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Salud mental y la mendicidad en las calles de Esmeraldas
Personas con algún trastorno mental comiendo de la basura, jóvenes quienes por el abuso de sustancias prohibidas pierden la razón.
Padres que utilizan a sus hijos para obtener unas cuantas monedas de limosna es lo que se ve en las calles de Esmeraldas. Dormidos en medio de cartones como colchones a plena luz del día, otros caminando por las principales calles o pidiendo monedas a los transeúntes o a quienes se encuentran en locales de expendio de alimentos así se puede encontrar a varias personas con problemas mentales y otros que por el abuso de sustancias prohibidas llegan a condiciones de mendicidad.
En ocasiones agresivos sin rumbo cierto, buscando comida en los tachos de la basura que encuentran a su paso, o alimentándose de lo que las personas de buen corazón les pueden obsequiar a su paso.
Ahora deambulan por las calles, necesitan ayuda.
Entre ellos podemos encontrar a un ciudadano quien en décadas pasadas andaba con un señor de avanzada edad quien era ciego, se subían a los buses a cantar, el señor adulto mayor con una guitarra y el con unas maracas, ahora el amigo que tocaba las maracas ahora solo toca bolsas de basura para ver que puede sacar de ellas para alimentarse.
Se lo puede observar caminando por las calles de la ciudad, de un lugar a otro sin rumbo cierto esperando caiga la noche para mañana retomar su día a día para tratar de sobrevivir en esta ciudad que al verlo le llama “loco”.
Otro joven quien cuando se encuentra sano sin ningún tipo de sustancias en su mente se pone a cantar vallenatos en lugares donde hay concurrencia de personas, pero en esta ocasión lo podemos observar encima de unos cartones como si fuese un colchón dormido en el sector del parque infantil.
No todos son agresivos, su comportamiento depende del trastorno mental que sobrelleven, o del estado en que se encuentren o de la clase de sustancias que aquel día hayan consumido.
Opinión ciudadana Esther Cagua, consultada sobre el tema nos pide que analicemos con profundidad la realidad que viven los esmeraldeños. Con preocupación, observamos que en esta época electoral, exhiben como obra la rehabilitación de algunos ciudadanos que han caído en este tipo de adicción. Verguenza deberian tener ya que lo que la ciudad necesita es tener verdaderos planes de recuperación, casas de acogida, servicios médicos especializados, ¡Que la pandemia, que el terremoto!, pero hay dinero para remodelar el ingreso a la ciudad, que no es una obra de importancia para la comunidad, ¿De qué nos vale tener un ingreso lindo a la ciudad, si los drogodependientes, mendigos y enfermos mentales se encuentran en las principales calles y avenidas. ?
Alberto Arrízala, señala que es penoso ver a jóvenes que al parecer por suministrar o consumir ciertas clases de drogas pierden totalmente la conciencia, a tal punto de si ellos quieren andar desnudos en la calle porque en el estado en que se encuentran no sienten vergüenza de ningún tipo.
A estos jóvenes debemos de ayudarles, pero primero debemos atacar el microtráfico que está haciendo que nuestros jóvenes a tempranas edades prueben sustancias prohibidas y que con el abuso de dichas sustancias desencadena que anden así “como locos por la calle” indica el ciudadano
Atención
“Las autoridades deben empoderarse más de este tema y no sólo rescatar a los que le aparece un familiar, más bien deben brindarle la ayuda de recuperación a todos aquellos que necesiten de este tipo de ayuda ya sea llevándolos al médico a tratar o buscarle un centro donde se lo pueda internar” comentó una comerciante que prefirió no identificarse.
Ayudando a estas personas la ciudad mejora ya no vemos ese tipo de espectáculo de ver a estos jóvenes en las calles dormidos en las esquinas o comiendo de la basura, ese tema nos deja mal a nosotros como ciudad ante los turistas que nos visitan.

Otros temas a intervenir.
En varios puntos de la ciudad se pueden observar a personas propias de la localidad y en su mayoría extranjeros con niños en brazos pidiendo limosnas, o en semáforos, otros vendiendo dulces para poder conseguir algo de dinero para poder alimentarse. Situación que no es muy bien vista por la ciudadanía quienes opinan que no hay que utilizar a los menores de edad para poder conseguir alguna moneda, porque se los expone al sol todo el día al polvo y al humo de los carros.