En México hay varias formas de nombrar la trascendental experiencia de “traer a este mundo” a un nuevo ser, por ejemplo, parir, dar a luz, alumbramiento. Si tomamos en cuenta que nuestro país es pluricultural, el abanico de términos se enriquece dada la diversidad de lenguas maternas que tienen su propia forma de nombrar, concebir y atender tan importante suceso.
El “alumbramiento” es un acontecimiento fisiológico, cuya atención terapéutica responde a la diversidad cultural. Esto quiere decir que existen distintas formas de acompañar y cuidar ese proceso biológico que, en su gran mayoría, no representa riesgo a la vida de las mujeres y los recién nacidos. Cuando ello sucede, también hay distintos procedimientos curativos que corresponden a la diversidad de tradiciones terapéuticas.
En el caso de la partería tradicional en México, es importante advertir que ésta ha sido fundamental para la reproducción biológica, social y cultural de los pueblos y comunidades indígenas, afromexicanas y equiparables.