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Marca ciudad

Hace muchos años atrás grandes ciudades como París, Ámsterdam, New York, por mencionar algunas, aplicaron una estrategia de marketing a través de la cual pretendieron posicionarse a nivel mundial, identificando a cada una de estas urbes aspectos únicos que las hacen diferentes. Y claro, ésta sonada marca ciudad, también se convierte en marca país, como recordaremos en algún momento se pretendió hacerlo con el “All you need is Ecuador” que se orientaba a impulsar y atraer al turismo extranjero.

En este contexto, la actual administración muni- también para esta región lejana del planeta. Hace unos días un menor de edad de origen norafricano, al volante de un auto de alta gama y sin licencia de manejo, intentó huir de un control de tránsito, al hacerlo puso en peligro la vida de un policía quien en acción imprudente disparó y mató al menor. Este tenía más de quince arrestos y estaba involucrado en tráfico de drogas. La muerte del joven desató una oleada de protestas violentas en Francia bajo la consigna del antirracismo. Al momento hay varios muertos y poesía latinoamericana. Difundió los ritmos más arraigados y universales de nuestra música y elevó la interpretación a ejercicio creativo como si se tratara (y se trata) de una cuestión mística o sagrada. Mercedes hizo alta cultura con lo que sólo se consideraba folclore, su trabajo fue siempre profundo, elevado e impecable al punto que logró mimetizar su obra musical con la filosofía, la política, la historia y la religión sin perder independencia, belleza o decencia en ningún momento.

La mujer que vivió cantando como la cigarra un eterno agradecimiento a la vida y que nos recordaba que vivir es más que perdurar, nos dejó tras sufrir una larga sucesión de episodios depresivos que la consumieron hasta lo irre- cipal ha decidido impulsar la marca ciudad, la cual se identifica con un bonito y colorido logo que, a decir de su creadora, proyecta las distintas facetas de nuestro querido Ambato. Resulta digno de felicitar estos intentos de pretender ubicar Ambato en el entorno nacional e internacional, pues nadie duda que tenemos mucho que ofrecer. Sin embargo, el objetivo no pretende someterse a un cambio de logo institucional, nuevo slogan, papelería, como ha venido ocurriendo con cada cambio de autoridades locales, lo que realmente debe perseguir esta estrategia es construir una verdadera política públic a que identifique y potencie las distintas características que nos convierten en una ciudad única, para ello es indispensable tener claro, lo que somos y tenemos, qué aspiramos como ciudad, y el compromiso de la Mu - heridos entre los bomberos y los policías.

La primera reflexión nos lleva a preguntarnos por qué los grandes medios de comunicación internacionales no mencionan las irregularidades de la conducta del menor y se concentran en su muerte violenta y en su origen. Indudablemente se debe rechazar esta muerte injustificada y brutal, pero no sacarla de contexto.

La segunda reflexión se refiere a la incongruencia de ciertos actos de los revoltosos, cuya mayoría es musulmana, acompaña- nicipalidad y ciudadanía. da por izquierdistas y ecologistas radicales: se comprende que protesten contra la violencia policial, pero, ¿por qué atacan librerías católicas, apalean a un anciano sacerdote, asaltan bibliotecas…?

Es una lástima que en tan pocos años las injusticias ideológicas o la manipulación del mercado nos hayan hecho creer que nuestra cultura es sólo reguetón, narco, y melodramas mexicanos.

Es injusto para personalidades de la talla de Mercedes Sosa, cuyo trabajo no sólo representa cuidado sobre el pasado sino también originalidad y engrandecimiento para el futuro. Vale la pena recordarla en una fecha como hoy y recordarnos a nosotros mismos que somos parte de una cultura riquísima, viva y libre. Feliz Cumpleaños, Mercedes.

Con tanto cambio y falta de claridad en los objetivos de ciudad durante los últimos años, resulta complejo definir cuál es el Ambato que querem os potenciar, qué historia pretendemos contar al mundo para generar un atractivo permanente para el incremento de inversiones o visitantes. ¿Qué estamos construyendo?, un Ambato turístico, comercial, industrial, de servicios, cultural, ¿alguien sabe?

Creo que es momento de empezar por ahí, y concertar nuestros esfuerzos en identificar las ventajas competitivas que nos hacen únicos, con un consenso público-privado que constituya un pacto inquebrantable para futuras administraciones, dejándoles como única opción, potenciar el compromiso de ciudad por encima de un logo o slogan que identifique a la administración de turno.

La tercera reflexión compete a un asunto de radical importancia: la negativa de la inmensa mayoría de inmigrantes de origen musulmán a integrarse a la sociedad francesa. Son franceses de segunda y tercera generación por el documento de identidad, pero no lo son por aceptación de las formas de vida de una socie- dad republicana, democrática, laica y moderna. Quieren vivir en Francia pero sin aceptar los principios basilares de la sociedad francesa. Espanta el grito lanzado por muchos de ellos al lanzarse al ataque contra la policía o al destruir inmuebles: “¡Somos musulmanes y por eso tenemos derecho a matarlos!” ¿En eso consiste el multiculturalismo? ¿Qué pasará cuando sean mayoría? ¿Se harán realidad las novelas ‘El desembarco’ de J. Raspail y ‘Sumisión’ de M. Houllebecq?

Intento no despistarme, pero la alarma del reloj suena ferozmente en el velador. ¡Cómo odio el maldito sonido de la alarma! No estoy dormido, pero tampoco despierto, solo atento al folio en blanco que está frente al computador. No he descansado nada esta noche, acostarse en julio es como meter el rostro en el horno. Un perfecto caldo de cultivo para que la mente tenga vía libre ante el delirio. No obstante, estoy tranquilo, consciente de vivir en mi propia psicosis individual. No sé cuándo, pero un día leí que todo el mundo sufre una especie de psicosis propia a lo largo de la vida. Un tipo de psicosis inaccesible, invisible para el resto, aunque créanme, está ahí. ¿Cómo explicarlo? Pues bien, ocurre que una persona diagnosticada con psicosis pierde contacto con la realidad, lo que le hace tener falsas creencias de lo que está sucediendo o de quién es esa persona. ¡Sí!, eso es... también puede tener alucinaciones. Ahora bien, me van a tener que disculpar la libertad clínica, pero de cierta manera todo el mundo tiene un grado de psicosis crónica.

La cosa es que no sabemos lo que es realmente verdad. Todos coincidimos en la premisa de que no existe la verdad absoluta. Además, físicamente, nuestra percepción de la realidad es una alucinación creada por reacciones químicas ante las partículas del ambiente, una sensación y experiencia que son propias e intransferibles.

Por el uso de la redundancia, recordemos que nadie recuerda con exactitud, solo por memoria emotiva. Incluso, la mente suele rellenar espacios en blanco dentro del cerebro con memorias falsas o mentirse a sí misma para darle sentido a lo que vivimos día a día. Vivimos inmiscuidos, elaborados por una estructura de ideas y conceptos inventados durante generaciones que nos hacen creer que somos eso que creemos ser sin serlo.

Todos aislados en una burbuja de percepción única... sumergidos en el espacio infinito de un universo colosal, nadamos absortos en la belleza de una alucinación colectiva, un tren que viaja al infinito con ocho mil millones de psicóticos.

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