Relatos afuera del mainstream

Relatos afuera del mainstream Una mirada sobre la labor educativa de LaFundició

Andrés Mauricio Casallas Acuña Tutor: Enrico Beccari Trabajo final de máster Máster en artes visuales y educación. Un enfoque construccionista.

Universidad de Barcelona 2016

ÍNDICE RESUMEN INTRODUCCIÓN EL TIEMPO VACÍO LAFUNDICIÓ FORMAS DE APROXIMACIÓN QUITANDO LAS IMÁGENES DEL PENSAMIENTO DENTRO DE OTRAS TEMPORALIDADES HISTORIAS DE MIEDO ARTES Y CONCIENCIACIÓN CONCLUSIONES BIBLIOGRAFÍA ANEXOS

RESUMEN Relatos afuera del mainstream El presente texto describe una investigación que parte del interés por conocer cómo funciona la práctica educativa y artística en procesos de trabajo con comunidades, y cómo esta puede permitir un espacio para lograr más consciencia de su realidad y la concreción de acciones de transformación verdaderas.

Para

realizar

esta

investigación

me

centro en el análisis de procesos

educativos-artísticos de La Fundició, un colectivo de artistas que trabaja con diferentes comunidades de Barcelona y apunta a la construcción colectiva de nuevos relatos sobre su vida y su contexto.

Palabras clave: Agencia, comunidad, emancipación, pedagogía crítica.

ABSTRACT

Stories outside of the mainstream The present text describes a research born in the interest of recognizing how the educative and artistic practice operates in community-based processes, and how it can open a space to achieve more consciousness of their reality and true actions of transformation.

This research will be based in the analysis of the educative-artistic practice of LaFundició, a group of artists that works with different communities of barcelona aiming to collectively construct new stories of their life and context.

Key words: Agency, community, emancipation, critical pedagogy

INTRODUCCIÓN Desde hace muchos años he sentido la necesidad de lograr acciones que ayuden a transformar a una sociedad que no siento equilibrada, aunque realmente nunca he sabido bien cómo lograrlo. Como era bueno dibujando, terminé haciendo un pregrado en artes visuales en mi ciudad: Bogotá, durante el cual me pregunté qué sentido tenía la realización de piezas artísticas o la labor artística más allá del artista, del dinero o de lograr exponer en una galería, cómo podían ser algo verdadero, transformador, y no quedar como una pieza más a ser expuesta, guardada o que -en apariencia- tan sólo algunos pocos entienden. Poco logré ver en la práctica artística que pudiera tener suficiente significado para mí.

Fue tan sólo en mi trabajo de grado (2010) que tuve la suerte de contar con un tutor que amplió mi mirada sobre las artes, compartiendo conmigo información sobre el espíritu transformador del Surrealismo, sobre otras formas del arte con posturas políticas transformadoras y libertarias como el Situacionismo que se manifestaron en mi trabajo de grado.

Al graduarme participé de manera breve en algunos proyectos educativos y proyectos comunitarios que encontré fascinantes y complejos, tendían a hacer intervenciones de diferentes maneras a las que conocía, en contextos alternativos, tendían a contar con prácticas artísticas, y lograban un espíritu transformador en las personas, sin embargo no sabía en realidad qué era lo que estaba pasando ahí ni interpretar cómo lograban esto.

Entender qué puede significar la palabra educación y cómo esta se puede llevar a cabo por fuera de las aulas, de forma transgresora, transformadora, con comunidades, se convirtió en mi interés principal. De este modo seguía vigente la pregunta por cuál era el papel que el arte jugaba en esa ecuación.

Gracias al máster he llegado a algunas respuestas a nivel teórico, sin embargo quise que el trabajo final de máster (TFM) me permitiera observar las formas en que sus teorías se conectan con alguna forma práctica, es por esta razón que decidí acercarme a LaFundició.

LaFundició es una cooperativa situada en L’Hospitalet (Barcelona), cuya labor se encuentra entre puntos de confluencia de prácticas artísticas, culturales y educativas. Realizan desde hace más de diez años procesos colaborativos con diferentes escuelas, instituciones y comunidades. Estos procesos buscan la horizontalidad, el desarrollo de la capacidad de agencia y el beneficio de todos los implicados1. Sus integrantes son Maria Lola Fernández (Mariló), Francisco Rubio y Pablo Becerra. Mariló y Francisco son miembros fundadores del colectivo. Desde 2006 han participado en diferentes proyectos de educación artística y en proyectos de colaboración con centros culturales. Pablo Becerra es miembro de LaFundició desde 2014, ha realizado su práctica en el cruce entre arte y educación en las iniciativas (AulAbierta y FAAQ.info) y proyectos colaborativos. Todos han realizado estudios en Bellas Artes.

Me enteré de la existencia de LaFundició al ser mencionados en una clase del máster, me interesó conocerlos porque supe que trabajaban con comunidades desde contextos alternativos.

EL TIEMPO VACÍO El lunes 14 de marzo conocí el trabajo de LaFundició por primera vez, fue una exploración aislada, pues aún no sabía si haría mi TFM con ellos, y fue sólo luego de 2 meses que -tras haber acabado otras labores del máster- pude volver a entrar en contacto con ellos, ya con la idea de realizar la presente investigación.

1

en su página web: http://lafundicio.net/que-es-como-funciona/

Ese lunes me encontré por primera vez en el barrio La Florida, en uno de los salones del centro Ana Díaz Rico, un espacio amplio e iluminado, con grandes mesas y anchos espacios para transitar con total libertad. Varias mujeres entre los 50 y los 80 años llegaron poco a poco y se sentaron juntas, algunas a tejer, a hablar o avanzar en procesos de estampado en camisetas. Estaban también Mariló y Neus, la hija de una de las señoras mayores. Mariló le enseñó a Neus un catálogo de diseños para estampado en camisetas que han ido elaborando a partir de dibujos e ideas de varios de los asistentes.

Al poco tiempo de sentarme cerca de las señoras una de ellas me preguntó de dónde vengo; cuando respondí que vengo de Bogotá me dijo -de manera tajante-: “¿la situación allá está difícil?”, le di a entender que no lo consideraba del todo así.

Se puso de pié y me cuestionó de inmediato, en un tono serio y fuerte que me pareció desafiante: “¿y tú por qué estás aquí entonces?”. Le respondí, cuestionándola y casi defendiéndome: “¿acaso a tí no te gusta conocer, viajar a otros países?”. Ella respondió: “¿acaso en tu país no hay estudio? ...¿acaso en tu país no hay profesores?” y yo no alcancé a decir nada cuando ella -sentándose y volviendo con sus compañeras- daba por finalizada la conversación.

Dos o tres horas más tarde empezaron a llegar poco a poco los jóvenes, ellos se sientan en otro lugar diferente al de las señoras. Mariló llevó ese día una torta para que todos comiéramos, para compartir, algunos de ellos pasaban y no recibían ni probaban por más que les ofrecieran. Algunos de ellos se sentaron, compartían con sus compañeros, otros se concentraban hasta lograr estampados impecables en varias camisetas. La mayoría son inmigrantes o hijos de inmigrantes.

Se asienta por un rato la atmósfera en el lugar, abuelas sentadas, concentradas casi en el medio como un núcleo de un átomo, tejiendo, hablando, yo ayudaba a una a tensar las mallas para estampado. Había chicos sentados y otros que se volvían como electrones orbitando alrededor por el aula.

Salimos, nos encerramos con algunos de los jóvenes, Mariló y dos niñas en el baño, lugar que toman como cuarto oscuro para poder quemar las planchas de serigrafía, entre todos ayudamos a hacer una especie de mesa de luz con una caja de cartón, una lámpara y unos vidrios, oscuridad casi total. Avanzábamos en el proceso con la emulsión y las imágenes, los jóvenes empezaron a cantar y hacer sonidos golpeando paredes y objetos con sus manos, se miran, crean, crean sonidos con su boca y palmas, ríen a carcajadas, se escuchó su retumbar en todo el edificio. A la salida dos estudiantes me preguntaron por qué yo estaba ahí, les conté que estoy estudiando, luego me preguntaron por qué elegí españa si pude haber elegido “Alemania... otros países mejores (...) España está lleno de putas y ladrones”

Una vez terminado el proceso volví al salón, las señoras ya se habían ido todas y sólo estaban los chicos. Me senté a observar, llegaron tarde las chicas gitanas y permanecieron en grupo en el centro del salón, una de ellas me preguntó si soy nuevo, le respondí que era como un profe más ahí. Estábamos los jóvenes y yo solos, Mariló se quedó otro buen tiempo con una niñas de 10 años que llegaron al encuentro, en el baño, haciendo más planchas serigráficas.

Las primeras anotaciones que hice en mi bitácora ese primer día con la comunidad, las hice con los nervios alterados al mismo tiempo en que acontecían, eran sucesos que a través de la escritura trataba de asimilar y entender: Ahora están jugando frisby. Las chicas se fueron y no siento que Mariló tenga algún tipo de plan para con ellos. Siento que si algo se hace por una comunidad se debe sumar el máximo rigor posible, ¿se deben llenar los espacios vacíos? ¿Qué significan los espacios vacíos? (con espacios vacíos me refiero a no tener un programa especial para ese momento en que ellos están, tratar de tener todo bajo control, poder describir qué está pasando en cada momento, (al parecer para ese momento no había programa) ¿qué permiten esos espacios vacíos?

Mientras Mariló se quedó en el otro lado con algunas chicas y chicos preparando las plantillas de serigrafía, los otros chicos estaban destrozando el salón mientras yo los veía y no sabía qué hacer exactamente ¿No le importaba lo que estuviese pasando en el otro espacio?, ¿creía que ellos seguirían haciendo algún proceso de la Serigrafía?

Me impactó que ellos fueran tan -en apariencia- violentos, en un contexto de golpes y diabluras generado por ellos mismos que parece no proveerles de mucho. Lo relaciono con mi etapa de colegio, mucha violencia veía, siento que algo en el fondo reflejaba ese temor de esa época y me hace ponerme en favor de los más desfavorecidos pues da piedra [ira] que alguien llegue a aprovecharse de otro porque sí. (Anotación en mi bitácora, 14 de marzo de 2016)

Uno de ellos, de origen marroquí, se sentaba en una silla que colocaba sobre una estructura con rodachines mientras otro lo empujaba trotando recorriendo un circuito a lo ancho de todo el salón, en algunos momentos paraban y golpeaban a los demás, diferentes riñas y peleas aparecían de forma intermitente, algunos se les veía bastante incómodos, otros a veces reían de forma nerviosa.

A pesar que sentía que se trataba de actos de irrespeto entre ellos, hacia el lugar y hacia quienes estaban en otros salones No interrumpí pues en mi interior había una lucha interna, cuestionaba mi papel ahí y cuestionaba al mismo tiempo lo que estaba viendo, no sabía qué sistema de relaciones y valores emplear en ese caso, no era mi espacio y no los conocía a ellos. Uno de los jóvenes me contó que la mayoría eran jóvenes que han cometido delitos menores y están en “rehabilitación”, el que más golpea a los demás y establece una especie de dominio sobre los demás es el que más veces ha estado en estos procesos.

Este puede ser un punto nodal para poder observar la labor de LaFundició desde aquello que da lugar a que estos espacios sucedan, Permite poner en cuestión la mirada, el espacio y su ordenanza, sus relaciones y los ejes de poder que lo rigen.

A la salida, en un instante tuve la oportunidad de hablar con Mariló. Le comenté un poco esa sensación de violencia que había percibido ante aquellas acciones que ella no había visto, le pregunté por su apreciación de lo sucedido.

Dentro de la breve charla, Mariló me hizo saber sobre diferentes valores que encuentra en el proceso general de los encuentros: que vayan de un espacio privado (algo como un salón de clases, usualmente concebido como privado y de donde no sale nada para la comunidad) a un espacio público (enseñando poco a poco los proyectos y teniendo efectos en el exterior); que los jóvenes estén teniendo un primer acercamiento con las abuelas, dice que antes no se hablaban y ahora sí, además un día sucedió que hubo un encuentro entre ellos y se tomaron fotos juntos.

Añadió algo importante: el centro fue construido sobre las canchas de baloncesto que les “pertenecían” a los jóvenes del barrio, ahí jugaban, pero por peticiones de algunos vecinos lo transformaron en ese centro. Eso quiere decir que los “invasores”

en realidad podríamos ser nosotros ¿desde donde reclamarles por el hecho que hagan suyo ese espacio?

En ese espacio están teniendo la oportunidad de encontrarse dos grupos, jóvenes y abuelas, que hasta antes sólo sentían la necesidad de apartarse. Sin posibilidad de encuentro, mantenían -los unos hacia los otros- juicios negativos que no tenían la oportunidad de transformar o al menos poner en cuestión. Están teniendo la posibilidad de reconocerse como personas, como humanos.

Como seguía un poco con esas sensación de impacto por los actos violentos de los jóvenes, llegué a mi casa e inicié una reflexión sobre lo que llamé tiempos vacíos.

Como lo escribí ese día en mi bitácora:

con tiempos vacíos me refiero a momentos en los que parece no haber una propuesta clara que configure el hacer de los chicos hacia algún tipo de experiencia formativa, constructiva, reparadora o que les permita algún desarrollo

Hice 3 intentos de redacción de un correo electrónico a LaFundició que terminaban volviéndose un ejercicio de reflexividad, mantenía una discusión conmigo mismo: Intento de carta a Mariló sobre el tiempo vacío: Mariló, me inquietó cómo abordas o concibes los tiempos -en apariencia- vacíos ( (sé que puede ser que el tiempo vacío no exista ya que ellos llenan su propio tiempo (pero ¿con qué lo llenan?) y sé que llenarles el tiempo puede ser alienarlos de su propia determinación, pero lo que sí existe es el hecho de poder propulsar algún tipo de formación y concentración para los tiempos vacíos)) ¿qué tipo de formación es permitir que los chicos se golpeen y destruyan el salón sin siquiera hacerlos conscientes de lo que están haciendo? (¿acaso necesitan que los hagan conscientes? ¿conscientes de qué?)

sería adecuado hacerlos conscientes de una serie de relaciones en la que entienden que pueden estar evitando que sus compañeros trabajen, además, consciencia del tiempo que pueden estar utilizando para lograr cosas en vez de molestar

Realicé una carta2 de propuestas e inquietudes que envié a LaFundició, quería sobre todo indagar en la postura de LaFundició sobre ese tiempo vacío, nunca fue respondida porque no tuvieron tiempo -dijo Mariló-, pero también -quizá- porque las propuestas escritas en ella van sin hacer una profundización en cómo se inscriben en el contexto. Probablemente unas propuestas hechas en un primer día que al no estar situadas de una manera juiciosa no convocaban a la discusión. La pregunta por el tiempo vacío quedó sin respuesta. Por ello, la investigación que continué 2 meses más adelante retomó las preguntas para entender mejor cuáles son las coordenadas que rigen ese espacio, quería saber en donde se situaba LaFundició también para tratar de comprender cómo es que en sus encuentros permiten que se llegue a estos acontecimientos violentos.

LAFUNDICIÓ El 18 de mayo de 2016 inicié encuentros con LaFundició enfocado en el objetivo de llevar a cabo mi TFM. Ese día habían instalado un puesto con banderines en medio de la rambla de la avenida Carmen Amaya para invitar a los vecinos que habían vivido en las barracas de Can Pi o La bomba para que les contaran sus historias.

Estaban dos de los tres integrantes de LaFundició: Francisco y Mariló. Francisco se tuvo que ir en medio del proceso; cuando lo contactaba me refería a Mariló para cada asunto, pregunta o necesidad que tuviese con respecto a LaFundició.

Al terminar la actividad hablé con Mariló y le conté que el trabajo para el TFM que pensaba desarrollar implicaba que los acompañara en su práctica y los observara,

2

La carta se puede encontrar en el Anexo 1. Fue un deseo de preguntar a LaFundició por los acontecimientos de ese día, y unas propuestas muy a priori que no estaban situadas dentro de las complejidades de la labor de LaFundició.

ella no tuvo ningún problema. Desde ese momento, por lo general cada lunes, miércoles y jueves de cada semana, me acerco a ellos y estoy en sus diferentes encuentros con niños, con otros artistas, con jóvenes, mujeres mayores y personas que vivieron en las barracas. A veces yo participaba activamente en lo que hacían, por ejemplo ayudando a tensar los marcos para hacer las planchas de serigrafía, en los encuentros con los niños, pero la mayoría de veces mantenía una leve distancia y observaba. Por lo general quien estaba ahí era Mariló, así que al terminar tenía la oportunidad de hablar con ella y que me contara sus puntos de vista alrededor de los procesos que llevaba con la gente.

Hay una sintonía en la visión de LaFundició presentada por los integrantes del grupo, sin embargo para el presente texto me enfoco en la visión y narración de Mariló, quien ha sido quien ha tenido la disponibilidad de compartirlas conmigo. Por lo general Pablo y Francisco se encontraban más perimetrales, en otro tipo de labores como reuniones con otros artistas y no siempre los encontré tan directamente implicados en los procesos con las personas de las comunidades como la encontraba a ella. El trabajo y la posición en el grupo que más me interesa observar son los de ella porque es quien siempre se encuentra en contacto y comunicación con la gente, es donde encuentro el punto sustancial y coyuntural para el trabajo con comunidades.

LaFundició se encuentra involucrada en varios procesos: un taller de pintura en Bellvitge (miércoles 3pm), un espacio íntimo de mujeres (Bloques de la florida, los jueves a las 5pm), Cohabitar-entre (jueves 12pm en Fabra i coats y otros días de reuniones a la semana), el Taller de historia de la Bomba (Miércoles de 6 a 8pm en el Casal civic del Gornal) y Des dels blocs (lunes 4pm Centro municipal Ana Díaz Rico). Quiero hacer a continuación una breve narración de lo que he encontrado sobre los últimos tres, que son a los que asistí, para ampliar un poco más su contexto.

Cohabitar-entre es un proyecto que surge desde el centro de arte contemporáneo de Barcelona Fabra i coats, un proyecto pergeñado junto con los colectivos

Idensitat, Sinapsis y transductores. Propone explorar la manera en que este centro cultural puede ser resignificado o abordado de de maneras otras por parte del territorio, es decir, la gente, las instituciones, la escuela y todos los demás actores sociales que lo rodean.

LaFundició y otros artistas han trabajado sin cesar en este proyecto, sin embargo me cuentan -y he visto- cómo se han encontrado con barreras muy sólidas a la hora de permitir que logre este abordaje distinto por parte del territorio: El corto tiempo que le fue asignado; lo sólo y silencioso que permanece ese Centro de Arte; la rigidez que se impone hacia el espacio del centro de arte, en el cual no han querido abandonar las lógicas de un espacio museístico, intocable, no lo han hecho ni quienes dirigen el proyecto ni las jóvenes que actúan como cuidadoras del espacio, ninguno transgrede los límites institucionales ni sus propios límites mentales en cuanto a lo que creen que un espacio como estos debe ser; casi que la máxima intervención permitida para el público es poder regar unas plantas que pusieron, y no han invertido lo suficiente en algo fundamental: que la gente se entere que el proyecto está y sean invitados a participar en el mismo. LaFundició por su parte se enfocó en compartir y realizar intervenciones artísticas en la escuela y en el barrio con los niños de la escuela Fabra i coats, obteniendo gran acogida por sus resultados dentro del personal del colegio, las maestras y los niños los aplaudían y les dieron algunos regalos simbólicos en agradecimiento por su labor.

El Taller de historia de La Bomba es un espacio de encuentro con las personas que habitaban las barracas del barrio que llamaban La Bomba y Can pi, para permitir la narración de sus historias, de sus ubicaciones, y a través de ellas recuperar la memoria de un lugar, conocer cómo -a pesar de todos los problemas que podían haber sufrido- puede funcionar una sociedad/pueblo/grupo comunitario autogestionado, con formas de relacionarse inmanentes, con amplios niveles de autonomía y desconectados de varios de los aparatos estatales. LaFundició nos cuenta una de las razones del por qué recuperar la historia de las barracas

La historia del barraquismo ha sido omitida de forma reiterada durante décadas; éste ha sido considerado durante mucho tiempo un episodio irrelevante a la par que bochornoso de un pasado ya muy lejano que debíamos olvidar. Sin embargo podemos entender la historia de las barracas como una historia de lucha por la dignidad protagonizada por los grupos sociales más vulnerables y al mismo tiempo reconocer el valor de unos hombres y mujeres que contribuyeron significativamente a construir la ciudad que hoy habitamos.3

Este valor dado a su historia es visible en el rostro de los asistentes que yo siempre encontraba sonrientes contando sus anécdotas, recordando, anudando con lo que otros dicen, y a Mariló, integrante de LaFundició, siempre escuchándolos atenta.

Des dels blocs es un espacio propuesto para la construcción de nuevos relatos sobre el territorio de los Bloques de la Florida, ubicada en L’Hospitalet, y para la creación de situaciones de diálogo y encuentro entre las diversas comunidades que los habitan. La propuesta para lograr los encuentros y situaciones es el uso de medios gráficos y sonoros, como la serigrafía y la radio o el paisaje sonoro, sin embargo permanecen abiertos a todo tipo de propuestas por parte de los colaboradores.

Al espacio asisten mujeres mayores y chicos jóvenes principalmente, pero en varias ocasiones niños, niñas gitanas y otras personas de la comunidad asisten de forma libre. Lo primero a lo que parecen estar enfrentándose los participantes es a repensar es su relación conflictiva con ellos mismos y con el otro. A través del tiempo han surgido diferentes conflictos de violencias y agresión entre todos, surgen constantes tensiones, no se integran y se repelen. Los jóvenes se golpean entre ellos, ríen, cantan, juegan, estampan, hablan y dicen groserías. Las mujeres mayores tejen, estampan, hablan, dominan el espacio, se oprimen entre ellas pero sobre todo a los jóvenes y a las niñas gitanas. Hay actos de violencia constantes por parte ellas hacia sí mismas pero sobre todo hacia los otros, en lugar de solucionar o dialogar reproducen conflictos y han llegado al punto en que exigen tener un grupo

3

Texto escrito por LaFundició extraído de: continuamos-con-los-talleres-de-historia-sobre-los-barrios-de-la-cadena-can-pi-y-la-bomba

aparte en el que no se incluyan los jóvenes. Mantienen un discurso sesgado de miedo al territorio, a la calle, a los jóvenes y cierta desesperanza, se quejan gran parte del tiempo, afirman que “ya las cosas no son como eran antes”. LaFundició está al borde de agotarse, le ha costado mucho desarrollar junto con las abuelas otras perspectivas desde donde abordar las relaciones, ellas difícilmente se mueven de lugar.

Es posible encontrar convergencias entre estos proyectos: buscan conectar, tejer; lograr que emerjan otras voces y puedan decir lo que tengan que decir; son espacios singulares, alternos; permiten que la gente se conecte una con la otra. En varias ocasiones me mantuve en la tensión de no saber cómo desarrollaría una etnografía que expresara el trabajo de estos artistas abarcando al mismo tiempo cada uno de los lugares. Encontraba riquezas de material en un lado y en otro, conocía cómo llevaban a cabo su intervención con niños, la dedicación al proceso en el Centro cívico Ana Díaz Rico, lugares vacíos, amplios, Ateneus y todo un mundo que desconocía.

Para los análisis relacionados a este texto, me enfoqué en Des dels blocs porque tiene un grupo de características que lo distinguen y que me interesa observar: es intergeneracional, independiente, utiliza la práctica artística, es para y desde la comunidad, del barrio y busca cuestionar las estructuras ideológicas que nos atraviesan.

Al iniciar contacto con LaFundició tenía en mente la idea de desarrollar un proyecto de intervención, sin embargo costó gran parte del tiempo realizar trabajo de campo, analizar cada lugar en que se encuentran y enfocar la información. Sabiendo que no tendría el tiempo de lograr intervenciones y resultados situados decidí enfocarlo más en la investigación, por lo tanto, sacando el mejor provecho del tiempo asignado, logré valiosos análisis que permiten ampliar las perspectivas alrededor del funcionamiento de pedagogías alternativas en la práctica y perspectivas para el desarrollo de proyectos de intervención social.

FORMAS DE APROXIMACIÓN Hago uso del método etnográfico de investigación, que es “un proceso de indagación que involucra la descripción e interpretación de las prácticas sociales y culturales de la gente, que emerge tras un estimado periodo de profundo estudio y -a veces- residencia en un lugar particular” (Powell, 2010: 45) que requiere la realización de una indagación alrededor del contexto, teniendo en cuenta el lugar, las interacciones sociales y la reflexión sobre el posicionamiento de las personas implicadas. A diario realicé observaciones que anoté en un diario de campo para el posterior análisis de la información, observaciones enfocadas en encontrar cómo lleva a cabo LaFundició su práctica pedagógica, las interacciones, la actitud de las personas y las posiciones que ocupan a medida que se desarrollan sus encuentros.

A través del método narrativo de investigación (Clandinin & Connelly, 2000), analicé relatos propios, de Mariló y otros colaboradores del proceso. La investigación narrativa no sólo me permite conocer los hechos, hallar nodos a problematizar sino que toma centro en el significado que dimos a esas experiencias, brindando una perspectiva que “encaja con la complejidad de las vidas humanas” (Josselson, 2006: 4) se trata entonces del valor subjetivo que las personas le atribuían a las situaciones y sucesos cuando los narraban, como lo dice Lawler (2002: 243, énfasis del autor) “No es que “los hechos no importen”; tampoco es que “sólo los hechos importen”. Más bien los hechos (o la experiencia) y la interpretación de aquellos hechos (o aquella experiencia) son vistos como necesariamente relacionados”.

La perspectiva narrativa de investigación se basa en el análisis de la representación de la experiencia, es decir de los relatos que realicen las personas sobre sus vivencias. Desde este punto es importante reconocer que el observador realiza elecciones sobre aquello a lo que observa, es decir, que su observación está mediada por su subjetividad, su pasado, el lugar en que se sitúa en relación al contexto que lo rodea. Por esta razón, preguntas relacionadas a la perspectiva que

tiene tanto el observador como el observado y la reflexividad encuentran un lugar en el análisis de los relatos.

Otro elemento importante de la perspectiva narrativa es que me permitió acercarme a develar estructuras que ejercen control o influyen en los colaboradores del proceso con LaFundició y relacionarlas con las miradas que mantienen algunos filósofos sobre las mismas Lo que un estudio narrativo profundo de un caso singular puede añadir es mostrar cómo las estructuras sociales más grandes van calando en la conciencia individual y en la identidad y como estas “personalidades” socialmente construidas se desarrollan para (y con) una audiencia, en este caso el oyente/intérprete (Riessman, 2008: 115-116).

Cuando hablo de reflexividad, me refiero a la habilidad del investigador de desarrollar un análisis autoconsciente de sus respuestas ante el proceso de investigación. (Finlay, 2002) Hertz dice que la reflexividad “puede ser definida como una meditada y atenta autoconsciencia. El análisis reflexivo en la investigación involucra una contínua evaluación de las respuestas subjetivas, dinámicas intersubjetivas y el proceso de búsqueda en sí mismo.” (1997, p.viii). Es así que en algunas ocasiones en la escritura (del diario de campo y del presente texto) el uso de la reflexividad me permitió evaluar, interpretar y realizar hallazgos sobre todo desde el análisis de mi subjetividad. Añade Finlay “El etnógrafo reflexivo no simplemente reporta “hechos” o “verdades” sino que construye activamente interpretaciones de sus experiencias y se pregunta activamente por el origen de las mismas.” (2002, 532) El proceso implicó preguntarme por la razón de lo que veo, entender que mi subjetividad está involucrada en el proceso de observación y construir interpretaciones de esas experiencias sin olvidar el contexto del que proceden.

En varias ocasiones, estando en campo experimenté la sensación de no poder hallar datos importantes o algo significativo que estuviese sucediendo a la gente, sólo veía unas personas encontrándose para tejer y estampar; además, aunque me

cueste contarlo, el punto de vista que tengo sobre el proceso en general tiene una limitante que hace poco reconozco en mí claramente, barreras que lo opacan, ya que -a veces- por lo que creo son miedos inconscientes que me asaltan y aún no sé por qué, me ha costado relacionarme con las personas. Generando una barrera entre algunas personas y yo que no me permite llegar a conocerlas, a saber cuál es su papel en lo que sucede. Además de esto, a un grupo de ellas no las concibo en su individualidad sino las veo como las 3 señoras, como una unidad, desconociendo sus personalidades individuales, desconociéndolas como individuos, es decir, casi que las meto dentro de un paquete establecido de lo que concibo como “señoras” de esa edad. Lo mismo me pasa con los jóvenes del grupo.

¿Cómo

poder

aumentar

-entonces-

mi

capacidad

de

encontrar posibles

transformaciones de los participantes recurriendo únicamente a la observación?

Además de lograr tratar de superar mis barreras, tal vez sea muy difícil -si no imposible- realizarlo sin recurrir a relatos ajenos. Ya que -como lo argumenta Silko (1997: 27) citada por Clandinin & Connelly (2000: 37)-: Una porción del territorio que el ojo puede ver a simple vista, no describe correctamente la relación entre el ser humano y lo que lo rodea. Esto asume el observador está de alguna manera fuera o separado del territorio que evalúa. Los observadores son tanto parte del paisaje como las mismas piedras en donde se paran.

Parte del paisaje lo constituyen los relatos que ya existen sobre el lugar, desconocerlos me pone en un entorno diferente al de quienes lo habitan, recordé la importancia de empezar a preguntar.

Abro nuevas conexiones de Lafundició, Mariló me comentó que quería poder compartir la manera en que trabajan (sin que esta sea vista como lo que se debe hacer, sino como una más), sin embargo, escribir sobre ellos no me llevará a ubicarlos de forma exacta, es importante no olvidar que este texto es un aparato de mediación.

Negar que haya un relato es negar que haya una escritura, también un tiempo que no es ya el de la realidad, sino un tiempo construido, “realista”. Ya escribiendo juntos ambos términos (“realidad”, “realismo”), advertimos que no son ni serán nunca la misma palabra. Que entre la realidad y el realismo habrá siempre una diferencia irreductible, de la que el naturalismo no sabría levantar acta, pues carece de mecanismos (Aurelio Castro, comunicación personal, 6 de febrero de 2007, citado por Marrero, 2008: 109).

Aunque pretendía escribir sobre sus procesos tal como son, tengo que ser consciente que es inevitable su transformación: al escribir construyo una nueva realidad, como lo dice Minh-ha (2009: 21-22): (…) hay una tendencia (…) a confundir las huellas (…) de los zapatos con los propios zapatos (…). Pero parece obvio que la escritura no expresa mucho más que “in-expresa” o “mal-expresa”. Habiendo siempre trazado su propia frontera y al mismo tiempo yendo más allá de los límites de su rol de expresión o comunicación, puede ser vista como aquello que no traduce una realidad fuera de sí misma, sino que, de un modo más preciso, permite el surgimiento de una nueva realidad.

De acuerdo también a Minh-ha el acto de escribir me permite generar nuevas perspectivas sobre LaFundició. Conectar y analizar a través del texto me dió la posibilidad de expandir, enriquecer, profundizar, la construcción y el espacio de posibilidades en que se puede situar LaFundició a través de las nuevas miradas que entran en juego.

Como en cada encuentro el universo de LaFundició se hacía más complejo, no sabía en qué momento hablar y problematizar cada uno de los lugares y acciones a los que se vinculan (Centro Ana Díaz Rico, Fabra i Coats, Zulillo, el Gornal...), encontré la manera de hacer vigente la idea de una etnografía monádica (Marrero, 2008) no queriendo -entonces- tratar de entender a LaFundició mediante la observación de todos sus componentes y de todas las instituciones y relaciones que la rodean, sino enfocándome lo más posible en alguno de sus componentes y a partir de ahí tratar de hallar la variedad y complejidad de las conexiones que posea, pues, como lo dice Marrero (2008: 102)

[las propiedades, conexiones y asociaciones] permiten localizar lo global en lo local, no como dos planos diferenciados, sino como una red de vínculos. La complejidad no se alcanza abstrayendo y aumentando la escala, está ya en lo concreto. Más aún, este procedimiento de puesta en relación, de ensamblaje de lo social, erosiona incluso el privilegio que las ciencias sociales han otorgado a los actores humanos.

Esta posibilidad de hallar lo global en lo local, que no es menos complejo, me permite tomar decisiones de enfoque, por ello a través del relato me voy concentrando y enfocando cada vez más para hablar sobre LaFundició, primero en el proyecto Des dels blocs hasta llegar poco a poco a concentrarme en ciertos detalles del mismo como ciertas palabras de algunos colaboradores del proceso y los gestos de Mariló para con las personas.

La etnografía monádica me permitió entender que es posible realizar un relato en el que puedo hablar de un “todo” enfocándome en detalles del mismo pueden ser palabras, objetos, gestos, ambientes, etc. sin miedo a pensar que estoy hablando de algo menos importante, sin pensar que debería enfocarme en lo macro de lo que sucedía en el momento, sin intentar explicar la situación desde “lo grande”. De esa manera poder abrir complejidades contenidas en el mismo.

Sin embargo tratar de enfocarlo de esta manera resultó a tiempos un inconveniente para que el texto comunicara factores importantes del proceso. Me enfocaba sólo en los detalles que me interesaban y quedaban por fuera otros que para la lectura resultan importantes, entonces me estaba quedando un collage de figuras pero sin fondo, conectadas apenas con hilos, otro hecho que poco a poco gracias a mi tutor fui solucionando.

QUITANDO LAS IMÁGENES DEL PENSAMIENTO Después de tres semanas de trabajo de campo, habiendo hecho algunas observaciones, llegué a un punto en el que -teniendo las dificultades para observar y

analizar que he creído tener- ya necesitaba que me dijeran qué es lo que están haciendo de frente y poder llegar a la médula de las cosas. Cuando les solicité me informaran la bibliografía en la que se basan, Mariló me dijo que no se basan específicamente en nada, me envió unos textos y conoce varios autores en pedagogía pero se resiste a vincular las experiencias vividas en la práctica educativa a ningún texto, dice que la experiencia desborda todo lo que la academia pretendería encerrar, enmarcar las cosas en textos o en palabras. Aún así, me compartieron un texto que los inspira, uno que sienten cercano, y aunque puede parecer extenso lo cito completo porque siento que si le quito alguna parte pierde el sentido expresivo que tiene como unidad, es un manifiesto de pedagogías mutantes: Rechazamos desde un primer momento todos los términos técnicos que hablaban de los pibes: niños en situación de calle, en conflicto con la ley penal, abordaje, intervención, adicto; también rechazamos la peregrinación por los juzgados y los equipos técnicos con sus legajos. No buscamos crear un centro de día, el intercambio interdisciplinario nunca se dio. No hay casos. No discutimos casos. No queríamos armar una organización que albergue pibes y les permita refugio subjetivo. No queremos a los pibes más educables, los que seguro (mal que mal) siguen lo esperado, no hay protocolo. No hay inclusión, no es posible y además le dijimos no de entrada a la inclusión como excluidos. A decir verdad, parece que no tenemos objetivo. No terciaríamos las políticas de otros. No somos técnicos ni profesionales pero tampoco somos militantes, no hacemos política, no somos educadores populares, no creemos en la igualdad futura, no nos importa. No tenemos expectativas, no sabemos. Ya no aspiramos a resolver la compleja problemática. No transformamos la realidad, es más no creemos que la educación sea herramienta de cambio. No se trata de transmitir, ni de incluir, ni de aconsejar, ni de salvar, ni de emancipar a los pibes y pibas. Carecemos de ética militante, de moral. No juzgamos, no ofrecemos redención. No hay talleres sobre sexualidad, HIV o sobre la dictadura, sentimos que no hay nada para transmitir.

No hay sujeto a emancipar. No planificamos (y cuando lo hicimos no salio), no proyectamos, no hay proceso. No construimos un rol adulto, no asignamos roles.

No forzamos modos de vincularnos. No creemos ser una organización. Tampoco un quiosquito. Ni gueto, ni microempresa. No tenemos sede, no necesitamos. No tenemos un deber, ni una misión, ni nada. No nos quedamos quietos. Los pibes y pibas no dependen de nosotros, no lo aceptamos. No somos responsables, no nos hacemos cargo; no somos recurso. No queremos el patronato, ninguno; ni el

antiguo ni el nuevo progre, médico psico social. No le hacemos mal a nadie. No rescatamos a nadie, no manejamos el destino final de las cosas, no es rock and roll… es pura suerte. (Duschatzky & Sztulwark, 2014: 8)

Identificándose con las pedagogías mutantes parecen como despejando todo un camino o un espacio de toda la palabrería que se le ha impuesto al mismo, dejando que en él crezca lo más importante: la vida. Entonces, dudo de las palabras que pondré más adelante ¿qué estaré colocando, sembrando o tirando de nuevo en el camino?

Las pedagogías mutantes niegan o restan de su discurso educativo los parámetros en los que los educadores usualmente basan su hacer, lo hacen hasta la médula de los huesos; Atkinson (s.f.) apunta a lo mismo, aunque no a tal nivel, y lo llama relajar los criterios de lo establecido. Desarrolla su teoría argumentando que estos criterios del mainstream atrofian la posibilidad de la inmanencia, cuya importancia radica en que se relaciona a flujos locales de experiencia que facilitan la manera en que alguien hace sentido, concibe o siente experiencias particulares (...) la inmanencia en la práctica de un aprendiz denota cómo algo emerge e importa [o cobra sentido para esa persona] (Atkinson, s.f: 1-2)

según él, la relación de aprendizaje inmanente es aquella en que un proceso de aprendizaje nace del propio interés de la persona, desde lo que le importa, desde lo que le gusta, y a partir de ahí crea sentidos por sí misma. Estos sentidos son muchas veces negados o ignorados por los educadores ya que no corresponden a los parámetros -por lo general académicos- que les han enseñado que deben ser las cosas. La ruptura con esos parámetros, es decir, con lo establecido en educación, posibilita que se le permita al otro vivir esa relación inmanente. Ese encuentro es vivido entonces de una manera intrínseca, desde los procesos “locales” de la relación pedagógica, desde dentro, desde lo que realmente le importa a ambos en la relación, abriendo a la posibilidad de crear nuevos mundos y formas de ser en devenir.

Es posible encontrar que su postura de generar una horizontalidad en los espacios de aprendizaje hace que LaFundició por si misma se aleje de cualquier tipo de imposición o criterio establecido sobre algo. Lo que quiero empezar a hilar acá, bajo la mirada de Dennis Atkinson, es que hay un potencial educativo en esta postura que mantienen, veamos cómo se desarrolla directamente en los talleres de La Florida, donde realizan serigrafía y radio (...) El taller de serigrafía o la propia radio funcionan como espacios de encuentro no segregados en los que compartir y repensar los discursos y las representaciones más extendidos sobre los bloques de La Florida, partiendo también de la propia memoria del barrio y de las historias de vida de sus habitantes. A partir de estos espacios de encuentro queremos abrir el debate a nuevos agentes, tomando el espacio público como un lugar de encuentros inesperados.4

La propuesta apunta a debates, a cambios de mirada, cambios de representaciones y encuentros inesperados. Pero, si en estos espacios no existe ningún líder o acuerdo que promueva todo el tiempo estos debates y cuestionamientos, y lo que generalmente veo son las prácticas en que cada uno se siente mejor, por lo general: mujeres mayores estampando, tejiendo y chicos estampando y en la emisora. ¿Cómo se generan entonces estos debates? ¿qué otros elementos pueden ser partícipes a favor de nuevas posiciones en las personas? ¿qué elementos invisibles pueden estar fomentando estos encuentros?

Como lo dije con anterioridad, al relajar los criterios se relajan las estructuras y esto permite que se encuentren nuevas maneras de habitar un espacio, por ello no es dada desde un comienzo ninguna normativa con respecto al uso del mismo. Sin embargo puede ser que las personas traigan estas estructuras incorporadas en sí mismas, es decir que no exista manera de entrar en otras maneras de verse a sí mismas que las que puedan estar acostumbradas. Por esta razón resultan

4

Texto escrito por LaFundició extraido de http://lafundicio.net/blog/2016/02/29/des-dels-blocs/

apropiados elementos que desestabilicen estos marcos de pensamiento con los que las personas llegan.

La postura política inclusiva, abierta, libertaria, horizontal de LaFundició convoca mezclas desestabilizantes, mezclas que no son muy comunes, en este caso se han dado las siguientes: jóvenes y señoras mayores, serigrafía y emisora, ningún maestro y el no establecimiento de reglas de parte del mismo, todo en un sólo espacio. Esta mezcla parece estar dirigida a generar una especie de Rogue game (Atkinson, 2015), en el cual los espacios subjetivos colisionan y se transforman.

El Rogue Game es un proyecto artístico realizado por el artista turco Can Altay en colaboración con Sophie Warren y Jonathan Moseley del Reino Unido. Se trata de la superposición de canchas de diferentes deportes, por ejemplo baloncesto, fútbol sala o bádminton, Altay desarrolla partidos de los jugadores de distintos deportes, pero todos juegan al mismo tiempo y en el mismo espacio. Mientras juegan tienen que negociar cómo reaccionarán a los golpes e interrupciones y sucesos que se generan entre ellos, la negociación que se da en cada interrupción inesperada es lo que llama Rogue game.

Como no hay reglas ni acuerdos establecidas en el lugar para el espacio y las relaciones, y no hay un maestro que dirija tampoco; cada persona -pero sobre todo los jóvenes y las abuelas, que “juegan con reglas diferentes” en sus relaciones- se ven obligados a negociar con el otro en cada encuentro. Por ejemplo el necesitar un mismo material, lugar, máquina; una interrupción fortuita en un pasillo; el hecho que los jóvenes se pongan a cantar o a decir groserías en la emisora estando al lado de las señoras; cuando una señora decide ayudar u oprimir a algún otro, la necesidad de negociar el uso del baño para quemar las planchas serigráficas y todas las demás situaciones en que coinciden los participantes, incluso con todos los otros elementos que entran en juego, como la radio, una torta traída por Mariló o una mesa. Sobre estos encuentros, Atkinson (2005: 14) dice: In contrast to this normalizing image of thought Deleuze states that, ‘Thought is primarily trespass and violence,’ (2004, p.175), it is that which is precipitated as a consequence of an

encounter, an encounter which forces thinking. Thinking in these terms concerns the destruction of an image of thought; it passes beyond that truth which is forged within established orders and forms of thought. Thinking punctures the truth of such orders and their onto-semantic grip. Rogue Game is a puncturing of established orders of practice; it interrupts and reconfigures such orders.

En el aprendizaje institucional se trabaja a partir de “imágenes del pensamiento”, término deleuziano que apunta a todas aquellas maneras de pensar establecidas, enmarcando y normalizando la manera en que pensamos. Las imágenes del pensamiento pueden ser -por ejemplo- muchos de los datos básicos prefabricados que se enseñan en los institutos, varios de ellos vienen “enlatados” en los libros guía, con fórmulas, fechas, hechos y descripciones dados como verdades absolutas sin ningún tipo de cuestionamiento o invitación al pensamiento crítico sobre las mismas. Cuando se piensa algo basándose solamente en esos datos no se deja de transitar por imágenes del pensamiento, son pensamientos prefabricados, lugares ya transitados, se tiene entonces la ilusión de pensar, se cree que se está pensando, pero tan sólo se están reciclando o reutilizando pensamientos que han sido pensados por otros y viviendo el engaño de pensar que son propios, se está entonces habitando un espacio limitante que tiende a negar o a tachar de bárbaro o mentiroso lo que está afuera de sí, dice que fuera de sí no existen maneras para poder vivir. La manera en que las abuelas constantemente enmarcan a los jóvenes, diciendo que son unos vagos, adictos, que son peligrosos y que no hay que confiarse de ellos es otra imagen del pensamiento, como también lo son los marcos que los jóvenes pueden tener para las abuelas: cansonas, amargadas, regañonas.

Las imágenes del pensamiento son esquemas que se tienen sobre lo que llamamos realidad, aprendidos culturalmente por lo general.

Cuando suceden los encuentros que fuerzan el pensamiento real (aquel que busca ir más allá de lo establecido), las imágenes del pensamiento son destruidas. Pensar, realmente es ir más allá de las verdades del mainstream, de todos los juicios y marcos en que se suelen colocar a las personas, se da tras el cortocircuito de lo establecido que el Rogue game nos ayuda a conseguir.

La imagen1 bien podría ser la de un encuentro, donde la particularidad de ese momento permite que cada uno piense y se redefina a sí mismo redefiniendo al otro. Es así que re-negociar las reglas y las posiciones que cada uno ocupa en los bloques de La Florida, empieza por entender qué lugar se ocupa con respecto a sus vecinos, en ese taller. Relajar los criterios de lo establecido y facilitar el Rogue game son dos estrategias que entran a desestabilizar una estructura, la estructura que habita en muchas mentalidades.

DENTRO DE OTRAS TEMPORALIDADES LaFundició como cooperativa es una manera de traducirse ante el sistema dominante, para poder ser entendidos por el mismo y poder relacionarse desde ahí en materia económica y jurídica. Esto es lo que me cuenta Mariló: (...) [Tuvimos muchas] preocupaciones sobre el tema laboral (...) nosotros llevábamos 10 años trabajando, dándonos de alta de autónomos y dándonos de baja, (...) y siempre discutiendo sobre eso (...) nos cansamos ya y dijimos no pues: si nadie nos hace un contrato vamos a ver cómo nos lo hacemos nosotros y entonces buscamos la forma jurídica para hacerlo (...) no queríamos generar una asociación que funcionara como una empresa (...) [concluímos que] tiene que ser una cooperativa (...) sin ánimo de lucro, porque no queremos lucrarnos sino que lo que queremos es que nuestro trabajo tenga un salario (...) fue muy difícil porque fue pensar muchas cosas, buscar una forma que además era muy extraña …una cooperativa sin ánimo de lucro era como: ¿?, y luego además en el campo del arte y no vendiendo servicios (...) los fondos vienen de dinero público, entonces es como una especie de cosa rara (...) Nosotros estamos precarios (...) pero nuestra idea es poder

conseguir un sueldo digno, no generar ni acumulación ni beneficios, poder redistribuir la cooperativa hacia otros lugares, pero que bueno que ahí no hemos llegado todavía.

(Comunicado personal, junio 10, 2016)

Una cooperativa es -probablemente- el mejor esfuerzo de traducción posible -y deseable- por parte de sus integrantes, ya que de hecho su posición política tiende a sacarlos de los marcos hegemónicos, y esta posición no es -al menos en Mariló, a quien he podido conocer más- tanto un hecho del querer (querer salirse de esos marcos y lógicas), sino un hecho de ser (estar realmente por fuera de ellos): Desde pequeña ha vivido en la “periferia”, sus padres son inmigrantes que vienen del campo, con una cultura rural, aún hoy día vive en un barrio periférico de Barcelona.

Su lugar y posición con respecto a lo que se podría denominar una práctica artística se empiezan a deshilvanar a partir de varias narraciones a partir de su infancia: como [yo] dibujaba bien pues álguien dice: “¡ah! lleva la niña a que vaya a pintar a nosedonde,... ah lleva a la niña a que vaya a que nosequé”. Entonces yo voy a aplicar a un sitio, (...) tienes posibilidad de acercarte al campo del arte, entonces cuando te vas acercando empieza a chocar igual que pasa con la escuela. O sea la escuela que yo viví no tanto, porque todavía era una escuela de tradición de los profes que iban a las periferias... aunque te educaban con los contenidos curriculares había como una sensibilidad por los saberes y los aprendizajes y por la cultura y las historias de las clases obreras de la periferia (...) Pero cuando llegas a la universidad pues ...lógicamente choca todo el universo de sentido con el que se muestra la práctica artística con tus formas de entender la vida.

Entonces ahí es cuando intentas… ¿pues qué hago? ¿respondo a lo que me están pidiendo? o sea: produzco obra, voy a un museo, vendo mi obra, “quiero ser un genio, tener éxito”, en general, o soy creativa y buu, o nada de eso tiene mucho sentido. (comunicado personal, junio 10 de 2016)

Este fue un momento de choque con un mundo al cual entendió injusto, blanco de élites, burgués, patriarcal, de privilegios y excluyente, al cual no pretende alimentar.

Más allá de cualquier tipo de palabras de lucha, me sorprende que es en pequeños detalles en el día a día donde esa sensación que ella está en otro lugar (me) impacta de manera frontal. Cuando está con la gente: conecta. Conecta con nosotros, entra en una especie de sintonía, apacigua, es espontánea. La gente la busca para contarle cosas, nos sentimos escuchados. Me gustaría saber cómo lo

logra, pues puede ser que el acto de transformación más grande en los demás empiece a ocurrir desde lo sutil, tan sólo con su presencia. Sin embargo esta presencia de conexión trasciende y se entreteje con actos de apoyo hacia los demás, un caso de estos es el de Mariajosé, una de las mujeres que asiste a los talleres de la Florida, de unos 50 años, trabajadora, inquieta y observadora.

Llegué a Mariajosé, a sus relatos, porque en las veces que nos vimos conectamos fácilmente. A diferencia de otras personas, con Mariajosé surgieron charlas espontáneas. Me fue posible conocer sus perspectivas, se abrió ampliamente a mí, desde la sinceridad, además me permitía navegar en su mirada ya que es muy consciente de la posición de las demás personas y de muchas de las relaciones que las atraviesan.

Ella me cuenta que trabajaba como aseadora pero se quedó sin empleo y al mismo tiempo sufrió el abandono de su pareja. Ingresó a un curso de sistemas mientras le salía un nuevo trabajo y ahí conoció a una de las mujeres que asisten a Des dels blocs, quien -al encontrarla en una profunda crisis- le recomendó ir también a ese espacio. Es de esta manera en que Mariajosé describe al nuevo sistema al que ingresó:

yo estaba muy cerrada, estaba en un mundo de oscuridad y de tiniebla, y no quería saber nada del mundo (...) pero mira fue llegar y besar el santo como te dicen, desde el primer momento. (...) Lo primero es que se dan cuenta de cómo estás. Nada más que te ven, en seguida es como si tuvieran psicología, supongo porque son mayores y la experiencia… “a, no, no no: tú no estás bien, siéntate un momentito” ese momento es como mágico, pues se dan cuenta. Y aunque tu quieras decir “Naa naa, no pasa nada”... -“que sí, que sí, que te sientas un momento y hablamos”. Y si no es en ese momento (porque claro hay mucha más gente y no es el momento de hablarlo) aparte luego quedamos y lo hablamos. Y luego como se abren y, te entregan su tiempo, se entregan ellas mismas y te dan la oportunidad de… o sea, la enseñanza y el aprendizaje que ya tienen... No les importa, aunque lleven su labor, lleven su faena ahí para hacerla, no les importa apartarla para poderte enseñar a tí. Y eso se agradece muchísimo, en el sentido en que te digo: hoy todo el mundo va corriendo y deprisa… y aparte si tienen algo que tu necesites -no más con que lo digas- la próxima vez

que nos vemos, ya lo tienen preparado. Necesito -yo que sé- las agujas para hacer ganchillo: te lo traen. Necesito ropa, “oye pues no te preocupes que vamos a mirar la ropa” (Comunicado personal, junio 20 de 2016)

Mariajosé buscó ayuda y escucha en su familia y en quienes considera como sus amigos, pero ellos no le prestaron mucha atención, no tuvieron un interés real.

Ingresó a un mundo donde las personas se preocuparon por entender su situación, donde lo que ella tenía que decir importaba a álguien. Sin embargo no fueron todas las mujeres las que se implicaron del todo, sólo tres de ellas lo hicieron, especialmente Mariló, quien le daba información sobre lugares donde la podían ayudar en los trámites, la acompaño a algunos de ellos, y le transmitió otros puntos de vista para que reconociera de nuevo su propia valía y saliera adelante.

Es un relato de una transformación gracias a un cuidado contínuo y atento que recibió, pero que también -a través de la profundidad de algunas de sus palabrases una transformación que se puede comprender desde la óptica de una diferencia de temporalidades. Ella nota que se apartaron de esa forma de vivir el tiempo en donde “todo el mundo va corriendo y deprisa”, se apartaron del tiempo que -en palabras de Rancière- es el relato hegemónico de el reino de un presente absoluto en el cual todo va junto y a la misma velocidad: la producción, el consumo, la comunicación, la circulación de las imágenes, etc. (...) sometiendo a su ritmo el conjunto de la vida de los individuos y de las colectividades, (...) un tiempo de la dominación, un tiempo consensual, para el cual la dominación prescribe los compases, los ritmos, las agendas a corto plazo y las proyecciones a largo plazo, que tiende a homogeneizar todas las formas de temporalidad bajo su control, y de medir así constantemente la medida de lo que es presente, de lo que pasó definitivamente, y del futuro que puede llegar. (2013a)

Se apartó de una forma de vivir el tiempo al que atribuye ciertas sorderas, de hecho Rancière (2013a) dice que este relato es una forma de sentir y concebir el mundo que mantiene a la mayoría de personas inmersas en rutinas, impidiendoles pensar por sí mismas ya que a través de sus agentes (medios de comunicación, políticos,

economistas, agendas, noticieros, informativos, discursos científicos, instituciones, etc.) crea la ilusión de un tiempo homogéneo y busca explicarnoslo todo. La explicación -dice- atonta, porque nos hace creer que no podríamos comprender las cosas si no nos fueran explicadas, nos pone en el lugar de los capaces o de los incapaces, el de los sabios o el de los ignorantes, recordándonos de forma reiterada nuestra desigualdad.

No sé si el atontamiento sea el caso de algunos de los que asistimos a La Florida.

Lo que más me interesa acá es el contraste de lo que parecen ser dos temporalidades, en donde una mantiene a los individuos en un canal de un sólo sentido que no se abre a la confrontación, y la otra les da la oportunidad de desviarse, de salir de ese tiempo dominante para poder escuchar, comunicar, re-pensarse y descubrir. Con respecto a los espacios desviados del curso normal del tiempo Ranciére (2013b) nos dice Hoy, todo espacio vacante, tiende a ser ocupado por una forma particular del sistema explicador, así es como hace falta -para que otras voces se puedan escuchar- que ciertos espacios se encuentren desviados. (...) Hay otras formas de temporalidad que crean distensiones y cortes en ese tiempo dominante (...) [son los] intervalos e interrupciones.

Intervalos son creados cuando individuos o colectivos vuelven a negociar sus maneras de ajustar su tiempo a los compases y a los ritmos de la dominación, y particularmente a los ritmos de trabajo, del empleo, cuyas aceleraciones, desaceleraciones o paradas son fijadas por la lógica de la explotación.

Rancière (2013a) dice que los intervalos, son espacios de tiempo diferenciados que permiten a las personas distanciarse de este tiempo prescrito por la dominación y les dan la oportunidad de reapropiarse de su tiempo, reconociendo sus voluntades, sus capacidades y lo que pueden lograr con ellas. Quizá sea posible considerar al trabajo de LaFundició como un intervalo artificial, ya que en medio de todos los diálogos y conflictos que aparecen entre los colaboradores5, se posibilita la reflexión en conjunto sobre las narraciones que hacen sobre sí mismos y sobre su contexto.

5

Con colaboradores me refiero a cualquiera de las personas de la(s) comunidad(es) con que trabaja LaFundició, en este caso las abuelas y los jóvenes. Son colaboradores pues colaboran en todo este proceso que estamos analizando,

Mariló dice que esos espacios le son súper significativos porque de hecho son los espacios de posibilidad donde yo he podido situarme desde mi contexto y desde mi territorio. A mi me han dado muchas herramientas, por ello intento compartir con otras personas (...) quizás a muchos no les sirvan, pero dentro de la mucha gente que vive, creo que yo puedo compartir eso y otra persona puede compartir otras, entonces puede haber como múltiples herramientas que ofrezcan más posibilidades para decir cómo quieres o qué quieres hacer, o cómo quieres gestionar tu vida tu trabajo tu crianza, tus aprendizajes (Mariló, comunicado personal, junio 18 de 2016)

Si a Mariló le surge intervenir lo hace para invitar a que reconstruyan estas narraciones o añadirles nuevas perspectivas que tengan valor para todas; se trata también de preguntarse de qué maneras pueden estar siendo relatadas y comprender la posibilidad de apartarse de esos relatos o temporalidades que las aten.

LaFundició y la comunidad en el proyecto Des Dels Blocs brindaron a Mariajosé la oportunidad de resurgir después de problemas personales devastadores para ella.

Mariajosé contó lo que le había pasado a algunas de sus compañeras, cómo lo había vivido y desde donde lo veía. Mariló y otras mujeres tuvieron la oportunidad de contarle cómo ven lo mismo desde su posición y la serie de relaciones que esto implica; en ese momento Mariajosé pudo empezar a ver las cosas de otra forma, desde otros puntos de vista que le permitieron valorarse más y tomar impulso para luchar y disfrutar de nuevo. En esos encuentros -entre hilos y tintas- lo que unas personas dicen cuestiona a la otras y poco a poco las va moviendo de a una forma de consciencia a otra, teniendo la oportunidad de entenderse, entender el mundo que las rodea y actuar.

La situación en la que se encuentren las personas, de forma individual y como comunidad, es algo que las “atraviesa”, viven en medio de ella, influenciados por discursos y palabras que LaFundició encuentra importante cuestionar, pues están conscientes y viven a su manera el mismo contra-relato de Rancière que nos habla

de la forma en que las hegemonías manipulan y limitan a la gente por medio de estos relatos hegemónicos. Relatos sesgados, que nos transmiten sentidos de lo privado y lo público, el tiempo y el espacio, los otros y lo otro, y que tienden a favorecer sólo a ciertas élites.

El caso de Mariajosé no es aislado. Hay en LaFundició una real implicación, un compromiso con la gente que me conmueve. Lo veo en la disciplina que Mariló, Francisco y Pablo tienen para asistir a los encuentros y entregar resultados a los niños, a las abuelas, a los jóvenes. Lo veo también en la manera atenta en que Mariló escucha a las personas y simpatiza con ellas; en su uso del tiempo: su tiempo no es sólo para ella, es también para todos, y no concibe de manera clara -en su forma de entender el mundo- la separación entre “tiempo de trabajo” y “tiempo del hogar”, “lo público” y “lo privado”; no tiene trato preferente a raza, etnia, rango, status; no se limita a dar esperando recibir. Para llegar estar en ese lugar no creo que haga falta conocerse todos los discursos críticos de ninguna clase, he conocido diferentes y eso no me hace aún estar del todo en ese lado donde las cosas se hacen de pleno corazón. Quizá esté exagerando y lo que digo sobre Mariló sea fruto de una primera impresión, pero no puedo evitar preguntarme cómo se consigue esa verdad en la palabra-acción-emoción, y cómo se aprende a ser así de generoso como he visto que lo hace.

Es desde ese lugar, estando allá, en los márgenes del mainstream, desde el cual LaFundició actúa en su cotidianeidad: Desde un espacio donde los espacios de cada uno se abren mutuamente, donde los límites de los discursos hegemónicos están desdibujados, disueltos, a veces se esfuman. Si al espacio de afuera lo siento como mío y si al otro no lo siento lejano voy a tomar una actitud diferente ante los mismos.

Partiendo de estos relatos, quiero ahora encontrar cómo se ven a través de otras miradas dadas por el máster, son otras oportunidades para construir nuevas perspectivas alrededor de la práctica pedagógica de LaFundició.

HISTORIAS DE MIEDO Enrico, mi tutor de TFM, me ayudó mucho en todo el proceso. Uno de los elementos que me hizo recordar, fue hacer uso de esa reflexividad que yo nombro arriba para un caso puntual: ¿Por qué elegí a Mariajosé? ¿es particularmente representativa? es así que continúo profundizando en el tema.

Elegir a Mariajosé puede ser explicado también por efecto de la suerte. Una vez nos encontramos por casualidad en la calle, y hay encuentros que generan climas de confianza, todo surgió naturalmente, ella pudo saber donde estudio porque preciso pasamos cerca de mi universidad y se lo comenté. Pude hablarle de mí y eso posibilitó que me diera a conocer por ella. Además, Mariajosé tiene historias por contar y -para su orgullo- muchas son de lucha, por eso se abre fácil a narrarlas, abre un campo para poder vivirlas y compartirlas. Entonces todo parece tratarse -en parte- de climas generados para la apertura mutua y la voluntad para hablar de sí mismo.

A excepción de Mariló y Mariajosé, no sentí el mismo nivel de apertura mutua en los demás colaboradores del taller, a pesar de compartir en un mismo espacio, agradable, con posibilidades de crear y jugar, no surgieron fuertes conexiones. Ellas y yo no nos contamos nuestras historias, no nos mostramos nada de “lo que llevamos en la mochila”.

Cuando yo no me abro a los demás es porque no siento que tenga nada que decir, no siento que lo que tengo por compartir sea valioso, porque de hecho: puede no serlo. He vivido historias bellas, sí, pero si siento que en mi vida son más las historias de desubicación, pereza, falta de espíritu, cobardía o apatía: no me voy a abrir al mundo, me va a dar vergüenza contarlas, no hay nada “educativo” en ellas, le “olerían” mal a la gente, sería triste contar historias solamente de lo que no se debe de hacer. He tendido a tener todo tan fácil, he dado tan poco valor a veces y

he deseado tan poco que siento que mis historias no son heroicas ni de lucha, y el miedo a contar mis relatos surge ante el hecho que el otro me vea.

Mariajosé, quien asiste a los círculos de mujeres con las señoras, habla sobre las prevenciones que tienen para compartir sus relatos, me cuenta de la falta de voluntad que tienen para contar sus propias historias: Te dicen: “¿qué voy a contar?, mi historia es mía y no tiene por qué saberla nadie”. -No no, tu historia es muy bonita, y es muy importante, no tiene por qué quedar ahí en un rincón, en oscuras. (...) No por el timorreo, no. Es por el hecho de…(...) poderlo contar y seguir adelante, que no te quedes ahí estancada. A la gente mayor le cuesta más porque claro: tiene muchas vivencias, la experiencia, la han criado de otra manera, están como más estancadas.

Lo ven, pero… les choca, lo hablan… es como… que se están contradiciendo constantemente. Les parece muy bien, pero luego a la hora de decirlo yo creo que se escuchan a ellas mismas, y no les gusta, se siente como miedo, como que... “¿quién va a escuchar esto?” “¿qué me van a decir?” “¿qué van a pensar?”, “yo ya soy vieja”, “yo no soy nadie”, -”¿cómo? que no, no eres vieja, tienes experiencia que es muy distinto, y claro que eres alguien, tú eres única, y especial” (Comunicado personal, junio 20 de 2018)

Puede ser que esa dificultad para abrirnos entre nosotros esté relacionada a muchos sentimientos, incluida la vergüenza de cosas que no nos hacen enorgullecernos. Pero el tema no queda ahí, puede ser peor, pues esta negación y rechazo a la propia historia no es algo sin importancia, puede generar -tal y como lo dice Mariajosé- un efecto de estancamiento en nosotros, veamos: desde una perspectiva construccionista se plantea que todos los tipos de conocimientos son versiones consensuadas sobre la realidad, se construyen mediante las interacciones y negociaciones de significado interpersonales (Gergen, 1985), esto quiere decir que el lugar donde el individuo se construye también es desde una dimensión de diálogo entre él mismo, los demás y los discursos generales sobre el contexto en el que vive. Estaría compuesto por múltiples voces que pueden ser contradictorias pero que tienen un orden jerárquico (Hermans, Rijks & kempen, 1993). Desde este punto de vista el individuo se empieza a construir a partir de sus narraciones y se reconstruye mediante las mismas. Es entonces posible que si nos cuesta volver

sobre nuestras historias, si nos cuesta hablar sobre nosotros mismos, si nos cuesta mirar esas construcciones que hemos hecho y comunicarlas: no las veamos, ni demos lugar a poder reconstruirlas, es decir, no nos moveremos de lugar, no cambiaremos, porque es a partir de revisar nuestras historias que nosotros mismos y los demás podemos hablar, opinar y dar otros puntos de vista. Es esta una mirada que nos puede dar luces alrededor de las dificultades que Mariló ha encontrado en las señoras, miedo a reconocerse, a encarar un pasado, a los demás y la descreencia de otro futuro posible.

El lunes 20 de junio fue el último encuentro al que asistí en La Florida. Una reunión evaluativa donde tocaron un tema central: la petición de las señoras por tener su propio espacio aparte de los jóvenes. Alegan que les quitaban turnos para fabricar sus planchas de estampado y que son groseros. Mariló explicitó su punto de vista varias veces: buscar el diálogo y reflexionar, argumentó también que las que más han aprovechado el espacio son ellas y que incluso entre ellas son las que más se quitan turnos en el estampado; además buscó que entendieran las posturas de los jóvenes, o que surja una solución dialógica con ellos por parte de todos, acuerdos, formas de convivencia, etc. Pero Puri, una líder entre ellas, contradice casi toda nueva construcción que Mariló esté intentando hacer, las niega, les da la vuelta y vuelve una y otra vez a sus discursos de miedo; sobre el barrio, incomodidad sobre los jóvenes y otros que no alcanzo a escuchar, porque -además- se tiende formar algunas peleas y mucho ruido, unas empiezan a decir cosas y otras al mismo tiempo y se vuelven voces unas encima de otras que no permiten la escucha. ¿Qué voces son las que aparecen en ese momento? ¿quién habla allá dentro?

ARTES Y CONCIENCIACIÓN

Las pedagogías críticas se interesan por lograr una práctica pedagógica en la que las personas reconozcan y cuestionen los mecanismos por los cuales sucede la dominación y la desafíen. Reconocen la cultura como artificio de los hombres e

invita a que en los espacios educativos asumamos posturas que no mantengan la opresión, el lugar de aprendizaje es un espacio en el que se está en el lado de la opresión o en el de la liberación, no es posible ser neutral.

Desde los años 60, con los desarrollos alrededor la pedagogía crítica de Paulo Freire (2005), se han elaborado diferentes discursos en contra de los modelos educativos dominantes, argumentando -por ejemplo- que “las escuelas promueven la dependencia y un entendimiento jerárquico de la autoridad, brindando una visión distorsionada de la historia y otras verdades dadas por sentado que, en cambio, debilitan el tipo de conciencia social necesaria para lograr la transformación social” (Eisner, 2002, citado por Breuing, 2011: 4); argumentando que “la educación debe desafiar la estructura dominante, y desarrollar y ofrecer prácticas alternativas en el aula” (Breuing, 2011: 5); enfatizan “la importancia de fomentar la consciencia, la necesidad de transformar la existencia de una estructura social opresiva y la necesidad de transformación social” (Weiler, 2001: 68) Existe todo un cuerpo de interpretación que favorece procesos pedagógicos por fuera del aula, sin embargo ¿cómo funcionan este tipo de procesos? ¿es posible relacionar a LaFundició con la pedagogía crítica?

LaFundició, con su tradición de años siendo outsiders, siendo críticos, y a la vez buscando generar procesos -como ya lo hemos visto- en que entre todos puedan cuestionar los relatos y relaciones que los atraviesan, se pueden situar en un lugar cercano al que Ira shor define como pedagogía crítica: Habits of thought, reading, writing, and speaking which go beneath surface meaning, first impressions, dominant myths, official pronouncements, traditional cliches, received wisdom, and mere opinions, to understand the deep meaning, root causes, social context, ideology, and personal consequences of any action, event, object, process, organization, experience, text, subject matter, policy, mass media, or discourse. (Shor, 2012: 129)

Thomas G. Sanders-, profundo conocedor de la obra de Paulo Freire (1978: 14-15), da la siguiente definición de concienciación:

Significa un ‘despertar de la conciencia’, un cambio de mentalidad que implica comprender realista y correctamente la ubicación de uno en la naturaleza y en la sociedad; la capacidad de analizar críticamente sus causas y consecuencias y establecer comparaciones con otras situaciones y posibilidades; y una acción eficaz y transformadora. (...) Si bien el estímulo del proceso de concienciación deriva de un diálogo interpersonal a través del cual uno descubre el sentido de lo humano al establecer una comunión a través de encuentros con otros seres humanos, una de sus consecuencias casi inevitables es la participación política y la formación de grupos de interés y presión.

LaFundició abre la posibilidad de procesos de concienciación con comunidades, proponiendo la vivencia de experiencias alternativas y generando espacios de diálogo. Sin embargo, más allá de esto, ¿de qué sirve saber que tengan relación con la pedagogía crítica o no?, Primero que todo, Mariló manifestó que a LaFundició no le interesa vincularse a los textos, Mariló dice que la experiencia en el lugar desborda la realidad de la literatura. Ellsworth (1989) en su crítica a la pedagogía crítica, desarrolla un argumento similar, que incluso explica un poco las dificultades que he encontrado para lograr encontrar en este tema miradas que aporten o problematicen las prácticas de LaFundició. Ellsworth, en su exploración en la literatura de la pedagogía crítica encontró que “la mayoría de investigadores educativos que utilizan los conceptos de la misma, frecuentemente restan de sus escritos las discusiones de prácticas en el aula con contexto histórico y posición política definidos.” (1989, 301) Es decir que en su propia experiencia y en el estudio de las experiencias de otros investigadores no encontró maneras de hacer útil a la pedagogía crítica para repensar sus prácticas educativas ya que -dice- utiliza conceptos (empoderamiento, voz del estudiante, diálogo, liberador, oprimido, etc.) que operan en un alto nivel de abstracción, más apropiados para debates filosóficos que para pensar las prácticas educativas del proyecto antirracista que pensaba desarrollar en su aula. Ellsworth ha hallado una brecha infranqueable entre las explicaciones de la pedagogía crítica y las particularidades de la práctica educativa en terreno.

Por otro lado, así como Mariló no se identifica -por su origen social- con la visión dominante de las artes dada por las élites al ser un elemento extrínseco a las

formas artísticas y culturales del contexto en que creció. De la misma manera las posiciones y miradas exteriores en la práctica pedagógica (como las dadas por creadores de literatura en pedagogía crítica) pueden no interesarle tanto, quiero decir que lo que Mariló pretende, por encima de todo es que las cosas se hagan desde las herramientas que la comunidad posee (desde los bloques).

Al ser parte de la comunidad, LaFundició comparte sus herramientas, palabra, perspectivas y experiencias artísticas. Entienden las artes como medio para vincular personas e ideas, elementos de unión para generar momentos de diálogo, y como otra forma de expresión que -en ocasiones- ha posibilitado que se diga lo que no se exterioriza por medio de la palabra. Por otro lado permiten que el concepto se oxigene y permanezca abierto a las definiciones de los demás colaboradores, Mariló dice: “en nuestro caso creo que ha habido también como una resistencia y una lucha por intentar resignificar lo que puede ser como un proceso creativo o lo que puede ser el arte o lo que puede ser la creatividad para otros contextos sociales” (Mariló, comunicado personal, junio 10 de 2016)

Cuando hay algún tipo de realización artística no les interesa su exposición en ninguna galería o museo, más bien prefieren organizar formas de exposición para la reflexión de las personas dentro del espacio de la comunidad.

LaFundició realiza acciones que pueden ser asimiladas a prácticas de desvío de sentido. Por ejemplo tienden a ocupar del espacio público de otras maneras (jugando, bailando, haciendo derivas); permiten que las acciones transgresoras de los niños vivan, escuchándolas para aprender a través de ellas qué cuestionan y qué hacen visible; estas prácticas de desvío pueden ser asimiladas a las tergiversaciones (détournement), se refieren a la posibilidad artística y política de tomar un objeto significado bajo los parámetros de la hegemonía y desviar o distorsionar su significado, generando un efecto de extrañamiento, cambios de perspectiva y llamadas a la mirada crítica (Debord & Wolman 1999). Aunque tiende a ser relacionado con el hecho de transformar el significado de una pieza artística, combinando, descontextualizando, añadiendo o restando elementos, también hace

alusión a objetos comunes, cotidianos, a frases y a gestos; en una mirada expandida sobre el concepto es posible encontrar a la tergiversación en el desvío de significado establecido de cualquier objeto de la dominación, manteniendo su sentido político. Más allá hay otras acciones apuntan al mismo objetivo de la tergiversación: empezando por su nombre, que -dicen- mucha gente no logra saber qué es “LaFundició”; continuando con la postura política que mantienen y todas las rupturas ideológicas y performativas que generan desde ella. En estos sentidos, diferentes acciones de desvío son utilizadas para poder desviar, crear, estar -o al menos visitar- otros lugares, para transgredir, explorar y cuestionar. A pesar de las contradicciones expuestas posible decir que LaFundició impulsa procesos que apuntan a una concienciación a través de formas que se hacen visibles desde el cristal de la pedagogía crítica y funcionan desde el cristal de las prácticas artísticas o creativas que compartan ellos o miembros de la comunidad.

CONCLUSIONES Viviendo al margen del mainstream fue uno de los 3 títulos que tuvo el presente texto en su desarrollo, no fue en vano ya que es visible que la mayor potencia que encontré en los relatos sobre LaFundició permanecen en su postura política rebelde a discursos hegemónicos, que se manifestó para mí como forma de vida, como forma de habitar un espacio y un tiempo. Basándose en la generosidad y en otras formas de abordar la vida, empieza por sí misma a generar cambios en los demás, desde la cotidianeidad de las relaciones se mueven hilos que apuntan a una paulatina transformación del paisaje social.

Haber estado cerca de la labor de Mariló me hace pensar que: habla más tan sólo el hecho de estar en silencio en el lugar desde el que se quiere hablar que hablar de ese espacio estando en otro lugar. Las pregunta por cómo -sobre todo- Mariló logra lo que describí como una coherencia en su labor y forma de vida sigue vigente; siento que ella vive en el territorio. Recuerdo a Conno Tisoy, un amigo antropólogo

Bogotano, bailarín y actor de teatro, él me dice que lo que he visto todo el tiempo no es el territorio sino que es el mapa, dice que hay personas que son expertas describiendo un territorio y hasta construyendo versiones iguales, pero la experiencia de estar en el territorio núnca será la misma por más que el mapa iguale el territorio ¿cómo se accede al territorio?

Con LaFundició sólo realicé el cierre de un primer ciclo, con ellos las puertas siempre están abiertas para seguir colaborando en sus espacios, en ellos tengo la posibilidad de enfocar las observaciones sobre su práctica de una forma más propositiva, de hecho quedé en participar con ellos impulsando un proceso colaborativo para la realización de una huerta urbana comunitaria.

El presente texto resultó desafiante para mí en varios sentidos, realmente ha sido un proceso para mí poder empezar a conectar los múltiples diálogos entre experiencias, teóricos, relatos de las personas y las herramientas de aproximación al contexto. No obstante ese mismo esfuerzo ha sido un aprendizaje en el que siento que he avanzado más en comparación con trabajos anteriores.

Parte de los desafíos que encontré estuvieron relacionados con mis decisiones: ya que deseaba conocer la labor de este colectivo, tomé la opción de no continuar con el proceso realizado en Prácticas, iniciando todo un trabajo de campo de nuevo; la administración del tiempo que hice del mismo, enfocándose desde un principio sólamente a trabajo de campo; la dificultad de toma de decisiones de enfoque y la tendencia a encontrar similaridades en vez de diferencias, es decir: distancias que generen tensiones en los relatos para problematizarlos.

No obstante estos problemas encontrados, me queda la tarea -precísamente- de seguir desarrollando habilidades investigativas; de hecho puedo empezar por encontrar otras narrativas para mi historia personal y para la forma en que me desenvuelvo en la vida, me interesa llevar a cabo un laboratorio personal compartiendo con las personas mis relatos y mis historias de vida sin el miedo de contar aquellas que me incomode contar, explorar de qué maneras pueden empezar

a cambiar, y continuar la investigación en las herramientas de la perspectiva narrativa. Sobra decir que las herramientas recibidas durante el máster las pienso enfocar en proyectos educativos con comunidades, de hecho ya han sido de gran provecho, me han ayudado a encontrar cuál es mi posición en el mundo, por lo menos ya sé donde estoy, ahora me queda aprender a caminar, a saber perderme y encontrarme con los demás.

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ANEXOS 1. Carta enviada a LaFundició Cordial saludo Fundició, basado en el encuentro de ayer con los jóvenes y las abuelas brindo algunas ideas que pueden ser interesantes para ustedes, son sólo ideas que ustedes pueden tomar, modificar o ignorar, en todo caso parten de un primer vistazo a los procesos y nadie más que ustedes saben en qué punto están navegando.

Estas ideas están pensadas en enriquecer (sumar o multiplicar) el taller que realizan, sin que en ningún momento se aparten de los procesos que están desarrollando, algunas de ellas se pueden realizar en momentos acordados o en momentos en que ya han terminado su momento de creación y tienen el tiempo libre (por ejemplo en el caso de ayer interpreté que los chicos líderes utilizaron el tiempo libre para afianzar su dominio sobre los demás por medio de intimidación física, golpes, demostración de energía y un grado de humor al ponerse a jugar como si manejaran un coche, los demás se mantenían perimetrales, pasivos e intimidados recibiendo el mensaje ¿qué pasaría si -ya que podemos proponérseloutilizaran algunos de estos tiempo de otras maneras?).

Siento que para la realización de las propuestas me enfoqué más sobre los jóvenes que en las abuelas ya que estas últimas fueron más herméticas y no sabría aún cómo fluir con ellas, las propuestas son las siguientes:

Desarrollar C/a/r/tografías para encontrar posibles caminos y zonas de encuentro entre todos. (Para ver más a profundidad sobre C/a/r/tografía adjunto algunos textos para ojear de Alexandra Cutcher sobre la investigación basada en las artes) estas C/a/r/tografías se pueden expresar en los estampados en camisetas. De hecho puede ser -en parte- en el desarrollo de un proceso de dibujos en un formato grande hechos entre los jóvenes y abuelas. Al resultado se le puede tomar una fotografía y transformarlo en un estampado que puede tener un valor simbólico para ambos.

Desarrollar estudios visuales sobre la imagen que utilizan de África. ¿De donde viene su interés? ¿cómo leen esas imágenes? ¿cuál es el origen de las mismas? ¿por qué las interpretan como las interpretan? ¿cuál es el origen de esa visualidad? ¿qué significan para los demás? ¿qué dicen de nosotros? Este taller, si les interesa, es posible que yo lo pueda desarrollar.

Hacer más consciencia sobre nuestro actuar. Un taller interactivo donde hagamos consciencia de formas culturales que nos controlan, puede ser por ejemplo realizando un taller de Teatro del oprimido. Liderar una puesta en escena donde se puedan representar, resignificar y reconfigurar algunos momentos de opresión que algunos suelen generar sobre los otros, lo mismo con las abuelas.

Llevarles libros que les puedan interesar, por ejemplo de Caligrafía, muestras de tejido, graffiti, bordado, estampados, camisetas, cultura Hip hop.

Hacer que el espacio poco a poco les hable más. ¿De qué formas les habla el espacio? podemos iniciar -por ejemplo- con un mural de la memoria, en una de las paredes ir montando compilados de los diseños y estampados que han realizado, fotos de ellos juntos, de momentos, etc.

Llevar un MC (En el Hip hop un MC es un Maestro de ceremonias, artista/performer, más conocido como rapero) que llegue cantando sorpresivamente al salón, despertando la curiosidad de todos, que busque conectar, sea entrador y lo haga principalmente con las abuelas (para que se sientan incluidas, incluso se le puede avisar a las abuelas que se le dará esa sorpresa a los chicos para que ellas sean cómplices). La idea es inspirar un poco más a los chicos, dándoles algunos trucos o mejoras en cómo hacer sus rimas. Para las abuelas puede significar conectar un poco más a las abuelas con otro tipo de cultura, y que les enseñe sobre su proceso. ¿qué opinan?

Un abrazo.

Andrés Casallas Acuña

Relatos afuera del mainstream - Una mirada sobre la labor educativa de LaFundició Andrés Mauricio Casallas Acuña (amcazen@gmail.com) Tutor: Enrico Beccari Trabajo final de máster Máster en artes visuales y educación. Un enfoque construccionista Universidad de Barcelona - 2016