

UNIVERSIDAD MARIANO GALVEZ DE GUATEMALA

MODELO SISTÉMICO DE MILÁN


El modelo sistémico de Milán es un enfoque de terapia familiar desarrollado en la década de 1970 por el equipo de terapia familiar del Centro de Terapia Familiar de Milán, compuesto por Mara Selvini
Palazzoli, Luigi Boscolo, Gianfranco Cecchin y Giuliana Prata. Este modelo se basa en la teoría de los sistemas y se centra en entender y cambiar las dinámicas interpersonales dentro de la familia.
Este modelo es especialmente útil para tratar problemas complejos y crónicos dentro de las familias, como los trastornos alimentarios y problemas conductuales, ayudando a las familias a salir de ciclos negativos de comportamiento.
Este enfoque terapéutico estuvo compuesto por Selvini Palazzoli, Cecchin, Prata y Boscolo. En una primera parte el grupo parte de una orientación psicoanalítica y en el año 1967 inicia actividad el Centro para el Estudio de la Familia en Milán, Italia; comenzaron a tratar familias con pacientes anoréxicos y psicóticos. En una segunda fase adoptan el enfoque de Palo Alto centrada en la comunicación sistémica de doble vínculo, aun cuando su formación era psicoanalítica, empiezan a introducir ideas y técnicas paradoja, reencuadramiento o redefinición. Como una tercera parte cambia su epistemología, de una lineal, enfocada al conflicto inconsciente, a una visión de causalidad circular, en donde el síntoma era estudiado dentro de un contexto relacional, y el objetivo era romper las pautas rígidas y repetitivas con las que se conectaba el síntoma (Selvini, Boscolo, Cecchin y Prata, 1991).

PRINCIPIOS BASE DEL MODELO
La base de todos los componentes del antiguo Grupo de Milán ha sido y sigue siendo el “juego familiar”, concepto que engloba las relaciones de los miembros del sistema familiar, las creencias que tienen unos de otros, de sí mismos y de la familia en conjunto. La evaluación tiene por objeto conocer cuál es el juego familiar, (sobre el que establece una hipótesis inicial de trabajo) juego que en los sistemas que presentan una patología deja de ser adaptativo para facilitar un buen funcionamiento familiar como sucede en las familias no patológicas. Lógicamente, las diversas técnicas de intervención se dirigen a alterar dicho juego, cambiando las reglas rígidas y limitadas por otras más flexibles y complejas.
LA HIPÓTESIS
Es la formulación de una conjetura o suposición inicial, basada en la información que se tiene de la familia. La hipótesis establece un punto de partida; si resulta falsa, el terapeuta debe formular otra. Se verifica, descarta o modifica con el Feedback inmediato de la familia (verbal y no verbal) y posteriormente, según las reacciones a las prescripciones y rituales dados por el terapeuta. La hipótesis provee nueva información para que el terapeuta pueda rastrear los patrones relacionales. Debe ser sistémica, incluir a todos los miembros de la familia y brindar un supuesto sobre la función relacional total.
LA CIRCULARIDAD
se traduce en invitar a cada miembro de la familia a contar cómo ve él la relación existente entre otros dos miembros. Así se puede investigar una relación existente vista por una tercera persona. Para realizar esto se utilizan las preguntas circulares.
LA NEUTRALIDAD
Es la conducta del terapeuta que lo mantiene alejado de alianzas permanentes con cualquier miembro de la familia. Cuando el terapeuta invita a un miembro a comentar la relación de otros dos, aparece como aliado de esa persona, pero esta alianza se corta cuando pregunta lo mismo a cada uno de los demás. El terapeuta también evita cualquier juicio, aprobatorio o desaprobatorio, pues inevitablemente esto lo aliaría con alguna de las personas o grupos dentro de la familia. Al mismo tiempo, trata de neutralizar, tan pronto como sea posible, cualquier intento hacia la coalición, seducción o relaciones privilegiadas con el terapeuta.


LA FAMILIA Y EL DIAGNÓSTICO EN UNA CLAVE SISTÉMICA
El modelo sistémico plantea que en la familia todos influyen sobre todos, en una especie de reacción en cadena circular. Esta confluencia de interacciones tiene un carácter sinérgico, vale decir, que produce una cualidad nueva que no se puede producir sólo en los individuos aislados. Esta cualidad es la patología. Lo que llamamos síntoma –y en realidad, todo lo mental es en sí relación e interacción. No es algo que se encuentra encerrado en la cabeza de las personas, sino algo que se actualiza en el contacto de ida y vuelta con el prójimo.
Por lo mismo, el diagnóstico sistémico busca contextualizar el problema presentado por el paciente identificado; trata de averiguar qué función cumple como pieza clave en la dinámica familiar. Para ello debe conocer cómo es la familia en el aquí y ahora, y conectar su dinámica con el síntoma. Es esta conexión la que le da un sentido al problema y permite desrotular al paciente, liberándolo de la red sutil de relaciones disfuncionales en la que está atrapado. Las estrategias e intervenciones terapéuticas se diseñan sobre esta base.

Principios Generales
Rol del terapeuta
• Se requiere antes que nada la capacidad de adoptar una posición que permita escuchar a los clientes.
• Un requisito importante del terapeuta es la curiosidad (Cecchin, 1987) en relación a los clientes, de su historia y de la evolución del proceso terapéutico.
• Mostrar positivamente. Se puede discutir el hecho de que la habilidad del terapeuta en el escuchar, en la empatía, en su curiosidad, en su sentido del humor, sean los elementos terapéuticos inespecíficos más importantes para el logro de una buena terapia, especialmente una terapia de carácter explorativo.
• Se interesa en el diálogo interno del cliente y también en su diálogo externo; estará atento entonces al sentido que las ideas, palabras y emociones del cliente tienen en relación a sí mismo y sus sistemas de pertenencia, y al sistema terapéutico.
• El terapeuta mantenga una visión circular de los eventos junto aquella linealidad propia del sentido común.
• Es oportuno que el terapeuta tenga conciencia del problema del poder en la relación terapéutica y en las relaciones del cliente con sus sistemas de referencia y de los roles sexuales (género).


• El objetivo prioritario de cualquier cliente, es la eliminación de su estado de malestar, de su sufrimiento.
Promover la comunicación efectiva entre los miembros de la familia.
• Identificar y cambiar patrones disfuncionales de interacción.
Fomentar la flexibilidad y la adaptabilidad dentro del sistema familiar.
• Desarrollar recursos internos y externos para enfrentar los desafíos familiares.
• Facilitar la resolución de conflictos de manera constructiva.
Dependerá lo que el cliente pida.

El objetivo terapéutico consiste en liberar a la familia de la rigidez de su sistema de creencias, para que después sea ella misma la que encuentre el cambio más conveniente. Entre las técnicas que destacan son las siguientes:
El juego Familiar
Técnica de intervención que tiene un doble mensaje terapéutico. Por un lado se comunica a la familia que sería bueno que cambiara y por otro lado, que no lo haga (doble vínculo terapéutico “hagan lo que hagan están bien”)
Prescribe la secuencia “patológica” relacional que ha sido connotada positivamente. Se emplean cuando la relación es rígida, como forma de introducir confusión y flexibilidad en el sistema de creencias. Se requiere antes que nada la capacidad de adoptar una posición que permita escuchar a los clientes. Terapeuta evita encasillarse en intercambios redundantes y repetitivos, que pueden llevar a un impasse.

Connotación Positiva.
La connotación positiva consiste en una intervención oral del terapeuta a modo de “reinterpretación” de alguna situación disfuncional en la familia, es decir se connota positivamente la conducta sintomática en relación con la función que ha cumplido el síntoma al lograr el equilibrio del sistema y su capacidad de transformación. “Lo que se quiere connotar positivamente es la tendencia homeostática del sistema y no las personas”
Prescripción Paradójica
Prescriben la secuencia patológica connotada positivamente. Se emplean cuando la situación es de orden y secuencialidad rígidas, como forma de introducir confusión y flexibilidad en el sistema de creencias. No se debe recurrir a ellas cuando el terapeuta desconozca qué hacer, cuando prevea que la familia cumplirá literalmente lo sugerido y tampoco pueden utilizarse en respuesta a presuntas desobediencias de la familia a intervenciones anteriores.
Rituales Familiares
El ritual es susceptible de prescribirse como un experimento, un ensayo, un gesto simbólico o un rito de transición. La intervención propone una secuencia de conductas, definida con precisión, en la que se establece qué ha de hacer cada miembro de la familia, dónde y en qué momento. La nueva actividad no siempre tiene que pasar a formar parte de la vida diaria familiar, sino que simplemente puede contribuir a clarificar patrones de interacción caóticos y contradicciones inherentes al sistema de creencias que permanecían sin reconocer.
Hipotetización.
Configuración de reglas secretas derivadas de la redundancia del sistema. El juego familiar se utiliza como una hipótesis operativa, es decir, sobre un diagnóstico sobre el que basar una intervención.
Para entender el juego familiar se tiene en cuenta lo siguiente:
Se refiere a aquellas que formula el terapeuta basadas en la información que posee acerca de la familia que va a entrevistar.
Una hipótesis por definición es una suposición construida como base de un razonamiento, es un punto de partida para una investigación, no está probada.
Interrogatorio Circular
Es el instrumento creado para evaluar e intervenir en el juego familiar la observación se realiza a lo largo de la entrevista y no sólo en las respuestas de la familia.
Implica todo lo que el entrevistador hace o dice, y no hace y no dice, es considerado como una intervención.
Selvini Palazzoli y Pratta abandonan el centro para continuar su propia investigación con las familias con el objetivo de descubrir posibles organizaciones familiares especificas o juegos relativos a síndromes específicos como anorexia y psicosis.