10 Grey Viva
Provincia Eclesiástica de Maracaibo Semana del 30-10 al 05-11 de 2009
La Chinita recibe 68 nuevos Servidores “Cada día, aumenta el número de aspirantes que quieren pertenecer a esta Sociedad y eso, nos permite reafirmar que es una vocación particular que la Virgen da a estos muchachos, a estos hombres, para que convirtiéndose en sus servidores, ellos puedan no solamente transportarla, sino también vivenciarla, a través de la procesión…”
Rena Aguirre
El pasado domingo 18 de octubre, en el templo de a Nuestra Señora de Chiquinquirá, fueron juramentados 68 jóvenes y adultos, como nuevos miembros de la Sociedad Servidores de María. En una Eucaristía presidida por Monseñor Oswaldo Azuaje, acompañado por el párroco de la Basílica, el padre Eleuterio Cuevas y el Vicario Richard Colmenares, los postulantes, llenos de emoción y regocijo, se postraron a los pies de la Madre, para decir: ¡Presente, María! El padre Eleuterio Cuevas señaló que “hoy culmina un proceso de formación que, durante casi un año, un buen número de aspirantes comenzó, para cumplir su sueño de asumir un rol protagónico dentro de la espiritualidad chiquinquireña que se respira dentro de la arquidiócesis de Maracaibo. Esta ceremonia, que presidió monseñor Oswaldo, es el ultimo acto pre-celebrativo de las fiestas de la Virgen, es decir, terminada esta juramentación ya quedamos al día con la organización de todos estos jóvenes, que tienen bajo su responsabilidad cargar la sagrada imagen de la Virgen, durante las procesiones y sostener la Pastoral dentro de la Basílica…”. El servidor mariano, Norberto Delgado, explicó que estos jóvenes y adultos tuvieron una preparación de, aproximadamente, 8 meses, dada por la Junta Directiva de la Sociedad y el
mismo padre Eleuterio, cada jueves. El pasado 18 de septiembre se juramentaron más de 60 niños y el 18 del mes en curso, estos 68 admiradores de la Madre del cielo, Como antesala al día de la Santa Patrona. “esta preparación no es sólo para ponerse un uniforme, sino para que estén listos, evangélica y moralmente; esperamos que el próximo año, la juramentación se le haga a más de 200 nuevos postulantes. En cualquier momento la Virgen los puede llamar…”, expresó Delgado. El padre Cuevas añadió a la razón de la preparación de estos jóvenes, que “a la luz de la palabra de Dios de cada domingo, se les van proporcionando temas distintos y que son complementarios, dentro de la vivencia cristiana. Si un servidor de María recibe la información y no tiene un fundamento humano ni un fundamento cristiano está incompleto. Por eso, ellos
ven todo lo que se refiere a urbanidad, buenas costumbres, el uso del uniforme, la forma de comportarse dentro de la iglesia, en los traslados, en las procesiones, todo eso forma parte de la formación humana. Señaló además que, “han visto también todo un Taller de educación sexual porque son hombres que están en medio del mundo. Eso ha permitido que nuestros muchachos sean maduros y muy equilibrados
en el trato con la mujer y sobre todo, tengan una gran conciencia de lo que es y significa la familia. Cada uno de estos nuevos servidores tiene su historia particular. Los más jóvenes expresan que, desde muy pequeños, tuvieron como un sueño llevar a la Virgen sobre sus hombros y que jugaban a imaginarse que esto se hacia realidad. Otro hecho particular es que, siete de los participantes no
estaban casados por la Iglesia y tuvieron además, una preparación conyugal en la que, finalmente, realizaron el sacramento, para poder hacer el juramento de servidor “como Dios manda”. El trabajo que, de aquí en adelante, llevarán a cabo estos nuevos servidores es bastante arduo. “Como caballeros que son están siempre dispuestos a prestar su colaboración en todo lo que se refiera al culto de la Virgen. Es una tradición que tiene ya 107 años, en la que participa toda la familia; la madre participa del Comité de Damas, el papá
como servidor de María, que le trasmite eso a su hijo… el abuelo a su nieto… En fin, todo esto manifiesta la gran fortaleza del apostolado laical dentro de la basílica y de la gran espiritualidad chiquinquireña, expresó el Padre Eleuterio, quien además, emocionado señaló que “esto nos llena de satisfacción y sobre todo, de piedad y devoción, porque es una vocación que Dios les regaló y que redundará en la salvación de sus almas, lo que les permite ser consecuentes con esta promesa que hoy hacen y con este gran servicio que la Iglesia les pide”.