i tuviésemos que identificar en una sola frase el principal problema que experimentan la mayoría de los ejidos del país, en mi opinión, este sería la inoperancia de la asamblea general de ejidatarios como órgano de gobierno democrático y deliberativo. Este “problema” visto desde un enfoque que prioriza los derechos colectivos ha sido una ganancia para especuladores de tierra y sujetos agrarios, esto es ejidatarios, posesionarios y avecindados, que se han beneficiado, parcialmente, de las enajenaciones de derechos agrarios (ventas de tierras) en detrimento del bien colectivo.
La democratización de los ejidos fue una de las principales apuestas de las organizaciones campesinas que participaron en la definición de la Ley Agraria en 1992, pero es también una de las aspiraciones más frustradas; esto en contraste al rotundo éxito que ha tenido la individualización de los derechos agrarios y la activación de un mercado legal de parcelas ejidales, o en otras palabras, la conversión del ejido en bien inmobiliario.