiedad privada y con cómo nos volvimos sedentarios. Había que heredar las tierras a los hijos, y en ese momento también surgió la infidelidad. De hecho, hasta hace relativamente poco, el matrimonio no tenía nada que ver con el amor. En ese sentido, la infidelidad es casi inherente a las relaciones. […] Pareciera que la fidelidad y el amor en la relación de pareja es algo humano, pero en realidad no. El amor siempre se encontró fuera del matrimonio: el matrimonio era un contrato de propiedad privada para que mis vacas se le quedaran a mis hijos, en tanto que el amor estaba afuera; los juglares, las prostitutas, las y los amantes, las doncellas raptadas, ahí estaba el amor, fuera del matrimonio. Las familias decidían con quién había que casarse, pero ahora podemos elegir. Incluso, la tecnología le añade un matiz diferente, porque estamos en la era donde creemos que tenemos el derecho de ser felices; entonces, como tenemos el derecho de ser felices, tenemos la obligación de buscar la felicidad, pero ¿será? Estamos a un match de conocer a cualquier persona del mundo”. Quizás hay que, como dice la chaviza: deconstruir el concepto, desmitificarlo. Emma Bovary comenzó fantaseando por las novelas románticas que leía. Pero una cosa es fantasear y otra los “condominios”. Ni modo que mi jefe asistiera a una divertida fiesta a inflar globitos, ¿verdad? Sin embargo, para una persona la infidelidad se concreta cuando se consuma una relación sexual o la intención de ella; para otras, mirar con lujuria a Lana Roadhes o a Johnny Sins es motivo de discusión. Mi padre seguía el ritual del alfa: se carcajeaba del diosmío de mi madre cuando decía que “había ido a una fiesta de payasos”, mientras la panzota se le agitaba como gelatina y se peinaba un despoblado bigote negro. Juan Alberto Aguilar se toma un momento para continuar. El especialista quiere dejar algo en claro antes de responder a mi pregunta sobre la definición de la infidelidad: “Cada pareja define lo que para ellos significa la fidelidad y la infidelidad; sin embargo, esta guarda tres condiciones que tienen que ver, en primer lugar, con el secretismo, porque incluso en una relación abierta puede haber infidelidad si una de las personas no lo menciona a la otra y


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ello no estaba en el acuerdo. En segundo lugar, tiene que ver con la intimidad emocional: definir si tiene que haber contacto íntimo o una amenaza de intimidad emocional; y en tercero, la alquimia sexual. Las relaciones a largo plazo generalmente producen mucha seguridad, pero al mismo tiempo esa seguridad puede provocar cierto aburrimiento, porque no hay amenaza de perder; en tanto que en la infidelidad hay una alquimia sexual impresionante que tiene que ver justo con permitirnos hacer cosas que en la cotidianidad no nos permitimos”. Tal vez mi madre era Dolly Parton y mi padre visitaba a una Jolene poblana de mechones rojizos, piel marmórea, pupilentes verdes y aliento a primavera. Jolene, Jolene, Jolene, Jolene. I’m begging of you please don’t take my man. Pero quizá algo ya estaba sucediendo en su relación desde antes: disparidades, deudas, reclamos. Tal vez el aburrimiento: Es tarde y en mi casa / Me espera la tristeza / El futbol, mi marido / Y un vaso de café. “Cuando veo una infidelidad, en el fondo veo una historia, una historia que habla de la infidelidad como un síntoma”, dice Juan Alberto. “No te podría decir si estoy en favor de la infidelidad, porque es como si te dijera que estoy en favor del cáncer, pero conozco personas que después de una experiencia con el cáncer resignifican su vida. De la misma manera, veo que muchas parejas, después de haber transitado por una experiencia de infidelidad, resignifican su relación, resignifican cómo es estar juntos y se

revaloran. Más bien te diría que la infidelidad es un testimonio de la pareja, y cuando se sabe leer y se entiende el significado que tuvo, la pareja crece muchísimo. También hay parejas donde la infidelidad es la bala de plata que mata una relación que ya estaba moribunda”.

La catedral y las capillitas

Me pregunto cuál es el papel que la religión y la moral juegan en nuestras concepciones sobre la infidelidad. Al final de cuentas, mi madre se quedó con mi padre y vivieron juntos y juntos se fueron. Nunca sabré cómo lo resolvieron. Pero sí recuerdo a mi abuela preparando paños fríos para desinflamar el ojo azul Cutlass Eurosport de mi madre, cerrar la puerta de su habitación y decirle: “Hija, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”. “La religión y la moral son las que más influyen en nuestras concepciones acerca de lo que está bien y lo que está mal”, dice Juan Alberto. “Además, Occidente ha buscado perpetuar el tema de la propiedad privada como un elemento de justicia, pero también es interesante cómo se percibe la infidelidad desde el punto de vista de un hombre o de una mujer. La infidelidad suele ser consentida cuando la comete un hombre, casi se le ha aprobado por naturaleza, mientras que a una mujer se le juzga, cuando en realidad no hay ninguna evidencia clara y concisa que diga que los hombres tienen una tendencia genética o más natural hacia la infidelidad, pero socialmente sí”.


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Se puede arreglar, siempre y cuando valga la pena resignificarlo, cuando hay una pareja que vale la pena, y cuando digo que valga la pena es una pareja donde ha habido respeto y crecimiento. Pero cuando hay una relación que ya se estaba muriendo, dañina, tóxica, donde había mucha humillación, mucho lastimarse, y hay una infidelidad, lo mejor es que cada quien maneje su duelo de forma individual, porque en realidad la infidelidad fue la forma de voltear a ver el cadáver de la relación.

Las últimas investigaciones de la American Psychological Association (APA) afirman que entre 36 % y 75 % de la población podría llegar a ser infiel, un intervalo muy amplio que no sirve de nada. Además, como se trata de una definición subjetiva y personal, sostiene Juan Alberto Aguilar, es tarea imposible aproximarse a conocer el universo de la infidelidad. Lo que sí sabemos es que entre más represión, el desfogue será mayor. Ahí está la tan mentada imagen de la olla exprés. Pero en nuestras sociedades el desfogue no explota, sino que se le da escape en el más conocido de los anonimatos, en la más iluminada oscuridad, en el secreto más visible. “Una de las estadísticas interesantes de Puebla es que es un estado, en particular la ciudad de Puebla y Cholula, que tiene una gran cantidad de iglesias, cantidad directamente proporcional al número de moteles. Esta estadística habla justo de nuestra forma de concebir la infidelidad y de esta estructura moral y social a través de la cual vemos la sexualidad”. Por esas concepciones se soportan malos tratos, malas palabras, groserías, golpes, pero la infidelidad es más compleja: “He conocido parejas que son muy valiosas, que han crecido mucho juntos, que tienen un contrato muy profundo en su relación, muy amado, y que en un borrachazo uno fue infiel. En nuestro entorno y contexto social eso es imperdonable, y tienes que dejarlo o dejarla cuanto antes”. Quizá lo más difícil viene después del acto de infidelidad, cuando empiezan a bullir las preguntas: ¿quién soy yo después de esto? ¿Podré confiar de nuevo en esa persona? ¿Podré confiar de nuevo en alguien en la vida?

Una terapia de kintsugi

En la pared de la sala de la casa hay una foto de la boda de mis padres. Están acompañados por mis abuelos maternos y posan en el atrio de la Parroquia de María Reina. En otra fotografía sobre la vitrina del comedor, aparecemos mis padres, mis dos hermanos y yo en el malecón de Veracruz. Al paso del tiempo, no sé lo que aquel hallazgo en la cajuela del coche significó para ellos y para su relación. El panzón dio paso al flaco, el burócrata al jubilado, y en los ojos de mi padre ya no veía yo al cínico guardián indestructible, sino al ser humano más vulnerable del mundo. Mi madre se había ensanchado un poco y el cabello largo, castaño y lacio de la juventud dio paso a un casco enchinado color rojizo. “Mi alegría son mis hijos”, decía a medio mundo con sus ojos apagados.


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“¿Hay alguna forma de prevención de la infidelidad?”, le pregunto al terapeuta intentando descifrar la receta perfecta, aunque por adelantado sepa que tal cosa no existe. “Los seres humanos nos estamos moviendo todo el tiempo, no somos los que fuimos ayer y no somos los que seremos mañana, todo el tiempo estamos renovándonos”, me dice Juan Alberto Aguilar. “Muchas veces es complejo llegar a acuerdos con uno mismo respecto de nuestros deseos y metas: por lo tanto, en una relación de pareja con dos personas que se están moviendo, por supuesto que tiene que hacerse una renegociación constante de los términos de la relación, sabiendo que esto que se negocia ahorita puede ser que en un año se tenga que dialogar, porque las necesidades cambian, porque no es lo mismo alguien a los 30 que a los 40”. La respuesta de Juan Alberto me dice que detrás de una historia de infidelidad, incluso desde el punto de vista del “perpetrador”, hay una historia de dolor, pero también de vulnerabilidad. Mis padres no fueron a terapia de pareja con un psicoterapeuta Gestalt, comprensivo y con un profundo entendimiento del alma humana, capaz de dar sentido a lo que muchos conciben como la forma más caricaturesca de la traición. Quizá mi padre, un burócrata nacido en tiempos de Ruiz Cortines, venido a más por las gracias del Milagro Mexicano y acostumbrado a creer que se había hecho a sí mismo; y mi madre, secretaria en el periódico La Prensa e hija de un mecánico automotriz que dedicó su vida a las mayordomías cholultecas, decidieron arreglarse y perdonarse y todo ese show, o hacer del sufrimiento una hoja de papel arrugado entre la mano y ocultarlo adentro muy adentro en el abismo del resentimiento, dentro del pecho, y que nunca nunca saliera. Estoy seguro de que, en la actualidad, el trabajo de terapia con las parejas que han pasado por una infidelidad es muy complejo, y no se reduce al simple “no pasa nada” de mis padres. Cuestiono a Juan Alberto sobre su labor en el consultorio: “Cuando estamos en consulta una parte es hacerle vivir y saber a la víctima que no fue tan víctima, que atrás de esta infidelidad hubo muchas cosas, que atrás de la infidelidad tal vez hubo un proceso de invisibilización, malos tratos, o tal vez la persona era bastante buena, pero la otra tenía una necesidad diferente. Esther Perel sostiene: ‘Cuando una persona termina una relación o cuando una persona es infiel, no tiene que ver con la persona con la que fue infiel. Generalmente tiene mucho más que ver consigo misma’. Vamos a suponer a una esposa, la ama de casa, la segura, la madre, la que sirve, pero de repente él conoce a otra persona y se convierte en alguien diferente, y al hacerlo descubre más cosas de sí mismo, se le abren posibilidades y se siente en crecimiento, pero no tiene nada que ver con la esposa. Es un tema completamente personal, y cuando la persona se entera de eso y entiende la complejidad, se libera un poco y le es más fácil perdonar”. “¿Se puede arreglar?”, le pregunto.

“Se puede arreglar, siempre y cuando valga la pena resignificarlo, cuando hay una pareja que vale la pena, y cuando digo que valga la pena es una pareja donde ha habido respeto y crecimiento. Pero cuando hay una relación que ya se estaba muriendo, dañina, tóxica, donde había mucha humillación, mucho lastimarse, y hay una infidelidad, lo mejor es que cada quien maneje su duelo de forma individual, porque en realidad la infidelidad fue la forma de voltear a ver el cadáver de la relación. […] Cuando la persona que fue lastimada o a la que le fueron infiel mira la complejidad del caso y es apoyada por la persona que realizó la infidelidad, entonces puede haber desarrollo. Por lo general, la persona a la que le fueron infiel comienza a indagar los detalles más específicos: ¿cuántas veces fue?, ¿con quién?, ¿le gustó?, ¿le gustaba más con ella o con él que conmigo o no?, etc., y muchas veces eso hace que la persona también se instale en su papel de víctima. […] En el entramado de la relación se puede ir sanando desde ahí. La persona que sufrió la transgresión deberá entender lo complejo que fue para la persona infiel, y al mismo tiempo decidir si puede o no seguir. Si no puede, entonces decirlo. Si sí puede, asumirlo y trabajarlo”. “Nosotros somos lo que nos contamos de nosotros, somos la historia que nos creamos de nosotros, y muchas veces el dolor y el sufrimiento se dan cuando no tenemos la historia completa, ya sea porque yo no la puedo completar o porque el otro no me da la información para completarla. Así, parte de lo que pasa en la sesión de terapia con una pareja que ha vivido una experiencia de infidelidad es poder completar la historia para que los miembros de la pareja decidan si se quedan o si se van, pero una vez que ya están todos los matices puestos, cuando ya toda la información está dada. Es en ese momento cuando se habla de la cocreación de la pareja, de lo que las dos personas crean juntos en la relación. [...] Hay una frase que me encanta de Carl Rogers, que creo puede aplicar en el trabajo de pareja sobre la infidelidad y en otras situaciones: ‘La curiosa paradoja es que cuando me acepto tal cual soy, entonces, puedo cambiar’, y creo que eso pasa también en la dinámica y en el trabajo de la pareja, que justo cuando la pareja se puede mirar en conjunto, como la unidad que son, entonces puede cambiar, puede desarrollarse o puede terminarse, pero puede cambiar”, concluye Juan Alberto. A la distancia, hasta el cerro más grande se ve pequeño. Mis padres ya no están y cada quien se llevará consigo una porción de secreto. Una porción con la que ahora escribo esto, ayudado por las palabras de Juan Alberto. *** En Japón se practica el arte de reparar los objetos de cerámica rotos utilizando un esmalte espolvoreado con oro. Le llaman kintsugi. Una vez terminado, el objeto muestra sus cicatrices con orgullo, pues ellas, doradas y brillantes, lo vuelven aún más bello.


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¿Por qué creemos en las teorías de la conspiración? Por Zeus Munive / @eljovenzeus

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e las teorías de la conspiración no hay quien se escape. Son como la pubertad, la varicela o enamorarse, no hay forma de que nadie —alguna vez en su vida— haya creído en un gobierno alterno, oculto, en una religión, en una filosofía, en un pensamiento mágico, en un razonamiento sin sustento. Hay de conspiraciones a conspiraciones: algunas no generan problema, otras sí, porque se pueden transformar en fanatismo y afectar a terceros, como los antivacunas, quienes han logrado que muchas de las enfermedades que habían sido eliminadas de nuestras vidas, volvieran. No pasa nada si uno piensa que Elvis Presley está vivo y es agente de la CIA, pero sí afecta pensar que los médicos matan deliberadamente a las personas que llegan con coronavirus al hospital. No pasa nada si alguien cree en el Dios cristiano, pero sí cuando una turba de pobladores lincha a unos universitarios, como ocurrió en Canoa en 1968. Es por esa razón, y en medio de la pandemia por la COVID-19, que buscamos a un grupo de especialistas en psicología para que nos explicaran por qué los humanos creemos y caemos en las teorías de conspiración, que datan desde que el ser humano apareció en el planeta. Sin más preámbulos, les dejamos esta entrevista que les puede ayudar a abrir los ojos, porque detrás de las teorías pudiera haber alguien que maquiavélicamente nos está manipulando.

Las razones

Es sábado por la tarde, estamos en el set en el que quincenalmente se graba el podcast Psicoterapia para Llevar, que se transmite en YouTube, Spotify, iTunes y otras plataformas de streaming. Acomodados tres sillones con sus respectivos micrófonos, una computadora y un equipo de audio son el escenario para la entrevista con Revista 360º Instrucciones para vivir en Puebla. Psicoterapia para Llevar es un programa en el que participan tres terapeutas: Betzabé Vancini Romero, Martha Gutiérrez Medina y Juan Alberto González Aguilar. Estamos a punto de arrancar la entrevista en Plenia, un conjunto de consultorios dedicado a la salud mental, ubicado en el fraccionamiento Estrellas del Sur. Recientemente, en dicho podcast presentaron el programa “La personalidad conspiradora”, en el que invitaron al productor del programa, Juan Pablo Moreno Castillo, para hablar sobre las teorías de conspiración y la razón de por qué el ser humano es tan vulnerable al creer en historias que carecen de todo fundamento científico. El problema de las teorías de la conspiración, explica la psicoterapeuta humanista con especialidad en mindfulness, Martha Gutiérrez Medina, no es que alguien crea en Pie Grande o en extraterrestres, lo grave es que hay temas que pueden dañar a terceros física o psicológicamente, o que pueden atentar contra la integridad de una o más personas.


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“Es como los que aún no creen en la COVID-19”, interrumpe Betzabé Vancini Romero, también psicoterapeuta humanista existencial con enfoque clínico, “o como los que te manejan el cuarto y quinto paso, todos estos grupos de supuesta superación personal, o los que hablan de la ley de la atracción”. Juan Alberto Aguilar, psicoterapeuta Gestalt, opina que hay que ver a los que creen en las teorías de la conspiración desde un lugar responsable, en el que se entienda por qué las personas se aferran a creer historias sin sustento y comprender que muchos lo hacen para buscar un sentido de pertenencia, para tener certeza o un aparente sostén ante la incertidumbre, una sensación de control, y lo que buscan los terapeutas es entender la coherencia y la lógica de una persona que cree en una teoría de la conspiración. Betzabé Vancini explica que una de las razones por las que cualquiera puede caer en una historia conspirativa es por el miedo; por ejemplo, los antivacunas han diseminado la idea de que inyectar a los niños les puede generar problemas de salud; incluso hay grupos que se dedican a esparcir campañas de miedo. “El miedo es irracional, es una emoción que, por excelencia, no nos deja pensar de manera lógica, porque solo reaccionamos. La racionalidad, entonces, pasa a segundo plano. Y el miedo te lleva al odio”. Así, el miedo es la base de este tipo de teorías.

El capitalismo, añade Betzabé Vancini, te conduce a ciertas actitudes de consumo y a ciertas ganancias. Todo lleva a agruparse y a rechazar lo diferente, como un cristiano que rechaza a los homosexuales. “Y todo eso me va a llevar a agruparme con una serie de personas que tienen una serie de hábitos de consumo”. Fisiológica y antropológicamente, los humanos tenemos la necesidad de pertenecer a un grupo o tribu. Necesitamos pertenecer a algo, a lo que sea, porque lo contrario es el rechazo y el abandono; eso hace que los humanos busquemos creencias o proyectos que se basen en historias o conocimientos que a veces están fuera de toda lógica, en datos irracionales o inverosímiles. A decir de Martha Gutiérrez, en México las escuelas y universidades no hacen énfasis en el pensamiento crítico, de manera que las falacias son más fáciles de creer, porque frente a tanta desinformación y la incapacidad para buscar fuentes confiables de conocimiento, provocan la caída en el tren del pensamiento ilógico. Revista 360º (R360): Tenemos un presidente que ante la COVID-19 sacó unas estampitas y dijo que con eso y un detente se erradicaba la enfermedad. Betzabé Vancini (BV): Sí, precisamente es esta falacia de autoridad; como lo dice una persona que tiene un puesto alto debe ser verdad, y no es cierto, y es ese el tipo


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de cosas que decía Martha [Gutiérrez] que sí dañan, porque en lugar de decirte “usa cubrebocas, lávate las manos, mantén distancia social, ponte gel, no salgan los días que no tienes que salir” [...], al final sí acaba pasándole la factura a las personas, o sea, no es algo inocente, es algo que acaba causando daño”. R360: Digamos que la parte conspirativa es más bien de quien da los datos falsos con metas de control sobre los demás. BV: Tenemos un gobierno profundamente conspirativo, y me voy a aventar de lleno. Tenemos un gobierno que cree profundamente en teorías de la conspiración, o sea, todo lo que se opina y que no vaya con la línea de Andrés Manuel López Obrador es conspiración, para él todo sus opuestos son los conservadores, o sea, yo quiero que me expliquen cómo es que las feministas proaborto somos conservadoras, o cómo acusa de conservadoras a quienes pintaron un cuadro de Francisco I. Madero, pero es justo esta creencia de conspiración de este hombrecito [AMLO] que cree que sus enemigos están en todas partes; alguna vez la gente me tiró un montón de tierra diciendo que estaba loca por decir que el presidente era megalómano que creía en teorías de la conspiración. ”A López Obrador, además, se le generó un caldo de cultivo perfecto, porque estamos justamente, como decía Martha, en una sociedad que no está orientada a un pensamiento crítico, y en un momento donde todos estamos aterrorizados, polarizados. Hay muchísima incertidumbre; entonces, claro, llegan estas teorías a brindar cierta sensación de control, de saber más que el de junto, competencia incluso de ‘mi teoría es mejor que la tuya’”. R360: Cualquiera puede ser caldo de cultivo y podemos caer en falacias. Juan Alberto Aguilar (JAA): Las personas no caen maliciosamente. Hay necesidad de la persona de certeza y su miedo es genuino y es válido, eso es una realidad, o sea, todos necesitamos algo que nos dé certeza, algo que nos haga sentir pertenecientes y algo que nos ayude a paliar el miedo a morir y eso es válido. Lo que ya no es válido es lo turbio, es cuando estas teorías o esta búsqueda de certeza y esta búsqueda de paliar el miedo acaban dañando a otros, dañándose a sí mismo, y fomentan el odio. “Por eso”, añade el terapeuta, “es importantísimo asumir la responsabilidad de filtrar la información que consumimos y ser responsables también de lo que difundimos”. R360: ¿La religión (cualquiera) entra dentro de las teorías conspirativas?


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Psicoterapia para Llevar

JAA: Sí, es la forma de paliar el miedo, y una necesidad inherente al ser humano es explicar su existencia y su origen. Entonces, podríamos decir que en el contexto de tratar de darle una razón a nuestra vida se puede fácilmente caer en una idea falsa o en información sin evidencia. Podemos decir que, incluso, las teorías de conspiración son inherentes o estas creencias pueden ser inherentes al mismo ser humano. Por eso, pienso que hay que ir más allá y ver cómo y por qué funcionan las teorías o ideas religiosas, cómo funcionan o ayudan a sostener a la gente, también. R360: ¿Han tenido pacientes que han sido o son víctimas de este tipo de engaños? BV: Sí, yo creo que todos, pero en mi caso lo que más me ha tocado trabajar es con personas que creen en la ley de la atracción, porque además es horrible que hay otros profesionales de la psicoterapia que abonan a esto y he tenido casos de violaciones, por ejemplo, en los que algún psicoterapeuta les dice: “pues ese era tu peor miedo y por eso te pasó, tú lo atrajiste, o, claro que tu matrimonio iba a fracasar, porque todo el tiempo estabas pensando que iba a fracasar”. Entonces, este tipo de cosas, que son conspirativas, que no tienen ninguna base científica, sí permean mucho en la sociedad, y sí he tenido personas que vienen a terapia pidiéndome que les reprograme los pensamientos para que no piensen en cosas negativas y no les pasa ni lo primero, eso es pensamiento mágico y no va por ahí. Martha Gutiérrez (MG): Hemos tenido pacientes que cuando los mandamos al psiquiatra salen con el rollo de que no quieren ir porque piensan que los vamos a controlar y les daremos medicamento con el que les va a ir peor. Hay personas que quieren algo rápido, entonces buscan en la homeopatía o en los ángeles [grupo que se dedica a contactar ángeles para que les corrijan su rumbo], en la lectura del tarot o en esta onda precisamente de la ley de atracción, y pueden incluso tener brotes psicóticos porque se acusan ellos mismos de que tienen pensamientos negativos sobre su cuerpo. Eso provoca que se lastimen o incluso a personas de su propia familia.

La radio y la televisión ya no serán como antes, por más que nos saturen en los canales tradicionales, las compañías de paga nos vendan sus programaciones, la radio no cambie de contenidos y solo sirva para acompañar al que está en un taller, al taxista o chofer de alguna aplicación como Uber o Cabify, pues ahora los sistemas de streaming rompieron la forma de entretener e informar. En la década pasada y a mediados del 2000, un personaje que había salido de la radio, llamado Olallo Rubio, impactó con un podcast en español. Era semanal y con personajes que se volvieron entrañables. Lo mejor es que en ese formato no había censura de contenido ni de vocabulario. Además, se podía escuchar a cualquier hora del día y repetirlo las veces que se quisiera. Posteriormente se volvió un paquete completo llamado Convoy, que en esta ciudad no ha tenido tanto éxito, aunque sí en la Ciudad de México y en lugares como Monterrey o Guadalajara, e incluso fuera del país. En la Angelópolis la situación va cambiando y cada vez hay más opciones fuera de la radio tradicional. Este es el caso que nos interesa: desde un pequeño búnker ubicado en Estrellas del Sur, llamado Plenia, la vida cambió y los sábados de cada 15 días se graba el programa Psicoterapia para Llevar, que se puede escuchar en Spotify, iTunes y Youtube. ¿De qué trata? Para empezar son tres terapeutas: Betzabé Vancini Romero, psicoterapeuta humanista existencial con enfoque clínico; Martha Gutiérrez Medina, psicoterapeuta con especialidad en mindfulness, y Juan Alberto González Aguilar, psicoterapeuta humanista Gestalt, apoyados en la parte técnica por Juan Pablo Moreno Castillo (JP) y por el artista Camus Altamirano, quien desarrolla toda el área de ilustración y presentación del contenido. Los tres juntos hablan de ellos mismos, de temas que nos pegan a cualquiera, como el estrés, la angustia, la infidelidad, las relaciones tóxicas, miedos, complejos y todo de una manera desparpajada, agradable. No es esa visión del


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Lo que ya no es válido es lo turbio, es cuando estas teorías o esta búsqueda de certeza y esta búsqueda de paliar el miedo acaban dañando a otros, dañándose a sí mismo, y fomentan el odio.

R360: Muchas de estas asociaciones son como religiones o sectas, aunque se presuman como organizaciones. Y entiendo que pueden crecer por la vulnerabilidad del humano. MG: Exacto, si no, no habría religiones, no habría sectas, no habría partidos políticos, no habría equipos de futbol o simplemente el psicópata que te dice así: “mira, es que traigo este frasquito, que si te tomas bla bla bla…” y simplemente es un psicópata manipulador que quiere ganar dinero. Que es un poco de lo que decíamos en el episodio en esta parte que nos preguntamos, qué gana la otra persona si nos convence, y entonces, si me está vendiendo algo, pues está fácil: gana dinero. R360: ¿Por qué hay gente que asegura que sí le ha cambiado su vida: ya sea El Secreto, el cristianismo, los ángeles, las constelaciones? MG: Pues porque el miedo es cabrón y el efecto placebo existe, y porque cambió su vida, y puede que sí cambió su vida, pero no por las circunstancias, sino por el significado que le dio, no por la terapia de ángeles, sino por el significado que le dio, y eso no quiere decir que sea sostenible, pero sucedió, puede que no sea psicoterapéutico, pero sí hay muchas cosas que sí son terapéuticas, que no son psicoterapia, pero que sí le resultan terapéuticas a algunas personas. JAA: Exacto, es más bien este efecto placebo del que habla Martha y que, además, puede no ser sostenible o no es sostenible cuando hay otras cosas de fondo qué tratar, como decíamos, “bueno, a ver, a ver, si soy bipolar me ayuda meditar y ponerme inciensos y si me ayuda, ¿me va a curar la bipolaridad?, pues no”. R360: Le puede ayudar a tranquilizarlo.


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JAA: Sí, puede ser una herramienta, pero no la cura. R360: Hay psicólogos que manejan terapia de ángeles o de lectura del tarot o de pensamientos mágicos como decretar. BV: Hay mucho dinero ahí. Conocemos gente que ni la licenciatura, ni el posgrado, ni tienen nada y cobran muchísimo por su pseudoterapia de moda como el tarot, barras, constelaciones, etc. Por ejemplo, la gente que hace constelaciones, eso está cero avalado, y de hecho los psicólogos y psicoterapeutas que hagan eso pierden su cédula profesional si lo practican, porque es una pseudociencia y no está registrado ni avalado. Es tan delicado que puede detonar hasta ataques de pánico. Una constelación tiene un promedio y solo para entrar a participar unos dos mil pesos, si le sumas y le echas cuentas hasta que son más o menos 15 o 20 personas, más los que van a constelar que pagan más. ¿Por qué hay gente dedicándose a eso?, pues porque hay dinero y porque hay poca ética, o sea, porque hay mucho pendejo, bien diría Martha Gutiérrez, y hay mucho dinero ahí. R360: ¿Detrás de las teorías conspirativas siempre hay alguien que se aprovecha de los demás con engaños o manipulaciones? BV: Un psicópata listillo que dice: aquí está la lana. R360: ¿Y ellos no tienen cura? MG: No. R360: ¿Por qué? MG: Porque no quieren, básicamente. Hablando de estadísticas, el pronóstico para la recuperación de un sociópata o psicópata es prácticamente nulo, porque precisamente no existe esta capacidad de empatizar, esta capacidad de ponerse en los zapatos del otro y pensar que el otro puede tal vez sufrir o puede experimentar dolor, no existe, y menos si el contexto se lo refuerza, porque entonces estos hombres se vuelven ultraimportantes, superfamosos, supermillonarios y, entonces, ¿por qué cambiarían, sabes? Además, no hay un contexto que les refuerce una necesidad de cambio. Cumplen con un patrón de una triada que justo lo hace muy difícil de trabajar, que es el narcisismo, la sociopatía y el maquiavelismo. Entonces, si juntas esos tres, que son la triada del psicópata, pues es muy difícil y prácticamente imposible. R360: Entonces un partido político también está lleno de ellos. BV: Por supuesto, la mayoría de los políticos y abogados son sociópatas y cumplen con esa triada. Carecen de remordimiento, no hay capacidad de empatía, no hay compasión, no hay culpa. El periodismo no se queda muy atrás, ahí tienes gente reprobable, psicópata y sociópata. Hay algunos que si fueran guapos y carismáticos podrían ser líderes de una secta. R360: ¿Una persona que cae en una secta o religión, o incluso en un partido político, puede tener cura? JAA: Sí se puede, solo que lo difícil es salirse de ahí, porque siente que decepcionará al líder y que puede romper además con todo su círculo y sus redes de apoyo. Y ahí tener una pérdida. El miedo a la pérdida es muy cabrón, el miedo a la muerte. Se mueve el rechazo, el rechazo es de las emociones y de las heridas más profundas, porque justo yo, fisiológicamente, no puedo saber si este rechazo conlleva el hecho de que me están dejando allá con los lobos a que me coman o que estoy en una secta que me está diciendo: “no vas a entrar si no cumples con esto”. Uno de los temas que se toca en la entrevista es el pensamiento mágico, esa visión de que lo que crees lo creas, de que el universo conspira a tu favor, que si piensas algo

psicólogo o psiquiatra que viene a componer el mundo y lo dice como si solo él conociera la verdad absoluta, más bien aquí se trata de comprender, de ayudar, de consolar. El estilo, si se me permite la palabra, es muy desmadroso, entretenido, agradable. Arrancaron en pleno 2020, cuando ya estaban la pandemia y el confinamiento. Y cada programa da luz o sentido a cosas que a veces no le encontrábamos sentido. La historia de cómo empezaron es como siempre se hacen las cosas: amistad, coincidencia, genialidad. A decir de Martha Gutiérrez, todo comenzó una noche que los tres se habían quedado en las oficinas de Plenia —en donde se encuentran sus consultorios— y ya era muy tarde. “Coincidió que salimos al mismo tiempo y en lugar de irnos a descansar a nuestras casitas nos quedamos platicando acá en la sala alrededor de una hora. Durante esa hora hablamos sobre experiencias que habíamos tenido con nuestra propia salud mental, dificultades, de alimentación en particular, y de repente fue como ‘oigan, deberíamos haber grabado esta plática, deberíamos hacer un podcast’”. Por experiencias personales, algunos tenemos la idea de que el psicólogo o psiquiatra es aquel que señala con el dedo acusador sobre cómo es que nos comportamos, pero la verdad es que aquí no es así, pues los tres juntos generan un espacio de confianza, y basado en ese ambiente se dieron cuenta de que si grababan una charla en la que hablaran sobre diferentes tipos de trastornos de las personas, que ayudara a que el escucha se diera cuenta de que no es el único que lo ha sufrido y que hay salida, sería de mucho beneficio. En la planeación se dieron cuenta de que la gente que conoce a personas con algunos problemas o trastornos les dice fácilmente: “no te preocupes, ya pasará”, o frases que no generan empatía, como cuando alguien tiene depresión y se le dice que es porque es huevón o anda desempleado. “Entonces dijimos ‘imagínate cuánta gente, que si nosotros nos dedicamos a esto tenemos estas experiencias de vida donde la gente ha invalidado nuestras emociones y nuestras necesidades, cuánta gente habrá allá afuera que también se


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El miedo es la base para las teorías de la conspiración, perteneces a un grupo o no, el miedo de que le pase algo a la familia, de ahí viene el rechazo a otros seres humanos o agrupaciones. negativo te sucederá solo porque lo estás atrayendo. Ese es uno de los pensamientos que más ha prosperado en la época de las redes sociales. Lo mismo la física cuántica, que no necesariamente tiene que ver con el estudio de la física y la ciencia, sino más bien con una idea errónea de que todo se genera desde el cerebro y esto va a afectar todo un entorno solo por el pensamiento. Eso se llama mágico, porque no está basado en nada más que una idea, y hasta el momento no se ha podido demostrar científicamente. Para Juan Aguilar se puede ayudar a la gente que ha entrado en fanatismos o sectas desde un enfoque de la psicoterapia humanista existencial. Desde el punto de vista de validar el miedo, de reconocer la necesidad de pertenencia y la búsqueda de satisfacerse, pero hay formas más sanas, y que la persona entienda qué factores le hicieron vulnerable a caer ahí, porque por algo llegó ahí, algo buscaba, algo necesitaba, y simplemente lo encontró en un lugar que no era y que acabó más bien haciéndole daño. Entonces, se trata de entender ese origen y buscando siempre las maneras más compasivas y de autocuidado para poder salir de ahí o replantearse lo que eso significa. R360: En México existe la derecha o El Yunque. He sabido que es muy fuerte que alguien se salga, porque cargan con mucha responsabilidad, y luego terminan rompiendo con ellos y se sienten culpables, aunque no haya contrato, solo una iniciación y un juramento. MG: Imagínate, el contrato moral es mucho más pesado, por eso la terapia es una buena opción, o sea, ya sea durante el proceso de separación de algo así o posterior, la terapia es una muy buena opción.


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R360: ¿Por qué el contrato moral es más pesado? MG: Porque genera culpa, porque es esta parte de complacer, de pertenecer o la culpa de no hacerlo, de deber algo, y la culpa es una de las emociones más fuertes y destructivas que hay. Y sí es un proceso complicado, porque yo siento que, al salirse de algo así es equiparable a salir de una relación abusiva, porque son movimientos que te aíslan, que te han dejado sin tus redes de apoyo, que te van drenando recursos económicos, recursos emocionales, y que es lo que pasa en una relación abusiva y lo que viene después de eso, o sea, como ya te das cuenta de lo que está ocurriendo es muy fuerte emocionalmente, porque hay que reconstruir todo. JAA: Yo añadiría que es la inadecuación, o sea, cuando sales de ahí, justo la sensación de inadecuación que tiene que ver mucho con la vergüenza, es el hecho de sentir que no vienes al caso, que esto que hiciste está mal y que eso posteriormente se transforma o de cómo caíste ahí o al revés, “cómo hice yo esas cosas, cómo dejé que me engañaran así”, da mucha culpa, da mucha vergüenza. MG: Sí, “por qué perdí tanto tiempo ahí, perdí mi dinero”. BV: Exacto, o la sensación de que por haber estado ahí perdí a mis amigos, me alejé de mi familia o a lo mejor al salirme yo estoy perdiendo, “mejor me regreso, porque al salirme estoy perdiendo la panacea o estoy perdiendo el paraíso terrenal que tal vez sí existe y yo incrédulo”; es la idea de que si me muero me voy al cielo, al infierno, a otra vida, o voy a perder mi salvación.

sintió invalidada’”, refiere Martha Gutiérrez, cuando recuerda su origen. Juan Aguilar agrega: “También algo que nos jaló mucho y nos ayudó mucho fue cuando platicábamos, pues más que como tres psicólogos lo hicimos como tres amigos que resulta que son profesionales en la salud mental, pero estábamos hablando desde nuestra propia historia y creo que justo ese fue el punto que hizo pensar en la posibilidad de hacer un podcast y compartirlo desde ahí: desde la humanidad, mucho más allá de la profesión. ”Además, me acuerdo que cuando terminamos el primer programa Betza dijo esta frase de: ‘es que me siento muy apapachada y muy sostenida’, entonces no nada más pensamos en el aporte a nivel teórico que podíamos dar, sino en este apapacho y acompañamiento”. Como referimos líneas arriba, el formato es muy ligero, desparpajado, divertido, y se hizo así porque ese formato es el que querían para que las personas los escucharan, se sintieran cómodos, sentados en la misma sala en la que graban, riéndose, identificándose, y sobre todo, “que no se sientan juzgados ni analizados y no querían estar desde ese trono de ‘yo soy perfecto o solo me dedico a trabajar contigo, pequeño ser defectuoso’. Queríamos ser tres personas reales y muy auténticas”, cuenta Betzabé Vancini. —¿Les han reclamado por hablar tan libremente? —les pregunto. —De hecho por ahí hace tiempo nos hicieron una crítica de nuestro lenguaje y los tres dijimos ‘pues vale madre, así hablamos, así son los términos que ocupamos y ni modo’, queríamos esta frescura —dice Vancini en entrevista con Revista 360º. El podcast ha ido creciendo con grandes estadísticas en Spotify, pues no solo los escuchan en Puebla. Ya llega a países de habla hispana y de otras lenguas, como España, Costa Rica, Guatemala, Canadá, Estados Unidos e Israel. La retroalimentación ha sido igual con ellos, les han enviado mensajes a sus cuentas personales de redes sociales, pues muchos de sus escuchas se han sentido identificados, en el sentido de que ya no es necesario cargar culpas de temas que todos hemos padecido. El podcast se llama Psicoterapia para Llevar, en el cual se van a divertir, a informar y, sin lugar a dudas, aprenderán a ver la vida desde otro punto de vista. Y ahí en Spotify o iTunes ya pueden escuchar su segunda y tercera temporada.


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Anna Carreiro: entre “godínez” y ser mamá Por Gilberto Brenis / @GilbertoBrenis Fotos: Cortesía Anna Carreiro

En una familia, el que de momento uno de sus integrantes diga que le gustaría dedicarse a la actuación puede resultar común. Pero que en una familia sean tres las integrantes que se decidan por la misma profesión no lo es tanto. Así es la casa de Anna Carreiro, ella y sus dos hermanas tuvieron, desde muy pequeñas, el gusto por el mundo del entretenimiento. Ella nos habla de manera muy abierta sobre cómo ha sido su carrera y también sobre tener a una hermana gemela en uno de los reality shows más vistos de nuestro país.


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Gilberto Brenis: ¿Qué fue primero contigo: el mundo de la actuación o el mundo fitness? Anna Carreiro: Empezó primero la actuación, llevo ya seis años como actriz. Des-

pués tuve a mi hijo, Mateo. Eso fue hace un año cinco meses y me puse las pilas con el ejercicio y las pesas. Más que hacer ejercicio se me creó un hábito y me encanta sentirme bien y alimentarme bien.

A mí me han dicho que un hábito se genera con 21 días de hacer una determinada cosa, pero realmente conmigo el ejercicio nomás no ha pegado…

Es un truco como para iniciar el camino hacia un hábito, yo realmente creo que después de seis meses de hacer algo de manera cotidiana lo puedes añadir a tu vida como hábito, antes no. Lo más importante es cuando ves un resultado en tu estado de ánimo y en tu cuerpo. Yo realmente me agarré al ejercicio cuando vi en el espejo que me estaba funcionando.

A veces ser mamá precisamente te quita la posibilidad de ser tu prioridad, porque tienes que ver antes por tu hijo y eso a veces facilita los pretextos…

Es muy cierto, creo que una meta que me propuse fue que respetando mi carrera de actriz debo de estar en condiciones óptimas si es que mi personaje tiene que hacer escenas en bikini en la playa o una escena de cama o cualquier escena que involucre mi cuerpo. Yo debo sentirme bien cuando empezamos la escena, no por los directores o actores, sino por mí. Eso me permite darle a mi personaje un instrumento en condiciones excelentes para poder desarrollar cualquier necesidad que se tenga.

¿Cómo empezó el gusto por la actuación?

Viví 14 años en Vallarta, a los 13 años nos fuimos para allá. Tengo una hermana gemela (Aranza) y mi hermana mayor (Andrea), quien también es actriz, y antes de irnos para allá las tres ya hacíamos comerciales y pasarelas. Mi mamá nos llevaba y nos encantaba. Preferíamos ir a los castings que a las fiestas infantiles. En Vallarta llevamos una vida increíble, muy tranquila, pero las tres teníamos el gusanito del mundo artístico, así que nos regresamos a la Ciudad de México. Andrea y yo entramos al CEFAC y Aranza entró al CEA. Así empezamos las tres en este mundo.

¿Qué es lo que más te gusta de la actuación?

Siempre he dicho que la actuación te adopta o te aborta. Es de mucha paciencia y creer en ti. A veces los actores nos juzgamos mucho entre nosotros. Hay que tener fe, hacer muchas cosas para que eventualmente llegue el proyecto que estás esperando.

¿Y qué dijeron en tu casa? Normalmente como que puede ser que una de las hijas quiera ser actriz, pero aquí las tres salieron con lo mismo.

Ya sé, la verdad es que mi mamá siempre estuvo muy contenta con eso y nos llevaba y traía de niñas. Ellos nos apoyaron mucho porque nos veían plenas profesionalmente. Aunque debo decirte que últimamente he pensado en tener algo extra como plan B, porque tampoco hay que tener todos los huevos en una sola canasta. Pero amo estar en el set, cambiarme de ropa una y otra vez, prestarle mi cuerpo a un personaje, cambiar de imagen. Nací para hacer esto.

¿Recuerdas cuándo recibiste tu primer cheque por actuar?

Estando en el CEFAC. Había un unitario que se llamaba Lo que callamos las mujeres, hice algunos episodios y nos los pagaban.

¿Las malcriadas fue la primera telenovela que hiciste?

Como tal sí, digamos que telenovela larga. Antes hice algunas series como Falsos falsificados y Curiosidades históricas y un personaje de 20-30 capítulos en Nada personal, pero en Las malcriadas sí estuve toda la novela.


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Fue una telenovela muy fuerte…

Sí y la verdad es que Sabrina, mi personaje, fue muy padre. Me la pasé muy bien. Me dio mucha experiencia. La disfruté como no tienes una idea. Es un trabajo muy constante y debes tener muy claro tu personaje, de dónde vienes y a dónde vas. Es todo un show, pero lo disfruto mucho.

Además fue casi toda en locación…

Sí y eso le agrega un reto más, pues dependes de iluminación, de ruidos incidentales y de muchas otras cosas que hacen que las grabaciones se alarguen por horas.

Bueno y en cine es otro sistema de trabajo, eso lo experimentaste con La rebelión de los godínez. Esa es otra cosa, en cine haces cinco escenas diarias, pero las repites cien veces. La verdad esa película fue mi primer casting para cine y quedé seleccionada, fue un orgullo. Llevaba creo que seis meses de haber salido del CEFAC y me quedé con el papel. Trabajar con Gustavo Egelhaaf, Bárbara de Regil, Mauricio Argüelles y César Rodríguez fue padrísimo.

¿Cómo llegó a ti el personaje de Maribel?

Mi mánager, Jaime Jaramillo, me dijo del casting. Fui muy nerviosa a hacerlo y la verdad es que yo tenía la intuición de que algo había en el personaje. Hice el primer filtro y desde ahí sentí que iba a ser mío. Cuando tuve mi segundo llamado me tocó hacer el casting con Gustavo y creo que hicimos clic, yo sentía que ya era mío el personaje. Fue muy chistoso. Hasta que ya después me lo dijeron de manera oficial.

¿Habrá secuela?

En algún momento Carlos Morett, el director, me dijo que podría ser, pero no hay nada seguro. Vamos a dejarlo abierto.

Tu hermana gemela, Aranza, estuvo en Survivor México. ¿Te han confundido con ella? Ha sido interesante, porque aun con cubrebocas me confunden con ella. Ya es costumbre porque siempre nos confunden. Pero mientras estuvo en Survivor la gente que me veía en la calle pensaba que se estaban enterando antes que nadie que ya habían sacado a mi hermana.

¿Te hubieras aventado a hacer Survivor?

De hecho la oportunidad me llegó a mí, pero dije que no por Mateo y mi papel de mamá. Te debo decir que ahora me arrepiento un poco, porque creo que sí hubiera podido ir y que Alexis, mi esposo, se hiciera cargo. Pero bueno, ya habrá quizá otra posibilidad.

Bueno, pero no debes de sentirte mal, la verdad es que es natural que si está tu hijo recién nacido pues decidas dejarlo para irte a hacer un programa de televisión…

Sí, tienes razón. La verdad es que si lo hubiera hecho al estar allá lejos de mi Mateo me hubiera sentido fatal, no lo hubiera disfrutado. Pero ya dije que yo no me voy de este mundo sin hacer un programa de esos, ya sea Survivor o Exatlón. En breve tendremos la posibilidad de ver a Anna en una nueva serie de Azteca titulada 24 horas para vivir, además de que junto con sus hermanas planea el lanzamiento de una línea de productos de belleza. De manera personal también le llama mucho la atención adentrarse en el mundo de la nutrición para ayudar a madres en proceso, para cuidarse antes, durante y después del embarazo. Independientemente de los proyectos profesionales, uno de los más importantes seguirá siendo ser mamá de Mateo, quien le roba el suspiro cada vez que aprende algo nuevo.


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PREGUNTAS TONTAS ¿Qué es lo que nunca falta en tu refrigerador? Huevos. ¿Tienes alguna superstición? Cuando veo un gato negro como que me causa conflicto. Si pudieras regresar el tiempo, ¿qué consejo le darías a tu yo de 15 años? Le diría que no se tome todo tan a pecho. ¿Qué es lo que no te gusta de ir al súper? Es que no soporto ir al súper, a Alexis le encanta ir. Le digo que él debería de ser la señora de la casa, él va pasillo por pasillo. Además, siempre se me olvida algo, soy un caos. ¿Con quién te gustaría tomarte un café? Con Angelina Jolie, se me hace muy interesante su vida. Me gustaría saber su historia. ¿De qué decisión profesional te arrepientes? De no haber estudiado actuación cuando lo quise, me tardé tres años en tomar la decisión. ¿Cuál es tu disco favorito? Yo creo que alguno de Reik o de Ha-Ash, son parte de mi vida. ¿Qué platillo no comerías? Hígado. ¿Cuál es tu película favorita? Tengo una película muy marcada de mi infancia, que es Buscando a Nemo, me encanta todo de esa película.


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El feminismo de Only Fans

L Por Cecy Rendón @rendon_cecy

a industria de la pornografía siempre ha sido tema de controversia. Por un lado, la explotación de la sexualidad (en su mayoría femenina); por otro, la enorme cantidad de consumidores y lo único que la mantiene produciendo infinidad de contenidos: los multimillones que genera. El debate sobre todo lo malo de la pornografía es un poco lo mismo de siempre… que si la industria explota a sus “talentos”, que si solo ganan dinero las grandes empresas productoras, si el contenido daña el tejido de la sociedad, si se generan falsas expectativas respecto de la vida real, la explotación ilegal de niños y niñas, los riesgos a la salud de los involucrados… pero desde que Only Fans entró en la escena, el debate cambió radicalmente, así como la ruta y el destino del dinero. Si Only Fans nació expresamente con la industria de la pornografía en mente o si fue una consecuencia de su completa libertad de expresión en la creación de contenido, no es relevante. La realidad es que muchísimas personas, en su mayoría mujeres, se han subido a la ola del Only Fans y han ganado millones, grandes millones, gracias a ello.


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Se pensaría que las grandes beneficiarias de este esquema son las mismas artistas profesionales de la industria pornográfica, que han decidido cortar a los intermediarios y ganar su propio dinero controlando la producción de sus propio contenidos. Sorprendentemente, muchas mujeres, que previamente no se dedicaban a la pornografía, han decidido explorar por voluntad propia esta nueva forma de emprendimiento y capitalizar su belleza y su cuerpo. El porqué alguien pagaría el contenido de Only Fans existiendo tanta pornografía gratuita, es una respuesta que cada usuario de la plataforma tendría que dar de forma individual. La realidad es que son millones de personas dispuestas a hacerlo, y a juzgar por el dinero que se mueve, las producciones bien valen su precio. Y en un mundo en donde el feminismo está luchando por defender las libertades de las mujeres… ¿qué tan machista o feminista es la plataforma? Creo que sin lugar a duda estamos hablando de feminismo puro. Por dudoso o controvertido que parezca, pero el feminismo en esencia se trata de opciones. El feminismo ha luchado, y sigue luchando, porque las mujeres sean libres de tomar sus propias decisiones, de decidir sobre sus vidas y definitivamente de decidir sobre sus cuerpos. La industria de la pornografía siempre se ha juzgado como explotación machista de la sexualidad femenina. Existe infinidad de casos en donde las actrices eran obligadas a actuar, en contra de su voluntad, bajo amenaza o con violencia. Normalmente se les pagaba muy poco en proporción a las ganancias de sus películas y muchas veces su salud no era tratada como algo importante, pero Only Fans es diferente. Ellas deciden crear, por voluntad propia, una cuenta, ellas ganan el dinero y ellas son responsables de la creación del contenido y de la forma en la que quieran crearlo. (Como en todo, seguramente habrá algunos casos de explotación sexual, eso definitivamente está terrible e ilegal, y bajo ningún esquema debería tolerarse; al contrario, debe denunciarse a las autoridades). Only Fans representa una transacción comercial entre dos partes que acuerdan dicho trato. El productor del contenido lo crea libremente y le fija un precio. El consumidor del contenido decide que el precio es justo, lo paga, y disfruta del contenido. Es un acuerdo comercial, estrictamente, entre dos partes que consienten dicho acuerdo. ¿Qué si es moral o inmoral? Cuando se trata de intercambios entre sexo y dinero, no todo es blanco y negro, existe infinidad de áreas grises que los cánones sociales pueden juzgar de formas diferentes. ¿Es moral que una esposa se quede con su marido infiel solo por la comodidad de una posición económica? ¿Es moral que un hombre le haga regalos caros a una mujer a cambio de su “compañía”? ¿Es moral que una pareja se quede dentro de un matrimonio infeliz por evitar el escándalo social?

¿Es moral tener un/una amante aun cuando la pareja pierde el interés sexual? Y si se trata de juzgar lo moral, tanto en la historia como en la actualidad, así como lo que la sociedad considera “buenas costumbres”, son extremadamente machistas. El juicio de lo que es moral nunca ha aplicado de la misma forma para hombres que para mujeres. Peor aún cuando se trata de temas relacionados con sexualidad. La libertad sexual masculina se aplaude como Don Juan conquistador, mientras que la misma libertad sexual femenina se juzga como disoluta putería. En el caso de Only Fans, el juicio social es muy rápido para señalar como putas a las mujeres que crean y venden su contenido, pero inexistente cuando se trata de opinar sobre los hombres que consumen y pagan dicho contenido. Si una mujer, en pleno ejercicio de su libertad, crea contenido pornográfico, sexual, erótico o de cualquier tipo en su cuenta de Only Fans, y ese contenido es lo suficientemente competitivo en un mercado en donde existe infinidad de pornografía completamente gratuita, y como consecuencia gana muchos millones por ello, estamos hablando de emprendimiento en su más pura forma y de feminismo en toda su esencia.

El juicio social es muy rápido para señalar como putas a las mujeres que crean y venden su contenido, pero inexistente cuando se trata de opinar sobre los hombres que consumen y pagan dicho contenido.


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No hay cartera que aguante

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Por Gilberto Brenis @GilbertoBrenis

n alguna ocasión hace ya muchos meses, incluso antes de esta terrible pandemia, escribí sobre el exceso de propuestas de canales de streaming. En México, las que más se utilizan son Netflix, Claro Video, Amazon Prime, HBO Max, Paramount+, Crackle, MUBI, Filmin Latino, Apple +, Cinépolis Klic, Disney+ y Blim. En aquel entonces hablaba de que no habría cartera que aguantara tanto gasto mensual, si es que quisiéramos tener acceso a la programación exclusiva de cada una de estas propuestas. Las opciones para poder hacerlo es que existiera una especie de “paquete prémium” en las cableras que te ofrecieran prácticamente todos los canales por una sola tarifa; o la idea que ha lanzado Blim como punta de lanza en este competitivo mundo de los canales exclusivos. Blim, ofrece su servicio gratuito, pero con la condición de que veas comerciales entre los programas que estás disfrutando, es decir, lo que todo mundo huye de los canales abiertos de televisión ahora se convierte en una opción brillante para poder ver programas que te interesan sin tener que pagar. Es evidente que la oferta ha sido duramente criticada, pero no es tan descabellada. Yo no tendría inconveniente en ver comerciales si pudiera ver gratis la programación de Netflix o HBO Max.

Punto interesante es saber qué tipo de compañías serán las que se anuncien en estos canales y si esto no representaría una nueva disminución en el pastel publicitario (ya de por sí tan manoseado y peleado). Lo que no se puede negar es que los costos de producción que se tienen en los programas exclusivos para cada uno de los canales de streaming son altísimos y llegará el momento en que lo que se paga de suscripción no será suficiente para cubrir series tan espectaculares como Monarca, por ejemplo. Disney+ también ha sentado precedente cobrando extra por sus nuevas producciones y que son las más esperadas, el público ha reaccionado favorablemente y esto les permite recuperar costos importantes de realización. Si no se desea pagar la cuota extra, es cuestión de esperar unas semanas y se puede ver por la misma cantidad de suscripción mensual. El caso es que la misma crisis que están viviendo los canales abiertos de televisión, ahora la están viviendo los que son por internet. Segmentar a tal grado el mercado hace que, tal vez, la porción que te toque de público sea mínima y no habrá dinero suficiente por parte de los suscriptores que logre mantener tantas opciones. No cabe duda de que solamente las mejores sobrevivirán.




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