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Conspiraciones contra la Fiscal General: ¡basta!
Discutir teorías de conspiración es una pérdida de tiempo. Para empezar, requiere dedicar atención —elevar a una inmerecida condición de argumento digno de ser escuchado— a hipótesis descabelladas. Después, parte del equivocado supuesto de que a los autores de las ilusiones paranoides les interesa conocer la verdad o poner a prueba sus puntos de vista. Por último, asume que los calumniadores suelen reconocer su error y retractarse de sus afirmaciones. Nada de eso es cierto. No se puede ilustrar a quien no tiene ningún interés en ser ilustrado, que solo busca esparcir y confirmar los prejuicios de los que está convencido a pie juntillas. Ese tipo de elucubraciones deben ser abordadas con la misma condescendiente indiferencia con que se enfrentan la imaginación de un infante o las alucinaciones de un enajenado.
Resulta preocupante y vergonzoso que la principal universidad pública del país se haya visto obligada a indagar la tesis de la Fiscal General —elaborada hace 18 años— en respuesta a una campaña de descrédito en redes sociales orquestada por una persona con obvia animosidad personal y segundas intenciones, e instrumentalizada por un sector político Ello invita a cuestionarnos sobre las prioridades, la administración del tiempo y la susceptibilidad a los escándalos de nuestra clase política y funcionarios públicos.
Diana Salazar tiene más de una década de trabajo en la Justicia y el Estado cuenta con instancias pertinentes para escrutar y evaluar su desempeño. La Universidad Central, a su vez, ha sido tajante en su pronunciamiento. No malgastaremos el tiempo en murmullos y conspiraciones que distraen de lo verdaderamente importante.
Ruby M ENA M ELo rubymenamelo@yahoo.com
La maldición del utopismo
Existe un video creado por David Firth, donde se muestra la historia de un doctor quien inventó un producto llamado ‘cream’ (cuyo nombre también es el título del relato).
‘Cream’ es una crema que, con solo aplicarla, soluciona toda clase de problemas. Desde una herida en tu piel hasta poder duplicar objetos o comida. En la animación se puede observar cómo personas se inyectan esto en el cerebro para ser más inteligentes, enfermos y ancianos que la utilizan para sanar y rejuvenecer, muertos que, al entrar en contacto con este, reviven.
Nada representa una dificultad El hambre fue solucionada, la muerte ya no es el final, no existen enfermedades, no existe el ‘mal’
Casi para terminar el video, se explica que todo lo que aquella crema ha resuelto trae desgracias; dando a entender que su origen viene de un hecho catastrófico y, por lo tanto, sus consecuencias resultan ser peores.
Por el principio de esta historia, podríamos asegurar que nos encontramos en presencia de una utopía o el intento de crear una. Se hace referencia a la utopía como la idea, visión o concepción de una civilización ideal, soñada, imaginaria e inalcanzable.
Por su idealismo esencial, la utopía es la base para formular y diseñar sistemas de vida social alternativos, más justos, más coherentes y éticos.
Sin embargo, en el relato se termina demostrando que la ‘excelencia’ los condena a su perdición; que las cosas carecen de sentido si no hay qué resolver, siempre existirá algo ‘malo’.
En una sociedad utópica no hay incentivo para trabajar, en un momento todo se volverá aburrido alcalde) para fustigar, reprender, y criticar a sus adversarios políticos , replicando las conocidas “sabatinas” donde el expresidente Correa ordenaba sanciones y linchaba mediáticamente a quienes lo criticaban, o expresaban un punto de vista contrario a sus políticas.
La creencia de que los humanos son perfectos nos lleva inevitablemente a errores, en la medida en que se diseña la ‘sociedad perfecta’ para una especie imperfecta.
¿Deberíamos reemplazar la idea de las utopías? La respuesta puede encontrarse en otro neologismo: protopía, un progreso incremental compuesto de pasos hacia la mejora, no la perfección.
Un futuro protópico no es solo práctico, es realizable.
Con esa forma de actuar, durante los 10 años en el poder, se profundizó la criminalización de la protesta, y se instauró un régimen autoritario de persecución y represión a nivel nacional; cuando parecía que esas oscuras horas habían pasado, el alcalde de Santo Do- mingo desempolva el nefasto mecanismo
Cuando el alcalde reprende en público a la concejal Liliana Silva, quien fue elegida democráticamente, y amenaza con sanciones administrativas, por el simple hecho de expresar una posición política diferente, ante una decisión de mayoría que ella considera incorrecta, está incurriendo en la vulneración de tres derechos humanos fundamentales de la concejal: a) Violencia política: Al dirigir actos de violencia directa o indirecta contra la concejal b) Violación al derecho a la libertad de pensamiento y expresión: Al amenazar públicamente a la concejal Silva, y a su equipo de trabajo, con sanciones administrativas, el alcalde está vulnerando su libertad de expresión y pensamiento. La concejal tiene el derecho de expresar sus opiniones y participar en debates políticos sin te- mor a represalias, o sanciones. c) Violación del derecho a la objeción de conciencia : Si la concejal Liliana Silva ha actuado de acuerdo con sus principios, convicciones y valores personales, y en respuesta el alcalde Erazo, en contubernio con los concejales de mayoría correísta, se expresan de forma ofensiva, y tratan de intimidarla mediante amenazas de sanciones administrativas, por supuestamente haber actuado en contra de la normativa legal, se está violando su derecho a la objeción de conciencia.
Liliana Silva, con el objetivo de limitar su accionar o el ejercicio de su cargo, para influir en su voluntad, intimidarla, o coaccionarla en el cumplimiento de sus funciones de fiscalización.