Habia una vez, una niña llamada Haru que estaba de vacaciones. Y junto a su mamá, estaban preparando las mochilas en su habitación porque iban a viajar al campo de paseo.
Entonces Haru le pide permiso a su mamá para acompañar a la alpaca y jugar con ella en un charco. De pronto, mientras están en el agua se encuentran con una ranita.
La pequeña Haru decide llevar a la ranita a la cocina, pero el animalito es muy saltarín y ocasiona un desorden.
Luego la mamá les pide a las dos que limpien las cosas.
Finalmente, Haru debe regresar a casa, pero antes se despide con un abrazo de su nueva amiga Kukuro y se prometen no volver a jugar con las ranitas por lo traviesas que son.
Haru conoció a kukuro junto a su madre, en un paseo al campo.
Desde ese entonces fueron inseparables incluso en las travesuras .