CYAN MAGENTA YELLOW BLACK
Ecuador, domingo 10 de mayo de 2015
O
ensayo
nda, aestro
Unda es uno de los grandes maestros del abstracto. James Hillman, crítico de arte alemán, celebró su arte en Hannover: “El abstracto de Unda es de los más sabios de nuestro tiempo, pues fusiona profundidad El hombre y la obra De mediana estatura, frágil, adusto y re- y belleza con maestría única…” Unda ha eritraído, vive solo en el último nivel de un gido un universo propio en el arte visual de modesto condominio en la Comuna Central su generación en América, quizás por eso de Tumbaco, alejado de centros elitistas que es el arquetipo del artista “incomprendido”. pueblan ese valle. Asciendo la estrecha es- Aquí en su lugar de origen, casi nadie conocalinata que da a su refugio y apenas hallo ce ni valora su arte. El Maestro lee, estudia, una austera mesa de trabajo, libros, músi- aprende, afina sus destrezas. El arte va y vieca, herramientas para su oficio (espátulas, ne, nunca está quieto. La biología es la gran maestra del arte. No hay pinceles, recipientes, En este tiempo ya no hay arte definido. (Joan Miró aceites, óleos, pigmenmanera de hablar de ‘ar- trabajó toda su vida tos…), un acervo de telas tistas incomprendidos’... para poder pintar como y papeles (Unda susun niño). Unda, en sus tenta que lo mejor de su GILLO DORFLES nuevos trabajos, anhela arte está en sus papeles), CRíTICO DE ARTE ITALIANO lo simple, lo espontáneo, obras de años anteriores al fondo de la morada que también le sirve lo natural. Desmitificación del tradicionalisde taller y un taburete de plástico para al- mo y retorno a la matriz originaria. Unda esquiva a críticos y comentaristas gún visitante. Pienso en la afirmación de Gillo Dorfles: de arte, elude el mercado, declina reconoci“En este tiempo ya no hay manera de hablar mientos, vive inmerso en su ascetismo creade ‘artistas incomprendidos’, de dramas de dor y no promueve su arte de ningún modo. la pobreza y de la tuberculosis, como solía Él y su arte, nadie más, nada más, ni siquiera hacerse decenios atrás…”. Esto no es lo que él mismo. Solo, de soledad genuina, ni menocurre en el mundo, más aún en los países daz ni fingida, como la de innumerables ditercermundistas, por eso, algo me lleva a letantes. Sobrio y frugal. Incapaz de decir no creer que la crítica de hoy —con excepcio- a quien le pida algo. Solidario y transparennes— es pueril e insulsa. “Lo único que te, en nuestra dilatada e irrevocable amistad, subsiste en nuestro tiempo —afirma Ken jamás le he escuchado una sílaba en contra Wilber— es el ego del artista y del crítico, de nadie, solo palabras de respeto y aliento atrapado en una sala de espejos, embelesa- a viejos y jóvenes artistas. Vida y obra del dos por su propia imagen en un mundo que maestro Unda se amalgaman, hecho que se una vez admiraron”. Nada más cierto. da únicamente de tiempo en tiempo.
diluyentes que se diseminan por los intersticios de la tierra para rastrear en sus sustancias más remotas.
pInTOR. José Unda es uno de los grandes exponentes del abstracto. (Foto Christoph Hirtz)
El abstracto de Unda es de los más sabios de nuestro tiempo, pues fusiona profundidad y belleza con maestría única…” JAmES HILLmAn
CRíTICO DE ARTE ALEMÁN
CYAN MAGENTA YELLOW BLACK
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A lo largo de la historia y en todos los regímenes, solo han triunfado los siervos, los intrépidos y los desvergonzados, muy pocos constituyen la salvedad. Unda, al contrario, es la encarnación de la dignidad perdida. La dimensión de un ser humano se mide por la cuantía de soledad que le es posible soportar, sentenció Nietzsche. La soledad de Unda es esa última luz que está en su arte, arte que empieza muy temprano todos los días, hasta avanzadas sus noches, y que seguirá agazapada hasta su último aliento, sin que pueda alcanzarla. El trazo libre —redimido a la pulsión del rictus creador, pero cruzando una malla exacta siempre, como si para transgredir los términos de la estructura, lo más trascendente fuera concebirla instante a instante— es otro de los atributos de la obra del Maestro. Escasa cabellera (usa boinas confeccionadas por él mismo), camperas y pantalones de dril, zapatos brincacharcos, lentes, y un atado de libros bajo el brazo; las raras ocasiones que sale a la ciudad, recorre viejas librerías, tiendas de anticuarios y las exposiciones de arte visual en horas en que las salas están vacías. Eremita consumado, se alboroza esperando el segundo de retornar a su espacio. “Esta es mi soledad —dirá con el filósofo, el momento de su retorno—, verme rodeado de luz”, aunque consciente de que no puede hallarla. Por eso, los “daños bárbaros” que sintió Hölderlin se repiten en Unda. Pero al contrario del Cisne Negro, su lucidez se magnifica día a día, gracias al guerrero intemporal que lleva dentro. Minero implacable de la historia humana y su precaria y viciada condición —gracias a su genio— no la muestra tan mediocre como es, la abre al infinito y la torna fulgurante. ¿Quién comprende el arte visual del maestro Unda? Centenares de ciudadanos de a pie que ingresan a sus exposiciones. Es fascinante verificar cómo reaccionan ante el universo de este artista. Este su éxito y —en palabras suyas— “carecer de mercado”. Ha pasado tiempo desde que lo conocí. Lo hallo más frágil y silencioso, más sabio. Qué decir de su obra. Solo que es: “… el poema interminable, sin rimas, sin música, sin palabras, que sin cesar pronuncia el universo”. *Narrador y ensayista ecuatoriano.