Platon&platypus

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autores so n amigos dcsdc hace cillcuel1ta ailOS. Ambos cstud ial"On f1 10sofla en la Un ive rsidad de Harva rd e n los ailOs 60, cuando los li cenc iados en filoso fia casi se contaban can los dedos de una mano. 1,05

Th omas Cathcart, de 67 anos, se cri6 en una familia religiosa en Needham, cerca de Boston . Despues de li cenciarse, hi zo es tudios de posgrad o en teologia en la Unive rsid ad de Chicago. Ha trabajado en el mundo de la salud , tanto me ntal como ffsica, y ha sido gerente del Mercy Hospi tal de Portland, Maine. Tam bien diri gi6 li n hospi cio para e nfermos de sid a, «e] me jor trabaj o que he tenid o en mi vida )) , dice. "Me encantaba.» Daniel Kl ei n, de 68, es de una fa milia oricntada a las ciencias. Su padre era llllilll ico 'y parricip6 en el Proyecto M:lIlhatta n (que culmin6 en la bomba :11<'1I 1I ica). AUllqU C aseg ura que procede de gL'll cracioJlcs de ateos devotos, Ie iJll c rc sa Jl1u cho el pensami ento n.: li gioso. All crminar sus es tudi os Illli vc rsitari os trabaj6 como gui oni sta de prograi ll as c6micos de telev isi6n y c( IllCurSOS, para los que cse ribia chistes. 'I;\lllbi cn ill\ cnt6 toda clase de ~ itllac i() \l cs para un programa de o l~ j c ti v() indi screto. D ice qu e ha escrito lIIl OS treinta libras, entre los qu e hay lIlla sc ri e de misterio e n la que el dete ctive es Elvis Presley, y que se ill VC Iltcl unju ego de mes a que se llama «TCJ"a pia de grupo».

ilj· 1,1 110ft .d.l LU(r€Chl Demaestri/ Departa menlO I h.... nf' IJIVI'.16n EditOrial del Grupo Pl anet

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La filosofia explicada con humor TH OM AS CATHCART y D ANIEL K LEIN

Traducci6n de N uria Pujol Valls

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A la memoria de nuestro abuelo fl losofico ,

GR OU CHO MA RX ,

que reS llmi6 la esen cia de nuestra ideologia cuando dijo:

ÂŤEstos son mis principios; si no les gllstan, tengo o((os.Âť


i:-.:nlC!,

Filochisres: Una introduccion M etafisica

II logica ..

III Epistemologia

1\ . Etica

\ Filosofia de la religion .

VI Exisrencialismo . . ,

\,11. Filosoffa dellenguaje .

VIII. Fi losofia social y politica IX. Relarividad . x . Metafi losofia . . .. . 1.

9

15

35

61

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197

Summa: Una conclusion " . . . . . . . . " 203

Grandes mo mentos de la Historia de la Filosofia 205

Glosario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209


Fil ochiste s ( 1"If

iJl,ro(I1((cidn

D IM I T RI : Si A tlas sostiene eI mundo, ~que sostiene a A rIas? T Ass o: A tlas se sos tiene sobre el caparaz,6n de un a rortuga. DIMI TRI : Pero ~so bre que se sostiene la ronuga? T A S so: Sobre orra ro rruga. D IMIT RI: ~y que sostiene a esa rortuga? TASSO : Querido Dimitri, de ahi para abajo rodo son rortugas. .~~

Este fragmento de dialogo griego anti guo ilustra a la perfecci6n el concepto fllos6fl co ell' rc troct:so in fI ni­ ro, una noci6n que aparece cU<llldo no.. . IHl'gulll ;\IlW" si existe una causa primera de la vid :l , lit- I Illli vl"I"\(), del tiempo yel espacio y, con una ~i l!.lli l ~l . l l i( 'lIl .IUIl mayor, de un Creador. Algo (il'Il C qU l' h.lhl'r creado


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r L.A. T 6

N Y U N II RN IT \ 11\ I{I NC 'I I I N I IIA N I, N II N IJA R .. ,

al C reador, de modo que el caparaz6 1l dc,: rortuga causal no se derenga en el. 0 en el Creador que esra. antes que el. 0 en quienquiera q ue Ie preceda, De ahf para abajo todo son Creadores ; 0 m ejor d icho de ahC para arriba, p uesto q ue esa parece ser la direccion en la que hay q ue buscar a los C readores. de retroll':';(' illlillllO

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dco mis mo de la f11 w,o(fa empirisra inglesa: la pre­ gllnra acerca de Cll ;l! e.. Ll inform acicSn sobre cI m un­ J o de la q ue no~ podernos riar. Morty Ilega a casa y se enc uentra a su esposa y a su me­ jor am igo desnud os, en la cama. Just o cuando Morty esta a punto de decir algo, Lou se leva nta de la cama de un salta y dice: -Espera, espera, colega, la qu ien va s a creer, a tu s ojos 0 ami?

111 1

h.lhi.1 l1aJ.I".

Prestemos de nuevo arencio n al viejo T asso. Ad e­ m as de ser acla rato ria, su replica: «de ah f p ara abajo mdo son mrrugas», suen a a golpe de efecto com ico . jTachan! A nosotros no nos sorprende. La elaboracion y el efecto que logran los chistes y la elaboracion y el efec­ to q ue logra la filosot1a esran hechos de la misma ma­ teria, Juegan con la m encc de fom as parecidas . Esto !'it' dene a que la filosofla y los chisres surgen del m is­ 1110 iIllpu lso: confundirnos respecto a como son las COStlS, poner nuestros mundos del reves, y dar co n verdades ocultas, a menudo in comodas, sobre la vida. La que el filoso fo llam a perspicacia , el com ico 10 Ha­ rna m ordacidad . Par ejemplo, veamos d etenidamente este chiste cl:isico , En aparie ncia, suena a simp le y deLiciosa IOlHeria pero, si nos paramos a pensar, expresa el nu-

AI refutar la primacfa de la experi encia sensorial, Lo u plamea la cuesti6n de que tipo de datos son ver­ daderos y po r q ue, 2Existe una manera de recop ilar datos acerca del mundo -es deeir, de ver- mas ha­ ble que las orras, una progresion de la Fe que acep re la descripeion de la realidad de Lo u? He aq ul otro ejcmplo de fi lochiste, esre con to­ ques del argumenro de la analogfa, que afirm a q ue si dos eonseeuencias son simila res , deben baber ren ido causas similares: Un anciano de noventa anos va al medico y dice: - Mi esposa , que tien e dieciocho alios, esta embara zada, - Le voy a contar una hi stori a -responde el med ico-. Un hom bre fue a cazar pero, en lugar de un a escopeta se lIeva un pa raguas por error, Cuando. de pronto. Ie atilco un oso, el hom bre bla ndi6 el paraguas , dispar6 y cl 0<;0 \,"ly6 mlll:rlo . -Eso es imposible -dice el anciano- , AI OSO 1(' dl'hto eI" dispa rar otra persona . - jPues eso digo yo!


n.

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PLA T6N Y U N ORN I TI , R H INC() I WI RAN EN U N BAR . . .

No cabrfa esperar mejor ilusrraci6 n de la argu­ mentaci6 n a partir de la analogta, una estraragema fi­ los6fica que suelen U[ilizar los partid arios de la [coria del Diseno Inreligence (por ejemplo, si existe el glo­ bo ocub r, d ebe de exisrir un Disefiador de globos oculares... en el cielo). As[ podrfamos proceder - yen real idad vamos a hacerlo- del agnosticismo al zen , de la hermeneU[i­ ca a la Erernidad. M osrraremos como los conceptos filoso fi cos se pueden co nrar a rraves de chistes y como los ch istes e~ta n cargados de un fascinante concenido fi losofico. Pero, a ver, ~no sera q ue son 10 mismo? ~Os im pona que volva mos aI tema? N ormalmence, los es[udiantes que Henan las aulas de ftlosofla esperan alguna perspectiva sobre, ponga­ m os, el sencido de todo esto. Pero quien cruza la sala en direcci6n ala tarima es un ripo desgrefiado con una amcric.ma que no Ie hace juego con los pan talones y such a u na perorata sobre el sencido del «sencido». Primero 10 primero, dice. Ances d e q ue responda­ mos a cualquier pregunra, pequefia 0 grande, debe­ m os saber 10 que signifiea la p regunra en si misma . Con la mosca d ewis de la oreja, Ie escuchamos y p ro nto descubri mos que 10 que nos cuenca este tipo es la mar de inceresance. La filosofla y los filosofos son asl. Una pregunca suscita orra, y esa toda una generacio n de preguntas. De ahi para abajo todo son preguncas. Podemos empezar por las m as basicas como: «cCual es el sencido de todo esto?» 0 «(2Existe Dios?», y «cComo puedo ser sincero conmigo mismo?» 0

FI LO C H 1 STES

.~ 13

.. ~ lle degido el curso .ldl'lII.\(JO?' rem promo descu­

Illimos que dchC:lII O!- Il.tl l·J'I10S orr:1S prcg ll nras para pllder respo nd er a 1.1\ urigllules. Es rc: pI OlC~(I h.1 c:n ­ I IIm brado a (mb lIllol "crie de disciplil1:1~ li lm()lil.l... , l ada una de Ia.,> ell.lIt·.. allor-da u na d e las ( ;Lllld e:'> Pn:gu mas en particul al . E intenta resolver bs pr<:­ gu mas que estas pl all lc:an. (Alguna pregu nra? As!, « ~ CuaJ es el stlH ido de cod o esto?» es una rc­ Ile:xion de una discipl.ina conocida como m etafis ica, \' «cEx is te D ios?» de la que se ha dado en llama r fi­ loso ffa d e la religi o n. « ~ C6 mo puedo ser sincero LO n m igo mismo? » enr ra en la escuela del exis tencia­ lismo . 1«He e] egido el curso adecuado ?» cae en el nuevo sec(Q r de la filosoffa lIamado metafilosofla, que se planrea la pregu nra: «~Que es filoso fla?» y as! podrfam os segui r clasificando, puesro que cada esfe­ ra de la fil osofia se plamea concep (Qs y preguntas disci nras. No hemos organ izado el li bro d e mod o crono1 6gi­ co, sino a partir de las pregllntas que te n!amos en mence cuando entramos en esa prim era clase d e fi lo­ sofia, y en las disciplinas que se las plantean. Lo ma­ ravilloso es q ue toda una serie de chistes empezaron a oCli par un territorio conceptual similar al de esas disciplinas. (Pura casualidad 0 es que, a fi n de cuen­ tas, existe un D isefiador Tnreligente?) EI m orivo de que sea tan fancastico es qlll: am hos ~a l i m() s de h pri­ mera clase tan estupcfacLOs Ypc:rpk jo'\ ql l ~' IWI1\:II11m que n uestra me nte n u nca cOl nprclldl·11.1 (('111.1.', 1.111 sesudos. Pero un dia trabamos COI1 Vl'I .'- .ll io n l Oll 1111 licenciado que nos CO III 0 el chis tl' lk MU ll l), que I1e­


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ga a su casa y se encucnrra a su m ejor amIgo, Lou, y a su m uj er e n la cam a . - jEsto es fi los ofla! - dij o. 11\

Nosotros 10 llamamos fl loch istcs.

Meta fisic a

TH O MAS CA T H C ART y DANI E L K L E IN

Agosto 2000

rtf JIl/'fr!!7sim.fl /,I,zlllctl /tTJ (";Wrll'S PJ'CglfTJII{j

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(Jltimamente me tiene n preocupado unas cuantas cosas, Tasso . T ASSO: ~Que , exactameme?

[) I MIT R 1 : 2Cua1 es el sentid o de to d o esto ?

T ASSO: 2Esro? 2Q ue? D IMITR I : Ya sabes, la vida, la muerte, el amor y el m isterio ese de las h ojas d e parra rellenas. r AS SO : 2Y q ue te hace pensar q ue eso tenga un sen­ tido? DI MITRI : Pues q ue debe d e ten erlo . De 10 co ntra­ rio , la vida n o serb m ~is (llI e.. . r A SSO : 2Que? D I MfTR( : Creo que neccsi ro lIll 011110 , D 1M 1TRl:

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Un hom bre que bu scaba la verdad habia oido que el ,11m

mas sabio de tad ;) I;, Ind ia vi vfa en la clma de la mon­

~EI universo tiene un o bjetivo?

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m as alta del pais. As! que and uvo y anduvo, hJ sta que

Segun Arist6teles, LOdo tie ne un telos, un objeLivo intrinseco que alcanzar. Una bellota tiene un fe/OS: un roble . Los pajaros tambien, y las abejas. Dicen que en Boston hasra las alub ias tic nen un objetivo. Forma parte de la misma estructura de la realidad. Si eso suena un tanto abstracto, en la siguienre historia la senora Goldstein remite eI telos a los asun­ toS terrenaies.

IIt'go a la mftica montana. Esos mo ntes eran muy escarpa · tlos,y en mas de una ocasi6n resbal6 y se cayo. Cuando Ile­

1',0 ala ci ma, estaba cubierto de cortes y de heridas, pero se 'Il(ontro con el guru, sentado con las piernas cruzadas Irente a su cueva. -I Oh , sabio guru! -dijo el aprendiz-. He venido hasta ti pJra preguntarte por el sentido de la vida. -iAh , sf! EI sentido de la vida -dljo el guru-. EI senti do tie la vida es una taza de teo

La senora Goldstein pase aba por una calle con sus dos nietos. Se encont ro con un ami go q ue Ie pregunto cuanto s anos tenian . La seno ra resp on di 6: -EI medico tiene ci nco y el abogado si ete.

~ La vida humana tiene un telos?

Arisr6teles pensaba que S1. Pensaba que el lelos de la vida huma na es la felicidad, un e1emenro de disp u­ ta con orros fil6sofos a 10 largo de la historia de la h umanidad . San Agustfn, siere siglos despues, dirfa qllL' 1'1 /I'los tit' b vida es amar <l Dios. Para un exis­ IL"lIti.dl\1.1 ~kl ~igl() xx wnw M.trtin I Ieidegger, eI te­ 1m lit·1 homb re c() l)\ i ~(l' en vivir sin negar la cond i­ LiC)11 humana, especia lmeme la mucrre. (La felicidad?

jQue cosa tan superficial! Los chisres sobre el semido de la vida se han mul­ tiplicado con la ill isma rapidez que los semidos de la vida, que a su vez se han m ultiplicado tanto como los fil6sofos.

- l Una taza de te? He venido hasta aqui para hallar el sentido de la vida ~y me dices que es una taza de te? EI guru se encogi6 de hombr~s. - Buen o. pues tal

vez no sea una taza de te -dijo .

El guru esd expresando que formular el telos es Llna cuesti6n peliaguda. Y ni siquiera es p lato de gus­ lO para todos. Existe una distinci6n entre el telos de la vida - que deben ser los seres humanos- y la versi6n particular de los prop6sitos en la vida, 10 que dicha persona quie­ re ser. Sam, el dentista de la siguiente historia, ~esd buscando el te/os universal de la vida 0, simplemenre, ocupandose de sus cosas? Es evid ente qu e Sll madre riene su propia idea (k l,I'i(JI de b vida d(,~ l1 hijo. Un dentista de Filad clf i. l . ..... 1111 f Ip·,r l dl l . "1' f ll l' :l 1.1 lli dl.l av er si encontraba el sClll ld o

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qu e su madre tuviera 11011(1.1 '" cl l' l'I 1111 .ilIlH'l1l l' . 1.1 It'I,Jdre


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vola a la India y pidi6 que la recibiera el hom bre mas sa bio. La mandaron a un ash ram, donde el guardia n Ie dijo que debia esperar una sem ana pa ra que el guru Ie concediera audiencia, y cuando Ie f uera concedida, s610 podria di rigir­ Ie cuatro palabras. La senora Lipschitz esper6 y medit6 cui­ dadosamente sus palabras. Cuando fin almen t e accedi6 ala presencia del guru, Ie dijo : -jSam , vuelve a casal

II1l'ta(j~icl" ell cI dlLLiul1,l1'io \ \I.'I~i, l)L1~ 1'1 Iwmhrc proCl'(\1' lkl !intlo J..: 1111 trll.ld" J ... }\JiS lcJ ­ [d ... ~ ll1 d qll~ ,lbllrJa LlIl.'S1iOI1I'S ell:") 111\,(,1 Je ah~ rLllLi(in l',L;i 1l1.lS ;JlLi (illt'tdl Je b ()[,~l"\\..lLilll1 lil"llIi­

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y accidenta le:.. 1'/1 su o pinion , las propie­

esenciales SO il aqudLI'i ~ i ll Lr ~ q ll l' Iclllll>, 1 110 '\..' 11.1 10 q ue es, y l :r ~ l)J o pi n l.ldl..·.. :l1..i.. idl :lI l.dl". 1.1, 'I I /(' dl'tl'rmi nan COIll O 1.." 1111.1 til ...... p l..' I O 1101(1 (jI l l ' l". 1'11 1 \ If.:mp lo, Arisr6 1l' k s PI..' II'C) !j ill' 1.1 l.a 1I) l l. tll d .ld f.'\ l\L'IlLial al ser hlll1l.lll() y. d,ld., litH: \, ')L I .lle" rI.1 111 1 'ItT humano , la racioll ,did .I(.1 dl' ~'H)cr.I!L'., l'1.1 l'SI..' Ilt i,t! p.lra que Socrates rU l'ra ~()I..rall..'~. Sin 1<1 propieJad Jc 1.1 rJ.cio nalidad, S6craLes simplemente no h u biera . . ido Socrates. Ni siquiera hubiera sido un ser huma­ no, mucho menos Socrates. Por oua pane, Aristote­ Ie.. pensaba que la propiedad de ser chaw era mera­ l1lenle accidental. Su nariz chata formaba pane de U>!110 era Socrates, pero no era esencial a 10 que era III J quien era. Dicho de orro modo , q Ultale la racio­ Il.didad a Socrates y ya no serfa q uien es. Pero, 5i Ie haces una cirugfa esretica, sera Socrates con la nan" reconsrruida. Lo que nos recuerda un ch isre: Ii.IlIe:.

Cuan do Thompson cum pli6 los setenta , decidi6 camb iar completamente su estilo de vida para vivir mas anos. Se so ­ metio a una dieta m uy severa , daba largas caminatas , nadaba y tom aba el sol. En tres meses , Thompson perdi6 cinco kilos , redujo quince centimetros el perimetro de su cintura y au ­

E~l,N('IAl.1SMO

(C ual es la esrrucrura de la realidad ? 2Que atribmos especifi cos hacen de las cosas 10 que so n? 0, como 6­ 10sofos que somos, pregumarfamos: <Que atribu(Qs hacen que las cosas no sean 10 que son? Aristo teles uazo un a distinci6 n entre p ropiedades

mento doce centimetros de pecho. Esbelto y bronceado, deci­ di6 dar el toque final a su aspecto con un corte de pelo depor­ tivo. A la salida de la peluqueria, Ie atropell6 un autobus . -jD;os mio! -grit6 cuando yacia moribundo - . <.C6 11l o has podi do hacerme esto? - A decir verdad, Thompson -dijo una VOl qu l' Ploccrll.l del cielo-. iNo te he reco nocido l


20

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A1 parc:cc:r, el pobre T hompson c.nn hi t'•.Il gunas de las propiedades accidemales de sf mismo , ;t ll nque re­ conocemos que, en 10 esencial, era el mismo Thomp­ son. Y el tambien, por 10 demas. En realidad, ambas condiciones son esenciales para el chiste. Ir6nicam en­ te , el unico personaj e del chiste que no reconoce a Thompson es Dios, de quien se supone que es om­ nisciente por definici6n. La distinci6n entre las propiedades accidemales y las esenciales queda muy bien ilustrada por otrOS tamos chistes.

M E T AF( S I C A

-.t:'> 21

ABE: Un arenque. SOL: Un arenque no es verde. ABE: No como propiedad esencial. Solly. Pero un arenqu e

pued e ser accidental mente verde. l no? Intenta pintarlo y veras. SOL: Pero los arenques no cue lgan de las paredes. ABE: 2.Y si los sujeta s accidentalmente de un clavo de la pared? SOL: No vas a colgar accidental mente un arenque de la pared... ABE: Creeme. Todo es posible. Esto es filosofia. SOL: De acuerdo. pero un arenque no silba, ni accidental­

ABE: Adivina adivinanza, Sol. 2.Que es verde, cuelga de una pared y silba ?

mente. ABE: Pues den CJ ncia me .

SOL: Me rindo. ABE: Un arenque . SOL : Pero si un arenque no es verde... ABE: Va, pero puedes pintarlo de verde.

Sol y Abe se vuelven hacia el publico del Congre­ !'o anual de sociedades fil os6ficas, que guarda un si­ lencio to tal.

SOL: Pero si los arenques no cuelgan de la s paredes... ABE: Si los atas a un cla vo. sf. SOL: Pero si los arenques no silban ... A ~E:

l

SOL: Pero 2.que es esto? 2.Una convenci6n de estoicos? Eh, que se rieron mas de Nietzsche cuando actu6 en el Vaticano ...

lY que? Pues que no silbe...

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ver~i(')n no comegulrtas muchos

en d ( :Iuh de Ia Co/m:ciia, pero 51 algunos pumos en d Congreso an ual de sociedades filos6ficas.

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ABE: 2.Que es un objeto «X» que tiene las sigu ientes pro­ piedades : el color verde, la capacidad de colgar en las pa re ­ des y saber silbar? SOL: No se me ocurre nada .

En ocasiones, un objeto tiene propiedades que a primera vista parecen accidemales, pero que s610 re­ sultan accidemales dentro de un limite, tal como ilus­ rra este gag. -2. Por que un elefante es grand e. gris y arruga do? Ii ~o lInil ,1<; 1111111 .1. - Porque si fuera pequeno, blan

,crr.)

Podemos imaginarnos 1I n dd:lIIl l' e ll pl"qlll'1l0 ; ;t1 que llamaremos «un Ck r. llIl l' Pl"q ll l ·1l0 ». Illduso cabc


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imaginar un elefante gris pardusco, al qll l' ILtmare­ mos «elefante de un color gris pardusco». Y h<l~[a un elefanre sin arrugas , al que llamaremos «elefame liso». En otras palabras, el [amafio, 10 grisaceo y 10 liso no cumplen los requisitos que Aristoteles definio como 10 que es esencialmenre un elefante. Por el contrario, describen como son los elefantes de un modo general y accidental. No obstante, el chiste dice que eso es cieno hasta un p unto. Algo ran pequefio, blanco y re­ do nd o co mo una aspirina no puede ser un elefanre y, 5i nos p u~ier ;ln di cha cosa delanre, no es probable que se nos ocurrie ra p reguntar: « Bob, (eso que esras to­ mando es un a aspirina 0 un elefante atipico?» El hecho es que [amafio, grisaceo y lisa no son ter­ minos 10 basrante precisos para ser cualidades esen­ ciales de un elefante. U n tamafio y un color concre­ (Os son, emre a rras, las cualidades que determinan si algo es 0 no un elefante, Lo liso, po r otra parte, po­ drfa ser p ropied ad de un arenq ue rojo, 0 de un aren­ q ue silbador , RAe ! () N A LI S M 0

P,lscmos aho ra a algo comple[amcnrc d istinro; una escuela de me[afisica que ha prod uci do li[eralmente to mos y m as to mos de satiras, sin conrribucion algu­ na por nuestra parte, Solo hay un problem a: ningu­ no de los chistes da en el blanco. Cuando el fil osofo racionalista del siglo XVI I Got­ tfried Wilheim Leibniz dijo, en una fras e que se ha hecho famosa, «Esre es el mejo r de los mundos posi-

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se expuso al m;h hill ho rn mn d e I () ~ "d fl Ilim. "II~ ccos se hiciero n nO!.lr .1 part ll ,I i' 111\ il llll"" del \ iglo siguiente con Cillf/ir/(), la noveLI ti l Vo ILIII l' \ 1. , IHl' un joven bueno ( ::ind ido) y ~II IIll' I II ", /d ml'di lO , el sefior Panglos O a version VOII Lli.IIl.l til ' It'i l. II i1.) , E n sus viajes, el joven C andido ~l' lJ'llp i t.:I, 1 1I1 11 ill llndaciones, ejecuciones injustas, l: p i~k l1lj,l .'i y lin \crremotO inspirado en el que asolo Lisboa en 1755, Nada, sin embargo, quiebra la insistencia d el doctor Panglos en que «Todo es 10 mejor en el mejor de los 1l1undos», Cuando Candido se propone salvar a Jac­ <Jues, el anabaptista holandes, que se esra ahogando, Panglos Ie detiene, probandole que la bahfa lisboeta habia sido «concebida expresamente para que los anabaptistas se ahogaran en ella». Dos siglos despues, el musical que Leonard Bern­ stein estreno en I956, Candido, se sumaba a la burla. La cancion mas conocida del musical, «EI mejor de los mu ndos posibles» hace q ue Panglos y el resta de los personajes camen la letra de Richard Wilbur en la que se elogia la guerra como una bendicion indirecta, po rque nos unifica a rados, en tanto que vfctimas. -------------------== ~~

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Il'rry \nUlhem y 1\ 1.1S01l Hofh'nht:rg ~l' lInil'rlln ,\ 1;1 l.liVt'fSllln con ~u \'t'r~Ii 'lI1 ()h~Ct'I1,I: CIIIt()" u na ;O\'l~IIl:i , tJ inon:nrt' que, PL~I.' a lJlIl IIllln\ 1'):-0 h(lndl1l'~ lIlil 111\ quI.' ~I.' Cflll.l St' <lpl'\'\'Ldull de e lL!. \ iglll' , iL'lld.. illp nll;l)' lIptilllisra , rn 1~)(1" 1 ..,~. Il' dill" Illla vl'r, i"l1 t 1I1i ' malllgd li ca con lin repano [J lI(JlIIi de l'\1I'dl.l " 11111< las quI..' dt'~mc.lha eI Illmolc) l\ill).:" 'il III


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Todo m uy d ivenido pero, desgraci;td. ll1l ll11e, rer­ giversan las tesis de Leibniz. Leibniz era lIll r<lciona­ lista, un termino propio del comercio filosotlco que designa a quien piensa que la razon precede cual­ quier ouo modo de adquirir conocimiento. (Opues­ to, por ejemplo, a un empirista, que sostiene que los sentidos son la principal via al conocimiento.) Leib­ niz lIego a la conclusion de que este era el mejor de los mundos posi bles argumentando, a panir de la ra­ zon, que:

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,igllif'ican las palabra.\ d l: /xiilll iz: //1 min l , .. d (k rc­ ,J III pere, » No es q Il l: Ll'i 1m i'l. pl'Il~:1 r: 1 q 11(' I h ) 11.1 ilL, IIl,tI en el mundo. Simp1t:mcntl', pcnsa ha qll t' ... 1 I lim IllIhiera creado eI. mundo de o ua manera , ('I 1(·.. ,11 1., do hubiera sido un mal aun mayor. Afort unadamente, tenemos un par de chistl's qlll: ,on de 10 mas relevantes respecto de la filosoHa d e leibn iz. EI optimista piensa que este es el mejor de los mundos pasi bles. EI pesimista teme que asf sea.

N o habrfa mundo si Dios no se hubiera decidi­ do a crearl o. 2. EI «principio de la razon suficiente» dice que, cuando existe m as de una alternativa, tiene que haber una explicacion de por que una es mas peninente que la oua. ~. En el caso de que Dios hubiera escogido crear un mundo en particular, la explicacion habrfa que hallarla en los auibutos del mismo Dios, dado que, por aquel entonces, no habfa otra cosa. +. Como Dios es omnipotente y mo ralmente per­ fecto, debio de crear el mejo r de los mundos posibles. Si te detienes a considerarlo, bajo di­ chas circunsrancias era el unico mundo posible. Siendo omnipotente y moral mente perfecto, Dios no pudo crear un mundo q ue no fuera el I. ,

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Voltaire, Bernstein y los dem <ls, incluso Southern y Hoffen berg, todos satirizan 10 que consideran que

EI chiste esra en que el optimista aprueba la idea :ie q ue esre es el mejor de los mundos posibles, mien­ lras q ue el pesimisra no. Desde la perspecriva racio­ nalista de Leibn iz, el mundo es 10 que es. EI chisre incide en la verdad o bvia de q ue el optimismo y el pesimismo son actitudes personales que no tienen nada que ver con la descripcion , neutral, racional, q ue Leib niz hizo del mundo. EI aptimista dice: «EI vasa esta media lIena.» EI pesimista dice: «EI vasa est a media vado.» EI racionalista dice: «Este vasa es el doble de grande de la que deberfa ser. »

Claro como el agua, 2verdad?


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INFINITUD Y ETERNIOAJ)

Resulra que, por mas maravilloso 0 delez nable que sea el mundo, solo estamos aqui de visita breve. ~Cuan breve es 1a visita? ~Comparada con que? .iU n numero i1imitado de ailos? La nocion de infinito ha confundido a los metafi­ sicos desde hace, bueno, desde hace una eternidad. Los no metaf[sicos, sin embargo, se han mostrado siempre mucho menos impresionados. Dos vacas esta n pasta nd o cuando una se vuelve y Ie dice a la otra: -Aunque pise suele abreviar con cinco numeros, en rea­ lidad progresa hasta el infinito. La segunda vaca se da la vue Ita y Ie responde: -Muuuu.

E1 siguiente chiste combina 1a idea de eternidad con otro concepto filosofico que es todo un p1ancha­ zo, 1a relatividad: Un med ico Ie dic e a una mujer que Ie quedan seis meses de vida. -(Puedo hacer algo? -quiere saber ella. -Sf, en realidad ... -Ie dice el medico-. Podrfa casarse con un inspector de Hacienda. -(V eso aliviara mi enfermedad? -pregunta la mujer. -iEn absoluto! -dice el doctor-. Pero ihara que esos seis meses Ie parezcanuna eternidad!

Fste chiste p1antea h Sig lJ i<" Jllt, ( I ll'" inn filo . ,(') li \., :l : ,,( t :6mo puede algo frn illl , ("(H I H) M' I ' 1I II'W'. ,t' l ,I II. logo a algo infiniro, co mo Ia t: lcrn id:ld :,j Hi,'n, (... o il Vlt) que los que se hacen esa p regunl;t IlO 11,111 v l vll io Ill1l1ea con un agente tributario. DE T E RM INI S MO VERSUS LI B RE ALB E D Ri ()

Mientras estamos aqui y ahora, ~tenemos a1gun con­ rol sobre nuestras vidas? A 10 largo de los sig10s, se ha vertido mucha tinta lilos6fica sob re el tema de si el ser humano es libre para decidir 0 actuar 0 si nuestras decisiones y accio­ lies vienen determinadas por fue rzas externas: heren­ cia, emo rno, historia, destino, Microsoft. Los tragicos griegos insistiero n en 1a influencia del caraner y sus inevitables erro res en 1a determinacion del curso de los acontecimientos. Cuando Ie preguntaron si crda en el libre a1be­ or(o, el novelista del sig10 xx Isaac Bashevis Singer respo ndio, con cierta ironia, «No tengo otra elec­ cion». (En rea1idad, es una postura que algunos fi10­ ~o fos adoptaron con todo descaro: 1a de que estamos o bligados a creer en nuestro 1ibre a1bedrio pues, de 10 con trario, no existe base para nuestra creencia en 1a res ponsabi1idad moral. Si no fuera as!, nuestras elec­ cion es mora1es no estarfan en nuesrras manos.) Recientemente, 1a concepci6n de qUl' Ill cl'I.: I.\ p., i­ co logicas que escapan a nuestro control d Clt l'lllin:1I1 nuesrra conducta ha erosionado 1a idl';! de 1:\ I l'.',pon ­ sabi1i dad moral hasta el punto de qlJ(' .dIOI .l t('lI cm os I


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u na «d efensa twinkie»/ en la que cl . I ~ 1I \.tdll puede aducir que el azucar del cafe Ie IIev {> ;1 lIlI lIC.:ll'r LID asesinato. En realidad, es como «el diablo me: ohligo a hacerlo» disfrazado de morivacion psicologi ca . A pesar de todo, algunos dererminisras dijeron : «Dios me obligo a hacerlo. En realidad, Dios ha d e­ rerminado cada aspecto del universo, hasra el menor de los deralles. » Baruch Spinoza, el filosofo judfo y h· ·­ landes del siglo XVll , y Jonarhan Edwards, el teologo esradolln idense del XY1Il , posrlliaron un dererm inis­ mo teologico parecido. EI aguila, la rana y el camio­ nero de la siguiente histo ria probablemente pensaban que elegian y ejecutaban sus accio nes libremence. Moises, Jesus y un anciano con barba estan jugando al golf. Moises da un buen golpe, la bola va a parar a la calle y luego va rodando hacia el esranque. Moi ses levanta el palo, aparta las agua s y la bola si gue rod ando tran quilamente hac ia el otro la do. Jes us t ambien golpea fuerte y la bola se acerca al est an­ que pero, cuando esta a punto de caer en el cen tro, se queda sobrevo lando la superficie. Jesus se aproxi ma al estanque

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fllHra una valla, de ahf reb o! a :1 I:l (,l il t'. domlt 11,

1.lInbo la contra un cam i6n y sc dlrl gc lITIII

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1.1 r.III (' V,

direcci6n al estanq ue, pero cae en un p;'1 11 e ll l'

dnnde una rana la ve y se la met e en la boca.

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.Igllila, apresa la rana y se va. Cuando el aguil a y I;)

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hI evu ela n el green, la rana abre la boca y sue Ita la bo la, qu I

.l e justo en el hoyo. Moises se vuelve hacia Jesus y Ie dice: - Odio jugar con tu padre .

FILOSOFiA DEL PROCESO

I <.:nfa que ocurrir. Aparecio un fi losofo que se aruyo .1 t:sta concepcion de un dios co mpulsivo que incer­ vicne en codo. EI filosofo del siglo xx Al fred North W hi tehead sosruvo q ue Dios no solo es incapaz de dt:term inar el fururo, sino que el futuro 10 dcrermi­ na ra. a el. Segun la filosoffa del proceso de Whire­ ht:ad, D ios n o es ni omniporence ni om n iscience, y el cambio del curso de los aconcecimiencos rambien 10 modifica a el. 0, como dirian los seguidores del New Ige, «D ios es, como ... jran evolucionado!».

como si ta l cosa y de un golpecito ma nda la bola al green. uando Ie toca el turno al anci ano barbudo, la manda

Alvin esta trabajando en su tienda cuando oye una

VOl

at ro nadora procedente de arriba y Ie dice: J. Nombre dado a las defensas criminales q ue urilizan mero­ dos absurdos para liberar a sus defend idos de las acusaciones que se les imputan. EI tc~rmino se popularizo cuando un abogado in­ re nra excul par a su dienre de una acusacion de dob le asesina ro aduciendo que habfa ingcrido una cantidad tal de tu,jnkies (pas­ teliros de boll erfa industrial) que el aumcnro de los n ivclcs de azucar en sangre h abia alterado su conciencia . (N. de La ,.)

-Al vin. ivende el negocio! No Ie hace caso. Pero la

VOl

insiste durante dfas:

- Alvin, ivende el negocio por tres millones de d6lares! AI cabo de una semana, Alvin ceja y vende la tienda. -Alvin, jvete a Las Vegas! -Ie dice la Alvin Ie pregunta por que.

VOl.


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Alvin, ite digo que cojas los tres millon es de d6lares y

vayas a Las Vegas! casino. -Alvin, ive a la mesa de blackjack y juegatelo todo a una VOl.

Alvin vacila , pero se rinde. Cierra con dieciocho . EI cru­ pier muestra un seis . -iAlvin, coge una carta!

-le6m o? Pero si el crupier tiene .. . - jCoge un a carta! Alvin Ie pide carta al crupier y obtiene un as. Diecinueve. Su spira, aliviado. -Alvin, coge otra carta. -lQue? -iQue cojas otra carta! Alvin pide otra carta . Otro as. Ya tiene veinte. -Alvin, icoge otra carta! -Ie orden a la

, I II~ ull imos siglos. RlId olp h

\'II'IIL' (que, en

Alv in Ie obedece, se marcha a Las Vegas, y entr a en un

mano! -ordena la

META l i.' l eA

VOl .

-iVa tengo veinte! -grita Alvin . -iTe digo que cojas otra carta! -resuena la VOl. -iOtra! -dice Alvin -. Es otro as. iVei nt iuno! -iSanto cielo, es increible! -dic e la VOl atronad ora.

(.A que rien e su encanto q ue D ios pueda sorp ren­ derse a sf mismo?

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g rupo d isco d e lo s SL'll"Ill.I). I kg.II O Il .d {li tl tllill .I I' proscri bir la me taflsica en tanlo qll l" C.... p t ·l l l l. ll 1"11 1 II t. l l io nal q ue ha bia sido superada pO l' b L i c i ll i.1. Rudy y los del Circulo de V iena comaro ll l'1 rCI l"VI I .I, lin re610go d el siglo xv, G uillermo d e Occ un . (I" l' Imfll ul6 eI principio de eco n omia, tambien lIamado "l l ti l" navaja de Occam ». Esre p rincipio afuma que «Ia tl·() rt a no debe ser m as compleja de 10 necesario», 0 tal l Il tn O el 10 enunci6 meraflsicamente, las reorias no "dL' nen multi p licar las entidades innecesariamente». Supongamos que Isaac N ewlOn, al ver caer la man­ lana, h ubiera exclamado: - jLo tengo! Las m an7.anas es can arrapad:ls e n un /<m:ejeo entre los gremlins, q ue las emp ujan pa ra .trri ba, y los uolls, que las em pujan para abajo. jY los t ro lls son m as fuenes! Occam Ie habria replicad o: - Vale, Isaac, esra claro q ue tu teoria se aplica a lodos los hechos observables pero , por fa vor, jenun­ Cl31a de un mod o mas sencillo! Ca rn ap se hubiera mostrado d e acuerdo. III 1

Una noche, despues de la cena, un nino de cinco anos Ie preg unta a su padre:

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-lAd6nde ha ido mama?

PR I NC IPIO D E ECON O M Ji\

- Mama ha ido a una reunion de TllPP ('IW.l IC

Siemprl" h a ex isrido, en el sene de la fl l o~()ffa, un a corrienre antimetaffsica que ha culmin ado con el rriunfo de la perspcniva cienrifica a 10 largo los

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1(' '' 1> 0 11(1 ''

el padre. La exp licaci6n satisface al chi co lu ego anade:

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- t Y que es una reuni6n de Tupperware?

EI padre imagina que 10 mejor sera darle una explicaci6n sencilla. -Pues, hijo mio -Ie dice-. En las reuniones de Tupper­ ware, las senoras se sientan en circulo y se venden cuencos

II I I

de plastico las unas a las otras.

Logica

EI chico suelta una carcajada. -Anda, papa, ahora en serio , dime de que van esas reu­ .\ j IJ

niones.

III I6giCll, It! r'tlzdll o)iil if. CUll ellll, putties galLtT r dlscmiollcs), tllit'Jltlr dim multiwdes.

Lu cicn o , sin embargo, es que las reuniones de Tu pperware consiSlen en unas senoras sentadas en drcul o vendiendose cuencos de pIastico las unas a las otras. Por mas que los muchachos del departamento de mercadotecnia de la Tupperware, metaBsicos elIos, quieran hacernos creer que es mas complicado que eso. -~-

DIMITRI: Te he hecho una pregunta simple, y me has dado diez respuestas distintas. N o me resultas de gran ayuda, la verdad. T ASS O: Si 10 que quieres es ayuda, vete a ver a un asisccnte social. Dicen q ue en Espana hay mu­ chos. DIMITRI: No, 10 que quiero es saber que respuesta es la verdadera. T AS so: iAja, ahora vamos por el buen camino!

RI: Hay tantas filosoBas en competencia ... ~ Co mo puedo saber eual es la verdadera? I'AS SO: ~Quien dice que hay una verdadera? DIM IT RI: Ya estas otra vez con 10 mismo. ~Por que siem pre respondes a una pregunta con otra pre­ gun ta? I"AS SO : ~Te supone un problema? DIM IT RI: No se ni por que pregunto por que algu­ nas cosas son verdaderas. Como que dos y dos son cuauo. Eso es verdad, y punto. I AS s o : Pero ~como puedes estar seguro? I) I M I TRI: Porque soy un ateniense listo. I' AS so : Esto es ouo cerna. Pero la razon por la que r uedes estar seguro de que dos y dos son cuacro es q ue la afirmacion cumpie con las irrefutables !eyes Je la logica. [) I M I T

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Tasso riene razo n. Empecemos co n un chiste clisico que st' IIl ~ p l ra en la Jogica arisl(Heli ca. Un rabino esta presidie ndo un tribunal en su pueblo. Schmuel se levanta y se defiende alegando : -Rabino, Itzak pasa con su s ovejas por mis ti erras y m e est ropea las cosec has. No es j ust o. - iTie nes raz 6n! - dice el rab in o. Lu ego se leva nt a luak y dice: - Rabino , m is ovejas s610 puede n beber agu a de l estan足 que si pasan a cr aves de su s tierras. Sin agua, moririan. Durante siglos, los pasto res hem os tenido derecho de paso por las tierras que rodean el est anque, asi que yo tambien debo tenerlo . -jTienes ra z6 n! -d ice el rabino . La senora de la Ijmpieza, qu e 10 ha Dido to do, exclama: -Pero, rabi no, Ino pueden tener raz6n los do s! A 10 que el rabino responde : -jTie nes ra z6 n!

La seno ra de la limpieza ha in form ado al rabino d e que ha violado el principio aris(Q(elico de la no co n足 tradiccion , 10 que para el rab ino no es ran m al como violar la ley que te im pide codici ar a la criad del vecino , pero casi . La ley de la no cO l1tradiccio n d ice que no hay n ada que p ueda ser as! y no as( a ]a vez.

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Fl razo nam iel1to il()gi ( )

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Un i rlandes en tra en un pub de Dublin, pide tres pint , de Gu ine ss y bebe un sorb o de cada una por turn os, hasta que se las termina. Lu ego pide tres mas, EI barman Ie dice: -~S abes que? Si las pides de una en una no se te diluira

ta nt o la espuma. El hombre Ie respon de: -S f, y a lo se, pero es que ten go dos hermanos , uno esta en Estados Un ido s y el ot ro en Au stralia. Cu ando nos sepa 足 ra m os, nos prom et im os que fb am os a beber si em pre aS I, en recu erdo de los t iempos en qu e be biamos ju ntos. Hay una pa ra ca da un o de mis herma nos y una pa ra m f. EI barm an esta em ocionado , y Ie dice : - iQUe buen cliente! EI irla nd es se ha ce habitua l de l pub, y siempre pide 10 m ism o. Un dia lIega y pi de do s pi ntas . Los otros clientes 10 no足 t an, y se hace el silen cio en el bar. Cuando se aproxima ala barra para pedir una segunda ronda, el barman Ie dice: -Amigo, te acompa no en el sentimiento. EI i rla nde s replica: - jAh, no .. . estan tod os bien! Lo que pasa es que yo m e he hec ho mor mo n y he dej ado de beber.

En o rras paJabras, b logica de bien puede p resrarre lin ~e rV i L i () .

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L6GICA INDUCTIVA

La lcSgica inductiva procede de las instancias parlicula­ res a las teorfas generales y es el metodo que se uriliza para confirmar las teorias ciendficas. Si observas un numero suficiente de manzanas cayendo del arbol, concluids que las manzanas caen siempre para abajo, y no para los lados. Entonces podds formular una hi­ pcStesis mas general que incluya Otros cuerpos, tales como las peras. Asf se efectua el proceso de la ciencia. No existe, en la historia de la literatura, personaje tan famoso p o r sus p oderes de deduccicSn como el intrepido Sherlock Holmes ; aunque el modo de pro­ ceder de Sherlock no acostumbra a utilizar para nada la lcSgica deductiva. Se basa en la lcSgica inductiva. En primer lugar, observa de antemano y cuidadosamen­ te la situacicSn, luego generaliza a partir de su expe­ riencia previa, utilizando la analogfa y la probabili­ dad, como en la siguiente historia: Holmes y Watson se han ido de acampada. En plena no­ che, Holm es se despierta y Ie da un codazo a Watson . - Watson -I e dice-, mire al cielo y dfg am e que ve. - Yeo mil lon es de estrellas, Holmes -responde Watson . - (,Yque conclusiones saca, Watson? Watson se detiene a pensar. -Bueno - dice- . Astronomicamente veo que hay millo­ nes de gal axias y, potencialmente, miles de mill ones de planetas. Astrologicamente, observo que Saturno esta en Leo. Por la hora , deduzco que son apro xim ada mente las tres y cuarto . Meteorologicamente, sospecho que manana

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ilJra un dfa esplendido. TcoI6gleJ rlH' nl c'. COI1lc' rnp lo 1(1 grandeza de Dios y nuestro pCqUl!llcl Y ~ 1 1! ·.(· I1\ld(j hlo ... ,;y usted que ve? -Watson , estupido, ique alguie n nos ha rob,ldl) 1.1I h·I)(1.11

No sabemos exacramente ccSmo l1ego l-Ioltn <': l> ,I !> II lOnclusicSn, pero tal vez fuera del modo siguit:IlIl': Me acoste en una tienda, pero ahora puedo ver las estrel1as. 2 . Mi hipcStesis intuitiva, basada en analogfas de experiencias similares que he tenido en el pasa­ do, es que alguien nos ha robado la tienda. ). Al comprobar dicha hipcStesis , repasemos algu­ nas hipcStesis altern ativas: a) Tal vez la tienda sigue aq ui y alguiell esta proyectando la im agen de las estrellas en el techo. Basandome en mi experiencia pasa­ da de la conducta humana y en todos los aparatos que mi experiencia m e dice que deberfan estar en la tienda y obviamente no estan, no es probable que esta sea la explica­ cicSn. h) Tal vez ha volado la tienda. Tampoco es probable porque mi experiencia pasada me dice que un viento tan fuerte me hubiera despertado, aunque quiza a Watson no . c) Etcetera, etcetera, etcetera. 4. No, probablemente mi hipcStesis inici;tl (tl l 'l :t 1. 1 correcta. Alguien nos ha robado b Ii Clld ,1. !.


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Jnduccio n. Afi os sin por su nom bre ...

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Esta noche he so nado que t enia a Jenn ircr Lopel

ya Ange lina Jolie en la ca ma, y que nos pasabamos la n ( he haciend o el amor. LOQUERO:

Es evi dente que siente ust ed un profund o de­

seo de ac ostarse con su madre. PACIENTE:

(Com o? Pero isi ni nguna de es as mujeres se pa ­

rece ni remotam ente a mi ma dre! LOQUER O:

iAja ! jU n meca nism o de def ensa! Es evidente

que esta usted rep ri mi en do sus verd adero s deseos. ,//'

La anecdora anrerior no es ni ng un ch isre, cs d modo en q ue razo nan algunos freud ianos. Y el pro­ blem a de su razo namicnro es que no exisre u n co n­ ju nro de circLlnsrancias reales que puedan fa lsa r su teoria edipica. E n Sll Cffrica a la logica ind ucriv<l , el fi 16sofo del siglo xx Karl Popper afi rmo q ue, para que un a [eo rla se sos renga, debe haber de rerminad as circunstancias en las que se p ueda d emos rrar q ue es falsa. E n el pseud ochisre anrerior, no existen circuns­ tancias bajo las que el rerapeura fre udiano ad m ira di­ cha eviden cia. Y h e aq uf un chisre rca l que i lu ~tra Ia reoria tIL­ Popper de un m odo aun m ~is cener(): Dos ti pos se estan hacie ndo el desayuno. Un o se untando una tostada con mantequi lla y dice:

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-~Te

,. liN l l ltN1 J U ltl( I N c Cl LNIHAN

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has dado cuenta de que, si se te cae un trozo de

to st ada, siempre cae dellado de 103 mantequilla? -No, s610 10 parece -dice el segundo tipo-. Porque cada vez que cae por ellado de 103 mantequilla es un f asti­ dio limpiarlo todo . Pero me

imagin~

que cae el mism o nu­

mere de veces de un lade que del otro. -~ Ah,

sf? -responde el primero-. Pues mira esto. Deja

caer 103 tostada , que cae dellado sin mantequilla . -~Lo

L6 c I CA

B AR.

ves ?Ya te decfa yo.

-iAh, ya veo 10 que ha pasado! -dice el primero-. Le he puesto 103 mantequilla en ellado equivocado.

!;>.

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Ull viejo vaquero entra ell un b. 1l y till Jdo,

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bebiendose su bourbOll

pick lin

I r;Jl'.l ) I '"" ;J ill .

CLJ ,lI l( /n 111 1. 1 '," 1'01 11.1 "t,

<-i t'n

Junto a el. La chica se vuelve hacla cl V,l q llt ' IO y It' P!('gl lll\ .i ' ;.Es usted un vaquero de verdad ? Bue no -responde el vaquero-. Me he pasil do 1.1 vitI.)

I'n un ranc ho , guiando manadas de caballos, rep arando VJ

IIJS Y marcando vacas 031 fuego , asf que supongo que sf. -Yo soy lesbiana - dice 103 chica-. Me paso el dfa pen ­ ,,.mdo en mujeres. En euanto me levanto por 103 manana, pien so en mujeres. Cuando me ducho, 0 veo 103 televisi6n , lodo me lIeva a pensar en mujeres. AI cabo de un rato, una pareja que esta sentada junto 031

Para este chico, no hay evidencia que pueda falsar su teo ria.

vaqu ero Ie pregunta: -l Es usted un vaquero de verdad ? Y el contesta :

L 6GICA DE D UC TI VA

- Eso habfa pensado siempre , pero aca bo de de scubrir que soy lesbiana.

La logica deductiva razona de 10 general a 10 particu­ lar. El argumento deductivo m as rudimentario es el silogismo «T odos los ho m bres son mortales. Socra­ tes es un hombre, luego Socrates es monal». Lo sor­ prendente es 10 much o que se ha desvirtuado el argu­ mento hasta afir m ar cosas corno «Todos los homb res son mortales. S6cr:1ll:s c<" mona.!, luego Socrates es un hombre» , que no siguc L1 na coherencia logica. Se­ ria tanto com o dccir (d odos los ho m bres son morta­ les. EI h,tmS Il'l" de mi hijo es m o rtal, luego el hams­ ler (k mi hijo e<., lin hombr~>. O rra de 1.1 e.; m;lllcras de tergiversar eI argumenro deducti vo es pan il'ndo de una premisa falsa.

En su primera respuesta a la pregunta de si era un va­ quero de verdad, el hombre razono del modo siguicnre: 1.

2.

1,

Si alguien se r asa la vida haciendo cosas de va­ quero es un vaquero de verdad. M e paso la vida haciendo cosas de vaquero. Luego, soy un vaquero de verdad.

La m ujer razono como sigue: 1.

Si una muj er se p asa la vida pensand o res es una les biana. Soy una mujer.

l ' ll I lIlij e


II

P I.A 1 1\1'\

\ ' I.t :-.. d l{ ~ ll' l)I{H I N j

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I N. " <\f~

), Me paso la vida pensando en -1. Luego, soy lesbiana,

L 6(; I CJI

t N IN n ·\ R .

mU JCll ' \ ,

E1.

ARGUMEN-J 0

INDUCTIVO POR ANALOC I A

No hay nada (omo d ,lrgumenro por analogia. Bue­ no, ta l vez Ull paLO . Uno de los argu memos por ana­ logia se halla en la reSpllCSrJ a la preguma de quien 0 que creo el universo, Algu nos dicen que, como el universo fu nciona como un rd oj, debe de haber sido un relojew. Co mo aflrmo d empirisra ingles del si­ glo XVIII David Hume, esre argumenro es de 10 mas esc urridizo , porq ue no exiSle naJa perfecramemc analogo al un iverso en SlI toralidad, ,) menos que sea orro universo, as{ que no J e bt'rfam()~ hacl'r pasar po r el todo 10 que sc)lo l'S una partl' de nlll'~(ro universo. Adem .b, ~por <I Ill- lin n:loj ?, ~t' prq~LJllIa Hume. 2Por ljllL' no dl'l il <lIIL' L'! 1IIliw,\o l'\ <In;ilogo a un cangu­ Itl ~ I k\PlI L'~ de lodo , .lmbo~ so n sistemas orginicos 1111 l"IlOIll'LUd()l., . ~in L'm bargo, la analogia del cangu­ 1'0 nos Ilevarfa a conclusiones muy distintas sobre el o rigl'11 del uni verso; algo as( como qu e nacio de Olro universo des pues de q ue este pracricara eI !'>e XO con un re reer universo, Uno de los prob lem;t!,> rUllda­ mentales de los argumenros por analogi,) l'S 1.1 pre-

de q ue, cornu a lgu llI" ," l w I 11 /\ dl' d \ 1111 \i ~ b, ocros asp<"'l l Os de II \IHI ,\ 111111.111 '\ .1 d . no es neccsariall1L'llIC ,lSi.

.Il1ll Ion

1l lll.m:s \

Cuando cl razonamien to del vaquero Ie lleva a la m isma conclusion , parte de una prem isa q ue. en su caso, es falsa; es deci r, (2) Soy una m ujcr. Sf, entendem os las objeciones, pew nu nca os pro­ m erimos q ue la filosoffa y los chisres eran 10 mis mo,

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1~~'ll'.'111~llll'llll"

cI :lrgllllll'Jlltl tid n:llljl'lo h,1 \'lld lli . 1 ell unci (on b tll'orlJ.I' Jd DISl'IlU !Jlllligl'lIh. I Il' pro!,,"!\: ll'l~' 1.1 "''Ilt:n.,'lIll'k'jidJd d c L.I~ lUS.I.\ tI,· LI ll.lllll:dl"l..1 (p~ml'llln\ en (ItPUS lie nil'\"I:. glllh\l~ lId.IIl'~, qUJrk~) deJllll(,Slra !jIll' dd~c dL' ll.1he)' lIlI Ji­ ,'Il,Idor ,uperillll'ligclllt;,·. ( Ll,mdll el ulIlseju cscolJI II' lIl1,l l:.SClIl: 1.1 lk [)(l\,\:r. i>l:n,jlv;lni,I, IIJ\u 'I"" 1l"5­ I'Ulilil-l'.1 I.t .h.. li,;lLi,in 10k· los I,.ltlrl·s pUI h,lbl"1 illLllJidl1 . II

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acro de los problemas del argumento por analo­ gia es que, desde d istimos pu ntos de vista, se obri e­ nen analogfas completamente diferentes. Tres estudiantes de ingenierfa estan discutiend o ;)ce rc;) de que tipo de divinidad debi6 de disenar el cuerp o hum ano.


Iii

1'1 ,.\ 1' "lN \. li N D UN ! I"OJU l l N I

(I

It N I UI\ N J N i N BA R .

- Dios debe de ser ingeniero mecani co

dI ce el pri me­

ro- . Mira las articulaciones. -Pues yo pienso que debe de ser ingeniero elect rico - afir­ ma el segundo-. EI sistema nervioso tiene miles de con e­

L6GICA

_ 0

47

., Del atico surgio un aulli do ~( l h l L'l l a l"l':d. 'I'od.1 la escena tenia al go cscai u fr iaJl I C Y~ II I J <:. d , (()I IIO cuando estas de vacacioncs en Olf;[ CilJd .• d Y I'll nen Jeopardy 2 a las siete y no a las sietc y tn cd i.t.

xiones electricas. -En realidad, es un ingeniero de caminos -asegura el

LA

FALACIA P OS T H O C ERGO PROPTER fl O(

tercero-. ~Quien, si no, seria capaz de hacer pasar una tu­ berra de vertidos t6xicos a traves de un area de recreo?

En definitiva, los argumentos por analogia no son muy satisfactorios. No proporcionan el tipo de certi­ dumbre que nos complacerfa cuando se trata de creen­ cias basicas de nuestra existencia como la existencia de Dios. No hay nada peor que la mala analogia de un filosofo, excepto, quiza, la de un alumno de insti­ tuto . Echadle un vistazo a los resultados del «Con­ curso de analogias escritas en trabaj os de instituto» que convoca The Washington Post. • Separados largo tiempo por un cruel d est ino, los malhadados aman tes c ruzaron el cesped corriend o el un o ha cia eI oero como tre nes de carga, uno de lo!> cU:l lcs habra salido de C lcvL"la nJ .1 Ias I ~L ~6 hora!> J 90 km/ h y el otro Ie 'I 'OpdCl, :1 las 19.47 ho ras a una velocidad de (, () 10ll / h .

• John y Mary no se conodan. Eran como dos co­ li bries que tam poco se habian conocido. • La barquita surcaba placidamenre el esranque, exactamente como no 10 haria la bola de una bolera.

En primer lugar, cuatro cosas sobre el uso social del It-rmino: en algunos drculos, cuando se dice profirien­ do una mueca, esta frase te puede hacer de 10 mas po­ pular en las fiestas. Curiosamente, el efecto es precisa­ mcm e el contrario cuando se dice en simple castellano: ~<desp ues de, por 10 tanto, a causa de». Imaginate ... La frase describe el error de dar por hecho que, com o una cosa sigue a otra, esta esra causada por aq uella. Por motivos obvios, esta falsa logica pro[ife­ ra en los discursos sociopo\(ticos, en argumentacio­ nes como «La mayo ria de la gente que se engancha a la heroina empezo con la marihuana». Es cierto, pero una mayoria aun mas amplia empezo con la leche. EI post hoc hace que la vida sea mas entretenida en algunas culruras: «EI sol sale cuando eI gallo canta, asi que el canto del gallo debe ser [0 que hace que sal­ ga el sol. » jGracias, gallo! 0, como deda una co[ega: (ada manana , salia al quicio de la puerta y exclamaba :

-iQue esta casa este a salvo de 105 tigres!

Y se volvia para adentro.

2 . El concurso televisivo por excelencia, qu e Ikv:ll'1I lla desde 19 64. (N. de La t.)

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Finalm ente, un dfa Ie diji mos:

L 6G IC A

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[I ma rido sonrfe, m ira al chico y It' r1 10:.

-Pero ~d e qu e va esto ? Si no hay ni un t igl e a mil es de ki­

iPara que veas , im beci l! I A~r Sl'

dg i l ;ll il iol

11),111 ,11

16metros a la redonda ... Y ella respond i6: -~Lo

veis? jFun ci ona!

Los chistes sobre el post hoc se han multiplicado en relaci6 n pro porcional a las decepciones h umanas.

I)e

acuerdo, el ultimo so bre el post hOt". L( ) III ( II I \('

, ('I11OS .

Un octo ge nario que est a en un asilo se cruza por el pas i

110 co n una anciana que lIeva unos pantalones capri de un rosa chicle y Ie dice :

Un viejo caball ero j udio se casa con una j ov en dam ise la, y esta n muy ena mo rados. No obst ante, pese a los esfuer ­ zo s de l m arid o en la cama , ell a no lIega al orgasmo . Como las esposas j ud ia s t ienen dere cho al pl acer sex ual , deciden pedirle consejo al rabino . EI ra bin o escucha su historia , se mesa la barba, y les sugiere 10 siguiente: - Buscad a un joven f uerte y ap uesto . Pa gadle para que,

- i Hoy es mi cumpleafios! -i Fantastico! -responde ella -. ~A que te di go exacta­ mente la edad que tienes? - l Si? ~C6mo? - Muy facil -responde la senora-. Bajate los pantalo ­ nes. EI ho m bre se baja los pan ta lones.

mientras est eis hacien do el amor, os ha ga sefias con una

- Vale - Ie dice- . Ahora ba j at e 105 cal zonci llos.

toall a. Esto ay udara a la esposa a famas ear y Ie ocas ionara

EI ho m bre hace 10 que Ie orde nan , la dama Ie acaricia un

un orga sm o. Se marchan a casa y si guen el consej o del ra bin o . Con ­

poco y Ie dice: - jTienes ochenta y dos!

tratan a un j oven agra ciado, que les hace sefias mi ent ras

-lC6mo 10 has adivinado? -preg unta el.

ello s se apl ican a hacer el amor. Pero no les fu nciona, y ell a

- M e 10 dijiste ayer -responde ella .

sigue insa t isfecha . Perp lejos, vuelven JI ra bino.

- De acuerdo - Ie dice el rabi no al m arido-. Probemo s al reves. Que el muchacho Ie haga el am or y t u agitas la to all a. Una vez m as, escuc han el consejo del rab ino . EI j ove n se met e en la cama con la esposa, y el marido les hace sefia s con la toalla. EI muc ha cho se po ne ala tarea con empeno y, al cabo de poco, la mujer tiene un orgasmo increfble y suel­ ta un grito im pre siona nt e.

EI anciano ha caido en el truco m as viejo de la his­ ro ria, el del post hoc ergo propter hoc 0 «despues de q ue ella 10 palpara, luego dado que Ie palp6»... la parte del propter es la que nos pierde siempre. En general , el post hoc ergo propter hoc nos llam a :\ engano porg ue no nos damos cuenta de gue ]a q lle opera es otra causa.


50

~"

I' LA TON Y UN O I< N I'J'OIUlI NI II I N I I I~N 1' 1'4 IN B A R ...

A un chico de Nueva York Ie lIevan sus primos por los pantanos de Luisiana. -lEs verdad que si lI evas linterna no te atacan las agui­ las? -pregunta el chico de ciudad. -Depende de la ve locidad a la que transportes la linter­

LOGI <' A

- ( '. ~ I

dr l(: nerse en el rojo a Ia .\Cptilll .1 l1\1(' ell C lI alqllil'l 011.1 (j rada. Y eso se VL' rillc:ld pOf 111 .11. vnl" qlll' h .1 )'.111 sal ido las negras. He aqul un sabio consejo basad o en \:1 b lal i.1 el f: 1\1 0 nrecarlo:

na -responde el primo. Si va s a volar en una linea comercial, lIevate una bomba,

EI chico de ciudad tomo la linterna como propter cuando no era sino un complemento.

por cu esti6n de seguridad .. . Por un calculo de probabilida­ ties, es practicamente imposible que haya dos personas on un a bomba en el mismo avi6n.

LA FAL A CI A DE M ON T EC A RLO ARG UM E N T O CIRCULAR

Los jugadores de apuesras identifi caran rapidamente la falacia de Montecarlo . Habra a quienes les sor­ prenda enterarse de que es una falacia . Algunos la conoceran como la esrrategia de Montecarlo. En rea­ lidad, m uchos crupieres la usan. Sabemos que la ruleta tiene la mitad de comparti­ mentos negros y la mitad rojos, con un 50 por cien­ to de posibilidades de q ue se detenga en un compar­ timento rojo. Asl, si Ie damos seis veces a la ruleta y se detiene seis veces en uno negro, pensamos que la suerte ewi de nuestro lado si aposrarnos a rojo. 5 i ha­ ccmos girar la ruleta, pongamos, mil veces -y si la rulera no esca (rucada 0 esrro peada- , deberfa dere­ nerse quinientas veces en el rojo. De modo que, si se Ie da a la ruleta seis veces y se detiene seis veces en el rojo, caemos en la tentacion de decir que nos es favo ­ rable si, a la septima, cae de nuevo en el rojo. «Tiene que» ser rojo, ~verdad? Pues no. La rueda riene exac­ tamente el mismo 50 por ciento de posib ilidades de

Un argumento circular es un argumento en el que la evidencia de un a proposicion contiene esa misma proposicion. A menudo, la argumentacion circular puede ser un chiste en SI misma, sin mas adomos. Era otono, y los indios de la reserva Ie preguntaron a su nuevo jefe si el invierno iba a ser muy duro. Educado en los m etodos del mundo moderno, al jefe no Ie habian ensena­ do los viejos secretos y no tenia modo alguno de saber si el invierno iba a ser frio 0 no. Para curarse en salud, aconsej6 a la tribu que hiciera un buen acopio de madera y se prepa­ rara para un invierno frio . Algunos dias despues, tuvo la ocurrencia tardia de pedir consejo practico, lIam6 al servi­ cio de meteorologia nacional y les pregunt6 si predecfan un invierno muy duro. EI meteor610go Ie respondi6 que, ef ec ­ tivamente, creia que el invierno iba a ser duro. EI jefe aeo !) ­ sej6 a los miembros de la tribu que fueran a bU SC.H m ueha mas lena.


L6 <'; I C A l ' I.,-\ l f 1f'j'

"

t iN oa N l lt l g HI N( t l I N l lt o\t

I N' N li A R ...

Un par de semanas despues, el jefe lIam 6 de nuevo al se rv icio meteorologico. -(Le sigue pareciendo que el in vierno va a ser duro? - pre ­ gunto el jefe. -Naturalmente -respondio el meteorologo-. Va a ser

~.

q

sf misma; la op ini <'l ll ti l' 1111 l X l'l' l l lI t'\ 1111 .1 ('vi dlillia legirima, a d cm:~~ d\., Oll .' ''. I.u I jlll' I< .. ltl l.l Ld.1I 1'\ urilizar el respcl() a 1a au t O I ill.lt! I OIIICl I'll II I .1 ( 011 lillnacion de ru proposicion, P CSL' , \ 1.1., l'O I IV II III" ll n 4'vidc ncias d e 10 con u ario. 1.1 l'll

un invierno francam ente duro. EI jefe insto a los m ie mbros de la tribu a que recogieran

Ted se encu en tra con su amigo AI y exclama :

cualquier trozo.de madera, por pequeno que fuera. Un par

- iHo m bre, AI, habia oido que hab ias muerto!

de semanas despues, el jefe lIa mo a los meteorologos y

-Pu es no parece -se rie AI-. iComo yes, estoy bastante

les pregunto como les par ecfa entonces que iba a ser el in­

vivo! - No puede ser -responde Ted-. EI tipo que me 10 dijo

vierno. EI t ecnic o Ie dij o:

era muc ho mas de fiar que tu.

-jNuestra prevision actual es que sera uno de los invier­ nos mas frios de todos los ti empos! -(De verdad? -pregu nt6 el jefe-. (Como estan tan se­ guros?

Lo que siempre esta en juego en los argumenros de auro ridad es de quien acepta uno q ue su autori­ dad es legiti ma,

A 10 qu e el meteorologo rep lieo: - jlos in dios estan recogiendo len a com o locos!

Un hombre entra en una tienda de anim ales y pide que Ie en sen en los loros. EI propie t ario Ie m uestra dos ej em pla ­

La evidencia en la que se basaba eI jefe para pedir­ Ie a la tribu que cortara m as lena es que cstaban co r­ rando mel!. lena. Por desgracia. cSlah:t urilizando una ~ iL"rr; 1 c ircular.

res esp lend idos. -Es te vale cinc o m il dol ares y el otro diez mil - Ie dice. - jCa ramba! -re pli ca el comprador-. ( Que hace el de ci nco m il ? -Este lorD canta todas las arias que escribi6 Mozart - Ie i nform a el propietari o de la tienda .

AR<...UMENTO A P AR- fi R DEL RES P ET O

A LA AUTO RrDAD FALACIA D EL «AR CUME N T UAf

A D VE RECU NDIA M»

EI argumento del respero a la autoridad es uno de los favoriros del jefe, Cicar el p rincip io de autoridad como base de sus argumenros no es una fal acia Jogi­

- (V el otro? -E I otro canta tod D el cicio de El Ani/lo del nibelungo de Wagner. Aunque tenemos ahi a otro loro que cuesta trein­ t a m il dolares. -iSanto cielo! (Y ese que hace? - Qu e yo sepa , nada, pero los otros 10 lI ama n jmaest ro!


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1' 1 " I II N

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li N OI(N ITOHIU NC O

liN IU AN

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L6 C I CA

l N BAR.

Segun nuestras autoridades, algllnas ,ll1lOridades (ienen mejores credenciales que otras; el problema surge cuando la otra pane no acepta dichas creden­ ciales.

-<:>. 55

LI rabi no estaba meditando IJ S pa labrils con I" " '111 C rp­ Holde a Dios que Ie mandara un a se rIa l r!llly . mi ry

r:I.' lIdc.

pero en cuanto dijo: «Oh, Dios mio ... », el cl elo !> (' pu ... o r,r l r orno

panza de burra, la tierra se sacudi6 y una VO L prO(Uil

cia y atro nadora pronunci6: «iEI tieeeeene raz6666n!u EI rabino se puso en jarras, se volvi6 hacia los dc m:1S Y

Cuatro rabinos acostumbraban a discutir de teologia, y tres de ellos estaban siempre de acuerdo contra el cuarto . Un dia, el cuarto rabin~, cansado de perder siempre en las discusiones contra los otros'tres, decidi6 apelar ala autori­ dad de una instancia superior.

5

dijo: - lY ahora, que?

- lQU e de que? -respondi6 uno de los otros rabinos, en­ cogie ndose de hombros-. Ahora somos tres contra dos.

-iOh, Dios mio! -exclam6-. iEn el fonda de mi coraz6n se que yo estoy en 10 cierto y que los demas se equivocan!

LA PARADO]A DE ZEN6N

iPor favor, mandame una senal para que pueda probarselo! Era un dia bonito y soleado. En cuanto el rabino acab6 de recitar sus plegarias, un nubarr6n cruz6 el cielo y se coloc6 sobre los cuatro rabinos. Retumb6 una vez y desapareci6. -iEs una senal divina! lLo veis? iTengo raz6n, 10 sabia! Pero los otros no dieron su brazo a torcer, aduciendo que, incluso en los dias mas esplendidos, se formaban nu­ barrones. Asi que el rabino rez6 de nuevo. -Oh, Dios mio, necesito una senal mas grande para de­ mostrarles que tengo la raz6n y ellos no. iTe 10 ruego, Se­ nor, una senal mas gran de! En esta oca si 6 n, aparecieron cuatro nubarrones, se pre­ cip it aron unos sob re otros hasta formar un nubarr6n muy grande, y un relampago parti6 en dos un arbol de una coli­ na cercana. -iVa os dije que tenia raz6n! -grit6 el rabino, pero sus amigos insistieron en que no habia ocurrido nada que no se pudiera explicar por causas naturales .

Un a paradoja es un razonamiento profundo en apa­ rie ncia, basado en presunciones aparentemente vali­ das, que conduce a una contradiccion 0 a otra con­ clusio n obviamente falsa. Es(O mismo dicho de otro m odo, podia ser la definicion de un chiste 0, al me­ nos, de la mayorfa de los chistes que aparecen en este libro. Hay algo absurdo en las cosas verdaderas y 10­ gicas que nos pueden llevar a sacar conclusiones fal­ sas, y 10 absurdo es divenido. Cuando ocupamos nuestra mente con dos ideas mutuamente contradic­ torias nos entra la risa. Ademas, y mucho mas im­ ponante, si eres capaz de contar una buena paradoja, las risas de tuS contertulios te conveniran en el amo de la fiesta. Hablando de sostener dos ideas mutuamente ex­ clusivas simultaneamente, el rey indiscutible es Ze­ non de Elea. ~Sabeis la historia de la carrera entre Aquiles y la tonuga? Naturalmente, Aquiles pllede


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II I \ Ill N

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l iN I )H NI I C) I{ /( I N t ' ,t I N 111"'N

I N l:oJ BAR . ..

COffer m as que la rortuga, as! qu t: Ie d.1 IIna buena vemaja. C uando suena el di sparo - 0 , com o solfan decir en el siglo I d.C, cuando cae la jabali na- el primer objerivo d e Aquilcs es llegar al punto en que empezo la rormga. N aturalmenre, para emonces la ronuga ha avanzado muy poquiro. As! que, ahora, Aq uiles tiene q ue llegar a ese pumo. C uando Uega, la tortuga ha avanzado. Por m as que Aqu iles logra Ue­ gar al puntO en el que es[aba ameriormeme la ronu­ ga, por mas q ue lIegue un numero infiniro de veces alU . Aquiles nunca ]a alcanzad, aunque se Ie acerque mucho. Ala wf(L1ga Ie basta con no pararse para ga­ nar la carrera. De acuerdo, Zen on no es [an d ivertido como Jay Leno l u orros p resentadores, pero no esea. mal para ser un f1losofo del siglo v a.C Aunque, si bien un monologuista contemporaneo dirb: «Como este gag, rengo cienros», Zenon solo tenia cuarro. Ouo eIa su paradoja del arlet.ismo. Para llegar al final de pista, eJ corredor debe com­ pletar una serie de etapas. Tiene que correr hasta la mitad; luego ticne que correr de b mirad hasta la d js­ rancia resranre; luego del centro hasta la disrancia rl'\lantl', l'll., l'1l. l l'c>ric<ll1ll:llle hablando, como tie­ Ill' que Il egar LIn nt'trnero infiniw de veces hasta las

3· Nom hre anfsrico de jJ.rnes Do uglas Muir, prcscntador, cornico y escriror, ganado r de varios premios Emmy p O l' su la­ bor como conducto r del p rograma de televisi6n «The Tonight Show wi th Jay Leno» (aquf han imi tado eI formaro Javin 5a r­ da y And reu Buc nafuente). (N de La t.)

LOG I C A

--0.

)7

II II I.tJes, n u nca puedt: IIt'g.1 I :1 1:1 Ill l' I.! . l\tlllqllC. 11 :1 111r.drneme, llega. [SO 10 vi\1 h,l 1>1.1 1.\.:111111 L.. II VIl'I" t Iti\l l' porufa ser, au n tjul' 110 10 l:~ , 11 11 ,1 til ,<,u .. !-o.d ,d.I" I nmrcas:

VENDED OR:

Senora, esta aspiradora Ie ah orrara

1.1 111l l a tl

d('llra bajo. SENO RA:

jFan tastico ! Pues p6ngame dos.

Este chiste tie ne un detalle muy curioso . La para­ \Ioja de la carrera va en co ntra del sentid o co m un y, tllnque no Ie halle m os el d efecro, sabemos que algo IlO funciona. No obstante, en el chiste de la aspi ra­ dora el razonamiemo de Zenon no es. en absoluLO, PJrad6jico . Si el objerivo de la mujer es no dl'd ic lrl l' nada de tiempo a la limpi eza, no hay nUnlL'W Je ,IS p iradoras (ni de genre que realice la tarea con ella) que Ie ahorre tener q ue hacerlo . Aspi rar co n dos apa­ rams signifi ca ra que limpiar la alfombra Ie Ilevara rres cuartas partes del tiempo que ames; co n lI"CS, ci nco sextos del tiempo inicial; y aSI, hasta que cI ntl­ mero de aspiradoras se eleve al jnflnito. PARADO ] AS L6G I CA S Y SEMANT I CAS

La madre de rodas las paradojas seman ticas era la p a­ rad oja de R ussell, Hamada as! porque su auro r [u c el fi16sofo ingle's del siglo xx Bertrand Russe ll. [) i l l" III siguienre: « ~Es el conjuIlto d e ro dos los con jl ll ll",", que no son mi emb ros de sf m ismos l1l iclll hro dl" :-.i mismo ?» Es(a paradoj a es Ia monda; Si('lllP ll', (1.110,


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que seas licenciado en exactas. Pew , t:~p n;L Afort u­ nadamente, dos otros logicos del siglo xx , (;rdling y Nelson, concibieron una version mas accl:sible de la paradoja de Russell. Se trata de una paradoja seman­ rica que se basa en el concepto de las palabras q ue se refieren a sf mismas. Dice asf: existen dos tipos de palabras, las que se refieren a sf mismas (autologicas) y las que no (here­ rologicas). Algunos ejemplos de palabras autologicas son «corto» (que es una palabra corra), «polisilabico» (que ciene varias sflabas). M onosilab ico (una palabra q ue ticne mucho mas que una silaba) es un ejemplo de palabra heterologica. La pregunra es: <Ia palabra «heterologico» es au tO logica 0 heterologica? Si es au­ rologica, entonces es hete rologica . Y, si es heterologi­ ca, entonces es autologica. ,A que tiene gracia? (No la tiene? Pues he aquf otro caso en el que con­ verrir un co ncepto filosofico en una historia diverti­ da 10 dej a au n mas claro:

L6 c r C A -", S9

1.1

10 que ocurre ahf denl ro ,

pno ... tlWI1I()\ '1" (.'

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10,\

In.lOres masculinos b , so n.lI :ill 1.1,\ p.II.ldoj.1\ 'f il l' '{' \uden h allar escriras en las parcd t:~ d l' In,.. I. l v.d )<l \, ,'\ !It:cialm ente en los instirutos. Son p;r r:H1ol. 1\ 11'>I', ll n \cma nticas que pueden colocarse en pic de i);'l.dcl ,ld lO J1 las de Russell 0 las Grelling y Nelson, .<;() Io q lll' Ill.is concisas. (Te acuerdas de esta? ,Te acucrd.l!> d(" d6nde estabas sentado? Verdadero 0 falso: «Esta frase es falsa.»

o Si un hombre intenta errar, y 10 consigue lque diremos que ha hecho?

D ate el gusto de escribir «, La palabra "heterologi­ co" es heterologica 0 autologica?» en las paredes del urinario la proxima vez que 10 visites. Es un grafito con mucha clase.

Habfa un pueblo en el que el unico barbero -que, a la sa­

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zan, era un hombre -afeitaba a todos los lugarenos, y solo a los lugarenos que no se afe itaban solos. l Se afeitaba el barbero a sf mismo?

Si 10 hace, la respuesta es sf. Si no 10 hace, la res­ puesra tam bien es sf. Pues esra es la paradoja de Russell en su version para fiestas. No acosrumbramos a colamos en los lavabos de senoras, por 10 que no podemos saber a ciencia cier­

Gracioso. Pero (que tiene rodo esto que ver con la respuesta a las Grandes Preguntas? TASSO: Bueno, pongamos que vas de visita al oracu­ 10 de Delfos y Ie preguntas: «(De que va todo esto, Delfi?», y el te responde: «La vida es una merendola, todas las merendolas son diverridas; asf que la vida es divertida. » La logica re cia cern a!> de los que chadar. D IMITRI:


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Epistemologf a

T e o ria de! conocimi e n to

(',;mo Jab/'J q/(I' Sttlll',' 10 'JItt ' lit'JlJils que ,lab,',;:' \'i (Ij1Itl.i /,0" Iii rO/,111'.11d: ,Sill/plt'lIIolte /0 .It;,), IOr/O 10 drllld., t' S t'piSIl'1II0 IO!jld,

Ahora me siemo mucho mejor, T asso. a 16gica me ha parecido un tam o sosa, aSI q ue 10 de mas debe de ser como un a merend ola en la acropolis. T AS SO: {Que acropo lis? D IM 1TR1: jPues esa, la que tienes ame tus ojos! T lo , tal vez deberfas dejar de romar tanro orujo.. . TA S S O: Va, pero ~es 1a acro polis 0 algo que ttl crees que es la acro polis? ~Como sabes que es real? Po r cierro, ~como sabes que cualquier cosa es real ? D IMITRI: La siguieme ronda 1a pago yo ... DJMI TR I:

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10/

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RAZ6N CONTRA REVELACI{) N

~Como podemos pues

saber algo, si en realidad no

sabemos nada? Durante la Edad Media, la cuestion de si la reve­ lacion divina triunfa sobre la razon como Fuente del conocimiento humano , 0 viceversa, estaba de 10 mas candente. Un hombre se cae a un pozo muy profundo y baja cien metros a plomo antes de poder agarrarse a una rama que sobresale y detener su carda . Va perdiendo fuerzas, cada vez Ie resulta mas difrcil sujetarse y, en su desesperacion, grita: -~Hay

alguien ahr?

Mira hacia arriba y solo logra ver un cfrculo de cielo. De pronto, se abren las nubes y surge un haz de luz que Ie ilu­ mina. Se oye el rugido de una voz profunda que dice: -Eh, tu, soy el Senor, sueltate de la rama, que te salvo . EI hombre pondera par un momenta sus palabras y grita: -~Hay

EPISTEMOLOCIA

1' 1 t\ I l IN Y l I N ORN I 'i'UIUUNC.U io N IH A N I'N l i N BAR .

alguien mas?

Estar colgado de una rama tiende a inclinar la ba­ lama hacia la razon. En el siglo XVII, Rene Descartes prefirio la razon a las Fuentes de conocimiento divino. Se acabo cono­ ciendo como el proceso de optar por Descartes, an­ tes que por la Fuente. Descartes probablemente dese6 no haber dicho ja­ mas «Cogito, ergo sum» (<< Pienso, luego existo»), por­ que es 10 que se Ie viene a la cabeza a todo el mundo

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1I.lIldo p iensa en el. Eso, y cl I it'l hl! dl: tjllt ' I 1I ,III d o III d ijo estaba sentado J cntrn de 1111 I Hl II I U dl' p .lIl. !'or "i no fuera bastante, su «Logi!II" 11 :1 , id() ollj e l !) de co nsrantes malas interpretacionc$ cn (',1 selll ido ,Iv 'I" C D escartes consideraba que pensar era 1:1 C l r: I C\ " I ('>Iica esencial del ser humano. Bueno, sf quc 10 pen \.• ba, pero eso no tiene nada que ver con el Cog/10, oK') sum. Descartes lIeg6 a la formulacion del «Cogi-­ 10» a traves de un experimento de duda metodica y radical que Ie debfa conducir a la certeza de algo de In q ue pudiera estar seguro, es decir, algo de 10 que 110 cupiera duda alguna. Empezo por dudar de la l'xisrencia del mundo exterior. Eso no Ie planteo gran­ des d udas. Es posible que esruviera sofiando 0 aluci­ nan do. Luego, intent6 dudar de su propia existencia. Pero, por mas que dudaba, se volvia a topar con el hecho de que habfa alguien que dudaba. jY ese debia ser el! No podia dudar del hecho de que dudaba. Si hub iera empezado diciendo «Dubito, ergo sum» se habria ahorrado ser objeto de muchas malas inter­ . . pretaclOnes postenores. Todos los jueces estadounidenses que presiden pleitos criminales piden a los jurados que repitan el proceso de Descartes que consiste en buscar certezas comprobando las afirmaciones del abogado de la de­ fensa con relacion a un estandar casi tan elevado como el de Descartes. La pregunta a la que se enfrenta Des­ cartes no es identica a la del jurado; el juez no prc­ gunta si el alegato de la defensa se presta a algllll :l duda, sino si esra sujeta a una duda razonahlc . Pew , incluso esa mInima exigencia, impone :II ju raJ o un !


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proceso de experim entacion m ental ~ imi l.lr -y casi igual d e rad ical- que aque! al que se ~on H: li6 Des­ cartes. Un abogado tuvo que defender a un acusado de homici­ dio . Muchas pruebas Ie senalaban como culpable , pero el cuerpo del delito no habla aparecido. EI abogado decidi6 re­ currir a una estratagema. -Senoras y senore s del jurado -dijo-. Les tengo reser­ vada una sorpresa, yes que, dentro de breves instantes, la person a pres unta mente muerta aparecera por esa puerta . Senalando la pue rta , fijo sus ojo s en ell a. Los miembros del jurado, atonitos, t am bien la mi raban impa cientes. Trans­ curri6 un minuto. No paso nada. Fin almente, el abogado dijo: -En realidad, 10 de que el muerto va a entrar de un mo­ mento a otro me 10 he inventado. Pero todos han mirado haci a la pu ert a, anhe lantes. Por 10 tan to, no puedo sino se­ nalarles que existe una duda razonable respecto al hecho de que hayan matado a al g uien , y debo insistir en que op­ ten por el veredicto de «No cul pa ble» . EI ju rado se retir6 a del iberar. AI cab o de un rato, regre­ saron a la sala y comunicaron que su veredicto era «Culpa ­ ble)'. - Pe ro l como es posib le? -bramo el abogado-. Deben de haber dudado. He visto c6mo todos miraban hacia la puerta . EI presidente del jurado respondio : -51, Sl, nosotros hemos mirado ha cia la puerta , pero su cliente no.

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'-Iegl1l1 el obispo emp iris ra dd siglo XVI II ( ;1..'0 1) ',(' Ikl kt·ky, «E se est per-cipii» (I<Ser es ser pL'rcibido» ). In 1/ 11-' t'(juivale a afi rmar q ue eI que damos en lblll:u nllll ldp

Ilhjetivo es producto de nuestra mente. Berkel ey .\ O.\ Il' IIf.1 que el unico conocimienro posible de I1U I..' 'i IIO mundo es el que nos Uega a rraves de los senridos. (Los lil6sofos lIaman «da ros procedenres de los sentidos» a l'\ll' tipo de informacion.) Mas alIa de esos «datos de los sentidos» , afirmo Berkeley, no podem os inferir n inguna otra cos a, taJ como la exisrencia de sustancias que so n el origen de las vibraciones q ue escim ulan nuesrros sem idos. Sin embargo, eI buen obis po lIego al extrem o de inferir que los daros de los scntidos debfan de proceder de alguna parte, y que esa «algu na pane» deb fa ser Dios. Basicam enre, la idea de Berkeley cbn­ sisre en un dios que esea entrando d atos en un sirio web cosm ico al que rodos escamos conec[ados las vein­ ticuarro horas de los siert dias de la sem ana. (jY noso­ eros que pensabamos que D ios Iibraba los domingosO C uenra la hisroria q ue cuando [e explicaron la teo­ da d el «Esse estpercipii» a un conremporaneo de Ber­ keley, el doctor Samuel Johnson, eS[e Ie pego una parada a un ama rradero de ca ballos y exclamo: ({iEsta es mi refuracio n de la [eo rIa del obispo Berkeley! » A Berkeley, Ie hubiera parecido un gag. La parada, y el dolor que debio de sentir Jonhson en el d ~d () gordo, no hac1an sin o p ro bar que Dios es[aba arcllI O a la [area de enviar daros de los sentidos coorJi n;ldos con el tal docto r: primero , la sensacion d e <.jUL' ci l11o­


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vimiento del pie colisionaba con algo , ~(:glljd;t inme­ diatame me por la sensaci 6n de dolor. Las cosas se co mpljcan cuando la fuent e de nucs­ tros datos de los semidos es 0 ([0 ser h umano: Un hombre esta preocupado porque su mujer se esta quedando s~rda, y deci de consultar a un medico. EI medico Ie sugiere que realice una prueba muy simple con ella cuan­ do est en en casa: que se coloque detras y Ie pregunte algo, pri mero desde lejos, luego a unos tres met ros y finalmente muy cerc a de ella . EI hom bre Ilega a casa y ve a su muje r tra steando en la coc in a, cara a lo s f ogon es. -~Que hay para cen ar? - pregu nta desde la puerta.

No hay resp uesta . -~Que hay para cen ar? - repite despues de aproximarse

un poco.

E PI S TD10 L Oc.i A

-Co.

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los sentidos es d e t:iLi / dn/lIlI it)l1. l· l· l lI 11 1I ' " mpre fue as!. MlJ cho,s de l o~ (J/6sofm de I il'l 11 I'm jl.I\.ldos postularo n /a existencia de u na~ id eas i 1111:1 I LiVeS de

l'n n uesrras mem es: ideas a p riori , es d ec ir prl'vi:l s ,I 1.1 experiencia. Algun os cretan q ue n llesrra ick:t dl' I )ios era in nara; Otros afi rm aron q ue la idea de C;lII ­ \.• lJdad [ambie n es inn ata. Inc/usa en la accualidad, cuando alguien dice <Todo lILurre par algun motivo» 0 «ereo en la reencarna­ (.1611» es una afirmaci6n que no puede ratificarse ni dl'scarrarse a partir de la experiencia. No obstante, la mayorfa d e noso tros acepta que la m ejor evidencia de la verdad de una afirm aci6n acerca del mllndo ex­ terior es la exper iencia sensorial y, en este sentid o, lodos somos emp iriscas. Siemprc y cuando, claro csd , no seam os el rey de Polonia. La excepcion que CO I1­ firma la regIa: 1.1\

Sig ue si n hab er respue sta. Fin almen te, se co l oca j usto detras de ell a y pregunta :

EI rey de Polonia y un sequito de duques y condes sa lie­

-~Que hay para ce nar?

ro n en comitiva a una cacerfa real de alces. Justo cuando se

La mujer se vu elve y grita:

es taban aproximando al bosque, un siervo sali6 corriendo

-Por tercera vez: ipoll o!

de detras de un arbol, haciendo aspavientos con los brazos

y gritando: bd d.lm qlll' e~(\ P<lI'C:j.1 lenla un problema muy \er jo de inrerpreraci 6 11 de los claws rec ibidos a naves d e los sentid os.

- jNo soy un alee! jNo soy un alee! EI rey Ie apunt6 con su escopeta y dispar6 al siervo al co­ raz6n, causandole una muerte jnstantanea. -Senor -dijo un duque-, ~que habeis hecho? ~Acaso no

M ETO DO C I EN TIFI C(

os ha dicho que no era un alee? - jAy, pobre de mf! -respondi6 el rey-. eref que ha bra

Hoy en dla, consideramos que el hecho de que todo conocimiento sobre el mundo exterior nos llega a

dicho «jYo soy un alee!».


EPI S TE MO L O c;lA

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Bien , pasemos ahora a comparar al

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con un des­

racado cienrfflco. Un cientffico y su mujer salen a dar una vuelta en co che por el campo. -jAy, mira! -dice la mu jer-. iHan esquilado a esa oveja! -Sf. De este lado, sf -responde el cientffico.

--c. 69

11.lhiw al es q ue cuando al gu i<"11 1.'." iIl C:lp.1I Jl' I.'X II .1 1IIllar conocimientos a part ir de SLI l.'xpl.'ril'l1 li .l .tllte ! ior Ie tachamos de pi rado 0, com o d U'fan cn b III dia, de sij. Un oficial de policfa de Nueva Delhi esta entrevistando a lres sij s que se estan preparando para ser detectives. Para co m probar sus habilidades para el reconocimiento de los

A primera visra cab rfa decir que la esposa s610 esd. exprcsando una opin ion fruro del sencido co mun, mil.'ntra!> que cI ciend fl co se m uestra mas cauto , mas cien tfflco , en ta nto en cuanco se niega a ir mas alia de la eviden cia de sus sencidos. Pem nos equivocaria­ mos. En realid ad , la que ha formulado 10 que la ma­ yoda de los cienrfflcos consi derarian la hipotesis mas ciendftca es la mujer. La «experiencia» de los empi­ ristas no esd res tringida a la experiencia p uramente sensorial. Los ciemfft cos util izan sus experiencias p revias para calcular las probabilidades e inferir enunciados m as generales. Lo que emi diciendo la mujer es: «Lo que esroy viendo es una oveja esquila­ da, al mcnos por estc \ado. A partir de mi ex perien­ cia anrl'rinr, se que, pm 10 gl.'ncral, los granjeros no l.'squilan a las ovejas par un solo lado y, aunque este 10 hubiera hecho, la probabilidad d e que la oveja se coloque en la ladera de la colina de modo que s610 se yea ellado esquilado es infinitesim al. Por 10 tanto, me siento 10 bastante segura como pa ra afi rmar: "A esta oveja la han esquilado del rodo.''> Cabe presumir que el cientfflco del chiste es un genio algo malogrado por tan tO esrud io. Aunque 10

sosp echosos, Ie muestra una foto al primer sij durante cin­ co segundos y luego la oculta. -Este es tu sospechoso . ~C6mo 10 reconocerfas? -iFacil! -responde el sij-. Lo cogerfamos enseguida porq ue s610 tiene un ojo. - jSij! -Ie regana el oficial-. iEso es porque la fotograffa qu e te he ensenado es de perfil! A continuaci6n, el ofici al Ie ensena la fotograffa al se ­ gu ndo sij durante cinco segundos y Ie dice: -Este es tu sospechoso. ~C6mo 10 reconocerfas? -Bah ... -responde el segundo sij-. iPiliar a este esta ti­ rad o, porque s610 tiene una oreja! -Pero tse puede saber que os pasa? -dice el oficial aira ­ do y sin comprender nada-. iClaro que s610 veis un ojo y una oreja, porque la foto es de perfil! ~Eso es todo 10 que se os ocurre? AI borde del desaliento , Ie muestra la fotograffa al tercer sij y, en un tono de 10 mas irritado, Ie pregunta: -Este es tu sospechoso. tC6mo 10 reconocerias? -EI sospechoso lIeva lentillas -responde el tercer siJ despues de mirar la foto detenidamente. AI oficial Ie coge desprevenido la respuesta porque no t iene ni idea de si el sospechoso lIeva, 0 no , lentill as.


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- Bueno, una respuesta interesante

dice . Espera un

m omento que voy a consultar su ficha y te digo algo. Se marcha de la sala, entra en su oficina, co nsuita la fi­ cha policial del sospechoso en el ordenador, y regresa (on una sonrisa. -jCaramba! -dice-. Parece increible pero ieS verdad! iEI sospechoso lIeva lentillas! Buen trabajo.lComo has lIegado a esa conclusion tan astuta ? -Muy facil - dice el sij-. Este hombre no puede lIevar gafas porque solo tiene una oreja y un ojo.

£ 1 (riunf() <.lei cmp irismo en la episremologia occi­ dental se reAeja ell d hecho d e que partimos auro­ maricamente de la presuncion de que es el metodo de ve rificaci6n que utiliz.a todo el m undo: Tres muje re s estan en los vestuar ios de una pista de squ ash cambiand ose pa ra j ugar cuando entra un hombre que solo lIeva una bolsa en la cabeza. -Mi marido no es - dice la prim era m ujer despues de

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probables. Pongamos que eXiMl.' UII IH)llIh,,' qlJ I .11 11' ll1a qu e fi ene un ficus en su casa qu e 1...•1111.1 1. 1\ .111.1' tI,· lida. ~Que es m as improbable, que d li ul" 1I .ly.1 vi I) lado w das las leyes de la naruraleza, 0 qu e l' 1 hOI ]1hl ( este como una regadera, mienta 0 se hay:! pll n l ll 11 :1, · ra las cejas de hongos alucinogenos? La re.'pII C!> LI de Hume serfa (parafraseandole): «jVenga ya! » I ).I d tl que las posibilidades de q ue el hombre se haY:1 lI a mado a engafio 0 exagere un poco son siemp re ma­ yores que las posib ilidades de que se hayan violado las leyes de la naturaleza, no cabria para Hume cir­ cunstancia alguna en la que fuera racional concluir q ue se trata de un milagro. Aparte de que es un he­ cho conocido que, en m ateria de opera, a los ficus les gusta much o m as Puccini que Verdi. Resulra intere~ante sefialar que , en la siguienre hiswria, Bill, aparentemente un estudi oso de H ume, comprueba un presunto milagro. Aunque, al final, llega a la conclusion de qu e la explicacj6 n alrernariva es aun mas inverosfmil:

mirarle el pito. -No, no es tu marido -afirma la segunda. - Ni siquiera I?S ml emb ro de estc c1 ub - asegu ra la terce ra.

Un dia Billie cuenta a un amigo que Ie duele mucho el codo. Su amigo Ie aconseja que acuda a un swami que vive en una cueva cercana .

asi, y :l pesar d d rriunfo del em pirismo y la ciencia, son muchos los que siguen inrerpretando al­ gunos hechos insolitos como milagrosos, y no como el resulrado de causas naturales. David Hume, el es­ ceptico empi rista escoces, dij o que la unica base ra­ cional para creer que un hecho es milagroso es que radas las explicacio nes airernarivas sean aun mas im­ i\UJl

-Dejale una muestra de tu orina en la puerta de la cue ­ va. EI meditara, realizara un diagnostico milagroso del ori ­ gen de tu problema, y te dira que debes hacer. S610 cu esta diez d6lares. Bill piensa que no tiene nada que perder, asf qu e II ena un tarro con su orina y 10 deja junto ala puerta de la cueva, so bre un billete de diez d6lares. AI dia sigui ente . cuando re­


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gresa , hay una nota esperandole en la que dice: ((Tienes el sindrome del coda del ten ista. Sumerge el brazo en agu a caliente. Evita levantar peso yen dos semanas se habra cu­ rado ,» Esa misma tarde, Bill empieza a pensar que el (milagro» del swami puede tratarse de una jugarreta de su amigo, que ha escrito la nota y se la ha dejado ala puerta de la cue­ va. Decidido a darle su merecido, mezcla agua del grifo, restos de 10 que su perro suele dejar en el jardin y muestras de orina de su esposa y su hijo. Para rematarlo, anad e una mu est ra de otro de sus flui dos cor porales y deja la pocima a la pu erta de la cueva con otro billete de diez d61ares. A contin uacion, llam a a su am igo y Ie cuenca que , como no andaba muy bien de sal ud , Ie ha dejado otra muestra de orina al swami. AI dia siguiente, regresa a la cueva y hay otra nota en la que dice: «EI agua del grifo de tu casa tiene dem asiada cal. Com prate un filtro . Tu perro tiene parasitos in testinales. Dale vitamin as. Tu hijo esta enganchado a la coca ina. Lie­ vale a rehabilitacion. Tu mujer esta pre nada de gemelos. Son dos ninas y no son tuyas. Bu scate un aboga do. Y deja de darle al placer soli ta ri o, porque si no, el coda de tenista no se te va a cura r en la vida.»

Au nque 10 habirual es que en los chisres -igual que en filosofia- prevalczca la interpretacion esceptica. EI viejo «doctor» Bloom, propietario de la ferreteria del pueblo, es famoso por sus milagrosas curas de la artritis. Hay una larga cola de «pacientes» esperando ala puerta de su establecimiento cuando se aproxima una ancianita que

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71

ca mina lentamente, jorobada. lO I JlmenlC cn colvJd., ~O"I su baston. Cuando Ie toca el tu rn o a ell a. ent ra en la trastienda de 1<1 fe rreteria y, a I ca bo de media hora. isa le co m pleta mente er­ gui da y con la cabeza bien alta! Una mujer que est a espe ra ndo en la cola gri ta: -jEs un milagro! jCuando ha entrado andaba jorobada y ahora va perfecta mente erguida! ~Que Ie ha hecho el doctor? Yla mujer responde: -Me ha dado un baston mas largo .

U n ciego puede, obviamente, ser tan empmsta como cualq uiera, por mas que la informacion visual no form e parte de SlI experiencia: Es la Pascua judia, y un muc hacho judio esta almorzan­ do en un banco de un parque. Un ciego se sienta junto a el, y el muchacho Ie ofrece compartir su almuerzo: un rugosa pedaz o de matza (pan acimo) con que se conmemora la sa ­ lida del pueblo judio de Egipto. EI ciego 10 acepta. Le pasa los dedos de las dos manes por encima durante un rata y ice: -Pero ~quien ha escrito esta guarrada?

EI hom bre de la siguiente historia comete el ab­ surdo error de presumir que un ciego carece de ouos medios de verificaci6n sensorial: Un hombre entra en un bar con su perro y pide una con ­ sumicion . -jEste perro no puede estar aqui! -Ie dice el camarero.


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-Es m i perro laz arillo -respon de el hombre sin perd er la co mpostura.

- Ay , perdone -dice el barm an- , Lo siento, a la pri m era copa Ie invita la ca sa . EI hombre coge su bebida y se va a una mesa cercana a la puerta. Otro hombre entra en el bar con un perro, EI primer hombre Ie dice: -No puedes entrar con el perro, a menos que Ie digas al barman que es tu perro lazarillo,

I!P I ST f MOLociA

.-c>, 75

nuestro eonoeimienw dd mundo extcrno !l OS Ik'ga a rraves de los Sl' Il ! idm cs !> iclllprc. has ra cic rt o pumo , ineierto. Una frcsa s()lo c!> roja 0 dulce cua n­ du se o bserva a traves de un imtrumenro dt:lerm i n a~ do: nuesuos ojos y n uestras papilas gusrativas. S;lh c mos que las p apilas gustacivas de algunas perSO/la~ pueden no encontra rla dulce en absoluto , Asi, Kim .'It.: pregun ro que hay en la fresa «en Sl» q ue haee que aparezea roja y dulce - 0 no- euando la exam ina­ mas a traves de n ues tro instru mental sensorial. 'I'll'

EI segundo hombre Ie agradece cordialmente la infor­ macion, se ace rca a la ba rra y pid e una bebida, -jEh, ese perro no pued e esta r aquf! - Ie dice el cama­

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-Es mi perro lazarillo -responde el hombre.

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-No creo - dice el camarero-. Los chihuahuas no son

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El hom bre reflexiona un momento y exclama: han dado un chihuahua?

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I DEA LIS M O ALEMAN

jVcnga ya! Un objero tiene que esrar consti tuido por algo mas lllle datos de los senridos. T iene q ue haber algo mas. EI fil osofo aleman del siglo XVIII Immanuel Kant as! 10 erd a, Leyo a los emp iristas ingleses y dijo, lite­ ralmenre, q ue despen6 de su m odorra dogmariea, Kant partfa de que nuestra m enre es eapaz de pro­ po reionarnos eerrezas relativas a co mo es el mundo. Pero los empirisras habian demostrado que , dado

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Callill a la (n:\,1 \.'11 si. En Il'.rI iLLtd , t.LIlIpW':O nos ,lyud.l ramu \;lher <1 lit' la nm1pu, iLi.in lJllimiu lit· una rICS.1 1I11a lontigura­ ci,oll1 1ll urlll(')gILI dcrermill:td.1 \C ltJIlIhinan p,H.1 lk­ [ermin.l f 51 b {res.l t'~ dulce.: () :i'j1e.:r;l: ni lJlllpOL(I ',lht'l" (till' 1.1 1111ll110s ilioll <juimiLa e.\ 10 ql!<': la {res.! c:\ '< real­ IllL'llll'" CIl ~{ misnu. [ 0 <111(' d.llll0S ll1 lI anl.lr "lIlla c.omposicitll1 qllimica dl'rC:IJ1lin.lda .. no c:~ ll1.h qUl 'l l d~'uo LJue: (lb~l:rVaI11ClS cll ando S0ll1ClI..:1l10\ I.J Ir('sa a un rnSrrUllllllr.ll dC:ll'llll in.l d o», \oll1l'tcr b ti-csa ,1 di ­ (111) il1~lllImcnt,11 ,(iln nu~ CULma 10 lJlIl' ;l parl'Cl' Jt.' 1. 1 rrl'~a cU;1lldo la ~()fIletemtlS al il1\trtll11trlL.d del miSlllll Ill'hlo LJue Illortil'r un.1 (,1..:\,1 no,\ dice cc)nlll ,lp:lll" " lll.lI1du 1,1 ~llml'rl'1l10S a lltll'" ;1\ p''I,;I.l.\ g.1l'!.11 i \ .1\. lILlh.i,1 t.lmpUUJ n,)\ ,ll'r,,-'\irn.1

perros la zarillos. -~Como? ~Me

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KJnr concluyo que no podemos sahl: r naJa relati­ vo a co mo son las cosas en sf mismas. EI dillg ,/17 sich, a cosa en sf, dijo, es «equivaleme a ::0). Solo poJemos lOnocer el mundo de los fenomenos, el fen om enico, d de las apariencias; no podem os conocer nad a del crascendeme, del mundo fenomenico que esd. mas aila de las apariencias. As!, Kant plameo el desaffo de un cambio d e pa­ rad igma en la tllosoffa. La razon no puede decirnos In qlll: esd mas alla de nuesrros sentidos. N i la hipo­ Inl' de Ik rke k y de Dios co mo la lIavc de paso de IIllt'\11Il.\ \(.'Illidos ni ninguna orra cx pl icacio n meta­ I j,iCl tid 111 11 ndo pUt'd en co ncl uirse a partir de la p ura razo n, d e la razo n pura. La fi losoffa no ha vuel­ lO a ser la misma desde eoronces. EN r FRMERA:

Doctor, hay un hombre invi si ble en la sala de

,'''pera. DOCTOR: Dfgale que no puedo verlo.

Tal vez este chiste no os h aya sarisfecho comp leta­ Iw.:nrc co mo explicaci6 n de la distincion ka nriana en­ Ill' In 1~'n()ll1enico )' 10 no u mcnico. Yes porque pane ti l l . . t·nt ido 'it: pit.:rdt: con Ia rraduccion. La siguiente deht: Jc scr la vcrsi6n Jd chiste que se contaba en la cam ina d el sota no de la Universidad de Konigsberg: ENFERMERA:

Herr Doctor, hay una ding an sieh en la sala de

espera. UROLOGO:

iOtra ding an siehl Si tengo que ver a atra hoy,

me dara un ataque de nervios. ,;.Quien es?

E PI S TE M Ol.o ciA

EN FERMERA:

U ROLOG O:

77

,;.Como qu iere qu c 10 ')Cpil ?

Descrfba la.

ENFERMERA:

,;.Me est a t omando el pe lo.

Este es el chiste original sobre el sic/;. EI chisce es m as profundo d e 10 q ue pareee. I ,a t' ll ferm era ha decidido, po r razones que solo ella conu­ ce, que no quiere com partir la evidencia de que hay un ding an sich en lel. sala de espera con el doctor. F ue ra cual fuese la evidencia, isolo podia ser fenome­ nica! (si yes 10 que queremos decir). 2Que es 10 que Ie dio la pista? Tal vez fu era u n sexto semido -tal vez fueran los orros cinco- , 10 evideme es que, en cier­ ro semido, ruvo q ue se r un semido. Aquf, eI rrasumo de la hi sto ria es que la <:: nferm c­ ra habia h echo un d oc[orad o sobre e d ticn de la ra­ zan pura de Kam, am es de descub rir que, de ese modo, limitaba sus opcio nes profes ionales a ser una en fermera y especi alista en frei doras. Por eso, imer­ preto la demanda del doctor «Descrfbala» no en ter­ minos de « ~Que fenomenos sensoriales esta usted ex­ perimemando?» sino mas bien como «Descrfbala tal como es en sf misma, mas alla de las apariencias». Comprensiblememe, se sintio superada por la peti­ cion del docror, pese a que posteriormeme se recu­ pero, se caso con Helmut, el primo del doctor, y ru­ vieron rres ninos encamadores. Para Kan t y para buena parte de la epistemologfa que Ie siguio, las pregumas sobre 10 que pod em os conocer y como podemos co nocerlo p lleclc n .ll1a li ­


E P ISTE M O L O d

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79

(.'n [erminos de que P Odt:IIlOS ,lIlrl11.lr. '1 11 l' It'll 1',.1 ,\l'nri do, sobre 10 q Ul' COllOl.l.:1l10S y .\ ohrl' Ct~IlHl In I o(locem os. ~ Que [ipo de afirmaciones sobre e! Illllll ­ do lo nri enen conocim iemo de ese mismo mundo ? Kant cm prendi6 la (area de resp onder a la pre­ r,lJllta d ividiend o las afirm acio nes en dos caregorias: .11I,uiticas y sintericas. Las afi rmaciones analiricas son I il'rras por definici6n. La afi rmaci 6n «T o dos los o r­ 11irorrincos son m amiferos» es analirica. No nos d ice lIada n uevo sobre n ingun orn irorrinco real m as alia de 10 que podemos enconrrar si b uscamos en la en­ I rada «ornirorrin co» de un d iccion a.rio. «Algu nos or­ nitorrincos son bizcos», pOl' otra pa ne, es una afi r­ maci6n sinrerica. Nos proporciona info rmaci6n sobre d m und o po rquc «bizco» no forma parre d e la defi ­ ni ci6n de ({ornirorri nco». «Algunos orn iro rrincos so n bizcos» n os cuem a cosas sobre algunos o rn iro rrincos q ue no hu bieramos en com rado al consulrar «orniro­ rrinco» en un diccionario. A co ntinuaci6 n, Kam d isri ng ue enrre afir macio­ nes a pr iori y a posteriori. Las afirmaciones a priori so n las que se pueden formular basandono s unica­ meme en la raz6n , sin recurrir a la experiencia sen­ soria!. Nuesrra afirmaci6n anterior «Los ornirorrincos son mamiferos », se sabe a priori. N o necesiramos ir a ob servar a una fam il ia d e o rnirorrincos para ver si es cierra. Sencillamente, tenemos que consul rar cl diccionario . Los jui cios a posteriori, por orra pan e, esra.n basados en la experiencia sensorial del III 11 11 do . «Algunos ornirorrincos son bizcos» s610 plI l'(k saberse despues de haber comprobado la vali d cz tic (,I"t'


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esta afirmaci6n en un os cuancos <J fIlitorr incos: ya sea observandolos personalmence 0 <lLcptando la palabra de alguie n que 10 haya hecho. ~~

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Hay cienros de chisfes hasados en la confusi(')11 ell rre las afirmaciones all:1I II j l".IS a prio ri y las a ti Ifll;l ( j o nes sinceticas a post CI iori:

me rse una alb6ndiga a diario durante cien an o

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de .lfill11.llJollll·S. Lts ,illll'111.1S.l prHlri.

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Existe un metodo infalible para vivir rllU lho <; :1 1\ 0 '. ,

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La bron1a consiste en ofrecer una «solucion » analf­ rica a priori a un problema que requiere una solucion sintetica a posteriori. La cuescion del metodo infalible para alcanzar la longevidad requiere claramente de ci erta informacion sobre el mundo. «~Cuales son las cosas que la experiencia nos ha enseilado que contri­ buyen a la longevidad?» Cabe esperar respuestas cales como «Dejar de fu mar» 0 «To mar 400 miligramos d e la coenzima Qro ames d e irse a la cama». Pero, en es­ tos casos , la respuesta es analitica, y tiene poco que ver con las albondigas que han empachado tu mente en la broma. «Para vivir muchos ailos, hay que vivir cien ailos, porque cien ailos es una cifra que, en ge­ neral, se considera muchos ailos, Tambien debes co­ mer albondigas. No son perjudiciales.» (Bueno, tal vez todos esos acidos grasos sf pueden ser perjudicia­ les pero , obviamente, no si los comes durante cien ailos. )

I ()~ ht'Lhn ~ (IClllh'll sin 1111 tlrJt'n luhl:rL'IHt'. Tl:lIllri.lmm 'lilt' ~bL: lrr,lr

101 pn\ihiliJJ.ll dt: f4lJ mU!.I!' Llulqllil:r ripl! de dhml.lci(in (I jlliLi u ~()hrc d mUJlJo p. )rqllL' 1111 plldria­ 1111 " cOJllar LOll qut,: d 1111111du h.1 ~r~1 (\>l1\ISlllltc ahlll'a. t '

isual de LohL'l~nrl. .d

milllllll ,iglllCI1lt'.

He aquf otro chiste: JOE: iQue cantante tan bueno,

~eh?!

BLOW: iVaya! Si yo tuviera su voz, serfa igual de bu eno

que el.


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EP'ST E ~I () L OG(A

1' 1 A ,,'I N V l iN O II NI I " '<I<lN C' () I N 'II' ''''' L N UN B A R .. ,

Esra en juego eI mismo mecanisJllo , Ln que que­ remos decir con «cantante bueno» es que li e-ne una voz fanra.stica y, obviamente, eI interprete del que es­ rabamos hablando la tenia. ASI, la afirmaci6n de Blow «Si yo ruviera su voz, seria igual de bueno que ell) no nos cuenta nada nuevo sobre las habilidades cantoras de Blow. En realidad, 10 que esra diciendo es «Si yo fuera un buen cantante, seria un buen can­ tante». Si eso no es cierto por definicion, no se nos Deurre que otra afirmacion podria serlo. I k :lq u I una dcmosrracio n algo mas eomplicada de 10 que OC\ IlTe cll ando sc con funden las afirmacio­ nes sinteticas a posteriori y las anallticas a priori: Un hombre se esta probando un traje hecho a medida y Ie dice al sastre: -jHay que meter la tela de esta manga! jEs cinco centi­ metros demasiado larga! -No, mire, si dobla el codo, Ie queda perfecta -dice el sa stre . -Va, bueno ... -continua el hombre-, Pe ro if fj ese en el

pone. EI hombre se marcha de la sastreria con el traje puesto, el codo doblado, la cabeza erguida y echada para atras e in­

" l' C(JI 1V It' ll l' ll

en

una especie de bamboleo csp,l<. l lco. En una esquina, se cru , a COi l du,> 1 1 ."I "L:U " t c~ . -Mira, un tullido -di ce cl prlmcro- . jPob re hombre,

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penal -jSi, pero su sastre debe de ser un genio! -responde cl segundo-. EI traje Ie sienta de maravilla.

Sintetico versus analftico , ~ de acuerdo? (y aquf no esramos hablando de telas.) EI extrafio piensa «EI sas­ rre de este tipo ha sabido hacerle un traje que Ie sien­ ra de maravilla». Se trata de una afirmacion sinterica a posteriori que pretende proporcionarnos informa­ cion, basada en la observacion , ace rca del sasrre y de su aparente habilidad para haccr un traj e. Sin em ­ bargo, para eI sastre (( Este traje que he hecho sienta de maravilla» es, en realidad , una afirmacion analftica. Equivalente a decir «Este traje que he hecho es un traje que he hecho». Y eso es as! porque codos los tra­ jes que haga ese sastre sentaran a la perfeccion, dado que 10 que el hace es ajustar eI hombre al traje. ,~

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para atras. Perfecto. -Pero jes que ahora el hombro izquierdo esta tres centi­

la cintura hacia la izquierda y vera c6mo se Ie recom­

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clinado hacia la izquierda . Sus and.ll e...

cuello! Cuando doblo el codo , el cuello se va para atras. -~Y que? - insiste el sastre-. Levante la cabeza y echela

metros mas abajo que el derecho! -dice el hombre. -Ningun problema -responde el sastre-. D6blese por

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K~lnr lli(l prim,llla .l 1.1 J' ~lIlill

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J\., Ia t iud ,llI ,11111 d, Kiinig!.herg. ) \ iv i,i und vida \ ,dll: III ,1 dt' \ II'.

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EPISTEMOLOc{A

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parece la agud:t oh,\ (" V: 1(.. i/ lI I dl" 1) illlil ri dL" que 2+2=4? 2Se U<1f; \ dc U Il:J ali i 11I;lL it'll I :111 : t!i l it . 1, ve rdadera por ddlni ci6n? 2Form a pane d c In lllll' CII re ndemos por 4, que es la suma de 2 mJs 2? ~ ( ) L'S sinretica? 2Nos proporciona un conocimiemo nuevo sobre el mundo? 2Llegamos a esa conclusi6n concan­ do dos cosas y luego comando dos cosas mas y con­ ran do luego el mont6n? Esta ultima es la opini6n de la tribu voohoona, procedeme de Australia.

l,i\..'ll,,111 qlll' 1.1 l 'llllt1llU,I

Un voohooni Ie cuenta a un antrop61ogo occidental que

'l'luj.

2+2=5 , EI antrop61ogo Ie pregunta c6mo 10 sabe . EI miem­

I.t hnr;l utiLl.I! ilk'mana (11iL', 01 ~11 I C/, \1:: L'.'>l.l h b:L' UhSl·r\', lJh.1n Ia nll.lLi(;1l Jl' 1.1 Til'rr:1. F! ',IUhl.111 ~rn: LJlIl' ' lh"I."'r\';lll d u d P:l\L'fj dial i() de Kallt \l' dlil· lll'. l 1.1 hur,llllicl •.d all'nUI1<l porqlll' umnJ l'1l Ia 1'1I111\1,t\iJ,IJ il1hl'fL'\1t1." l'11 1<.1111. Ell rl.:.diJad, 1.;(1.1J lIno tit- l'llm IIq~J, :-l ncill.1I1Wllll', a 1111.1 e"cllltill\i,')n ,lI1alil i­ l a, vl'rJ.lJLTJ pili dd il1 i(i()n La llllldu.,ilill dL' K:uH Sa!~o .1 p:1\Colr a hs In's \'

bro de la tribu Ie responde «Contando, por supuesto. Prime­

II'" i,'1ll n Illll'I,1 ill \ III"III

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Buena parte de la £1losoHa de las matematicas es bas­ tame tecnica y diHcil. Lo unico que hay que tener en cuenta es que, tratandose de matematicas, existen tres tipos de personas: las que saben contar y las que no. PR AGMA TI SMO

LOITl'((,I,' \ L rl'\ l II1W L'1l

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1t:1, l'SL;!

ro hago dos nudos en una cuerda. Luego hago dos nudos en otra cuerda . Cuando uno las dos cuerdas, me salen cinco

In ll ll~' marci eSl' rl'lnj .

Para un epistem61ogo pragmatico como el £1l6sofo es­ radounidense del siglo XIX William James, la verdad de una a£1rmaci6n reside en sus consecuencias prac­ ricas. Segun James, opramos por nuestra verdad :1 partir de la diferencia que esta implica en la pd u ica.


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D ecimos que la ley de la gravedad de Nt:wron es ver­ dad, no porque se corresponda con 10 gut: las cosas «son realmente», sino porque ha demosuad o sernos util para predecir la conducta de dos objetos relacio­ nados enue sf bajo distinros tipos de circunstancias: «jOye, pues yo apuesto a que las manzanas caen in­ eluso en New Jersey. » El dfa en que una teoda deja de sernos util es el dia en que la cambiaremos por oua. Una mujer va a la comisaria de policia a denunciar la desapa ri cion de su m arid o . Le piden una descripcion y ella di ce: -Un metro oc hen t a y pi co, de const it uci6n robusta y pelo abundante y rizado. Su amiga, que ha ido a acompanarla, dice at6nita : -Pero tque dices? iSi tu marido mide poco mas de metro sesenta, es calvo y barrig6n! -V a -responde la esposa-. Pero tquien quiere que Ie devuelvan a un marido como ese?

En general, esta historia es de sobra conocida po r roJos. Ta l vez [e suene. Lo que no se conoce tanto es l·1 di;l lngo que .\\: ..igui6: EI policia interviene :

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no puede determinarse al m argen de los obj etivo!> J-H~'It'1l did os y de los valores que se defienden. Quiero d e ci rl c~ .

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re sumen, que es verdad 10 que nos satisface, y sab e 010'. qu e mi marido no me satisfacia.

F E NO MEN OLOGiA

T ras haber sobrevolado las cumbres de la abstrac­ cion, la filosoffa regreso y aterrizo suavemente en el terreno de la experiencia cotidiana. Ocurrio con la epistemologia a principios del siglo xx, cuando los fenomenologos ponderaron 10 que significa real­ mente conocer algo. La fenomenologia -que es mas una metodologia que un conjunto de principios fIlo­ soficos- intenta comprender la experiencia huma­ na tal como se vive, y no en (erminos de daros objc­ tivos. Es un punto de vista mas propio de un novelista que de un filosofo dado a la abstraccion. Fenomen610gos como Edmund Husser! utilizaron la palabra alemana einjuhfung, que significa «se n­ tir con» 0 «empatia», para referirse a los modos de conocimiento que intentan adentrarse en la expe­ riencia de ouo ser humano y saber y sentir el mundo de la misma manera que el 0 ella. En orras palabras, ponerse en la p iel del otro.

-Senora, Ie pedimos una descripci6n de su marido que se corresponda con la de su actual marido. Y la mujer concluye: -Que se corresponda, que se corresponda ... La verdad no puede determinarse unicamente a partir de criterios epistemol6gicos, dado que la adecuaci6n de esos criterios

-Ooctora Janet -dice una mujer un tanto abochorna­ da-. Tengo un problema se xual. Mi marido no me exc ita . -Muy bien -responde la doctora Janet-·. Manana ex a­ minaremos el problema. Venga con su marido . AI dia siguiente, la mujer regresa con su m J rid ~ .


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-Desnudese, senor Thomas -Ie dice la dOClora- . Ahora, dese la vuelta. Muy bien, tumbese . Aja, ya veo, ya veo ... De acuerdo, ya puede vestirse. La doctora Janet habla en privado con la esposa y Ie dice: -Usted no tiene ningun problema sexual. A mi tampoco

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me excita.

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''', DIMITRI: Debo admirir, Tasso, que esre asunto de la episremologia riene su gracia. TAS'\O : (G rac ia? (E n que ~e nrido? (Aque re refieres ( Oil Hg ralia»? D L!'vI IT IU : Amt:s de lOnrC,\ (ane, dejame hacene una preguma: (rl/ sabes 10 q ue es ser «una mosca cojo­ nera»?

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DIMITRI: He esrado pensando en tu preguma, que significa «bueno». Y he llegado a una conclusion: «bueno» es actuar segun un principio justo. TASSO: Por Zeus, Dimitri, eres un saco de sorpre­ sas, empiezas a sonar como un verdadero fi16sofo. 5610 una preguma mas: (como determinas los principios justos? DIMITRI: jAnda! Pues como rodo el mundo, por­ que los he aprendido de mi madre. TASSO (apane): (Por que estadn todos los buenos alum nos en las clases de Socrates?

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ETICA ABSOLUTISTA: LEY D1 V I NA

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que he conseguido que 10 dejara 5610 en diez m and .l lll ll'l l [as. La mala es que «adulterio» sigue constando enll c I'Ilw.

La Ley divina hace de la etica un asunto muy !\encillo: si Dios dice que esra mal, esra mal, no hay mas, Es as!. Sin embargo, surgen complicaciones. La primera es, ~como podemos estar seguros de 10 que piensa realmente Dios? Un tema que los fundamentalisras ya rienen resuelro: 10 dicen las Escrituras. Pero ~como sabfan los de las Escrituras que las senales que esta­ han recibiendo procedfan realmente de Dios? Abra­ 11 :1111 pl'l1s6 que Dios Ie eSlaba pid iendo que sacrifica­ ra ,\ ,., u hijo Ln cl ,llia r. EI razo nam iento de Abraham Cue el siguienre: <lSi 10 dice D ios, sera mejor que 10 haga. » La primera pregu nra filosofica que podrfamos plantearle a Abraham es la siguiente: «~T e has vueho loco? Va "Dios" re o rdena que hagas una cosa tre­ menda, ~ y ni siquiera Ie pides que se identifique?» O [ro de los problemas de seguir la ley d ivina es la interpretacion. 2Que se considera homar a tu padre y a tu madre? 2M andar una postal el dfa de la m adre? 2C asarte con el aburrido hij o del de ntista de la fami­ lia, que es 10 que q uieren (llS honorabl es pad re y ma­ d re? Preguntas que, ademis, no parecen distincio nes Je una su[iicza talmudica cuando el h ijo del dentista es un lfo ha jito y gordo. Una de las principales caracterfsticas de la ley divi­ na es que D ios (iene siempre la ultima palabra.

En su magna obra Lil Republica, Plat6n escribi6: «EI Estado es eI alma p uesta por escriw. » De modo que , co n el fin de abordar las virtudes de 10 in d ividual , es­ cri bio un dialogo sobre las vi n udes del Estado ideal. A los gobernantes de ese Estado los llama fi losofos reyes, 10 que quiza explique la popularidad de Pla(on entre los filosofos. Los reyes filosofos gufan al Es(ado del mismo modo que la razon gufa el alma humana. La principal virtud -tanto de los reyes filosofos como de la razon- es la sabidurfa, que Pla(on defi­ ne como la com prension de la idea de la bondad. No obstante, 10 que para un hombre es la bondad, para el otrO es una naderfa.

Moises baja del monte Sinai, blandiendo las tablas de la

En un encuentro que se esta celebrando en la universi­

ley, y anuncia a la s multi tudes congregadas:

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-Os traigo una buena noticia y una mala. La buena es

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LA V IRT UD PL ATONICA

dad, se aparece de pronto un angel y Ie dice al jefe del de­ partamento de filosofia:


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-Te concedo uno de estos tres dones: sa bi duria, belleza o diez millones de d6lares . Inmediatamente, el profesor opta por la sabiduria. Envuelto en un halo de luz, el profesor aparece transfor­ mado. Pero sigue ahf sentado , contemplando la mesa, Y

ETI CA

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93

humanos verdaderam enre felices, es decir , los qu t: n an no infelices. En la siguiente historia, el sefior Coo per demu cs­ Ira u na forma modern a de estoicis mo : el estoicismo por delegaci6n.

uno de sus colegas Ie susurra: -Oi algo.

La enfermera hace pasar a los Cooper ala consulta del den­

EI profesor responde : -Oeberia haber pedido el dinero .

tista, donde el senor Cooper expresa muchfsima urgencia . - No se ande con chiquitas, doctor - Ie ruega-. Ni gas, ni pin chacitos ni anestesia. Arranque la muela y acabemos

E STO( C ( S MO

con esto . - Me gustaria que todos mis pacientes fueran igual de

1::1 piamcdl1licnro cri co q ue oCLlp6 a los estoicos du­ rante el siglo IV d.C. fue como reaccionar ala sensa­ cion reinante de fatalismo que conllevaba vivir en un imperio ferreamente co ntrolado. No podian cambiar gran cosa de sus vi das, de modo que deci­ di eron , por el contrario, cambiar su actitud hacia la vida en sl. Ciertamente, era el unico co ntrol perso­ nal que no les habfan arrebatado. Lo que surgio de esa nueva actitud fue una estra tegia de desapego emocional respecto a la vida. La llamaron apathia (apa rb) y, para los estoicos, co nstiruia una virtud y ut: /c-; g ran jc6 mas de unas risJ.s en la taberna del p ueblo. Los estoicos esta ban dispuestos a sacrificar algunas formas d e feli cidad (sexo, drogas y hip-hop dionisiaco) con el fin de evitar la infelicidad que les procuraban sus pasiones (enfermedades de transmi­ sion sexual, resacas y rimas espantosas). Actuaban movidos unicamente por la razan, jamas por la pa­ sion , y por 10 tanto se consideraban los unicos seres

estoicos que usted -Ie responde el dentista , admirado-. Bien, dejeme ver esa muela . EI senor Cooper se vuelve hacia su mujer y Ie dice:

-Carino. abre la boca .

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UTILlTARISMO

Todas sabemos que Vladimir Lenin, el rojillo del si­ glo xx, dijo: «El fin jus[ifica los medias. » Ir6ni ca­ mente, no es[aba tan lcj os del pumo de vi s(,\ J c Uf) O


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de los filosofos favoriros del escuadn'lI) dc:l Senor del Partido Republicano, John Stuart Mill. Mill y los utilitaristas propusieron una etica «consecuencialis­ ta»: la correccion moral de un acto esd. determ inada unicamente por sus consecuencias. El protagonista de la siguiente hisroria es, clara­ mente, un utilitarista: La senora O'Caliahan Ie pide al artista que esta pintando su retrato que anada un brazalete de oro a cada una de sus I'llU neCa S, un collar de perlas alrededor del cuello , unos pen die ntes de rub fes y una tia ra de diamantes. EI artista Ie responde que eso equivaldrfa a mentir. Y la senora O'Caliahan Ie responde: -Mire, mi marido va por ahf con una rubia mas joven que yo. Cuando yo muera, quiero que se vuelva loca bus­ cando mis joyas.

Este es el tipo de justificacion que cabe aducir para excusar acros bastante mas serios, siempre y cuando las consecuencias sean 10 bastante «buenas»,

ETICA

su club recreativo cua ndo repara en un apuesto caballero

95

EI influyente utilitarista contemporaneo Peter Singer ' lide hacer analogias entre decisio nes sobre cuyas con­ 'l'cuencias espanrosas csra mos LOdos de acuerdo y deci­ ,iones aparentemente mJs \x'n ign as que, en su opi­ Ilion , son parecidas desde un pumo de vista erico. En lin ensayo, plantea que uno puede ganar di nero para lom prarse un nuevo televisor vendiendo a un ni no .,in techo a una corporaci6n que utilizad. sus organos para trasplames. M uy mal rollo, en eso estamos rodos de acuerdo. Sin embargo, Singer sigue argumentando que, cada vez que nos compramos un nuevo televisor en lugar de donar el dinero a una organizacion que protege a los ninos sin techo, estamos haciendo esen­ cialme nte 10 mismo. 2A que te pone nervioso cuando dice este tipo de cosas? Sc trata de una argllmel1l:lci()11 por analogia que va de un dramatico particular a un pronunciamiento moral general, como este clasico gag:

EL: ~Te acostarfas conmigo

por un mill6n de d6lares?

ELLA: ~Un mill6n de d6lares? jCaramba! Creo que sf.

EL: ~Y por dos d6lares? ELLA: Anda, vete por ahf.

La senora Brevoort, una vi uda, esta j unto a la piscina de

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~Que

te has crefdo que soy?

EL: Eso ha quedado claro. Ahora

s610 estamos ajustando

el precio.

que esta tom and o el sol. Se ap roxima furtivamentey Ie dice: -No puedo creer que no Ie haya visto antes. -No es probable -re sp onde el hombre-. He estado

EL IMPERATIVO CATEGOR ICO SUPREMO Y

LA VIEJA Y ENTRANABLE REGLA DE ORO

treinta anos en una peni tenciarfa. -~De

verdad? ~Y par que?

-Mate a mi mujer. -jAh! -exclama la senora Brevoort-. Asf que esta soltero...

El principio fundamental kantiano, el criterio soh rl' el que pivotan el resro de las maximas ericas, "., 10 que el llama el «imperativo categorico Sllprt'11l 0».


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A bote pro nto, el imperativo solo ~lI cn .1 a una ver­ sion personalizada de la vieja regIa de oro . RegIa de oro : «Actua con los demas com o re gus­ taria que acruaran elIos contigo.!! Imperativo categorico supremo: «Actua segun la maxima por la que desees que (Us actos se convierran en ley universal. " N atUfalmente, la version de Kant parece algo mas fria. EI mismo termino «imperativo categorico supre­ mo) sue na a .. . en fin , suena a aleman. Lo que no deja de SlT normal, si tenemos en cuenta que ello era. No obst3.l1lc, d imperat ivo categorico y la regIa de oro SI comparren algunos territorios Glosoficos: Ninguno de los dos es una norma relativa a una accion especifica, del tipo: «Honraras a tu padre ya ru madre» 0 «jComete las espinacas! » " Po r el contrario, ambos nos proporcionan un principio abstracto para determinar que accio­ nes espedficas so n correcras y cuales no. " En ambos, este principio abstracto sugiere que tod o hij o de vecino vale ta nto como t u, 0 como yo, y que rod os debemos recibir el mismo trato moral que UJ y que yo .. . especial mente yo . e

Sin embargo, cxiste una diferencia fundamental en tre el imperativo categorico y la regia de oro , y esta frase da en el clavo:

ETI CA

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Al causa rles dolor a los demas, el masoquisra 110 hace mas que obedecer los requisitos de la regIa de o ro: hace 10 que Ie gustJ rla que Ie h icieran a uno , a ser posible, con un iatigo. Pero Kam aduci ria q ue no cx iste acepci6n po r la qu e un masoq ui sra pueda rei­ vin d.icar honestamente que el imperativo m o ra l «cau­ sa d olor a los demas" pueda ser una ley un iversal en un mundo en el que se pueda vivir. Hasta un m aso­ q uis ta comprenderfa q ue no es razonable . Este tipo de consideraciones lIevaron al dramatUf­ go irlandes George Bernard Shaw a reescribir la regIa de oro con los renglones torcidos: No hagas a los demas 10 que te gustaria que te hicieran a ti. Tal vez tengan otros gustos. ....... .-­ L:t~ \·; lIi.1LI()f1l'\ \ohl,' 1.1 leg!.1 L.lIl1l'l1fl" III

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Un sadico es un masoquista que sigue la regia de oro .

97

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no Ie haec J Oll"ll 10 que no eS bueno en ~f IHI\1I1P .

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BULJISMO talredeJ o r dd \iglo VI .I. C )

No Jafle\ d l(l.~ JCl1la~ de mallera~ que tu

mi slllo considl' rada~ dafiims .

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C:ONPCC IA '\fI~MO (.llrededor del siglo

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'\l" hag.h;1 l 'l~ dcm ,l!> 10 qllc no (llI i lT~s qUL'

tl 11.lgan d ri.

(ollllll. iI), .~lIfl/l'ctll.\

I~LAr-.1 (a lreJ~d m

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~i gl o VII

J.C )

Ningunll de \'O$orrm cs lin \'crdadero creyeme IU '>la

que Je<;ea p:ua Olm In que desea para <;1 mISI11 O.

La SUnil;!, del HaJJI

BA 1~1

(alrcdeJtlf J tl 'iglo XIX J.C)

No adscribas J. ,lIma algu na 10 que no qllisieras que

adscribieran al a tlIy.l, ni Ie digas.1 nadir: 10 que 110

~ui ere~ qlle te Jigan . L.s ta es ]a orden qUt: yn rL Joy

~. llllC' qU Jero que lumpbs.

B:lh,i '\I 'I\,ih, ](IS prill/hl'''., Odti/,IS SOPRANOhJ\10 (siglo xx d.C)

Casea a toda hijo d e yccino con el mismo re.'> pero

con qu e [e gmcJ rlJ <Jue Te ( ..sea ra n a rio ( l's r,un o ~? Tony Sopra no , episodio XII

E TICA

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99

VOLUN T A D DE PODER

El filasofo aleman del si glo XIX Friedrich Nietzsche proclama audazmente qU l: iha :1 darle la vuelta a la etica cristiana tradi cio nal co mo si fu era un calcedn. D e entrada, y como para abrir boca , anunci6 la muerte de D ios. D ios replica con el anuncio - en las paredes de los lavabos de chicos de los colegios un iversitarios- de la muerte de Nietzsche. Cuando declara que Dios habia muerto, Nietzsche se referfa a que la cultura occidental ha superado las explica­ ciones metaffsicas sobre el mundo asf como la etica cristiana en las que se apoyan. Llama «moral del re­ bano» al cristianismo, porque su doctrina constiruye una «etica no natural» pues dicta que ser eI macho alfa que domina la manada es malo. En sustituci6n de la etica cristiana, reivindica una etica vitalista de los fuertes, a la que llama voluntad de poder. EI in­ dividuo excepcional, el Ubermensch 0 superhombre, ewi por encima de la moralidad del rebano y merece expresar su fuerza natural y su superioridad sobre el resro de miembros del rebano con roda libertad. Es evidente que, en 10 relativo a la regIa de oro, F rie­ drich era un miembro de la escuela de Tony Sopra­ no. Por eso se Ie ha considerado culpable de rodo 10 ocurrido por aquellos pagos, desde el militarismo germanico hasta la Sauerkraut:

EI problema de la comida alemana es qu e. por 111."1':. que comas, al cabo de una hora tienes ansia de podet .


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EMOT1VISMO

A mediados del siglo xx, la mayor parte de b f1loso­ ffa etica era metaetica. En lugar de pregunrarse « ~Que acciones son buenas?», los fil6sofos se p regun­ taban «~Que quiere decir que una acci6n sea bue­ na?». « ~X es buena» significa unicamenre «Yo aprue­ bo X»? Asimismo, « ~X es buena» expresa la emoci6n que sienro cuando observo a X 0 pienso en X?». La ultima hip6 tesis , conocida como emotivismo, queda m uy bien exp resada en Ja siguie nte hisro ria: Un hombre escribi6 una carta a la Agencia Tributaria en la que decfa: «No he podido do rmir pensando que he de­ fraudado a Hacienda en mi declaraci6n fiscal. No hice cons­ tar en ella todos mis ingresos y 5610 adjunte un cheque de 150 d6lares . Si sigo sin poder dormir, mandare el resto .»

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AP LI C A DA

Justo cuando la especulaci6n me(aetica sobre el senti­ do de la palabra «bueno» se esraba q uedando sin fue­ li e, oeoicarse;l la crica se puso de moda otra vez, y los fl l()sol()s l'Il1 IK"l';lron a cscribir llna ve:z. mas sobre cua­ les son las bucnas acciones particulares. La bioetica, la etica feminista y la e[ica sobre la forma correcta de tra­ tar a los ani males se convirtieron en asunros de rigeur. Una de las formas de la etica aplicada que apareci6 durante eI siglo xx fue la etica profesi onal, los c6di­ gos que regulan las relaciones entre los profes ionales o sus clientes 0 pacientes.

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1' 1 ~ I' ( , N V liN (lIIN ll01<IUN C (I I' N I R~N ~N UN B A R .. .

ET IC A - 0 103

Tras asistir a una conferencia sobre eti ca profesio nal, cuatro psiquiatras salen juntos del recinto. -~Sabeis una cosa? -dijo uno-. La gente acude siempre

a nosotros para contarnos sus miedos y su senti do de cu l­ pa, pero nosotros no tenemos a quien acudir. ~Por que no dedicarnos algo de tiempo ahora y nos escuchamos 105 unos a 105 otros? Los otros tres aceptan la propuesta. -Siento un deseo casi irrefrenable de matar a mis pa­ cientes -confeso el primero. - ·He hallado la ma nera de estafarles dinero a mis pa­ cientes a la menor oca si6 n -dijo el segundo. -Estoy implicado en un a re d de ve nta ilegal de pastillas y, a menudo, hago que m is pacientes las vendan por mf - continuo el tercero. - Pues yo, por mas que 10 intento -confiesa el cuarto psiquiatra-. No logro guardar un secreto.

Cada especialidad medica desarrollo sus proplOS prinClplOs eticos. Cuatro med icos sal en juntos a la caza del pato: u n medi­ co de famil ia , un ginec610go, un cirujano y un forense. Cu ando les sobrevuela un paJaro . el med ico de familia

Lo que haec llUl.' 1.1 ~tica aplic.lda SC3 illleres<lntc, aUII ­ qu..: ramblen ~orrlll ) (.knre. c~ (lUl' la, Jecisiones eucas SC' sudcn conveftJf en un dllllll.I, UIl.1 dCLClon entre Jo!> bienc,: "iQU,: fiddid.td k ddlU ~lll1i f:lIllilia ell fe­ lac i6n con llli lr'll),\ill~ ~y ,I mi~ hi jos en rd,loclll ~Oll mi persona) ~\ .\ Illi pa{s en relacion con b hUn1.tni­ dad?·. I: w." l'S d tipo de dill'IllJ que lIa l1lalHenlJo a hby y Ann LanLler,1 at.lrl'~H.b\ a 10 brgo de rodn, t.'\­ lOs alios) L]ue ahora h.ll1 proporLlo nado d maTer ial neccsJriu pa r~l escribi r "The Erh iciS[>., ]a columna se­ manal d e R'lI1d)' Cohen t'n t.: 1 Nt'IIl York Thm!s. Recienremente, Coh en ('"cribia en , lalt:.colll que la !>iguicn tc t:~ tin a de bs diel me jores preguntas q ue Je han plJnreado jarn,h: .. A lIn qlll· l"\lll)' ('(HllL' I1{o UIII Illi tr<lh.ljll :Ilill.d.

c:

incluSlI Ille 11;111 ,1\Cl'lldidll (\1) 1' d nuevo SU-Itl l dL' CJwdor) , a mi l:~pOS.l nu k pa rcee sufi cil:!l[l:, Y (l u il:­ rc 'luC Ille pbnLcl: dC~,lH(J , prn Je\i onaJes mayores. No es CJlle VO careZCJ cit: .lmb ili(in, rero sov un ranlO rcr i­ ( cnrc a hacer 10 qut.' ill1pliLJ. ,l~Cl'I1Jl'r : muchJs m.is h o ras, 'l~l:sinaros ~a l1gri l:nr()s ... PL'Sl' ,1 (oJo . ~11 () l" Licrro que re ngel 1.1 obligacion L'\pecial dl: tllTllJr ell considerJciol1 lo s J es('o~ de mi ('spo~a? AI fill yal ca bo ~()mo.s Llmi liJ." i\1ACBE rHo L ~coci"

apunta pero no ~ (' decide a disparar porque no esta com ­ pletamentc seguro de que sea un pato. EI ginecologo tam­ bien apun t a, pero baja el arma cuando se da cuenta de que no sabc sl

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lin pato 0 una pata. EI cirujano, mientras tan­

to, dlspJfJ. se carga al pajaro, y se vuelve hacia el forense y Ie diet>: nVete ave r si es un pato.»

4. Ann Landers es eI pseud6nimo de Esther Friedman, co­ nocida en Estados Unidos par su columna de consejos del mis­ mo nombre, que durame aiios ha aparecido en peri6dicos na­ cionales de todo eI pais. Su herman a gemela Pauline Friedman tenia orra columna muy similar q ue se llamaba «Dear Abby" y que firmab a como Abigail V an Buren. (N de La t.)


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Los abogados tam bien rienen erica p f'()I~·"i()nal. Si un clienre da 400 d6lares po r equivocacion - al pa­ gar una fact ura de 300-, la cuesri6 n etica que se plantea es si el abogado tiene que d ed rselo a su socio del bufere. No debe sorprend er a n adie que la clerecfa ta m­ bien renga erica pro fesio nal, y que esra incluya san­ ciones d ivinas. Un j oven rabino era un entu siasta jugador de golf. ln clu­

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Liones correses y racionales de la filosoffa. PO I' m:h que intentemos conuol:tr racionalme nte nuesrras vi­ das, co mo nos aco nscja rian los f116so fos morales, nuestro inconsciente siL'1l1p rc :l(.:aha aRora ndo. EI «(;lCto fallido» freud iano , PI)f L'jcll1p lo , oemre cuando lOS «equ ivocamm.) al deci r algo q ue cxp rcsa nuestros deseos inconscientes, co mo cuando el concl'jal d e 1a ciudad p resenta a su esplend id a y fl amante prcsidcn ­ [a co mo a una «poifrica con una gran vocacion de servicio pu bico».

so duran t e el Yom Kippur , el dfa mas sagr ado del ano , se es­ abu l1 6 un rata para irse a probar suerte con un campo de

Un terapeuta Ie pregunta a su paciente que tal Ie fue du ­ rante la com ida que tuvo can su madre. EI paciente contesta:

nueve hoyos. En el ultimo hoyo, no co loc6 bi en la pel ota antes de lan­ zar y una rafaga de viento fa arrast r6 hasta el hoyo y consi ­

-Ba st ante m al, l a ver da d. Tuv e uno de eso s act os f a­ Ilidos. -.!.Ah, si?- Ie pregunta el terapeuta- . .!.Que dij o usted?

gui6 un hoyo en uno. Un angel que estaba contem plando el m ilagro se lam en­

- Yo s61 0 querfa deci rle: «.!.M e pa sas la sal , por fa vor?»), pero m e sali6 : «iZorra! iM e haces la vida imposible!»

t6 ante Dios. - EI tfo est a jugando al go lf en Yom Kippu r y tu Ie regalas un hoy o en uno. .!.Eso es un castigo? - Des de luego que 10 es - dij o el Senor, sonriendo- . .!.N o ves que no se 10 pue de contar a nadie?

EL

IMI'A(.' ) () IH. !. J'~ILOANALISIS ! ·: N LA

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IleA F IL os6 F ICA

Para Freud, tocla la filoso ffa et ica del m und o es me nos relevante ace rca d e verdaderos resortes in­ co nscientes de nuestra conducra que un b uen suefio. Un homb re Ilega a la consulta del psiquiatra y se discul­ pa por el retraso ad uciendo que se ha quedado dormido . - Pero he tenido una revelaci6n increible en ese sueno

La obra de Sigmund Freud, a pesar de que no era un fi16sofo , cjerci6 un a gran influencia en la fil osofia erica con su afir m aci6 n de que, en realidad , 10 q ue derermi na la conducra hu m ana so n una serie de con­ dici onantes bio16gi cos inco nscientes, no las d istin-

-dice el hombre, sin resuello-. Estaba hablando con mi madre y de pronto, iella se convirti6 en usted! Entonces me desperte, me vestl, cogf una Coca-Cola y un Donuts , y vine corriendo ala consulta.

y di ce el psiq uiatra:


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- l Una Coca-Cola y un Donuts? lEso es 10 que desayuna ust ed?

Por otra parte, el propio Freud hubiera admirido que reducir la conducta humana a los impulsos in­ conscientes a veces va en deuimento de una verdad obvia. Lo resumi6 en una frase que se ha hecho fa­ mosa: «A veces, un cigarro no es mas que un cigarro.» Un hombre se est a afeitando con una navaja muy afilada que, de pronto, se Ie escurre de las manes y, al caer, Ie reba­ na el pene. Se agacha a recogerlo, se 10 mete en el bolsillo, sale corriendo de su casa, t oma un taxi, y Ie dice al conduc­ tor que vaya a toda prisa al ambulatorio mas cercano. Aillegar, Ie cuenta 10 ocurrido al cirujano y este responde: -Tenemos que intervenir cuanto antes. Demelo.

........ ...................... .

ET I CA

- - " 107

de esa situacion? ~C6mo influiran las consecuenc i~Lc; l' ll o rras situaciones futu ras? Ademas, ~a quien Ie im­ po rta? En caso de infidelidad, por ejemplo, los situa­ cionistas eticos querdan sa.ba, enrre orras cosas, cual cs la situaci6n del matrimonio. T al vez se inclinadan po r una u o ua parte segun la efectividad del matri­ monio en cada uno de los casos. Para los opos irorcs at situacionismo se uataba de un uluaje pues, en su op ini6n, esre razonamienro se puede utilizar para justificar to do 10 que una persona quiera. Algunos opositores adoptaton una posicion absolutista: la in­ fi delidad esta siempre mal, independientemente de las circunsrancias. Paradojicamente, sin embargo, en ocasiones da­ mos lugar a acciol1cs cgofs r3s cU3ndo ignorarnos las especificidades de la si tuacio n.

EI hombre hurga en el bolsillo y Ie da el contenido al ci­ Unos atracadores armados entran en un banco, ponen a

rujano . -Pero si esto no es un pene -dice el cirujano asombra­

los clientes y al personal contra la pared y empiezan a qui­ tarles las carteras, los relojes y las joyas que lIevan encima.

do-. jEs un puro! -jAy, Dios mfo! -exclama el hombre-. jEntonces es que me he fumado el pene en el taxi!

Hay dos contables del banco entre los que esperan para que les quiten sus posesiones. De pronto, el primero de ellos Ie pasa algo a hurtadillas al segundo. Este susurra:

[~ l l eA

S ITUA C IONISTA

La «erica situacionisra» vivio su maximo apogeo en la decada de 1960. Sus defensores afirmaban que 10 eti­ camenre correcro que hay que hacer en cada situa­ cion depende de la peculiar combinaci6n de los fac­ rores de esa siruacion concrera. ~Que perso nas se Yen afectadas? ~Cual es su inreres leglrimo en eI res ulrado

- lQue es esto?

EI primero responde, tambien en un susurro:

- Los cincuenta pav~s que te debfa. c~

Todavia no me ha qucdado darn II) <plL" esta bien y 10 que esd. JTw l, aunqlll' h.IY:d ).:,o qlll' l'~d

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eXls te. <Si exis re? C uidado con 10 que dices, he ~isro a h o mbres h echos y derechos fulminados por un rayo p or decir cosas como esas.

DI MITR I:

Filo sof i a de la religion /:1 UfOS .(O /1,.c ('I,//(( It!.\ gllS[" t/;)'CIlfir tI los./i/,i.w/(I.\

III rdlgitiJi 1111 l'.I d 'flf(' 111 1II,~)'uri" cit' 1/0.WfrO.1

t'j{)ilOet'rld . J lOlclt' II"is uit'll " )(',. "~'{/' ,iI))/ /'i/(/(} , II~~(/

lIlllS pal'cci'/" tllu '1Ut' til La gllL"rr~l d~ I.I~ g.lbxias

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I'o/' Ii.

DI M IT R I : El o uo dfa es[aba hablando con

Leus , y

d ice que ejerces una mala influencia sobre mf. TA SS O: Curioso, porque yo creo que eI es u na mala influencia para ri. D IMITRI: <Por que TASSO: Porque re convence de que las voces que oyes en ru cabeza son reales. \';'\',

CREER EN

D ro s

Un agnosrico es una persona que cree que la exisren­ cia de Dios no puede probarse basandose en eviden ­ cias al uso, pero que n o ni ega la posibilid ad d e Lllie


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c', I' I. A I'l\N Y UN O Il N 1 T O R R I NC ~ ) E N 1 RAN EN UN BAR ...

Dios exisra. EI agnosrico no va ran lejos como el areo, que considera que el asunto de la exisrcncia de D ios esra zanjado. Si ambos vieran un dfa un arbusro en llamas que hablara y dijera: «Soy el que soy», el ag­ nosrico empezarfa a buscar aver dende esra la graba­ dora escondida, mienrras que el areo se encogerfa de hombros y se pondrfa a asar casranas.

FILO SO F iA D E L A R E Ll G I 6 N

...-C» III

nunca encomraran una «x » sobre la que puedan po­ nerse de acuerdo. AsI, no sc puede esrablecer la dispu­ ra porque cada uno ve las COSJS desde su propio pun­ to de visra. Esro es lin poco ~1h .~rraetO. Pero esra hisroria 10 describe de lI ll modo llllly lcrrenai; mejor dicho, vecinal. Una ancianita cristiana sale cada dfa al porche de su

Dos irlandeses colegas de borrachera estan en un pub y ven a un tipo calvo bebiendo solo al fondo de la barra . - Oye -dice Pat-. lEse de ahf no es Winnie Churchill? - iBah! -res ponde Sea n- . No creo. Winnie Churchill no estaria en un sitio como este.

-Tio -insiste Pat-. Que no es broma. Mfrale bien. Jura­ rfa que es Winnie Churchill. Me apuesto diez libras. -jSe acepta la apuesta! Pat se va al final de la barra y Ie dice al calvo:

-Tu eres Winnie Churchill, (a que sf? -Fuera de mi vista, iimbecil! -grita el calvo. Pat vuelve a sentarse junto a Sean y dice: -Me temo que ya nunca 10 sabremos lVerdad?

casa y grita: -iAlabado sea Dios! Y cada manana, su vecino el ateo de la puerta de allado, Ie responde gritando: -iDios no existe! La anecdota se repite durante semanas enteras. -iAlabado sea Diosl - grira la dama. - IDios no exi stel-respond e el vecino. Con el paso del tiempo, la senora empieza a tener difi­ cultades economicas y casi no Ie lIega el dinero para comer. Cuando sale al porche, Ie pide a Dios que Ie ayude con la compra y luego dice: -iAlabado sea Dios! A la manana siguiente, en cuanto sale al porche, se en­

Ese es eI raz.o namiento de un agnesrico. Los areos so n o ua hisroria. H aee ya m ueho riem­ po que los fll esofos se pusieron de aeuerdo en que no riene ningun sentido que creyemes y areos discuran sobre el rema. Y eso es porq ue 10 imerpreran rodo de maneras muy diferemes. Para diseurir, riene que exisrir un rerreno eomun, de modo que uno de los panicipames pueda deeir: «jVale! Yo re concedo x y ru debes concederme y. » Los areos y los creyem es

cuentra con unas bolsas con la comida que Ie habfa pedido aDios. Naturalmente, grita: -iAlabado sea Dios! EI ateo aparece de d e tr~s de una mata y Ie dice: -iY un cuerno! Esta com lcl .1 1.1 Ilf' ( ompr:ldo yo , IDIO',

110

existe! La ancianita Ie mira y se <;orll (' (, Iii :.· -iAlabado sea Diosl No ~6 1()

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Inspirada por los Pensamiento5 de Pascal, una ancianita .

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va al banco con un maletin en el que lIeva 100.000 d61ares en metalico y solicita que Ie abran una cue nta, EI cauteloso agente bancario Ie preguntJ como ha co nseguido ese dinero, -Apostando - Ie di ce ella . Soy mu y bu ena . -(,Y que tipo de apuestas hace? -pregunta el cont able intrigado. -Ah, pues de todo tipo -Ie dice-. Por ejemplo, ahora misma me apostarfa veinticinco mil d61ares con usted a que manana al m ed iodfa tendra una mariposa tatuada en la nalga derecha . - Vaya, me gustarfa aceptarle la apuesta, ya mismo -dice el contable-. Pero no estarfa bien que me quedara con su dinero por una apuesta tan absurda. -Dejem e qu e sc 10 di ga de Olro m od o

diLl: la IlItlJl' 1

Si no apu cs t a co nmigo, l cndre que bus car olro ball co don ­

EI matematlco y filosofo fran ces del sigl o XVII Blaise Pascal sost uvo que decid ir si creemos en Dios o no es, en el fo ndo , como form ular una apuesta', Si optamos por comportarnos como si Dios existiera y, al final, resulta que no exis te, tampoco pasa nada. Bueno, a 10 mejor perd ernos la oponunidad de dis­ fru ra r de In li ndo co mcli l'ndo lo!> SiClC Pecados C a­ pit alcs , ref(} ,'so cs ca ldcrilla co mparado con la alter­ na riva. Si aposramos que Dios no exisre, y termina resultando que Sl. nos habremos quedado sin eI fes­ dn final, sin la dicha eterna, Por 10 tanto, segun Pas­ cal, la estrategia de vivir como si h ubiera un D ios es mucho mejo r. Los academicos conocen este razo na­ miento como la «apuesta pascaliana». EI restO de los mortales, 10 lIamamos cubrir las apuestas,

de deposit ar el dinero. - No, no. No se precipite -dice el agente bancario-. Acepto la apuesta. La mujer regresa al dfa siguiente al mediodfa acompana~ da de su abogado en calidad de testigo. EI contable se da la vuelta, se baja los pantalones e invita a ambos a que obser~ ven que la apuesta la gana eI. -De acuerdo -dice la mujer-. Pero (,podrfa inclinarse un poquito mas para que podamos asegurarnos? EI agente hace 10 que se Ie pide, la mujer recono ce qu e ha perdido, y saca 25 .000 d61a res de su mJl etin Y 1(")'1 ( 1Il"I ta para darselos, Mientras tanto, el :lb(")/'"H lo (" ,l ,'1 ',I 'III .ldo, con la cabeza gacha y 105 codos apoYJd o.,

('11 1,1', I lldl lld '"

-(,Ya este que Ie pasa? - pregunt;t el

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-iQue es un mal perd edor' - rCt; Don d(' 1.1 ,III( 1,II111J - .


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FILoso piA D E LA R E LlG I6 N ---C'-. 11 5

La linea entre garantizar la apuesta y amanarla es muy delgada. Tomemos en consideraci6n la siguien­ te estrategia neopascaliana.

nos reaccionaron a la defensiva. Su Dios, adujeron, no era un simple relojero. Era el Senor de la Histo­ ria, presente en el Exodo de Egipto, la travesia del desierto y el asentamil'I1 LO t.:n Ia Tierra Prometida. Estaba, en resumen , di sponi bk, «llI l1Y preseme en momentos diflcilcs» .

Un hombre con un loro en el hombro asiste al servicio

Una abuela judia esta viendo c6mo su nieto juega en la

Aposte cien mil d61ares con el a que hoy, al m ediodia. usted nos ensenaria el trasero en su propio despacho.

religioso del primer dia del Rosh Hashanah (el ana nuevo

orilla de una playa cuando se acerca una ola enorme y se 10

judio). Apuesta con unos cuantos a que elloro puede ofi­

traga el mar. Entonces, ruega:

mio. Te 10 ruego, devuelveme ami nieto.

ciar una ceremonia mucho mas bella que el cohen 0 nino

-Por favor, Dios

cantor. Llega do el m omento , sin em bargo, el lora calla.

Y una ola enorme se cierne sobre sus pies y devuelve al

Cuando lIegan a casa, el hom bre reprende al lora y se la­ menta de las perdidas que Ie ha causado. Elloro dice: -jUtiliza un poco la cabeza, estupido! lNo te das cuenta

nino a la playa, intacto. Y ella mira hacia el cielo y dice: -jLlevaba un gorritol

de 10 que podemos saca r ahora en Yom Kippur?

Hay que concederle alloro que no iba tan desen­ caminado . Tal vez se pueda amanar la apuesta pasca­ liana de modo que el domingo por la manana jugue­ mos al golf, ya pesar de eso Dios esrt comento, isi es que existe! A Dios Ie consta qll e (Odos 10 hemos in­ tcmado, alguna Vt:.Z. DdsM O I', IIISTORIA DE LA S RELIGIONES

iA ver quien es ellisto que Ie reclama eso a un re­ lojera! DISTINCIONES TE OL6 G I CAS

Mientras los fi16sofos de la religi6n mantienen sesu­ das discusiones sobre las Grandes Preguntas -como por ejemplo, ~Dios existe?-, los te610gos tienen me­ nos pescado que vender, especial mente en Cuares­ rna.

Entre los lil6!>olos del siglo XVIII, los que no eran es­ cepticos <.'Ia n ddsras, creyentes en un remoto e im­ pcrsoll :d I )io!> de los fi16sofos: un Creador mas pare­ cida a II n.1 f uerza q uc a una persona, mas relojero qlle confidente. Los judios tradicionales y los cristia-

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St:glln el fil6S0ltl v telliago del siglo xx Pall l r illich. b ~ d if erencia s entre fi losofb de Ia rel igi6 n y teo ln ~i, \ \O tl m.ls imporranl es qu I.' 1.'1 [;]ll1afIO J e SLiS pt'ct'~ . I 1111,)",


F ILO SOFiA D E LA R loU(; 16N

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En teologta , ha habido autenticos cismas po r te­ mas tan acuciantes co m o «(E1 Espiritu Santo proce­ de del Padre 0 del Padre y del Hijo?». Es evidente que ellego precisa de una gu{a para orientarse entre las diferencias teologicas y, gracias a Dios, los comi­ cos siempre estan dis puestos a proporcion;irscb. Ll clave para d ercrm in:tf cu:I1 I',\ b lfCL' I1L i:1 rl·i igi(ls.l d .. una pe rso na pa n.u : rjtd ictr CIl a q u i ~ n rl' c.:O IlOCl· y a quien no: Los judfos

110

reco nocen a Jesus.

Los protestantes no reconocen al Papa . Los baptistas no se reconocen entre sf en la tiend a de vi nos.

Esta ultima observacion se traduce en un consejo de naturaleza m eramente practica. Si vas d e pesca, no invites a un baptista; se bebera toda la cerveza. Sin embargo , si invitas ados baprisras, toda la cerve­ za sera para ti, Otra de las maneras de distinguir entre las confe­ siones es a partir de que conducta Ie puede reporr;t r a uno un rapapolvo divi no . Para los car6iil'<)s, \ l'rt.l


11M

1' 1 " i ti N \

It j.1I de .lsisLir a misa; para los baprisras, bailar; para 1m I.:piscopalianos , comer ensalada con el renedor de pos rre. Bromas apane, exisren imponanres diferencias docreinales enree confesiones religiosas. Por ejemplo, s610 los car61icos creen en la l nmaculada Concep­ cion, la docreina que cuenra q ue, para que fuera apra para dar a luz al Senor, la misma Maria naci6 sin el esri gma del Pecado Original. j CS(J~

FIL OSO ffA DE L A RE Ll GI6 N

ION IIII N II O ItIt I N C() EN T R A N E N UN BAR .

t'l nd(lba de paseo par la calle cuando se encontr6

co n un a ll1u lLi t ud que Ie arroJa ba piedras a una adu ltera . je­ sus dijo: -EI que este libre de pecado, que tire la primera piedra. De pronto, pas6 un pedrusco por encima de las cabezas de los que estaban allf congregados. jesus se dio la vuelta y dijo: -lMama?

Naruralmenre, el chisre favoriro de rodo el mundo en el subgenero de las secras es el de la C onrrarrefor­ rna. Cualquier recopilacion basica de chistes sobre la Conrrarreforma incluye invariablemenre el siguienre:

---0 II9

Y se oye una voz procedente de las alturas: -jAlgo tendras que poner de tu parte, criatura! jCompra un decimo!

Esta claro que c:I hombrc del chist !.: cra un pro­ tesranre que, igu al q ue Lurero , crda q" e podb sal­ varse por la graci a, sin mas; no podemos hactr nada para alcanzar la salvacion. Dios esra barriendo, en este caso hacia la Conrrarreforma carolica. En reali­ dad, el chisre podda haber surgido duranre el C on­ cilio de Trento de 1545, donde los obispos decidie­ ron que la salvacion es fruto de una combinacion enree gracia y esfuerzo, rezar y comprar un bolero 0, como el dicho «a Dios rezando y con cI maw dando ». Una de las l. r l.:l.:ll<...i ,l,s que companen todas b.s COl1­ fesiones religiosas es q ue «sw) reologfa es el camino mas rapido hacia 10 divino. Un hombre lIega a las puertas del cielo y san Pedro Ie pregunta: -lReligi6n? -Metodista.

Un ho mbre esta pasando por apuros financieros cuando Ie pide a Dios que Ie ayude a ganar ala loterfa. Pasan los dfas, luego las semanas, y el hombre no gana

San Pedro consulta su lista. -Vaya a la sala numero 28 -Ie dice-. Pero guarde silen­ cio al pasar por la 8.

ni la pedrea en la loterfa . Finalmente, en la miseria, Ie grita

Llega otro hombre a las puertas del cielo .

aDios:

-lReligi6n?

encontrareis». Estoy en la ruina mas absoluta, y no he ga­

-Baptista. -Vaya a la sala 18, perc guarde silencio al pasar por la 8.

nado ni una sola vez a la loterfa.

Un tercer hombre lIega a las puertas del cielo.

-Nos dijiste «Llamad, y la puerta se os abrira. Buscad , y


I,ll'

F IL OSOFiA Ill'. J.A In 1 11. ll iN

1' 1 ,\ I <'> N Y UN OR N II ORRIN CO E N TR AN t N LIN B !\ R ...

- iR eligion? -Judio. -Vaya a la sala 11, pero gua rde sile ncio al pasar por la 8. -Entiendo que haya sala s distintas para las dife re ntes religiones -dice el hombre- . Pero ~por que tengo que guardar silencio al pasar por la 8? San Pedro Ie respon de:

(,

1.' 1

Tanto para Arrh ur ~<..hopenhalle r como para Hi lda , la vida es un cicio coml,llll l' de frustracion y ab urri­ miento . C uando no Oh ll.' llc ·III (),.. lo que queremos, nos sentimos frustrados. ( ~ I ""l1 l c. III IIhfl' llt·/l)()S. nos so­ breviene el ted iu. Y... t·~ I ·11l AIIIIUIII I) y Bllda . b pl:o r frustra cion la l'X pni I11 cl1[;Ullo') j USI () LlI .llldo p.1 rl'cla que teniam os d consuelo al alcan ce dc 1.1111.1 110.

-En la sala 8 est an 105 testigos de Je hova y creen que son los unicos que han ido al cielo.

Habia una vez un principe que estaba bajo el hech izo de una bruja mala , au nque no era por algo que hubiera hech o

Sl' di lc tim' l· l liI6so«, alcm;in del siglo X IX Anhur ."dlOPl' I1!J :Ul l·1 J C\lIlhfj (', c:I hlldi<;mo lilo.. . oficamcn­ Le. C umo C auL; lfll:l. d Hilda, J os milcnios antes, Schopenhauer pensaba que la vida era sufrimiento, lucha y frustracion , y quc la unica vfa de escape era la resignacion: el rechazo del d esco y la n egacion de la voluntad de vivir. La contrapartida positi va era que am bos crelan que Ia res ignaci6n condud a a la com ­ pasion hacia rod os los seres y a la santid ad. C omo si dijeramos, una especie de tfueque. H ay muchos chistes judfos que se bu rlan del pe­ simism o extrema a la Shopcnhaucr , el kVl'tcher (el pupa s).

eL La maldici6n consistia en que el principe solo pod ia pro­ nunciar una palabra al ano . Sin embargo, podia ahorrar, de modo que si un ana no decfa ni pio, al ana siguiente podia decir dos palabras . No ob st ant e. un dfa conaci6 a una be ll.l I-'" [I «(;'s,') y qlll ~() decirl e que la qu erirl. por 10 que decidi6 espera r t res an os mas, y gu ardar cin co anos de silencio. Pasados 105 cinco anos, sin embargo, comprendi 6 que debia pedirle que se casara co n el, asi que tuvo que esperar otros dos. Finalmente, cuando los siete anos de silenc io lI egaron a su fin. estaba comprens lb lemente en tu sias m ado. Llevo ala princesa hacia el rinc6n mas romantico de 105 jardines rea ­ les, se arrodill6 ante ella y Ie dijo: -Amada mia, te quiero, ~quieres casarte conmigo?

Hay dos muj eres sentada s en un banc o y al cabo de un rato, una de elias dice:

La princesa respond io: -~C6mo

has dicho?

-iAy! - jAy! -responde la otra. -Vale -concluye la primera-. Ya est a bien de hablar de 105 nin~s.

Es justo el tipo de respuesta que hubiera cspcf'ldo Schopenhauer. Ya en el siglo V1 y VII d.C., los chjn()~ y 111 \ J.l jlO neses desarrollaron una ram a del hlld i... 1114 I ql lJ' nt.l


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experi mentando un renacimiento en nuestros dfas: el zen. Desde la perspectiva del pensamiem o occi­ dental, la filosofla zen es una suene de antifilosofla. Para el maestro zen, la razon, la logica, los datos sen­ soriales -todo ese material del que esta construida la filosoffa occidental- so n ilusiones y distracciones en el camino de la verdadera ilu minacion. Y, si es aS1, 2como se ilumina uno? Consideremos las dos cuestiones siguientes: • ,CuJ I es la difcrc ncia emre lIn pato? • / ~ 6 f1l () StI(; J1,\ d :lpb ll sO de un a so la mano ? Ambas pregumas suseiran 10 que en los circulos filosoficos se conoce co m o la respuesta del «210 que ». No alcanzamos a eomprender cllal puede ser la respuesta. Pero, m ientras que la prim era es un ejemplo basra n re original del abs urdo q ue se culti­ va en el pati o de reereo. la segunda es un koan zen clasico. Un koan es una adivinanza 0 una h isroria que, di­ cha por un m aestro zen a u n csrud ianre, puede su­ m il a d idlU eswd iallle ell un cSlado de conciencia u I IIII( idn (.Clllln lli/Ori, iIlilTli naci6n st"i bira. En este cS lad o d e (Dill il'1ll i.l. lodas las d istinciones y evalua­ ciones de Ia viJ.t dia ria se desvanecen, y dan paso a una profunda aprcciacion de la unidad del universo y a toda la expcricncia en dicho universo. La res­ puesta zen a la ad ivi nanza del aplauso con una sola mano no es algo Iileral y cientifico como: «El suave murmullo del aire fl orando sobre una superficie pla-

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123

l1a y en movimiento .» N o, la respuesta zen es mas parecida a: «jHala! » Los koans nos catapultan a la ilu­ minacion confundiendo n llcstr3s mentes con ideas IJnposibles. Una vez se han SlI pcraJo esras, jhala, ya esras en el saton'! El koan mas famoso, el favorito, es:

Antes de que buscara la iluminaci6n, las montanas eran montanas y los rlOS, rios. Mientras buscaba la iluminaci6n, las montanas no eran montanas y los rios no eran rios. cuando alcance el sa tori, las montanas fueron monta­ nas y los rlos, rlos. Los o cciden talcs podc ll1os tener una idea gen eral sobre el hecho de que la iluminacion no consiste en llegar a una suerte de estado de conciencia remoto. Lo que nos resulta diffcil de comprender -y que, a su vez, es 10 que constituyc el corpus kodnico del asunto de la montafia- es como la conciencia ilu­ minada puede ser, ala vez, ordinaria y trascendenre. tienes una especie de sexto senrido, 0 no 10 tienes. Al parecer, la mayorfa de los occidentales no 10 te­

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nemos. Esto plantea la cuestion de si la vieja adivinanza sobre la diferencia entre un pato se puede considerar una especie de koan occidental. Despues de todo , se basa en la logica y en el absurdo; confunde a la ra­ zon. Pero, a juzgar por las respuestas que se propo nen para esta adivinanza - d experin1l"J110 del isiv()


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en m ateria de koans- la respuesta d ~bt' :;er qLH: no. Ha habido sonrisas, e incluso risitas, pero /HI (0 11 0 ­ cemos ningun caso de satori. Podrfa tratarse d e un problema cultural: a la ma­ yorfa de los occide nrales no n os entra en la cabeza la idea de que si hay algo que n o te en tra en la ca­ beza es que esras en eI cami no de la iluminacion. Lo que nos remite a este poco convin cenre koan occi­ dental: Si t ienes he lado, te 10 dare. i no tie nes hela do, lC 10 quitare.

Este es un koan hel ado.

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F I LOSOFIA CA BEZA HU ECA

La filosofia cabeza hueca aparece en escena duran­

te la decada de 1960, coincidiendo can el pronun­

. ciamienro del profesor de Harvard Ti m o thy Leary

sobre el hecho de que la iluminaci6n solo se a lcan­

F II. oso r fA U !i L A RE LI ' ,I< " N

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7<1 a traves de la ingesta de hongos al uci nogenos. Conocida posreriorm enre como «filosofla New Age », cl cabeza huequismo ~s lI na ;lmalgama de anrigua filosoffa oriental y alglll l.l\ Ul'l' lll i ;lS med ievales ta­ les como la asrrol ogLi, LI S canas Je l (.lnll y b d ba­ lao «Afi r maci on t's» -sen tencias rales com o «F,'>\oy a una con m i d ualidad» 0 «Cuanto mas CO lll'io l' ll d sis tema menos necesidad tengo de Ilevar <ll'Ill ,I\I) ­ que tambien consti tu ye n u na pane impon anre de la fil oso fla Nrw Age. Esro trae a colacion a la an cia­ n ita que se ace reo al poeta ingles Samuel Taylor C oleridge tras una conferencia a principios de 1800 y Ie dijo: «Senor Coleridge, ihe aceprad o elllniver­ so!» C o leridge la m ira por tnc ima liL-1 ~r i ~ 1. 1 1 d l M I\ gafa s y d ij o: «Por I ) io . . , .\ (' lItl r : I, ill l'\\ k v,di, '" A(ofl lll l a d .l l1 l l·I II I.' , 1{,1Ii.' 111O~ :t 111 . t n l l( " Ill,l ( h i, te que d cs p ej an la Ilc bul osa del pCIl \ :t l11 il' llll) NI' II '

Age. (Cuantos seguidores de 1:1 Nc w 11[:('

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cambiar una bombilla? Ninguno, basta con montar un grupo de apoyo ,>o bl " «C6mo relacionarse con la oscuridad».

Si algo m odern o rienen los N ew Age es su crecll( ja en seres extraterr~SI res q ut' no solo nos visitan. " illi l que nos invitan a SllS na v l'~ e~pac ial es para «'1\,1', I manricas con velitas. II:t v que ser muy sallli ( 111"111 ,1 llevar los limites de l ·S !.1S L rcencias New !I.~r ' 11,':.1 Ii ', \I extremo logico .


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Un marciano hace un aterrizaje forzoso en Bro oklyn y descubre que se ha averiado una pieza impo rtante de su platillo volante : el

-iCaramba! iQUe alma tan evolucionada! lC6mo 10 logr6? -Se 10 dijo el juez .

troover. Va a una cafeterfa y Ie pregun ta

al hombre de la caja si sa be d6nde puede encontrar un

troover.

jToma! ",'

-lQUe aspecto tiene? -pregunta el hombre. -Es redondo, algo duro por fuera, blando por dentro, y con un agujero en medio -explica el marciano. -Yo dirfa que eso es un Donuts -dice el hombre-. Aquf tiene uno, les 10 que necesita? -Es perfecto -responde el marciano-. lUstedes para que 10 usan? -Bueno, Ie parecera increfble - dice el hombre de la ca­ feterfa-. Pero nos 10 co memos. -lEsta de guasa? -dice el marciano asombrado - . lSe comen los

troovers?

-Tenga -dice el hombre-. Pruebe uno. EI marciano mira el bolljto con recelo, pero Ie pega un mordisco. -jAnda! -djce-. Con chocolote por fuera estarfa buenr­ simo.

dt los ckmentos c.ld kil h:1.~i co del New Age cs SII r;lS~ i ll :l< ion p Ol' Il lS li:nomenos parapsiquicos, rales COIII U l.t l l. ttiviJ<.:IH..ia. M uchos OIdAge - ram­ bien co nOLidos como pensadores racionales- si­ guen crcycndo que siempre hay una explicacion ra­ zonahlc palJ di chos fenomenos. ) (rO

-Mi abuclo sabra la hora exacta , del dfa exacto, del ano exacto en el que iba a morir.

DIMITRI : T engo una pregunra mas: Si Zeus 110 exisre, ~Poseidon sigue siendo su hermano? T Asso: ~Sabes, Dimitri? 0 eres un budisra ilu mi na­ do 0 re fair an un par de ladrillos para ser un anfi­ rearro.


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Existe ncialisrn o Ll

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DI M I " R I : Tc ngo t1l1L' .u.lmi rir, T:1 ~~(), lj uc .1 Vl'U::S mL' gLisrad;l ~ er mis parecido a ti.

T AS S O : P ero jsi p uedes! Existenciaiistameme ha­ blando, jeres un ser wt:umeme autOoriginado! jEres qui en nl estes crca nJo! D I M IT R I : jFam astico! Porquc yo sic m prc hL' <J lIcri­ d o ser igual de al re que tU.

,,' Para mctl'rnos de cabeza en el existencialismo, de­ bemos conrar un par de cosas del absolurismo hege­ liano del siglo XlX, el pumo de vista fi losofico que dice que el unico retrato autentico de la vida es el que se wma mirando desde fuera hacia dentro. (Fue Rodney Dangerfield el que dijo que el mejor material comico esta en la tension entre el absoiutO hegeliano y d d is­


130 --C"

I' LA T 6 N Y UN ORNITORR INC O Io N T RA N E~ UN BA\{.

tanciamiento existencial del hombre? P ro bablementc no, Pero, si fuera as!, el siguiente chiste clasico serfa un ejemplo de aquello a 10 que se referfa Rodney. Un hombre esta haciendo el amor con la mujer de su mejor amigo , cuando oyen que aparca un coche frente a la casa . EI hombre se ocult a en el armario. EI marido entra , va hacia el armario a colgar la americana y, al encontrarse a su amigo desnudo, Ie dice: -Lenny, lque haces aquf? Lenny se encoge de hombros, pusilanime, y contesta : - ~n algu na parte hay que es t ar, lno?

Esta es una respuesta hegeliana a la pregunta exis­ tencialista. El marido quie re saber por que Lenny, de entre todas las perso nas, esd en esa situacion existencial concreta: jd es nudo en su armario! Pero su presunto amigo, Len ny, por motivos p rop ios, eli­ ge responder a una pregunta distinta: (Por que esd alguien aquf, y no en otra parte? Un p lanreamiento que solo cobra senti do si uno es un encumb rado fi­ 16sofo aleman de la categoria de H egel. ;corge Wi lhelm ~ k gd man lllvo que la hisroria se (k~rli eg,l a l.l Vl'/.ljll C l'1 ((b,pfrilu Absoluto». El espf­ riru de cada Lil'mpo (por po ner un ejemplo , el tenso conformismo de la decada de 1950) genera su propia andtesis (el movimiento hippie de los afios sesenta), y la colision entre ambos crea, a su vez, una nueva s!ntesis (los (( hippies de plastico» de los seten ta, algo as! como los banqueros de Wall Street con un corte de pelo a 10 Beatles) .

EXIS T E N CIA LI ~ MO

~ 131

Y asf es como proced e, de manera incesante, la dialectica de la tesis/an d tesisl sfntesis (que se co nvier­ te en una nueva tesis). Hegel penso que hah ra s;l llado :d marge n de la his­ toria y «la» esraha cOJHcmplancio dcsdl' lIll PlirHO de vista trascendentc. Lo llamo el PUnlO de v i s l ~1 :lh~o­ luto. Y, vistas desde ahi, las cos as no p3fcd all (' \l;1r nada mal. 2Guerras? Un movimiento dialCu iu) m ,b. (Pestes? Otro. ~Ansi e dad? No hay que pn:nclIpa rse. La dialecrica esd en el movimiento, y no Sl' p uedc hacer nada al res pecto. Solo estar atento y com pren­ der cual es el escenario. George Wil hel m Friedrich considero que estaba contemplando Ia hi srori:l dc-sell' el punto de vista de Dios. •

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d vit'jo tem,l ., Fro 111 .1 Di\l .IIH l'i', l ll l l ' il l Bene t-..liJ ler )' ~n que L1 divln;l L:llHantl' ~L' imagina ql1t: L'\[;l CIlIl It:lllpLlIl d u 1'1 muntio dl'\lk 1.1.11 lura )' Il' parecc £OJll al'ln, )lIim(l Y ,,'\1 111 " '111 1,1 , 1'\1., I" 1.1 J is[am:.iJ de~de b lJlH: 10 IIh,crv.l I k f!,l'l 1,1 l,II" i'll ' rerprt.'t;l

lClm ina c.uando n<l<.13 i1lCI1 0 S que c l ll1i~I1lU l> i ()~ C() I1 ­ le mpb b panod.mic, pO I' L'ncima Jel homhru de Hel­ tc . ~Ql1iC:1l huhil'r:t. ill1<lgin.ldo !jilt: Bcrt :~ 1'-l illler l'\ ht'­ gcli.lIl.1'

Ahf interviene S0ren Kierkegaard, conl <:lIlp0l.lfll'lI de Hegel, que esd basrante cabreado. (((Q \I (( t iC IW dl' particular que todo se yea correcto dcsck ('I 1IIIII lil dl vista de 10 Absoluto?», pregu nta Sv)rt'll. h e 11(1 (', Il i


131. -----C'. P LA T O N Y UN O RNIT O RRl i'l C O l ,N TR /I N e N U N B A R ...

puede ser- el punto de vista de los individ uos exis­ tentes. De esa afirmaci6n nace el existencialismo. «No soy Dios», afirm6 Kierkegaard. «Soy un individuo. 2A quien Ie importa 10 armoniosas que se yean las cosas desde arriba? Yo estoy aq ui, en la parte finita de todo esto, y estoy angustiado, 31 borde de la desesperaci6n. Yo. (Y que si el universo :-iglle su cu rso ineluctable­ mente?, jamenaza con seguir su curso y arrollarme!» De este modo, si Kierkegaard os encuentra en el armario de su casa y os pregunta que esrais haciendo ;]h (, 11 0 Ie salgJis con 10 de q ue «En alglln a pane tien e qlle cSI .lr u no». N u eslro l'OIl!o.l'jo es q ue improviseis. EI fi l6w fo francC.'i del siglo xx Jean-Paul Sarrre par­ ti6 de la idea kierkegaardiana del indi viduo sumido en un aislamiento amedrenrador y se extendi6 sobre las implicaciones que con lleva para la libertad y la respon­ sabilidad humana. Jea n- Pau l 10 res umi6 de este modo: «La exisrcncia precede: la escncia», con 10 que queda decir que los seres hum anos no tenemos una esencia predeterminada de la manera que la ti ene, por ejem ­ plo, un perchero. Somos indeterminados, constante­ mente libres para reinve nrarnO!i 3 1l0S0trOS mismos.

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I,i/Lt ' ~ (W \; 1'1.I\iJdll atra(tiVll. l'nr In ljllC ull' illl.lglllolJ quo..' 11: dt.·\LC1IK('1 Lim lIll lall ­ ro qlll'~lI LOi.-g.• l'xi\tl'I1Ljali~ t ,l. Allxn Call1(1\, .1111­ pli.lra I.i ill...;} ,k I.. lihl·t LId hlll11.111.1lll' ~;lt w: dieil'llllo; "'\ parLlr de 1111.1 ~'d,ld. cada hornhll' l'\ Il'''P''ll\,lhk' de ,\ u rmlW,', ( lIrim.lllkt1 t l· , ( _.1I11U\· guard.lh,1 1111 f'lld(·­ /tl~O p.lln-idll COil Illllllplll'l:r l~ogan.

EX I S i' IoNC I A LT SM O

--C>-o 133

Si nos vemos como meros objetos con identidades £1jas, dejamos de ser. As! de radical. En cierto modo, nos vemos como objetos cuando nos ide nti£1camos con un rol social. Eso, d ice ,' ):11'([1.:, <.:,s fI'lfllt vaise foi, 0 mala fe. Y no es nad a b ULll O. Sanre co nrempla a un camarero en un ca fe y o b­ serva que ser un camarero consiste en flngir ser un camarero. Los camareros aprenden a ser cam areros dando la impresi 6n de q ue son camareros. Los ca­ mareros caminan d e una manera determinada, tie­ nen una actirud concreta, se sinian en un p umo en­ tre la intimidad y el distanciamiento , etc. Todo eso esd. muy bien siempre que el camarero sea cons­ ciente de que s610 es un ro1. Pero todos co nocemos a camareros q ue se crcen rcalmenre camareros, que creeD q u e CoSO es 10 qu e son cn esen cia. Tres mauvai­ se foi.'

Con ej emplos exagerados, los chistes se mofan de n uestra tend encia a id enri£1carnos, sin detenernos a pensar, con actirudes y valores de n uesrro grupo so­ cial. Consisten, en el fondo, en una estratagema £1 ­ los6£1ca: la reductio ad a bsurdum 0 reducci6n al ab­ surdo.

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P I. .I 'I ON Y UN OR N ITORRI N L ll l':N I RA N ~ N UN II A IL

EX 1ST EN C I A Ll S M O .

mudo (1l1<': indu,\'i1 I.I~ 1IIli"!ll'~ de ~1l'r~(llla, d,'IIlII,IIlCl ;que nos il11pil.le aplobar .1simislllll Ill, 111.111 illlt>· Ilio., <:l1trt' p(,.'r~orl'l~ Y t.llllll.llfin.,;us?

~J,,;xo,

En el siguienre chiste basad o en la reductio, Sol Ie da un nuevo sentido a la m ala fe inherenre en el he­ cho de idenrificarse con un grupo . Abe y su amigo Sol salen a dar una vuelta. Pasan junto a una iglesia cat61ica de cuya fachada cuelga un cartel: 1.00 0 D6LARE.S PARA TOD O EL QU[ Sf CONVIEflIA. Sol dec ide entra r y ver de que va el asunto. Abe Ie espera afue ra. Pasan las horas. Fi­ nalmente, sale Sol. -lY? -pregunta Abe- .lQUe ha pasado? -Me he convertido -d ice Sol. - jNo fastidies! -dice Abe- . l Te han dad o los mil pavos? YSol responde: -lEs que no sabes pensar en nada mas?

(Efectivamenre, no som os polfricameme correc­ tos. Somos fil 6sofos. jDen ul1c iadnos !Ii quen!is!) Po r orra pa rt l', r:ll1lhirn l'\ til- l11al.1 {t· considerar q ut' ( CI1l'n1m pmihilid.Hb, ilill1llaJ,I!> y que no exis­ [cn rl:' ~ t rilliolH', . 1 II1Il·!> tra lih~rtad. Estan dos V J(a~ paslando en un prado. Y una Ie dice ala otra: - t Que te parcce eso del mal de las vacas locas? -lYa mf qu e me importa? - dice la otra-. Soy un heli­ coptero.

.

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--C» 135

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Para el fil6sofo exisrencialista, la verdadera angus­ ria -que eUos llaman angst porque pron unciarlo te deja siempre mal sabor de boca- no es el sfntoma d e una patologfa que hay qll~ u :uar con re rapia. No, es una respuesta h u ma na b:isica a las <l llctnticas con­ d iciones d e 1a cxisrencia humana: n ueSWl mo rtali ­ dad, nllestra incapacid ad para realiza r plenamente n uestro po tencial, y la amenaza del sinsenrido . Mo­ tivos mas q ue suficienres para que uno d esee ser un fil6sofo cabeZizhuecfl y no un existencialista. Los existencialistas insisten en distinguir en tre la «angustia existencial », tal como la ansiedad que se siente ante la muerte -que, en su opin ion, es fruro de la condici6n hllmana-, y la angus ria neur6rica corrienre, q ue es b qll ~ sil'lHl' No rman: Norman empez6 a hiperventilar en cuanto vio al medico. -Estoy seguro de que tengo algo en el higado - dijo . -Eso es ridfculo -Ie dijo el do ctor-. No se puede saber. EI hfgado no genera ningun tipo de malestar. -iExacto! -respondi6 Norman-. Esos son precisamente mis sfntomas.

EI exisrencialisra aleman del siglo XXI Martin Hei­ degger Ie pregun ra rfa: « ~A eso Ie llamas ttl angustia, Norman? N o has empezauo ;t vivir. jY por "vivir" en­ tiendo pensar constantemel1ll' L' II Ia I11 U C rt l ' ! " I ki degger lleg6 al extremo de decir qUl:' 1.1 l"x i' '''IH i.1 11lI­ mana consiste en ser-para-Ia-muerrc. 1' ;11 .1 vivil dl' verdad, debemos enfrenrarnos sin tapujo:> . 1 IH It"'I.1 mortalidad y aceptar la responsabilidJu J e vivil vidas


116

---0. P LA 1 t'tN Y liN OR N I T O RR IN C O E NT R AN E N UN [l AIt . ..

con sentido al a sombra de la muen e. No hay que in­ ten tar huir de la angustia personal y de las respo nsa­ bilidades person ales negando el hecho de la mucrre.

EX I S TENC I A LISMO

--G 13

(Sigues en la fase de la negaci6 n ? Veam os q ue pasa con el siguiente: PINTO R: tQue tal van mis venta s?

Tres amigos mueren en un accidente de autom6vil y se

PROPIETARIO DE LA GALERiA: Bueno, pues t engo buen as y ma ­

encuentran en una sesi6n informativa en el cielo. EI mode­

las noticias. Vino un hombre y me pregunt6 si era s un pin­

rado r les pregunta qu e les gustaria que sus amigos y pa­

tor que se revalo ri zarfa al morir. Cuando Ie dije qu e pe nsa­

rientes dijeran de el los ante su tu mba .

ba que sf, compr6 todo 10 qu e tenia tuyo en la galeria .

EI primer hombre dice:

PINTOR: iVaya! iEs maravilloso! t Y las malas noticias?

- Espero que la gente di ga de mf que era un medico ex­

PROPI ETARIO: EI com prad or era tu medico.

celente y un buen padre de familia. EI segundo hombre dice: -Me gustarfa que dij eran qu e, en calidad de maestro, cambie las vidas de mis al um nos. EI tercer hombre dice: - A mf me gustarfa que algu ien dijera : iMirad , se esta

moviendo!

Para Heidegger, vivir a la so mb ra d e la m uerte no es s610 una ac[itud mas coraj ud a; es la linica maner autentica de vivir, porq ue nos pu cde wear en cual­ q Ul er m ome nta.

No o bstante, de vez en cuando olmos h iswrias acerca d e la muerre que Ie miran a la cara a la angst pa r excelencia y se den de el la. Gi ld a RaJ ncr [UVO las agall as J e con tar t'~I L' ch islL' ca ra al publico dcs­ p ues d e lI 11 C Ie h uhieran diagnosticado u n cancer term inal. Una mujer con cancer va a ver a su onc610go, que Ie dice: - Bueno, me temo que hemos Ile gado al final del trayec ­ to. 5610 Ie quedan ocho horas de vida. Vayase a casa y sa­ queles tanto partido como pueda . La mujer se va a su casa , Ie da la noticia a su marido y dice:

UI1 homulc Ie pl cB lI n t.1 (l 1I 1l;! adivina c6mo es el cielo . La ad ivina sc co nCC lltI ,l en su bola de crist al y dice:

- Carino, hagamos el amor durante toda la noche. Y el marido responde :

- Estoooo... V('Q buenas notic ias y malas not icias. Las

- t Sabes que hay veces en que el sexo te apetece y otras

buenas son que hJY varios campos de golf en el cielo y que

veces en que no?Bueno, pues esta noche no estoy de humor.

son todos de unJ belleza inigualable. -iVaya! iFa ntastic o! tY las malas ? -Que tienes uno rese rvado para man ana a la s ocho y media.

-Por favor -ruega la mujer-. Es mi ultima voluntad, amor mfo. -Es que no me apetece -insiste el marido. - Te 10 ruego, amor mfo.


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-Va , para ti es facil decirlo. (omo manana no tienes que levantarte temprano".

La insistencia de los existencialistas en afrontar la an gustia ante la muerte ha creado una nueva indus­ tria en miniatura, el movimiento de cuidados palia­ ri vos, fundado por la fll oso ffa bioetica de la docrora Elizabeth Kubler-Ross en el siglo xx, y que fomenta la aceptacion de 1<1 ll1u erre con entereza .

I , ' II I

Fi l osofia de l lengu aj c Cut/llflt) ,,1 I'.\" ju·,'firinlir \\"ll/llil'"./t~U;'r.wJl Clilllllll "{'spollr/ifi " /III jll/tr/"lIg,II(lri(} um 1",';g/l/I'IIII'ji·tls('.'

EL

CLIENTE DE UN RESTAURIiNTl:

tC6m o se preparan aquf los

poll os? Ah, pues no hacemos na da especial. Sencilla­ mente, les decimos que van a morir . (OCINERO:

"Depclld!' til' j l( rl4iill>iol/ til' If) qUI ,', " 1',1' "". /Iadmdo jil(J.I(~jit/ dd /mguIlj{". 111I/{/1I1 ({ If) ft1lJl/Jil:1l e.I!t,{1t'l /Jat"il'lldo OmI.1 {lilt/I.

I' ll/tiM /1/(/'"

.'....

T ASS O: (De que te des? Te estoy hablando de la an­ gustia ante la muerre. No Ie veo la gracia, la ver­ dad. D I M I T R I : Es que hay cosas peores que la m uen e.

T ASS O: ~ Peo[(~s q ue la muene? ,Como que?

DI MI T RI: ~Ha~ pasado .ilglll1;t va una vel ada co n

P·Ira,gora~ .

~

D I M1 T R I: M e parcce que estoy empezan do aver claro a que te refieres, T asso. Este asunto de la fi­ losoffa consiste en h acer juegos de palabras. T ASSO: jExacro! Empezamos J. entendernos. D I N[ I T R I: jLo admites! iLa fi losoffa no es mas que semantica! T ASS O: ~N o es m as que semantica? (Con que hacer filosoffa si no, con grufiidos y risitas tontas? "':"t...~

FIL O S OFIA DEL LF N G UAJE eOMUN

Ludwig Wittgenstein y sus seguidores en la U ni vLTsi­ dad de Oxford a mediados del siglo xx sostu vit"ron


14 2

-----C» PI A 1' 6 N Y UN O RNIT OR R1NCO fN T R A N EN UN B A R .

FIL o so FiA D E L L EN G UA J E • •••••••••••••••••••

que los temas clasicos de la filosoffa --ellibre albedrfo, la existencia de Dios y toda la pesca- eran complica­ dos porque se planteaban en un lenguaje confuso y confundidor. Su labor, en tanto que fil6sofos, co nsis­ ti6 en deshacer los nudos lingufsticos, en enmarcar de nuevo los temas, en logear la invenci6n mas reciente para la resoluci6n de los ro mpecabezas: abandonarlos. Por ejemplo, alia por el siglo XVII, D escartes afir­ m6 que las personas estamos compuestas de mente y de cuerpo; y que la mente era «el fantasma en la ma­ quina». Despues de eso, los ft 16sofos han esrado ocu­ pados durante siglo.~ intCnl :tll Jn d<:[crm inar que na­ rices era eso. Gilbert Ry\c, disd pulo de W ingenstein en Oxford, dirfa: «jPbmeam iento err6neo! No hay que determinar que es porque no es nada. Si nos de­ tenemos a ponderar el modo en que hablamos de los acontecimientos que damos en Hamar mentales, des­ cubriremos que nuestras palabras son s610 una fo rma taquigrafica de describir la conducta. No perdemos nada descartando sencillamente la palabra q ue desig­ na el "lugar" del que sup uestamente proced e la con­ ducta. i) C onsiderala descan ada, Gilly. Es evidente que b pareja de Ia siguienre h istoria necesita replanrearse eI as unto: Unos recien casa dos se mudan a un nuevo apartamento y deciden empapelar el comedor. Hablan con un vecino, que

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143

• • •••••••••••••••••••••••••••••••• ••••• ••••••••••••• • •••••

Asf que los recien casados compran siete rollos de un papel muy caro y empiezan a empapelar la sala . Para cuando han agotado el cuarto rollo de papel, ya tienen el comedor termi­ nado. Se van a casa del vecin o co n la mosca detras de la oreja. -iTe hicimos cas o y nos han sobrado tres ro ll os ! -iAnda! - excl ama el vecin o- . iA vosotros os ha pasa do 10 mismo!

jVaya con d vecino! ~

Estaba la puetisa Gertrude Sr<:in t:n .~li It:Lho dt: nlUer­ ~ll r:1r<:jd . Alice H. rokla", \C IIlLl in6 ~nhrc Lib y \u\llrr6: "!( u.i1 e, b Il·splleSl.l. (,Cri rudt"?" fL. Llldndu

.\ III

qllt" "'l'1I1 I('plll":

"( c lI,tllI,11.1 prcglll1l,I?"

Wittgenstein achac6 todos los errores de la filoso­ ffa occidental a 10 que el denom in6 «un lenguaje em­ brujado», con 10 que se referfa a que las palabras nos pueden llamar a engafio sobre la categorizaci6n de las cosas. La forma gramatical de las frases con las que se plantean las cuestiones filos6ficas nos embau­ ca de antemano. Por ejemplo, en su magnum opus, El ser y el tiempo, Heiddeger se referfa a «nada» como si designara una cosa rara. Existe un ejemplo similar de confusi6n lingufstica:

tiene un comedor igual de grande que el suy o, y Ie preguntan : -~Cuantos rollos tuviste que comprar para empapelar el

comedor? -Siete -dice H

-Freddy, espero que vivas cien arios, y tres meses. -GraCias, Alex. Pero ~por que «y tres meses»? -Es que no quiero que mueras de repente .


144 _I:, P L IITON Y U N O kN ITOR RIN CO Ef', 'l kAf', EN UN lI A R • ..

5i pensais que a Alex Ie confunde el lenguaje, mirad

10 que Ie ocurre a Garwood en la siguiente historia: Garwood va al psiquiatra, donde se lamenta de que no ha tenido nunca novia. -No me extrana - di ce ell oq uero-. Huele que apesta. -y que 10 diga -respo nd e Garwood-. Es por mi trabajo.

Trabajo en el circo, cu ido de los elefantes y limpio sus de­ posiciones . Por mas que me lavo, no me Iibro de este hedor. -jPues deje ese traba j o y busquese otro! - Ie dice el pSi­ quiatra. -tEsta de guasa? -se asomb lJ Garwood - . tV dej ar el mundo del espectacul o?

G arwood confunde la deno m inacion «mundo del espectaculo» -que, cn su caso, consisre en limpiar­ les las cacas a los elefames- y ]a connoracion em o­ cional de «mundo del espccticulo», por la q ue 10 i111­ pon ame es estar bajo los focos. 5eglin los fJlosofos dellenguaje COmLIn, cl lengua­ je tiene mas de un pro posito y se utiliza de m odo d is­ rimo en los diferentcs contextos. EI fIl osofo de O x­ fo rd John Ausrin seiiJ.l6 Jil...ho cx\ rcmo al decir que «prometo» es un giro li ngu{sl ico wralmeJlle J istinto a decir «pi mo ,) . Decir '(pi mo) nO es 10 mismo que pim ar, pe ro decir "prom eto» es equivalente a p ro me­ rer. Urilizar ellenguaje adecuado para un marco lin­ guistico en ouo marco distimo p rovoca co nfusiones filosofi cas y falsos ro mpecabezas ... una sucesion co­ nocida como la hisro ria de la fil osofia . Los filosofos del lenguaje comlin o ri ndron q ue el

F IL OSO FiA DEL L E N GU AJ E

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14 5

debate filosofico que se habia establecido durante si­ glos sobre la creencia en Dios se enmarafiaba al inten­ tar dilucidar la cuestion como si se tratara de un he­ cho. Dijeron que ellenguaje religioso es un lenguaje distinto de por sf. Algunos afirmaron q ue en un len­ guaje evaluarivo como el que utilizan los cd ricos ci­ nematogra ficos Ebert y Roeper, «Creo en Oios» no significa m as que «Creo que algunos valores son estu­ pendos». Orros dij eron q ue el lenguaje religioso ex­ presa emociones. «Creo en Dios» significa «jCuando pienso en el univers ~ , se me pone la piel de gallina!». Ninguno de esos lenguajes alternativos tiene como consecuencia elUo filosofico en que te metes cuando dices «Creo en Dios». jZas! jP roblema I'cslIdto! Y 2.500 afios dt' flloso(b d(.: la n: ligi() 11 se vall po r d sumidero. En la siguicnte h i~LOri a, G oldfinger y Fallaux es­ dn hablando en dos contextos linguisticos disrintos . EI hecho de que, ademas, hablen dos idiomas dife­ rentes, tampoco ayuda. Goldfinger esta en un crucero de vacaciones. La primera noche, se sienta a cenar con monsieur Fallaux, un frances, que alza la copa en deferencia a su companero de mesa y dice:

-Bon app8it! Goldfinger levanta su copa y replica: -iGoldfinger! Esto se repite, durante casi todo el crucero hasta que, al final, el sobrecargo del barco no puede soportarlo mas y Ie explica a Goldfinger que «bon appetit)) es la expresi6n fran ­ cesa para decir «buen provecho».


14 6

FIL OSO F1 A DEL L ENC Uc\ J

......-C- PLAT 6 N Y U N O R N IT O RRI NC O EN T RAN F N UN BAR ...

Goldfinger, abochornado , espera con im paci encia la co­ mida siguiente para resarcirse de su error. Entonces, antes

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padrenu estro s, cu atro avemarias, y me dad o tres chivata­ zos genj ales.

de que Fallaux abra la boca, Goldfinger levanta la cop a y dice:

-Bon appetit! A 10 que Fallaux res ponde: -jGoldfi nger!

Historias en las que los dis ti.ntos personajes se pro­ ponen cosas difere nrc.'\, y que nos proporcionan ana­ logfas de 10 mas chll sc, 0 sohre com o los distintos marcos lingtiisticos co rn plil:lll Ia (omunicacion.

En la siguienre historia, eI sacerdore es presa del entendimiento que tiene el del marco en eI que esta teniendo Iliga r d intercambio -el con fesio nario- , y es incap:17. de imaginar un marco de refere ncias d is­ tinto. Un hombre se arrodilla en el confesion ario y Ie dice al cura : -Padre, tengo setenta y cinco ailos y ayer por la noche les hice el amor ados chicas de veinte ailos, a la vez.

Tommy va a confe sarse y Ie dice al sacerdote: -Perd6neme, padre , porque he pecado. He estado con una mujer de vida disol ut a. -Tommy, leres tu? -Ie pregunta el cura. - Ay, padre, si soy yo, sf. -lCon quien has estado, Tom my? -Mejor no se 10 cuento, padre. -lCon Bridget?

-lCua ndo fue la ultima vez que te confesaste? -pre­ gu nta el sacerdot -N o me he confesado nun ca, padre - responde- . Soy jud io. -Entonces -dice el padre asombrado-. lPor que me 10 cuentas a mf? -jPorque se 10 cuent o a todo el mundo! -exclama el hombre.

-No, pa dre. -lCon Colleen? -No, padre . - lHa sido con Megan? -No, padre. -Vale, Tommy, pues recita cuatro padrenuestros y cua ­ tro avemarias.

Hay muchos chistes basados en dobles sentidos, en los que la frase cobra un significado radical mente distinto cuando se coloca en un marco de referencia lingufstico distinto. En realidad, 10 que da ri sa es precisamente el equfvoco que se produce entre am­ bos marcos.

Cuando Tommy sale de confesarse, su amigo Pat Ie pre­ gunta que tal Ie ha ido. -iDe maravilla! -dice Tommy-. Me ha impuesto cuatro

En un bar, hay un pianista tocando y un mono que va de mesa en mesa recogiendo las propinas. EI pianista esta in­


F ILO SO FIA DEL L E N l,;UA !I'

148 --C» PLAT6N Y UN ORNI T ORRINCO ENT RAN EN U N BAR ...

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terpretando una pieza cuando el mono salta sobre el mos ­

ley se mete la nota en el bolsillo, inca paz, en la consterna­

trador, se acerca a un cliente y Ie mete los testiculos en la

ci6n del momento, de prestarle atenci6n.

copa que se estaba tomando. EI hombre, ofendidfsimo, se acerca al pianista y Ie dice: -lUsted tiene idea de d6nde mete su mono las pelotas? Y el pianista Ie respo nde: -No, pero si me la tararea igual se la saco.

Pocos dfas despues, mientras Billingsley esta hablando con la familia de Hatfield en el vel atorio, se da cuenta de que lIeva la nota en el bolsillo del traje. -Hat me entreg6 una nota antes de morir - an uncia a la familia- . Aun no la he lefdo pero, conociendole, segu ro que son palabras de consuela para todos nosotros.

Hay muchos aCl.:rt iios q ue nos pillan porque asu­ mimos que estamos ~ Il un marco de referencia lin­ giifstico, cuando en rcal iJ~l(.1 estamos en 0[[0.

Y lee en vo z alta : -iEstas pisan do el t ubo del oxfgeno!

-Esta claro, el bloque de apartamentos.

Resulta ir6nico que un movimiemo fdos6fico que depende de la utilizaci6n precisa del lenguaje haya nacido entre brid.nicos. Ellos, cuyos chistcs (an a menudo rr:1tan de S ll prop ia confusio n co n el len­

-No, la gonorrea . Es la u nica cosa de la que te puedes

guaJe.

-lCual de las siguientes cosas no pertenece al conjunto: herpes, gonorrea 0 un bloqu e de apartamentos en Cleveland?

librar. EL ESTATUS LlNGi.HsTICO

Se ha criticado la filosoffa del lenguaje comun por considerarla un mero juego de palabras, pero Wittgensrein insisti6 en que la confusi6n de mar­ cos de referencia lingiilsticos puede conducir a erro­ res fatal es. Billingsley va a ver a su am igo, Hatfield, que esta mu­ riendose en el hospital. Cuando Billingsley se coloca junto a la cabecera de su cama, la debilitada salud de Hatfield empeora, y pide, deses perado, que Ie den algo con que es ­ cribir. Billingsley Ie acerca un bolfgrafo y un pedazo de pa­ pel, y Hatfield emplea sus ultimas f uerzas en garabatear una nota. En cuanto termina de escribirla , fall ece. Billi ngs-

DE LOS NOMBRES PROPIOS

Durame aproximadamente los ultimos cincuema anos, la fdosoffa se ha vueltO mas y mas recnica, me­ nos preocupada por cuestiones generales como el li­ bre albeddo 0 la existencia de Dios, y mucho mas preocupada por la claridad l6gica y lingUlsrica. No vamos a citar nombres, pero alguno de estOs fil6sofos parece haber tOcado fondo, como los fil6sofos mas reciemes que han estudiado el significado de los nombres propios. En opinion de Bertrand Russell, los nombres son descripciones abreviadas. «M ichael Jackson», por ejemplo, no es mas que un diminut ivo


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FILOSOFiA D EL L E N ( ;UA ll c

I S2 ---0 PLAT6N Y U N O RNIT O RRIN C O ENT RAN E. N U N B AR ...

de «canranre de piel rosada y una rinoplasria de 10 mas peculiar». Para un fil6sofo conremporaneo conocido por el nombre «Saul KIipke», los nombres de los ind ivi­ duos no rienen nada que ver con las descripciones abreviadas. Son «des ign atio res rigidos» (0, en la len­ gua de rodo hijo de vecino, «etiquetas»); su conexi6n con las personas () I. IS cosas que nombran es la cade­ na de rransmisioll hi " <lrica a traves de la que han ido pasando de uno a Olro. Cuando quiso probar SUI;! II C en cl mu nd o del espectacu­

10, Myron Feldstein cambl6 su nombre par el de Frank Wi­ lliamson. Un dia, Ie dieron un papel protaganista en una

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porterra del edificio. Le pregunto que estaba haciendo alia, -No encontre el apartamen t o -Ie dijo ella. -~Por que no Ie preguntaste al po rtero?

-Lo pense, creem e. Pero la verdad es que no lograba re­

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y por que no habra ido a la fiesta.

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en su atico. Invito a su m ad re a la fiesta, pero est a no apa ­ AI dia siguiente se encontr6

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produccion de Broadway y 10 celebro con una gran fiesta

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It: us J l.rl'l.'l .1 QUill1 Illl. estoy liran do~

cordar tu nombre.

Frank 0, como Ie Hamada su madre, Myron, habia inrerrumpido la cadena de transmisi6n historica de «Myron».

LA FILOSOFiA DE LA AMBIGUEDAD

Uno de los conceptos conremporaneos, tecnicos y lingliisticos se conoce por «vaguedad», un nombre decepcionanremenre banal, La «vague dad» es un COIl­ cepto utilizado por filosofos lIamados «logicos dL Ia


154

l' l l O S OFiA D E L LEN C:UA I F

- - " PLAT6 N Y U N ORNlTORRI N CO h N I' I! Ar-, IN UN BAR.

ambiguedad» (en serio) para describir la cualidad de «(ener valor de verdad del uno al diez», en lugar de ser, simple y llanameme, verdadero 0 falso. «Es(e ho mbre es calvo», por ejemplo, se puede utilizar para rcferi r­ nos a todos los que esten entre Michael Jordan y Matt Lauer. Aunque, desde el pumo de vista de Man, el (ermino es demasiJdo vago. Algunos fil6soCos han co nsiderado que la vague­ dad es un defecro in here m e a todos los lenguajes na­ turales -del sueco al su ahili- y h an abogado por la construccion de un lenguaje artifi cial, (al como el ma remarico, con el fin de el imina r b vaguedad. En la siguieme hisl ori;l, d guanb csd inrentando mezclar un lenguaje n alllral vago con la p recision del lenguaje matemitico, con las consecuencias que cabe esperar: Unos turistas estan en el Museo de Histori a Natural ma ­ ravillado s ante los hues os de u n d in osau rio y u no de ellos Ie

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11\

(a las «memalidades duras». La mayoria de los fil6sofos mantienen que los lenguajcs vagos y naturales tienen una vemaja sobre el matem arico: nos dan m as margen. Una anciana de och enta anos irrum pe en la sala de es­ tar de los hom bres de un asilo. Blande el pu no cer rado y an uncia: -EI que adivine

10 que lIevo aqui podra acostar se co nm i­

go esta noche. AI fondo, un ancian o grita : -~Un elefan te?

La mujer piensa du rante un momento y dic e: -jCasi!

Lm /11 6~or0~ d\l ro~ pml rLt Il d:lrk Illw.l 1O Illa rgc ll a esra <t11Liana , pero no Jejadan de sefialar l'jemplos en los que la precision es imponante y la vaguedad de los lenguajes naturales serfa desastrosa. Tal vez un lengua­ je anificial habrfa podido impedir la siguieme tragedia:

pregunta al guarda: -~Sabe que antigue dad tienen esto s huesos?

EI guarda res pond e: - Tres mi ll ones, cuatro anos y scis mcses. -iQUe exactitud! -exclama el turist a- . ~y com o sabe su ed ad con tanta preci sion? EI guarda Ie respon de: -Bueno, los hu esos tenian tres mi llo nes de anos cuando empece a trabajar aqu i. y de eso hace cu atro anos y medio.

Un telefonista del 091 recibe una lIamada de un cazador muerto de mie do. -jMe he encontrado un cuerpo ensangrentado en el bosque! jEs un hombre y parece muerto! (Que debo hacer? EI telefonista dice, f lematico: -Todo va a ir bien , senor. Siga mis instrucciones. Lo pri ­ mere es que deje un momenta el telefono y se asegure de que esta muerto . Silencio al telefono seguido por el sonido de un di sparo.

William Jam es descri bio un espectro de maneras d pensar, que van desde las «mentalidades blandas» has­

La voz del hombre regresa: -Muy bien. Y ahora, (que?


[56

FILOSOFfA DEL l E NG UAJ II

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Tra~ un IlHlllH:lllu JL Vl'f'J.tJt:1Il p.iniu), d stflllr

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\Cll0r Coma \"Hil.lna que, (:11 d rUllllll, C;lIl., \'1:1 ,er.t

l11;i, 1.1 geIHt' '1Ut'

\t'

hajl Illli,iL.1.

[ Icnrrt'\ i\tJdor tOllll ide lon \1\ opinion.

- i!\1\1chi\'I11J\ gr .Kia,! -extl.tma.

Esto aclara todo 10 q ue hemos esrado ha­

blando, T ASSO: ~En DIM I T R I:

«chisre»,

que sentido? Lo que t li llamas «filosofia», yo 10 Ilam o


IVIIII

Filos ofia soc ial y pol itica /(/ fi/o,loft'" I"ditir;, y .\(/ci,'; "/Iord" el £(,IIIt! dc I" jll.lllO(/ t'l/ 1" WIHr/tid. ; //(11" 'jllr: 1I/'rt'>ilflJlIlJ,1 rf /(1.' .'.!.(lI)iu 11m? CtJlI/() dellalllli ,I,." nll/ffr.k' los /);01(',1 ( ; (,(ill/() podcll/o,. l'Jfr[b/(,(lT /III >ist!')"" J(I('ildjll,,/o! D'/Its ,'lies/foil/'S solid II (l,rilJlh:it' (1ft/lido d II/Ii,i jiw'/t' I" drdlll ,II IiIJr r/dll'l ('/I la (I,!J/'Ztl (lJlJ l/II 1'lIc-,o. PI'I'O II',/)' .1'1:R lo,1' (k/i/().IfII'~{ .wold)' /,(I/il II'tI , I" ,i(/I i(,I/'''/ h, 1/,:\~tlll{I If It! IIJIII 111Il/1" dr' ITII( 10., "i,il/',· \(111 lilli' III/ /IIIi..' di'l'fI/I/J" Tasso , podemos hablar de fi losoffa hasta el agotamiento pero , cuando se trata de abrirse paso a empujones a traves de las dificultades, 10 que de verdad me importa es tener m i casita, una oveja y tres comidas decemes al dia, Tasso empuja a Dimitri, DIMITRI: ~Que haces? TASSO: ~Que me impide empujarte - 0 empujar a otros- si me da la gana? DIM IT R I: jLos guardianes del Estado! T ASSO: ~y eUos como saben que hacer y por que? DIMITRI: jPor Zeus! No me digas que estamos ha­ blando otra vez de filosoffa .. , DIM IT R I :

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160

-----0> PLAT6N Y U N ORNI T O RRIN C O I:N T RAN EN U N BAR ...

EL ESTADO NATURAL

1: IU)S OF l iI SOC IAL Y POI I' r,! .\

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- Y ah ora t e ensefiare el campo n ume ro un o -d ijo una vez que se habian dado un atrac6n de za na hori as. Y !lev6 al

Los pensadores que, a 10 largo del siglo XVII y XVIII, se dedicaron a la filosoffa politica -como Thomas H ob­ bes, John Locke 0 Jean-Jacques Rousseau- explica­ ron el impulso de consriruir un gobierno a panir de la inseguridad en la q ue vivia el hombre en el caotico y violenro estado natural. No se referian solo a los peli­ gros que suponfan las fieras en la naturaleza; tambien pensaban en la ausencia de leyes, el riesgo de conducir en los dos senridos, los vecinos ruidosos, el adulrerio y todas esas cosas. Esos inconvenienres llevaron a hom­ bres y mujeres a organi'Larse en Estados soberanos. Se aceptaron los limites de las liberrades individuales en tanto que inrercambio justo en bien del Estado. Los investigadores del Instituto Nacional de Sanidad capturaron un conejo salvaje y se 10 lIevaron allaboratorio. Cuando lIeg6, se hizo amigo de un conejo que habia nacido

y se habra criado en ellaboratorio. Una tarde, el conejo salvaje repar6 en que no hab fan ce­ rrado bien su jaula y decidi6 apostar por la liberta d. lnvit6 al conejo de laboratorio a uni rse a la fuga . Pero este no 10 veia claro; no habia estado nunca fuera del laboratorio. Final­ mente, el conejo salvaje 10 co nvenci6 de que 10 intentara.

conej o a una co neje ra !len a de conej as. Tod o un paraiso do nde pasaron la noch e haciendo el am or co mo co nejos. Cuando esta ba apuntando el alba , el cone jo de lab orato ­ rio anunci6 que Lenra que vo lve r alla bora t orio. -,;,Por que? - pregunt6 el co nejo salvaje-. Te he ensefia­ do el campo numerotres, el de las lechugas; el num ero dos, el de las zanahoria s; y el nu me ro uno, el de las chi cas . ~ Por qu e quieres vol ver al laboratori o? - No 10 puedo evi ta r -respon di6 el conejo de laborato ­ rio-. jMe mue ro por fu m arm e un cigarrillo

'

Esas son las ventajas de una sociedad nrg:ln i'l.:H.\a . Al Jcscrih ir 10 llUl' Sl'rI.1 Lt vida h U Il1 ;}Il;1 .. in ningll­ na forma de gobierno, Hobbes caJ ifico d csrado na­ tural del homb re co n una serie de ad jerivos que se hi­ cieron famosos: «soli [ario, Jesposefdo, vi!, brutal y breve». No nos conSla que Hobhes (uera un comico, pero esas lisras que tiencn un cli l1 /,f'r\ al finJ. i ~iempre resulran diverridas, como b de b anciana q ue se qlle­ jaba de q ue la co m ida de Sll reside ncia era «fria, re­ p ulsiva, reqllem ada, asqll erosa y de porciones dema­ siado escasas».

-Te enseriare el tercer mejor campo -Ie dijo el conejo salvaje una vez que estuvieron los dos en libertad, y lIev6 al conejo de laboratorio a un huerto de lechugas. Despues de comer hasta hartarse, el conejo salvaje dijo: -Ahora te enseriare el segundo mejor campo -y se lIev6 al conejo de laboratorio a una plantaci6n de zana ho rias.

5. T ono camico basado en la di~c rep:lTl c ia enr rc las c1escrip­ ciones de un mismo hecho po r pane de d isri n ros tc\ti gos. Toma SLI nomb n:: de The expedifion ~rHlI mph,..1' Clinker, qu e sc w nsidera la obra m:is divertida de To bi as Smolle[, puhlil. ld.l en f771. (N. de La t.)


[62

- 0· PLAT6N Y UN OR NI TORR IN CO I·N J I( AI> 10 '" UN BAR.

Otro aspecco de la naturaleza humana que Hob­ bes no aneicipo fue 10 pineoresco de la vida en el es­ tado natural, especialmenee esos dfas en q ue algunos ineeneamos ponernos en coneacco con la mu jcr 0 el hombre salvaje que codos llevamos dentro.

FI L OSOFfA SOC I AL Y roLiTIt ,\

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que permitiera que el principe sob rl' viv icra po lit ica ­ menee. Aunque para el p rfncipe es m ejo r que Ie te­ rnan a que Ie amen, debe evi rar que Ie odi en, pues eso puede poner en peligro su poder. Lo mejor de todo es perseguir despiadad amen tl' tl pode r aren ­ ran do ser ho nrado. A saber:

ar

Trudy y josephin e se apun taron a un safari por la Austra­ lia meridional. Una noche un aborigen en taparrabos se

Una mujer denun cia a un hombre por haberla difa m ado,

col6 en su tienda, SJCO a Trudy de su catre y se la lIev6 ala

y los

jungla donde «Ie hizo 10 que Ie di o la gana». No la encontra­

clara que el ho mbre es cu lpable y Ie obliga n a pagar los da­

ron hasta la manana siglJl crlte. tumbada y aturdida al pie

nos y perjuicios . Tras el j uicio. el hombre Ie pregunta al juez:

de una pa lm era. La conduJ crO ll il toda prisa al hospital de

-(Significa esto que ya no podre lIamar (cerda» a la se­

cargos consi sten en qu e la ha IIama do ((cerda». Se de­

Sidney para que la exami ll Jrall y sc recupe rara . AI dia si ­

nora Harding?

guiente, josephine visit6 a Trudy, y vio que su amiga esta ­

EI juez dice:

ba muy decaida.

- Exactamcnt

-Te debes de sentir fa t al-dijo josephine .

- (V t ampoco pu edo lIamar sen ora Hardin g a una cerda?

-iClaro que me siento fatal! -respondi 6 Trudy- . Han

-Si quiere -Ie dice el juez-. Usted puede lIamar senora

pasado veinticuatro horas y ni una posta l, ni unas flores ... ini siquiera me ha lIamado!

Harding a una cerda. Eso no constituye delito alguno. EI hombre mira a la senora Harding a los ojos y Ie dice: -Buenas tardes, senora Harding.

L A L E Y DEL MA S r- U E RTE

A M:llj ui .lve]o, ;J\lw r de U prllmj)l' en cI . . iglo XVI, se Ie conon: como d pad re del moderno ant de gober­ nar porque aconsejo a los p rfncipes renaceneistas que ignoraran los estandares aceptados de 10 que era la vircud e «incurrieran en el mal cuando fuera necesa­ rio». No reconoda ninguna autoridad mas elevada que el Estado, asf que los consejos que les daba a los prfncipes eran ... en fin , maquiavelicos. Admi tio sin empacho que consid eraba una vircud codo aquello

Los chistes han reconocido siempre que el fraude maquiavelico nos ha teneado a codos, especialmenee cuando estamos casi seguros de que no nos pillaran. Un hombre gana 100.000 d61ares en Las Vegas y, como no quiere que 10 sepa nadie, se los IIeva a casa y los entierra en el patio. AI dia siguiente, regresa y se encuentra un agu­ jero vado. Ve huellas que se dirigen a la casa de al lado, donde vive un sordomudo. Decide pedirle a un profesor que vi ve en la misma calle, y conoce el lenguaje de los sign os,


164

~I Lo so FfA SOC IAL Y 1'( '1 ( 1 1" ,\

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que Ie acompane a hablar con el vecino, EI hombre empuna

-De acuerdo , participare en el juie io - d ice la se nora

su pistola, y el y el profesor lIaman a la puerta del vecino ,

Parker-. Puede que este equiv oe ada en 10 de la pena de

Cuando el vecino contesta, el hombre agita la pi sto la ante

muerte.

su cara y Ie dice al profesor: -iOile a este tipo que, si no me devuelve mis cien mil d6lares, Ie pego un tiro aqui mismo! EI profesor Ie tr ansmite el mensaje al vecino, quien res ­ ponde que ha escondido el din ero en su jardin , bajo un ce ­ rezo, EI profesor se vuelv e /) J("IJ el hom bre y Ie dice: - Se niega a decirlo . Di e!' que antes muerto ,

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N o const iruye nill gu l l,l ,\Ulj11 l ·:-..1 qUl' Maquiavel o fuera defensor de la P Cll:l de m uene, PllCS LO g ut: para el principe siempre sed mejo r que Ie consideren se­ vero a que Ie con sideren magn<1nimo. En orras pala­ bras, era de la mis ma op inion q ue el dnico gue de­ d a: «La pena capital signi llca que nUl1cJ. renciras qLl e "" » ' " ~ 0 tra vez ru~ deClr: Po r mas honestos que parezeam os a simple vista - 0 incluso en nues rras memes­ , M aqu iavelo erda q LIe todos rCllcmos Iln cor~l/l)1l nug uiavel ico,

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A la senora Parker la eonvoca n para forma r parte de un jurado pero ella pide que la d ispensen , puesto que no cree

F EM I N [ S M O

en la pena cap it al. EI defensor publico Ie dice: -Senora, no es un juic io por ases inato , Es un proceso ci­ vil. Una mujer ha denunciado a su ex marido porque perdi6

He aqui LIn acertijo con el que 1a genre se ha deva na­ do los sesos durante deead as :

en las apuestas lo s veinticinco mil d61ares que habia pro­ metido invertir en las reformas del bane como regalo de cumpleanos para ella,

Un hombre es testigo de un terrible accidente en bieicle­ ta de su hijo . Sale corriendo , 10 co ge, 10 coloca en el asiento


166

PLAT {) N \' UN ORN I TORR I N CI) r N I "' AN oN l l N BAR . . .

de atras de su cache y se va corriendo a urgencias. Cuando Ilevan al chico al quir6fano, su cirujano dice:

do b BlH.: Il'.d I Ii I 1111.1 l' l ll "l"LI I'll I It' ,II' "Yl'J" t'" ,kr.:rllliJ1.lr qllj(:n luhi.1 ,ido d 1ll.IYIlf lil(i\l)I~' de

1..:1.1.\11

1.1 hlllll.lllid,ld, Ill' Sl' Illdll\'(i a n ingull,l Illllj\'1 Cnrrl' . In\ \"LlIHl' prillll'ro, IJlIll1hrr:\. (<::lll(i Karl ,\ IJrx . ) 1.1\ Illll jen.'., Jl' Il'l ra\ de IfI,l" d 111ll1lllt) 1111)111.11" III \'11 u',­ ~

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dt' l',r,lha la I..'n',I~ j'I,l nll'dll'V.1i HildL'g,lIda de Hlf1gl'l1? ~ 1)"1 'pie e\(lu ji a rilli',1 t..ll.lIldtl Ahdardo, quI..' ;]prl·n · di, ', 1.1I111l til' ell., (1111111, 11.1 tit. d . "\I;III,ll IlIlt' II" \',11.1 do" 1.1I11I'pl\ Iltl l.·IIII,' IIl~ \l·i,ll,' 1'1 iIIit'll") . 1)lIivll'~ hahi.l ,llIl"I".!" ,Il 1\1.11\ 1\,1t'11, 1'11l11lil"lIlll1lo,I I dl"I·,i­ gill

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2C6mo es posible?

jEh, vamos! jEl ciruj ano es su madre!

Hoy en dia, el au: nij o no desconcertarfa ni a Rush

Limbaugh;6 cI nt'lI1 l l ' ro Jc m edicas de este pais se esra equiparando d pi d .lm l'tHt: al numero de medicos. Esra claro que es un;} lk las co nsecuencias del poder de la filosoffa feminist.l til' finales d el siglo xx.

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-iOh, Dios mio! iEs mi hijo!

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6. Locuror de rad io)' comenrarisra politico de signo COI1­ servador. Se consid era que contribuyo a la victoria electoral del Parrido Republican o en 1994. (N. de la t.)

El despcn:l r dt: !:.t f1l osoffa feminisra se rCJl10 nta al siglo XV III y :I b o bra seminal (20 habrfa qUl' dccir ovular?) de Mary Wollstonecraft Vindicacion de los derechos de Lf{ mujer. E n este tratado, acusa nada me­ nos que a Jea n-Jacques Ro usseau por haber propues­ to un sistema educa tivo inferior para las mujeres. El feminismo emprendio una reinrerp retacion del existencialismo del siglo xx con la pub licac ion de El segundo sexo de la filosofa (y amanre dl' J i,'an- Pa ul Sartre) Sim o ne cle Bcau voir. En S lf oh r:t. h cscrirora francesa aflrm o que llO l'xisrla 10 que .'it: tla en lI amar feminidad esencial , y que ese concepto no era sino una camisa de fuerza que los hombres habfan im­ puesto a las mujeres. Por el contrario, las mujeres eran libres de crear su propia ve rsion de aquello en 10 . . que conslste ser mUJer. Pero 2hasta que punto es elastica la idea de femi­ nidad? 2Acaso el aparato reproductor con el que na­ cemos no tiene nada que ver con la identidad de ge­ nero? Algunas feministas posdebeauvoirianas aSI 10 afirman. Sostienen que nacemos todos con una se­ xualidad en blanco; que obtenemos posteriormente nuestra identidad de genero a partir de nuestros pa­ dres y la sociedad que nos rodea. En nuestros dfas, el aprendizaje de los roles de genero se ha complicado como nunca antes.


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Dos gais estan de pie en una esquina cua ndo pasa una

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Un hombre esta sal iend o con tres m ujeres a la ve z e in­

rubia maravillosa y escultu ral enfundada en un vestido de

te ntando decidir con cual se casara. Le da 5.00 0 d61ares a

gasa muy corto y ajustado.

cada una para ver que hacen con el din ero.

Y Ie dice uno de los hombres al otro:

- iEn momentos co mo este, me gustarfa ser lesbian a!

La prim era se somete a una sesi6n de belleza integra l. Va a un sal6n de bell eza donde la peinan. le hacen la manicura y un tratami ento facial. y se compra ropa nu eva. La chic a Ie

~Son reaJm cnre los roles de genero tradicionales

un mero COIl ~ rn ll l o social, invemado po r los h o m ­ b res para seguir su bordinando a las m ujeres ? ~O son roles derermi nados 1101 la hiologia? Es un enigma que sigu e divid iendo I al Illt a fi lo sofos como a psico­ logos. Algunos pensad m l'\ dl" pl'W ~l' inclinaron clara­ me nre por el derer m in;ll1ll' hi,)I("giu) de ]a diferencia. Por ejemplo, cuando Freud d eclaro que «La ana­ tomia es el desrino », esraba uril izando un argumento releologico para sacar a colacion q ue la manera en que esra. formado el clI crpo de una m uj er dererrnina su roJ en Ja sociedac.l. Lo quI.:' no l'!>d claro es a q ue atriburos anaro micos se refe ria cuan do co nduyo que planchar era cosa de m uj eres. O u o derermini sra b io­ logico es David Barry, qu ien senal6 q ue, si un a m u­ jer riene q ue opear entre coger Ia peJ ou tie beisbo l sa lvar ]a vid a de li n nino, l:scogerl.l !l.llvark: Ia vida al n ino, sin comp robar !>iquiera si h abfa un hombre en lel base. T ambien !>e plantea la cuesti.o n de si los hom bres eS ta n, a su vez, determ inados biologicamente. P or jemplo , ~es por su anatomia por 10 q ue los h o m bres estan predispuesros a utilizar crirerios primitivos a Ja hora de elegi r esposa?

dice que 10 ha hecho pa ra resultarle mas atract iva, po rq ue ella 10 quiere mucho. La se gun da Ie comp ra muchos rega los. Un juego nu evo de palos de golf. algunos acces orios par a el ordenador y ropa cara . Le dice que se ha gastado todo el dinero en eI, porque 10 quiere mucho. La tercera invierte el din ero en bolsa . Lo recu pcra con creces. Le devuelve los 5.000 d61ares y rei nvie rtc el rest o en una cuenta conjunt;). Le dice que ha in vcrt ido en el futu ro de ambos porq ue 10 quicre much o. LA quien elige? A la que tiene las tetas mas grandes.

I ,tll.lllr I.! LlI~'\tllll1. ;~ .1. l ' 1111 l ' lin ... hi'l.. •II:/!,'•• ,IIJ;'I, •• 1'1,ltl:

dll~l( .lIl1jILlIIIIII'.I.1 (l

He aqui orro tex w que aboga por las diferencias esenciales entre hom bres y muj eres. Tienen que ser esenciales porque el Primer Hombre vivio libre d e conSLrucws sociales y su impulsividad era, por co nsi­ . . gUlen te, lOnata.


' 70

-C' l'I. A T6N Y UN ORNITORRINCO fNTHi\N EN UN BAR .

Aparece Dios ante Adan y Eva en el jard in del Eden y anuncia que tiene dos dones, uno para cada uno , y que Ie g ustaria que eligieran cual quieren.

FILO SO F1A SOC I A L Y PO J. iT I (:i\

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1/ 1

Una mujer pierde definitivamente la compostura y va hasta la pa rte delantera del avion gritando: - iSOY demasiado joven para morir!

-EI primer don es el de orinar de pie -dice .

Y lue go afiade, a todo pulmon :

Adan, sin dar tiempo a Eva reaccionar, dice:

-Muy bien. Si voy a morir, quiero que mis ulti mos mi­

-c: Mear de pie? iDebe de se r la leche! iEse 10 quiero yo! -De acuerdo -dic e Di os- . Te 10 concedo, Adan . Eva , a ti te toca el otro: los orl:1.asmos m ultiples.

nutos en la Tierra sea n memorables . iNadie jam as m e ha hecho sentir m ujer! Pero esto no se va a quedar as i: c: hay al­ guien en est e avion q ue me pueda hacer sentir mujer? Durante unos in stantes, reina el silencio. Todos han 01 ­

Las consecuencia~ ~(l( i.tles y po liticas del feminis­ mo so n legion: derecho .Ii VOlO , leyes de protecci6n para las vlcrim as de Viol. ll IOlll·~, mejor rrato y com­ pensaci6n en el lug.l r d e.: I r:lh,l jo. Rl:c il'IHemenre, otro avance del feminis mo se ha convenido en rerro ­ ceso para los hombres. Ha catalizado en una nueva categoria: los chistes polfricamente incorrectos. El hecho de catalogar un chiste que se rie del fe­ minismo como pol1ticamenre incorrecto Ie afiade una nueva dimensio n a la broma: «Ya se que esre chiste va en contra de la fil osofia liberal aceptada pero, venga ya, ~es que ya no podemos refrnos d e nada?» AI context ualizar eI chisle d e eS[t; modo, el h umorisra reivi ndica su irrevereneia , u na caliuad q ue p ued e haeer que las bro mas sean aun m as ch istosas. socialmeme mas peligrosas para el humorisra, como se puede ve r en esre cLisico:

o

vida do que esta n en peligro y contemplan atanitos ala mu­ jer en mitad del pasillo . De pronto, uno de los hombres qu e esta al fonda se levanta . Es u n cachas alto y bronceado, con una mata de pelo negro, y avanza por el pasillo lateral, abriendose la americana. -Yo puedo ha cert e se nti r m uje r - Ie dice. Nadie se m ueve. A me di da que el hombre se acerca a ella, la mujer se va excitando mas y mas . EI hom bre se qui­ ta la camisa . Su pecho es todo musculo cuando se deti ene junto a ella . Entonces alarga el brazo con el que sostiene la camisa, se la da a la temblorosa mujer y Ie dice: -Planchame esto.

La reacci6n a ese em bate de chisres polfticameme inco rrectos fue una nueva proliferaci6n de histo rias que empiezan como los dpicos chisres machistas, pero que luego Ie dan un giro por el que la que re­ sulra bien parada es la mujer.

Durante un vuelo transatlantico, el avian cruza una im­ presion ante tormenta. Las turbulencias son terribles, y

Dos hombres, crupieres de un casino, estan esperando

todo va de mal en peor cuando cae un rayo en una de las

ante la mesa de los dados . Llega una rubia explosiva y

alas.

apuesta 2 0 .000 dolares a una sola tirada de dados .


17 2

~.. PL Al (,:-.: Y \ ' "

OR NI [ ORR INC O ~. N · I K ,,, [1' liN B I\ll.~

-Espero que no os importe. Pero la su erte me sonrie mas cuando estoy desnuda - dice mientras se quita la ropa.

rILO SO F(" SOC IAL Y 1' (1I il'll ,\

1 '1

Ella no dice n i pio, se lim ita a pasarle u n billete de 5 d6­ lares .

Tira los dados y grita:

Entonces, ella Ie pregu nta:

-iVenga, carino, mama necesita ropa nueva!

- ~Que es 10 que sube un a coli na can tres piernas y baja

Cuando los dados se det ien en, ella empieza a dar sal to s, gritando:

con cuatro? EI medita la resp uesta d urante un la rgo rata pe ro, fi nal­

-iSi! iSi! JHE GAN ADO! JHE GANADO!

mente, se ve obligado a admitir que no tiene ni idea. Le

Abraza a cad a uno dr los crupieres, cage la ropa y 10 que ha

pasa 50 d6lares.

ganado, y se march a inl1woiatamente. Los crupieres se miran uno al otro, boquiabierto ~. I inalmente, uno de elias pregunta :

La rubia m ete el dinero en su cartera si n hacer nin g un comentario.

-(Que jugada Ie ha s,l li dni

Y el abogad o in si ste:

Y el otro respo nde :

- Un momento, ( cual es la respuesta a tu pregunta?

-N o 10 se , pe nsaba que 10 eSlJb<l(' m irando tu .

Y, sin ni una palabra, ella Ie tiende un bil lete de 5 d6 ­ lares .

Moralej a: No rodas las rubias son tomas, pero ro­ dos los ho mb res son ho mbres. A com inuacion , os ofi·ecemos oero ejcmplo del ge­ nero neofeminista. Una ru bia esta sentad a ju nto a un ab ogado en un avi 6n . EI abogado insiste en que juegue n a alga que va a dete rm i­ na r quien tiene mas conocim ie ntos ge nera les . Finalm ente, el propa ne darle u na ven t aja de uno sab re diez. Cad a vez qu e ella no sepa la respuesta a una de sus preguntas, de­ bera pagarle 5 d61ares a el. Cada vez que el no sepa la re­ puesta a una de las preguntas de ella, el Ie pagara 50 d6­ lares. Ella accede yelle pregunta: -~Cual es la distancia que separa a la Tierra de la estrella

mas pr6xima?

FI LO ~od A!> ECON6M l CA ...

En la primera frase del li b ro c1asico d e Roben: H eil­ broncr sobre los eco nom isras reoricos , The Wordly Philosophers, el auror admire .q ue <t es te es lin !ibro sa ­ bre lInos cuamos hom bres con una curiosa r~ i v i ndi ­ cacio n de la [ama». Sf, incluso la econom{a lien e sus p ro pios filosofos . £ 1 fi1osofo y econo misra escoces Adam Smith es­ hay que decir seminal?) Tra­ cribio su obra ovular tado sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones eI mismo ano que se declaro la independen­ cia de los Estados Un idos de America. La obra esta­ blecio eI ameproyecro del capi(alismo de libre mer­ cado. Una de las facul tades del capitalismo, seglin Smi th, es

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17 4

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P L AT 6 N Y U N OR NIT O RRIN C lJ I; /'n

R AN I. N UN B A R . .

que promueve la creatividad economica. Parece que el interes propio, igual que la perspectiva de que Ie cuel­ guen a uno, ayuda a concentrarse. Un hombre entra en el banco y pi de un prestamo de dos­ cientos d61ares duran te seis meses. EI agente bancario Ie pregunta que bien es pued en avalarle. EI hombre responde: -Tengo un Roll s-Royce. Aqui tiene las Haves. Quedese­ las hasta que acabe de devolver el prestamo. Seis meses despues el hombre regresa al banco, paga los doscientos d61ares mas d iel d61ares de intereses y recupe­ ra su Rolls. EI agente ba nC;J rio Ie dice: -Senor, si no es indi scrcc ion, lcomo cs pos ibl e que un hombre que conduce un Rolls necesit e un prestamo de doscientos d6lares? EI hombre responde: -Tuve que irme a Eu ro pa durante seis meses y.ld 6nde. sino aqui. podia guardar el Ro lls por s61 0 diez d6lares?

Segun la teoria capitalista, la «discipl ina del m er­ cado» regula la econ o m la. U n buen control d e ex is­ tencias, por ejem plo , puede suponer Ja vClHaja co m­ peti tiva de un ne2:ocio. ENTREVISTADOR: Senor, ha amasado usted una fortuna con­ siderable a 10 largo de su vida.

~C6mo

hizo el dinero?

MILLONARIO: En el sector de las palomas mensajeras. ENTREVISTADOR: jPalomas mensajeras! jEs fascinante! cuantas habra vendido? MILLONARIO: 5610 una. pero siempre regresa.

~y


176

-!:'> I' LATON Y U N ORN I 'lllRHI N I () I N I ~ "" I, N U N B A " ••

A medida que el capira lismo ha ido evolucionan ­ do, la fJos ofia de la economia ha renido qu e ir po­

'\

niend ose al dia, Las innovaciom:s del mcrcado han inrrod ucido comp lejidades que ni Ad am ~Ill il h ni los fi losofos chisicos de la ecollomiJ pod iall imagi ­ naL El segu ro m ediLO, por ejemplo, ha creado un contexto en el que:: cI imeres del comprador consisre, p recisamentc, C II no reclIperar Sll dincf"l). Esti cl aro que comp rar pork-/)('/IY/lItllrel es disri nto a comp r:n un ma rrano para la II1 .H;lnza. U na de estas in nova­ ciones, a las que no pa rt:Ll'n aplica r<;e las chisins leyes d el mercado, es la ri hl 0 1m ~()rrc()s, Jean-P aul, habita nt e de la Acad ia can ad iense, se mud6 a Texas y Ie comp r6 un asno a un viejo gra nJero a ca mbio de

FI Loso r {i\ SOC I " L Y I'lll

i , ,, .\

-(Iaro que sf. Tome nota. Pero no Ie diga a nad ie que est a mu erto. Un mes mas tarde, el granjero se encuentra con el cana ­ diense y Ie pregunta: -~(6mo

acab6 10 del asno?

-Lo sortee. v end i quin ientos numeros ados d61ares y ob ­ tuve unos beneficios de ochocientos noventa y ocho d6lares. - ~y

no se qu ej6 nadie?

-5610 el que gan6. Pero Ie devolvi sus dos d6lares.

Los econo m i ."la~ clasicos tampoco Ie prestaron mucha arencion a 10 que hoy damos en llamar «valor oClI lco »: por ej emplo, el trabajo no re m llnerado que realizan las m am as q ue se quedan en casa. Esta his­ coria ilusu a eI co nccpro de v ~li or ocul ro:

cien d6lares. EI granjero se co m promet i6 a Iteva rl e el asno al dia siguien te . AI dia siguiente, el granjero IIeg6 con su f urgo net a vada y dijo: -Lo siento, per o t raigo malas po tic ia s. EI asno ll a m uert o. - Bueno, pu es devuelvame el dinero .

Un f amoso coleccionista de arte pasea par la ciudad, cu ando repara en un gato sarnoso que esta lamiendo leche de un platito de postre, colocado ala puerta de una tienda. Piensa, y pondera dos veces 10 que va a hacer. Sabe que el pla tito de postre es muy antiguo y valioso, asi que entra en la t ienda y se ofrece a comprar el gate por 2 d6lares .

- No puedo, porque ya 10 he ga sta do .

EI propietario de la tienda repl ica:

- De acuerdo, pu es deme la besti a.

-La siento, pero el gate no esta en venta .

-~Que qu iere hacer con ella?

EI coleccionista dice:

-La voy a sortea r.

-Por favor , necesito a un gate hambriento en casa para

-j No puede so rt ea r un asno muer to!

que cace a los ratones. Le doy veinte d61ares por el gato. -jVendido! -dice el propietario. Y Ie entrega el gato .

7 . Parric lp,lC iones burs:l ri ics en eJ co m ercio de r .lI1u.'!a de ce rdo, una de las rral1sacciones co m crciales en la!> que ~c cspe­ cializo el C hicago Mcrcanril Excha nge desdc J9()1. (A'. de Itt t.)

-Digo yo que por veinte pavos deberia poder lIevarme el platito -dice el coleccionista-. EI gate se ha acostumbra ­ do a el , y yo no tendre que desperdiciar un plato.


l78

-----0 PL AT6N Y UN OR NIT O RRI N ell I N rR A N Jo N UN B AR ...

-Lo siento mucho, amigo -responde el propietario-. Pero ese es mi platito de la suerte. S610 esta semana ya "e­ vo vendidos treinta y ocho gatos.

No obstante, hay que concederle a Adam Smith que supo preyer los peligros intrfnsecos al crecimien­ to desenfrenado del capil alis mo, tal como la apari­ cion de los monopolio\, Sin emba rgo, fue Karl Marx, en el siglo XIX, el q lIC d abo ro una fil osofia economi­ ca que atacaba la inevi l.l blemente desigual distribu­ cion de los bienes inhen:ll lc a Ja estructura del capita­ lismo, Con el advenilll icl1w de la revolucion, del gobierno de los hombn:!> <..Ulll ll llCS , di jo M:ux, se eli­ minara.n todas las diferencias en rre ricos y pobres; una disparidad que va de la propiedad al credito. Recientemente estuvimos en Cuba, comprando cigarros puros baratos - y embargados- y una no­ che fuimos al C lub de la C omedia de La H abana, donde oimos 10 siguiente: JOSE: jQue locura de mundo! Los ricos, que pueden pagar al contado, compran a credito. Los pobres, que no tienen dinero, tien en que pagar al contado. lN o te parece que Marx dirfa que debe ser al contra rio? Los pobres deberfan poder comprar a credito, y los ricos deberfan pagar al con­ tado. MANUEL: Pero, si fuera asf, jlos propietarios de las tiendas

fl L OSOF tA SOC IA L Y i' O I (, II · .'

11'

Segun Marx, la dictadura del hOlllh rc comull que sigue a la revolucion va seguida, a su vez, de la de­ saparicion del Estado. Por eso opinamos que el anar­ quista radical que habia en Karl Marx no ha hecho mucha fortuna .

r E,S'J !Cu:i1

1 1 ~· I 'I' ;\1.11\ ,'\ Ill.i, .1Il.lfljui"a?

"F~ illl·\'il.lh',' '1"\'1.1 .. p.l O \l l ~ ,:J( l l· l l.I'''~

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) ("rtlllho, (]lIt' .!ijll: FII(,),IIILI l'l IlIt. inl , llIli~o lk'11H1m hr~ t" 1,1 lilll!'. I"kJlll1l del jlcrrll l·q.i r,ll) 11\(111"11 qilL l)O lOt: pIIl'd, ll'lT jlLrro.

Tal vez rc estes prcgunrando « ~ C Ll :il cs c x ac(;lIllCII ­ re la diferencia entre capitalismo y co m u nisnlO ?» o tal vel, no. Pero , de cualquier modo , es basranre sencillo. Bajo el capiralismo , el hombre explota a SLi projimo. Baj o el comunismo, ocurre 10 contrario. Este acertijo llevo a una solucion de compromiso entre capitalismo y socialismo conocida como social­ democracia, en la que se contemplan beneficios para los que no pueden trabajar y existen leyes que prote­ gen las negociaciones colecrivas. Pero los compromi­ sos obligaron a los de izquierdas a aceptar a extrafios compafieros de cama.

que vendieran a credito a los pobres no tardarfan en estar en la ruina! JosE: Mejor, iasf ellos tambien podrfan comprar a credito!

Un dependiente va a Parfs para asistir a un congreso sindical y decide visitar un burdel. Le pregunta a la pro­ pietaria:


180 - - " PL A T()N Y IN O RNITO~ R I ~ C ') I N I J< ~ " HI t ' l' BAR .

-~Este establecimiento cumple con el convenio colecti­

F I LOSO F i A SOC I Al. Y I' P' j II' ~

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los meses. La vaca estaba pastando en los ter renos de Pot ­ ter , pero Fenwood no Ie pagaba. Finalmente, el senor Potter

vo del ramo? -No, aqu! no funciona as! -Ie responde ella . -~y con que parte se quedan las chicas? - pregunta el

fue aver al senor Fenwood y Ie dijo: -5e que estas pasando por dificultades econ6micas, asi que vengo a proponerte un trato. Hace diez meses que

sindicalista. "-De los cien euros que me pagas, ochenta son para m! y

dejo que tu vaca past e en mis tierras por 10 que me debes doscientos d6lares, 10 que cuesta una vaca. ~Que te parece

veinte para la chica . -jEsto es una exp lota ci6 n intolerable! -exclama el

si me quedo con la vaca y quedamos en paz? Fenwood se 10 pens6 durante un momento y dijo:

hombre. Y se marcha . AI cabo de un rato, en cuentra otro burdel donde la pro­

-5i te la qu ed Js un mes mas , jtrato hecho!

pietaria Ie dice que es un ncgocio legal y sindicado. -~Cuant o Ie toca a la

chlt .1si yo Ie pago cien euros?

FIL OS OF f A D E LA LEY

-Ella se queda con OC henlJ curos. -iFantastico! -dice-. IMe gustaria quedarme con Co­ lette! -Me parece muy bien -dice ell a-. Pero Therese tiene mas trienios.

La teoria econo m ica riende a incu rri r en la falacia de «trazar distin ciones do nde no hay diferencias». Por ejemplo, ~que dire rencia de p rin cipios hay entre el bienesrar de los po bres y la reduccion d e impues­ ros para 10,) ricos? En esre chisle, el senor Fenwood u tiliza una estra­ tegia que lleva a cabo una distincion economica sin diferencia algu na: EI senor Fenwood tenia una vaca, pero no disponia de pastos. Fue a ver a su vecino , el senor Potter, y se ofreci6 a pagarle 20 d61ares mensuales a cambio de que permitiera que la vaca pastara en sus pastos . Potter accedi6 . Pasaron

La filosoffa de la ley, 0 jurisprudenci:l, esrudia las CllCSl iOI1l:s h:bi cas rail's ( O l ll O : « ~ CLl;iI cs d ()hjcro de la ley?» Existen varias teo rias basicas al respecro. «La juris­ prudencia de la virtud», derivada de la etica arisrote­ lica, es la opi nion que defiende que las leyes deben fomentar el d esarrollo de un cara.cter virtuoso. Los defensores de la jurisprudencia virtuosa pueden sos­ tener que la ordenanza sobre decencia publica (que p rohfbe orinar en lugares publicos) pretende fomen­ car el desarrollo de modelos morales mas elevados en rodos los grupos, especialmente el de los que se ori­ nan en publico. (No obstante, tal vez un jurado compuesro por meones en publico no estarfa de acuerdo. ) La deontologia es un punto de vista, sostenido por Immanuel Kant, que defiende que el proposiro de la ley es coditlcar los deberes morales. Para los deonto­


182

--C'. PL AT6 N Y UN O RNI TO RRI NL () LNIf{AJ\ E N UN BAR ...

logos, la ley antipipf se basa en el deber de todos los ciudadanos de respetar la sensibilidad de los demas. EI filosofo utilitarista del siglo XIX, Jeremy Ben­ dum, afirmaba que el objetivo de la ley es producir las mejores consecuencias para el mayor numtro de personas. Los utilitaristJs podrfan sostener que la ley antipipf conlleva mejorcs consecuencias para un ma­ yor numero de person as (los ciudadanos), que con­ secuencias negariv;)s para las pocas personas que se orinan en lugares pllhli co .... Por 10 que estos ultimos deberan cambiar eSJ cm lllll1 hre social que tienen tan arraigada. Sin embargo, como ~ 'J(..' k o l li rr i r CII fil osofia, la primera cuestion que los ciuuauanos ue a pie Ie plan­ tearon a los teoricos fue: « ~ Existe alguna diferencia pd.ctica - pongamos, en el tribunal de la juez J Udy8 ­ entre estas teorfas tan mo nas que os han salido?» Cualquiera de las tres teodas podrfa jusri fi car no solo la ordenanza sobre decencia p ublica, sino tambien los princip ios legales archiestableci dos, ta les como la idea de que imponer una pena por un crimen res (a­ bleee el eqll ilibro en la bal anza de la justicia. Cabe justificar eI cas tigo desde la perspectiva del desarrollo de la vi rtud (rehabili taeio n), desde la deontol6gica (penalizar las violaciones d e los deberes publicos) 0 desde un punto de vista utilitarista (impedir futuras consecuencias funestas). 8. Comrovenido reality show televisivo que pone en escena falsos juicios presididos por la juez Judith Sheindlin y basado s en casos judiciales au temicos . (N de La t.)

FJL OSO FJ A SOC I A l. Y I'tli li lt

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In,

Los que no son filosofos , tal VCl. se prcguntcn: «Si estamos todos de acuerdo con las repercusiones, ~que sentido tiene discutir por que imponemos las pe­ nas?» La tinica cuestion realmente de orden practico es como equiparar un acto ilegal (por ejemplo, insul­ tar a un fllncio nario del juzgado), con su pena co­ rrespondicm c, por ejemplo , una multa de 20 d 61a­ res. ~QlIe os parece la equiparacion? Un hombre espera durante todo el dia en el juzgado de tr,Hico a que se vea su causa. AI final, comparece ante el j uez, quien Ie dice qu e t endra que volver al dfa siguiente, porque se han pospuesto todos los juicios para ese dia. Exasperado, el hombre pregunta: -.!, P(lra que demoni os t cngo que volve()

EI juez replica: -iVeinte d61ares de multa por desacato! EI hombre saca la cartera y el juez Ie dice: -No tiene que pagar hoy. -Queria ver cuanto lIevo para ver si puedo permitirme un par de palabritas mas.

Ouo de los principios legales muy conocidos es la falibilidad de las pruebas circunstanciales. Una vez mas, los ues teoricos abstractos estarfan de acuerdo. Un tea rico de la j urisprudencia virtuosa podrfa argll­ men tar que los exigentes estandares de 10 que es jus­ to ante un tribunal proporcionan un modelo de vir­ tud a los ciudadanos. Para el deontologo, las pruebas circunstanciales pueden quebrantar la obligacion universal de ser escrupulosamente justos con los


184

-1:;>. Pl. ATclN Y UN ORN I TOIlIU N C() I N I IC\N

1· 11 Cl~ o r i" SOC IA\. Y P"LiT ICA

io N UN BAR ...

demas. Para el urilitarista, el uso de las pruebas cir­ cunstanciales puede acarrear la consecuen cia indesea­ da de llevar a la carcel a un inocente. De nuevo , una mente mas pdctica podria pre­ guntar: «< A quien demonios Ie importa por qu ~ so­ mos tan cautelosos co n la ~ p ruebas circunstanciales?» Desde un punto d e Vi\r3 pragmatico, nos bas ta con alega r su fal ihilid .ld, igll .t1 q ue la m uj er de la siguien­ te historia. (Adv icrt ;l "'C . . u habil urilizacion d e la re­ ductio , ad absurdum.)

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Un juez ll ama a los dos abogados enfrentados a su des­ pacho, y les dice: -La ra z6n por la que os he lIamado es porque me habei s sobornado los dos . Am bos abogados se mueven, inqui et os, en sus butacas. - Tu, Alan , me has dad o quince mil d6lares. Phil , tu me diste di ez m il. Ei juez Ie entrega un cheque de cinco mil d61are s a Ala n y dice: - Ahora est Jls a la par, po r 10 que en este caso voy a de­ cidir con ecu an irni dad .

Una pareja se va de vCl c.) clu llcs a un centro turfstico de pesca. Mientras else ec ll J una ~ ic !:. la , l' IIJ dec ide co ger el bote e irse allago a leer. Pero , cu ando ella esta t omando el sol, se acerca el sheriff local en otro bote y Ie dice : -Aquf no esta permitido pescar, senora. Voy a tener que detenerla . - Pero, sheriff -se queja la mujer-. Si no estoy pescando . EI sheriff insi ste : -Senora, lIeva usted todo el equipo necesario para la pesca. Tengo que lIevarmela. La mujer dice: -Si 10 hace , sheriff, voy a t ener que denunci ar le por vio­ laci6n. -Pero si no la he toeado -exc\ ama el sheriff. -Va -dice ella - . Pero tiene usted todo el equipo nece ­

Si el objetivo de p ro hibir los sobornos e<" l1l11Ca­ me nte, proscribir las vinlacion es del dchcr tie rra ta f 'e)J1 l"<]II id :HI :1 lo d o (' I mun d o, p odl'IlJOS co ncederl e al juc/.q ue ;1 u:p lar sobornos iguales cquiva le a no ha­ ber aCl' ,~rado ningli n sobo rno. Lo mismo cabe dec ir si el proposjro de prohi bir los sobomos es garantizar la imparcialid ad en la produccion utilitarista d e las buen as eonsccut' llcias. Aunque seria much o mas di­ fleil defen d er que aceptar sobornos iguale~ (o menta la vir rud tamo en la persona del juez corr ) en las de los abogados. Basta nte m erito tiene haber llegado hasta aquf sin eomar ni n gu n chiste de abogados, <no os pareee? Aun q ue, naruralmente, so mos humanos .. .

sar io para hacerlo . Un abogado Ie manda una nota a un cli ente:

Si n em bargo, hay princip ios legales en los q ue sf eXlSten grandes dife ren cias segun la teorla basica que ado ptemos, tal como se ilustra en esta histori a:

«Querido Frank: Ayer me pareci6 verte en el centro. Cru ­ ce la calle para saludarte, pero no eras tu. Te facturo una aecima parte de una hora : cincuenta d6Iares .»


186 -Q. PLAT O N Y UN OR NI TORR I N CO E N 'I IU N E N U N BA R ..

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DIMITRI: Me has inspirado , Tasso . He decidido hacer oposiciones a agente de Decencia Publica. ~Puedo contar con tu voto? TASSO: Naturalmente, amigo. Siempre y cuando el voto sea secreto.

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R elatividad 'QII/ /',,'/ol/(/j dec;"? J:ste tel'll/ina s'g/l~fil'l.1 III/}I di"ti1lltls parl/ mdt{ lfl/().

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DIMITRI: Tu problema, amigo mlo , es que pones demasiado enfasis en 10 mental. TASSO: ~Compara d o con q uie n? DIMITRI : Pues, por ejemplo, comparado con Aqui­ les, el arleta. TASSO: ~y comparado con Socrates? DIMITRI: V ale, ganas de nuevo. Comparado con Socrates, eres un gafian .

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V E RDAD RELATIVA

2La verdad es relativa 0 absoluta? EI anti guo filosofo taolsta Chuang Tzu desperto de un suefio en el que era una mariposa. 0 tal vez desperto y se pregunto: ~acaso era una mariposa que estaba sofiando que era Chuang Tzu?


188

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PLA T6N Y UN O RNITORRINCO 1', :>I IR\'1 1' :>1 L :-: BAR .. ,

En la filosoffa moderna occidental, los fil6sofos han vivido obsesionados con la relatividad del cono­ cimiento del que conoce, Como hemos visto, Geor­ ge Berkeley lleg6 a afirmar que los «o bjetos ffsicos » s610 existen en relaci6n con la mente.

RELAT I V II I '\10

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R E L A TIVID A D DEL T t E M I' O

Existen m llchos chistes que il llstran la relaLividad de la percepci6n d el tiempo. POl' ejemplo : Dos tortu gas at acan a u n caracol. Cua nd o la policfa pre ­ gunta al caracol que ha pasado, este responde:

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Otra hislO ri.l del caracol: Alguien lla m a a la puerta, pero cuan do la mujer abre, s610 ve un caracol. Lo coge, y 10 tira al jardin. Dos se ma nas despues , lIaman de nuevo a la puerta. La mujer la abre y se encuen t ra o tra vez co n el ca racol, que dice: -(Por que has hec ho eso?

1\1.~ .Clll1tH'ra,kl'~I'II.Jr.~l."k-,,~ II 11111!l.lllk.lhll

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-No se. Ha ocurri do todo tan deprisa ...

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La re1atividad entre el tiempo fin ito y la eterni­ dad ha susci rad o mucha refle x ion filosofi ca aun­ que, na rural mente, tamb ien ha dad o p ic a much os chistes . Un hombre esta rezando: - Senor -ruega-, me gustarfa hacerte una pregunta. EI Senor Ie responde: - Ningun problema , tu diras. -Senor, (es verdad que, para ti, un mill6n de anos no son mas que un segundo? -Sf, es verd ad. - Muy bien, entonces, (que son para ti un mill6n de d6­ la res?


RELATIVI DA Il

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-Para mf, un mill6n de d61ares no son mas que un cen­

tavo. - Aja ... -Ie dice el hombre-. Senor, (me concederfas un centavo? -Claro que sf -dice el Senor-. Espera un segundo.

REI. ATIVID

~lJIL

DE LAS COSMOVISIO N E S

Existe un amplio abanico de chistes q ue ilusuan la relatividaJ ele los tijs tintos puntos de vista. Un frances entra en un bar. Lleva un loro ataviado con un frac sobre el hombro. EI barman exclama : -i Anda, que chulo! (De d6nde 10 ha sac ado? Y elloro responde: -De Fran ci a. Alii ti enen mo ntones de ti pos como cste.

EI fil6sofo estadounidense del siglo xx W. v. o. Quine escribi6 que nuestra cosmovisi6n es fruto de nuestra lengua nativa, un marco de referencia que somos incapaces de abandonar para tener una pers­ pectiva distinta. No podemos estar seguros de c6mo uaducir un termino de una lengua distinta a nuesua propia lengua. Podemos ver que el que habla la otra lengua sefiala un objeto y dice «gavagai», del mismo modo que nosotros sefialamos ouo y decimos «cone­ jO». Pero no podemos estar seguros de si se refiere a «la fusi6n de las partes de un conejo», a «la sucesi6n de los estadios de un conejo», 0 a alguna otra cosa conejil.


192

----'-' PLATO N \' LIN ORNnORRI N( ' () I. .... I R ll i' I

r-.

RE L A TI V lllAll

UN B AR.

Dos judios estan cenando en un resta m ante chino kos­

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R ELA T IV ID AD DE LO ~ VA L ORES

her. EI camarero chino charla con ellos en yiddish mientras ellos consultan la carta y les toma nota en yidd ish. Cuando se marchan, los chicos Ie dicen al propietario, ju dio. que han tenido una agradable sorpresa al poder charlar en y id dish con el camarero. -Chisss - di ce el propi etario- . EI cree qu e esta apren­ diendo ingles.

La historia amerior nm brind a una analogia per­ fect;} de la concepcioll dc Quine sobre cual era el p roblema de la tradllcci(lll r;lJical. El cama rero chi­ no es capaz d e relaciolla[" I. l ~ p :tl:J hr:l~ yiddi\h l'tHre S1 igual q ue los cliemes juJios. No obstame, su CO llllci­ mienco global del yiddish esd desviado en un semi­ do importame y sistematico: iel cree q ue es Ingles! La prop ia id ea de 10 q ue sign ifica llna lengua ex­ rranjera pued e ser rclativa al q ue habla. V eamos la sigll iencc histori a del mundo del comercio inrerna­ cional: Una corporaci6 n multinaci onal pone un an uncio en el

Ya en n uestros dias, Mi chel Foucaulr se concentro en orro ripo de relarividad: la relatividad de los valo res cult urales respecro del poder social . Nuestros valo­ res cultur:tk s, especialmente los que consideramos normales, d c.:rt:fll1inan y estan determi nados par como la sociedad c.:jcrce su co ntro!' (A quien se tiene por en­ fermo m enIal ? (Quien 10 determ ina? 2Que significa que te consi dcrcil cnfermo mental aquellos que, a su ez, son co nsiJcracios tales? (Que significa para los que consiguen controlarlos? (Y qui enes son los que acaban controlandoJos? Las respuestas a estas pregun­ tas cambian a 10 largo del riempo ya mediJa q ue se l1locii fican las ins(anci as del poder en LUla sociedad . H ubo una era en b que cl grupo q ue conuolaba eran los curas; en orra, los m edicos. Todo eso [iene sus im­ plicaciones en como se trara a los q ue ellos mismos dan en llamar enfe rm os mentales. E n defini riva, eso m uestra que los valores q ue consideramos etemos y absolutos esran en un fluir h isrorico cons tante rela(i­ vo a quien (iene el poder y a c6mo 10 usa.

que bus can un secretario. Un perro golden ret riever se prese nta a candi dato para

PAT: Mike, te lIamo desde la autopista con mi nuevo tele­

el puesto, supera la prueba de mecan ografia y 10 citan para una entre vi sta. EI gerente de recursos hum anos Ie

fo no m6vil. MIKE: Ten cuidado, Pat. Acaban de decir por la radio que

pregunta:

hay un loco que va en direcci6n contra ria por la autopista .

-~Habla

alguna lengua extranjera?

PAr:

~Uno?

jHay cientos!

Y el perro responde: -Miau.

D esde la perspectiva de la razon pura, a Pat Ie asis­ te tanta razon como al hombre de la radio. En rela­


RELATIVII ) AIl

19 4 ----0 PLAT6N Y U N ORNIT O RRI N (,O I . N I RA N EN U N BAR .

cion con el, todo el mundo avanza en direcci6n con­ traria. De modo que cabe preguntarse por que inter­ pretamos la anecdota como un chiste, y no como un conflicto entre puntOS de vista. Pues porque, en opi­ nion de Foucault, en ultimo termino es el Estado el que decide cual es la direccion correcta. Oua de las preocupaciones filosoficas desde Pla­ con ha sido la reiariviJ ad entre los valores temporales y valores etemos. U l1a vel. mas, hallamos un chiste que nos da una perspccti va sobre el tema: Habia una vez un hornbl e rico que se encontraba a las puertas de la muerte. Estaba m uy ~ p esadurnbra do porque habra trabajado duro para acumular din ero , y queria Ilevar­ selo con el al cielo. Se puso a rogarle a Dios que Ie permitie ­ ra Ilevarse sus riquezas.

I

I

Un angel oyo su ruego y se Ie aparecio .

I I

-Lo siento - Ie dijo-. Pero no puedes lIevarte tus riquezas . EI hombre Ie imploro al angel que consultara con Dios para ver si podia hacer una excepcion a sus reglas. EI angel reaparecio y anuncio que Dios habia decidido hacer una excepcion y permitirle que se Ilevara una maleta. Alborozado, el hom bre saco su maleta mas grande,la Ilene con lingotes de oro y la col oco debajo de su cama . Poco despues el hombre murio y aparecio ante las naca­

- ,

I'll

- Tiene usted razon . Se Ie ha permitido Ilevar una bolsa de mano, pero yo debe comprobar su contenido antes de dejarle pasar. San Pedro abrio la maleta para inspeccionar que tipo de objetos terrenales Ie resultaban tan preciosos a ese hombre que no queria desprenderse de ellos. Le miro fijamente y pregunto : -~Se

ha traid o los adoquines?

R E I ATI V I D AD ABSOL UTA

Buena parte de los errores en los que incurre la filo­ so ffa hay que achacarlos al hecho de que uata los pumos de vista relativos como si fuer an absolutos. Thomas Jefferson , a pa n ir de las obsLTvaciones del filosofo ingles John Locke, considero que el derecho a la vida, la libertad y la busq ueda de la felicidad eran evidentes en sf mismos, seguramente porque pensa­ ba que eran universales y absolutos. Sin embargo , no tienen nada de evidentes para una persona de oua cultura. Por ejemplo, para un islamista que piensa que la busqueda de la felicidad es exactamente 10 que caracteriza a un infiel. El error contrario tambi en es posible. Cabe aui­ buir relatividad a algo que es absoluto.

radas puertas del cielo . San Pedro , al ver la maleta , exclamo: -iEh, un momento, no puede entrar con eso! Pero el hombre Ie explico a san Pedro que Ie habian dado

EI centinela de un acorazado ve una luz que se aproxima por estribor. EI capitan Ie pide que emita una senal para

Naturalmente, al cabo de un rato regreso san Pedro y Ie

alertar ala otra embarcacion: -jAconsejamos que cambieis vuestro curso veinte gra­

dijo:

dos inmediatamente!

permiso y Ie pidio que verificara su historia con el Senor.


19 6

--C» PLAT 6 N Y UN O RNJT O RI<INUJ I N" r{.~N tN l N BAR" ,

Llega la respuesta :

-jAconsejamos que cambieis

vuestro curso veinte gra­

dos inmediatamente! EI capitan monta en c6lera , -Aqui el capitan, Vamos a chocar. Cambiad vuestra

1,1 Me ta f ilosofia

rumbo veinte grados, jahora m ismo! Llega la respuesta: -Pues aqui un marinero de segunda clase , y os insto ur­ gentemente a cambiar

vuestro rumba veinte grados ,

EI capitan est a ciego de ira . Manda un a serial:

Ltl/il(}j(J('~' r/I' 1'01/ /11

Iii film,f!il, No /J,f)1 (l'lt' ((JII/illlr/,r/tl

("I(I'II('~'

,1(,/" filosofld rll' llIfiloJo/11I

-jSoy un acorazado! Y Il ega la respuesta: -jY yo un faro!

Ten en cuenta esros pensam ientos tan p rofundos sobre la relatividad la proxi ma vez que encargues co­ mida ch ina; 0, como la Haman los ch inos, sim ple­ m ente comida. ...~~

As!, Tasso, nl efes de los que cree que no hay verd ades absolutas, y que roda verdad es rela­ ova. T ASSO: Asl es.

D IM I T R I : ~ Y estas seguro?

TAS SO: Absolutamente.

DIMITR I :

La verdad cs que Ie esroy cogiendo el uanquillo a esre asunto, Tasso. TASSO: EI uanquillo, ~a que? DIM I T R I: A la filosoffa, ipor supuesro! TASSO: ~Ll am as filosoffa a esro? DIMITRI:

;,..., EI prefijo meta, que basicamente significa «mas alla e incluso 10 que esra debajo», aparece a menudo en el discurso filos6fico, como en el meralenguaje, un lenguaje que se puede utilizar para describir el lenguaje, 0 la meraerica, que investiga de d6nde pro­ ceden los principios eticos, y 10 que significan. As!, era cuesti6n de meta tiempo que la metafilosoffa apa­ reClera en escena.


198 -'='

METAFILO SO i'f A

PLAT6N Y UN ORN I TORR I NC(l I' N 'l lt AN EN UN BAR ..

La metafilosofia aborda unCi cuestion de 10 mas can­ dente, «~ Que es la filosofia? ». Cabria pensar que los fi­ losofos sabian ya de que se trataba cuando se metieron en esro. De otro modo, se plantea cuando menos eI interrogante de como sabfan que querian ser fll()sof()s. No nos consta que el gremio de los peluqueros haY<I ponderado la cuestion: « ~Que es la peluqueria?». Si un peluquero no sabe q ue es la peluqueria, se ha equivo­ cado de oficio. Y 10 que esra claro es que no dejarfa­ mos que les hiciera ni un recogido a nuestras esposas. No obstante, los filosofos modernos esran constan­ temente redefiniendo Ia fil osofia. En el siglo xx, Ru­ dolf Carnap y los positivisras 16gicos ddl nieron Iwu1a parte de la filosoffa cuando anunciaron que Ia mel;!/( sica carece de sentido. Sostuvieron que la unica tarea filosofica consiste en analizar las frases cientfficas. Y Ludwig Wittgenstein, contemporaneo de Car­ nap y padrino de la filosoffa dellenguaje comun , !le­ go aun mas lejos . Penso que su obra mas conocida habfa llevado a la hisroria de la fdosofia a un punto de c1ausura, dado que habfa demostrado que todas las proposiciones fiJ os6ficas - i ncl uidas las suyas- ca­ rece n de sentido. T an convencido estaba que habia pasado la ultima pagina dellibro de la filosofia, que se fue de maestro a una escuela de primaria. Algunos aflos despues, reabrio el libro de la filosoffa con una nueva concepcion ace rca de 10 que era su objetivo: nada mas ni nada menos que una terapia. Ludwig nos estaba diciendo que, si aclaramos ellenguaje confuso propio de la filosofia, sanaremos de la trisreza que nos causan las cuestiones fdosoficas carentes de sentido.

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En nuestros dfas, los «operadores logicos modales» -operadores logicos que distinguen entre las afirma­ ciones que son posiblemente ciertas y las que son nece­ sariamente ciertas- cavilan cui! es la categoria a la que pertenecen sus afirmaciones. A nosotros, se nos antoja una especie de cadena infinita de metaafirmaciones. Esta es la trad icion filos6fica en la que haHamos a Seamus. Seamus tenia su primera cita con una chica. Decidi6 pe­ dirle consejo a su hermano, el mujeriego. «Dame algunas pistas sobre como debe hablarles.» -EI secreta es el siguiente -Ie dijo su hermano-. A las chicas irlandesas les gusta hablar de tres cosas: comida, fa ­ milia y filosoffa. Si Ie preguntas a una chica que Ie gusta comer, Ie estas demostrando que te interesa ella. Si Ie pre­ guntas por su familia , demuestras que tus intenciones son honestas. Si discutes de filosoffa con ella, demuestras res­ peto por su inteligencia . -iVaya! Gracias -dijo Seamus-. Comida, familia y filo­ sofia. Creo que me apafio con eso . Esa noche, nada mas conocer a la chica en un bar, Sea­ mus Ie lanzo:

-lTe gusta la col?

-lEh? No -respondio ella un poco sorprendida.

- lTienes hermanos? -pregunt6 Seamus .

-No. -Bueno, y lsi tuvieras un hermano, Ie gustarfa la col?

En eso consiste la filosoffa.


200

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PLAT 6N Y UN O RNITO /UU N ' "

ME T A F / LO SO I' fA

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Y, natu ral mente, el [pro to] metaehiste: L"l11It".\nllllIl01Llllp"I.IIll'U ~'il li all1

V,llliu:11.1 ha l'~L1'i­ W ·,Llllll' [a lllo:-Clfi.ll'~ 1.1 fiIO\Uh.1 dl: b IIIII,uri.l. b,. \.'11 \1 Illi,n1.l. un:1 \",1111.1 de 1.1 lilf)\(Ifj,l,.t dilcIL·Ih.i.l dL·1.t li­ 11I~(di,1 dl·l.l cil'nl'ia. tllll" 1111 l', un.! ral1l,1 dl·l.llkIILi,l, u b ti lll\(Jf(,1 Jl' 1.1 fl'hgi{lll. 411l' n(J 1.::- lIll.1 ralll.1 Lk 1.1 rl'ligilin" . !:,(t: lip" dl' allllll.ll i"l1n 't'" 1.1\ 'III.' 11.111 hedl" de Valliedl.1 lin il1\·jl.IL!O i[1\prl'~cillLllhll " 11 lod,l rll'\l.I '1lh.: \l' rrl'L1l.'.

Surge una vez m as la resis de fondo que subyaee en este libro. Si hay metaflloso fia, deben de exi sli r metaehistes,

Un ciego, un a le sbiana y una rana entran en un bar. EI barman les mira y dice: -~Esto que es? ~Un chiste?

Y, finalmente, un meraehiste polftieamente inco­ rreeto. D el mismo modo que la metafitosoffa requie­ re de un metafi16sofo que tenga eo noeimientos de 10 que se eonsidera filoso ffa, los metaehisres requieren eonoeimientos de 10 q ue se eonsi dera un ehiste, en este easo, un ehiste polaeo. Va un tio a un bar muy concurrido y anuncia que les va a contar un chiste palaeo que es la monda . Se dispone a con ­

Un viajante de comercio va conduciendo por el campo

tarlo cuando el barman Ie interrumpe y Ie advierte :

cuando se Ie estropea el coche. Anda varios kil6metros has ­

-Cuidadito, colega, que soy polaco.

ta la granja mas cercana, y Ie pregunta al granjero si puede

Y el tio dice:

quedarse a pasar la noche.

-Vale, vale, no te preocupes, 10 contare muy, muy des ­

-Claro -Ie dice el granjero-. M i esposa muri6 hace

pacio.

unos arios , y tengo dos hijas, una de veintiuno y otra de

"'~

veintitres arios, pero se han ido a la universidad . De modo que, habie ndo me quedado solo, tengo sitio de sab ra para usted. AI oirlo, el viajante da media vuelta y se vuelve por don ­ de ha venido . EI granjero 10 llama y Ie dice: -~Es que no me ha oido? iTengo sitio de sobra!

-Sf 10 he oido - dice el viajante-. Pero me temo que me he equivocado de chiste.

(As! que nos hemos pasado toda la tarde hablando de filosofJa y ttl no sabes siquiera 10 que es la filosoffa? TASSO: (Por que 10 preguntas? DIMITRI:


Sum m a:

Una conclusion

{}JJtI In,i.lidl1 IYl1Il'illCf1JfC Y cOJllpre/;cNsil'fl

!I/(/llfo hemos Itprel/ditio

de lotio

/;oy

Tasso coge el micro en el Club de la Comedia de la Acropolis. T AS so: Pero, ahora en serio, tlos ... ~Sabeis el del empirista ingles que Ie dijo a su mujer que no era mas que un conjunto de datos sensoriales? »«~Ah, si?», dijo ella. «~y como crees que se sien­ te una acostandose cada noche con un hombre que no tiene ding an sich?» »No es broma, llevaba diez afios casado cuando me di cuenta de que mi mujer era toda existencia pero sin esencia. Quiero decir que real mente per­ cepii su esse. » ~Que pasa con vosotros, chicos? Hay tanto si­ lencio que podrfais ofr la cafda de una hoja en el bosque ... iaunque no estuvierais ahf! Schopen­ hauer dejo dicho que habfa noches as!.


204

PLATON Y UN ORNITORRINCO hNTnAN EN UN BAR ...

"C6mo son los crios de hoy en dia, ~eh? EI otro dia mi hijo me pidi6 las Haves del coche y yo It.~ dije: «Hijo, en el mejor de los mundos posiblcs ttl tendrias tu propio coche.» Y el me respondi(): «Pero, papa, este no es el mejor de los mundos po sibles.» Y yo dije: «jPues vete a vivir con tu ma­ dreh; »Por cieno, esta noche, de camino para aca, me ha ocurrido una cosa muy divertida: Me he meti­ do, idos veces!, en el mismo rio. »Eh ... el otro dia Plat6n y un ornitorrinco se fueron a un bar. El camarero Ie dirigi6 una mirada interrogante al 616sofo y Plat6n dijo: ((~Que quiere que Ie diga? En la caverna tenia mejor aspecto.» DIMITRI

(desde el publico): jQue 10 echen!



GLOSAl{lO

A posteriori: conocido mediante la experiencia, cons­ tatado empfricamente. Para saber que algunas cerve­ zas saben bien, pero no te Henan, tienes que experi­ mentarlsoplarte al menos una cerveza que sepa bien pero no te Hene. Remitirse a priori. A priori: conocido antes de la experiencia. Por ejem­ pIo, uno puede saber, antes de ver el especcaculo, que los concursantes de «Operacion Triunfo» se consideran cantantes porque «Operacion Triunfo)) es un concurso de cantantes para gente que -por ra­ zones que solo ellos saben- creen que son cantan­ tes. Remitirse a posteriori.

Ding an sich: la cosa-en-si, en tanto que opuesta a las representaciones sensoriales de la cosa. La idea con­ siste en que un objeto es mas que Ia simple suma de todos sus datos sensoriales {por ejemplo, su aspecto,

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GLOSARIO

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210 _.1;;» PLAT6N Y UN ORNITORRINCO ENTRAN EN UN BAR ...

sonido, sabor, olor y sensacion), y que existe una cosa-en-si-misma mas aHa de todos esos datos senso­ riales, que existe por separado. Algunos 61osofos consideran que este concepto pertenece a la misma categoria que los unicornios y Santa Claus. Emotivismo: la etica filosofica que defiende que los juicios morales no son verdaderos ni falsos, sino que expresan meramente nuestra aprobacion 0 reproba­ cion de una accion 0 un individuo que lleva a cabo una accion en particular 0 una serie de acciones. Se­ gun esta filosofia, la afirmacion «Saddam es el artifi­ ce del mal», no significa mas que «Saddam no es mi tipo. No se, pero es un tio que nunca me ha hecho tilin». Empirismo: la opinion de que la experiencia, par­ ticularmente la experiencia sensorial, es la principal -0 unica- via hacia el conocimiento. «~Como sa­ bes que los unicornios existen?» «jPues porque acabo de ver uno en el jardin!» Bien, pues eso es un caso ex­ tremo de empirismo. Remitirse a racionalismo. Esencialismo: la filosofia que defiende que los obje­ tos tienen esencias, 0 cualidades esenciales, que pue­ den distinguirse de sus cualidades accidentales 0 no esenciales. Por ejemplo, una de las cualidades esen­ ciales de un hombre casado es que tiene esposa (po­ siblemente una esposa masculina). Pero el hecho de que un hombre casado lleve alianza solo es una cua­ lidad accidental. Sigue estando casado aunque no la

lleve, por mas que su esposa pueda pOller objeciones . al respecto. Etica deontologica: etica basada en la teoria de que la obligacion moral se basa en el deber (del griego deon) , considerablemente al margen de las conse­ cuencias practicas de las acciones. Por ejemplo, un \1­ der politico que cree que su principal deber consiste en proteger al publico de los ataques terroristas puc­ de argiiir que, con el fin de cumplir con su deber, debe instalar micrOfonos ocultos en los dormitorios de toda la poblacion, independientemente de las consecuencias que eso tenga para tu vida sexual. Existencialismo: escuela filosofica que pretende des­ cribir las verdaderas condiciones de nuestra existen­ cia individual en t~nto que humanos, en lugar de centrarse en las cualidades abstractas y universales del ser humano. La definicion de Sartre es «La opi­ nion de que la existencia precede a la esencia», 10 que significa que el hecho primordial es nuestra existen­ cia; nuestra esencia la creamos nosotros. Esto tiene profundas implicaciones para la etica existencia1ista, que nos conmina a vivir siempre «con autenticidad», plenamente conscientes de nuestra morta1idad y sin llamarnos a engano acerca de nuestras opciones. En definitiva, el tipo de quebraderos de cabeza que se exploran mejor en una terraza parisina, frente un cafe y fumandose un cigar rillo , que ante una cinta transportadora en una factorfa de Detroit.


GLOSARIO

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212 ----0 PLAT6N Y UN ORNITORRINCO ENTRAN EN UN BAR •..

Fenomenico: relativo a nuestra experiencia sensorial de los objetos. «Esto es un sombrero rojo» se refiere a nuestra experiencia sensorial de un objeto que pa­ rece rojo y se asemeja a un sombrero. La locuci6n «jVaya, tu sombrero rojo es sensacional!» por otr~l parte, puede ser un «arenque rojO».9 Remitirse a nou­ , . memco. Fenomenologfa: metodo de investigaci6n que inten­ ta describir la realidad en tanto que percibida y com­ prendida por la conciencia humana y que esta, por tanto, opuesto a la descripcion cientifica, por decir algo. La fenomenologia, por ejemplo, descrihe cI fe­ nomeno del «tiempo vivido», 0 el tiempo tal como \0 hemos experimentado, comparado con el «tiempo transcurrido en el reloj». En la pelicula Manhattan, cuando Woody Allen dice: «Apenas hacemos el amor, s610 dos veces por semana», esra expresando «el tiempo vivido»; 10 mismo cabe decir cuando su esposa en la ficci6n declara: «EI siempre tiene ganas de hacer el amor, jcomo unas dos veces por semana!» Imperativo categ6rico supremo: el principio moral prioritario de Immanuel Kant que dicta que uno debe actuar unicamente de acuerdo a esas maximas que asp ira se conviertan en ley universal. Es una es­ pecie de regia de oro con dieresis, pero no del todo.

9· Objeto 0 argumento sin ninguna utilidad cuya finalidad consiste en despistar. (N de la t.)

Juicio anaHtico: afirmaci6n que es verdadera por de­ finici6n. Por ejemplo, «T odos los patos son aves» es una afirmaci6n anaHtica porque 10 que entendemos por «pato» lleva implicito que pertenece a la familia de las aves. Por otra parte «T odas las aves son patos» no es analitica porque la patidad no forma parte de la definici6n de «ave)}. Obviamente, «Todos los patos son patos» es analftica, igual que 10 es «Todas las aves son aves». Resulta alentador constatar la ayuda prac­ tica que la filosoffa puede prestarle a orras discipli­ nas, tales como la ornitologia. Remitirse a juicio sin­ tetico. Juicio sintetico: un juicio que no es verdadero por definici6n. Por ejemplo: «Yo, mama, llevo botas mi­ litares» es un juicio sintetico; anade informaci6n no induida en la definici6n del termino «Yo, mama». T ambien es cierto el corolario: «Yo Yo Ma !leva bo­ tas militares». Contrastar con juicio analitico.

Koan: en el budismo zen, acertijo que pretende sor­ prendernos y llevarnos a la iluminaci6n sub ita. Al parecer, la pregunta «2C6mo suena una sola mano aplaudiendo?» 10 consigue. {(~Como sue nan dos ma­ nos aplaudiendo?» no 10 consigue. Vease satori. Lenguaje filoso£ico comun: movimiento filosofico cuyo objeto consiste en comprender los conceptos fi­ losoficos a partir del examen de su uso lingliistico co­ mun. Segun los filosofos de esta escuela, el atolon­ dramiento que provocan muchos de los temas que,

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GLOSARIO

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214-'" PLATON Y UN ORNlTORIUNCO ENTRAN EN UN BAR ...

durante milenios, han atolondrado mentalmente a los pensadores mas sesudos, esta en las ambiglieda­ des y los errores logicos inherentes a esos mismos te­ mas. Con sus analisis, esos filosofos pusieron fin a Ia era de los atolondramientos. Ley de la no contradicci6n: principio logico de Aris­ toteles que afirma que una cosa no puede ser a y no a al mismo tiempo. Serfa contradictorio en SI mismo decir: «Tus pantalones estan ardiendo y, 10 que es mas, tus pantalones no esran ardiendo.» (Bajo estas circunstancias, y a pesar de la ley aristotelica, no es­ taria de mas que les pegaras un mangucrazo a diehm. pantalones.) L6gica deductiva: razonamiento que procede a par­ tir de un conjunto de premisas hasta una conclusion que se puede inferir logicamente. La forma mas basi­ ca de la logica deductiva es el silogismo: «Todos los comicos son filosofos; Larry, Moe y Curly son comi­ cos; por 10 tanto, Larry, Moe y Curly son filosofos.» Remitirse a logica inductiva. L6gica inductiva: el razonamiento que procede de los ejemplos espedficos a una conclusion general mas amplia que se puede inferir logicamente a partir de esos ejemplos. Por ejemplo, nuestra observacion de que hoy ha salido el sol, salio ayer, y de que nos consta que ha salido cada dia hasta el presente, da pie a la conclusion de que el sol ha salido y seguira saliendo cada dia, aunque no quepa inferirlo logicamente a

partir de los ejemplos que conocemos. Nota: estc ejemplo no funciona en el caso de que nuestro lector este en el Polo Norte. Remitirse a logica deductiva. Noumenico: perteneciente a las cosas que son en sf mismas, en tanto que opuestas a como aparecen a nuestros sentidos. Vease ding an sich... pero, ahora que 10 pensamos, no podeis verla, ~a que no? Remi­

tirse a fenomenico. Paradoja: a) especie de razonamiento que utiliza una logica aparentemente profunda y premisas aparente­ mente verdaderas y, sin embargo, tiene como resul­ tado una contradiccion; b) el diagnostico de dos me­ dicos tornados al azar.

Post hoc ergo propter hoc: falacia logica que signific;I, literalmente, «despues de esto, y por 10 tanto debi{,jo a esto»; falacia que colige que, dado que a precede a b, debe ser causa de b. EIIibro Freakonomics senala montones de falacias cornO esa, especialmente en el reino del parentesco. Un padre dice: «Mi nino es muy listo po rque , cuando estaba en el utero, yo Ie ponia musica de Mozaf() cuando, en realidad, no existe correlacion entre esas dos circunstancias. Lo mas probable es que el nino sea listo porque sus pa­ dres escuchan a Mozart (es decir, son cultos y proba­ blemente listos). Pragmatismo: escuela filosofica que coloca el acento en la relacion entre teoria y practica. Por ejemplo,

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PLATON Y UN ORNITORRINCO 1'.N IIlAN EN liN BAR .•.

WilJiam James definia una buena teo ria como aque­ Ila teoria que es titil, 0 que amplia nuestro conoci­ miento. A algunos la definicion de James les parece uti!; a otros no. Racionalismo: sostiene que La razon es La principal unica- via hacia el conocimiento. Se suele opo­ ner al empirismo, que defiende que la experiencia sensorial es La principal via hacia la experiencia. Tradi­ cionalmente, los racionalistas han preferido la razon porque los sentidos son notablemente poco fiables y el conocimiento basado en elIos es, por 10 tanto, du­ doso. Privilegian las afirmaciones de certidumbre in­ mediata a las que l1ega la razon tales como «Este es el mejor de los mundos posibles». Ver para creer. .. -0

GLOSARIO

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Telos: objetivo intrinseco. EI fel()s de una bellota es convertirse en un algarrobo. Asimismo, el telos de un licenciado de filosofia es una catedra en la universi­ dad de mas prestigio de la zona. Ese es, en realidad, el objetivo intrinseco de el 0 ella, pese a que tiene muchas mas posibilidades de acabar trabajando de cajero/a en un supermercado. Utilitarismo: la filosofia moral que afirma que las buenas acciones son aquellas que acarrean un bien mayor a las personas afectadas que cualquier otra al­ ternativa. La utilidad limitada de esta filosofia moral se pone en evidencia cuando intentas complacer a la vez a tu madre y a tu suegra en navidades.

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Retroceso infinito: argumento que sostiene que la explicacion propuesta es insatisfactoria porque pro­ voca la necesidad de una serie infinita de «explica­ ciones» como esa. Por ejemplo, explicar la existencia del mundo postulando un «hacedor» suscita la cues­ tion de como explicar la existencia de dicho hacedor. Si se sugiere a otro hacedor, entonces «/~uien hizo a ese hacedor?» y asi una y otra vez, ad infinitum. 0,

ad nauseam, dependiendo de 10 que vaya primero.

Satori: en el budismo zen, experiencia de ilumina­ cion por Ia que, de pronto, se contempla la verdade­ ra naturaleza de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Parafraseando a los Red Hot Chili Pep­ pers: «Si tienes que preguntar, es que no sabes.»

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AGRADECIMIENTOS

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No conocemos a nadie, aparte de nosotros mismos, que este dispuesro a responsabilizarse de la idea de este libro, pero queremos expresar nuestro agradeci­ mienro a un par de maestros del chiste que nos pro­ porcionaron algunos de los mejores gags: Gil Eisner y Herb Klein. El profesor Robert Wolf, nuestro tutor de filoso­ ffa de Har.vard, merece tambien nuestro agradeci­ miento por habernos ensefiado a pensar filosofica­ mente ... 0 algo parecido. Bill Hughes y Stefan Billups, extraordinarios foto­ grafos, nos han hecho parecer mucho mas listos y di­ vertidos de 10 que somos en realidad. Gracias a Martha Harrington y a Satch Lampron, hospederos del Nestle Inn de Conway, Massachus­ sets, nuestros tolerantes anfitriones durante el mara­ ton de la version final. Ninguna pagina de agradecimientos respetable es-

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taria completa sin un emocionado besuqueo a IHIl:S­ tras esposas e hijas. Ya sabeis quienes sois. Pero, si no lo sabeis, el besuqueo es para Eloise y F reke, y para Esther y Samara (cuya ayuda supero con mucho los limites del deber fIlial). Queremos expresar nuestro sin~ero agradecimien­ ro a Julia Lord y a la Agencia Literaria de Julia Lord, nuestra agente y una mujer de una agudeza e inteli­ gencia sorprendentes, por no hablar de su paciencia. ' Vaya tambien una reverencia comlin ante nuestra editora, Ann Treistman, que nos animo repetida­ mente a mejorar el manuscrito, incluso a pesar.de nosotros mismos. David Rosen, vicepresidente Y editor de Ahrams Image, abogo por ellibro desde el principio y se con­ virtio en el principal animador del equipo Plat{lIl. Muchisimas gracias, David. Finalmente, queremos expresar nuestras tardlas disculpas a Immanuel Kant por no haberle entendi­ do nunca del todo. Sabemos 10 que sufres, Manu...

T.W.C.I A.M.K.


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