opinión A8
Para que la Esta nueva libertad sea designación virtud, ha de representa preponderar en el asumir un nuevo hombre la compromiso con inclinación al bien”. Loja”
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JuDITh RoDRíguEZ,
vicepResideNta de las mujeRes ecuatoRiaNas poR el cambio .
JuAN MoNTALvo
Domingo 06 de MAyo de 2012 La Hora ZAMoRA
CÉSAR PALACIoS o.
Libertad de expresión El destacado escritor español Ramiro de Maeztu afirmaba que la libertad no tiene su valor en sí misma: hay que apreciarla por las cosas que con ella se consiguen. El controversial tema que se ha plasmado muchas veces con polémica en el pensamiento del pueblo ecuatoriano es del que hoy me he decidido por escribir, a solo tres días de haber celebrado el ‘’Día mundial de la libertad de prensa’’. La libertad, según la Real Academia Española, es ‘’La Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos’’; estando de acuerdo con aquella definición, podría afirmar que el hombre, por lo tanto, es libre de decir, escribir y enunciar de acuerdo a sus pensamientos, ideologías y creencias, pero que es responsable de de las consecuencias que ello produzca. No podemos desmentir el hecho de que ha sido gracias a los medios de comunicación que muchos gobiernos han surgido y otros han caído; conociendo esto entonces no debemos permitir el apoderamiento de los medios de comunicación por parte de un régimen que pretenda totalizar las ideologías y hegemonizar formas de pensamiento. No debemos caer en la mentira de asumir que actualmente en el Ecuador existe libertad de expresión, en un país en donde se prefiere informar el nuevo matrimonio de un famoso de Hollywood que un escrito o un poema de un niño o joven ecuatoriano. Entonces, hoy es momento de luchar por la prensa que queremos, siendo responsables con lo que expresamos, pero así mismo exigiendo neutralidad en los contenidos para que no vuelva a pasar nunca más lo sucedido en 1776, en la declaración de principios de Filadelfia, cuando se afirmaba en los diarios estadounidenses que todos los hombres nacían libres e iguales y a todos les concedía su creador determinados derechos; tres cuartos de siglos después de la independencia, los esclavos negros seguían siendo vendidos en las plazas públicas. ¡Viva la libertad de expresión!
¡LibérenLo ya!
Roméo Langlois, corresponsal de France 24 y colaborador de Le Figaro y otras publicaciones europeas, cubría hace una semana un operativo en las selvas colombianas del Caquetá (relativamente cerca a Ecuador) en compañía del Ejército, cuando resultó en medio del fuego cruzado y hasta el momento de escribir esta nota se desconocía su paradero. El periodista se encontraba con las tropas en la vereda de Unión Peneya, donde fueron emboscados por guerrilleros del frente 15 de las FARC. Tal como ocurre en Irak o Afganistán, además del riesgo de que sean victimizados, la actuación de los corresponsales pone en tela de juicio el equilibrio informativo del cubrimiento, pues la guerra solo es vista desde uno de los bandos enfrentados.
DANIEL MáRquEZ SoARES
País de héroes A lo largo de su carrera, el general estadounidense George Patton asumió retos suicidas (como medirse ante Rommel cuando el alemán estaba en su apogeo) y alcanzó envidiables conquistas (sus avances por África y Europa). Dotado de un ego exuberante, era obsesionado por las condecoraciones. No obstante, aunque afirmó que sacrificaría su alma por ello, jamás logró que le dieran la Medal of Honor, el más alto reconocimiento que se puede recibir en los Estados Unidos. Se juzgó que sus logros no lo ameritaban.
De todos modos es claro que Langlois estaba cumpliendo su misión, la de informar. Además, el trabajo periodístico es fundamental para comprender el conflicto colombiano. El supuesto plagio del reportero acentúa la incredulidad sobre la buena voluntad de los rebeldes, pues hace solo unas semanas anunciaron que renunciaban al secuestro como medio de obtener ingresos o presión política. De comprobarse este hecho, las FARC quedarían muy mal. Su credibilidad, una vez más, estaría minada y puede complicarse el ambiente para iniciar los diálogos que buscan activistas y organizaciones de derechos humanos. En resumen, es una señal desfavorable en las circunstancias actuales. La guerrilla no solo tiene que ganarse la confianza del Gobierno, sino de la sociedad. De lo contrario nunca habrá paz.
Ganarse esa medalla es tan complicado que, en la historia, más de la mitad se han entregado póstumamente y nadie piensa en ganársela porque parece imposible. No basta con morirse, hay que hacerlo de una forma desmedidamente sacrificada en una misión altruista y suicida. El Congreso ordena su entrega, tras un infinito proceso de selección, pero el homenajeado la recibirá de manos del propio Presidente. Quien la lleve, sin importar su rango, recibirá siempre, por cortesía, el saludo de parte de cualquier otro miembro de las Fuerzas Armadas, incluso un general, almirante o el propio Presidente. Patton debería haber nacido en Ecuador. Aquí, le hubieran dado la más alta condecoración sin chistar. La Cruz de Guerra, nuestro equivalente a la Medal of Honor, se la han dado a militares que dirigieron misiones
desde una cómoda seguridad de despacho o a pelotones que apenas cumplieron la misión que tenía asignada (lo que se supone que es el trabajo de todo militar). En una guerra de 30 muertos resulta que tuvimos 5.000 héroes. Bajo esa lógica, los soviéticos o los norteamericanos no habrían tenido población suficiente para condecorar luego de la Segunda Guerra. Esta vergüenza demuestra la mala fe de repartir medallas para asegurarse prebendas. Evidencia la mediocridad de premiar a todos para no ser “mala gente”, negándole a los excelentes el altar aparte que merecen. Por último, ejemplifica nuestra mala costumbre de premiar a gente que apenas está cumpliendo su obligación. Nuestros estándares, de tan bajos, son capaces de devaluar hasta los más altos honores. dmarquez@lahora.com.ec
P. MILKo RENÉ ToRRES oRDÓÑEZ
La vid El ejemplo alegórico de la vid y los sarmientos resultaba fácil de entender en tiempos de Jesús y lo resulta también para nosotros hoy en día. Los sarmientos son los brazos de la cepa. Un mismo brazo va creciendo cada año. Durante el invierno, la poda lo acorta y deja unas pocas yemas para que las uvas sean de calidad. Cuanto más se aleja la yema de la cepa, peor calidad tiene el fruto. La mejor calidad se encuentra al lado del tronco de la vid. Esas uvas irán creciendo y madurando hasta el momento de la vendimia. Después, una nueva poda volverá a cortar el sarmiento. Pero las yemas que han dado las uvas de este año, habrán ido hacia arriba, pues el sarmiento habrá crecido desde abajo. Así que esas yemas serán cortadas y las nuevas, las más próximas a la vid, darán la cosecha del año próximo. Con este proceso, el brazo es el mismo, pero el sarmiento se renueva cada año desde el tronco hasta el punto de la poda. Por eso, cuando una tormenta de granizo arrasa una viña, se lleva dos cosechas: la actual y las yemas de la cosecha siguiente. A veces el podador percibe que un sarmiento se ha secado. A ese se le corta de raíz y se destruye junto con los que han sido cortados. La savia de la cepa ha dejado de circular por él. Dios busca, pues, fruto en nosotros. Él nos ha dado la vida, nos ha enviado a su hijo para llevarnos de su resurrección a la vida eterna. A Él le debemos todo cuanto somos y tenemos. A cambio, él pide que aceptemos ser sus hijos. Que tengamos una relación filial. En el Reino se reconoce en Jesús al Hijo por cuya Palabra Dios hizo al hombre y toda la creación; el hombre nuevo, libre de pecado que, en amistad perpetua con Dios, es incorporado a la eternidad por su fe y por los méritos de su pasión, muerte y resurrección. Este es el mayor don, preparado para nosotros por el amor que nos tiene, porque quiere estar aquí para siempre.
Editor Regional (E) josé padilla puchaicela Editor Zamora (E) juaN caRlos GoNZáleZ NaRaNjo Periodista Zamora diaNa oRdÓÑeZ Periodista Yantzaza susaNa maRtíNeZ Edihora Cía. Ltda. Dirección: calle luis marquez y amazonas (c.c. Reina del cisne) Telefax: 260-6750 E-mail: zamora@lahora.com.ec Año: XI No. 4392
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