Los Ríos 24 de noviembre 2013

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Persisten las dudas

tiempo lectura 15 min.

DOMINGO 24 dE NOviEMBrE dE 2013 La Hora ECuAdOr

El mistErio JFK

DRAMA. Kennedy se desplazaba en una limusina descapotable, al lado de Jackie enfundada en un traje Chanel rosado. Un minuto después fue alcanzado por los disparos.

“¡La cabeza del presidente ha estallado!”: testigos relatan el asesinato de John F. Kennedy hace 50 años. ‘No había nada que hacer’ °

Para Phyllis Hall, una enfermera quirúrgica del Hospital Parkland, de 28 años entonces, la pausa del almuerzo fue muy diferente ese mediodía. Estaba por salir a comer cuando recibió la noticia. “La supervisora nos dice que hubo un accidente en el cortejo presidencial y que está llegando el coche que trasladaba al Presidente. Las puertas se abren inmediatamente, reina el caos, hay gritos. Llega una camilla con el gobernador de Texas, John Connally, gravemente herido, luego la del Presidente”. “Un hombre con un arma en la mano me dice ‘La necesitamos’. Cuando ingreso a la sala número 1 de urgencias, la señora Kennedy está de pie al lado de la camilla. En mi opinión, el Presidente ya estaba muerto, tenía un color gris azulado, con un contorno azul oscuro alrededor de la boca. Busco los signos vitales, no encuentro ninguno”. “Llegan los médicos, hacen una traqueotomía, ponen tubos. No había nada que hacer. Más tarde un médico, neurocirujano, aparta el cabello, se ve que faltan partes del cerebro, algunas estaban sobre Jackie, sobre los Connally, sobre la camilla”. El paciente “N°24740, Kennedy, John F.”, registrado a las 12:38, es declarado muerto a las 13:00”.

Se escuchó un ruido de petardo y luego alguien gritó ‘¡La cabeza del Presidente ha estallado!’: testigos relataron cómo vivieron el asesinato del presidente John F. Kennedy en Dallas, a las 12:30 del viernes 22 de noviembre de 1963. James Tague, un vendedor de autos que entonces tenía 27 años, ni siquiera había previsto presenciar la procesión presidencial cuando su coche quedó atrapado en el embotellamiento, cerca de Dealey Plaza y de Elm Street, en el momento en el que pasaba el Lincoln del Presidente. Una bala perdida lo hirió ligeramente. “Di algunos pasos, vi un coche con una bandera y recordé que Kennedy venía ese día a la ciudad. En ese momento oí como un ruido de petardo. Luego hubo una pausa, y después dos disparos, y algo me rozó la mejilla derecha. Un policía en moto se detuvo cerca del césped, dos personas le hablaban. Yo llegué en el momento en que un hombre decía sollozando: ‘Su cabeza ha estallado, su cabeza ha estallado’. ‘¿La cabeza de quién?’, preguntó el policía. ‘Del Presidente’”. Pierce Allman, director de programas de la radio WFAA, de 29 años en aquel momento, había decidido ir a curiosear al cortejo del Mandatario y la pri-

Para Jesse Ventura, el luchador profesional devenido en político independiente, John F. Kennedy fue el más grande Presidente en la historia contemporánea de Estados Unidos, y prueba de ello es su asesinato en 1963. El exgobernador de Minnesota autor del libro "They Killed Our President" (‘Mataron a nuestro Presidente’), cree que Kennedy fue asesinado en Dallas el 22 de noviembre porque quería hacer la paz con la Unión Soviética, desafiando así la influencia del complejo militar-industrial construido tras el fracaso del desembarco -respaldado por la CIA- en Bahía de Cochinos en Cuba en 1961. "Creo que tenía más enemigos dentro del Gobierno que entre los rusos", dijo Ventura. Una comisión encabezada por el entonces presidente de la Corte Suprema, Earl Warren, concluyó sin embargo que el asesino, Lee Harvey Oswald, actuó solo. Pero las teorías alternativas siguen vigentes a 50 años del asesinato de JFK. Las sospechas

TERROR. Tras los disparos, Jacqueline intenta cubrir el cuerpo de su esposo y se echa hacia la parte trasera del automóvil.

mera dama Jacqueline Kennedy. “Estaba de pie frente al edificio del depósito de libros. Llega el cortejo, yo grito: ‘¡Bienvenido a Dallas, señor presidente!’ Jackie estaba más cerca mío. Llevaba aquel maravilloso vestido rosado, saludaba con la mano, JFK se tiraba para atrás un mechón de cabello”. “El vehículo tomó la curva de Elm Street y luego escuché un ‘bum’, un sonido muy fuerte, no el sonido seco de un arma de fuego. Pienso en un petardo y luego ‘bum’, un segundo disparo. Kennedy hace como si llevara sus manos al cuello, Jackie se pone a gritar y entonces, un tercer disparo. Kennedy se sobresalta y cae de lado”. La histeria crece

Hugh Aynesworth, entonces de 32 años, un periodista científico en el Dallas Morning News, estaba muy “contrariado” ese día por no poder cubrir la visita presidencial. Cerca del mediodía se dirigió a Dealey Plaza, decidido a participar por gusto propio porque “no todos los

Muchas de las sospechas giran en torno a cómo Oswald, un exdesertor de la Unión Soviética en 1959, donde había estado hasta 1962, y con una vida problemática, pudo haber matado por su cuenta a una de las personas más poderosas del mundo, disparando desde un depósito de libros escolares, el Texas School Book Depository. Y la posibilidad de que Oswald pudiera explicar lo ocurrido se truncó cuando el propio francotirador fue asesinado dos días después, el 24 de noviembre de 1963, por Jack Ruby, propietario de un club nocturno. El hombre del paraguas

DESENLACE. Momento en que Jack Ruby asesina al sospechoso Lee Harvey Oswald, en presencia de los policías que le custodiaban.

días se ve a un Presidente”. “Estaba lleno de gente, las personas estaban entusiasmadas. Para la procesión. Jackie estaba radiante, JFK saludaba. De pronto oigo lo que me pareció el caño de escape de una moto, luego otros dos disparos, y ahí estuve seguro de que eran disparos. Veo que las personas se apretujan unas contra otras, algunas huyen, otras se tiran al suelo protegiendo a sus niños. Hay alaridos, llantos, la histeria se extiende en pocos segundos. El vehículo ya se aleja de mí”.

En muchos libros sobre un supuesto complot para asesinar al Presidente, los autores se preguntan si no había una segunda persona que disparó. Un filme de un testigo, Abraham Zapruder, dio pie a otra teoría, la del ‘Umbrella Man’ (‘El hombre del paraguas’), que lo abrió pese al sol radiante, un gesto interpretado como el envío de una señal al francotirador. Otra gran teoría alternativa fue desarrollada por Oliver Stone en su película ‘JFK’ en 1991, en la que sugiere que el vicepresidente y sucesor de Kennedy, Lyndon Johnson, estaba involucrado en el magnicidio y lo encubrió. El filósofo británico Bertrand Russell y su colega francés Jean-Paul Sartre estimaron que la Comisión Warren, por su carácter oficial, no divulgaría tesis que implicaran a políticos.


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