CURIOSO A10
DOMINGO 23 DE DICIEMBRE DE 2012 La Hora EL ORO
Pese a las predicciones sobre el Apocalipsis, la vida en la Tierra sigue su curso normal. ¿Qué harán ahora los que creían que todo se iba a acabar ayer, 21 de diciembre?
En el transcurso de la historia, el fin del mundo ha sido pronosticado en numerosas ocasiones y, en cada una de ellas, un grupo de fervientes creyentes ha quedado decepcionado ante la ausencia de muerte y destrucción. Ante todo la calma
En esta última ocasión miles de personas habían tomado precauciones en todo el planeta. Por ejemplo, en la provincia china de Sichuan se informó de la compra masiva de velas. En Rusia, se disparó la venta de fósforos y comida en lata y el primer ministro Dimitri Medvedev urgió a sus conciudadanos a mantener la calma. Por su parte, las autoridades francesas tuvieron que lidiar con decenas de personas que se acercaron a una montaña de la pequeña localidad de Bugarach, convencidos de que unas naves voladoras iban a rescatar a los seres humanos allí concentrados, informa BBC. Lo cierto es que nada de esto es nuevo. Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha estado fascinada con el fin del mundo.
La vida después del fin del mundo que no fue Antes y después de Cristo
Los habitantes de Roma fueron presa del pánico ante las predicciones que aseguraban que su ciudad sería destruida en el año 634 A.C. y el temor al nuevo milenio se propagó por Europa ante la llegada del año 1.000 D.C. Ya en la actualidad los seguidores de las profecías de Nostradamus se prepararon para el advenimiento del ‘Rey del Terror’ en 1999. Mientras el telepredicador estadounidense Pat Robertson dijo que “algo similar a un ataque nuclear” ocurriría a fines de 2007. Por su parte, el predicador radiofónico californiano Harold Camping ha establecido una fecha para el fin del mundo en por lo menos seis ocasiones, siendo la última el pasado 22 de octubre. ¿Quiénes son los ‘profetas’?
Según explica Lorne Dawson, experto en sociología de la religión de la Universidad de Waterloo, en California-Estados Unidos, los grupos que han pronosticado el Apocalipsis suelen seguir adelante sin problema una aunque no se cumplan sus predicciones. De las 75 agrupaciones identificadas por Dawson que predicaban el cataclismo todas, excepto seis, continuaron existiendo después de que la catástrofe no se materializase. De hecho, algunos incluso han ganado adeptos, por ejemplo los
Siempre habrá una fecha para el final líderes lo que hacen ° Muchos es dar una nueva fecha para el NORMAL. Las personas han escuchado durante miles de años varias profecías que acaban con la vida humana.
Testigos de Jehová han esperado en varias ocasiones el Apocalipsis y cuentan con siete millones de seguidores, según BBC. La Iglesia Adventista del Séptimo Día tiene unos 17 millones de miembros en todo el mundo. Este grupo surgió del movimiento milenarista, cuya fallida predicción del fin en 1844 se conoció como ‘La gran decepción’. ¿Qué pasa cuando la profecía falla?
Uno de los mejores estudios sobre estos casos es ‘Cuando la profecía falla’, en el que el psicólogo Leon Festinger explica como él y sus estudiantes se infiltraron en una agrupación que pensaba que el mundo se acabaría y que iban a ser rescatados en un platillo volador. Cuando las naves espaciales no llegaron el líder del grupo aseguró que Dios había perdonado al planeta. Entonces, los apocalípti-
CONTINUARÁN. Seguramente pronto se escucharán noticias de nuevas fechas del Apocalipsis.
cos se dedicaron a dar a conocer la buena noticia entre los no creyentes, en lo que para Festinger fue un claro caso de disonancia cognitiva. En un ejercicio similar, el psiquiatra Simon Dein pasó un tiempo con miembros de la comunidad judía Jabad-Lubavitch en Stamford Hill, en el norte de Inglaterra. Durante años, los integrantes de esta organización creyeron que su líder espiritual, Menachem Mendel Schneerson, conocido como ‘El Rebe’, era el mesías. Según sus creencias, él anunciaría el fin de la civilización y los guiaría a una nueva era. Su fe sería puesta a prueba en 1994, cuando el ‘El Rebe’ murió. Pero pese a todo, los miembros de la comunidad no abandonaron su sistema de creencias y se dividieron entre los que creían que ‘El Rabi’ seguía vivo pero no podía ser visto y los que pensaban que, de que algún modo, resucitaría.
apocalipsis, mientras tanto otros se disculpan ante sus seguidores por haberse equivocado de día. Sin embargo existen casos en que algunos tomaron medidas más drásticas. En 1997, 39 miembros de la secta ‘Heaven's Gate’ (Puerta del Cielo) se quitaron la vida, creyendo que así se subirían a una nave espacial que seguía la estela del cometa Hale-Bopp. Pero pese a estos casos trágicos la mayoría de los grupos que creen en el fin del mundo suelen adaptarse a la realidad sin más. “Cuando se ha invertido tanto en una creencia se tiene un interés en conservar algo de ella”, asegura Philip Jenkins, historiador de las religiones de la Universidad Baylor, en Texas, Estados Unidos. Según Jenkins, la atracción que despiertan los líderes que predican un cataclismo va más allá del contenido de sus profecías. “Es una especie de rechazo a la manera en la que el mundo está hecho. Tiene que ver con la necesidad de imaginar algo mejor. Cuando se hace evidente que el nuevo orden no va a llegar, siempre se encuentran maneras de ajustar el mensaje”, afirma Jenkins.