Vetonia y los vettones

VETTONIA Y LOS VETTONES Castros de Ávila María Josefa Rodríguez Rodríguez La Adrada, 17/06/2017

ALGUNAS FUENTES UTILIZADAS • INTERNET • Martín Almagro Basch. “La cerámica excisa de la Primera Edad del Hierro de la Península Ibérica”.

• Jorge Piris Chozas. “Vettones en la provincia de Ávila”.

• Juan Jesús Padilla Fernández. “El alfar de las Cogotas (Cardeñosa, Ávila): Una mirada etnoarqueológica y experimental”.

VETTONIA Y LOS VETTONES VETTONIA: zona ubicada al oeste de la península Ibérica, entre los ríos Duero y Tajo y que estaba poblada hacia el siglo V a.C. por gente que según las fuentes escritas fenicias, griegas y romanas se denominaban VETTONES. VETTONES: pueblos de gente celta que habitaban Vettonia desde finales del siglo V a.C. en plena Edad del Hierro, hasta su conquista por los romanos.

El nombre de ουεττωνεζ (en griego), vettones (en latín), es transmitido por primera vez en las fuentes a finales del siglo III a.C.

VETTONIA Y LOS VETTONES Los Vetones (en latín vettones) eran los habitantes del occidente de la península ibérica. Estaban asentados entre los ríos Duero y Tajo, y su territorio se correspondería con las actuales provincias de Ávila, Salamanca, y parte de Cáceres, Toledo y Zamora, llegando incluso a la parte oriental de Portugal • Limitaban con los pueblos vacceos al norte, con los astures al noroeste, al este con los carpetanos, al sur con los oretanos, túrdulos y célticos y al oeste con los lusitanos. Es posible que también entraran en límite con el territorio arevaco al noreste.

DIFERENTES TEORÍAS SOBRE SUS ORÍGENES Los vettones, de origen celta, ocuparon hace unos 2.500 años la zona occidental de la Meseta de la Península Ibérica.

Los vettones habrían entrado en la península en una de las oleadas de origen indoeuropeo y de carácter precéltico, de las que hay constancia desde finales del segundo milenio antes de nuestra era.

Estas gentes se habrían visto obligadas a replegarse sobre las sierras por la llegada de nuevo pueblos de origen céltico con mayor superioridad bélica y cultural.

Los vettones formaron parte de una nueva oleada de origen indoeuropeo.

Características generales Vivían en castros fortificados. Amurallados con torres, fosos y defensas mediante campos de piedras hincadas.

Agricultura y ganadería como actividad principal. Explotación minera.

Incineraban y enterraban a sus muertos. Anteriormente, a los muertos se les inhumaba, es decir, se les enterraba sin incinerar..

Realizaban esculturas en piedra denominadas VERRACOS. Esculturas en piedra conmemorativas de victorias, monumentos funerarios, protectores del ganado o señalizadores de pastos y aguas.

Comerciaban con poblaciones vecinas (íberos, fenicios, tartesos…). Ferias y mercados locales. Intercambio de mercancías (no existía moneda).

Sociedad de tipo piramidal con la élite militar a la cabeza.

Santuarios.

ASENTAMIENTOS: Los castros • EMPLAZAMIENTO: Se emplazan en laderas, piedemontes y riberos, sobre posiciones preeminentes y con buenas condiciones para el control de territorios y caminos . Se debía a una doble causa.

• Económica: se hallaban cercanos a recursos naturales: agua, tierras agrícolas, pastizales, bosques, minas, etc., que les aseguraba una producción autosuficiente.

• Defensiva: Ocupaban espacios altos, escondidos y bastante inaccesibles, lo que, junto a las defensas artificiales con las que contaban, los hacía muy seguros, casi invulnerables.

• UBICACIÓN: Lugares seleccionados por sus defensas naturales y reforzadas por un recinto amurallado.

• CASTRO: Zona amurallada con torres, fosos y defensas mediante campos de piedras hincadas y dentro de una sociedad piramidal con la élite militar a la cabeza. La distribución interior tenía murallas, viviendas, talleres, corrales, campos de cultivo, etc…

• Las murallas también delimitaban el espacio habitable y hacerlo distinguible desde lejos, para verse y reconocerse desde lejos.

Cuatro tipos de emplazamiento de los poblados: • En espigón fluvial que ofrece un cerro amesetado y escarpado en el lugar donde se unen dos cauces fluviales, como en la Mesa de Miranda (Chamartín de la Sierra), Yecla la Vieja (Yecla de Yeltes), La Plaza (Gallegos de Argañán).

• En acrópolis y en meandro buscan la proximidad a los cauces fluviales y las facilidades naturales de defensa, como ocurre con Las Cogotas (Cardeñosa), El Raso (Candeleda), Saldeana (Bermellar) o Las Merchanas (Lumbrales).

• Sobre una cadena montañosa para disponer de un control visual absoluto, como Sanchorreja, El Berrueco, Ulaca (Solosancho) y Villas Viejas (Casas del Castañar).

• En ladera, tal y como se emplazan Salamanca y Ciudad Rodrigo, donde el río puede cruzarse fácilmente.

Sin embargo, su tamaño varía de poblados pequeños de 1 ha a otros de 20-70 ha.

ASENTAMIENTOS: Las viviendas • DISTRIBUCIÓN: Dependiendo de la inclinación del terreno y rocas que afloraban en él, podían agruparse en manzanas y calles, amontonarse irregularmente junto a la muralla o buscar protección entre grandes rocas de granito.

• VIVIENDA: Eran chozas de suelo apisonado y de planta cuadrada, rectangular o trapezoidal. Muros formados por zócalo de piedra sobre el que se levantaban un muro de adobe o por gruesos muros de piedra que llegaban hasta la techumbre.

• TEJADO: Retama o paja y barro sobre un armazón de madera.

• SUPERFICIE: Entre 50-300 m2. Se distribuía en una o varias habitaciones: vestíbulo, cocina con bancos adosados de piedra en torno al hogar, corral, despensa y algún pequeño taller.

ASENTAMIENTOS: Las viviendas

ASENTAMIENTOS: Las viviendas RECREACION DE LA VIDA COTIDIANA EN UNA VIVIENDA.

AGRICULTURA Y GANADERÍA • AGRICULTURA: Cultivan trigo, cebada y legumbres (habas y lentejas).

Recolectan frutos silvestres y bellotas.

Recolectan miel para endulzar los alimentos.

Aprovechan la madera de los bosques y montes para el fuego del hogar, piras funerarias y construcción de viviendas y muebles.

• GANADERÍA: Crían bueyes, asnos y caballos como fuerza de tiro.

Vacas, ovejas, cabras y cerdos para carne y leche con sus derivados. Les proporcionaba pieles, huesos, cuero y cuernos que utilizaban para elaborar prendas, adornos y variados tipos de utensilios y vasijas. Hallazgo de tijeras de esquileo, cardadores, cencerros, esquilas, parrillas para el asado de carne y fusayolas y pesas para el trabajo textil de la lana entre otros objetos.

MINERÍA • Explotaron los recursos mineros y desarrollaron la metalurgia.

• Artesanos del bronce, hierro, oro y plata.

• Elaboraron fundamentalmente armas y otros artículos de uso cotidiano (herramientas, objetos de uso en el hogar y objetos de ornato).

• En la zona meridional de Ávila hay depósitos de hierro en las sierras de la Merina y Arroyo de la Higuera, próximos a los castros de Las Cogotas y la Mesa de Miranda, y en la dehesa de Postoloboso, entre El Raso y Candeleda, donde se encuentra otro importante castro vettón.

INCINERACIÓN Y ENTIERRO CULTO Y RITOS • Cremación de los cuerpos. Se quemaban en pira funeraria (ustrina) el cadáver vestido con sus mejores galas, armas y adornos. Las cenizas y el ajuar eran llevadas al cementerio donde se enterraban directamente en el suelo o en una vasija de barro.

• Cementerios con distribución en sectores distribuidos por clanes o grupos familiares extensos. Importancia del parentesco en el pueblo.

• Culto se celebraba al aire libre, en la cumbre de una montaña o lugar elevado, claro del bosque, una peña, una cueva, en las fuentes, ríos, etc.

• Ritos de sangre, fuego y agua eran de los pueblos ganaderos y ofrecían productos agrarios, animales de cabaña doméstica o de casa, leche e incluso cerveza.

ESCULTURAS EN PIEDRA Los verracos • Esculturas zoomorfas en piedra. Manifestación arqueológica más característica de la cultura vettona.

• Se representan toros, cerdos y jabalíes.

• El animal aparece de cuerpo entero sostenido por un pedestal.

• Representaciones estáticas o en actitud de movimiento.

• Se marcan los ojos, las fauces, el hocico y los órganos sexuales del animal.

• FUNCIÓN: Varias especulaciones: • • • • •

Puntos de referencia en antiguos caminos tradicionales de pastores trashumantes.

Estelas, marcando puntos funerarios.

Divinidades de fuerzas naturales. Animalismo.

Vinculados a la magia de protección y reproducción del ganado.

Hitos o delimitadores de pastos que indicaban la pertenencia a los residentes de los castros cercanos.

• Se localizan junto a prados y pastizales, cerca de manantiales y fuentes de agua.

USOS DE LA PIEDRA GRANÍTICA • Elemento fundamental en la vida vettona.

• Construir murallas y viviendas.

• Construir santuarios, altares y verracos.

• Elemento defensivo: • Piedras hincadas delante de las puertas de las fortificaciones.

• Marcar tumbas.

ÁVILA: Asentamientos vettones.

Castros importantes • La Mesa de Miranda: Chamartín, a 22km. al oeste de Ávila, a través de la carretera AV 110. 38 ha.

• Las Cogotas: Cardeñosa, a 10km. al norte de Ávila, a través de la AV 804.

15 ha.

• Ulaca: Villaviciosa-Solosancho, a 20km. al suroeste de Ávila. Se accede por la N 502. 60 ha.

• El Raso. Acceso por la N 502 desde Ávila, hasta coger la AV 923 en dirección a Candeleda. 20 ha • Castillejos de Sanchorreja. 12 ha.

• El Barrueco-Las Paradejas. 12 ha.

I.- CASTRO DE “LA MESA DE MIRANDA” • Es el castro vettón más

grande y el que mejor conserva sus murallas.

• El nombre proviene del tipo de orografía plana sobre la que se asienta el castro (Mesa) y por su proximidad a la finca de Casas de Miranda (Miranda).

• Habitado por vettones entre finales del siglo V y el siglo I a. C. • Verraco vetón del Castro hoy situado en Chamartín

CASTRO DE “LA MESA DE MIRANDA” EMPLAZAMIENTO • La posición geográfica general del castro es favorable a dos tipos de aprovechamiento: el ganadero en todo lo que se refiere a las tierras de las estribaciones de la Sierra de Ávila (al sur, este y oeste). el agrícola, en las llanuras inmediatas del norte, aptas para el cultivo de cereal. Por tanto • Su economía potencial debió basarse en la ganadería y en la agricultura; de esta última dan buena cuenta los numerosos molinos circulares que se hallan con frecuencia desperdigados por el castro.

CASTRO DE “LA MESA DE MIRANDA” ÁREA URBANA Del área urbana sólo se ha investigado en una parte de la muralla.

Vida en el castro entre el siglo V a.C. y el II-I a.C. Pero no es descartable un origen anterior, como asentamiento más pequeño que iría creciendo hasta llegar a su apogeo en los tres siglos finales del primer milenio a.C.

CASTRO DE “LA MESA DE MIRANDA” Campo de Piedras defensivas

Campo de piedras defensivas

Constituían un complemento defensivo muy importante de los castros meseteños en el sector montañoso.

Construídos en las zonas de acceso más fácil, fundamentalmente en las puertas de las murallas.

Se trata de piedras de cierto tamaño enterradas en parte, dejando sobresalir su extremo más puntiagudo.

La proximidad de unas piedras a otras y su disposición intencionadamente irregular, constituyó un obstáculo para la infantería y, sobre todo, para la caballería.

CASTRO DE “LA MESA DE MIRANDA” Necrópolis de la Osera Excavada en su totalidad. Cuenta con más de 2000 tumbas.

Tumbas de incineración: Incineraban a sus muertos guardando después las cenizas en una urna o depositándolas simplemente en un hoyo en el suelo, según la categoría social del difunto. Algunas tumbas o grupos de ellas eran marcadas con un túmulo de piedras que las significaba en el relieve.

Ajuares metálicos, cerámicas, armas…

La necrópolis de la Osera

CASTRO DE “LA MESA DE MIRANDA” Necrópolis de la Osera Dividida en 6 zonas. Cada una de ellas está presidida por una piedra hincada bien visible.

Tumba destacada en la necrópolis de la Osera

Es posible que cada zona representara a un clan o grupo amplio de personas, agrupadas en torno a un antepasado común.

Curiosamente, la distribución espacial de estas piedras coincide con la disposición de la constelación de Ganímedes en aquel tiempo.

La necrópolis de la Osera

CASTRO DE “LA MESA DE MIRANDA” Murallas • Tres recintos amurallados y ubicados en la confluencia de dos cursos de agua menor Matapeces por el oeste y Rihondo por el este-.

Pertenecen a distintas etapas sucesivas El Recinto I, Castillo bajero, todo amurallado y adaptado a la orografía del terreno.

El Recinto II, Castillo cimero, añadido al sur del anterior.

Dedicado a vivienda común, zona de producción y almacenamiento y a recoger ganado en caso de necesidad. Los talleres de artesanía se trasladaron a este recinto. Alberga una gran torre circular que definde la zona Sur. Ataques tropas de Aníbal.

El Recinto III, añadido defensivo por el Este de los dos anteriores. Piedras de gran tamaño. Invade parte de la Necrópolis. Ataques tropas romanas.

CASTRO DE “LA MESA DE MIRANDA” Murallas

II.- CASTRO DE “LAS COGOTAS” • Junto al río Adaja en la sierra de Ávila • Doble recinto amurallado con el interior reforzado con bastiones de gran espesor.

• Al exterior se conservan restos de una línea de piedras hincadas para dificultar el ataque.

• El recinto interior protegía una serie de casas de medianiles comunes apoyadas en la muralla, que debieron corresponder a las elites del poblado.

• El recinto exterior, situado al sur, se dedicó a ferias de ganado y actividades artesanales, como fraguas y alfarerías.

• Según su superficie se calcula que albergarían unas 250 personas.

• En el exterior del castro, a unos 250 m de la muralla, se extendía una extensa necrópolis en la que se hallaron más de 1.400 tumbas repartidas en 4 zonas.

CASTRO DE “LAS COGOTAS”: Puerta principal Emplazamiento en cerro o acrópolis y en meandro.

Caracterizado por: • Proximidad a cauces fluviales, río Adaja.

• Facilidad de defensa natural, por su orografía escarpada • La accesibilidad está determinada por la pendiente.

Las puertas de los castros vettones son relativamente homogéneas; responden a dos esquemas: en embudo y en esviaje.

• La configuración en embudo se forman cuando los dos lienzos de la muralla se curvan hacia el interior, a veces se añaden dos bastiones en los flancos, apareciendo un callejón en embudo, como en Las Cogotas, La Coraja o El Raso.

• En la configuración en esviaje los tramos de muralla se sobreponen; los dos lienzos adoptan una situación paralela dejando un espacio libre entre ellas para pasar.

“LAS COGOTAS”: Cerámica de Boquique • Significativa de esta cultura.

• Cerámica negra con una decoración particular a base de excisiones en el barro y la incrustación de pasta blanca en él, (denominado cerámica de Boquique) lo que proporcionaba un aspecto de resalte de los motivos geométricos (espigas, líneas y figuras en zig-zag) propios de dicha Cerámica con boquique

decoración.

El alfar de “LAS COGOTAS” Único complejo alfarero que se conoce hasta ahora en el mundo vetón.

Planta de la estructura 1 del alfar de Las Cogotas (Cardeñosa, Ávila) en la que podemos apreciar tanto el revestimiento como el grosor de sus muros (SALAS LOPES 2008).

ALFAR DE “LAS COGOTAS” Plano y visión paronámica

Figura.1. Planimetría y visión panorámica del complejo alfarero de Las Cogotas (Cardeñosa, Ávila). ÁLVAREZ SANCHÍS, 1999) (SALAS LOPES, 2008).

“LAS COGOTAS”: Cerámica excise (o mordida)

Cerámica excise de Las Cogotas.

Museo Arqueológico Nacional.

• Cerámica indoeuropea lo que marca un origen celta de los pobladores.

• Origen en los trabajos de madera. Material en que se fabricaban los primeros recipientes.

• Trabajado con gubia o cuchillo.

Los huecos se rellanan con pasta blanca que resalta en la superficie pulida.

• Decoración geométrica.

• Cerámica de boca abierta, troncocónica y base pequeña y plana. Es una cerámica tosca, con posible uso de cocina.

Cerámica excise

CASTRO DE “LAS COGOTAS” Necrópolis de Trasguija Cerca de la puerta principal del castro.

Más de 1400 tumbas.

Los enterramientos repartidos en cuatro zonas bien diferenciadas que podrían responder a diferentes familias.

Los ajuares funerarios encontrados permiten distinguir cinco rangos distintos: elites ecuestres con elementos de prestigio: arreos de caballo, espadas y cuchillos, escudos y adornos con incrustaciones de plata; guerreros, individuos con algunas armas (lanzas y cuchillos) y artesanos (especialmente con punzones); gente con adornos de bronce como fíbulas, cuentas de collar y otros; gente con fusayolas, urnas decoradas y algún anillo; Sin ajuar: el resto de tumbas sin ajuar (casi un 85% del total).

CASTRO DE “LAS COGOTAS”: Necrópolis

Vasija funeraria vetona con huesos humanos hallada en la necrópolis de Trasguija, en Las Cogotas; Museo Arqueológico Nacional.

El ritual funerario El ritual funerario parece que se basó casi exclusivamente en la cremación del cadáver, y depositar los restos en la tierra con urna cineraria o sin ella, y para algunas tumbas, la existencia de objetos tanto metálicos como de cerámica, que harían las veces de ajuar.

• Hay yacimientos en los que se observaron restos de huesos y escorias de metal, como ocurre en Las Cogotas, que pudieron ser lugares en los que se calcinasen los cuerpos, cuyo nombre sería el de Ustrina (piras funerarias).

• Varía la forma de cubrir la urna. Unos son simplemente hoyos a poca distancia del suelo. En otras ocasiones nos encontramos ante túmulos (La Osera, El Mercadillo, La Coraja) o estelas (Las Cogotas) e incluso pequeñas coberturas de lajas (El Raso, El Romazal I, Alcántara).

El ajuar funerario • En cuanto a los ajuares y su desarrollo, se puede decir que los primeros enterramientos son del 500 a. C.; en esos momentos el arma principal es la espada de hierro en todas sus variantes, sobre todo las de antenas atrofiadas, típicas de Campos de Urnas. Aparecen también vasos de ofrendas junto a cerámica hecha a mano con decoración peinada.

• A finales del siglo IV a. C., los cementerios se vitalizan, y con las espadas empiezan a incluirse puñales de los llamados Monte Bernorio.

• De manera posterior, sobre el 300 a. C., se irán incluyendo los puñales de frontón y los doble globulares, llamados así por la forma de su pomo. Sin olvidar otros elementos como lanzas y jabalinas.

III.-CASTRO DE “ULACA” Habitado entre los siglos VI al II a. C. El que mejor conserva las murallas.

Canteras: Dos de granito.

Verracos: tres verracos que podrían tener la función protectora de ganados o ser hitos demarcadores de pastos.

• Edificios destacables: • • • •

• “El altar“: gran mole de granito, con talud por sus tres lados. En uno de sus lados, dos escalinatas conducen a una superficie plana con varios huecos de distinto tamaño.

• El "horno“: cavidad de forma cúbica practicada en un bloque de granito abierto al exterior por medio de un arco de medio punto.

Parece relacionarse como una posible sauna.

III.-CASTRO DE “ULACA” ZONA DE HÁBITAT. EMPLAZAMIENTO Y VIVIENDAS • Ocupando una superficie de 60 hectáreas.

• En el oppidum se diferencian dos zonas, una en la parte más elevada, a modo de acrópolis, donde se localizan las viviendas de mayor calidad; y una segunda en la zona más baja.

• Pudo estar habitada hasta por 1.500 personas (distribuidos jerárquicamente en unas 250 - 300 viviendas).

• Viviendas: dimensiones oscilan entre los 50 y los 250 m2, todas ellas de planta rectangular.

IV.-CASTRO DE “EL RASO” (Candeleda) • Sus más de 15 ha. están protegidas por una muralla de casi 2.000 m. de longitud y un potente sistema defensivo.

• Habitado, entre el siglo III y I a C. por una población superior a las 1.500 personas.

• Urbanismo: en el paseo por el castro podremos conocer su urbanismo, sus viviendas y el modo de vida de los vettones, que crearon este oppidum tras la devastadora incursión de Aníbal por estas tierras, y permanecieron en él hasta que César les obligó a abandonarlo.

• Actividad metalúrgica importante: se han localizado en el yacimiento herramientas de hierro, moldes, crisoles y lingotes de metal.

CASTRO DE “EL RASO” (Candeleda) CASAS: Tenían un zócalo de mampostería (piedras desiguales ajustadas y unidas con argamasa) y partes altas de tapial (material hecho de tierra amasada y apisonada) rematadas al interior y al exterior con un enlucido.

La planta era de forma cuadrada o rectangular, con un porche cubierto y adosado a la fachada delantera.

En el porche, y con un banco a cada lado de la puerta, se desarrollaba la vida familiar al aire libre y se realizaban pequeñas actividades domésticas.

En el interior, había un hogar central, en torno al que se distribuían el resto de las estancias.

En las casas grandes un vestíbulo daba paso a la estancia principal, la cocina, con el hogar donde se preparaban los alimentos y un banco adosado al muro. Alrededor de la habitación principal, había otras estancias que harían la función de almacén o incluso cuadra.

En las casas de El Raso es habitual encontrar una especie de corral delante de las viviendas, que pudo ser utilizado para tener recogido el ganado menor.

CASTRO DE “EL RASO” (Candeleda) • SANTUARIO: En el exterior del castro se ha localizado un santuario al aire libre dedicado al dios local Vaélico, que se relaciona con el lobo.

• ESCRITURA: además de molinos de mano, pesas de telar y fusayolas, diversos tipos de vasijas, y grandes tinajas de provisiones con vestigios de escritura en forma de marcas de alfarero o nombres de indígenas.

SANTUARIO DE POSTOLOBOSO (Candeleda) • De este paraje proceden cerca de 20 aras latinas dedicadas al dios indígena Vaelico por individuos descendientes de los habitantes del oppidum vetón del El Raso.

• Se identifica el lugar como área sacra en un marco geográfico preclaro, conectada al hábitat indígena (El Raso) de forma física y simbólica a través del elemento fluvial (arroyo de Alardos).

• Este terreno es la sede de una deidad precisa de raíz protohistórica, reconocida epigráficamente siglos después en un espacio romanizado primero y cristianizado con posterioridad.

• El sitio circunscribe el santuario de Vaelico: una divinidad indígena a la que se rendía culto en época romana, heredero de un precedente. Fdez Gómez relaciona el teónimo abulense con Endovelicus, dios principal del panteón lusitano cuyo santuario se sitúa en el entorno de la ermita de San Miguel da Mota en Terena (Alandroal, Alemtejo).

• El nombre es de origen celta y significa “dios muy bondadoso”. Dios de la salud, protector de la tierra y la naturaleza, especialmente los bosques.

• La sacralidad se remonta aún a tiempos anteriores al castro vetón de El Raso, la existencia de un menhir en los alrededores de la ermita lo atestigua.

• La etimología posible del dios Vaelico podría derivar del sustantivo celta “vailos” lobo, bien atestiguado en topónimos y antropónimos celtas.

EL FINAL DE LOS VETTONES • El cartaginés Aníbal durante los años 221 a 218 a. C. comenzó la conquista en

profundidad de la península, llegando entre otros lugares hasta Salamanca (Helmantica) y, según los últimos estudios, arrasando muchos castros de la Meseta, entre ellos los de Las Cogotas, La Mesa de Miranda (por ello se amplió su tercer recinto) y el poblado de El Raso II (se produjo el traslado y fortificación al actual castro de El Raso).

• Los romanos: El primer testimonio literario de contacto de los vetones con las legiones romanas nos lo transmite Tito Livio, que relata una batalla acaecida en el año 193 a. C. cerca de la actual ciudad de Toledo, donde los vetones se aliaron a sus vecinos vacceos y celtíberos bajo el mando de Hilerno, que es apresado, para luchar contra el ejército romano al mando de Fulvio Nobilior, en la campaña del pretor Marco Fulvio Nobilior, que vence y hace huir en el oppidum de Toletum al ejército formado por carpetanos, vetones, vaceos y celtíberos.

• Con posterioridad existen otras referencias históricas de batallas entre vetones y romanos.

Los vetones, como el resto de las culturas de la Península, sufrieron cambios en vísperas o a lo largo de la conquista romana. Estos cambios se observan a principios del siglo II a.C. y se aprecian claramente en la arquitectura y en el trazado de algunos poblados.

EL FINAL DE LOS VETTONES • Roma necesitaba de los territorios que conquistaba dos cosas: materias primas y esclavos.

Se estima que en el siglo I a. C. uno de cada tres habitantes de Roma era esclavo que provenía de los territorios conquistados por los romanos.

• Los celtas –y probablemente por ello los vetones- tenían una costumbre que sacaba de quicio a los romanos, según nos trasmiten los escritores Diodoro y Estrabón, que consistía en cortar las cabezas de los enemigos para colgarlas de las crines de sus caballos e incluso exponerlas como trofeo en sus casas y murallas. Del castro salmantino de Yecla la Vieja proceden cuatro cabezas de granito que representan cabezas humanas (mira la imagen inferior), tal vez realizadas para ser empotradas en las paredes de las viviendas, y que han querido relacionarse con las “cabezas cortadas” anteriores. Parece ser que en algunos lugares las cabezas de sus enemigos más distinguidos se embalsamaban en aceite de cedro y se conservaban con cuidado en un arcón para luego enseñárselas a los forasteros y presumir de trofeo.

EL FINAL DE LOS VETTONES • Los vetones y pueblos celtíberos dejaron asombrados a los legionarios romanos por la calidad de sus espadas, sobre todo por las espadas de doble filo, forjadas con excelente acero y capaces de cortar cualquier cosa que encontraban en su camino, tanto es así que los romanos abandonaron sus antiguas espadas cambiándolas por las de estos pueblos. Ejemplos de armas utilizadas por los vetones eran las espadas de antenas con adornos en plata y cobre, lanzas, falcatas, cascos, puñales, jabalinas…

• Durante las guerras de conquista se exigía el pago de tributos a los vencidos mediante la entrega de caballos, oro, plata, grano, lana de oveja, pieles de buey, esclavos (hombres, mujeres y niños) y sagum, que eran los trajes empleados por los vetones, negros y ásperos, de una lana parecida al pelo de las cabras salvajes (eran muy apreciados por los romanos por su eficacia contra el frío.

Espada y vaina tipo Alcácer do Sal halladas en la necrópolis de la Osera, Chamartín, siglos IV-III a. C.; Museo Arqueológico Nacional.

Espadas con antenas y damasquinado. (Foto J. CabrĂŠ).

EL FINAL DE LOS VETTONES • Los vetones fueron tan hábiles jinetes que los romanos constituyeron con ellos un “ala” de caballería en su ejército, denominado Ala Hispanorum Vettonum Civium Romanorum, que luchó en Britania, en el denominado limes del emperador Adriano. La existencia de este cuerpo auxiliar de caballería de origen vetón está atestiguado epigráficamente.

Destacar el papel preponderante que jugaron los caballos dentro de la sociedad vetona: como un elemento de ayuda en el pastoreo de ganado. Ya desde antiguo los caballos fueron el mejor aliado del hombre para poder vivir en estas tierras agrestes, y como arma de preponderancia militar —tal como sugiere Apiano (Sobre Iberia, 62 y 67) en las Guerras Lusitanas contra Roma o con la famosa ala de caballería vetona, Ala Hispanorum Vettonum, esta vez con los romanos.

El escritor romano Plinio el Viejo, da noticias de que entre los lusitanos se criaba una raza de caballos tan veloces que se originó la leyenda de que a las yeguas las fecundaba el viento Céfiro. Se puede suponer que los caballos vetones competirían con los lusitanos en rapidez y operatividad, estos últimos bien conocidos y apreciados en la actualidad.

Tras la llegada de los romanos a la península y a los territorios vetones, algunos castros fueron abandonados, como el de la Mesa de Miranda, Cogotas y Ulaca. La población al parecer se trasladó a las orillas de los ríos en su mayor parte, comenzando otra etapa de la historia de Castilla y León.