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Obesidad y sobrepeso
Obesidad significa tener un exceso de grasa en el cuerpo. Se diferencia del sobrepeso, que significa pesar demasiado. El peso puede ser resultado de la masa muscular, los huesos, la grasa y/o el agua en el cuerpo. Ambos términos significan que el peso de una persona es mayor de lo que se considera saludable según su estatura.
Es muy común que a inicios de año la mayoría de personas tienen como meta bajar de peso o realizar algún tipo de ejercicio para mejorar la salud, o conservar una figura excepcional, sin embargo, poco a poco esos propósitos tienden a no cumplirse.
La obesidad se presenta con el transcurso del tiempo, cuando se ingieren más calorías que aquellas que quema. El equilibrio entre la ingestión de calorías y las calorías que se pierden es diferente en cada persona. Entre los factores que pueden afectar su peso se incluyen la constitución genética, el exceso de comida, el consumo de alimentos ricos en grasas y la falta de actividad física.
La obesidad no es solo un problema estético. Es un problema médico que aumenta el riesgo de enfermedades y problemas de salud, como enfermedades cardíacas, diabetes, presión arterial alta y determinados tipos de cáncer.
La obesidad es una enfermedad crónica, compleja y multifactorial, que suele iniciarse en la infancia y adolescencia, y que tiene su origen en una interacción genética y ambiental.
Lo bueno es que incluso una modesta pérdida de peso puede mejorar o prevenir los problemas de salud relacionados con la obesidad.
Una dieta más saludable, un mayor nivel de actividad física y los cambios de conducta pueden ayudarte a bajar de peso. Los medicamentos recetados y los procedimientos para bajar de peso son opciones adicionales para tratar la obesidad.
Síntomas
La acumulación del exceso de grasa debajo del diafragma y en la pared torácica puede ejercer presión en los pulmones, provocando dificultad para respirar y ahogo, incluso con un esfuerzo mínimo.
La dificultad en la respiración puede interferir gravemente en el sueño, provocando la parada momentánea de la respiración (apnea del sueño), lo que causa somnolencia durante el día y otras complicaciones.
La obesidad puede causar varios problemas ortopédicos, incluyendo dolor en la zona inferior de la espalda (lumbalgia) y agravamiento de la artrosis, especialmente en las caderas, rodillas y tobillos. Los trastornos cutáneos son también frecuentes. Dado que las personas obesas tienen una superficie corporal escasa con relación a su peso, no pueden eliminar el calor del cuerpo de forma eficiente, por lo que sudan más que las personas delgadas. Del mismo modo, es frecuente la tumefacción de los pies y los tobillos, causada por la acumulación a este nivel de pequeñas a moderadas cantidades de líquido (edemas).
Prevención
La prevención de la obesidad debe incluir un cambio de hábitos en alimentación y en actividad física:
Alimentación Comer bien es uno de los pilares principales para evitar la obesidad. Entre los errores que se cometen con más frecuencia está seguir una dieta, tal y como señala Susana Monereo: “hay que evitar estar eternamente a dieta porque el efecto yoyo al final siempre acaba en obesidad. La mejor manera de acabar gordo es ponerse a dieta a destiempo, mal aconsejado y sin tener claro qué quieres cambiar en tu vida”, advirtió la especialista.
¿Cómo debe ser nuestra alimentación? El punto de partida hacia el éxito es cambiar los hábitos de alimentación y adquirir una rutina alimentaria saludable en la que seamos partícipes. Es decir, el paciente tiene que ser activo, conocer bien los grupos de alimentos y hacer una ingesta calórica adecuada a la cantidad de ejercicio que realiza a lo largo del día. Seguir este patrón de alimentación es la única posibilidad de prevenir la obesidad y en caso de adelgazar, mantener la pérdida de peso en el tiempo.
Ejercicio físico
La prescripción de actividad física debe ser la adecuada y bien ajustada a cada sujeto, ya que si no está guiada podemos caer en el error de no llegar a los umbrales de ejercicio necesarios.
Para evitar la obesidad el ejercicio físico debe combinar los ejercicios de fuerza con el trabajo cardiovascular, ya que al mejorar la fuerza también lo hará la capacidad de moverse, aumentará la motivación y la adherencia a ese programa tanto de ejercicio como de nutrición.(EA)