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Jueves 26 de abril de 2018 La Hora zamora
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CApÍTULO
cronos
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El libro rEbEldE dE los mundialEs
por: Vladimir Stoitchkov
1962, Chile-Italia: cuando el fútbol sonrojó La Batalla de Santiago es uno de los episodios más vergonzosos en la historia de los mundiales.
E
l fútbol nunca fue solo un deporte. Incluso en su edad inocente, antes del profesionalismo dopado y las montañas de dinero, el juego más popular del planeta tenía una función multifacética. Reflejaba ideales, ambiciones, complejos, metas políticas y un sinfín de cosas más. El escritor uruguayo, Eduardo Galeano, sostenía que el fútbol es el suplente de las guerras tribales de la antigüedad. Y tenía razón. Pues, ahora la superioridad pretendida y la identidad se defienden en la cancha, no en el campo de batalla, el arma es la pelota y no las lanzas. También ahí, en la cancha, se definen los beneficios, y el botín es para los ganadores. Los partidos entre las selecciones empiezan con el himno nacional. Los jugadores ponen la mano sobre el corazón, reconfirmando su identidad y su fidelidad eterna. En su pecho está bordado el escudo: un símbolo nacional. Mientras tanto, en las tribunas los hinchas flamean la bandera de la patria, llevan sus colores en los rostros, en las vestimentas y no paran de cantar, de alimentar, de sufrir o de desbordarse de alegría en caso de algún éxito, aunque sea temporal y de mínima importancia. ¿Acaso eso es sólo un deporte, un entretenimiento inocente y pasajero? ¿O más se parece al fin del mundo, como cualquier batalla mortal? En la historia futbolera abun-
dan ejemplos en este estilo. Pero uno de los más chocantes es el del 1962, en el mundial de Chile: el tema de hoy dentro nuestro recorrido cronológico. Era la época de Pinochet, de la Guerra Fría, de un mundo en la víspera de la moda hippie y su revolución sexual. Los chilenos, en estilo inglés, tomaban té a las cinco de la tarde y creían que lo tienen todo bajo control. Hasta que llegaron dos periodistas italianos: Corrado Pizzineli (enviado especial del periódico La Nazione de Florencia) y Antonio Ghiseli (Il Resto de Carlino de Bolonia). Poco después, el eco de sus escritos ofensivos para los anfitriones era tan profundo que casi provocó un conflicto diplomático. “Santiago es el símbolo triste de uno de los países subdesarrollados del mundo y afligido por todos los males posibles: desnutrición, prostitución, analfabetismo, alcoholismo, miseria”, subrayó Pizzeli en su reportaje, difundido en toda Italia. Pero no lo leyeron solo los italianos. También lo leyeron los de la embajada chilena en Roma y enseguida enviaron la traducción del texto a Chile. Podemos imaginar que cólera se desató. Los medios locales, liderados por El Mercurio, iniciaron una campaña de vengan-
EstREllA. Sívori en la portada de la mítica revista El Grafico. (foto: El
PERioDistA. Corrado Pizzinel actualmente tiene 96 años de edad.
GRÁfico)
(foto: tREsPontos.BloG.BR)
GUERRA. El 2 de julio de 1962, la cancha de Santiago se transformó en un campo de batalla. (foto: www.thEclinic.cl)
za nacional. Diario Las Últimas volvió” los claveles a los jugadoNoticias apeló un justo pago por res italianos, arrojándolos sobre parte de los italianos “fascistas, ellos junto con una notable dosis mafiosos, maniáticos sexua- de monedas, frutas, abucheos e les y drogadictos”. Y el fútbol insultos. Entonces empezó el partido se convirtió en el instrumento principal de la venganza. Pues, que más parecía un festival de en pocos días, precisamente el artes marciales. De los primeros 2 de junio de 1962, Italia y Chile veinte minutos se jugaron apetenían que medir fuerzas en un nas cuatro. El resto se repartió partido del grupo B del mundial. entre empujones, golpes, puñeY como si fuera poco, el partido tazos, patadas y reclamos. En el minuto 8 ya hubo un exera decisivo para la clasificación a la segunda fase. TOME NOTA pulsado: el italiano Giorgio Ferrini. Minuto antes Ahora o nunca, a cualdel descanso, el partido quier precio. La situación era tan Todo sobre los se acabó también para su mundiales compañero Mario David. insoportable que Omar puedes Solo dos expulsioSívori, argentino de na- encontrar en nuestro nes –ambos del equipo cimiento y nacionalizado almanaque visitante– en un partido italiano, se negó a jugar. especial, Hablamos de una de las Россия 2018, manchado de sangre y estará en con carabineros entranestrellas de los azzurri, que tu kiosco a adornado hoy en día con partir de 20 de do en la cancha, más pamayo. recía una burla que una comparaciones como que justicia. Pero el árbitro era “el Maradona de River” y “el primer Messi en la his- inglés, Ken Aston, lo tenía claro. El ganador podía ser solo uno: el toria”. La federación italiana trató de equipo de Chile, si no probablemejorar el clima. Depositó flores mente nadie salía de la chancha. en las tumbas de los héroes chi- Así que se tapó los ojos incluso lenos. Dijo mil superlativos para cuando Leonel Sánchez de un los anfitriones en la rueda de codazo le rompió la nariz al itaprensa. Compró una gran can- liano Humberto Maschio. Curiosamente, el exmilitar, tidad de claveles blancos para el partido. Pero todo resultó en teniente-coronel en la Segunda Guerra Mundial, Ken Aston, vano. El público chileno, un poco luego llegó a ser el jefe de los ármás de 66 000 personas, “de- bitros en FIFA y es el inventor
ÁRBitRo. El árbitro de la Batalla de Santiago, Ken Aston (de blanco), luego inventó las tarjeras de sanción. (foto: kEnAston.oRG)
de la tarjeta amarilla y la tarjera roja que entraron en uso en el mundial de 1970, disputado en México. Según su testimonio, lo que lo inspiró para crear las dos tarjetas era un semáforo: “Amarillo, atención, puedes seguir. Rojo, alto, fuera de campo”. Otro detalle relacionado con Ken Aston, los chilenos y el mundial de 1962 es que él dirigió, asimismo, el primer partido de los anfitriones en el cual los chilenos empezaron perdiendo de Suiza, pero rápidamente dieron la vuelta y ganaron 3 a 1. Victoria con dos goles de diferencia (2 a 0) registraron los chilenos también aquel 2 de junio de 1962 versus Italia. Los goles cayeron en el último tramo del partido (Ramírez 73, Toro 87) cuando Italia ya estaba con ocho jugadores en la cancha (dos expulsados y un lesionado). Al siguiente día apodaron a este partido la Batalla de Santiago. Está claro por qué. Pero el último toque en el capítulo lo dio otro inglés, el periodista de BBC, David Coleman. Él, presentando la cinta con la grabación del partido, se disculpó con el público y calificó los acontecimientos en el estadio nacional “Julio Martínez Prádanos” (Santiago de Chile) como “la más estúpida, horrible, repugnante y vergonzosa exhibición del futbol de la historia”.
Roto. Los italianos sostienen a su compañero Maschio después del codazo de Sánchez. (foto: www. chARlAtEcnicA.cl)